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REHMLAC.

Revista de Estudios
Históricos de la Masonería
Latinoamericana y Caribeña
E-ISSN: 1659-4223
info@rehmlac.com
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Morales Ruiz, Juan José


María Montessori y la educación cósmica
REHMLAC. Revista de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña,
vol. 7, núm. 2, diciembre, 2015, pp. 290-326
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=369543666025

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REHMLAC+, ISSN 1659-4223, Vol. 7, no. 2, Diciembre 2015 - Abril 2016/ 290-326 290

María Montessori y la educación cósmica


Juan José Morales Ruiz
Doctor en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona. Profesor del Master de
Historia de la Masonería en España y América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED),
España. Correo electrónico: jmorales@calatayud.uned.es

DOI: http://dx.doi.org/10.15517/rehmlac.v7i2.22697

Fecha de recibido: 6 de octubre de 2015 - Fecha de aceptación: 20 de noviembre de 2015

Palabras claves
La mente absorbente, el embrión espiritual, educación cósmica, teosofía, guerra y paz, las potencialidades
humanas, ciudadana del mundo, Casa dei Bambini

Keywords
The Absorbent Mind, the spiritual embryo, Cosmic Education, Theosophy, War and Peace, l human potential,
Citizen of the World, Children’s House

Resumen
La etapa de Montessori en la India fue uno de los periodos más enriquecedores en la vida de Maria
Montessori. Allí escribió y publicó La Mente Absorbente del niño, y una serie de libros fundamentales. En su
obra La educación de las potencialidades humanas desarrolló los principios de la “Educación Cósmica” que
adaptó para el currículo de Primaria. Invitada en 1939 a dar unas conferencias en la India por el Presidente de
la Sociedad Teosófica, Montessori y su hijo, se vieron atrapados por el estallido de la Segunda Guerra
Mundial, y su posterior desarrollo. Tenía 69 años cuando llegó a Madrás. Permaneció diez años. Pero nada
sería igual que antes. Había una Montessori antes de la India, y otra mucho más profunda después. Cuando
regresaba a Europa declaró, a los que le preguntaban qué había hecho en la India: “creo que he aprendido a
aprender, como el Niño”.

Abstract
The decade Maria Montessori spent in India was one of the most enriching periods of her life. During that
phase, she wrote and published The Absorbent Mind Of The Child, as well as a number of fundamental books
in her career. In The Education of Human Potentialities, she developed the principles of the “Cosmic
Education”, a curriculum which she adapted for elementary students. Invited in 1939 to give lectures by the
president of the Theosophical Society, Maria Montessori and her son were trapped by the outbreak of World
War II and its subsequent development. She was 69 when she arrived to madras. She stayed ten years. There
was a Maria Montessori before India, and a much deeper one later. When she returned to Europe, when asked
what she had done in India, she declared, “I think I’ve learned how to learn, as if I were a Child”.

Introducción

Para María Montessori, los años vividos en la India serán una ocasión privilegiada
para enseñar, pero también para profundizar y elaborar un “concepto cósmico” de




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Educación que contemplará a los hombres como seres interrelacionados con la Naturaleza,
de acuerdo con un plan a escala universal y cósmica1.
Y, en este sentido, los principios teosóficos 2 podían representar un ambiente
ecuménico, adogmático y tolerante, muy próximo al pensamiento filosófico de María
Montessori. Los ideales que defendía la Teosofía coincidían con sus anhelos de formar una
hermandad universal, en la que toda la humanidad, sin distinción de raza, credos, sexos,
castas, ni colores, pudiera construir una nueva sociedad más humana y más justa3.
Objetivos muy lejos de conseguirse, en un mundo terriblemente azotado por la
guerra y la destrucción. María Montessori defendía que había que potenciar los estudios
sobre las diversas religiones, las filosofías y las ciencias. Y, por último, pero muy
importante, creía que había investigar las leyes todavía inexploradas de la Naturaleza y,
sobre todo, las inmensas potencialidades del hombre.

La Sociedad Teosófica

Montessori se asoció a la sección europea de la Sociedad Teosófica en Roma, el 23


de mayo de 18994. Tenía 29 años. Unos años después asistió a una conferencia de Annie
Besant en Londres, en 1907. Annie Besant hizo un elogio de la obra de Montessori sellando
desde entonces una profunda amistad. Pero tendrían que pasar uno años, hasta que se
produjera una nueva conexión con la Teosofía.
Fue en noviembre de 1939, apenas dos meses después del inicio de la Segunda
Guerra Mundial, cuando María Montessori y su hijo Mario viajaron a la India, alejándose
de una “Europa en llamas”, invitados por George Sidney Arundale, Presidente de la
Sociedad Teosófica, Gran Comendador de la organización masónica “Le Droit Humain” y
rector de la Banaras Hindu University5.


1
Mary Hayes, “Montessori’s View of Cosmic Education” (ponencia presentada en el International
Montessori Congres, Sydney, Australia, 14-17 July 2005).
2
La Sociedad Teosófica fue fundada en 1875. Es una organización cuyo primer objetivo es la Fraternidad
Universal. La Sociedad no impone ningún tipo de creencias. Sus miembros están unidos por la búsqueda de la
Verdad. Los fundadores de la Sociedad Teosófica fueron H. P. Blavatsky y H. S. Olcott, que fue presidente
vitalicio. Annie Besant, segunda presidenta de la Sociedad Teosófica, fu ampliamente conocida por sus
escritos, discursos y por sus actividades políticas llevadas a cabo en la India, en pro de reformas sociales.
George Sydney Arundale (1878-1945) fue el tercer Presidente de 1934 a 1945.
3
Giacomo Cives, “María Montessori tra scienza, spiritualità e laicità”, Studi sulla formazione 2 (2014): 119-
147 y Renato Foschi, María Montessori (Barcelona: Octaedro, 2014), 103.
4
El primer carnet de María Montessori fue descubierto recientemente en los Archivos de Adyar (India), sede
central de la Sociedad Teosófica.
5
María Montessori habría pedido asilo en Colombia dada la gravedad de la situación internacional, pero las
gestiones se retrasaban y, entre tanto, surgió afortunadamente la posibilidad de viajar a la India. En el Centro
de Documentación Agustín Nieto Caballero hay documentación sobre la demanda de asilo.




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Arundale había conocido a Montessori en una visita a Londres, realizada en el año
1934, y a partir de ese encuentro surgió una gran amistad. María Montessori le dedicó uno
de sus libros publicados en la etapa india: Educar para un nuevo mundo6.

Imagen 1
María Montessori y George Sidney Arundale, Presidente de la Sociedad Teosófica en Adyar, India

Fuente: Archivo de la Sociedad Teosófica en Adyar, India.

Estando en la India, le sorprende el estallido de la Segunda Guerra Mundial. A pesar


de su nacionalidad italiana,- Italia era “aliada” de la Alemania nazi y por lo tanto
“enemiga” de Gran Bretaña -, podrá continuar su tarea docente, pero su hijo Mario será
internado en un campo de concentración. Como “regalo de cumpleaños” (Montessori
cumple 70 años) el Virrey de la India le anuncia la puesta en libertad de su hijo7.
Ambos regresarán a Europa al cabo de diez años al final de la segunda guerra
mundial, permaneciendo durante un primer tiempo en el cuartel general de la Sociedad

6
María Montessori, Educar para un nuevo mundo (Ámsterdam: Montessori-Pierson Publishing Company,
2014). El libro de María Montessori lleva la siguiente dedicatoria: “Dedicado a la memoria de George Sidney
Arundale, quien me invitó a la India y me brindó la oportunidad de conocer ese maravilloso país, y de
ponerme en contacto con él y su gran personalidad”.
7
Juan José Morales Ruiz y Luis Jorge García Dueñas, María Montessori (Madrid: Ed. Fundación Emmanuel
Mounier, 2009), 32.




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Teosófica en Adyar, y más tarde en Kodaikanal, una zona de más altura y un clima más
suave. Y precisamente en Kodaikanal María Montessori irá publicando los libros más
importantes que permiten profundizar en la filosofía y el Método pedagógico que lleva su
nombre.

Imagen 2
María Montessori con su hijo Mario en Adyar, India

Fuente: Archivo de la Sociedad Teosófica en Adyar, India.

En la India, publicará los siguientes libros: The Discovery of the Child (1948);
Education for a New World (1947); To Educate the Human Potential (1947); The
Formation of Man (1949); y The Absorbent Mind (1947). Y en Colombo (Sri Lanka): Wat
You Should Know about Your Child (1948).
De hecho, hasta su fallecimiento el 6 de mayo de 1952, en la ciudad holandesa de
Noordwijck am See, en cuyo cementerio está enterrada, Montessori estuvo relacionada con
el ambiente teosófico internacional.
Relaciones que a principios del siglo XX eran muy intensas con la teosofía romana,
como demuestra su amistad con Francesco Randone (1864-1935), escultor, teósofo, masón




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fundador de una escuela de pintura, cuyas teorías y métodos pedagógicos, fueron
comentadas en la primera edición del Método8.

La Educación Cósmica

En su libro “Educación de las potencialidades humanas” Montessori desarrolla su


visión sobre la Educación Cósmica. Por ejemplo en el capítulo titulado El niño de seis años
y el Plan Cósmico9, María Montessori afirma que

(…) la educación entre los seis y los doce años no es una continuación de la
etapa anterior, pero se basa en dicha etapa. Dice que “en lo psicológico, cambia
decididamente la personalidad, y conforme lo ha determinado la naturaleza, durante
este periodo el niño adquiere todo cuanto tiene que ver con la cultura (…)
La conciencia, que ha tenido ya un considerable desarrollo, ahora sale en una
dirección determinada, la inteligencia se vierte al exterior y el niño muestra una
predisposición a indagar la razón de las cosas como nunca lo había hecho (…) En
esta etapa se siembra la semilla de todo, pues la mente del niño es similar a un suelo
fértil dispuesto a acoger lo que más adelante germinará (…) Pero si en este periodo
especial la mente no recibe la atención suficiente o no logar satisfacer sus
necesidades vitales, termina por atrofiarse.
El niño tiene que aprender de su propia actividad. Hay que darle lo que
necesita y no hacerle ningún cuestionamiento con respecto a su elección. La
enseñanza se debe limitar a satisfacer las demandas mentales, nunca dictarlas.
Los niños pequeños no se pueden mantener quietos porque necesitan
coordinar sus movimientos. Del mismo modo, quizá los más grandes parezcan un
poco problemáticos cuando indagan acerca de qué, cómo y por qué de todo lo que
ven, pero lo hacen porque están construyendo su intelecto mediante la actividad
mental, y es imperativo alimentar ese intelecto en amplios campos de la cultura.
Enseñar se convierte en una tarea fácil, puesto que no es necesario elegir qué
es lo que hay que darle al niño, basta con ponerle todo al alcance de las manos para
que satisfaga su apetito mental. El niño requiere absoluta libertad de elección, y
luego bastará con que repita las experiencias varias veces, y cada vez pondrá un
interés más marcado y una mayor concentración para adquirir el conocimiento
deseado.
El niño de seis años que ha estudiado en una escuela Montessori tiene la
ventaja de tener más conocimientos que el que no ha vivido esta experiencia Sabe
leer y escribir, se interesa por las matemáticas, la ciencia, la geografía y la historia,
y entonces resulta más fácil iniciarlo en otros conocimientos, por vastos que estos
sean.

8
Foschi, María Montessori, 33-35.
9
Montessori, La Educación de las potencialidades humanas (Ámsterdam: Pierson-Publishing Company,
2015), 4- 23.




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El educador se encuentra frente a un individuo que ya ha adquirido la base
de la cultura y está deseoso de edificar sobre estos cimientos, de aprender y penetrar
hasta lo más profundo de cualquier tópico. ¡Qué llano se le presenta entonces el
camino al educador! ¡Hasta parecería que no tuviera que hacer nada! Pero no, la
labor del educador no es nada fácil, ni pequeña.
Tiene que contar con una cantidad colosal de conocimientos para saciar el
hambre mental del niño y, a diferencia de un maestro tradicional, no cuenta con
ningún programa que le limite y le diga qué es lo que debe enseñar de cada materia,
sin excederse jamás en una determinada cantidad de tiempo. Está claro que las
necesidades del niño son más difíciles de satisfacer y cada vez se hace más
inaceptable que el educador se refugie en la rutina de los programas y los horarios
(…)

Una visión de todo el Universo


María Montessori cree que

(…) ya que hay que brindarle tanto al niño, démosle una visión de todo el
Universo. El Universo es una realidad imponente, una respuesta a todas las
preguntas. Debemos andar juntos este camino, pues todas las cosas son parte del
Universo y están conectadas entre sí para formar una completa unidad. (…)
Es necesario centralizar los intereses del niño, pero los métodos comunes no
logran cumplir ese objetivo ¿Cómo es posible mantener interesada la mente de un
individuo en crecimiento, si todo lo que le enseñamos gira en torno de un mismo y
limitado tema particular y sólo se podrán transmitir los detalles ínfimos que es capaz
de memorizar? ¿Cómo vamos a forzar al niño a que se interese por algo, si el único
interés auténtico es el que surge de su interior? Lo que se impone desde fuera no es
otra cosa que obligación y esfuerzo fatigoso, ¡nunca el verdadero interés! Esto debe
quedar bien claro.
Si la idea del Universo se presenta ante el niño en la forma adecuada, se
logrará algo más que despertar su interés, pues ella le causará admiración y
asombro, sentimientos más elevados y gratificantes que cualquier otro tipo de
interés. La mente del niño ya no se perderá sin rumbo, se fijará en un determinado
foco. Así, los conocimientos que adquiere se vuelven organizados y sistemáticos. La
inteligencia se manifiesta como una totalidad gracias a la visión completa que se le
ha presentado, y el niño se interesa por todo, pues cada cosa está interconectada con
las demás y ocupa un sitio en el universo en el cual se centra su mente.

¿Qué soy yo?


Las estrellas, la Tierra, las piedras, todo tipo de vida conforma una totalidad
en su relación con lo demás, una relación tan estrecha que sería imposible
comprender la naturaleza de una piedra… ¡sin antes comprender el inmenso Sol! No
importa qué es lo que tocamos, si es un átomo o una célula, es imposible explicarlo
sin conocer el ancho universo. ¿Existe alguna respuesta mejor que les podamos dar




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a esos buscadores de conocimientos? Incluso cabría preguntarse si será suficiente
con el universo… ¿Cómo nació? ¿Cómo llegará a su fin?
Estas dudas son parte de una curiosidad aún mayor que, una vez surgida,
jamás en la vida entera podrá ser saciada. Es posible hacer que las leyes que
gobiernan el universo se presenten ante el niño como algo interesante y maravilloso,
aún más que los objetos mismos. Entonces el niño empieza a hacer preguntas: ¿Qué
soy yo? ¿Cuál es la tarea del hombre en este maravilloso universo? ¿Estamos aquí
sólo con la función de vivir para nosotros mismos o tenemos otra función? ¿Por qué
peleamos y luchamos? ¿Qué es el bien y el mal? ¿En qué terminará todo?
Este plan de Educación Cósmica, -concluye-, piedra fundamental del Método
Avanzado, se expuso por primera vez en Inglaterra, en 1935, y demostró ser el
único camino posible para proseguir con paso firme las investigaciones en materia
educativa. Se hace imposible utilizarlo con niños analfabetos o completamente
ignorantes, pero los que han recibido la preparación indirecta a través del Método
Montessori lo aceptan con entusiasmo.

Un Dios sin manos


Los descubrimientos de los hombres inteligentes,- escribe María Montessori -,
fueron lo único que nos permitió reconstruir en la imaginación la historia del planeta
y sus seres vivientes. Y tales descubrimientos no fueron obra de una inteligencia
aislada sino que contaron con el apoyo de la ciencia sistemática. El hombre culto
actual es superior al hombre natural porque está dotado de instrumentos de gran
potencia10.
Cuenta con el microscopio y el telescopio para extender su visión, y con los
conocimientos acumulados de los matemáticos, químicos y físicos que, gracias a
esos poderes mágicos de la mente humana, investigaron los secretos de la
naturaleza. Así aparee la grandeza del hombre, un agente creativo y transformador
que se sitúa por encima de los animales o las plantas, un explorador del mundo
entero y del universo que lo rodea, capaz incluso de regresar en el tiempo y explorar
lo que ha dejado de existir hace años.
Todos los temas que estudiamos y nos interesan se pueden relacionar con
millones de hombres que han trabajado arduamente, a veces pasando hambre, con
tal de superar los obstáculos que se presentaron a su comprensión, para que el
acceso al conocimiento no nos costara tanto como a ellos. Todo es fruto del alma
humana, y la recolección de estos frutos, tesoro millonario que nos ha legado el
hombre, se encarna en la educación.
Tenemos que admirar a todos los pioneros, conocidos o no, poseedores de la
llama que ha alumbrado el sendero de la humanidad, e inspirar en los niños esa
misma admiración. A la mayoría de la gente le cuesta interesarse por las novedades;
incluso los intelectuales progresan muy lento en la esfera del pensamiento, pues son
hostiles a las ideas de nuevas que representan una amenaza para la seguridad mutua.

10
Montessori, La Educación de las potencialidades humanas, 56-60.




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La gente es perezosa física y mentalmente, sólo quiere disfrutar la vida. Eso genera
más admiración aún hacia quienes son diferentes, quienes sienten una fuerza interior
que los impulsa a actuar en contra de su propio bienestar y felicidad, aún a riesgo de
su vida (…)
Pero no admiramos a estos aventureros del pasado y el presente para
reconfortarlos con nuestra gratitud, pues no les va a llegar. Queremos que el niño
comprenda el papel que ha cumplido la humanidad y todo lo que aún le queda por
hacer, y que de ese modo conseguirá la elevación del alma y la conciencia moral. La
historia debe de ser algo vivo y dinámico, capaz de incentivar el entusiasmo y
destruir el egoísmo intelectual la pereza individualista (...)
La historia de los logros del hombre es algo real; un testigo vivo de la
grandeza humana, y los niños se estremecen con facilidad solo de pensar que
millones de personas como ellos están haciendo todo tipo de esfuerzos físicos y
mentales para resolver los problemas de la vida, y que todos contribuyen para hallar
la solución, aunque tal vez sea uno el que la encuentre.
Al igual que con las eras geológicas, el medio tiene que estar preparado para
recibir ideas nuevas que se avecinan. Cuando el pensamiento está preparado, basta
con que se organicen muchas mentes en una atmósfera intelectual adecuada para
que surjan los descubrimientos. Cientos de pensamientos se cristalizan en un solo
hombre, que expresa algo de una utilidad sorprendente o descubre un conocimiento
nuevo.
A excepción de la poesía, los pioneros siempre dependen de quienes les
antecedieron; el presente se apoya en el pasado del mismo modo en que una casa se
apoya sobre sus cimientos. El hombre ha llegado mucho más lejos que la naturaleza
en la tarea de la creación, y no hubiera podido hacerlo de no haber aceptado ni
sentido la existencia de un Dios sin manos ni pies, que sin embargo es capaz de
moverse a lo largo y ancho del universo que Él creó y sigue creando con la ayuda
del hombre y otros agentes.
Para satisfacer sus deseos, el hombre ya no está limitado a utilizar sólo las
manos, ahora cuenta con las maquinas. Tiene el respaldo de una nueva
potencialidad, lo que está más allá de la naturaleza. Su vida hoy es mucho más
elevada y amplia que nunca, y los niños deben de estar preparados para esta vida.
Por ello, el principio fundamental de la educación es la integración de todos estos
temas, centralizados en el Plan Cósmico.

El universo ante la imaginación del niño


María Montessori dice que

(…) para despertar en los niños el interés por el Universo, no debemos


brindarles ya desde un comienzo datos aislados, hacerles comprender meramente su




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mecanismo; habrá que transmitirles nociones mucho más elevadas de naturaleza
filosófica, adaptadas a la psicología de los niños 11.
Con ese propósito, puede ser útil contar con la ayuda de algunos mitos o
cuentos de hadas, pero sólo aquellos que simbolizan verdades de la Naturaleza, no
los que son pura fantasía. La vida es un agente cósmico. ¿Cuál es la mejor manera
de presentar esta verdad ante los niños, para apelar a su imaginación?
Es probable que lo que más le llame la atención al niño sean las dimensiones,
la tremenda magnitud y alcance de la vida en el planeta, lo cual sería simple porque
él ya conoce el poder de los números. Se le pueden brindar cifras, fácilmente
obtenibles, sobre la población humana de los distintos países, y luego mencionar la
vida en las profundidades del mar, que como se sabe es incalculable.
Primero mencionaremos las ballenas, esos impresionantes gigantes marinas,
que al ser tan grandes es lógico que no sean tantos como los peces más chicos. Las
ballenas viven en grupos en los mares del norte pero en el invierno se trasladan a
regiones más cálidas, donde se unen con otras especies, como la ballena blanca de la
Antártida. Allí, no hay cientos de grupos, hay cientos de miles. Dicho esto, no es
difícil imaginar el resto de la vida marina, compuesta por miríadas de multitudes de
criaturas de menor tamaño.
Para dar una imagen gráfica de esto, podemos recurrir a las cifras, y si no hay
datos estadísticos disponibles, considerar las áreas que quedan cubiertas en ciertos
mares durante la estación en que los peces se ven obligados a saltar a la superficie.
Se ha observado que sólo los que salen del fondo submarino, porque algún factor les
impide estar allí, cubren en tales ocasiones más de diez mil hectáreas (…) A los
niños les gusta analizar y comprender estas cifras colosales, y se les puede decir que
los peces pertenecen a la aristocracia de la vida y que los géneros inferiores son aún
más prolíficos, tanto que no alcanzan los números para contarlos.
Es sabido que las medusas suelen invadir a veces la superficie hasta tal punto
que los buques más veloces demoran tres días en cruzar por donde ellas están; para
alimentarse, semejante cardumen caza con sus tantísimos tentáculos criaturas
vivientes muchísimo más numerosas, las cuales existen en una cantidad que parece
inagotable.
A fin de tener una idea de cuán numerosos son esos seres microscópicos, cabe
destacar que con su fosforescencia son capaces de iluminar kilómetros y kilómetros
de un mar tropical, basta el punto de rivalizar con las estrellas que brillan en una
noche despejada. Si con la ayuda de un microscopio se observan en una sola gota de
agua cientos de organismos vivos diminutos, ¿cuántos de ellos habrá en el inmenso
océano? Se ha estimado que uno de los más pequeños de esos seres vivos del mar es
capaz de producir un millón de individuos similares a él en diez días.
Es decir, que luego de veinte días, tal vez haya un millón de millones de esta
criatura diminuta, ¡y en un mes el cubo de un millón! (…) En el reino vegetal, las

11
María Montessori, La Educación de las potencialidades humanas, Ámsterdam, Pierson-Publishing
Company, 2015, p. p. 21 a 25. (El libro fue publicado originalmente en inglés, en Madrás (India) por la
Editorial Kalaskshetra, en 1948).




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cifras son aún más difíciles de calcular; en algunos bosques, hay una maleza tan
tupida e impenetrable, que hasta los animales tienen que andar sobre las copas de
los árboles para procurarse alimento.
La vida es una aventura y está poblada de peligros, tanto en el mar y el aire
como en la tierra. Las especies marinas viven bajo la constante amenaza de ser
exterminadas por voraces criaturas de mayor tamaño que buscan saciar su hambre,
las cuales a su vez son víctimas de otras aún más grandes.
En la tierra, a estos peligros se les suman las hambrunas, inundaciones,
erupciones volcánicas y plagas, las cuales se cobran numerosas vidas; pero todo eso
queda minimizado ante la destrucción sobrevenida si el agua o el aire dejaran de
cumplir su función vital: se aniquilaría toda forma de vida de un solo golpe mortal.
Todos los animales cuentan con el instinto de conservación y sus propias armas para
defenderse de cualquier otro peligro, de modo que- siempre sobrevivirá una
cantidad que garantice la continuidad de la especie, pero no hay criatura que se
pueda defender ante la privación de aquellos elementos indispensables.
Además, siempre se ha alertado acerca del peligro que corre la Tierra ante la
posibilidad de una colisión con algún cometa o el enfriamiento del Sol, pero se trata
de riesgos remotos y secundarios comparados con la catástrofe que sobrevendría si
faltaran el aire o el agua. Si bien no siempre presentaron la misma forma que hoy,
parecería que estos dos elementos han mantenido constantes su pureza y naturaleza
esencial desde los más remotos comienzos de la vida sobre el planeta, sobreviviendo
a cambios colosales, cuando se sumergieron continentes enteros y se produjeron
mutaciones el equilibrio del mundo.

El “embrión espiritual”
María Montessori habla del “embrión espiritual” 12 en su libro La mente absorbente
del niño. Dice que

(…) el recién nacido debe emprender un trabajo formativo en el campo


síquico, que recuerda el que realiza el cuerpo en el periodo embrionario. Tiene un
período de vida que ya no es el de embrión físico y tampoco se parece al que
presenta el hombre que será más tarde, Este período postnatal, que puede definirse
como el “período formativo”, es un período de vida embriológica constructiva que
hace del niño un embrión espiritual.
De este modo la humanidad tiene dos periodos embrionales: uno prenatal,
similar al de los animales, y otro postnatal, exclusivo del hombre. Así se interpreta
el fenómeno que distingue al hombre de los animales: la larga infancia. Es en la
infancia donde se observa una clara barrera entre los animales y el hombre; con la
infancia el hombre se presenta en la tierra como un ser aparte, cuyas funciones no


12
Montessori, La mente absorbente del niño (Ámsterdam: Montessori-Pierson Publishing Company, 2014),
55-56.




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son ni la continuación, ni la derivación de las que se manifestaron los animales
superiores.
Representa un salto en la vida: la apertura de nuevos destinos. Lo que permite
distinguir las especies son sus diferencias, no sus semejanzas. Las especies nuevas
deben tener algo nuevo: no pueden ser una simple una simple derivación de las
antiguas: se presentan como originales y productivas de caracteres que nunca han
existido antes. La obra es original y creativa, y denota un nuevo impulso en la vida.
Así, cuando aparecieron los mamíferos y las aves, aportaron novedades y no
copias o adaptaciones de seres precedentes. Las novedades que se manifestaron al
desparecer los dinosaurios, fueron en las aves la defensa apasionada de los huevos,
la construcción de los nidos, la protección de los recién nacidos, el valor para
defenderlos, mientras los reptiles insensibles abandonaban sus huevos.
Y los mamíferos superaron a los pájaros en la protección de la especie: no
hicieron nidos, sino que dejaron que los nuevos seres se desarrollaran dentro de su
propio cuerpo, preparando su alimentación con su propia sangre. Se trataba, pues,
de caracteres nuevos. Y, por ello, el de la especie humana es un carácter nuevo:
tiene una doble vida embrional, un nuevo esbozo, y un nuevo destino, respecto de
los demás seres. Este es el punto en que debemos detenernos y a partir del cual
debemos emprender el estudio de todo el desarrollo del niño y del hombre en su
aspecto psíquico.
Si la obra del hombre sobre la tierra está relacionada con su espíritu, con su
inteligencia creativa, espíritu e inteligencia deben constituir el soporte de la
existencia individual y de todas las funciones del cuerpo. En torno a éste se organiza
su comportamiento, y también la fisiología de sus órganos. El hombre entero se
desarrolla dentro de un halo espiritual. Actualmente, nosotros los occidentales
también empezamos a progresar hacia este concepto particularmente claro en la
filosofía hindú: a través de experiencias prácticas, vamos descubriendo
perturbaciones fisiológicas que dependen de hechos psíquicos porque el espíritu no
se ocupó de dominarlas.
Si el hombre está regido y depende de un “halo espiritual que lo envuelve”, y
del cual consigue la organización de su comportamiento individual, los primeros
cuidados, los que tienen preferencia sobre todos los demás, deberán dirigirse
particularmente hacia la vida psíquica del recién nacido, y no sólo hacia la vida
física, como aún ocurre en la actualidad.

“Recuerdo a mi abuela pelando patatas”


Hablando sobre Montessori y la Educación Cósmica conviene traer a colación lo
que dice su nieto Mario Montessori Jr13.


13
Mario Jr. Montessori, La educación para el desarrollo humano. Comprendiendo a Montessori (México
D.F.: Diana, 1979), 123- 124.




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Una de las características más fascinantes de María Montessori era su
habilidad para conectar la vida del momento con la vida del distante pasado. Una
simple tarea hacía que empezara a esbozar una visión panorámica de la evolución
del hombre hasta la época actual, estimulando irresistiblemente la imaginación de
quienes la escuchábamos.
La recuerdo pelando patatas y mirándolas con profundidad, como si supiesen
revelar algún secreto de gran importancia. Continuaba su tarea, preguntándose en
voz alta cómo descubrió el hombre originalmente el valor de la planta de las patatas,
en apariencia una semilla con insignificantes florecillas que producían un fruto
venenoso.
¿Qué fue lo que le hizo mirar más allá? ¿Por medio de qué truco de la
casualidad descubrió que su utilidad para el hombre no yacía en la parte que
aparecía sobre la superficie, sino en la parte oculta en la tierra? ¿Cómo aprendió que
esta parte no era venenosa, sino comestible? La patata proviene del Nuevo Mundo.
¿Cómo es que fue introducida, adoptada y cultivada a través de Europa occidental?
El modo en que podía hablar de cosas como las patatas lo llevaban a uno
inmediatamente hasta un nivel de pensamiento y a una visión más profunda de la
realidad, mientras que al mismo tiempo, permanecía inmerso en la vida humana. Era
una experiencia única. Estaba conectada a una cualidad especial de su personalidad
y a una profundidad de conocimientos fundamental para su éxito. Aunque es posible
que no haya hecho la conexión conscientemente, creo que su desarrollo de la
Educación Cósmica surgió de esta desusada habilidad para conectar el pasado y el
presente a través del pensamiento imaginativo. Como ella mismo lo señaló en su
libro “La educación de las potencialidades humanas”: La visión imaginativa es
completamente diferente de la mera percepción de un objeto, pues es ilimitada. No
sólo la imaginación puede viajar a través del espacio infinito, sino también a través
del tiempo infinito. Podemos retroceder a épocas pasadas, y tener una visión de la
tierra como era, con las criaturas que la habitaban. Para aclarar si un niño ha
comprendido, o no, debemos ver si puede formar una visión de ello dentro de la
mente, si ha ido más allá del simple entendimiento… El secreto de la buena
enseñanza es considerar la inteligencia del niño como un fértil campo en el que
pueden sembrarse semillas, para crecer bajo el calor de una flamante imaginación.
Por lo tanto, nuestro objetivo no es solamente que el niño entienda, y menos aún
forzarlo a memorizar, sino conmover su imaginación para entusiasmarlo hasta lo
más profundo de su corazón14.

Los niños son los constructores del Hombre


Finalizada la Segunda Guerra Mundial, después de los campos de exterminio nazis
y de los bombardeos de Hirosima y Nagasaki, María Montessori en la introducción de su
libro Educar para un nuevo mundo15, hará la siguiente reflexión:

14
Montessori, To Educate the Human Potential (Adhyar, India; Kalakshetra, 1948), 14-15.
15
Montessori, Educar para un nuevo mundo (Ámsterdam: Montessori-Pierson Publishing Company, 2014),
1-3.




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El mundo en que vivimos ha sido devastado y necesita que se le reconstruya.
Un elemento fundamental para ello es la educación. Los intelectuales recomiendan
una mejora en la educación así como también se recomienda el regreso a la religión.
Pero la humanidad todavía no está lista para la evolución tan fervientemente
deseada, que consiste en la construcción de una sociedad que viva en paz y armonía
y sin guerras (…)
Si la educación continuara con sus viejas fórmulas y se le siguiera
considerando como la simple transmisión de conocimientos, el problema se tornaría
irresoluble y no habría esperanza de mejorar el mundo. Solo el estudio científico de
la personalidad humana nos puede llevar a la salvación y para ello tenemos ante
nuestros ojos a una entidad psíquica en los niños, un grupo social gigantesco, una
genuina potencia mundial si se le encamina correctamente. Si tiene que llegar ayuda
y salvación serán los niños los que la traigan, pues los niños son los constructores
del hombre y de la sociedad. El niño está dotado de un poder interior que puede
guiarnos a un futuro más iluminado. Ya no se puede concebir la educación como la
mera impartición de conocimientos, hay que buscar otros caminos para liberar las
potencialidades humanas. (…)
La observación de los primeros dos años de vida ha echado nueva luz sobre
las leyes de la construcción psíquica en la infancia que es completamente distinta de
la psicología del adulto. Este es el punto de partida de un nuevo camino, en el que
no será el maestro el que enseñe al niño, si no el niño el que enseñe al maestro. Tal
vez esto parezca una idea absurda, pero queda claramente demostrada cuando se
descubre que la mente infantil absorbe el conocimiento y de ese modo se instruye a
sí misma. Esto es fácil de probar si se piensa en el aprendizaje de la lengua, toda una
proeza intelectual que realizan los niños. (…)
Dentro de cada niño hay un maestro escrupuloso y exigente, que tiene sus
tiempos bien establecidos y que ya a los tres años ha producido un ser que, como
afirman los psicólogos, aprendió en ese lapso lo que a un adulto le llevaría sesenta
años de duro esfuerzo. La observación científica ha establecido que la educación
no es lo que el maestro les da a sus alumnos; la educación es un proceso natural que
el individuo lleva a cabo espontáneamente y que no es el resultado de oír palabras,
sino que se basa en la experiencia que brinda el contacto con el medio ambiente.

La disciplina interior
Sobre el fenómeno de la disciplina interior del niño16, María Montessori escribe en
La mente absorbente del niño:

Debemos tener presente, que el fenómeno de la disciplina interior es algo


que debe conseguirse y no una cosa preexistente. Nuestro deber es guiar por la vía
de la disciplina. La disciplina nacerá cuando el niño haya concentrado su atención

16
Montessori, La mente absorbente del niño, 240-242.




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sobre el objeto que lo atrae y que no sólo permite un útil ejercicio sino también el
control de error.
Mediante estos ejercicios se crea una maravillosa coordinación de la
individualidad infantil, gracias a la cual el niño se tranquiliza, se siente radiante de
felicidad, ocupado, se olvida de sí mismo y, en consecuencia, se muestra indiferente
a los premios y recompensas materiales. Estos pequeños conquistadores de sí
mismos y del mundo que los rodea, de hecho son superhombres, los cuales nos
revelan el alma divina que posee el hombre. La feliz tarea de la educadora consiste
en mostrar el camino con perfección, proporcionando los medios y eliminando los
obstáculos, empezando por lo que ella misma pueda oponer, pues la educadora
puede constituir un enorme obstáculo. Si la disciplina fuese algo preexistente,
nuestra labor no sería necesaria; el niño poseería un instinto seguro que le haría
capaz de superar cualquier dificultad.
El niño de tres años que llega a la escuela es un combatiente a punto de ser
vencido por las represiones. Ya ha desarrollado una actitud defensiva que ocultará
su naturaleza más profunda. Las energías superiores que podrían conducirlo a una
paz disciplinada y a una sabiduría divina están adormecidas. Lo único que
permanece en actividad es una personalidad superficial que se agota a sí misma en
movimientos descoordinados, en ideas vagas, en un intento de luchar contra las
represiones de los adultos o de huir de ellas. Pero sabiduría e inteligencia sólo
esperan ser despertadas en el niño. Las represiones han actuado contra él, pero
todavía no está todo perdido y fijado en sus desviaciones, y nuestros esfuerzos no
serán vanos. La escuela debe proporcionar al espíritu del niño espacio y el privilegio
de desarrollarse.
Al mismo tiempo, la maestra debe recordar que las reacciones de defensa y,
en general, las características inferiores que ha adquirido el niño, son obstáculos que
impiden la apertura de la vida espiritual y que el niño debe liberarse de ellas. Este es
“el punto” de partida de la educación. Si el maestro no sabe distinguir el impulso
puro de la energía espontánea que nace de un espíritu sereno, su acción no tendrá
resultado. El verdadero fundamento de la eficacia del educador consiste en la
capacidad de distinguir entre estos dos tipos de actividad, cada uno de los cuales
tiene una apariencia de espontaneidad, porque en ambos el niño actúa por su propia
voluntad, pero que tienen un significado completamente opuesto. Sólo cuando el
educador ha adquirido una capacidad de discriminación, puede convertirse en
observador y guía.

La actitud creadora del niño


María Montessori en El Niño. El secreto de la infancia hablando sobre los periodos
sensitivos y la actitud creadora del niño17, escribe:


17
Montessori, El Niño. El secreto de la infancia, 75-82.




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La sensibilidad del niño pequeñísimo, antes de que se halle animado de
instrumentos expresivos, le conduce a una construcción psíquica primitiva, que
puede permanecer oculta. Pero este concepto no corresponde a la realidad. Decir
esto sería como afirmar que el niño recién nacido ya posee un lenguaje
completamente formado en su interior, mientras que los órganos motores de la
palabra son todavía incapaces de expresarlo. Lo que existe es la predisposición a
construir el lenguaje. Algo parecido ocurre en cuanto a la totalidad del mundo
psíquico, del cual el lenguaje es manifestación exterior.
En el niño existe la actitud creadora, la energía potencial para construirse un
mundo psíquico a expensas del ambiente. Para nosotros tiene especial interés el
reciente descubrimiento de la biología relativo a los llamados periodos sensitivos,
estrechamente relacionados con el fenómeno del desarrollo. ¿De qué depende el
desarrollo? ¿Cómo crece un ser viviente?. Cuando se habla de desarrollo, de
crecimiento, se habla de un hecho que puede comprobarse exteriormente, pero
desde hace muy poco tiempo se ha penetrado en algunas particularidades de su
mecanismo interno.
En los estudios modernos existen dos factores para profundizar en tales
conocimientos: uno, es el estudio de las glándulas de secreción interna, las cuales se
refieren al crecimiento físico y se han vulgarizado enseguida por su considerable
influencia práctica en el cuidado de los niños. El otro es el de los periodos
sensitivos, que permiten abrigar la posibilidad de comprender el crecimiento
psíquico. El científico holandés Hugo de Vries descubrió los periodos sensitivos en
los animales, pero fuimos nosotros, en nuestras escuelas, quienes hemos encontrado
estos periodos sensitivos en el crecimiento infantil, y los hemos utilizado para la
educación.

María Montessori piensa que los periodos sensitivos son

(…) sensibilidades que se encuentran en los seres en evolución, es decir, en


los estados infantiles, los cuales son pasajeros y se limitan a la adquisición de un
carácter determinado. Una vez desarrollado este carácter, cesa la sensibilidad
correspondiente. Cada carácter se establece con auxilio de un impulso, de una
sensibilidad pasajera.
Por consiguiente el crecimiento no es algo impreciso, una especie de
fatalidad hereditaria incluida en los seres; es un trabajo minuciosamente dirigido por
los instintos periódicos o pasajeros, que impulsan hacia una actividad determinada,
que quizá es distinta de la que caracterizará al individuo adulto (…) Si el niño no ha
podido actuar según las directivas de su periodo sensitivo, se habrá perdido la
ocasión de una conquista natural, y se habrá perdido para siempre. Durante su
desarrollo psíquico el niño realiza conquistas milagrosas; la costumbre de ver esas
conquistas ante de nuestros ojos cotidianamente nos convierte en espectadores
insensibles.
¿Pero cómo se orienta el niño, venido de la nada, en este mundo tan
complicado? ¿Cómo consigue distinguir las cosas y porqué extraño prodigio




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consigue aprender un lenguaje con sus particularidades más minuciosas, sin tener un
maestro, sino simplemente viviendo? Viviendo con simplicidad, con alegría, sin
fatigarse; mientras que un adulto, para orientarse en un ambiente nuevo, necesita
tantas ayudas, y para aprender una lengua debe realizar áridos esfuerzos, sin
conseguir nunca la perfección de la lengua materna, que se aprende en la edad
infantil.
Un niño aprende las cosas en los periodos sensitivos, que se podrían
parangonar a un faro encendido que ilumina interiormente, o bien a un estado
eléctrico que da lugar a fenómenos activos. Esta sensibilidad permite al niño
ponerse en contacto con el mundo exterior de un modo excepcionalmente intenso. Y
entonces todo le resulta fácil, todo es entusiasmo y vida. Cada esfuerzo representa
un aumento de poder. Y cuando, en el periodo sensitivo, ya ha adquirido unos
conocimientos, sobreviene el torpor de la indiferencia y la fatiga.
Pero cuando algunas de estas pasiones psíquicas se apagan, otras llamas se
encienden y así la infancia pasa de conquista en conquista, en una vibración
vigorosa continua, que hemos llamado el gozo y la felicidad infantil. Y en esta
llama resplandeciente que arde sin consumirse se desarrolla la obra creadora del
mundo espiritual del hombre. En cambio, cuando desaparece el periodo sensitivo,
las conquistas intelectuales son debidas a una actividad refleja, al esfuerzo de la
voluntad, a la fatiga de la búsqueda, y en el torpor de la indiferencia nace el
cansancio del trabajo. Aquí reside la diferencia fundamental, esencial, entre la
psicología del niño y la del adulto.
Existe, pues, una especial vitalidad interior que explica los milagros de las
conquistas naturales del niño. Pero si durante la época sensitiva un obstáculo se
opone a su trabajo, el niño sufre un trastorno, o incluso una deformación, y éste es el
martirio espiritual que aún desconocemos, pero que casi todos llevamos dentro en
forma de estigmas inconscientes.
Hasta ahora, el trabajo del crecimiento, es decir, de la conquista activa de los
caracteres, había pasado, inadvertido; pero una larga experiencia nos ha mostrado
las reacciones dolorosas y violentas del niño cuando algún obstáculo externo impide
su actividad vital. Como ignoramos las causas de estas reacciones, las juzgamos sin
causa y las medimos por su resistencia a ceder a nuestras tentativas para calmarlas.
Con el vago término de caprichos denominamos fenómenos que difieren
mucho entre sí. Capricho es todo aquello que carece de causa aparente, todo aquello
que puede considerarse como una acción ilógica e indomable. Sin embargo,
observamos que algunos caprichos denotan una existencia de causas permanentes
que continúan actuando y a las que, evidentemente, no hemos encontrado remedio.
Pero los periodos sensitivos nos pueden aclarar muchos caprichos infantiles;
no todos pues existen diversas causas de luchas internas, y además muchos
caprichos ya son la consecuencia de desviaciones de la normalidad que aún se
agravan más con un tratamiento erróneo. Pero los caprichos relacionados con los
conflictos internos que tienen lugar durante los periodos sensitivos son tan pasajeros
como el periodo sensitivo mismo, y no dejan huellas en el carácter.




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No obstante, comportan la grave consecuencia de obstaculizar el desarrollo,
lo cual es irreparable en el futuro desarrollo de la vida psíquica. Los caprichos del
periodo sensitivo son expresiones externas de necesidades insatisfechas, toques de
alarma de una condición equivocada, de un peligro, y si se ha presentado la
posibilidad de comprenderlos y satisfacerlos, desaparecen inmediatamente.
Entonces se observa cómo al estado de agitación sigue un estado de calma.
En cambio, ese estado de agitación hubiera podido asumir finalmente la forma de
enfermedad. Por tanto, es necesario buscar la causa de cada manifestación infantil,
que nosotros denominamos caprichosa, precisamente porque esta causa se nos
escapa, cuando podría representar en cambio una guía para penetrar en los rincones
misteriosos del alma infantil, y preparar un periodo de comprensión y de paz en
nuestras relaciones con el niño (…)
El desarrollo psíquico no viene porque sí, y no tiene sus estimulantes en el
mundo exterior. Es guiado por las sensibilidades pasajeras constituyendo instintos
temporales que presiden la adquisición de los caracteres diversos. Y aunque esto se
produce a expensas del ambiente exterior, éste no tiene importancia constructiva
alguna, ya que ofrece únicamente los medios necesarios a la vida, paralelamente a lo
que ocurre con la vida del cuerpo que recibe del ambiente sus elementos vitales por
la respiración.
Son las sensibilidades interiores que guían en la elección de lo necesario en
el ambiente multiforme y en las situaciones favorables a su desarrollo. ¿Cómo
guían? Guían convirtiendo sensible al niño ricamente para ciertas cosas e indiferente
para otras. Cuando se encuentra en un periodo sensitivo, es como si emanara del
mismo, una luz divina que iluminara únicamente ciertos objetos sin iluminar los
demás, y en aquéllos se concentra el universo, para él. Pero no se trata sencillamente
de un deseo intenso de encontrarse en ciertas situaciones, de no absorber más que
determinados elementos; existe en el niño una facultad especialísima, única, y es la
de aprovechar estos periodos para su crecimiento.
Es durante los periodos sensitivos que efectúa sus adquisiciones psíquicas,
como por ejemplo, la de orientarse en el ambiente exterior; o también, es capaz de
animar de manera más perfecta e íntima sus instrumentos motores. En estas
relaciones sensitivas entre el niño y el ambiente está la llave que puede abrirnos el
fondo misterioso en el que el embrión espiritual desarrolla el milagro de su
crecimiento.

Los años vitales para el desarrollo humano


Al nacer, existe en el niño la potencialidad de crear su mente18. Es a través de la
interacción con su medio ambiente, que llegará a comprenderse y a descubrir su lugar en el
universo. En “La mente absorbente del niño”, María Montessori se adentra en el periodo
embrionario del niño recién nacido, periodo en el que se organiza la mente. Parte de
algunas proposiciones basadas en la biología; del desarrollo embrional del niño; de la ley

18
Montessori, La mente absorbente del niño, 15-20.




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natural que lo predispone a un comportamiento libre; y del gran misterio de la gestación
espiritual de la persona humana. Es lo que denomina “los años vitales”. Un tiempo que
tiene una importancia decisiva en el desarrollo humano.
Y en este sentido, sabemos que los dos primeros años de vida abren un nuevo
horizonte. Revelan un nuevo horizonte, revelan leyes de construcción psíquica, que habían
sido ignoradas hasta que en 1947, María Montessori las formuló en la India. Se pueden
resumir diciendo que “el niño mismo nos ha ofrecido el don de esta revelación; nos ha
hecho conocer un tipo de psicología,- la suya -, completamente v distinta de la del adulto”.
Y es que, el niño tiene una mente capaz de absorber, -María Montessori la llama “la
mente absorbente”-, capaz de absorber conocimientos y el poder de instruirse a sí mismo.
Por eso son tan importantes los primeros años de la vida, y por eso es tan importante el
Método Montessori que en estas primeras edades se dirige, sobre todo, a potenciar las
extraordinarias capacidades de crecimiento del niño.
Por ejemplo, en relación con el lenguaje, María Montessori dice que

(…) en lo más íntimo de cada niño existe, por así decirlo, “un maestro
vigilante”. Un “maestro interior” que es capaz de obtener los máximos resultados de
todos y cada uno de los niños, sea cual sea su familia, o el país en que se hallen. El
único lenguaje que el hombre adquiere con perfección y sin titubeos es el que
aprende en el primer periodo de la infancia.
Cuando nadie puede impartir ninguna enseñanza al niño. Y sucederá que
cuando se haga grande, si debe aprender una nueva lengua, ninguna ayuda podrá
hacer que llegue hablar esta segunda lengua con la misma perfección con que habla
la lengua que aprendió en la primera infancia.

Si se reflexiona sobre este hecho, vemos que cada vez resulta más evidente que la
obra de “construcción” realizada en este periodo por el niño es impresionante, y que todo lo
que poseemos en la edad adulta ha sido construido por el niño que fuimos durante nuestros
dos primeros años. A los tres años el niño ya ha establecido los cimientos de la
personalidad humana, y entonces necesita la ayuda particular de la educación escolar. Las
conquistas realizadas por él son tales que se puede afirmare que el niño que entra en la
escuela a los tres años, ya es un hombre en virtud de las conquistas realizadas con
anterioridad. María Montessori dice que

(…) si comparamos nuestra habilidad de adultos con la del niño, precisaríamos


sesenta años de duro trabajo para conseguir lo que el niño ha logrado en los
primeros años. Podemos decir que el niño a los tres años ya es un hombre, aunque
sabemos que esta singular facultad del niño para absorber el ambiente aún no se ha
agotado completamente en este periodo inicial. La Educación no es lo que el
maestro imparte, sino un proceso natural que se desarrolla espontáneamente en el




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individuo humano; la educación no se adquiere escuchando palabras, sino a través
de experiencias efectuadas en el ambiente. Entonces cabe preguntarse: ¿cuál es la
función del maestro en estas edades?

María Montessori afirma que

(…) la función del maestro no es hablar, sino preparar y disponer una serie de
motivos de actividad cultural en un ambiente especialmente preparado. Mis
experiencias en países diversos han durado más de cuarenta años. Y a medida que
los niños crecían los padres me pedían que continuara la educación de los niños ya
mayores. De ese modo descubrimos que la actividad individual es la facultad que
estimula y produce por sí sola el desarrollo. Y que esto vale tanto para los pequeños
en edad preescolar como para los niños de primaria y de los niveles más avanzados.
Por ello sostengo que cualquier reforma de la educación debe basarse en el
desarrollo de la personalidad humana. El hombre mismo debería convertirse en el
centro de la educación.

Y algo muy importante:

El hombre no se desarrolla cuando llegamos a la universidad, sino que inicia su


desarrollo mental a partir del nacimiento, y lo efectúa con la mayor intensidad en los
primeros tres años de vida. Por eso creo que es necesario prestar mucha más
atención a este periodo decisivo que a cualquier otro. Así el niño se nos revelará
como la más grande maravilla de la naturaleza. Entonces no nos enfrentaremos con
el niño considerado como un ser sin fuerza, casi como un recipiente vacío que
debemos llenar con nuestra sabiduría, sino que su dignidad se alzará ante nuestros
ojos a medida que lo consideremos el constructor de nuestra inteligencia, el ser, que
trabaja infatigablemente con alegría y felicidad, siguiendo un programa preciso,
para construir esta maravilla de la naturaleza que es el Hombre.

La primera infancia es una etapa decisiva: son los años vitales para el desarrollo
humano, por eso es tan importante.

Los sentimientos y las emociones


María Montessori escribe sobre el tema de los sentimientos y las emociones19 en su
libro La educación de las potencialidades humanas:

Últimamente, siguiendo al psicoanálisis, se ha hablado mucho de la


sublimación de los instintos. Para lograr este objetivo, las maestras han incentivado
los sentimientos y emociones, pero los escolares no mostraron ninguna reacción

19
Montessori, La educación de las potencialidades humanas, 32.




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satisfactoria. Los psicólogos basan sus teorías en la conducta de los animales y la
respuesta de los adultos al psicoanálisis; solo se nos unen en lo tocante al tema de
una reforma en la educación, pero en este tema ya hemos recorrido gran parte del
camino, ¡partiendo directamente del niño! Ellos buscan un método educativo que se
adapte a sus teorías y nosotros buscamos una teoría psicológica que se adapte a
nuestro método.
Para ejemplificar esta sublimación de los instintos, se puede citar a un
escritor moderno, quien afirmo con acierto que la ciencia moderna es un
monumento a la curiosidad sublimada. Estamos totalmente de acuerdo, y hemos
probado que cuando se le da al niño una visión detallada de cómo comenzó la vida y
como progresó hasta el presente, se despierta en él un gran interés por la ciencia y
todas sus maravillas.
El instinto de curiosidad del niño es sublimado por esos intereses elevados,
pero tal cosa solo es posible si se los presenta ante el niño a una edad mucho más
temprana de la que los psicólogos estiman aceptable. El niño nos ha enseñado que
esta etapa temprana es el único momento de su vida en que su sensibilidad e interés
son más profundos de lo que lo será después, y que cuando sea mayor sólo podrá
estudiar científicamente y con precisión si ya está dotado de una emoción y
sentimiento profundos por esos temas. Entonces no será simple curiosidad lo que lo
mueva, sino un intenso interés, un entusiasmo basado en la emoción.

Un planeta donde no hay escuelas


En La mente absorbente del niño utiliza una comparación de una dimensión
planetaria20 para describir el modo de aprender del niño:

Si yo os dijera que existe un planeta donde no hay escuelas, ni maestros, sin ninguna
necesidad de estudiar, y donde, viviendo y paseando, sin más fatiga, los habitantes
llegan a conocerlo todo y a fijar sólidamente todo el saber en su cerebro, ¿no os
parecería una hermosa fábula? Pues bien, esto, que parece tan fantástico y suena a
invención de una fértil imaginación, es un hecho, una realidad; porque éste es el
modo de aprender del niño inconscientemente. Éste es el camino que sigue. Lo
aprende todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la
conciencia, avanzando por un sendero en que todo es alegría y amor.

Inmóvil frente al telescopio


En El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia otro
de sus libros fundamentales, repasando la experiencia vivida en la “Casa dei Bambini”,
fundada por María Montessori en el popular barrio romano de San Lorenzo, el 6 de enero
de 1907, habla de la observación científica,21 una de las claves distintivas del Método
Montessori:

20
Montessori, La mente absorbente, 44.
21
Montessori, El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia, 148.




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Cuando tuve que preparar para este sistema maestras no ejercitadas en la
observación científica, pude medir la distancia que lo separa de los sistemas
empleados en las escuelas tradicionales.
Las mismas maestras inteligentes que han comprendido los principios,
encuentran muchas dificultades cuando se trata de ponerlos en práctica. No pueden
comprender que tienen que adoptar una actitud pasiva como la del astrónomo que se
sienta inmóvil frente al telescopio, mientras los astros ruedan vertiginosamente por
el espacio.
Esta idea de que la vida y todas las cosas se desenvuelven por sí solas y que
para estudiarlas, para descubrir sus secretos, o dirigirlas, es preciso antes conocerlas
sin intervenir, es muy difícil de ser verdaderamente asimilada y ponerla en práctica.
La maestra ha aprendido demasiado a ser la única actividad libre de la escuela; le
parece que su obligación consiste en sofocar la libre actividad de sus alumnos.
Cuando no puede obtener el orden y el silencio, se siente avergonzada y mira a su
alrededor como si quisiera hallar un testimonio de su inocencia. Es en vano que se
le haya enseñado que el desorden de los primeros días es inevitable. Cuando se
apercibe de que no puede hacer otra cosa sino mirar, se pregunta si no sería mejor
presentar su dimisión, ya que no ejerce de maestra.
Después, cuando empieza a pensar cuáles son los actos que debe impedir y
cuáles debe tan sólo observar, la maestra antigua experimenta una fuerte emoción y
empieza a preguntar si podrá mantenerse a la altura de su nueva misión. La maestra
que no esté preparada se encontrará durante mucho tiempo desorientada e
impotente; mientras que la que esté preparada quedará tanto más maravillada y será
mayor su interés, cuanto más vasta sea su cultura científica y su práctica en la
experimentación.

Un verdadero milagro de la creación


El hombre que llega al mundo bajo la forma de niño se desarrolla
rápidamente por un verdadero milagro de creación. El recién nacido no tiene todavía
ni el lenguaje ni los otros caracteres relativos a las costumbres de la estirpe: no tiene
inteligencia, ni memoria, ni voluntad, ni el poder de moverse y de tenerse en pie; y
sin embargo este recién nacido lleva a cabo una auténtica creación psíquica. A la
edad de dos años habla, camina, reconoce las cosas. Y, pasados los cinco años,
alcanza el desarrollo psíquico suficiente para ser admitido a estudiar en las
escuelas22.

La serenidad del que se siente feliz


En su libro El método de la Pedagogía científica. Aplicado a la educación de la
infancia 23, escribe María Montessori:


22
Montessori, La formación del hombre, 13-14.
23
Montessori, El método de la Pedagogía científica, 356-357.




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Se creía equivocadamente que la educación de los pequeños debía de ser
puramente física, olvidando que el espíritu también pugna por vivir y desarrollarse,
y que la vida espiritual es al fin y al cabo lo que domina en la existencia en todas las
edades. Por eso nuestro método toma, como punto de partida, el desarrollo psíquico
espontáneo del niño y le ayuda en su crecimiento, con procedimientos suministrados
por la observación y la experiencia. Si la cultura física conduce al niño a gozar de la
salud del cuerpo, la cultura intelectual y moral, le conducen a los nobles goces del
espíritu y lo llevan de sorpresa en sorpresa a realizar descubrimientos, tanto en el
ambiente externo como en la misma intimidad de su alma. Estos son los goces que
verdaderamente contribuyen a formar un hombre, y los únicos que educan a la
infancia de un modo digno de ella.
Nuestros niños son muy distintos de todos los que llenan las escuelas. Tienen
la serenidad del que se siente feliz y la desenvoltura del que se siente dueño de sí
mismo (…) La “Casa dei Bambini” parece ejercer una influencia espiritual sobre
todo el mundo. Yo he visto a duros hombres de negocios,- agobiados por un exceso
de trabajo y de preocupaciones-, serenarse y perder su rígida tensión, ante un
espectáculo del alma humana que se desarrolla de un modo natural delante de ellos:
ven niños prodigiosos y niños felices. La infancia de una humanidad más avanzada
y noble.
El poeta británico William Wordsworth, que fue un gran enamorado de la
Naturaleza, empezó a sentir la misteriosa voz de sus colores y de sus silencios, y le
preguntó cuál era el secreto de la vida. Y un día tuvo una revelación: el secreto de la
Naturaleza está en el alma del niño. Él nos descubre la síntesis de la verdadera vida
que reside en el espíritu de la humanidad. Pero ese espíritu que “envuelve nuestra
infancia”, es luego oscurecido por las sombras de las cárceles en las que se encierra
al niño a medida que crece. El hombre ve morir al Niño en la lejanía, y
desvanecerse, huyendo, en el frío contacto de sus ocupaciones cotidianas. Nuestra
vida social es a menudo el oscurecimiento y la muerte natural que se instala en
nosotros. Nuestro método tiende a preservar y a mantener el fuego espiritual de los
hombres y a salvar su verdadera naturaleza, frente a los deprimentes yugos de la
sociedad.

Atisbos de inmortalidad
Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello que en mi juventud me
deslumbraba, aunque nada pueda hacer volver la hora del esplendor en la hierba, de
la gloria en las flores, no debemos afligirnos, pues hallaremos ánimo en el recuerdo:
en aquella primera amistad, que habiendo sido una vez, será por siempre; en los
condolientes sentimientos que brotaron de los pesares humanos; en la fe que
traspasa la muerte; en los años, que dan la serenidad.

“Me gustaría ser joven”


Con 82 años de edad, unos días antes de su muerte María Montessori declaraba:
“Me gustaría ser joven, para trabajar más, para tener más tiempo de escribir y de pensar




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nuevas ideas, y especialmente mi libro sobre “La Mente del hombre”. Pero, aunque estaba
llena de vida, no tuvo tiempo de concluirlo. Falleció el 6 de mayo de 1952.

Un llamamiento a todos los niños del mundo


Cuando planeaba un viaje a África para dar varias conferencias invitada por el
Presidente de Ghana, fallece a los 82 años, el 6 de mayo de 1952, en la ciudad de
Noordwijck am See (Holanda), en cuyo cementerio está enterrada. En su lápida se puede
leer la siguiente frase: “Io prego I cari bambini che possono tutto, di unirse a me per la
costruzione della pace negli uomini en el mondo”. (“Pido a todos los queridos niños, que
tanto poder tienen, que se unan a mí para la construcción de la paz entre los hombres de
todo el mundo”)24.

Ciudadana del mundo


En el cementerio romano del Verano, donde están enterrados sus padres, María
Montessori es recordada con la siguiente inscripción:

María Montessori, Chiaravalle, provincia de Ancona (Italia) 31 de agosto -


Noordwijk 6 de mayo de 1952. Ilustre científica y pedagoga que dedicó toda su vida
a la renovación y el progreso espiritual de la humanidad a través del niño. Descansa
en el cementerio católico de Noordwijk (Holanda), lejos de su tierra que tan
profundamente había amado, lejos de sus seres queridos aquí enterrados. Así quiso
ella testificar la universalidad de su obra que la hizo ciudadana del mundo25.


24
Montessori, An Anthology, 57.
25
Montessori, An Anthology, 57.




REHMLAC+, ISSN 1659-4223, Vol. 7, no. 2, Diciembre 2015 - Abril 2016/ 290-326 313

Perfil biográfico de María Montessori

1870
María Montessori nace el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, provincia de Ancona
(Italia).

1875
Con sus padres se traslada a Roma.

1883
Se inscribe en la “Scuola Tecnica Michelangelo Buonarroti” de Roma, reservada
tradicionalmente a los “chicos” que quieren estudiar ciencias.

1886
Aunque quiere estudiar ingeniería, se siente atraída por la biología. Y finalmente se inclina
por la medicina.

1893
Obtiene la licenciatura en Ciencias Naturales, lo que le permite matricularse en tercero de
Medicina (el 12 de febrero de 1893). Montessori siempre había tenido una gran pasión por
la Medicina por su dimensión humanística y social. Quería dedicarse a los más pobre y a
los enfermos.
Asignaturas como Fisiología, Antropología e Higiene le hicieron muy sensible a la
injusticia social. Una cuestión que condicionaría toda su vida. También muy importante
fueron las clases de Clínica Psiquiátrica del profesor26, Clodomiro Bongfigli, que como
María Montessori provenía de la región de la Marche. Se sintió tan atraída por esta
especialidad, que se decidió por esta disciplina a la hora de hacer su tesis doctoral

1896
El 10 de julio de 1896 obtiene el título de Doctor en Medicina y Cirugía por la “Regia
Universita degli Studi di Roma”, realizando una tesis titulada: “Contributo clinico allo
studio delle allucinazioni a contenuto antagonistico”, dirigida por el profesor Ezio
Sciamanna, director de la Clinica Psichiatrica dell’Università di Roma. Montessori es a
menudo descrita como la primera mujer médico en Italia, pero antes que ella, se graduó en
medicina Ernestina Papel, en el Instituto di Studi Superiori de la Universidad de Florencia
en el año 1877, ejerciendo con una consulta propia dedicada a las enfermedades
ginecológicas y de la infancia.

26
Montessori, El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia, 148.




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María Montessori fue precedida en el Ateneo romano por Edvige Benigni en 1890 y
por Marcellina Corio Viola, en 1890. Pero, la noticia de su doctorado fue publicada en
algunos periódicos romanos como el «Messaggero» e «Il Don Chisciotte», destacando que
en 1896 de 21.813 matriculados en todas las universidades italianas sólo 132 eran mujeres.
En 1986 María Montessori forma parte de una delegación italiana que asiste al “Congreso
para los Derechos de la Mujer” que se celebra en Berlín. Especializada en Neurología se
dedica a la medicina durante diez años, hasta descubrir una nueva vía que la llevará a la
pedagogía.
Después de un año de servicio en el Ospedale San Giovanni, y tres años en la
Clínica psichiatrica de la Universidad de Roma, el 20 de enero de 1900 se inscribió en un
curso de postgrado sobre “Cuidados sanitarios” (Polizia Sanitaria), obteniendo el diploma
el diploma de “Ufficiale Sanitario”, el 3 marzo 1900. Luego viajó a París para estudiar en la
Universidad de la Sorbona, donde dirigida por el profesor Bourneville profundizó en los
trabajos de Itard y Séguin. Su primer trabajo académico, titulado “Sul significato dei
cristalli del Leyden nell’asma bronchiale”, fue publicado en el Bollettino della Società
Lancisana degli Ospedali di Roma XVI (1896).

1897
En 1897 con S. De Sanctis, publicó “Sulle cosiddette allucinazioni antagonistiche”, en
Policlinico IV, (1897): 118-119. Ese mismo año, con Giuseppe Montesano (futuro padre de
su hijo Mario), publicó “Ricerche batteriologiche sul liquido cefalo rachidiano dei dementi
paralitici”, Roma, F.lli Capaccini, 1897, stratto dalla Rivista quindicinale di Psicologia,
Psichiatria, Neurologia (1897): 1-13.

1898
En el invierno de 1898 se trasladó a Londres por invitación del ministerio de Educación
para estudiar el tema de las escuelas para niños con deficiencia mental. A su regreso a
Italia, en 1899, es invitada a pronunciar una conferencia sobre psicología y pedagogía
especial destinada a tipo de niños. Y después el ministerio le encarga la creación Scuole
Normali di Roma.
El tema de los niños “anormales” y la promoción del “Istituti speciali medico–
pedagogici”, era una de las cuestiones que más interesaban a la joven doctora. En virtud de
su gran interés por la educación de los niños deficientes, el Ministro (que había sido su
maestro en la Universidad) Guido Baccelli la nombra directora de la Scuola Magistrale
Ortofrenica, con la ayuda de Giuseppe Montesano.
Su trabajo en esta Scuola estuvo estrechamente realacionado con la creación, en
1899, de la «Lega Nazionale per la protezione dei fanciulli deficienti», que presidía
Clodomiro Bonfigli entonces director del “Ospedale Santa María della Pietà” de Roma.




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María Montessori enseñaba en esta Scuola algunas de las lecciones que había dado el año
anterior en la Scuole Normali di Roma, pensadas para la preparación de las futuras
maestras. En la Scuola tenía una clase “piloto” en la que trabajaba con los materiales
creados por Séguin, para bambini anormali. Experimentando estos materiales y creando
otros nuevos. Pero a pesar del gran trabajo realizado por María Montessori y Giuseppe
Montesano, la Scuola Ortofrenica, no había sido reconocida por el Gobierno.
Pero, tanto la «Lega», como el profesor Bonfigli, entonces diputado en el Parlamento y
presidente della “Lega”, trabajaron para la aprobación de una ley sobre asistencia
pasiquiatrica y el Istituti medico–pedagogici. Y probablemente gracias a estos apoyos la
Scuola Magistrale Ortofrenica pudo ser inaugurada oficialmente el 7 de abril 1900 guiada
por Montesano y Montessori, la cual enseñaba la asignatura de Higiene.
A continuación se abrió, in via dei Volsci el “Istituto medico–pedagogico”, con
cincuenta niños recuperados del manicomio de Roma. d allora ricoverati nel manicomio
romano. La inauguración de “Istituto” tuvo lugar el 24 de abril de 1900, en un acto al que
acudieron muchas mujeres de la aristocracia romana que más tarde ayudarían a María
Montessori en la creación de la Casa dei Bambini.
El 31 de marzo de 1898 nace su hijo Mario (su padre es el psiquiatra Giusepe
Montesano). María Montessori participa como médico en el “II Congreso Pedagógico
Italiano” que se celebra en la ciudad de Turín, presentando una comunicación en la que
planteaba la institución de clases especiales e institutos médico-pedagógicos para la
atención de niños con problemas27. Pronuncia diversas conferencias en Roma.

1899
En octubre de 1899, se le asigna una cátedra de “pedagogia pei deficienti” en la Scuola di
Alto Magistero femminile. Y es nombrada consejera de la Liga nacional para la protección
de los niños subnormales. Participa en un Congreso internacional de mujeres que se celebra
en Londres. Ingresa en la sección europea de la Sociedad Teosófica.

1900
Se crea la Scuola Magistrale Ortofrenica. En esta institución Montessori, junto a Giuseppe
Montesano, forman a los futuros maestros. La estrecha colaboración con el profesor
Montesano se acaba una vez que nace su hijo Mario. Mario llevará el apellido de su padre
(Montesano) pero el médico no se casará con María Montessori. Montessori empezará a
investigar sobre las dificultades que sufren los “niños normales” en las escuelas


27
“Norme per una classificazione dei deficienti in rapporto ai metodi speciali di educazione”, en Atti del
Comitato Ordinatore del II Congresso Pedagogico Italiano 1899-1901 (Napoli: Trani, 1902), 144-167, y en
Vita dell’Infanzia XI, no. 9 (1962): 3-12.




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tradicionales. Ello le conducirá a realizar los estudios de Filosofía y Psicología. Escribe
L’Antropologia pedagogica, que será publicada, en 1903, en Milán.

1901
En 1901, Montessori presentó en Nápoles, en el segundo Congresso Pedagogico Nazionale,
una comunicación titulada Norme per una classificazione dei deficienti in rapporto ai
metodi speciali di educazione. En este trabajo expone las ideas de Séguin, ampliándolas
con una serie de planteamientos propios que ella define como un sistema de educación que
denomina «método fisiológico». Montessori afirma que el valor científico de la obra de
Séguin destinado a “l’educazione degl’idioti”, ponía de manifiesto la existencia de dos
problemas: la falta a nivel científico de experimentación de este método, y a nivel
pedagógico la carencia de una actuación adecuada de profilaxis social.

1903
Después de la experiencia de la Scuola Magistrale Ortofrenica, decide estudiar en la
Facultad de Filosofía de la Universidad de Roma. El 16 de julio de 1903 se matricula en
tercero de Filosofía. En ese año Montessori publica el libro titulado “L’Antropologia
Pedagogica” dedicado a “Onorevole Luigi Credaro, professore di pedagogia nell’Università
di Roma”.

1904
El 14 de enero de 1904 María Montessori solicita al Rector de la Universidad de Roma
poder matricularse en cuarto de Filosofía, lo que se le concede “per l’anno scolastico 1903–
1904”. Ese curso asiste a las clases de “Psicologia con el profesor Sante De Sanctis, Storia
di Roma nel Medioevo con el profesor Giuseppe Tomassetti, Antropometria con el profesor
Ugo Vram, y Magisterio con el profesor Luigi Credaro”. Las clases de Antropometría con
el profesor Vram, le servirán para avanzar en su preparación técnica.
El profesor Vram, era un miembro distinguido de la Sociedad romana de
Antropología, junto con los profesores Moschen y Sergi. Esta Sociedad admitirá a María
Montessori, el 22 de febrero de 1903 como socia honorario. El 29 diciembre 1904, es
nombrada profesora de Antropología, en la Universidad de Roma, que ejerce hasta 1916.
Tiene 34 años de edad28.


28
Montessori publicará el artículo: L’Antropologia pedagogica, Milano, Antonio Vallardi, 1903, y en Vita
dell’Infanzia a. XLVI, no. 8 (1997): 8-15. También: Sui caratteri antropometrici in relazione alle gerarchie
intellettuali dei fanciulli nelle scuole, in «Archivio per l’Antropologia e l’Etnologia», vol. XXXIV, fasc. 2,
1904, pp. 243–300. Y la Influenza delle condizioni di famiglia sul livello intellettuale degli scolari. Ricerche
d’igiene e antropologia pedagogiche in rapporto all’educazione, Rivista di filosofia e scienze affini II, no. 3-4
e 5–6 (settembre–ottobre 1904): 234-284.




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1905
El trabajo de investigación presentado por Montessori para obtener la cátedra es publicado
en 1905, con il titulo de I caratteri fisici delle giovani donne del Lazio, Roma, Società
Romna di Antropologia, 1905 estratto dagli «Atti della Società Romana di Antropologia»,
vol. XII, fasc. I, pp. 3–86. También publica Lezioni di antropologia pedagogica, Regia
Università di Roma, anno 1905–1906, Litogr. Sabbadini. Un trabajo académico
importantísimo para su biografía que no siempre ha sido resaltado en algunas bibliografías
de María Montessori.

1906
Un interés persistente en Montessori fue su atención por la profesionalidad de los maestros.
Un interés que se acentúa durante la enseñanza de la Antropologia pedagogica, y cuando es
nombrada miembro del Consiglio direttivo della Scuola Pedagogica di Roma, el 5 abril de
1906. Puesto que conservará hasta 1910.

1907
El 6 de enero, inaugura la primera “Casa dei Bambini” del Instituto Romano de Bienes
Inmuebles (Instituto Romano di Beni Stabili, IRBS) en la vía dei Marsi, 58, en el barrio
romano de San Lorenzo. Montessori publica L’importanza della etnologia regionale
nell’antropologia pedagogica, in «Ricerche di Psichiatria e Nevrologia, Antropologia e
Filosofia», dedicate al professor Enrico Morselli nel XXV anno del suo insegnamento
universitario, Milano, Vallardi, (1907): 603-619.

1908
Apertura de varias “Case dei Bambini” de la Sociedad Humanitaria de Milán. Inauguración
de la “Casa dei Bambini” de vía Giusti del generalato de las Franciscanas Misioneras de
María (FMM). Las Franciscanas favorecen la creación de otras “Case de Bambini” en
Roma.

1909
El barón y la baronesa Alice Franchetti invitan a María Montessori a sus escuelas populares
de Città di Castello en Perugia. Y promueven la publicación de la obra de Montessori: Il
metodo della pedagogia scientifica applicato all'autoeducazione infantile nella Casa dei
bambini, obra editada más tarde varias veces (1913, 1935, hasta la IV, de 1950, aparecida
con el título La scoperta del bambino) y pronto traducida a las principales lenguas. La
traducción al español es del pedagogo Juan Palau. El Método es publicado en España, en
1915, con el título: El Método de la Pedagogía científica, aplicado a la educación de la
infancia en la Casa dei Bambini. Alice Franchetti favorece la difusión internacional del




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Método de María Montessori. El primer artículo internacional sobre esta notable
experiencia Montessoriana se publica el 1 de septiembre de 1909 en Londres, escrito por
Maude G. May en el Journal of Education. Posteriormente se publicarán también varios
artículos en revistas norteamericanas.

1910
El Ayuntamiento de Roma crea dos nuevas “Case dei Bambini”. Una en el Pincio y otra en
el barrio judío, cerca de la Iglesia de Sant’Angelo in Pescheria. En este mismo año se
publica su obra siguiente, L'autoeducazione nelle scuole elementari (Turín, 1910), también
reeditada dos veces en 1916 y en 1940, aplica el método a las enseñanzas en la escuela
elemental.

1912
Se publica la primera traducción estadounidense del Método Montessori. Se celebra en
Roma el I Curso Internacional Montessori.

1913
Primer viaje de María Montessori a Estados Unidos. Alexander Graham Bell y su hija
invitan a María Montessori a visitar Norteamérica. Abren la primera “Casa dei bambini” de
los Estados Unidos. Enseguida se extiende el movimiento montessoriano y se forma la
American Montessori Association que encabezaron el mismo Alexander G. Bell y su
esposa Margaret Wilson, hija del presidente Wilson. Ruptura con las experiencias llevadas
a cabo por el Instituto Romano di Beni Stabili (IRBS) y las Franciscanas Misioneras de
María (FMM)

1914
Se publica un manual de divulgación del Método en Estados Unidos (Montessori’s Own
Handbook)29. María Montessori dirige en Roma el “II Internacional Training Course”.

1915
Segundo viaje a Estados Unidos. En la Exposición Universal de San Francisco, celebrada
para conmemorar el 50 aniversario del Canal de Panamá, María Montessori instala un aula


29
El extraordinario éxito de Montessori en Norteamérica se interrumpe de golpe, cuando William Kilpatrick,
prestigioso profesor de la Columbia University, escribe el libro The Montessori System Examined, en el que
descalifica muy duramente el Método Montessori. Tendrán que transcurrir más de 30 años, para que el
movimiento montessoriano vuelva a extenderse en los Estados Unidos, para convertirse en la actualidad en
uno de los representantes más prestigiosos de la renovación pedagógica y de la educación infantil de calidad.
Nancy McCormick Rambusch reimplantó el Método Montessori en Norteamérica, estableciendo la Sociedad
Americana Montessori (American Montessori Society) en 1960.




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con paredes de cristal para que el público pueda ver cómo trabajaba un grupo de cuarenta
niños de tres a seis años. 30 Pronuncia varias conferencias y dirige varios cursos en
California y en Los Ángeles. Apertura de la Casa de los Niños en la Casa de la Maternitat i
Expòsits de Barcelona, y en varios colegios de los Padres Vicencianos.

1916
Crea en Barcelona el “Seminari-Laboratori de Pedagogía”, del que es nombrada su primera
directora. De 1916 a 1918 divide su tiempo entre Estados Unidos y Barcelona.

1917
Tercer viaje a los Estados Unidos para asistir a la boda de su hijo Mario con Helen Christy,
en la ciudad de San Francisco.

1918
El 21 de diciembre recibe la Bendición Apostólica del Papa Benedicto XV que califica muy
positivamente el libro Il Metodo della Pedagogía Scientifica applicato all’educazione
infantile nelle Case dei Bambini31.

1919
María Montessori dirige en Londres el “First Internacional Course in England”.
Posteriormente, de 1920 a 1930 dirigirá diversos cursos en Austria, Alemania, Holanda e
Italia.

1920
El 23 de enero, el Rector de la “The University of Ámsterdam” preside la ceremonia
académica en la que se recibe a María Montessori como Profesora de la citada Universidad
y se reconoce el alto valor científico del Método Montessori.


30
Como decimos, el 23 de octubre de 1915 María Montessori instaló en la Exposición Internacional de San
Francisco (USA), un aula de paredes de cristal en la que trabajaban 30 niños de tres a seis años, de distintos
países, con la idea de dar a conocer el Método Montessori a nivel mundial. Cien años después, la Opera
Nazionale Montessori, -que este año celebra el 90 aniversario de su creación en Roma-, ha instalado en la
EXPO de Milán, una gran Aula Montessori, con imágenes de las Escuelas Montessori italianas y de la Casa
dei Bambini de Zhengzhou (China), para poner en evidencia la dimensión internacional del movimiento
montessoriano y su perenne actualidad de un Método Pedagógico que comenzó hace más un siglo.
31
El Papa Benedicto XV le entrega una carta en la que se lee: “La benedizione apostolica che impartiamo
alla dilecta figlia María Montessori sia pegno di quelle grazie e di quei celesti favori che auguriamo per
rendere fecondo di bene Il Metodo della Pedagogía Scientifica applicato all’educazione infantile nelle Case
dei Bambini. Dal Vaticano, 21 novembre 1918. Benedictus S. S. XV”




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1923
Montessori dirige en Londres un nuevo curso. María Montessori se plantea la extensión de
su metodología a los niños y niñas de 3 a 6; 6 a 9; y 9 a 12 años de edad. Es nombrada
Doctor Honoris Causa por la “Universidad de Dirham” (Holanda). Funda en Roma la Opera
Nazionale Montessori.

1927
Se crea en Buenos Aires la “Sociedad Argentina Montessoriana”. Invitada a visitar el país,
pronuncia conferencias en Buenos Aires, La Plata y Córdoba.

1928
“La Societat Montessori de Barcelona” organiza en esta ciudad el “XVIII Curso
Internacional Montessori”.

1929
Se celebra un “Congreso Internacional Montessori” en Dinamarca. María Montessori funda
la “Association Montessori Internationale”, cuya sede está en Ámsterdam.

1930
Preside en el Capitol de Roma un Congreso Internacional en cuya inauguración interviene
el Príncipe Buoncompagni, gobernador de Roma, y el senador Giovanni Gentile, ministro
de Educación.

1931
Gandhi pronuncia una conferencia en el “Montessori Training College” de Londres, el 28
de Octubre.

1932
La policía política fascista abre un dossier contra María Montessori y su Método. Y es
espiada por los agentes de la OVRA.

1933
Ruptura con las autoridades fascistas italianas. Exilio.

1934
Viaja a Dublín donde es recibida por Eamon de Valera, Primer Ministro de Irlanda. Dirige
el IV Congreso Internacional Montessori que se celebra en Roma, en un clima de gran
tensión y bajo la estrecha vigilancia de la policía política y de los agentes de la OVRA. En




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el Congreso participa Jean Piaget que es Presidente de la Asociación Montessori en Suiza.
Se prohíben las Case dei Bambini y si clausura la Opera Nazionale Montessori. Se ve
obligada a exiliarse. Es evidente que una pedagogía basada en el desarrollo de la libertad
personal de los niños no puede desarrollarse en un sistema totalitario como la Italia de
Benito Mussolini.

1936
Refugiada en España abandona el país unos meses antes del golpe militar de 18 de Julio.
Viaja a Londres. Allí preside el “V International Montessori Congreso” que se celebra en
Oxford.

1937
Preside la ceremonia de entrega de diplomas de la primera promoción de un curso para
maestras Montessori impartido en Laren (Holanda).

1939
Viaja a la India con su hijo Mario para impartir un curso en Adyar, Madrás (Chennai),
invitada por la “The Theosophical Society”.

1940
Le sorprende el estallido de la Segunda Guerra Mundial en la India. A pesar de su
nacionalidad italiana, país “aliado” de la Alemania nazi, “enemigo” de Gran Bretaña, podrá
continuar su tarea educativa, pero su hijo Mario, que la acompaña, será internado en un
campo de concentración. Como regalo de cumpleaños (cumple 70 años) el Virrey de la
India le anuncia la puesta en libertad de su hijo.

1943
La The Theosophical Publishing House, de Adyar, Madrás (India) publica la primera
versión de su obra Educazione e Pace, luego editada en su forma definitiva en 1949.

1946
Regresa a Holanda donde se instala con su familia. Dirige un curso en Londres. El The
Educacional Institute of Scotland of Edinburgh le concede el título de profesora honorífica
(Honorary Fellowship).

1947
Emprende un segundo viaje a la India que dura dos años, invitada por la The Indian
Montessori Society para impartir varios cursos. Allí se dan los primeros pasos para la




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creación de la primera “Montessori University de la India”. María Montessori amplía su
teoría pedagógica y evolutiva para los niños de 0 a tres años. Y escribe varios libros
fundamentales. Vuelve a Italia y el Parlamento italiano le rinde homenaje por su
extraordinaria aportación educativa. Gobierno la invita a abrir nuevos colegios Montessori
en diversas ciudades de su país, y se refunda la Opera Nazionale Montessori, que sigue en
Roma llena de actividad en la actualidad.

Imagen 3
María Montessori entrega un diploma de fin de curso en la India

Fuente: Archivo de la Sociedad Teosófica en Adyar, India.

1948
Imparte un curso en Colombo, capital de Sri Lanka. Allí se publica su libro Wat You Should
Know about Your Child. Revisa su obra El Método Montessori, cuya reedición llevará el
nuevo título de The Discovery of the Child.




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Imagen 4
María Montessori, s. f.

Fuente: Archivo de la Sociedad Teosófica en Adyar, India.

1949
Se publica en Madrás (India) The Absorbent Mind (La mente absorbente del niño). La
Independencia de la India produce la creación de dos países: India y Pakistán. María
Montessori decide abandonar la India, después de presidir un curso que se celebra en
Karachi, capital de Pakistán. Montessori, preside el “Congreso Internacional Montessori”
que se celebra en San Remo. Los anteriores se celebraron en Helsinki, Niza, Ámsterdam,
Roma, Oxford, Copenhague, Edimburgo y Londres.

1950
Pronuncia varias conferencias en diversas ciudades de Escandinavia, en Oslo y Noruega.
Con ocasión del tercer aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
María Montessori es invitada por la UNESCO a pronunciar una conferencia en las Sesión
Plenaria de esta organización internacional que se celebra en Florencia, el 31 de octubre,
que titula “El ciudadano olvidado”. Es nombrada Doctor Honoris Causa por “The
University of Ámsterdam”. Y ciudadana de honor de la ciudad de Chiaravalle, donde nació
en 1870. Es nominada al Premio Nobel de la Paz.




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1951
Celebra su 81 aniversario pronunciando una conferencia en la Universidad de Imsbrück
(Austria). Por tercera vez es nominada para el Premio Nobel de la Paz. María Montessori
preside el IX Congreso Internacional que se celebra en Londres.

1952
Cuando estaba planeando un viaje a África para dar varias conferencias invitada por el
Presidente de Ghana, falleció el 6 de mayo de 1952, en la ciudad de Noordwijck am See
(Holanda), en cuyo cementerio está enterrada. En su lápida se puede leer la siguiente frase,
que es todo un formidable programa: “Io prego I cari bambini che possono tutto di unirse a
me per la costruzione della pace negli uomini en el mondo”. (“Pido a todos los queridos
niños, que tanto poder tienen, que se unan a mí para la construcción de la paz entre los
hombres de todo el mundo”).

Imagen 5
Tumba de María Montessori (1870-1952)

Fuente: Fotografía del personal de este artículo.




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Bibliografía

Algunos libros de María Montessori


Montessori, María. The Discovery of the Child. Madras: Kalakshetra, 1948.
Montessori, María. Education for a New World. Madras: Kalakshetra, 1948.
Montessori, María. To Educate the Human Potential. Madras: Kalakshetra, 1948.
Montessori, María. What You Should Know about Your Child. Colombo (Sri Lanka):
Bennet & Company, 1948.
Montessori, María. Educazione e pace. Milano: Garzanti, 1949.
Montessori, María. The Formation of Man. Madras: Kalakshetra, 1955.
Montessori, María. The Absorbent Mind. Madras: Kalakshetra, 1967.
Montessori, María. The Secret of Childhood. Hyderabad: Orient Longman, 1971.
Montessori, María. Dall’infanzia all’adolescenza. Milano: Garzanti, 1994 (I edición
original en francés con el título: De l’enfant à l’adolescent, 1948; I edición italiana
Garzanti, 1949).
Montessori, María. The 1946 London Lectures. Amsterdam: Montessori-Pierson Publishing
Company, 2012.

Libros y artículos sobre María Montessori


Cives, Giacomo. “María Montessori tra scienza, spiritualità e laicità”. Studi sulla
formazione 2 (2014): 119-147.
Foschi, Renato. María Montessori. Roma: Ediesse, 2012.
Grazzini, Camilo. Cosmic Education at the Elementary Level and the Role of the Materials
(2004). Disponible en http://www.montessori-ami.org/
Hayes, Mary. Montessori´s View of Cosmic Education. 25th International Montessori
Congress Papers, 1-9, 2005.
Kramer, Rita. María Montessori: A biography. Nueva York: Da Capo Press, 1976.
Lillard, Paula P. Montessori. The Science behind the Genius. New York: Oxford University
Press, 2005.
María Montessori: A Centenary Authology (1870-1970). Amsterdam: Association
Montessori Internationale, 1970.
“María Montessori e il XXI secolo”. Atti del Congresso Internazionale, Chiaravalle 16-17-
18 novembre 2000, edizioni Opera Nazionale Montessori.
Montessori, Mario. The Human Tendencies and Montessori Education. Amsterdam:
Association Montessori Internationale, 1966.
Montessori, Mario Jr. La educación para el desarrollo humano, Comprendiendo a
Montessori. México D. F.: Diana, 1979.




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Montessori, Renilde. World Odyssey- Revelations of the Possible. Association Montessori
Internationale, 1-5, 2005.
Morales Ruiz, Juan José y Luis Jorge García Dueñas. María Montessori. Madrid: Ed.
Fundación Emmanuel Mounier, 2009.
Obregón, Nora. “Quién fue María Montessori”. Contribuciones desde Costepec 10 (enero-
junio, 2006).
Pema, Jetsun. The Tibetan Children´s Villages. 25th International Montessori Congress
Papers, 1-8, 2005.
Sanchidrián Blanco, Carmen. María Montessori: El Método de la Pedagogía científica:
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