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Expediente: 17794-2017-36-AAC
Departamento: Chuquisaca
Amplía que, concluido el trámite del incidente de nulidad; el Juez de instancia emitió la
Sentencia 0014/2014 de 9 de junio, declarando probada la demanda de usucapión; y,
apelada la misma, la Sala Civil y Familiar Primera del Tribunal Departamental de Justicia
de Chuquisaca, anuló todo lo obrado a través de Auto de Vista 472/2014 de 9 de
septiembre, sustentando la improponibilidad manifiesta de la demanda, por cuanto, no se
podría solicitar reconocimiento de un derecho propietario que, según se alegaba, ya se
ostentaba. En ese orden, indica que, dicho Auto fue recurrido de casación en el fondo por la
demandante, Ruth Loayza Salinas; y, sin embargo, de ser manifiestamente improcedente
por inobservancia de los arts. 258.2, en relación al 253, ambos del Código de
Procedimiento Civil (CPC); la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, dictó el Auto
Supremo 115/2015 de 13 de febrero, anulando oficiosamente el Auto de Vista, sin que la
parte hubiera efectuado reclamo alguno, disponiendo se emita un nuevo fallo sin espera de
turno; motivando el pronunciamiento del Auto de Vista 0318/2015 de 22 de junio, que
confirmó totalmente la Sentencia de primera instancia; avalando así, todas las
arbitrariedades cometidas a partir de la presentación de la demanda, proceso y Resolución
del Juez de primer grado; vulnerando el mandato contenido en el art. 236 del CPC, al omitir
los Vocales que lo emitieron, el pronunciamiento de todos los puntos de apelación,
efectuando una valoración arbitraria de la prueba, con error de hecho y de derecho en su
interpretación.
Resalta después de dichos antecedentes, que, contra el Auto de Vista mencionado, su
mandante formuló recurso de casación en la forma y en el fondo, que fue resuelto por los
Magistrados ahora codemandados, de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, a
través del Auto Supremo 646/2016 de 15 de junio, declarándolo infundado, tanto en la
forma como en el fondo; siendo dicho fallo, el acto ilegal que objeta a través de la presente
garantía constitucional, tomando en cuenta que, en el mismo, se acusaron vulneraciones
relativas a la nulidad del proceso por violación de normas procesales de orden público que
dejaron en indefensión a su mandante, habiéndose denunciado también errores de fondo
referidos a la aplicación indebida de la ley y errores de hecho y de derecho en la valoración
de las pruebas, que no fueron considerados.
De otra parte, relativo al recurso de casación en el fondo, el Auto Supremo, habría incurrido
en omisión de análisis de prueba documental que desvirtuaría el objeto de la demanda;
impertinencia de la prueba de cargo presentada adjunta a la demanda; ausencia de
pronunciamiento de acta de inspección judicial; error de hecho y de derecho en la
interpretación del certificado de “fs. 83” del expediente del proceso, entre otros; habiéndose
cometido, en consecuencia, una valoración arbitraria de la prueba, omitiendo el deber que
tenían los demandados, de valorar integralmente la prueba; a más, reitera, de inobservar la
obligación de pronunciarse sobre todos los puntos objeto de impugnación.
Finaliza, resaltando que, se aplicó arbitrariamente el art. 138 del CC, toda vez que, dicha
disposición legal fue expulsada del ordenamiento jurídico nacional, mediante la SC
0024/2004 de 25 de marzo; empleando el Auto Supremo 646/2016, un fundamento carente
de motivación, para su aplicación; obviando que el fallo constitucional señalado, tiene el
valor de cosa juzgada, inmutable, inamovible y no puede ser modificado, siendo vinculante,
teniendo carácter erga omnes; “sin que se pueda alterar ni modificar su contenido por
ningún mecanismo interpretativo jurisdiccional, ni siquiera por otra sentencia
constitucional”. Razones por las que, reitera que, el Auto Supremo cuestionado, carecería
por completo de sustento jurídico, siendo por ende, viable la tutela impetrada por su
defendida.
I.1.2. Derechos y principios supuestamente vulnerados
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela que impetra, disponiendo la nulidad del Auto Supremo
646/2016 de 15 de junio, ordenando que, las autoridades judiciales codemandadas, emitan
uno nuevo, en el que se pronuncien, respondiendo de manera puntual, congruente,
fundamentada y motivada, en derecho, sobre las violaciones acusadas en el recurso de
casación; en especial, respecto a la valoración e interpretación arbitraria de la prueba, a la
interrupción del término de la prescripción y a la “ilegal” aplicación del art. 138 del CC,
“declarado inconstitucional”, “expulsado del ordenamiento jurídico nacional y en
consecuencia derogado mediante la Sentencia Constitucional N° 0024/20014 que tiene la
calidad de cosa juzgada inmutable” (sic).
Rómulo Calle Mamani y Rita Susana Nava Durán, Magistrados de la Sala Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, presentaron el informe escrito cursante de fs. 466 a 469 vta.,
señalando lo siguiente: 1) La acción de amparo constitucional incoada, no cumple con el
requisito de la legitimación pasiva, calidad que se adquiere por la coincidencia que se da
entre la autoridad que presuntamente causó la violación a los derechos y aquella contra
quien se dirige la acción; es decir, que, la legitimación pasiva concierne a la persona
individual o personas individuales que cometieron el acto ilegal. En dicho sentido, al haber
el Auto de Vista dictado en el caso que motivó la interposición de la presente garantía
constitucional, confirmado la Sentencia; y, el Auto Supremo, implícitamente confirmado el
Auto de Vista, deviniendo el Auto Supremo cuestionado, en consecuencia, de otras
resoluciones confirmadas por otras autoridades, todas ellas adquieren legitimación pasiva, y
por ende, deben ser demandadas, conforme a lo expuesto por la amplia jurisprudencia
constitucional emitida sobre el particular; 2) Referente a que la respuesta al recurso de
casación en la forma, resultaría genérico; efectuado un análisis del Auto de Vista,
advirtieron que el mismo se pronunció en cuanto a los reclamos inherentes a la nulidad
procesal reclamada; por lo que, no existe una falta de pronunciamiento o respuesta
lacónica, toda vez que el reclamo se encontraba orientado a la falta de fundamentación;
correspondiendo únicamente a sus autoridades, como miembros de la Sala Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, analizar si efectivamente existía o no dicha ausencia de
motivación acusada; lo que se demostró no existió; habiéndose otorgado, contrariamente a
lo aseverado por el representante de la accionante, respuesta puntual a cada reclamo
realizado por la recurrente; aspectos claramente comprobables, del contenido del Auto
Supremo 646/2016; constatándose también que se cumplió en analizar lo concerniente a la
omisión de la valoración de la prueba; 3) Respecto a la inaplicabilidad del art. 138 del CC,
el Auto Supremo explicó que, si bien se declaró la “inconstitucionalidad de ese artículo, esa
determinación constitucional”; empero, la Sentencia Constitucional emitida únicamente
observó aspectos de forma, mas no el fondo o contenido de la norma; por lo que, a criterio
del Tribunal Supremo de Justicia, “si lo objetado por el Tribunal Constitucional fue la
inconstitucionalidad en su forma, ésta no puede decantar en la expulsión del Instituto de la
Usucapión de nuestro ordenamiento jurídico, institución jurídica que se encuentra
respaldada a nivel internacional y nacional por la amplia doctrina y jurisprudencia existente
en nuestro medio y pensar a contrario sensu de lo indicado, sería incurrir en una serie de
contradicciones generando un peligroso vacío jurídico, cuyo efecto sería catastrófico para
todo el mundo litigante, quienes se encontrarían en una total inseguridad jurídica”; criterio
respaldado por la SCP “2139/2012”, con analogía a la situación detallada; y, 4) Conforme a
lo expuesto, solicitaron denegar la tutela impetrada, por ser la misma inviable.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.5. A través del Auto de Vista 472/2014 de 9 de septiembre, la Sala Civil, Comercial y
Familiar Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, anuló todo lo
obrado, declarando no haber lugar a la admisión y sustanciación de la presente causa, en
previsión al art. 237.I inc. 4) del CPC (fs. 303 a 306 vta.).
II.6. Contra el Auto de Vista citado supra, Ruth Loayza Salinas, formuló recurso de
casación en el fondo, impetrando casarlo y fallar en los principios del litigio, con costas y
formalidades de ley (fs. 311 a 316 vta.). Habiéndose pronunciado el Auto Supremo
115/2015 de 13 de febrero, por la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, anulando el
Auto de Vista sujeto a casación, disponiendo que, sin espera de turno y previo sorteo, el
Tribunal ad quem emita nueva resolución, resolviendo el recurso de apelación dentro de la
pertinencia prevista en el art. 236 del CPC; sin multa por tratarse de error excusable (fs. 330
a 332); dictando el Tribunal de alzada, el Auto de Vista 0318/2015 de 22 de junio, en
cumplimiento al Auto Supremo señalado, confirmando totalmente la Sentencia 017/2014,
con costas (fs. 345 a 351 vta.).
II.7. Mediante memorial presentado el 10 de julio de 2015, Antonio José Hassenteufel
Salazar, en representación de Nicolasa Concepción García de Ayala, planteó recurso de
casación en la forma y en el fondo, por violación, interpretación errónea y aplicación
indebida de la ley; solicitando que, en virtud al art. 271.I inc. 4) del CPC, se case el Auto de
Vista objetado y se declare improbada la demanda de usucapión (fs. 363 a 369 vta.).
II.8. Mediante Auto supremo 646/2016 de 15 de junio, la Sala Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, conformada por los Magistrados codemandados, declaró infundado el
recurso de casación presentado por Nicolasa Concepción García de Ayala, a través de su
representante, Antonio José Hassenteufel Salazar. Sin costas ni costos por no existir
contestación (fs. 385 a 392).
Resulta indispensable precisar, en ese orden que, de dicha garantía se desprenden los
elementos de congruencia y motivación de las decisiones, sean éstas judiciales o
administrativas. Al respecto, la SC 1494/2011-R de 11 de octubre, reiterando fallos
constitucionales anteriores, precisó que de la esencia del debido proceso: “…deriva a su vez
la congruencia como principio característico del debido proceso, entendida en el ámbito
procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo
resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la coherencia que debe
tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que implica también la
concordancia entre la parte considerativa y dispositiva: sino que además, debe
mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado
entre los distintos considerandos y razonamientos contenidos en la resolución. La
concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido,
lo considerado y lo resuelto, (…). En base a esas consideraciones, es que quien
administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes y pertinentes” (negrillas
agregadas).
En ese marco, la jurisprudencia constitucional también se refirió al principio de
congruencia; concluyendo en la SCP 0593/2012 de 20 de julio, citando a su vez, a la SC
0682/2004-R de 6 de mayo, que: “‘…la congruencia ha venido clasificada en diversos
tipos o categorías que nos interesa anotar a los fines que se seguirán, y así es moneda
corriente hablar en doctrina de incongruencia ‘ultra petita’ en la que se incurre si el
Tribunal concede ‘extra petita’ para los supuestos en que el juzgador concede algo distinto
o fuera de lo solicitado por las partes; ‘citra petita’, conocido como por ‘omisión’ en la
que se incurre cuando el Tribunal no se pronuncia sobre alguno de los pedimentos que
le han sido planteados, etc.’ (Principios Constitucionales en el Proceso Civil, Consejo
General del Poder Judicial, El deber Judicial de Congruencia como Manifestación del
Principio Dispositivo y su Alcance Constitucional, Madrid 1993, Mateu Cromo, S.A., Pág.
438)’” (las negrillas son nuestras).
Ahora bien, esta jurisdicción constitucional ha sido constante en exponer que para
que el Tribunal Constitucional Plurinacional pueda ingresar al análisis de la valoración
de la prueba, la ya citada SC 0965/2006-R, estableció que la parte procesal que se
considere agraviada con los resultados de la apreciación efectuada dentro de un proceso
judicial o administrativo, debe invocar la lesión a sus derechos fundamentales y expresar:
‘Por una parte, qué pruebas (señalando concretamente) fueron valoradas apartándose de
los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, cuáles no
fueron recibidas, o habiéndolo sido, no fueron producidas o compulsadas (…).
(…)
`...en el marco señalado anteriormente es deber de este Tribunal prever las consecuencias
que podrían generarse a partir de su decisión, pues si, por una parte declara la
constitucionalidad de las disposiciones legales impugnadas estuviese convalidando actos
inconstitucionales, pero por otro, si declara la inconstitucionalidad con un efecto
inmediato que signifique la expulsión del ordenamiento jurídico de las disposiciones
legales impugnadas estaría generando un peligroso vacío jurídico, cuyo efecto sería más
negativo que el anterior (...) En consecuencia cualquiera de las dos decisiones antes
referidas conducirían a resultados inaceptables y de manera que es necesario que el
Tribunal Constitucional dicte una sentencia modulando sus efectos que eviten perjuicios
desproporcionados a los bolivianos en el orden jurídico, es decir, evite la generación de
una inseguridad jurídica anulando disposiciones legales sobre cuya base, fundamento y
amparo se vienen ventilando procesos judiciales, administrativos, agrarios, peticiones,
contratos y otros actos jurídicos´
Una vez establecida su inconstitucionalidad por existir vicios de origen en la indicada Ley,
la jurisdicción constitucional sostiene que no basta con llegar a esta conclusión, ya que el
juez constitucional no únicamente puede determinar la constitucionalidad o no de una
determinada norma, sino que tiene también el deber de prever los efectos y
consecuencias de las decisiones que vaya a asumir, sea en el plano económico, político o
social; por lo que dicha autoridad no puede asumir automática y mecánicamente la regla
constitucional; es por este motivo que adoptó la determinación de no expulsar
inmediatamente aquellas normas que en efecto eran y son inconstitucionales en la
forma, debido a que tal acto conllevaría a dejar un vacío jurídico, con efectos
imprevisibles, por lo que decidió seguir la línea jurisprudencial establecida por las SSCC
0082/2000 y 0017/2003, que dispusieron el otorgar el plazo de dos y tres años
respectivamente, al entonces Poder Legislativo para que enmendara esta situación y que
adecuara las normas a la Constitución Política del Estado, ampliando el plazo a cinco
años para tal objeto.
Teniendo en cuenta lo anteriormente aseverado, el plazo de cinco años, que venció el 2009,
sin que el anterior Poder Legislativo ni al actual Órgano Legislativo hayan subsanado o
enmendado tal situación, a pesar de existir una Sentencia Constitucional, que claramente
les exhortó la referida tarea, por lo que, el Poder y el Órgano Legislativo incumplieron
reiteradamente lo dispuesto por la jurisdicción constitucional, a pesar de que sus fallos
son de naturaleza vinculante y obligatoria, aspecto que genera responsabilidades por
incumplimiento de deberes constitucionales” (las negrillas son nuestras).
Fundamentos sobre los que, la Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional,
expresó en el análisis de la acción de inconstitucionalidad concreta que conoció, que si bien
la SC 0024/2004, estableció que: “…que no era posible expulsar inmediatamente la norma
inconstitucional del ordenamiento jurídico, se acudió en ese entonces a una Sentencia
exhortativa, dando un plazo al entonces Poder Legislativo para regularizar la situación de
la norma impugnada, aspecto que no se cumplió y que a criterio de la autoridad judicial
que promueve la presente acción, hace que las normas del Código Civil, sean
inconstitucionales y por lo tanto inaplicables a los casos sometidos a su conocimiento, es
decir, que habría un vacío normativo grave e insalvable, lo que se constituye en una
consecuencia jurídica que la jurisdicción constitucional debe evitar.
Es necesario además advertir que las circunstancias han cambiado desde la gestión 2004,
debido a que nuestro país se encuentra inmerso en un proceso de implementación del
nuevo marco jurídico constitucional, en el que tanto las normas legales como las
instituciones estatales se hallan en un proceso de transformación y creación de nuevas
normas legales, estructuras e instituciones, que tienen por finalidad precisamente el
materializar la Constitución Política del Estado vigente. Por esta causa, es necesario
preservar la seguridad jurídica y evitar vacíos normativos, de modo que debe mantenerse
un periodo la vigencia de esta norma inconstitucional en la forma, a objeto de evitar que
la materia sistematizada por este Código permanezca sin regulación un periodo
relativamente largo de tiempo, sin que ello signifique el mantenerlo de manera
indefinida, ya que se estaría admitiendo que leyes que nacieron en regímenes de facto,
bajo un procedimiento inconstitucional formen definitivamente parte de nuestro
ordenamiento jurídico.
En forma inicial, cabe resaltar que, el acto ilegal demandado en la presente garantía
constitucional, es el Auto Supremo 646/2016; por lo que, al no resultar evidente la falta de
legitimación pasiva denunciada por la parte demandada y por la tercera interesada, a su
turno, en el informe escrito y en la audiencia realizada a efectos de su consideración, misma
que, exige la coincidencia entre la persona o autoridad que presuntamente cometió la
trasgresión de derechos fundamentales y garantías constitucionales y aquella contra quién
se dirige la acción, estableciendo sobre el particular, la abundante jurisprudencia
constitucional que debe identificarse indubitablemente a la persona particular o autoridad
que presuntamente ocasionó las violaciones a derechos fundamentales y garantías
constitucionales; a efectos de poder responder por las acusaciones efectuadas en su contra;
corresponde ingresar al estudio de fondo de la problemática planteada; toda vez que, no
obstante que, se hacen alusiones al Auto de Vista 0318/2015, el representante de la
impetrante de tutela, claramente, puntualizó que, el acto ilegal, resultaba ser el Auto
Supremo precitado, mismo del que pidió su nulidad, a fin que concediéndose el amparo
requerido, se emita uno nuevo, debidamente motivado y fundamentado. Decisión que
además al constituirse como el último actuado que se pronunció dentro de la causa que
motivó la interposición de la presente acción, es sobre la que, este Tribunal debe
pronunciarse.
En ese orden, en virtud a la casación formulada, la Sala Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, emitió el Auto Supremo 646/2016, por el que, declaró infundado el recurso de
casación planteado (sin costas por no existir contestación); detallando en el Considerando I,
los antecedentes del proceso; en el Considerando II, los puntos objeto de casación, tanto en
la forma, como en el fondo; efectuando en el Considerando III, consideraciones doctrinales
y jurisprudenciales, entre otros, respecto a la omisión de motivación de las resoluciones; de
la nulidad procesal; legitimación procesal; valoración de la prueba; y, de la
“inconstitucionalidad del art. 138 del Código Civil”; estableciendo en el Considerando IV,
como fundamentos de su decisión, los siguientes razonamientos: a) En cuanto a la forma:
1) Respecto a la falta de pronunciamiento u omisión de pronunciamiento de nulidades
procesales desde la admisión de la demanda; se indica que, la motivación no implica una
explicación ampulosa, sino clara y concisa del por qué se asumió una decisión; advirtiendo
de la transcripción efectuada del Auto de Vista, en su parte pertinente, que, el Tribunal de
alzada otorgó una respuesta clara referente a los reclamos inherentes a la nulidad de
obrados hasta la admisión de la demanda; añadiendo que, “si los recurrentes no están de
acuerdo con este fundamento otro resulta el reclamo a invocar y no la omisión de
fundamentación”; 2) En cuanto “al segundo punto”, expresó que no era evidente que este
reclamo hubiera sido observado oportunamente, en las etapas correspondientes; no siendo
viable impugnar en casación, aspectos nuevos; 3) Relativo al error en el encabezamiento de
la Sentencia, precisó que la nulidad procesal no obedece a un carácter estrictamente formal,
sino que debe ir en resguardo o defensa de la vulneración de derechos y garantías
constitucionales, con incidencia al derecho a la defensa, cuya trascendencia afecte de
sobremanera al fondo de la causa; por lo que, en previsión del art. 271.II y III del CPC, lo
reclamado no afecta de ningún modo la determinación asumida en segunda instancia; no
resultando, en consecuencia, una causal de forma para anular obrados, por expresa
determinación de la ley; y, 4) En relación a la omisión de la valoración de la prueba en
primera instancia, expresa que, si bien la Sentencia no realizó un análisis detallado de todos
los elementos probatorios; empero, el Tribunal de segunda instancia, en uso de sus
facultades, revalorizó todos los elementos de conformidad al principio de la unidad de la
prueba, resaltando los elementos probatorios más trascendentales para llegar a la
determinación de confirmar la Sentencia; ello en defecto del Juez a quo. Así, al existir
fundamentación y motivación del Tribunal de alzada, en defecto del de primera instancia,
no resultaría evidente la vulneración de normas acusadas en casación; aclarando que, el art.
265.III del CPC, establece que, los Tribunales de apelación deben actuar en defecto de los
jueces de instancia sobre temas de motivación cuando dicho extremo hubiese sido
oportunamente reclamado; y, b) Respecto al fondo: i) Puntualiza que, referente al “primer
reclamo”, de carencia de valor probatorio de la documental de “fs. 10”, “sobre el tema debe
tenerse presente que el Tribunal de Segunda instancia ha realizado una valoración de forma
conjunta de toda la prueba de acuerdo al principio de la comunidad de la prueba, valorando
cuales son decisivas para el caso en cuestión, y la literal acusada de principio no ha sido la
prueba que ha resultado la fundamental para declarar probada la demanda, al margen de
ello conforme al principio de verdad material, la misma no puede ser desconocida en su
contenido, criterio contrario que implicaría una vulneración del principio constitucional de
verdad material que rige a la administración de justicia, esto por imperio de un nuevo
modelo y entendimiento constitucional, donde prima el principio de verdad material”; por
lo que, concluyó, que resultaba infundado dicho reclamo; y, ii) Referente al último tópico
relacionado a la inaplicabilidad del art. 138 del CC, “si bien se declaró la
inconstitucionalidad de ese artículo, empero, esa determinación constitucional, observó
aspectos de forma del indicado artículo, y nunca el fondo de dicha norma (contenido), por
dicho motivo, a criterio de este Tribunal Supremo de Justicia, si lo objetado por el Tribunal
Constitucional fue la inconstitucionalidad en su forma, ésta no puede decantar en la
expulsión del Instituto de la Usucapión de nuestro ordenamiento jurídico, institución
jurídica que se encuentra respaldada a nivel internacional y nacional por amplia doctrina y
jurisprudencia existente en nuestro medio pensar a contrario sensu de lo indicado, sería
incurrir en una serie de contradicciones generando un peligroso vacío jurídico, cuyo efecto
sería catastrófico para todo el mundo litigante, quienes se encontrarían en una total
inseguridad jurídica, criterio que conforme se expuso tiene su respaldo en la SC 2139/2012,
por lo que, su reclamo resulta infundado”.
Así, se advierte nuevamente que, si bien el Auto Supremo 646/2016, cuestionado, detalló
en el Considerando I, los antecedentes del proceso; en el Considerando II, los puntos objeto
de casación, tanto en la forma, como en el fondo (puntualización que no efectuó de manera
debida, toda vez que, no identificó con precisión los aspectos reclamados en la casación);
efectuando en el Considerando III, consideraciones doctrinales y jurisprudenciales, entre
otros, respecto a la omisión de motivación de las resoluciones; de la nulidad procesal;
legitimación procesal; valoración de la prueba; y, de la “inconstitucionalidad del art. 138
del Código Civil”; en el Considerando IV, en el que fundamentó los razonamientos de su
decisión, y la carga argumentativa que lo llevó a declarar infundado el recurso incoado, se
limitó en primera instancia, en cuanto al recurso de casación en la forma, sobre el primer
punto, a transcribir lo señalado en el Auto de Vista cuestionado, indicando que, el mismo
era claro y precisó, sin indicar con precisión, por qué razones arribaba a lo señalado.
De otro lado, no obstante que, en relación a los demás puntos del recurso de casación en la
forma, existe pronunciamiento individualizado sobre el particular; en lo referente a la
casación en el fondo, el Auto Supremo 646/2016, se limitó, tal como se reprodujo en la
parte pertinente, de manera textual, a indicar que sobre “la documental de fs. 10”, se habría
realizado una valoración de forma conjunta de toda la prueba de acuerdo al principio de
comunidad de la prueba, valorando cuales serían decisivas para el caso en cuestión; entre
otros, los que de manera alguna, suplen una debida fundamentación y motivación, a la que
estaban llamados los Magistrados codemandados, más aun si del contenido de la casación
presentada, se identifican claramente, los puntos objetados en cuanto a la casación en el
fondo, referidos todos, en detalle, a una irrazonable valoración de la prueba en la que se
habría incurrido, y asimismo, a la omisión de la documental que claramente se precisa en el
recurso de casación deducido, consignado en el párrafo consignado supra, en el que, se
identificaron los puntos de casación en el fondo, objetados por el hoy representante de la
accionante, en su oportunidad, esencialmente el referido a la interrupción de la prescripción
relacionado con la certificación de fs. 83 cuyo pronunciamiento resulta trascendental para
la resolución de la causa en uno u otro sentido.
En ese orden, claramente, se incurrió en una explicación lacónica de las razones por las que
se asumió la decisión de declarar infundado el recurso de casación; señalando incluso, en el
último párrafo del Considerando IV, que, “a criterio” del Tribunal Supremo de Justicia, lo
objetado respecto al art. 138 del CC, no podía decantar en la expulsión del ordenamiento
jurídico nacional, respecto al instituto de usucapión, toda vez que, podría incurrirse en un
peligroso vacío jurídico con consecuencias catastróficas para el mundo litigante;
incurriendo de esa manera, en una omisión de fundamentación y motivación debida,
respecto a por qué, no correspondía el reclamo efectuado por el recurrente, en el recurso de
casación, en cuanto a que, no podía aplicarse una norma expulsada del ordenamiento
jurídico en virtud a una Sentencia Constitucional Plurinacional, ocasionando con ello,
confundir a la parte recurrente.
En ese orden, se tiene que, los Magistrados codemandados, incumplieron la obligación que
tenían de establecer con claridad, los puntos objetados en la casación, resolviéndolos
individualizadamente, con la debida fundamentación y motivación, en el marco del debido
proceso, desarrollado en los Fundamentos Jurídicos III.1 y III.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional; al no obrar en dicho sentido, procede la concesión parcial de
la tutela requerida, conforme concluyó adecuadamente el Tribunal de garantías, por las
razones detalladas en la presente Resolución, siendo evidente la lesión de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales de la hoy accionante; a quien, no se le otorgó
certeza jurídica, de las razones por las que, se declaró infundado su recurso de casación,
claramente planteado, a fin de no generar dudas en la decisión asumida al respecto.
POR TANTO
MAGISTRADO
MAGISTRADO