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"La siesta del martes"

ANTES DE LEER

La mujer de "La siesta del martes" es uno de los ejemplos más acabados y más
memorables de la mujer fuerte en la obra de Gabriel García Márquez. Pobre y
vestida de un luto riguroso, hecho que se explica en el transcurso del cuento, la
conocemos taciturna, hablando con la niña en mandatos maternales pero
tajantes. Parece vieja, al menos para ser la madre de la niña, por su manera de
vestir y por su "cuerpo pequeño, blando y sin formas". Después veremos que no
sólo es la madre de la niña de doce años, sino también de un hijo ya hombre. La
narración detalla minuciosamente los movimientos de madre e hija en el viaje de
largas horas calurosas en tren, al bajar del tren en Macondo, y al cruzar por el
pueblo, solas y tomadas de la mano, en busca de la casa del cura y de las llaves
del cementerio.

Solamente después de que el cura y su hermana se dan cuenta de que el


pueblo se ha asomado a atisbar el paso de "la madre del ladrón", logra la mujer
comprender que ella y su hija serán objeto de una curiosidad mórbida y de las
malas lenguas de todo el pueblo en su travesía al cementerio. A pesar de las
instancias, tanto del cura como de su hermana, de que no salgan a encarar el
calor y la hostilidad de Macondo, la mujer, sin más que un escueto "Gracias. Así
vamos bien", toma a su hija de la mano y sale a la calle.

Vocabulario

escueto—llano; sin adornos ni aditamentos; breve; sin rodeos


sopor—modorra; condición inducida por el calor sofocante
agobiado—abrumado; sobrecargado; atareado
angosto—estrecho, de poca anchura
sacerdote—cura, párroco, padre de la Iglesia
arcaico—anticuado; pasado de moda; propio de alguna época pasada
soga—cuerda gruesa; cable, pero hecho de fibras
descalzo—sin zapatos; con los pies desnudos
piadoso—devoto, religioso
reverberación—reverbero; reflexión de ondas, como de una luz en una
superficie

AL LEER

Mientras leas "La siesta del martes", notarás que, al comienzo, no nos damos
cuenta cabal del porqué del viaje de madre e hija en el tren. En el cuento, sin
embargo, se empiezan a insinuar detalles de la realidad del dolor que empezó
para ellas hace ocho días. Se alternan los detalles de un mundo que ignora su
dolor con ciertos detalles sutiles que nos colocan cara a cara con él. Tu tarea es
buscar y apuntar por lo menos tres momentos en que García Márquez nos
presenta alternancias abruptas entre un mundo indiferente a las penosas
circunstancias del viaje y la insinuación sutil y gradual de los detalles de su
dolor.

POR EJEMPLO:
El estudiante encuentra y anota lo siguiente:

"Como el humo de la locomotora siguió entrando por la ventanilla, la niña


abandonó el puesto y puso en su lugar los únicos objetos que llevaban: una
bolsa de material plástico con cosas de comer y un ramo de flores envuelto en
papel de periódicos". (El lector se pregunta para qué llevan un ramo de flores en
su viaje a bordo del tren.)

DESPUÉS DE LEER

CONVIENE SABER que García Márquez contó después muchas veces que la
mujer de "La siesta del martes" está inspirada en el recuerdo de un día en que él
vio llegar a Aracataca, abrasada por el sol y por la curiosidad de todo el pueblo,
una mujer, con una niña de la mano y un ramo de flores para la tumba de su
hijo, mientras en toda Aracataca corría el rumor: "Aquí viene la madre del
ladrón". García Márquez durante años consideró este cuento su mejor.

CONVIENE SABER que el texto de "La siesta del martes" trae una descripción
de las llaves del cementerio: "dos llaves grandes y oxidadas, como la niña
imaginaba y como imaginaba la madre cuando era niña y como debió imaginar
el propio sacerdote alguna vez que eran las llaves de san Pedro". Esta es una
referencia al versículo del Evangelio Cristiano en que Jesucristo encarga al
apóstol san Pedro las llaves del reino de Dios, encomendándole la vigilancia
sobre la entrada al cielo de los fieles difuntos. Las llaves del cementerio se
parecen a las imaginadas por la mujer, por su hija, y aun por el cura, desde que
aprendieron el versículo en su niñez. Por eso el aspecto de las llaves tiende a
inspirarles un temor reverente. Claro está, no dejan de ser las llaves del
cementerio, que pide la mujer, por apenas más de una hora, para visitar la
tumba de su hijo recién muerto.

CONVIENE SABER que el lugar de los sucesos de "La siesta del martes" es
Macondo. Las dos sedes más usadas por Gabriel García Márquezcomo
trasfondo de sus cuentos son: un pueblo anónimo, sin ferrocarril, pero con un río
por el cual llegan barcos, con gente y noticias -como en El coronel no tiene quien
le escriba. El otro pueblo es el mítico y fabuloso Macondo, inspirado en su
pueblo natal de Aracataca. En Macondo tienen lugar, entre otros textos, Cien
años de soledad y "La siesta del martes". A Macondo no se llega por barco sino
en el tren amarillo que hizo instalar la compañía bananera, el tren que trajo
arrastrando la hojarasca humana que Márquez mismo describe como:

una hojarasca revuelta, alborotada, formada por los desperdicios humanos y


materiales de los otros pueblos; rastrojos de una guerra civil que cada vez
parecía más remota e inverosímil. La hojarasca era implacable. Todo lo
contaminaba . . . En medio de aquel ventisquero, de aquella tempestad de caras
desconocidas, de toldos en la vía pública, de hombres cambiándose de ropa en
la calle, de mujeres sentadas en los baúles con los paraguas abiertos, y de
mulas y mulas abandonadas, muriéndose de hambre en la cuadra del hotel, los
primeros [los fundadores de Macondo] éramos los últimos; nosotros éramos los
forasteros; los advenedizos.

Según el novelista peruano Mario Vargas Llosa, "las notas características de


Macondo son . . . la frustración, el resentimiento, la soledad, la maldad . . . [Es
una] aldea sin contacto con el resto del mundo, condenada a desmoronarse, a
pudrirse lentamente a plena luz . . . " Los macondinos son víctimas "de la
inmovilidad ardiente y la postración de Macondo". Vargas Llosa nos dice que el
"rostro maravilloso de Macondo . . . sólo aparecerá en toda su magna riqueza en
Cien años de soledad".

En El coronel no tiene quien le escriba, aunque la trama no se desenvuelve en


Macondo, sin embargo presenciamos un recuerdo de la hojarasca humana
macondina, contado al protagonista por el coronel Aureliano Buendía, con quien
peleó en la Guerra de los Mil Días:

En el sopor de la siesta vio llegar un tren amarillo y polvoriento con hombres y


mujeres y animales asfixiándose de calor, amontonados hasta en el techo de los
vagones. Era la fiebre del banano. En veinticuatro horas transformaron el
pueblo. «Me voy», dijo entonces el coronel. «El olor del banano me descompone
los intestinos». Y abandonó a Macondo en el tren de regreso, el miércoles
veintisiete de junio de mil novecientos seis a las dos y dieciocho minutos de la
tarde.

A fin de cuentas, el Macondo de "La siesta del martes" es un ambiente que se


podría describir como protomacondino, un Macondo que todavía no refleja la
actitud típica de los macondinos de las obras posteriores, como lo que veremos
en Cien años de soledad.

CONVIENE SABER que García Márquez, divertido por la idea de su amigo


Plinio Apuleyo Mendoza, de ganarse el concurso de cuento recién inaugurado
por el primer periódico colombiano El Nacional, escribió este cuento "casi de una
sentada". El jurado del concurso de El Nacional no le concedió ni siquiera una
mención.

CONVIENE SABER que, según él mismo, García Márquez tiene una obsesión
respecto a su propia muerte: quiere que la gente le lleve flores y testimonios de
afecto al pie de su tumba. Esta obsesión se basará tal vez en la experiencia que
tuvo en su niñez cuando la abuela Tranquilina lo inmovilizaba en una silla al
anochecer, amenazándolo con las ánimas que vagaban por la casa grande y
fantasmal de Aracataca, convirtiéndola en un inmenso catafalco.

Cuestionario: "La siesta del martes"

1. Describe la personalidad de la mujer y explica su actitud frente al sacerdote.


Cita ejemplos del texto.

2. ¿Cómo se describe el ambiente en el cuento? ¿Qué relación encuentras entre


el ambiente descrito y el título de la historia?

3. En un momento dado, la mujer le dice al sacerdote lo siguiente: "Yo le decía


que nunca robara nada que le hiciera falta a alguien para comer, y él me hacía
caso". ¿Qué te parece este consejo? Explica por qué.

4. Describe la personalidad del sacerdote de acuerdo con la descripción que


García Márquez hace.

5. ¿Cuál es el papel de la niña en el cuento? ¿Cómo se la describe? ¿Qué


hace durante el cuento? ¿Qué crees que piense ella de su hermano, su madre,
el cura, el pueblo?

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