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ESTUDIOS BÍBLICOS ELA:


LA SOBERANÍA DIVINA EN
ACCIÓN
(ESDRAS Y ESTER)
2
[p 2]
A menos que se indique lo contrario
todas las citas bíblicas están tomadas de la
Versión Reina-Valera 1960
Primera edición, 1997
© Todos los derechos reservados
editado por el personal de:

EDICIONES LAS AMÉRICAS, A.C.


Domicilio: Prol. Reforma 5514,
72130 Puebla, Pue., México
Dirección postal: Apartado 78, 72000 Puebla
Tels: 248-39-23; 248-23-23, FAX 249-59-84
ISBN 968-6529-61-6
EX LIBRIS ELTROPICAL
3
[p 3]
CONTENIDO
ESDRAS
1. Profecías cumplidas
Esdras 1:1–2:70
2. Se inicia la construcción
Esdras 3:1–13
3. Cómo enfrentar la oposición
Esdras 4:1–24
4. La construcción se reanuda y concluye
Esdras 5:1–6:22
5. El regreso bajo Esdras
Esdras 7:1–8:36
6. Esdras dirige un avivamiento
Esdras 9:1–10:44
ESTER
7. Selección de una nueva reina
Ester 1:1–2:23
8. La seguridad amenazada
Ester 3:1–4:3
9. La firmeza de Mardoqueo
Ester 4:1–5:14
10. La derrota de Amán
Ester 6:1–7:10
11. Ascenso de Mardoqueo
Ester 8:1–17
12. Liberación de los judíos
Ester 9:1–10:3
4

[p 4] LA SOBERANIA DIVINA EN ESDRAS


ACCIÓN

El regreso bajo Zorobabel 1:1–6:22 El regreso bajo Esdras 7:1–10:44

El edicto de Ciro 1:1–11 Esdras es acreditado 7:1–28


La lista de las personas 2:1–70 El viaje 8:1–36
El inicio de la construcción 3:1–13 La condición espiritual del pueblo 9:1–4
Se enfrenta la oposición 4:1–24 La confesión de Esdras y el avivamiento resultante 9:5–
10:44
La construcción terminada 5:1–6:22
5
[p 5]

1
Profecías Cumplidas
Esdras 1:1–2:70
Para el creyente en Dios, la soberanía divina se puede ver en todo tiempo y lugar. Pero hay
muestras de la soberanía que son más extraordinarias que otras. El libro de Esdras pone de relie-
ve varios ejemplos.
AUTOR Y FECHA
Siempre se ha considerado a Esdras como autor del libro que lleva su nombre. Aunque él no
presenció los hechos registrados en los primeros seis capítulos del libro, tuvo a su disposición
varias fuentes de información, como por ejemplo, documentos oficiales (4:7–16) y genealogías
(2:1–70). Originalmente, este libro formó parte de una sola obra que incluía a Nehemías y Cróni-
cas.
El libro de Esdras se divide en dos períodos de tiempo. El primero comienza con el edicto de
Ciro, rey de Persia para reconstruir el templo (expedido en el año 538 a.C.) y se extiende hasta la
terminación del templo en 515 a.C. Esdras no regresó a Jerusalén sino hasta 457 a.C., y estaba
allí todavía cuando llegó Nehemías en el año 444 a.C. De modo que no se le puede poner fecha
antes de 457 a.C. Es probable que el libro se haya terminado [p 6] entre 456 y 444 a.C.
TRASFONDO HISTÓRICO
Los judíos habían sido llevados cautivos a Babilonia en tres ocasiones, en los años 605, 597 y
586 a.C. Antes de llevarse a cabo el cautiverio, Dios prometió a través del profeta Jeremías, que
servirían al rey de Babilonia durante setenta años y después volverían a su tierra (Jeremías 25:11
y 29:10). Ciro conquistó Babilonia en 539 a.C. y al año siguiente promulgó un decreto que permi-
tía a los judíos regresar a su tierra.
Algunos contemporáneos del período que abarca el libro de Esdras son: Hageo (520), Zacarí-
as (520–515), Ester (483–473), Malaquías (450–400) y Nehemías (445–423). El profeta Daniel ya
era muy anciano, pero vivía todavía cuando Babilonia cayó en manos de los persas (Daniel 5:1–
31).
Los reyes persas que se mencionan en Esdras son:

Ciro 538–530 a.C. Caps. 1–6 Hubo otros 2 reyes entre 530 y 521, pero sus
nombres no aparecen en el libro de Esdras.
Ellos son Cambises hijo de Ciro (530–522) y
Esmerdis (522).

Darío I 521–486 a.C. Caps. 5–6

Jerjes 486–465 a.C. 4:6


(Asuero)

Artajerjes 464–423 a.C. 4:7–23 y caps. 7–10

Ya se ha hecho referencia a las tres deportaciones en 605, 597 y 586 a.C. También sucedie-
ron tres regresos al cumplirse el tiempo estipulado por Jeremías.
6

[p 7] Zorobabel Esdras 457–455 a.C. Nehemías 444–432 a.C.


538–515 a.C.

Reconstrucción Reforma del pueblo Reconstrucción del muro


del templo

PROPÓSITO DEL LIBRO


Para entender el propósito del libro, es menester reflexionar en los antecedentes que ocurrie-
ron antes del retorno de Esdras. Hacía ochenta y un años que Zorobabel había regresado con los
exilados para reconstruir el templo. Habían sufrido muchas pruebas de parte de sus enemigos, y
pasaron por muchas tentaciones. Varios se habían casado con incrédulos. En fin, no anduvieron
en obediencia al Señor. Esdras había observado todo eso y llegó a Jerusalén con un propósito
firme.
“ESDRAS HABÍA PREPARADO SU CORAZÓN:
a) PARA INQUIRIR LA LEY DE JEHOVÁ
b) Y PARA CUMPLIRLA,
c) Y PARA ENSEÑAR EN ISRAEL SUS ESTATUTOS Y DECRETOS” (7:10).
Es lógico deducir que el propósito del libro era inculcar en los judíos la verdadera adoración a
Jehová en su templo y grabar en sus mentes las responsabilidades relacionadas con el pacto.
ESTRUCTURA DEL LIBRO
El libro de Esdras gira alrededor de dos eventos especiales y bien marcados
1. [p 8] El regreso de Zorobabel en 538 a.C. para la reconstrucción del templo Caps. 1–6
2. El regreso de Esdras en 457 a.C. para un avivamiento espiritual Caps. 7–10

¡PENSEMOS!

¿Quién es el autor del libro? ¿En qué fecha se escri-


bió? ¿Cuál es el trasfondo histórico? ¿Quiénes eran
algunos de los contemporáneos del período que cu-
bre el libro? ¿Cómo se llamaban los cuatro reyes es-
pecificados en el libro? ¿Cuál es el propósito del li-
bro? ¿Cuál es su estructura?

DIOS VIGILA QUE SU PALABRA SE CUMPLA (1:1–11)


Se comprueba la autenticidad de Jeremías, Isaías y Daniel como profetas 1:1–
2
Las credenciales de un profeta quedan autenticadas cuando se cumplen sus profecías (Deute-
ronomio 18:22). El libro de Esdras afirma que Isaías, Jeremías y Daniel fueron profetas legítimos.
Jeremías se menciona por nombre en Esdras 1:1. Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de Per-
sia en su primer año, “para que se cumpliese la palabra de Jehová [dicha] por boca de Jeremías”
(Jeremías 25:11–12 y 29:10). Los “setenta años” estaban a punto de cumplirse y era tiempo de
que el remanente de judíos regresara a Palestina.
Jeremías presenció el cautiverio babilónico (Jeremías 39–51), pero no logró ver el cumplimien-
to de su profecía. Sin embargo, el Dios altísimo, que fue quien inspiró la profecía, mostró su sobe-
ranía y fidelidad a su palabra, haciendo que se cumpliera a cabalidad a su debido tiempo.
7
La expresión “en el primer año de Ciro rey de Persia” que aparece en Esdras 1:1, no indica
que Ciro llegara a ser rey de Persia aquel año, sino que ya lo había sido por unos once años. [p
9] La frase se refiere al primer año de la extensión de su imperio para abarcar a Babilonia.
Esdras no menciona el nombre de Isaías, pero hace referencia a una de sus profecías (1:1;
véase también Isaías 44:28 y 45:1–5). Dios llamó por nombre a Ciro unos ciento cincuenta años
antes de que se realizara el regreso. Cuando llegó el momento para el cumplimiento de la profe-
cía de Isaías, otra vez el Señor mostró su soberanía y su fidelidad a su palabra, tomando a Ciro
por su mano derecha para sujetar a las naciones delante de él y usarlo para hacer volver su pue-
blo escogido a Jerusalén.
Daniel profetizó la derrota de Babilonia por los medos y los persas, y se cumplió su profecía la
misma noche (Daniel 5:25–31).0
Ciro fue siervo de Jehová sin ser creyente 1:2
En su profecía acerca de Ciro, Isaías dice que el rey no conocía a Jehová (45:5) aunque a
primera vista, pareciera que había creído en “el Dios de los cielos”, ya que habla de él en forma
favorable, y le da crédito por haberle “dado todos los reinos de la tierra” (1:2). Hasta especifica
que Dios le había dado orden de edificarle casa en Jerusalén. En realidad, en su soberanía, el
Señor puede usar a los incrédulos para hacer su voluntad.
Ciro tenía la política de repatriar a sus cautivos o devolverlos a su lugar de origen. De modo
que cuando conquistó Babilonia en 539 a.C., era muy natural que pronto promulgara un decreto
para que los judíos regresaran a Palestina. Aun su política era parte del plan soberano de Dios. El
Señor mismo había escogido y preparado a su “ungido” (Isaías 45:1) para cumplir su voluntad.
Ciro también tenía la idea de que si trataba bien a los devotos de otros dioses, esos mismos
dioses rogarían a sus dioses para que lo bendijeran en los diferentes aspectos de su vida. Estos
conceptos se hacen constar en documentos hallados en el famoso cilindro de Ciro, encontrado en
Acmeta (6:2). Esos archivos dicen que él atribuyó la derrota de Babilonia a Marduc, la deidad [p
10] principal del panteón babilónico.

¡PENSEMOS!

Comente las profecías de Isaías, Jeremías y Daniel


acerca de Ciro, Persia, y el regreso a Jerusalén para
edificar casa a Jehová. ¿Cuáles son algunos atributos
de Dios que se ponen en evidencia al cumplirse esas
profecías? ¿Por qué creen algunos que Ciro se con-
virtió a Jehová? ¿Qué evidencias hay de que proba-
blemente no era creyente en Jehová, aunque le reco-
nocía? ¿Cuál era la política de Ciro en cuanto a los
cautivos?

EL DECRETO (1:1C–4)
Se divulgó por todo el reino 1:1c
El rey dio orden de que se pregonara un decreto por todo su reino, tanto de palabra como por
escrito. Su territorio era vasto. Se extendía desde la India hasta Etiopía hacia el sur y hasta Gre-
cia al norte. Es fácil imaginar la dificultad para que se pudiera divulgar un mensaje en un territorio
tan extenso sin disponer de las vías modernas de comunicación.
Su contenido 1:2–4
1. El rey hizo referencia a Dios como “Jehová el Dios de los cielos” (1:2b). Este término aparece
nueve veces en el libro de Esdras, y afirma la soberanía de Dios. Ciro fue un monarca que reina-
8
ba sobre un territorio enorme, pero Jehová reina desde los cielos, sobre el mundo entero (Isaías
66:1).
2. Dijo que Jehová le había dado todos los reinos de la tierra, y le había mandado edificarle casa
en Jerusalén, en la provincia de Judá (1:2c). El famoso historiador Josefo escribió que a Ciro le
fue mostrada la profecía de Isaías 44:28 y deseaba cumplirla. Algunos opinan que posiblemente
Daniel le mostró la profecía. Esto es bastante creíble, porque él jugó un papel importante en el
gobierno persa después de servir por largos años [p 11] en el gobierno babilónico.
3. Dio libertad a todos los judíos para que regresaran a Jerusalén y edificaran casa a Jehová (1:3).
4. Ordenó a todos los que hubieran quedado para que proporcionaran plata, oro, bienes y ganado,
y ofrendas voluntarias para la casa de Dios.
Su impacto 1:5–6
Los judíos estaban contentos con el decreto y pronto se movilizaron para iniciar el regreso a
su patria. Se mencionan primeramente a los líderes de las casas paternas de Judá y de Benja-
mín, incluyendo a los sacerdotes y levitas. Se agregaron a ellos “todos aquellos cuyo espíritu
despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová” (1:5). Es interesante notar que por segunda
vez se hace referencia a la obra de Dios de despertar el espíritu de las personas. Fue él quien
despertó el espíritu de Ciro (v. 1c) y después el de los que estuvieron dispuestos a regresar a Je-
rusalén. En ambos casos, el Señor tomó la iniciativa y las personas demostraron sensibilidad a la
obra del Espíritu de Dios, obedeciéndole. ¡Bendito el hombre cuyo espíritu Jehová despierta!
Parece que la ayuda material, dada en abundancia según el v. 6; provino de los vecinos genti-
les y de judíos que no regresaron. Además de esas ofrendas voluntarias, el rey, por mano de Mi-
trídates, sacó los utensilios de la casa de Jehová que Nabucodonosor había saqueado de Jerusa-
lén y los dio a cuenta a Sesbasar, príncipe de Judá (1:7–8). Nabucodonosor había profanado
esos utensilios, poniéndolos en la casa de sus dioses (1:7b y Daniel 1:2). La devolución de esos
utensilios era parte de la profecía acerca del regreso de los judíos después que se cumplieran los
setenta años (Jeremías 27:19–22).
No se sabe con certidumbre quien era Sesbasar, pero algunos eruditos creen que era el nom-
bre babilónico del mismo Zorobabel. Su argumento es como sigue: en Esdras 5:16 encontramos
que “Sesbasar… puso los cimientos de la casa de Dios…” En [p 12] Zacarías 4:9 se profetiza que
“las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán…” Parece
que un solo hombre dirigió el trabajo y se usaron dos nombres para referirse a él. Zorobabel era
el nieto del malvado rey Jeconías (1 Crónicas 3:17–19).
Había un total de 5,400 utensilios de oro y de plata (1:11). Esa suma es distinta de los 2,499
utensilios que se detallan en 1:9–10. Probablemente los mencionados con detalle eran los de ma-
yor tamaño e importancia, y no fueron incluídos los más pequeños y de menor importancia, pero
sí se incluyeron en la cifra mayor.
LISTA DE LAS PERSONAS QUE REGRESARON (2:1–63)
Primeramente, Esdras registra los nombres de los líderes (2:1–2). Los dos primeros son los
que más se mencionan en el resto del libro. Jesúa era el sumo sacerdote (3:2) y se identifica co-
mo Josué en Hageo (Hageo 1:1), y en Zacarías (Zacarías 3:1). Zorobabel era el gobernador de
Judá (Hageo 1:1). Nehemías no es el Nehemías del libro que lleva su nombre. El famoso gober-
nador no apareció sino hasta ochenta años más tarde. Mardoqueo tampoco es el del libro de Es-
ter.
9

El cuadro completo (2:1–65)

Cita Personas

Los dirigentes 2:1–2 11

Las familias 2:3–20 15,604

Las ciudades 2:21–35 8,540

Los sacerdotes 2:36–39 4,289

Los levitas 2:40–42 341

Los sirvientes 2:43–58 392

[p 13] Las genea- 2:59–63 652


logías inciertas

Total 29,829

NOTA: El total dado en 2:64–65 es de toda la congregación, y asciende a 49,897. Es posible


que la cifra mayor incluya a las mujeres y a los niños, así como a algunos israelitas de las tribus
del norte de Benjamín y Judá (los cuales no fueron incluidos en la lista de 2:1–63).
De todo lo anterior, podemos hacer algunas observaciones:
1. Cualquier empresa necesita líderes.
2. Un esfuerzo de esa índole (la construcción del templo) requería la participación de muchas
personas.
3. Es importante contar con personas cuyo espíritu ha sido despertado por Jehová (1:5).
4. Siendo el templo el lugar designado para la adoración a Jehová, era necesario contar con la
ayuda de los sacerdotes y levitas (Números 3:1–10).
5. La exclusión de sacerdotes que no tuvieran los documentos necesarios iba de acuerdo con la
palabra de Dios (Números 3:10).
6. El propuesto uso del Urim y Tumim (Esdras 2:63) también es bíblico (Éxodo 28:30, Números
27:21 y 1 Samuel 28:6). Parece que en aquel entonces Dios manifestaba su voluntad por ese
medio.
7. Al llegar a Palestina, todos habitaron en sus ciudades (2:70).

¡PENSEMOS!

¿Por dónde se divulgó el decreto del rey Ciro? Describa la exten-


sión territorial del reino de Persia. ¿Qué significa el título “el Dios
de los cielos”? Comente los detalles [p 14] del decreto. ¿Qué im-
pacto causó? ¿Por qué cree que se mencionan los utensilios del
templo? ¿Cómo se llamaba el sumo sacerdote? ¿Qué papel jugó
Zorobabel? Según Números 3:10, ¿por qué era peligroso entrar en
el sacerdocio sin las debidas credenciales? ¿Dónde habitaron las
personas después de llegar?
10

[p 15]

2
Se inicia la construcción
Esdras 3:1–13
Si usted estuviera a punto de comenzar la construcción de un templo para Dios en la actuali-
dad, ¿por dónde comenzaría? ¿Por el púlpito o con el bautisterio? Probablemente antes pondría
el fundamento. Generalmente así se hace, pero Zorobabel y Jesúa tuvieron otra idea.
EDIFICACIÓN DEL ALTAR DEL DIOS DE ISRAEL (3:1–2)
Trasfondo histórico
Desde el comienzo de la relación entre Dios y Abram, los altares fueron de gran importancia
en la vida de él y sus descendientes (Génesis 12:7 y 13:4). Después de recibir la promesa de la
tierra para su descendencia, el patriarca “edificó allí un altar a Jehová” (Génesis 12:7). Al llegar a
ese mismo lugar después de su estancia en Egipto, “invocó allí Abram el nombre de Jehová”
(Génesis 13:4). Es evidente que los altares se asociaban con la adoración a Dios.
Al finalizar la entrega de los diez mandamientos, el Señor ordenó lo siguiente referente a los
altares: “Altarde tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de [p
16] paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nom-
bre…” (Éxodo 20:24).
En la revelación que Dios le dio a Moisés acerca del tabernáculo, se incluyeron instrucciones
específicas acerca del altar de bronce (Éxodo 27:1–8): sobre ese altar se presentarían los sacrifi-
cios.
Salomón también hizo un altar de bronce para el templo (2 Crónicas 4:1). La destrucción del
templo por Nabucodonosor en 586 a.C. incluyó ese altar (2 Crónicas 36:19).
Siendo que los sacrificios habían de hacerse sobre el altar de Jerusalén (Deuteronomio 12:4–
7 y 2 Crónicas 6:5–6), los judíos estuvieron privados de ese privilegio durante el cautiverio. Con
razón el remanente fiel que regresó con Zorobabel y Jesúa estaba muy deseoso de hacer el altar
y renovar los sacrificios. Probablemente eso explica el hecho de edificar el altar antes de poner
los cimientos del templo (Esdras 3:2).
Parece que el templo de Salomón fue edificado primero y después se hizo el altar (2 Crónicas
3:1 y 4:1). Evidentemente, mientras se construía el templo de Salomón, los judíos seguían ado-
rando en el tabernáculo que estaba en Sión (2 Crónicas 5:1–5).
La fecha 3:1 y 6
En el capítulo anterior se hizo referencia al hecho de que los que regresaron habitaron en sus
ciudades (2:70). En 3:1 se hace constar que ya estaban “establecidosen las ciudades”. No se
presentan fechas para explicar cuánto tiempo duró el proceso de establecerse. No se sabe tam-
poco cuándo salieron de Persia, ni cuánto tiempo tardaron en llegar a Jerusalén. Sabemos que
Esdras y sus acompañantes hicieron el viaje en cuatro meses (Esdras 7:8–9).
La referencia al séptimo mes de 3:1, puede tener varios significados. Puede referirse al sépti-
mo mes después de salir de Babilonia o al séptimo mes después de llegar a Jerusalén. Lo que sí
es seguro es que coincide con el séptimo mes del calendario [p 17] usado por los judíos. El sép-
timo mes, que corresponde a parte de septiembre y octubre, siempre había sido de gran impor-
tancia en la vida religiosa de los israelitas.
11
TRES FIESTAS RELIGIOSAS SIEMPRE
SE CELEBRABAN EN EL SÉPTIMO MES:
LA FIESTA DE LAS TROMPETAS
EN EL PRIMER DÍA (NÚMEROS 29:1–6);
EL DÍA DE LA EXPIACIÓN (LEVÍTICO 23:26–32);
LA FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS (LEVÍTICO 23:33–44)
Parece que los judíos no querían perderse de ninguno de esos días tan especiales. Por eso,
comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová el primer día del séptimo mes (3:6).

¡PENSEMOS!

¿Con qué se asociaba el altar en la vida de los judíos?


¿Qué papel jugaba el altar de bronce en el tabernácu-
lo ye en el templo? ¿En qué año y por quién fueron
destruidos el templo y el altar? ¿Cuáles eran las tres
fiestas que se llevaban a cabo históricamente en el
séptimo mes en la vida de los judíos?

¿En qué fecha se edificó el altar mencionado en Es-


dras?

Los participantes 3:1–2


Evidentemente todos participaron en edificar el altar y hacer sacrificios al Señor. El primer ver-
sículo dice que “sejuntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén”. Los israelitas estaban an-
siosos de consagrarse de nuevo a Dios. Recordaban que habían sido entregados al cautiverio por
sus pecados, y no querían correr el riesgo de una repetición de semejante castigo.
Es interesante que el nombre de Jesúa el sumo sacerdote, surge primero en la referencia a la
edificación del altar. Era un [p 18] trabajo netamente religioso y él era el líder espiritual (3:2a).
Casi siempre se menciona a Zorobabel primero, porque él era el líder general y el gobernador,
pero este momento pertenecía a Jesúa y sus hermanos los sacerdotes, aunque Zorobabel sí es-
tuvo presente y participó en ese acto de tanta importancia en la vida nacional (3:2b).
Los motivos 3:3–5
Ya se ha hecho mención de su deseo ardiente de reanudar una relación correcta con Jehová.
Parece que querían acatar las instrucciones de la ley de Moisés en cuanto a los sacrificios (3:2c–
6a). También estaban motivados por el “miedode los pueblos de las tierras” (3:3b). Si bien es cier-
to que Ciro tenía la política de repatriar a sus cautivos, los asirios los arrancaban de sus países y
los asimilaban en otras culturas. Fue así que Palestina había sido poblada de gente de otras par-
tes que desconocía a Jehová y la religión de los judíos (2 Reyes 17:24–25). Por consiguiente,
eran hostiles a los judíos, y éstos tenían razón en tenerles miedo. El remanente quería disfrutar
del amparo y protección de Dios mientras llevaba a cabo su proyecto de edificar templo a Jehová.
Hicieron bien en levantar el altar, pero hacía falta algo: “…los cimientos del templo de Jehová
no se habían echado todavía” (Esdras 3:6).

¡PENSEMOS!

¿Quién dirigió la edificación del altar? ¿Quiénes parti-


ciparon? ¿Qué motivos tenían los judíos? ¿Por qué
12
tenían miedo de los pueblos de las tierras? Según 2
Reyes 17:24–25, ¿de dónde habían venido esos pue-
blos? ¿Cómo concluye Esdras 3:6?

[p 19] COMIENZO DE LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO (3:7–13)


Los arreglos 3:7
Los dirigentes adelantaron dinero a los albañiles y carpinteros así como comida, bebida y acei-
te a los sidonios y tiros. Además, contrataron la compra de madera de cedro que debía traerse
por mar desde el Líbano a Jope (3:7). Los arreglos hechos en esta ocasión son muy parecidos a
los que hizo Salomón en 966 a.C. para la adquisición de materiales para el templo original (2
Crónicas 2:1–16). Hay varias referencias bíblicas a los cedros del Líbano (Salmos 104:16, Canta-
res 5:15 e Isaías 14:8). Los gastos para la adquisición de esos materiales fueron sufragados por
las ofrendas del pueblo (2:68–69) y por el rey Ciro (6:3–4).
Fecha y delegación de la dirección de la obra 3:8
El trabajo comenzó en el segundo mes (mayo-junio) del segundo año de la llegada a la casa
de Dios en Jerusalén, precisamente 70 años después de la primera deportación realizada en 605
a.C. (3:8a). Salomón empezó la construcción del primer templo en el mismo mes 430 años antes
(2 Crónicas 3:1–2). Tardaron siete meses después de la edificación del altar, porque tuvieron que
organizarse y conseguir los materiales para la construcción del templo.
Zorobabel se menciona primero en esta ocasión, pero inmediatamente después de su nombre
se registra el hecho de que también cooperó Jesúa juntamente con sus hermanos (3:8b). Delega-
ron la supervisión del trabajo a los levitas de veinte años para arriba (3:8c), y la responsabilidad
cayó sobre tres familias de levitas, las de Jesúa, Cadmiel y Henadad (3:9).
Alabanza espontánea 3:10–11
La colocación de los cimientos fue acompañada de alabanzas de parte de los sacerdotes y los
levitas hijos de Asaf. Los primeros tocaron trompetas, y éstos, címbalos (3:10). Este acto [p 20]
de adoración se hizo siguiendo la ordenanza dada por David rey de Israel (1 Crónicas 6:31; 16:4–
5 y 25:1). El cántico que entonaron: “Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia
sobre Israel” (3:11a) viene de Salmos 136:1. Todo el pueblo se involucraba en la expresión de
júbilo al Señor (3:11b). El regocijo demostrado aquí se expresó en forma casi exacta en el tiempo
de Salomón, pero hasta la dedicación del templo completo (2 Crónicas 5:11–14).
Reacciones mixtas 3:12–13
Entre las casi cincuenta mil personas que regresaron para edificar el templo, había algunas
que recordaban el primer templo con toda su majestuosidad. Viendo echar los cimientos del nue-
vo templo, lloraban en alta voz (3:12a). Probablemente su llanto se debía al hecho de que ese
templo era más pequeño y menos lujoso. Otros daban grandes voces de alegría (3:12b). Era difí-
cil distinguir los gritos de alegría de la voz del lloro (3:13a). El ruido se oía de lejos porque el pue-
blo clamaba con gran júbilo (3:13b).

¡PENSEMOS!

¿De dónde fue traído el cedro para la construcción del templo? ¿En qué
fecha comenzó el trabajo? ¿A quiénes fue delegada la supervisión?
Describe la alabanza elevada a Jehová cuando los albañiles echaban los
cimientos. ¿Cuáles fueron las reacciones del pueblo al ver que se colo-
caban los cimientos? ¿Por qué lloraron algunos?
13
[p 21]

3
Cómo enfrentar la oposición
Esdras 4:1–24
Cuando la obra de Dios progresa, Satanás siempre se opone. Los sucesos del cuarto capítulo
de Esdras corroboran este principio. Al terminar el capítulo tres, se observa mucha alegría por la
colocación de los cimientos de la casa de Dios (3:10–13). Pero al principiar el capítulo cuatro, se
aprecia de inmediato la oposición de los enemigos de Judá y de Benjamín (4:1).
El principio de la oposición a la obra de Dios está en vigor en la actualidad, y es menester que
los creyentes en Jesucristo conozcan las artimañas de Satanás para que sus ataques no nos en-
cuentren desprevenidos. Cuando un creyente pasa por una experiencia decisiva, puede estar se-
guro de que pronto vendrá una prueba en su vida.
Cuando hay un avivamiento en la iglesia o un nuevo avance, como el comienzo de una cons-
trucción, el enemigo acecha, tratando de frustrar la obra de Dios. El creyente no debe contemplar
este principio con fatalismo, sino con valor para estar prevenido cuando la oposición se manifieste
(2 Corintios 2:10–11, Santiago 4:7 y 1 Pedro 5:8–9). El triunfo del creyente es seguro (1 Juan
4:4).[p 22]
“RESISTID AL DIABLO, Y HUIRÁ DE VOSOTROS”
(SANTIAGO 4:7)
OPOSICIÓN SUTIL 4:1–3
Los enemigos del pueblo de Dios vinieron a Zorobabel, y a los jefes de casas paternas, y les
dijeron: “Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofre-
cemos sacrificios desde los días de Esarhadón rey de Asiria, que nos hizo venir acá” (Esdras 4:2).
Los asirios tenían la política de trasladar sus súbditos de distintos países a lugares conquistados
con el objeto de asfixiar el espíritu nacionalista. Cuando Esarhadón conquistó a Israel en 669
a.C., trajo consigo a personas de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y las pu-
so en las ciudades de Samaria (2 Reyes 17:24). En vez de convertirse a Jehová, esas personas
sólo agregaron unas prácticas de los samaritanos a su devoción a sus ídolos (2 Reyes 17:33).
Eso se llama sincretismo, que es algo desagradable ante los ojos de Dios. Él exige lealtad exclu-
siva y no comparte su gloria con nadie (2 Reyes 17:34–41).
La propuesta fue rechazada por Zorobabel, Jesúa y los demás jefes de las casas paternas de
Israel. Hicieron una magnífica decisión. La luz no puede tener comunión con las tinieblas (2 Corin-
tios 6:14).
“¿ANDARÁN DOS JUNTOS, SI NO ESTUVIEREN DE
ACUERDO?” (AMÓS 3:3)
Hoy en día, el diablo emplea la misma astucia. Llegan a las puertas personas cargando mate-
rial religioso, y al ver una Biblia dicen: “¡Qué gozo ver que tienen Biblia! Nosotros también estu-
diamos la Biblia. Si le parece, podemos llegar cada semana [p 23] en el mismo día y a la misma
hora para tener una clase bíblica” Otros dicen: “Somos una misma cosa; trabajemos juntos”
14

¡PENSEMOS!

¿Qué sucede por lo general después de que un cre-


yente o una iglesia pasan por una experiencia cum-
bre? ¿Qué puede hacer el creyente para ahuyentar al
enemigo? ¿Quiénes se opusieron a la construcción
del templo? ¿Cuál de las artimañas del diablo usaron
en Esdras 4:2? ¿Cómo respondieron Zorobabel, Je-
súa y los demás jefes de casas paternas de Israel?
¿Cuáles son algunos ejemplos hoy en día de la misma
táctica de parte de Satanás? ¿Cuál debe ser nuestra
respuesta? ¿Cuáles son algunos versículos que pue-
den ayudar al creyente a enfrentar semejante prueba?

OPOSICIÓN ABIERTA 4:4–24


Este pasaje menciona cuatro reyes diferentes, Ciro y Darío (4:5 y 24), Asuero o Jerjes I (4:6),
y Artajerjes (4:7, 8, 11 y 23); es evidente que los eventos registrados no suceden en orden crono-
lógico. Es necesario entender eso para captar el sentido correcto del contenido del pasaje. La
oposición comenzó en los días de Ciro, 538–530 (4:5b), y continuó hasta el reinado de Darío,
521–486 (4:5c). El versículo 6 da otra clave: “Y en el reinado de Asuero…”, o sea, Jerjes I, 486–
465. El versículo 7 agrega: “También en días de Artajerjes…”, 464–423. Lo que tiene en común
cada una de estas citas es que hacen referencia a distintas clases de oposición abierta, no a una
sola de ellas. El versículo 24 sigue cronológicamente al versículo 5. Los versículos 6–23 son un
paréntesis que presenta la historia de la oposición.
OPOSICIÓN EN EL REINADO DE CIRO Y DARÍO 4:4–5
En el ataque inicial usaron sutileza. En el segundo, emplearon la intimidación (4:4a). Su meta
era atemorizar al pueblo para que [p 24] no edificara (4:4b). También hicieron uso del soborno
(4:5a). Probablemente contrataron los servicios de unos consejeros que eran expertos en relacio-
nes públicas de la corte de Susa. Para ese entonces, Daniel ya había muerto. De modo que el
pueblo de Dios no tenía quien le representara en la capital de Persia. Esdras indica que esa cam-
paña de intimidación y soborno duró el resto del reinado de Ciro (4:5c) y hasta el segundo año del
reinado de Darío (4:5c y 24); la amenaza comenzó en el año 535 a.C. Darío empezó su reinado
en el año 521. De modo que ese esfuerzo malvado se prolongó durante quince años, y tuvo el
efecto que deseaban los enemigos del pueblo. Se detuvo la edificación del templo durante esos
quince años.
LA EDIFICACIÓN FUE SUSPENDIDA POR QUINCE
AÑOS, DE 535–520 A.C.
OPOSICIÓN EN EL TIEMPO DE ASUERO 4:6
En 4:6, Esdras abandona la narración de los eventos de aquel entonces y prosigue el hilo de
la oposición, pasando por alto unos 34 años. En el principio del reinado de Asuero, Jerjes I, quien
era el monarca en tiempos de Ester (486–465; Ester 1:1), hubo otra amenaza en contra del pue-
blo (Esdras 4:6). Escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén (4:6). En
este versículo Esdras no registra los detalles, ni da el resultado de las cartas; sólo hace constar
que tal cosa sucedió. A propósito, ya habían pasado 52 años después de la llegada de Zorobabel
y los que le acompañaron, y el templo ya se había terminado. Su oposición se manifestó en co-
ntra de la edificación del muro.
15

¡PENSEMOS!

¿Qué clase de oposición desplegaron los enemigos


del pueblo judío después de fracasar en su oposición
sutil? ¿Cuáles son los nombres de los diferentes re-
yes persas [p 25] mencionados en Esdras 4? Hay un
famoso paréntesis en Esdras 4:6–23, ¿de qué se tra-
ta? ¿Por cuánto tiempo fue detenida la construcción
del templo? ¿En qué año comenzó a reinar Asuero?
¿Cuántos años habían estado de regreso en Jerusa-
lén Zorobabel y sus compañeros cuando subió al po-
der Asuero? ¿Cuál es el nombre de una famosa reina
de Asuero?

OPOSICIÓN EN EL TIEMPO DE ARTAJERJES 4:7–23


Artajerjes reinó de 464–423 a.C. Esdras y Nehemías regresaron durante su reinado. El prime-
ro en 458 y el segundo en 444. Esdras sigue su tema de la oposición a la construcción, que los
judíos procuraban llevar a cabo. Fueron escritas dos cartas, la primera de parte de Bislam, Mitrí-
dates, Tabeel y otros compañeros suyos (4:7); la segunda de parte de Rehum canciller y Simsai
secretario (4:8). Parece que el primer grupo se componía de hombres de Samaria y el segundo
de persas que eran oficiales del gobierno del rey Artajerjes. Ambas cartas se dirigieron al rey Ar-
tajerjes (4:7–8).
En ellas, protestaban por la llegada de los judíos a Jerusalén para levantar los muros y reparar
los fundamentos. La obra ya estaba en proceso (4:12); si el proyecto tenía éxito, el rey perdería
tributo, impuestos y rentas, y el erario real se vería menoscabado (4:13). Era menester hacer una
investigación en el libro de las memorias de los padres de Artajerjes para enterarse del hecho de
que Jerusalén siempre había sido una ciudad rebelde (4:14–15) y había sido destruida por sus
rebeldías. Advirtieron también que si la ciudad fuera reedificada y sus muros levantados, el rey
perdería toda la región que se encontraba más allá del río Éufrates (4:16).
La respuesta del rey Artajerjes causó mucho regocijo de parte de los enemigos del pueblo ju-
dío (4:17–23). La investigación se había llevado a cabo y las acusaciones habían sido confirma-
das (4:17–19). El rey también se enteró de que Jerusalén había tenido reyes fuertes que domina-
ron en toda la región más allá del río, y [p 26] que recibían tributo, impuestos y rentas (4:20). En-
tonces el rey dictó la siguiente orden:
“AHORA, PUES, DAD ORDEN
QUE CESEN AQUELLOS HOMBRES,
Y NO SEA ESA CIUDAD REEDIFICADA
HASTA QUE POR MÍ SEA DADA NUEVA ORDEN”
(4:21).
OBSERVACIONES:
1. La construcción mencionada en esta orden no tiene en mente el templo. Se había terminado la
edificación del templo en 520 a.C. Hay que recordar que Esdras está desarrollando el tema de la
oposición, y no está siguiendo una cronología. Está refiriéndose a eventos que sucedieron muy
poco antes de la llegada de Nehemías en 444 a.C.
2. El mismo rey anuló esa orden como hace constar Nehemías 2:1–10. He allí otra muestra de la
soberanía de nuestro Señor, quien permitió la cesación del trabajo, pero a su tiempo conmovió el
corazón de Nehemías para que fuera a llevar a cabo la construcción del muro. Nehemías, siendo
16
un siervo predilecto del rey, después de mucha oración, consiguió permiso para regresar y hacer
el mismo trabajo que Artajerjes había detenido.
“COMO LOS REPARTIMIENTOS DE LAS AGUAS,
ASÍ ESTÁ EL CORAZÓN DEL REY EN LA MANO DE
JEHOVÁ A TODO LO QUE QUIERE LO INCLINA”
(PROVERBIOS 21:1).
[p 27] Artajerjes llamó la atención de sus oficiales a la importancia de proceder con urgencia,
para que el daño en perjuicio de los reyes no creciera (4:22). Rehum canciller y Simsai secretario
y sus compañeros, acataron las instrucciones del rey apresuradamente. Hicieron cesar la cons-
trucción con poder y violencia (4:23). Por lo que dice Nehemías, parece que aquellos hombres
excedieron las instrucciones del rey. Derribaron el muro, y quemaron las puertas (Nehemías 1:3).
Artajerjes ordenó sólo la cesación del trabajo, no la destrucción de lo que ya se había levantado.
ESDRAS VUELVE A LA EDIFICACIÓN DEL TEMPLO 4:24
Ya se ha dicho que los versículos 6–23 son un paréntesis. De modo que ahora, nos conviene
volver al versículo 5 para repasar su contenido y después leer el versículo 24 para seguir los
eventos en su orden consecutivo. Esdras dice que la edificación de la casa de Dios fue suspendi-
da hasta el año segundo del rey Darío (4:24). Se detuvo la construcción desde 535 hasta 520 a.C.

¡PENSEMOS!

¿Cuáles eran las acusaciones en contra del pueblo


judío que fueron presentadas al rey Artajerjes? ¿Qué
hizo el rey al hacer sus averiguaciones? ¿Qué puerta
dejó abierta en 4:21c? ¿Qué hicieron Rehum y Simsai
al recibir la carta del rey? ¿Cuál era la construcción
que ellos detuvieron? ¿A qué edificación se refiere
4:24?

[p 28]
17
[p 29]

4
La construcción se reanuda
y concluye
Esdras 5:1–6:22
LA EDIFICACIÓN REANUDADA 5:1–2
Hageo y Zacarías fueron contemporáneos de Zorobabel y Jesúa. Cuando se detuvo la cons-
trucción del templo por tanto tiempo, esos profetas se procuparon mucho, y con exhortación y
profecía animaron al remanente fiel a seguir adelante con el trabajo (Esdras 5:1; Hageo 1:7–8 y
Zacarías 1:16). Como resultado del ministerio de esos fieles siervos de Dios, Zorobabel, Jesúa y
los profetas de Dios, se comenzó a reedificar la casa de Dios (5:2).
PROTESTA POR LA EDIFICACIÓN 5:3–4
Una vez que se reanudó la construcción, vino Tatnai gobernador del otro lado del río, junta-
mente con Setar-boznai y sus compañeros, para interrogar a los edificadores acerca del trabajo
que desempeñaban. Tatnai era gobernador de una región que abarcaba toda Palestina y Siria. No
se ha de confundir su autoridad con la de Zorobabel. Éste sólo gobernaba sobre Judá. Tatnai es-
taba actuando bien, de acuerdo con la situación prevaleciente en Persia en aquel entonces. Du-
rante la primera parte del reinado de Darío hubo mucha turbulencia política, por [p 30] lo que se
podría creer que el edificio que los judíos levantaban sería usado en una rebelión contra del impe-
rio. Tenían dos preguntas: (5:3–4)
1. “¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa y levantar estos muros?” (5:3b)
2. “¿Cuáles son los nombres de los hombres que hacen este edificio?” (5:4)
Esdras no dio respuesta a esas preguntas allí mismo, sino que las incluyó como parte de una
carta que las autoridades persas enviaron al rey Darío (5:11).
CONCESIÓN OTORGADA 5:5
Probablemente Esdras no registra toda la conversación que hubo entre los dos grupos. De
modo que no se sabe si los judíos pidieron permiso para seguir trabajando o si Tatnai tomó la ini-
ciativa para extenderlo. Lo que sí es cierto es que Dios intervino.
“MAS LOS OJOS DE DIOS ESTABAN SOBRE LOS
ANCIANOS DE LOS JUDÍOS, Y NO LES HICIERON
CESAR HASTA QUE EL ASUNTO FUESE LLEVADO A
DARÍO” (5:5).
No sabemos cuánto tiempo duró el viaje y la investigación, pero cuando menos se llevó algu-
nos meses. De modo que la concesión de seguir trabajando permitió que se lograra un gran pro-
greso en la construcción. Lo que tenemos aquí es otra evidencia de “la buena mano de Dios” que
estaba sobre ellos (Esdras 7:6, 9, 28; 8:18, 22, 31).
18

¡PENSEMOS!

¿Qué papel tuvieron los profetas Hageo y Zacarías


para que se reanudara la reedificación de la casa de
Dios? [p 31] ¿Qué pasó poco después de reanudarse
la edificación? ¿Quién era Tatnai? ¿Sobre qué países
era gobernador? ¿Cuáles fueron las dos preguntas
que hicieron a los judíos? ¿Por qué tenía razón Tatnai
en preocuparse por la construcción? ¿Cuál fue la
concesión dada a los judíos? ¿Cuál era la expresión
que Esdras usaba con frecuencia para reconocer el
favor de Dios sobre su pueblo?

UNA CARTA PARA EL REY DARÍO 5:6–17


Tatnai, Setar-boznai, y sus compañeros los gobernadores que estaban al otro lado del río, en-
viaron una carta al rey Darío. Esdras registra el hecho de que lo que él escribe en su libro es una
copia de esa carta (5:6). Sus puntos más sobresalientes fueron:
1. La investigación hecha de parte de Tatnai y sus acompañantes (5:8a).
2. El progreso hecho en la reconstrucción. Estaba bien adelantada y se hacía con prisa (5:8b y c).
3. Hace referencia a las dos preguntas hechas a los judíos (5:9–10).
4. La respuesta de los judíos (5:11–16).
a. No dieron sus nombres. Dijeron que eran siervos del Dios del cielo y de la tierra (5:11a). Vea el
comentario de 1:2 bajo el título “el Decreto”.
b. Mencionaron la reedificación de la casa que el gran rey de Israel (Salomón) había terminado
(5:11c).
c. Reconocieron que el pueblo judío había sido llevado cautivo a Babilonia porque sus padres
habían provocado la ira del Dios de los cielos (5:12).
d. Incluyeron el hecho de que en su primer año, Ciro había dado orden para la reedificación de la
casa de Dios (5:13).
e. Relataron que Nabucodonosor había llevado a su templo en Babilonia los utensilios de oro y de
plata de la casa de Dios, y que Ciro los había devuelto para ser llevados de [p 32] regreso a la
casa de Dios (5:14–15).
f. Añadieron que cuando llegó, Sesbasar puso los cimientos de la casa de Dios, y desde entonces
y hasta ese momento, la construcción se había llevado a cabo, pero aún no estaba terminada
(5:16).
5. Pidieron al rey que buscara en los archivos de los tesoros del rey en Babilonia para ver si era
cierto que Ciro había dado orden para la reconstrucción de la casa de Dios e informarles de su
voluntad (5:17).
LA RESPUESTA DEL REY DARÍO 6:1–12
Bajo orden del rey buscaron en la casa de los archivos en Babilonia, pero no se halló el docu-
mento (6:1). Entonces se hizo una investigación en Acmeta, y allí sí se encontró el libro que con-
tenía la información (6:2). Acmeta (también Ecbatana) es la actual Hamodán, que se encuentra
en el camino entre Bagdad y Teherán. Dista unos 500 kilómetros al noreste de Babilonia. El do-
cumento se encontraba allí porque es donde el rey Ciro pasó el verano cuando publicó el decreto.
El contenido pertinente es como sigue:
19
1. La orden de Ciro para la reedificación de la casa de Dios en Jerusalén como lugar para ofrecer
sacrificios (6:3a).
2. Las medidas y los materiales del templo (6:3b–4a). Había de tener sesenta codos de altura y
sesenta codos de anchura (27.7 metros, 6:3b). Habían de colocar tres hileras de piedras grandes,
y una de madera nueva (6:4a y 1 Reyes 6:36).
3. Se otorgaba un subsidio del gobierno para la reedificación (6:4b).
4. La devolución de los utensilios de oro y de plata y la colocación de ellos en su lugar (6:5). Los
detalles acerca de las medidas, los materiales, el gasto, y la colocación de los utensilios del tem-
plo en su lugar no se encuentran en la proclamación de Esdras 1:2–4, pero son propios de un
documento oficial.
[p 33] LAS INSTRUCCIONES DEL REY 6:6–12
Al finalizar el informe, el rey Darío dio órdenes referentes al trabajo. Tatnai y sus colegas de-
bían de alejarse de allí (6:6) y dejar que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedificaran la
casa de Dios en su lugar (6:7).
Ordenó también que los gastos fuesen sufragados del tributo del otro lado del río y que fuesen
dados puntualmente para que no cesara el trabajo (6:8).
Además, debían proveer todo lo necesario para los sacrificios “agradables al Dios del cielo” de
acuerdo con las instrucciones de los sacerdotes en Jerusalén (6:9–10). Las instrucciones detalla-
das en cuanto a los materiales para la adoración da la idea de que Darío consultó con algunos
judíos para redactar esta parte de su respuesta.
UNA ADVERTENCIA 6:11–12
El rey Darío pronunció una sentencia drástica en contra de cualquiera que alterara su decreto.
Sería ahorcado sobre un madero arrancado de su propia casa y su casa sería convertida en mu-
ladar por eso (6:11). El rey también declaró que cualquier rey o pueblo que pusiera su mano para
cambiar o destruir esa casa de Dios sería destruido (6:12).
Esa maldición se ha cumplido en cuando menos tres ocasiones. Antíoco Epífanes profanó el
templo en 168 a.C., y murió loco tres años después; Herodes, quien añadió mucho al templo para
su propia gloria, murió comido por gusanos (Hechos 12:20–23); y los romanos, que destruyeron el
templo en 70 d.C., después sufrieron la pérdida de su imperio.

¡PENSEMOS!

¿Dónde se encontró el documento que contenía el


decreto de Ciro acerca de la reedificación de la casa
de Dios? ¿Por qué estaba allí y no en Babilonia? ¿Qué
detalles contenía el libro que no estaban en el decreto
publicado por el rey Ciro en Esdras 1:2–4? ¿Qué [p
34] instrucciones dio el rey Darío a Tatnai y sus cole-
gas? ¿Qué sentencia pronunció el rey en contra de
quien alterara el decreto? ¿De qué manera se ha
cumplido la maldición sobre quienes han cambiado o
destruido el templo?

CONCLUYE LA CONSTRUCCIÓN 6:13–15


Tatnai, Setar-boznai y sus compañeros acataron puntualmente las órdenes del rey (6:13), y
los ancianos de los judíos siguieron edificando y prosperando, animados por las predicciones de
los profetas Hageo y Zacarías (6:14a)
20
Es muy interesante la frase que Esdras usa en 6:14b para registrar el hecho de que la edifica-
ción se terminó. Primeramente hace bien en decir que fue “por orden del Dios de Israel”. Si bien
es cierto que los reyes intervinieron, fue el Dios soberano el que lo controlaba todo. Menciona a
tres reyes, Ciro, Darío y Artajerjes, y en este versículo no especifica la terminación de la casa de
Dios. De modo que es posible que hace referencia a la construcción entera, la del templo y la del
muro. El muro no se terminó al mismo tiempo que el templo, pero cuando Esdras escribió el libro,
ambos estaban terminados. En este caso, hace bien en incluir el nombre de Artajerjes, porque él
dio órdenes referente a la construcción del muro pero no sino hasta después de la terminación de
la casa de Dios.
En el versículo 15, sí menciona específicamente la casa de Dios, y dice que fue terminada en
el tercer día del mes de Adar en el sexto año del reinado del rey Darío (6:15). Esa fecha corres-
ponde al 12 de marzo de 515 a.C.
DEDICACIÓN DEL TEMPLO 6:16–18
Una vez terminada la edificación de la casa de Dios, fue dedicada con gozo. Ese acto de júbilo
fue dirigido por los sacerdotes y los levitas, y participó todo el remanente que había regresado
(6:16). Fueron ofrecidos animales apropiados en expiación por todo el pueblo (6:17). Una compa-
ración ligera [p 35] entre el número de animales sacrificados en esta ocasión con los que fueron
sacrificados en la dedicación del templo de Salomón, demuestra la pobreza en que se encontraba
el pueblo en esta dedicación (compare 6:17 con 1 Reyes 8:63).
Los doce machos cabríos representaban las doce tribus de Israel (6:17). Este detalle es inte-
resante en vista del hecho de que la mayoría de los que regresaron eran de las tribus de Judá y
de Benjamín (1:5). Pero ellos querían reflejar la unidad nacional que un día será realidad (Eze-
quiel 37:15–22). Los sacerdotes fueron puestos en sus turnos y los levitas en sus clases, para
que sirvieran a Dios en Jerusalén, de acuerdo con lo escrito por Moisés (6:18, y Números 3:5–10
y 8:5–14).
CELEBRACIÓN DE LA PASCUA 6:19–22
El templo fue terminado el tercer día del último mes del calendario judío (6:15) y no perdieron
tiempo para restaurar una de las fiestas más importantes de su vida nacional. A los catorce días
del primer mes celebraron la pascua (6:19), recordando así la mano poderosa y misericordiosa de
Jehová que había librado a sus padres de la esclavitud egipcia y a sus primogénitos de la muerte.
La celebración de esa fiesta era ordenanza de Dios (Éxodo 12:1–14). Hacía setenta años que no
habían tenido semejante privilegio. De modo que su gozo fue muy grande. Los sacerdotes y los
levitas se habían purificado para la ocasión, y sacrificaron la pascua por todos los hijos de la cau-
tividad, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos (6:20). Los que se habían apartado
de las inmundicias de las gentes de la tierra también comieron la pascua. Puede ser que esto se
refiere a los gentiles que vivían en Judea o más probablemente a judíos que no habían sido lleva-
dos cautivos (6:21).
Celebraron también la fiesta de los panes sin levadura durante siete días. Esto se hizo igual-
mente por mandato de Dios (Éxodo 12:15–20). La levadura era símbolo de corrupción y pecado
(Levítico 2:11 y 1 Corintios 5:7–8). La celebraron también porque Jehová los había alegrado, y
había vuelto el corazón del [p 36] rey de Asiria hacia ellos (6:22). La referencia al rey de Asiria no
es muy clara. Es posible que se refiera a Darío, cuyo territorio incluía Asiria.

¡PENSEMOS!

¿Cómo reaccionaron Tatnai y sus compañeros a las órdenes del rey? ¿En qué fecha se
completó la edificación de la casa de Dios? ¿Por qué ofrecieron los animales mencionados
en 6:17? ¿Cuál es el simbolismo de los doce machos cabríos? ¿Por qué celebraron las fies-
tas de la pascua y los panes sin levadura? ¿Qué simbolismo tienen?
21
[p 37]

5
El regreso bajo Esdras
Esdras 7:1–8:36
Hay un enorme lapso de tiempo entre los capítulos seis y siete de Esdras. La construcción del
templo se terminó en 515 a.C. El regreso bajo Esdras no sucedió sino hasta 457 a.C. Además de
que pasaron varios años, todo el reinado del rey Jerjes o Asuero también tuvo lugar en ese lapso.
Los eventos del libro de Ester (483–473) encajan entre los dos capítulos ya aludidos. A eso hace
referencia Esdras al decir “pasadas estas cosas” (7:1). Vale la pena recordar también que hacía
ochenta y un años que regresaron Zorobabel y Jesúa y sus acompañantes.
ESDRAS ESTABLECE SUS CREDENCIALES 7:1–5
En Esdras 2:62 encontramos lo siguiente: “Estos buscaron su registro de genealogías, y no
fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio”. Acerca de Esdras no existía ninguna duda. Su
nombre y el de sus antepasados se encontraban en su registro de genealogías. Él era hijo (pro-
bablemente bisnieto) de Seraías (7:1), que era el sumo sacerdote cuando Jerusalén cayó en ma-
nos de los babilonios en 586 a.C. (2 Reyes 25:18). Su genealogía se remonta a Aarón, a través
de Eleazar (7:5).
ESDRAS ERA ESCRIBA 7:6–10
La palabra en hebreo de la cual viene “escriba”, también quiere decir “maestro”. Escriba pro-
bablemente hace referencia [p 38] a su capacidad de investigar los manuscritos sagrados y co-
piarlos fielmente para el uso de otros. “Maestro” indica que podía enseñar. Dios había puesto en
el corazón de ese hombre piadoso y bien capacitado el deseo de salir de Babilonia, y el rey mos-
tró su confianza en él concediéndole todo lo que pidió (7:6). Sobre todo, disfrutaba de la aproba-
ción de Dios y de su apoyo.
“PORQUE LA MANO DE JEHOVÁ SU DIOS
ESTABA SOBRE ESDRAS” (7:6).
LA DURACIÓN DEL VIAJE 7:7–9
El viaje se llevó a cabo en el séptimo año del rey Artajerjes (7:7c). Comenzó el primer día del
primer mes del año, y terminó el primer día del quinto mes (7:8–9). De modo que el viaje duró
cuatro meses. En este contexto, una vez más hace referencia a la buena mano de Dios que esta-
ba sobre él (7:9c).
EL PROPÓSITO DEL VIAJE 7:10
El propósito de Zorobabel y Jesúa era bien claro. Ellos regresaron para reedificar la casa de
Dios, y lo cumplieron. Nehemías, que fue contemporáneo de Esdras, también tenía un propósito
firme. Él regresó para levantar el muro, y tuvo éxito. Esdras no tenía en mente una construcción
material. Su meta era la edificación espiritual.
“ESDRAS HABÍA PREPARADO SU CORAZÓN PARA
INQUIRIR LA LEY DE JEHOVÁ Y PARA CUMPLIRLA,
Y PARA ENSEÑAR EN ISRAEL SUS
ESTATUTOS Y DECRETOS” (7:10).
22

[p 39] ¡PENSEMOS!

¿A qué se refiere Esdras al decir en 7:1“pasadas es-


tas cosas”? ¿Cuántos años transcurrieron entre 6:22
y 7:1? ¿Cómo comprueba Esdras su autoridad para
ejercer el sacerdocio? ¿Qué frase usaba Esdras con
frecuencia para demostrar que disfrutaba del apoyo
de Dios para su viaje? ¿Cuánto tiempo duró el viaje?
¿Cómo se había preparado Esdras para su ministerio
en Israel? ¿Qué se proponía hacer?

AUTORIZACIÓN ESCRITA DE PARTE DE ARTAJERJES 7:11–28


Esdras, tal como Zorobabel, llevaba una autorización por escrito para su viaje y órdenes refe-
rentes a su misión dirigida a los tesoreros que estaban al otro lado del río (7:11 y 21–24). Los
puntos más sobresalientes de su carta son:
1. Esdras es presentado como escriba versado en los mandamientos de Jehová y en sus estatutos
a Israel (7:11).
2. Todos los israelitas, sus sacerdotes y levitas fueron incluidos en el permiso para subir a Jerusa-
lén (7:13).
3. Esdras fue enviado de parte del rey y de sus siete consejeros (7:14a).
4. Esdras llevaba consigo una copia de la ley (7:14b).
5. Le fue dado permiso para llevar plata y oro y ofrecerlo a Dios por el rey y sus consejeros (7:15),
plata y oro recogidos en Babilonia (7:16a), y ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes
(7:16b).
6. El dinero fue designado para comprar todo lo necesario para sus sacrificios en Jerusalén (7:17).
7. Podrían usar su propia discreción conforme a la voluntad de Dios en cuanto a la disposición del
resto de la plata y el oro (7:18).
8. Le fueron entregados a Esdras los utensilios para el servicio del templo (7:19–20). Esto indica
que Zorobabel y Jesúa habían dejado algunos utensilios en Babilonia.
9. Los tesoreros del rey al otro lado del río habían de proporcionarle [p 40] a Esdras todo lo que
les pidiera para la casa del Dios del cielo (7:21–23). Es interesante notar que la generosidad y
aparente piedad del rey Artajerjes fueron motivadas por temor. Él quería disfrutar de la bendición
de Jehová y no quería incurrir en su ira (7:23b).
10. Los sacerdotes y levitas, cantores, porteros, sirvientes del templo y ministros de la casa de
Dios quedaron exentos de impuestos, contribuciones y rentas (7:24).
11. Conocedor de las leyes de Dios, Esdras recibió autoridad para delegar la responsabilidad de
gobernar al pueblo por medio de jueces y gobernadores (7:25a). Debía enseñar al que no conocía
las leyes de Dios (7:25b).
12. Se pronunció una sentencia fuerte contra cualquiera que desobedeciera la ley de Dios (7:26).
ESDRAS ENSALZA EL NOMBRE DE JEHOVÁ 7:27–28
Esdras bendijo al Señor por haber puesto en el corazón del rey el deseo de honrar la casa de
Dios que estaba en Jerusalén (7:27). Expresó también su gratitud a Dios por haber inclinado su
misericordia hacia él delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del
rey (7:28a).
“Y YO, FORTALECIDO POR LA MANO DE MI DIOS
23
SOBRE MÍ, REUNÍ A LOS PRINCIPALES DE ISRAEL
PARA QUE SUBIESEN CONMIGO” (7:28b).

¡PENSEMOS!

Explique a grandes rasgos la carta que el rey Artajer-


jes entregó a Esdras. ¿Por qué favoreció el rey a Es-
dras? ¿Cuál fue la reacción de Esdras a la buena carta
que el rey le entregó? ¿Qué hizo Esdras después de
alabar al Señor?

[p 41] LA LISTA DE LOS QUE REGRESARON 8:1–14


La lista se compone de los nombres de los jefes de casas paternas que subieron con Esdras a
Jerusalén (8:1). Los dos primeros mencionados eran del linaje de Aarón. Gersón era de los hijos
de Finees, hijo de Aarón (8:2 y Éxodo 6:25) y Daniel de los hijos de Itamar, hijo de Aarón (8:2 y
Éxodo 6:23). La mayoría eran de las mismas familias que acompañaron a Zorobabel. Note, por
ejemplo, las siguientes comparaciones: los hijos de Paros (8:3 y 2:3), los hijos de Elam (8:7 y 2:7)
y los hijos de Adonicam (8:13 y 2:13). El total asciende a sólo 1,504. Al añadir a los 258 levitas
(8:15–20) la suma es 1,762. Si se toma en cuenta la posibilidad de que incluya a algunos niños y
mujeres, el número llega a unos 4,000, que es una cifra muy inferior a los 50,000 que acompaña-
ron a Zorobabel y Jesúa (2:64–65).
EL RECLUTAMIENTO DE LEVITAS 8:15–20
Esdras los reunió junto al río que viene de Ahava, donde acamparon tres días (8:15a). Fue allí
donde Esdras se dio cuenta de que no habían aparecido los levitas (8:15b). Despachó a algunos
para solicitar su participación en este esfuerzo para que hubiese ministros para la casa de Dios
(8:17). Según la buena mano de Dios sobre ellos, se presentaron 258 levitas para los diferentes
ministerios relacionados con el templo (8:17–20).
ESDRAS PUBLICA AYUNA 8:21–23
Antes de iniciar la marcha, Esdras publicó ayuno allí junto al río Ahava. El ayuno tenía un do-
ble propósito bien definido:
1. Para afligirse delante de Dios
2. Para solicitar de él camino derecho para ellos, y para sus niños, y para todos sus bienes (8:21)
Esdras quería mostrar que dependía del Señor. Probablemente podría pedir al rey tropa y
gente de a caballo, pero tenía vergüenza de hacerlo, porque había hablado al rey acerca de la
protección del Señor (8:22).[p 42]
“LA MANO DE NUESTRO DIOS ES PARA BIEN SOBRE
TODOS LOS QUE LE BUSCAN; MAS SU PODER Y SU
FUROR CONTRA TODOS LOS QUE LE
ABANDONARON Y ÉL NOS
FUE PROPICIO” (8:22–23).
ESDRAS ENCARGÓ A DOCE SACERDOTES QUE LLEVARAN LA PLATA, EL
ORO Y LOS UTENSILIOS 8:24–34
El resto del capítulo ocho se trata de la manera responsable en que Esdras entregó la plata, el
oro y los utensilios a doce sacerdotes para llevarlos a Jerusalén. Se lo entregó todo por peso y
24
por cuenta, y les encargó en las siguientes palabras: “Vigilady guardadlos, hasta que los peséis
delante de los príncipes de los sacerdotes y levitas, y los jefes de las casa paternas de Israel en
Jerusalén, en los aposentos de la casa de Jehová” (8:29). El valor actual del oro y de la plata se-
ría alrededor de unos 20 millones de dólares. No se trataba de una responsabilidad menor.
Después de llegar a Jerusalén, resposaron tres días, y al cuarto día, “por cuenta y por peso se
entregó todo, y se apuntó todo aquel peso en aquel tiempo” (8:32–34). ¡Qué bello ejemplo de la
enseñanza de 2 Corintios 8:21 de hacer las cosas honradamente delante de Dios y delante de los
hombres!
ADORAN AL LLEGAR 8:35
Tal como se hizo en la dedicación del templo, los que habían regresado con Esdras del cauti-
verio, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel. Sacrificaron los mismos animales pero en menor
cantidad (8:35). Dios les había favorecido en el camino, y querían expresarle su gratitud.
CUMPLEN SU MISIÓN A CABALIDAD 8:36
Se hizo entrega de los despachos del rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río
(8:36a y 7:20–24). Ese acto [p 43] benefició al pueblo, porque los oficiales aludidos ayudaron al
pueblo y a la casa de Dios (8:36b).

¡PENSEMOS!

¿Cómo se compara el número de los que regresaron


con Esdras con el número de los que regresaron con
Zorobabel? ¿Cuál era el grupo que no apareció cuan-
do acamparon junto al río Ahava? ¿Qué hizo Esdras, y
cuál fue el resultado? ¿Por qué publicó Esdras ayuno
antes de marchar? Describa el procedimiento que se
siguió para entregar la plata, el oro y los utensilios
para el viaje y al terminar el viaje. ¿Qué lecciones se
pueden sacar de eso? ¿Qué hicieron para demostrar
su gratitud al Señor?

[p 44]
25
[p 45]

6
Esdras dirige un avivamiento
Esdras 9:1–10:44
Poco después de los eventos relacionados con la llegada de los hijos de Israel procedentes de
Babilonia, los príncipes consultaron con Esdras acerca de algunos problemas serios que había
entre el pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas (9:1). Esdras había estado de regreso sólo
unos cuatro meses y medio (10:9 y 7:9) y en tan poco tiempo ya se había ganado la confianza de
los líderes.
MATRIMONIOS MIXTOS 9:2
Los hijos de Israel, incluyendo a sus líderes, no se habían separado de los pueblos de la tie-
rra, y se habían contaminado con sus abominaciones (9:1). Se casaron con personas del pueblo
pagano que ante los ojos del Señor fue algo terrible (9:2 y Deuteronomio 7:1–4). El que se casara
así, corría el riesgo de apartarse de jehová y servir a dioses ajenos (Deuteronomio 7:4). Como
consecuencia, Dios los destruiría.
LA REACCIÓN DE ESDRAS 9:3–4
La mala noticia de semejante pecado entre el pueblo de Israel y sus líderes provocó una reac-
ción fuerte de parte de Esdras. Rasgó su vestido y su manto (señal de luto); se arrancó el pelo de
[p 46] su cabeza y de su barba (señal de mucha tristeza o ira), y se sentó angustiado en extremo
(9:3). Los que temían las palabras del Dios de Israel se le juntaron, y Esdras siguió en su angustia
hasta la hora del sacrificio de la tarde (9:4).

¡PENSEMOS!

¿Qué asunto trajeron los príncipes delante de Es-


dras? ¿Cuánto tiempo había estado de regreso Es-
dras cuando esto sucedió? ¿Quiénes estaban involu-
crados en el pecado? ¿Qué decía la ley acerca de los
matrimonios mixtos? ¿Cómo reaccionó Esdras al dar-
se cuenta de ese pecado?

LA CONFESIÓN DE ESDRAS 9:5–15


A la hora del sacrificio de la tarde, Esdras se levantó de su aflicción, se postró de rodillas y ex-
tendió sus manos a Dios. Comenzó hablando de la vergüenza que sentía al dirigirse al Señor. Al
comenzar a confesar se identificó con el pueblo, como si hubiera participado él mismo en sus ac-
tos escandalosos (9:6).
La nación había tenido una larga trayectoria de gran pecado que había provocado graves con-
secuencias, como ser llevados en cautiverio por los reyes de otras tierras, ser robados y muertos
a espada (9:7).
En aquel entonces, estaban experimentando un momento de misericordia. Un remanente
había regresado y disfrutaba de un lugar seguro en el santuario (9:8). Aun estando en servidum-
bre, no habían sido desamparados. Dios había mostrado su misericordia favoreciéndolos delante
de los reyes de Persia, y ayudándoles a edificar casa a Dios y protegiéndolos en Judá y en Jeru-
salén (9:9).
26
“A SABIENDAS HEMOS PECADO” 9:10–12
Esdras pregunta: “¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de [p 47] esto?” Y agrega: “por-
quenosotros hemos dejado tus mandamientos” (9:10). A continuación, repasó la ley acerca del
matrimonio mixto, dando a entender que el pueblo había pecado aun conociendo lo que decía la
palabra de Dios (9:11–12).
RESUMEN 9:13–15
Antes de finalizar su confesión, Esdras hizo un resumen de todo lo dicho:
1. Con todo lo que hemos hecho, no nos has castigado de acuerdo con nuestras iniquidades
(9:13a)
2. Nos diste un remanente como este (9:13b).
3. ¿Hemos de seguir cometiendo los mismos pecados? (9:14a)
4. ¿Hay la posibilidad de que tú nos consumas y nos dejes sin remanente? (9:14b)
5. Terminó reconociendo la justicia de Dios y su santidad (9:15).
“HENOS AQUÍ DELANTE DE TI EN NUESTROS
DELITOS; PORQUE NO ES POSIBLE ESTAR EN TU
PRESENCIA A CAUSA DE ESTO” (9:15b).

¡PENSEMOS!

¿Cuáles fueron los puntos más sobresalientes de la


confesión de Esdras? ¿Qué evidencia hay de que el
pueblo pecó a sabiendas? ¿Cuál fue el resumen que
Esdras dio en los versículos 13–15?

EL PUEBLO HACE PACTO CON DIOS 10:1–8


Esdras seguía orando y haciendo confesión, y se le juntó una gran multitud de Israel, hom-
bres, mujeres y niños. Todos lloraban amargamente (10:1). Esdras dirigía con su ejemplo, no con
imposición o elocuencia. Viendo su aflicción, el pueblo se unió [p 48] con él en tristeza y arrepen-
timiento.
Secanías, hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, hizo uso de la palabra, también confesando el
pecado de haber tomado mujeres extranjeras, pero expresó confianza al decir las palabras si-
guientes: “aún hay esperanza para Israel” (10:2). Luego propuso el siguiente pacto:
DESPEDIR A LAS MUJERES EXTRANJERAS Y A LOS
NIÑOS NACIDOS DE ELLAS, SEGÚN EL CONSEJO DE
ESDRAS Y CONFORME A LA LEY
(Véase 10:3 Y DEUTERONOMIO 7:2–4)
Secanías también tenía algunos consejos para Esdras. Le pidió que se levantara, que se es-
forzara y pusiera manos a la obra, recordándole que era su obligación (10:4).
Esdras se levantó y juramentó al pueblo (10:5a). Al oírles jurar que harían conforme al pacto
(10:5b), se levantó de delante de la casa de Dios, y se fue a la cámara de Johanán, hijo de Eliasib
(10:6a). En ese lugar privado siguió en ayuno y duelo por la gran aflicción que sentía por el peca-
do del pueblo (10:6b).
27
Se convocó una asamblea en Jerusalén a los tres días para tratar ese asunto (10:7–8a). El
que no viniera corría el peligro de perder su hacienda y ser excluido de la congregación de los del
cautiverio (10:8b–c).
EL PROCEDIMIENTO PARA JUZGAR A LOS CULPABLES 10:9–17
El pueblo acató la orden de presentarse en Jerusalén a los tres días. Se reunieron a los veinte
días del mes noveno. Temblaba el pueblo por miedo del castigo de Dios y por la lluvia (10:9). Es-
dras se levantó, y se dirigió a ellos acusándolos de haber pecado por haber tomado mujeres ex-
tranjeras (10:10). Ordenó la [p 49] separación con las palabras siguientes:
“AHORA, PUES, DAD GLORIA A JEHOVÁ DIOS DE
VUESTROS PADRES, Y HACED SU VOLUNTAD, Y
APARTAOS DE LOS PUEBLOS DE LAS TIERRAS,
Y DE LAS MUJERES EXTRANJERAS” (10:11).
El pueblo respondió afirmativamente (10:12), pero suplicó más tiempo para tratar el asunto
porque estaban reunidos en la plaza, expuestos a la lluvia (10:13). Siendo que la multitud era tan
grande y las ofensas muchas, pidieron que sus príncipes se quedaran en su lugar y sugirieron
que en un tiempo determinado los culpables, juntamente con los ancianos de cada ciudad y los
jueces, vinieran con el propósito de apartar de ellos el ardor de la ira de Dios (10:14). Sólo se
opusieron cuatro personas, cuyos nombres se encuentran en el versículo 15.
El proceso duró tres meses. Comenzó el primer día del mes décimo, y terminó el primer día
del mes primero (10:16–17). Esdras y ciertos varones jefes de casas paternas fueron apartados
para inquirir sobre el asunto (10:16). Una vez más, vemos evidencia de la confianza que el pueblo
tenía en Esdras como hombre de Dios.
LA LISTA DE LOS CULPABLES 10:18–44
Es un caso sumamente triste cuando los líderes religiosos defraudan al pueblo, cometiendo
los mismos pecados que condenan en sus adeptos. Así sucedió en esta situación. La lista de los
culpables comienza con los sacerdotes (10:18–22), seguidos por los levitas (10:23–24). De las
113 personas, 17 eran sacerdotes y 10 levitas (o sea, el 24%). Los sacerdotes prometieron des-
pedir a sus mujeres extranjeras y ofrecieron como ofrenda [p 50] por su pecado un carnero (10:19
y Levítico 5:14–15).
Aunque pareciera cosa dura separar a las mujeres extranjeras y a sus niños de los demás
miembros de su familia, hay que recordar la advertencia dada en Deuteronomia 7:2–4. “Porque
desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá
sobre vosotros, y te destruirá pronto” (Deuteronomio 7:4).
El libro de Esdras termina así en forma abrupta, pero no sin haber dado un mensaje completo
de cómo volver a tener comunión con Jehová. Los capítulos 1–6 hablan de la reedificación del
templo y la restauración de la adoración en el templo, y los capítulos 7–10 hacen hincapié en la
importancia de vivir de acuerdo con la palabra de Dios.

¡PENSEMOS!

¿Cómo reaccionó el pueblo al ver a Esdras


orando y haciendo confesón? Comente la in-
tervención de Secanías en 10:2–4. ¿Qué hizo
Esdras después de juramentar al pueblo?
¿Cuál fue el mensaje pregonado en Judá y en
Jerusalén? ¿Qué habría sucedido si algunos
no se presentaban? ¿Por qué temblaba el
28
pueblo reunido en la plaza en Jerusalén?
¿Cuál fue la orden dada por Esdras a los re-
unidos? ¿Qué arreglo hicieron para inquirir
sobre el asunto? ¿Cuánto tiempo duró el pro-
ceso? ¿Cuántos líderes religiosos se encon-
traton entre los 113 culpables? ¿Cuáles son
las dos divisiones principales del libro de Es-
dras? ¿Cómo se puede aplicar el libro a los
creyentes de hoy en día?

ESTER

[p 51] LA SOBERANÍA DIVINA EN ACCIÓN

Coronación de Ascenso y derrota de Liberación de los judíos 8:1–10:3


Ester 1:1– Amán 3:1–7:10
2:23

Vasti es destro- Amán es engrandecido 3:1–2 Ensalzamiento de Mardoqueo 8:1–2


nada 1:1–22
El decreto de Amán 3:3–15 El edicto que favorece a los judíos 8:3–17
Ester es corona-
da 2:1–23 Tristeza de los judíos 4:1–17 Los judíos triunfan sobre sus enemigos 9:1–19
Intervención de Ester ante el Se establece la fiesta de Purim 9:20–32
rey 5:1–8
Grandeza de Mardoqueo 10:1–3
El odio de Amán por Mardo-
queo 5:9–14
La derrota de Amán 6:1–7:10

[p 52]
29
[p 53]

7
Selección de una nueva reina
Ester 1:1–2:23
A través de los años se ha puesto en tela de duda la canonicidad del libro de Ester. Se debe al
hecho de que no se menciona el nombre de Dios en su contenido. Sin embargo, se encuentra la
mano de Dios manifestándose a favor de su pueblo en cada página. El libro entero es otro ejem-
plo contundente de la soberanía del Señor.
AUTOR Y FECHA
Se desconoce quién es su autor. Algunos han sugerido que Esdras o Nehemías lo escribió,
pero no hay evidencia para apoyar tal idea. Es bastante evidente que el autor era un judío que
estaba al tanto de las actividades del palacio en Susa. Es probable que fuera escrito después de
465 a.C., el año en que terminó el reinado de Asuero, porque Ester 10:2–3 hace referencia a los
hechos de su poder y autoridad como cosas ya escritas en el libro de las crónicas de los reyes de
Media y de Persia.
[p 54] TRASFONDO HISTÓRICO
Los sucesos registrados en el libro acontecieron en los años 483–473 a.C. durante el reinado
de Jerjes o Asuero, quien reinó de 486–465 a.C. Los acontecimientos encajan entre los capítulos
seis y siete del libro de Esdras. El templo fue terminado en 515, y Esdras no regresó sino hasta
457, ocho años después de terminar el reinado de Asuero y 16 años después de haber finalizado
los eventos del libro de Ester. Para más detalles sobre ese período, vea la introducción al libro de
Esdras.
PROPÓSITO DEL LIBRO
El propósito es demostrar la forma en que Dios obra a favor de su pueblo para conservarlo y
así guardar su pacto con él (4:14a)
“HE AQUÍ, NO SE ADORMECERÁ NI DORMIRÁ EL
QUE GUARDA A ISRAEL” (SALMOS 121:4).
ESTRUCTURA DEL LIBRO
El libro gira alrededor de los siguientes eventos claves:

Colocación de Ester como reina en el go- caps. 1–2


bierno de Asuero

La amenaza de destruir a todo el pueblo caps. 3–5


judío

Liberación del pueblo de Dios caps. 6–10

[p 55] ¡PENSEMOS!

¿Por qué algunos ponen en tela de duda la canonici-


dad del libro de Ester? ¿Cuál es el atributo de Dios
30
que sobresale en el libro? ¿En qué fecha aproximada
fue escrito? ¿Cuál es el trasfondo histórico? ¿Cuál
es su propósito? ¿Cuál es la estructura del libro?

Problemas en el palacio 1:1–22


Asuero asumió el poder cuando su padre Darío murió en 486 a.C. El territorio sobre el cual
reinaba era muy vasto pues se extendía desde la India (el moderno Pakistán) hasta Etiopía (hoy
el norte de Sudán) e incluía ciento veintisiete provincias (1:1).
En el tercer año de su reinado hizo un gran banquete en Susa, capital del imperio, e invitó a
todos los príncipes y cortesanos (1:2–3). El banquete duró ciento ochenta días, y tenía el propósi-
to de mostrar las riquezas de la gloria del reino de Asuero, así como el brillo y magnificencia de su
poder (1:4).
El famoso historiador griego Heródoto, dice que Asuero pasó cuatro años planeando la inva-
sión de Grecia, que se llevó a cabo en 480 a.C. Es probable que la reunión de tanta gente impor-
tante para ese banquete tuviera otro propósito también, la planificación de su campaña militar co-
ntra Grecia.
Al cumplirse los ciento ochenta días, o sea seis meses, el rey Asuero hizo otro banquete de
siete días, al cual invitó a todo el pueblo que había en Susa (1:5). La descripción del ornato, los
muebles y los vasos demuestran la gran riqueza del reino (1:6–7a). El monarca proveyó vino en
abundancia, pero nadie fue obligado a beberlo (1:7b–8). Durante los mismos días, la reina Vasti
hizo otro banquete para las mujeres (1:9).
Lo que sucedió en el séptimo día comprueba el peligro de beber mucho vino. Estando el cora-
zón del rey alegre por el vino, mandó a siete de sus eunucos a traer a la reina Vasti para mostrar
a los pueblos y a los príncipes su belleza (1:10–11). La reina Vasti se rehusó a comparecer a la
orden del rey, y éste se encendió en furor (1:12).
[p 56] El texto sagrado no detalla lo que pidió el rey. Algunos suponen que la reina Vasti debía
de comparecer sin su velo para exhibir su belleza. La mera presencia de una mujer en medio de
tantos hombres borrachos le restaría respeto a ella y a su marido. Parece que ella mostró una
modestia muy admirable, pero su desobediencia creó problemas en el palacio.
El rey entonces consultó con los sabios que conocían los tiempos (1:13), para saber qué se
había de hacer con la reina por no haber cumplido la orden de su rey (1:14–15). Uno de los sa-
bios, Memucán, dijo que la noticia de la desobediencia de la reina Vasti se conocería en todas las
provincias, y todos los príncipes sufrirían el menosprecio y enojo de parte de sus esposas. Con-
cluyó sugiriendo que se publicara un decreto deponiendo a Vasti como reina (1:16–20).
Las palabras de Memucán le parecieron bien al rey, y envió cartas a todas las provincias de su
reino: “diciendoque todo hombre afirmase su autoridad en su casa; y que se publicase esto en la
lengua de su pueblo” (1:21–22).

¡PENSEMOS!

¿Qué hizo el rey Asuero en el tercer año de su reina-


do? ¿Quiénes fueron invitados a su banquete? ¿Por
qué convocó el rey a tal reunión? ¿Qué pasó al finali-
zar el primer banquete? ¿Qué hizo el rey estando su
corazón alegre por el vino? ¿Cómo respondió la reina
Vasti? ¿Cómo reaccionó el rey Asuero? ¿Qué le
aconsejaron sus criados? ¿Qué hizo el rey entonces?
31
La búsqueda de una nueva reina 2:1–23
Pasadas estas cosas, se sosegó la ira del rey, y se acordó de Vasti y de lo que ella había
hecho, y de la sentencia que había expedido contra ella (2:1). Algunos creen que posiblemente
estaba arrepentido de haber tomado una medida tan drástica. La frase “pasadasestas cosas” pro-
bablemente se refiere a la derrota de Asuero por el ejército griego en Platea en 479 a.C. Hacía [p
57] unos tres años desde que Vasti había sido depuesta. Pero los criados del monarca no le die-
ron mucho tiempo para considerar el asunto. Le sugirieron que se buscaran para el rey vírgenes
jóvenes de buen parecer, las cuales se pondrían en su harén bajo el cuidado de Hegai, eunuco
real (2:2–3). La doncella que le agradara, ésa sería la nueva reina. Al rey le agradó la idea, y así
se hizo (2:4).
Aparición de Mardoqueo y Ester 2:5–9
Entre los muchos judíos que no habían regresado ni con Zorobabel ni con Esdras se encon-
traban Mardoqueo y Ester. Él era hijo de Jair, hijo de Simei, el cual era hijo de Cis, del linaje de
Benjamín (2:5). En el versículo 6 se hace referencia a alguien que fue llevado cautivo a Babilonia
por Nabucodonosor. Algunos creen que era Mardoqueo, pero si hubiera sido él, tendría 115 años
en el tercer año del rey Asuero y Ester tendría 80. En tal caso, no la habrían considerado como
candidata para ser reina. Es más probable que fuera Cis, el bisabuelo de Mardoqueo quien fue
llevado por Nabucodonosor.
Ester era prima de Mardoqueo, y había sido criada por él como hija desde el fallecimiento de
sus padres y era muy hermosa (2:7). Cuando se divulgó el mandamiento y el decreto del rey, Es-
ter fue llevada juntamente con muchas otras doncellas a la casa del rey, bajo el cuidado de Hegai
(2:8). Le agradó a Hegai, y la trató con mucha consideración, dándole todo lo necesario para pre-
pararla cuando fuera llevada delante del rey (2:9).
Selección de la nueva reina 2:10–23
Ester no divulgó el hecho de que era judía por mandamiento de Mardoqueo (2:10) y él estaba
muy pendiente del cuidado de Ester (2:11). Cada doncella pasaba doce meses preparándose pa-
ra presentarse delante del monarca (2:12). Cuando le tocó su turno, Ester no procuró otra cosa
más sino lo que dijo Hegai, y ganaba el favor de todos los que la veían (2:13–15).
[p 58] Ester fue llevada al rey en el mes décimo, en el año séptimo del reinado del rey Asuero
(2:16). Eso quiere decir que habían transcurrido cuatro años desde el banquete que hizo el rey
(1:3). El rey amó a Ester, y ella halló gracia en sus ojos más que todas las demás vírgenes, y fue
coronada reina en lugar de Vasti (2:17). Por eso, Asuero hizo un gran banquete en honor a Ester
(2:18).
En otra ocasión cuando fueron reunidas las vírgenes, Mardoqueo estaba sentado a la puerta
del rey. Es posible que su presencia allí indique que tenía algún puesto en el gobierno (2:19). Es-
ter todavía no había declarado cuál era su nación ni su pueblo, de acuerdo con las instrucciones
de Mardoqueo (2:20).
Estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, se enojaron con éste dos de sus eunucos,
Bigtán y Teres, y quisieron poner las manos sobre él (2:21). Se dio cuenta Mardoqueo, y lo hizo
saber a la reina Ester, quien avisó al rey en nombre de Mardoqueo (2:22). Se investigó el asunto
con el resultado de que aquellos dos fueron ahorcados. El caso fue registrado en el libro de las
crónicas del rey (2:23).

¡PENSEMOS!

¿Cuál fue el método sugerido al rey para seleccionar a


la nueva reina? ¿Qué relación existía entre Mardo-
queo y Ester? ¿Cuáles fueron las instrucciones que
dio Mardoqueo a Ester acerca de la identidad de su
32
pueblo? ¿Cuándo fue presentada Ester al rey? ¿Cuál
fue el resultado? ¿Qué complot descubrió Mardoqueo
en contra del rey? ¿Cuál fue el resultado de la investi-
gación? ¿Qué se hizo con la información?
33
[p 59]

8
La seguridad amenazada
Ester 3:1–4:3
EL ENGRANDECIMIENTO DE AMÁN 3:1–2b
El capítulo 3 comienza con una frase corta pero clave. Dice “después de estas cosas”. Frases
así provocan investigación. ¿Qué quiere decir? Probablemente se refiere a la intervención de
Mardoqueo para proteger la seguridad del rey Asuero (2:21–23).
AMÁN HIJO DE HAMEDATA AGAGUEO FUE ENGRANDECIDO Y HONRADO
POR EL REY ASUERO (3:1b)
Muchos comentaristas bíblicos creen que Amán era descendiente de Agag rey de Amalec (1
Samuel 15:8), y por eso es llamado agagueo. Si esto es cierto, tenemos aquí un ejemplo claro del
principio bíblico de cosechar lo que se siembra en la vida (Gálatas 6:7–8). El rey Saúl había reci-
bido órdenes del Señor de destruir a todos los amalecitas (1 Samuel 15:1–3). Su obediencia fue
parcial. Mató a todos a filo de espada, con una excepión. “Ytomó vivo a Agag rey de Amalec” (1
Samuel 15:8). Muchos años después (aquí), otro agagueo se levanta para tratar de destruir a to-
dos los judíos.
El ascenso que Amán recibió lo colocó sobre todos los otros príncipes (3:1c). El rey ordenó
también que todos los siervos que [p 60] estaban a la puerta del rey se inclinaran y arrodillaran
delante de Amán (3:2a). Y todos lo hacían con la excepción de Mardoqueo, quien no se arrodilla-
ba ni se humillaba (3:2b). No se sabe si Mardoqueo actuaba así por orgullo o por piedad, ya que
la Biblia prohibe inclinarse delante de los ídolos (Éxodo 20:4–5). Tomando en cuenta la costum-
bre de los reyes persas de exigir que se les hicieran honores divinos, es posible que Amán de-
mandara respeto para sí mismo como un acto de adoración. En tal caso, Mardoqueo estaba de-
mostrando su temor por Jehová. Su comportamiento fue denunciado delante de Amán, quien al
comprobar que era cierto, se enfureció grandemente (3:3–5).

¡PENSEMOS!

¿A que se refiere la frase “después de estas cosas”


que aparece al principio del capítulo 3 del libro de Es-
ter? ¿Quién era Amán? ¿Por qué vivían todavía los
agagueos? ¿Cuál fue el honor otorgado a Amán por el
rey Asuero? ¿Qué debían hacer los siervos del rey al
pasar Amán? ¿Quién no obedecía esa ley? ¿Qué hizo
Amán al darse cuenta?

AMÁN PROCURA LA DESTRUCCIÓN DE TODOS LOS JUDÍOS 3:6–9


Mardoqueo había declarado a sus colegas que era judío (3:4c) y esa información fue propor-
cionada a Amán (3:6b). En vez de buscar solamente la muerte de Mardoqueo, Amán decidió tra-
tar de destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero (3:6c). Para averiguar el mejor
tiempo para llevar a cabo su complot contra los judíos, Amán echó el pur o suertes. Esto sucedió
en el primer mes del calendario judío que era el duodécimo año del rey Asuero y la suerte marcó
el tiempo propicio para el mes duodécimo (3:7). Eso le dio a Amán once meses para prepararse,
y providencialmente dio tiempo a los judíos para contrarrestar su esfuerzo.
34
En la presentación de su plan al rey Asuero, Amán acusó a los judíos de ser desobedientes a
las leyes reales (3:8), y suplicó que [p 61] se emitiera un decreto para destruirlos (3:9a). Además,
prometió al rey entregar diez mil talentos de plata a los que manejaban la hacienda, para ser traí-
dos a los tesoros del rey (3:9b). Pero pensaba obtener la plata mediante la confiscación de las
propiedades de los judíos. La cantidad de plata ofrecida excedía los trescientos mil kilogramos.

¡PENSEMOS!

¿Qué había divulgado Mardoqueo en aquellos días?


¿Cuál fue la reacción de Amán al darse cuenta de que
Mardoqueo era judío? ¿Qué hizo Amán para determi-
nar el mejor tiempo para ejecutar su plan? ¿Qué mes
salió indicado? ¿Qué acusación hizo Amán en contra
de los judíos delante del rey? ¿Qué cantidad de plata
ofreció Amán al rey?

PUBLICACIÓN Y ENVÍO DEL DECRETO 3:10–15


Sin investigar la identidad del pueblo aludido, el rey se quitó el anillo, lo dio a Amán, y lo auto-
rizó para ejecutar su plan y disponer del dinero ofrecido (3:10–11). Es probable que el rey todavía
no supiera que su reina era judía. Ignoraba las implicaciones de su decisión. Por eso, Amán esta-
ba muy contento.
Los escribanos fueron llamados, y el edicto se redactó en el mes primero, al treceavo día
(3:12a), que era el mes en que Amán echó la suerte (3:7a). Es evidente que la cosa era urgente
para Amán. Además, se le dio libertad para redactar el edicto como quisiera (3:12b).
“Y FUE ESCRITO CONFORME A TODO LO QUE
MANDÓ AMÁN” (3:12b).
La fecha que fijaron para ejecutar la orden fue el día trece del duodécimo mes, o sean once
meses después de escribir el decreto (3:13c). Debían destruir, matar y exterminar a todos los ju-
díos, [p 62] jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día y podrían apoderarse de sus
bienes (3:13b y d). El decreto fue escrito a cada pueblo según su escritura y según su lengua
(3:12c). Las cartas fueron enviadas por correo a todas las provincias del rey (3:13a), y la copia del
escrito fue publicada en todos los pueblos a fin de que estuviesen listos para aquel día (3:14). Se
usaron jinetes para facilitar el proceso de hacer llegar el edicto a las distintas provincias a tiempo
para la ejecución de los judíos.
“Y SALIERON LOS CORREOS PRONTAMENTE POR
MANDATO DEL REY, Y EL EDICTO FUE DADO EN
SUSA CAPITAL DEL REINO. Y EL REY Y AMÁN SE
SENTARON A BEBER, PERO LA CIUDAD DE SUSA
ESTABA CONMOVIDA” (3:15).
Para poner las cosas en su contexto histórico, es necesario apuntar que ni Esdras ni Nehemí-
as habían regresado todavía. Esdras saldría dieciséis años más tarde y Nehemías todavía tarda-
ría otros treintaiún años para regresar. El remanente que volvió con Zorobabel estaba en Israel
con su templo ya construido. El decreto les alcanzaría a ellos también. No quedó ni un sólo judío
exento de sufrir sus consecuencias.
35

¡PENSEMOS!

¿Qué tal le pareció al rey el plan de Amán? ¿En qué


fecha fue publicado el decreto? ¿Cuál fue la fecha que
fijaron para ejecutar el plan de Amán? ¿Qué decía el
edicto en cuanto a la destrucción de los judios? ¿Có-
mo llegó el edicto a las distintas provincias? ¿Qué
hicieron el rey y Amán mientras la ciudad de Susa es-
taba conmovida?
36
[p 63]

9
La firmeza de Mardoqueo
Ester 4:1–5:14
LA AFLICCIÓN DE LOS JUDÍOS 4:1–3
Cuando Mardoqueo se dio cuenta del edicto, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceni-
za, y caminó por toda la ciudad haciendo un grande y amargo clamor (4:1). Llegó hasta delante
de la puerta del rey, porque no era lícito entrar vestido de cilicio a la presencia del monarca (4:2).
La reacción fue similar en todo lugar a donde llegaba el mandamiento del rey. Había “gran luto,
ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos” (4:3).
MARDOQUEO PIDE LA INTERVENCIÓN DE Ester 4:4–8
Las noticias de la aflicción y de la vestidura de Mardoqueo llegaron a oídos de la reina Ester.
Por lo tanto, ella le envió vestidos para hacer que Mardoqueo se vistiera, pero él se negó a hacer-
lo (4:4). Entonces Ester mandó a Hatac, uno de los eunucos del rey que la atendía a ella, para
averiguar qué sucedía y por qué Mardoqueo andaba así (4:5). Su pariente le declaró todo lo que
había pasado, incluyendo la información acerca de la plata ofrecida por Amán a cambio de la des-
trucción de los judíos. Le dio también copia del decreto, para que se la llevase a Ester con la sú-
plica de que ella intercediera delante del rey a favor del [p 64] pueblo judío (4:6–8).
RESPUESTA DE LA REINA ESTER 4:9–11
Hatac rindió su informe a Ester, pero ella no estaba preparada para entrar a la presencia del
rey, por lo que envió a Mardoqueo la siguiente información. Le recordó que según la ley persa, no
era lícito que nadie entrara al patio interior para ver al rey, a menos que fuese llamado. Ella no
había sido llamada por treinta días. Sólo la muerte esperaba a tal persona a menos que el rey le
extendiera su cetro de oro.
EL RETO DE MARDOQUEO PARA Ester 4:12–14
Cuando le dieron a Mardoqueo la respuesta de la reina, le mandó decir que ella no escaparía
por estar en la casa del rey más que cualquier otro judío (4:13). Y agregó el siguiente reto para
ella:
“ PORQUE SI CALLAS ABSOLUTAMENTE EN ESTE
TIEMPO, RESPIRO Y LIBERACIÓN VENDRÁ DE
ALGUNA OTRA PARTE PARA LOS JUDÍOS; MAS TÚ Y
LA CASA DE TU PADRE PERECERÉIS. IY QUIÉN
SABE SI PARA ESTA HORA HAS LLEGADO
AL REINO?” (4:14)
Puesto que el libro de Ester no menciona el nombre de Dios, no podemos saber a ciencia cier-
ta el nivel de espiritualidad de Mardoqueo. Sin embargo, hay ciertas indicaciones muy positivas.
Ya hemos observado que se negó a inclinarse delante de Amán, posiblemente debido a la prohi-
bición expresa que se encuentra en Éxodo 20:3–4. En su reto a Ester parece demostrar conoci-
miento de los pactos entre Dios y el pueblo judío. Tenía razón al decir “respiro y liberación vendrá
de alguna otra parte”. El pueblo judío es indestructible, no por sus méritos, sino por los pactos [p
65] que Jehová ha hecho con él. Según el pacto abrahámico, obtendrán la posesión perpetua de
37
una tierra (Génesis 13:14–15). Si Dios permitiera su destrucción, no podría cumplir con esa pro-
mesa. Además, de acuerdo con el pacto davídico, siempre habrá un hijo suyo para sentarse so-
bre el trono de Israel (2 Samuel 7:12–17). La destrucción del pueblo judío incluiría a todos los
descendientes de David, y si esto sucediera, quedaría abolido otro pacto de Dios. Podrían decirse
cosas parecidas acerca de otros pactos entre Dios y el pueblo judío.
EL PUEBLO JUDÍO ES INDESTRUCTIBLE
NO POR SUS MÉRITOS,
SINO POR LOS PACTOS QUE JEHOVÁ
HA HECHO CON ÉL.

¡PENSEMOS!

¿Qué pasó entre los judíos cuando se dieron cuenta


del edicto? ¿Qué hizo la reina Ester al enterarse de
que Mardoqueo andaba llorando por las calles vestido
de cilicio y ceniza? ¿Cómo respondió Mardoqueo?
¿Cuál fue la primera respuesta de Ester cuando Mar-
doqueo pidió su intervención delante del rey? ¿Cuál
fue el reto que Mardoqueo le envió? ¿Qué dice el reto
de Mardoqueo acerca de su fe en la fidelidad de Dios?
¿Cree usted que Dios sigue colocando a los creyentes
en lugares clave para llevar a cabo sus propósitos?
Mencione algunos ejemplos.

LA RESPUESTA VALIENTE Y ABNEGADA DE Ester 4:15–16


Las palabras de Mardoqueo hicieron impacto en el corazón de la reina Ester, y envió a decirle:
[p 66] “VÉ Y REÚNE A TODOS LOS JUDÍOS QUE SE
HALLAN EN SUSA, Y AYUNAD POR MÍ, Y NO
COMÁIS, NI BEBÁIS EN TRES DÍAS, NOCHE Y DÍA;
YO TAMBIÉN CON MIS DONCELLAS AYUNARÉ
IGUALMENTE, Y ENTONCES ENTRARÉ A VER AL
REY, AUNQUE NO SEA CONFORME A LA LEY;
Y SI PEREZCO, QUE PEREZCA” (4:16)
Era cosa común entre los judíos relacionar la oración con el ayuno (véase Jeremías 14:12 y
Nehemías 1:4). De modo que es lógico creer que Ester y sus doncellas, así como Mardoqueo y el
pueblo judío pasaron esos tres días orando y ayunando (4:17). Ester estaba dispuesta a exponer
su vida a mucho peligro. ¿Cuál sería la contestación del Señor?
ESTER SE PRESENTA DELANTE DEL REY ASUERO 5:1–4
Al tercer día, portando su vestidura real, la reina Ester entró en el patio interior de la casa del
rey, frente al aposento del rey, donde él estaba sentado sobre su trono (5:1). Había llegado el
momento clave. Todo estaba en suspenso. ¿Qué haría el rey? Podría ordenar la muerte de la
reina o extender el cetro de oro.
38
Cuando la vio, ella obtuvo gracia ante sus ojos. Él extendió el cetro de oro, y ella se acercó y
tocó la punta del cetro (5:2). Por la gracia de Dios había sido aceptada. Las oraciones habían sido
contestadas.
El rey quería saber cuál era su petición y le ofreció hasta la mitad de su reino (5:3). Ester se
limitó a invitar al rey juntamente con Amán para un banquete que había preparado para el rey
(5:4).
LA ASTUCIA DE LA REINA ESTER 5:5–8
El rey ordenó a sus criados que llamaran a Amán con prisa para hacerse presente en el ban-
quete, al cual llegaron los dos [p 67] juntos (5:5). Mientras bebían vino, el rey preguntó de nuevo
a la reina Ester cuál era su petición, y volvió a ofrecerle la mitad de su reino (5:6). Ella con mucha
astucia pospuso la declaración de su petición, e invitó al rey y a Amán a su casa para otro ban-
quete que prepararía. Prometió presentar su demanda el día siguiente (5:7–8).

¡PENSEMOS!

¿Cuál fue la respuesta de la reina Ester al reto de


Mardoqueo? ¿Con qué relacionaban los judíos el
ayuno en muchas ocasiones? ¿ Qué pasó cuando Es-
ter se presentó delante del rey? ¿Cómo contestó ella
cuando el rey quiso saber cul era su petición? ¿Qué
pasó en el banquete? ¿Qué ofreció hacer la reina Es-
ter al día siguiente? ¿Por qué cree que Ester esperó
para dar a conocer al rey su petición?

EL ORGULLO DE AMÁN 5:9–14


Amán se fue bien contento aquel día. Había sido el único invitado para acompañar al rey al
banquete que la reina Ester dio, y había sido invitado para el segundo banquete el día siguiente
(5:9a). Pero su gozo se volvió en tristeza e ira, cuando salió del palacio y vio que Mardoqueo no
le daba el respeto ordenado por el rey (5:9b).
Al llegar a casa mandó llamar a sus amigos y a Zeres su mujer (5:10). Les contó de toda la
gloria de sus riquezas y de su posición elevada en el gobierno (5:11). Añadió que había sido el
único invitado con el rey al banquete ese día y que al siguiente día otra vez sería el único invitado
para acompañar al rey a otro banquete que daría la reina Ester (5:12). Pero todo aquello no signi-
ficaba nada mientras Mardoqueo siguiera faltándole el respeto (5:13).
Zeres su mujer y sus amigos le dieron el consejo de preparar una horca de cincuenta codos
de altura, y de pedir al rey que colgaran a Mardoqueo en ella. Le aconsejaron también que fuera
[p 68] alegremente con el rey al banquete (5:14a—b). La sugerencia le agradó a Amán, e hizo
preparar la horca (5:14c).

¡PENSEMOS!

¿Con qué actitud salió Amán aquel día? ¿Qué pasó


cuando vio a Mardoqueo? ¿Con qué actitud llegó a su
casa? ¿Qué hizo al llegar allí? ¿Qué consejo le dieron
su esposa Zeres y sus amigos? ¿Qué tal le pareció la
idea de hacer la horca?
39
[p 69]

10
La derrota de Amán
Ester 6:1–7:10
En Génesis 12:3, Dios le dijo a Abram: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te mal-
dijeren maldeciré”. Amán debió tomar esto en cuenta antes de tramar la destrucción de los judíos
y de hacer la horca para colgar a Mardoqueo. Su propia destrucción se acercaba.
EL REY PADECE DE INSOMNIO 6:1–3
Es posible que Amán durmiera bien parte de aquella noche. Su problema con Mardoqueo pa-
recía estar resuelto y no tenía otra inquietud mayor. Ignoraba el hecho de que hay alguien que
nunca duerme.
“HE AQUÍ, NO SE ADORMECERÁ NI DORMIRA EL
QUE GUARDA A ISRAEL” (SALMOS 121:4).
Por su parte, el rey pasó una noche intranquila. No pudo conciliar el sueño en toda ella (6:1a).
Pidió a los que le atendían que le trajeran el libro de las memorias y crónicas para que se las le-
yeran (6:1b). El rey Asuero ya estaba en el duodécimo año de [p 70] su reinado (3:7). De modo
que había mucho que leer tan sólo de los acontecimientos de su período de gobierno. Entre las
muchas crónicas registradas en las memorias, maravillosamente hallaron la historia de cómo
Mardoqueo le había salvado la vida (6:2 y 2:21–23). El rey quiso saber qué honra o distinción se
había dado a Mardoqueo por ello. Sus servidores y oficiales le contestaron que nada se había
hecho con él (6:3).

¡PENSEMOS!

¿Qué promesa hizo Dios a Abram en Génesis 12:3?


¿Cómo se aplica eso a Amán? ¿Sigue vigente esa
promesa en la actualidad? ¿Qué pasó con el rey aque-
lla noche? ¿Qué detalle de gran interés hallaron en las
memorias y crónicas del rey? ¿Cuáles son algunos
atributos de Dios que ilustra este suceso? ¿Qué hon-
ra o distinción se había hecho a Mardoqueo?

COMIENZA LA CAÍDA DE AMÁN 6:4–13


El rey mismo no fue quien sugirió la honra que debía recibir Mardoqueo. Parece que en el
momento de darse cuenta de la falta de recompensa para ese siervo, el rey escuchó movimientos
en el patio exterior y preguntó: “¿Quién está en el patio?” (6:4a) Muy ansioso por acabar con su
enemigo, Amán había llegado al patio exterior de la casa real para convencer al rey de que hicie-
se morir a Mardoqueo en la horca que le había preparado (6:4b).
Al darse cuenta el rey de que Amán estaba en el patio, le ordenó entrar (6:5). Es lógico que el
rey quisiera obtener el consejo del principal príncipe en su reino, por lo que le preguntó:
“¿QUÉ SE HARÁ AL HOMBRE CUYA HONRA DESEA
EL REY?” (6:6a)
40
Amán estaba seguro de que era él a quien el rey quería honrar, [p 71] y sugirió algo que él
deseaba ardientemente. Contestó al rey que uno de los príncipes más nobles debía ir y vestir a tal
hombre con el vestido real, montarle en el caballo en que el rey cabalgaba, ponerle la corona real,
llevarle en el caballo por la plaza de la ciudad (6:6–9c), y hacer pregonar delante de él las siguien-
tes palabras:
“ASÍ SE HARÁ AL VARÓN CUYA HONRA DESEA EL
REY” (6:9d).
Al rey le agradó la contestación de Amán, y le concedió el privilegio de tomar el vestido y el
caballo y conducir a Mardoqueo a caballo por la plaza, y hacer pregonar delante de él: “Así se
hará al varón cuya honra desea el rey” (6:10–11).
Mardoqueo volvió a la puerta real muy complacido, pero Amán se dio prisa para ir a su casa,
lleno de pesadumbre y cubierta la cabeza (6:12). Después de contar a Zeres su mujer y a todos
sus amigos lo que le había pasado, le dijeron:
“SI DE LA DESCENDENCIA DE LOS JUDÍOS ES ESE
MARDOQUEO DELANTE DE QUIEN HAS
COMENZADO A CAER, NO LO VENCERÁS,
SINO QUE CAERÁS POR CIERTO DELANTE DE ÉL”
(6:13).

¡PENSEMOS!

¿A quién pidió consejo el rey acerca de la honra que


debía darse a Mardoqueo? ¿Por qué estaba allí
Amán? ¿Por qué se puso contento Amán con la pre-
gunta del rey? ¿ Cuál fue la contestación del prínci-
pe? ¿Cuál fue el resultado? ¿Qué le dijeron Zeres su
mujer y sus [p 72] consejeros cuando Amán regresó a
casa apesadumbrado?

EL FIN DE AMÁN 6:14–7:10


Aún estaban hablando de ese asunto cuando los eunucos del rey llegaron apresurados para
llevar a Amán al banquete que la reina Ester había preparado. ¿Quién sabe cuáles eran los pen-
samientos de Amán cuando llegaron para llevarlo al banquete? El día anterior se había jactado de
su invitación (5:12), pero seguramente después de la humillación que recibió delante de su ene-
migo, no estaba pensando en cosas alegres. Parece que ni el rey ni Amán tenían conocimiento
de la relación que había entre Mardoqueo y Ester. Por instrucciones de Mardoqueo, ella no había
revelado su origen nacional (2:20). Es evidente que ella no le declaró al rey la relación que existía
entre ella y Mardoqueo sino hasta después de la muerte de Amán (8:1). Así las cosas, el rey y
Amán llegaron al segundo banquete sin saber que la reina era judía.
Una vez más, el rey pidió a la reina Ester que le declarara su petición y su demanda y le dijo
que le sería concedida hasta la mitad de su reino (7:2). Como petición, Ester rogó por la preser-
vación de su vida, y la demanda que hizo fue por la vida de su pueblo (7:3). Añadió que tanto ella
como su pueblo habían sido “vendidos… para ser destruidos… y exterminados” (7:4a). Declaró
que ella podría aceptar que fuesen vendidos como siervos, pero que la muerte de toda esa gente
le haría un daño irreparable al rey (7:4).
41
El rey quiso saber quién era y dónde estaba el que había ensoberbecido su corazón para
hacer esto (7:5). En el primer banquete, Ester había pospuesto su acción (5:8), pero en éste, es-
taba bien decidida, e inmediatamente le contestó al rey:
[p 73] “EL ENEMIGO Y ADVERSARIO ES ESTE MALVADO
AMÁN” (7:6a).
No se sabe si la reina y Mardoqueo habían conversado antes del banquete, pero parece que
ella tenía conocimiento de la humillación que sufrió Amán delante de Mardoqueo esa misma ma-
ñana (6:10–11) porque de otra manera hubiera sido muy arriesgado usar términos tan despecti-
vos para referirse al príncipe más honrado del rey (3:1–2). Amán no se defendió, sino que se tur-
bó delante del rey y de la reina (7:6b).
EL REY SE ENFURECE 7:7–8
El rey se encendió en ira, y se levantó del banquete, y se fue al huerto del palacio (7:7a).
Amán se quedó para suplicarle a la reina Ester por su vida; porque percibió que el rey estaba re-
suelto a hacerle mal (7:7b).
Cuando volvió el rey al aposento del banquete, Amán había caído sobre el lecho en que esta-
ba Ester (7:8a). El rey le acusó de querer violar a la reina en su propia casa (7:8b). Al oir aquellas
palabras de parte del rey, sus siervos cubrieron el rostro de Amán (7:8c).
Harbona, uno de los eunucos del rey, le contó al rey que en la casa de Amán había una horca
de cincuenta codos de altura que el malvado había preparado para Mardoqueo, y el rey dio orden
de colgar en ella a Amán (7:9). Lo hicieron, y entonces se apaciguó la ira del rey (7:10).

¡PENSEMOS!

¿Qué dijo el rey Asuero a la reina Ester mientras bebí-


an vino en el segundo banquete? ¿Cómo contestó
ella? ¿Qué dijo el rey al saber que ella y su pueblo
habían sido vendidos para ser destruidos y extermi-
nados? ¿Qué palabras usó la reina para identificar al
culpable? ¿Qué [p 74] hizo el rey después de la reve-
lación que Ester había dado? ¿Qué vio el rey después
de volver al aposento del banquete? ¿Qué acusación
lanzó en contra de Amán? ¿Cuál fue el fin de Amán?
¿Qué lecciones prácticas saca usted de estos aconte-
cimientos?
42
[p 75]

11
Ascenso de Mardoqueo
Ester 8:1–17
A Amán le salió el tiro por la culata. Estaba segurísimo de poder destruir a su enemigo Mardo-
queo, pero acabó ensalzándole. Pensaba colgarlo en la horca que había hecho para tal fin, pero
fue él quien fue colgado de ella. Aun muerto, Amán siguió cosechando, ya que el mismo día el rey
dio la casa de Amán a la reina Ester (8:1a) y Mardoqueo fue ascendido a la misma posición que
antes perteneció a Amán (8:1b y 10:3).
Parece que Mardoqueo recibió el puesto de Amán debido al hecho de que la reina declaró al
rey lo que Mardoqueo era con respecto a ella (8:1c). El rey quitó el anillo que recogió de Amán, y
se lo dio a Mardoqueo (8:2a) y Ester lo puso sobre la casa de Amán (8:2b).
LA REINA SE PRESENTA DE NUEVO DELANTE DEL REY 8:3–6
Ester estaba siempre consciente del decreto de Amán que ordenaba la destrucción de los ju-
díos. Estaba vigente el decreto aunque Amán había muerto, porque la orden había sido sellada
con el anillo del rey y ya formaba parte de la ley de Media y de Persia, que no podía ser abrogada
(8:3 y Daniel 6:8).
De modo que vino delante del rey y se echó a sus pies, llorando y rogándole que hiciese nulo
el decreto de Amán (8:3). Aunque ya no existía el mismo suspenso en esa ocasión, Ester [p 76]
se exponía a gran peligro al presentarse delante del rey sin ser llamada (4:11). Pero una vez más
halló gracia delante del rey, quien le extendió el cetro de oro. Ester se puso en pie delante del rey,
y declaró su petición (8:4–5a):
“QUE SE DÉ ORDEN ESCRITA PARA REVOCAR
LAS CARTAS QUE AUTORIZAN LA TRAMA DE
AMÁN… QUE ESCRIBIÓ PARA DESTRUIR
A LOS JUDÍOS QUE ESTÁN EN TODAS LAS
PROVINCIAS DEL REY” (8:5).
Y de nueva cuenta se identificó totalmente con su pueblo en las siguientes palabras que par-
ten el corazón:
“PORQUE, ¿CÓMO PODRÉ YO VER EL MAL QUE
ALCANZARÁ A MI PUEBLO?
¿CÓMO PODRÉ YO VER LA DESTRUCCIÓN DE MI
NACIÓN?” (8:6)
Aunque no era posible revocar la ley puesta en vigor por Amán, sí se podía dictar una nueva
ley contrarrestando la primera, y el rey dio a Ester y a Mardoqueo completa libertad para redactar
una nueva ley para revocar la anterior (8:7–8).

¡PENSEMOS!

¿Qué pasó con la casa de Amán el mismo día en que


43
fue colgado? ¿A quién le fue conferido el puesto de
Amán? ¿Cuál fue la preocupación de la reina aunque
ya había muerto el enemigo del pueblo judío, y tanto
ella como Mardoqueo habían sido favorecidos? ¿Por
qué continuaba en vigor el decreto de Amán aún
muerto él? ¿Qué [p 77] hizo la reina? ¿Cuál fue su pe-
tición delante del rey en esa ocasión? ¿Qué hizo el
rey para comenzar el proceso de aliviar la preocupa-
ción de Ester y Mardoqueo?

EL NUEVO DECRETO (8:9–14)


Detalles acerca de su redacción y circulación 8:9–10
Fueron reunidos los escribanos del rey en el mes tercero, a los veintitrés días para escribir to-
do lo que Mardoqueo ordenó (8:9a). Amán había escrito su decreto en el mes primero, al día tre-
ce del mismo. De modo que habían pasado dos meses y diez días (3:12). La orden de destruir a
los judíos había de cumplirse el día trece del mes duodécimo (3:13), lo cual quiere decir que fal-
taban poco menos de nueve meses para su ejecución.
El decreto se dirigió a los judíos, y a los sátrapas, los capitanes y los príncipes de las ciento
veintisiete provincias del reino de Asuero (8:9b). Tal como se hizo con el decreto de Amán, este
fue enviado a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua (8:9c y
3:12). Aquí se agrega un detalle que no fue mencionado en 3:12: “a los judíos también conforme
a su escritura y lengua” (8:9d). Es posible que Amán no publicara el decreto suyo conforme a la
escritura y lengua de los judíos adrede, para aumentar su confusión. Mardoqueo quería estar se-
guro de que los judíos fuesen informados de sus derechos.
El edicto fue escrito en nombre del rey Asuero, sellado con su anillo (8:10a) y enviado por me-
dio de correos montados en caballos veloces procedentes de los establos reales (8:10b). El men-
saje era urgente y debía darse a conocer en la forma más eficiente.

¡PENSEMOS!

¿En qué fecha se escribió el decreto de Mardoqueo y


de Ester? ¿Cuánto tiempo faltaba para poder ejecutar
el decreto de Amán? ¿A quiénes se dirigió el decreto?
¿Cuál fue el detalle incluido en este decreto que no se
[p 78] encontraba en el primero? ¿De qué manera se
envió el decreto?

El contenido del decreto 8:11–13


El decreto autorizaba a los judíos a:
1. Defender su vida
2. Destruir a todos sus atacantes
3. Apoderarse de sus bienes
Todo eso podría llevarse a cabo en la misma fecha en que Amán había escogido para efec-
tuar la destrucción de los judíos (8:12). Es evidente que el decreto instruía a los judíos a vengarse
de sus enemigos (8:13).
El pueblo prosperó por la influencia de Mardoqueo 8:15–17
En su nuevo puesto, Mardoqueo portaba los colores reales, azul y blanco, una gran corona de
oro, y un manto de lino y púrpura (8:15a). Por su cargo trajo alegría y regocijo a la ciudad de Susa
44
(8:15b). El pasaje no lo dice, pero se supone que esto estaba en contraste con la influencia de
Amán, que tal vez atemorizaba y afligía al pueblo. “Los judíos tuvieron luz, y alegría, y gozo y
honra” por la influencia de él (8:16). Muchos gentiles se convirtieron al judaísmo como conse-
cuencia del buen ministerio de ese hombre noble y piadoso (8:17).

¡PENSEMOS!

El decreto autorizó a los judíos a hacer tres cosas,


¿cuáles? ¿En qué fecha se podría llevar a cabo el
nuevo decreto? ¿Cuáles fueron unos beneficios del
mando de Mardoqueo?
45
[p 79]

12
Liberación de los judíos
Ester 9:1–10:3
Llegó el día estipulado, el trece de Adar que es el duodécimo mes que corresponde a nuestros
meses de febrero-marzo. Los enemigos del pueblo judío tenían autorización para matarlos y apo-
derarse de sus bienes (3:13). Asimismo, tenían permiso de armarse para resistir a sus enemigos
hasta la muerte y apoderarse de sus bienes (8:11). En la soberana providencia divina los judíos
se enseñorearon de los que los aborrecían (9:1c). Dios usó tres cosas para proteger a su pueblo
escogido:
1. El temor de los judíos había caído sobre todos los pueblos (9:2d).
2. Fueron apoyados por la jerarquía del rey, porque el temor de Mardoqueo había caído sobre
ellos (9:3).
3. Mardoqueo iba engrandeciéndose más y más por todas las provincias del rey (9:4).
Los judíos se reunieron en sus ciudades en todas las provincias del rey (9:2a) y armados de
espadas asolaron a todos sus enemigos (9:5). Mataron a quinientos en Susa capital del reino
(9:6), pero no tocaron sus bienes (9:10b). Los diez hijos de Amán fueron contados entre los muer-
tos (9:10a).
Al ser informado el rey de la matanza de los que habían procurado el mal de los judíos, pre-
guntó a la reina cuál era su petición y su demanda (9:11–12). Ester pidió permiso para extender
[p 80] la resistencia por un día más en Susa capital del reino y para colgar en la horca a los diez
hijos de Amán (9:13). El rey mandó que así se hiciese y colgaron a los diez hijos de Amán (9:14).
También los judíos mataron a trescientos hombres más el día catorce del mes de Adar, pero no
tocaron sus bienes (9:15).
Los judíos en las otras provincias hicieron todo el trabajo de su defensa en el día trece del
mes de Adar. Mataron a setenta y cinco mil de sus contrarios sin tocar sus bienes (9:16) y reposa-
ron el día catorce, y lo hicieron día de banquete y de alegría (9:17).
CONTRARIO A LO QUE AMÁN TENÍA
PROYECTADO (3:13), LOS JUDÍOS NO TOCARON
LOS BIENES DE SUS ENEMIGOS AUNQUE TENÍAN
AUTORIZACIÓN PARA HACERLO (8:11)
Los judíos en Susa no celebraron sino hasta el día quince de Adar, debido al hecho de que te-
nían que eliminar más enemigos el día catorce, pero el día quince sí “lo hicieron día de banquete
y de regocijo (9:18).

¡PENSEMOS!

Dios usó tres cosas para intervenir a facor de su pue-


blo, ¿cuáles fueron? ¿Qué pasó el día trece del mes
duodécimo? ¿Cuántos enemigos del pueblo judío mu-
rieron a filo de espada aquel día? Al ser informado de
la matanza el día trece, el rey le dio a la reina Ester la
oportunidad de presentar otra petición, ¿qué pidió
46
ella? ¿Qué hicieron los judíos que vivían en las pro-
vincias fuera de Susa el día catorce de Adar? ¿Cuán-
tos murieron el segundo día en Susa? ¿Qué hicieron
los judíos al vencer a sus enemigos?

[p 81] EL INICIO DE LA FIESTA DE PURIM 9:20–32


Después de derrotar a sus enemigos, Mardoqueo escribió otras cartas a todos los judíos que
vivían en las ciento veintisiete provincias del rey Asuero (9:20) que tenían que ver con el inicio y
observancia de la fiesta de Purim, cuyas características principales son:
1. Fue ordenada por Mardoqueo (9:21a) y Ester (9:31a) y autorizada por ambos (9:29)
2. Las fechas señaladas fueron el día decimocuarto y el decimoquinto del mes de Adar, cada año
(9:21b).
3. Eran días que recordaban
a. La paz sobre sus enemigos (9:22a)
b. El mes que la tristeza cambió en alegría (9:22b), y el luto en día bueno (9:22c).
4. Debían ser días de banquete y de gozo, y para enviar porciones cada uno a su vecino y dádivas
a los pobres (9:22d).
5. Fue aceptada por los judíos (9:23 y 27).
6. El nombre Purim viene de la palabra Pur y es la forma plural de dicha palabra, que quiere decir
“la suerte” (3:7).
7. La acción fue confirmada en una segunda carta de Ester y Mardoqueo (9:29–32).
SIN DUDA, LOS JUDÍOS NO ASOCIABAN SU FIESTA
CON LA SUERTE, SINO CON LA PROVIDENCIA
SOBERANA DE DIOS.
AUMENTA LA FAMA DE MARDOQUEO 10:1–3
La Biblia no es el único libro que registra la grandeza de Mardoqueo. Su nombre se encuentra
mencionado en el libro de las crónicas de los reyes de Media y de Persia (10:2). Llegó a ser el
primer ministro del gobierno del rey Asuero, segundo en el poder después del rey (10:3a). Los
judíos le tenían en gran estima, porque siempre “procuró el bienestar de su pueblo y [p 82] habló
paz para todo su linaje” (10:3b y c).

¡PENSEMOS!

¿Por qué se inició la fiesta de Purim? ¿Quiénes orde-


naron su celebración? ¿Cuáles fechas fueron señala-
das para su celebración? ¿Qué significa el término
Purim? ¿Dónde se encuentra registrada la fama de
Mardoqueo? ¿Por qué fue tenido en alta estima por el
pueblo judío? ¿Cuál es la enseñanza clave del libro de
Ester?

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