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PASTORAL DE LA CULTURA
1. Justificación, Propósito y Metodología.
1.1. Justificación:
Por lo que se refiere a los grupos específicos, se tendrán siempre en consideración las
normas que rigen los presbiterios diocesanos como las propias de los religiosos y de
las religiosas y finalmente las que han emanado de los últimos documentos sobre el
laicado.
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1.2 Propósito:
* El deseo expresado por el Sumo. Pontífice Juan Pablo II, que desde 1982 manifestó
con carta personal a los obispos su gran deseo de que se iniciara cuanto antes la
pastoral de la cultura.
* La importancia intrínseca del diálogo Fe-cultura (Cfr. Pablo VI, E.N. 20), ya que la fe
es muerta si no se manifiesta en acciones que dejen huella y herencia a través de la
ciencia, la técnica, el pensamiento, el arte, las leyes e instituciones.
* La necesidad de la Iglesia Católica en México. Al no ser una Iglesia tolerada sino una
Iglesia responsable, quiere convocar a todas aquellas personas que se mueven en el
mundo de la ciencia, técnica y arte, a reflexionar y promover los valores especialmente
éticos en el campo de la cultura contemporánea.
*La encomienda dada a la Comisión Episcopal para la Cultura de apoyar a todos los
obispos de la Iglesia en México para que se dé un fuerte impulso a esta pastoral que el
Espíritu Santo quiere crear desde este fin de milenio y recibir con ojos de esperanza al
ya adveniente.
1.3 Metodología:
Para facilitar el uso de este manual operativo hemos procurado seguir una metodología
deductiva, de suerte que se inicie con conceptos generales, luego se propone una
estructura organizativa, enseguida se delinee una planeación prospectiva general y
finalmente se concluya sugiriendo programas y acciones debidamente priorizadas
según la región o Iglesia particular y la circunstancia socio-económica y socio-política
del momento histórico.
2.1 Cultura:
"Con la expresión cultura, en general, se indica todo aquello con lo que el hombre afina
y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales; procura someter al
mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social,
tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante el progreso de las
costumbres e instituciones; finalmente a través del tiempo formula, comunica y
conserva en sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones, para que
sirvan de provecho a muchos; más aún, a todo el género humano," (Gaudium et Spes.
53).
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2.2 Evangelización de la Cultura:
"Los Padres sinodales han considerado justamente que <la nueva evangelización pide
un esfuerzo lúcido, serio y ordenado para evangelizar la cultura>. El hijo de Dios, al
asumir la naturaleza humana, se encarnó en un determinado pueblo, aunque su
muerte redentora trajo la salvación a todos los hombres, de cualquier cultura, raza y
condición. El don de su Espíritu y su amor van dirigidos a todos y cada uno de los
pueblos y culturas para unirlos entre sí a semejanza de la perfecta unidad que hay en
Dios uno y .trino. Para que esto sea posible es necesario inculturar la predicación, de
modo que el Evangelio sea anunciado en el lenguaje y la cultura de aquellos que lo
oyen." (Iglesia en América. 70).
El C.V. II presenta la Cultura como un quehacer, como actividad cuando habla del
hombre que "cultiva los bienes y valores naturales (G.S. 53a) y cuando dice que el
hombre está llamado a "someter el orbe terrestre con su conocimiento y trabajo'"
(G.S. 53b), bastaría la dimensión humanista de la cultura expresando que así le
permitirá "llegar a un móvil verdadero y plenamente humano" (G.S 53a). Afirma que
también tiene la cultura dimensión histórica y social: "La cultura humana presenta
necesariamente un aspecto histórico y social" y su pluralismo como una constante, en
la sociedad contemporánea: "Pluralidad de culturas: estilos de vida común diversos y
escalas de valor diferentes" (GS. 53c), "Universalidad de la cultura, que tanto
promueve y expresa la unidad del género humano cuanto mejor sabe respetar las
particularidades de las diversas culturas".
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La Iglesia afirma y respeta la autonomía legítima de 1a cultura humana (G.S. 58c). La
Cultura tiene un carácter secular que excluye una evangelización con men1alidad de
cristiandad o con posiciones de exclusividad de occidentalización o europeización o
cualquier colonialismo cultural.
3.2. Aunque muchos cuidan y respetan la vida, nos invade la cultura de la muerte.
3.4. La mentalidad secularista organiza la vida como si Dios no existiera con peligro de
echar raíces en nuestra cultura mexicana, pues se viene exaltando tanto al hombre
que se convierte en ídolo a la ciencia, la economía y la técnica.
3.6. Por circunstancias históricas de nuestro país, desde el siglo pasado, la Iglesia
contó solamente con espacios reducidos para estar presente en el mundo de la cultura
y del arte.
3.7 Es necesario que los universitarios cristianos tengan conciencia que su presencia
en el mundo de la ciencia ha de ser presencia de Iglesia como comunidad de fe.
3.8 Es urgente que sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos estén mejor preparados
para el diálogo fe-ciencia-cultura.
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4.3. Promover la toma de conciencia del nuevo contexto cultural de México en su
legítima pluralidad y adecuada unidad ante la tendencia a la uniformidad e
intolerancia.
4.4. Despertar una permanente actitud de discernimiento moral y crítico, a través del
Evangelio y de los valores humanos, ante los múltiples y variados mensajes en la
moderna comunicación
4.7. Dar testimonio de que la Iglesia y su Obispo tienen profundo interés en promover
el benéfico encuentro del evangelio con el progreso de la cultura en diálogo con las
diversas corrientes culturales.
5.1. La Comisión Episcopal de la Cultura ha sido creada por la CEM en el año de 1998
para promover la inculturación del evangelio y la evangelización de las culturas vivas,
para apoyar especialmente a las iglesias particulares (diócesis) en esta específica
pastoral cuando la requieran.
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5.3. La CEC (Comisión Episcopal de la Cultura) desea apoyar animando y asesorando a
las diócesis en este campo específico de la pastoral de la Cultura en sus diversas
formas y niveles de acuerdo a los estatutos de la CEM y al plan pastoral 1996-2000 de
la misma.
5.6. El SEC por obligación de estatutos debe rendir su informe anual a la CEM, y un
informe general cada trienio.
6. 0bjetivos:
6.2.1 Conocer los diversos movimientos culturales, tanto nacionales como regionales.
6.2.2 Tener una base de datos para información y consulta.
6.2.3 Promover el diálogo fe-cultura.
6.2.4 Colaborar en la creación y cultivo de formas culturales
6.2.5 Difundir las aportaciones de la fe en las culturas vivas de México.
6.2.6 Analizar los valores cristianos que permean y fomenten la identidad nacional.
6.2.7 Dialogar con otras corrientes culturales que influyen en la vida del México
contemporáneo.
Organización:
7.2 La dicha comisión debe estar integrada, al menos para iniciar sus funciones, por un
Coordinador (Delegado, Presidente, Vicario Episcopal, según convenga el
nombramiento), un Secretario y un Tesorero.
7.3 Conviene que el coordinador tenga habilidad o pueda adquirirla para trabajar con
los intelectuales, científicos y artistas de su Diócesis.
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7.4 Aunque en algunas Diócesis no existan todavía Instituciones de Educación
Superior, es necesario crear la Comisión Diocesana de Pastoral de la Cultura.
7.5 Sus objetivos pueden ser obtenidos paulatinamente a través de eventos, vgr.
presentación de un libro recientemente editado (si es posible con presencia del autor),
analizado, comentado..., conferencias, entrevistas en los medios de comunicación,
algún seminario sobre un tema de gran actualidad...
7.8 Utilice los medios de comunicación social, vgr. radio, prensa y T. V. para promover
el evento con antelación suficiente.
7.9 Cree espacios para que sacerdotes, religiosos y laicos especializados en el tema
tengan presencia participativa desde el proyecto mismo, el programa, la consecución
de los medios, hasta el evento mismo en su realización.
7.10 La Comisión Diocesana de la Pastoral de la Cultura deberá tener nexos, tanto con
el rector del Seminario mayor o su delegado, como con los rectores o directores de las
facultades de filosofía y letras de las universidades, especialmente si son católicos o de
inspiración cristiana para promover centros de cultura católica y organizar eventos. De
igual manera deberá estar en contacto con las comunidades religiosas, tanto con las de
vida apostólica, como las de vida de clausura.
7.1 l Estará también en frecuente relación por lo menos con algunos párrocos que
puedan facilitar lo que se menciona en el número anterior.
8. Naturaleza de la CDC
8.1 La CDC (Comisión Diocesana de Cultura) es el órgano ejecutivo para cumplir con el
objetivo de promover y animar la pastoral de la cultura dentro del marco de la pastoral
de su diócesis.
8.2 Como todos los organismos de pastoral de su diócesis, la Comisión debe estar
integrada al consejo de pastoral diocesana y por ende comparte con el Obispo la
responsabilidad pastoral en este servicio específico de la Iglesia.
8.3 La CDC debe animar y estimular el acercamiento para el diálogo entre los distintos
campos donde se hace cultura, vgr. dentro de una universidad, entre universidades,
entre intelectuales, artistas, etc. con el fin de promover el diálogo entre fe y cultura
haciendo presente el interés y solicitud de la Iglesia.
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8.5 La CDC deberá sesionar periódica y regularmente bajo la coordinación del
Secretario o Jefe de la Comisión. Quizá en sus inicios, convengan sesionar cada mes,
posteriormente la necesidad lo determinará conforme a los eventos que se vayan
preparando.
8.6 En virtud de que debe hacer presente la solícita presencia del Obispo en el mundo
de la cultura, estará en constante relación con quienes representen los diversos
sectores e instancias donde se produzca, modifique, impulse o exprese la cultura para
proponer o promover la reflexión de la fe.
8.12 La CDC procurará reuniones periódicas con el Obispo diocesano para darle a
conocer cómo se va actuando en esta pastoral específica y tomar bajo su autoridad los
acuerdos que juzgue convenientes o necesarios. Al mismo Obispo deberá rendir un
informe anual de las actividades del secretariado diocesano de la pastoral de la cultura.
9.2. Ayudar a pensar todas las cosas de nuevo a partir de la novedad del Evangelio
propuesto de manera renovada y persuasiva.
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9.3. Insertar la savia vital del Evangelio en las culturas para renovar desde su interior
y transformar las visiones del hombre y de la sociedad que conforman las culturas, la
comprensión del hombre y de la mujer, de la familia y de la educación, de la escuela y
de la universidad, de la libertad y de la verdad, del trabajo y del descanso, de la
economía, de las ciencias y de las artes.
9.4. En la actual pluralidad cultural, vincular el anuncio del Evangelio a las condiciones
culturales para su recepción y discernimiento a la luz del Espíritu Santo invocado en la
oración.
9.5. Crear por medio de la comisión diocesana de Pastoral de la Cultura, los centros
culturales católicos que convengan, para que uniéndose en regiones, integradas por
sacerdotes, religiosos (as) y laicos.
9.7 Todo esto que nos sugiere la Comisión Pontificia de Cultura se va a ir obteniendo,
pero a largo plazo. Hay que convencemos de que lo más sensato y razonable es
producir a corto plazo uno o dos eventos vgr. en un año alguna o algunas conferencias
de interés en el mundo intelectual, ciencia, técnica, arte con su adecuado enfoque
hacia algún valor humano, ético o de fe.
Por consiguiente, se sugiere que los primeros dos o tres años las prioridades han de
ser:
9.7.2 Decidir, después de un diálogo con su obispo, qué objetivo operativo se pretende
lograr el primer año de funcionamiento.
9.7.3 De acuerdo a ese objetivo operativo, decidir a quién o a quienes pedir que los
asesoren.
9.7.4 Una vez reunidos los integrantes de la comisión para nevar a cabo lo necesario
para el objetivo, designar conferencistas, elaborar juntos el programa, prever lugar,
tiempo, necesidades económicas, etc. y correspondiente evaluación.
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9.7.5 Posteriormente se intentará ir creando centros de diálogo fe-cultura, fe-ciencia,
fe-técnica, fe-arte; también paulatinamente y de acuerdo a su buena relación con su
Seminario diocesano, a las universidades de su territorio, si las hay; con los párrocos y
sus líderes laicos, con los grupos de empresarios, de profesionistas, de artistas, de
comunicólogos y medios de comunicación social.
De este modo se irá recorriendo, a la mejor casi sin sentir, un camino que va abriendo
cada vez más amplios y largos horizontes que necesita la Iglesia diocesana atender
con gran prudencia, calidad humana y siempre estando atentos a escuchar y dialogar;
aprendiendo lo que tenga que aprender de su cultura y ofreciendo lo que tiene que
ofrecer de acuerdo a la misión que de Cristo ha recibido.
En esta actividad pastoral han de tomarse en cuenta la capacidad artística para lograr
la bella expresión de los ritos, música, cantos, artes decorativas, etc., de buena calidad
religiosa.
10.2. La Parroquia es uno de los mayores logros de la historia del cristianismo y para
la inmensa mayoría de los fieles sigue siendo el lugar privilegiado u ordinario de la
experiencia de la fe. De este modo bajo formas variadas y según la edad y
capacidades, proporciona un ejemplo concreto, inculturado de la fe profesada y
celebrada por la comunidad creyente. De esta manera introduce la tradición y coloca
los fundamentos de la fe viva y de un profundo sentido de Iglesia. En la Eucaristía
ofrece el testimonio de la fe vivida y de la caridad de Cristo y constituye el lugar
profundamente humano de la educación religiosa. Aprovechar los tiempos fuertes
litúrgicos y preparación de las fiestas patronales con eventos que promuevan el diálogo
entre fe y cultura, nos da una preciosa oportunidad para la nueva evangelización.
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10.3. Las Instituciones Educativas:
10.3.2 En las diócesis donde estén los católicos en los espacios universitarios, colegios
y centros de investigación católica habrán de preocuparse por asegurar un encuentro
fecundo entre el evangelio y las diferentes expresiones culturales, y mejor, si lo logra
de manera original. Respetando la autonomía que corresponde a estos lugares
conviene acuerdos para acciones que por la mutua ayuda logren mayores alcances y
profundidad.
10.3.4. Los seminarios son espacios privilegiados para ejercitar de manera estable y
seria, el diálogo entre fe y cultura bajo la dirección y orientación de superiores y
profesores. La relación del Seminario mayor con universidades ubicadas en la diócesis
debe ser promovida y especialmente acompañada.
10.4.1.- Las comunidades religiosas asentadas en las Diócesis también tienen un papel
importante en su participación para el desarrollo de esta Pastoral de la Cultura.
10.4.2 Conviene que las religiosas que desarrollan sus actividades en el apostolado
diocesano, se incorporen a ese nivel para un diálogo entre fe y cultura, fe y ciencia,
promoviendo algún centro cultural de reflexión católica, en coordinación con el Director
nombrado por el Obispo.
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10.4.3 Conviene que quienes trabajan en el ámbito pastoral parroquial, manifiesten su
disponibilidad para apoyar en la parroquia algún centro de diálogo fe-ciencia, fe-
cultura, conforme a las directivas del Párroco.
10.4.5 Las casas de oración o de ejercicios, los salones de los grupos diocesanos, los
espacios de las parroquias que ordinariamente se usan para instrucción catequética,
pueden ser un lugar magnífico para ubicar estos centros de reflexión católica que
promueva el diálogo fe-cultura, fe-ciencia y tecnología, fe, ciencia y arte.
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