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El desarrollo de las habilidades de psicomotricidad fina son decisivas para el

niño. Sus logros en este campo abren la puerta a la experimentación y al


aprendizaje sobre su entorno y, como consecuencia, la psicomotricidad fina
juega un papel fundamental en el desarrollo de la inteligencia.

Sin embargo, este aprendizaje está sujeto a grandes altibajos, a pesar de que
requiere un ciclo progresivo. Por tanto, no debemos alarmarnos si vemos que
el niño, en ocasiones, pasa por momentos de progresos acelerados y otras
veces manifiesta frustrantes retrasos. Ambos son inofensivos y forman parte
del ciclo natural de aprendizaje y desarrollo de la psicomotricidad fina.

Evolución de la psicomotricidad fina del bebé por


edades

De 0 a 2 meses El reflejo prensil está presente en las manos del recién nacido.
Cuando se roza su palma, cerrará el puño en un acto inconsciente. Este reflejo
desaparece alrededor de los cinco meses y, mientras tanto, el recién nacido no
tendrá mucho control sobre sus manos. Alrededor de las ocho semanas,
comenzará a descubrir y a jugar con sus manos. Al principio, solamente
descubrirá las sensaciones del tacto, pero después, alrededor de los tres
meses, los bebés son capaces de involucrar la vista también.

De 2 a 4 meses La coordinación ojo-mano comienza a desarrollarse entre los 2


y 4 meses. Así empieza una etapa de práctica llamada 'ensayo y error', que
sucede al ver los objetos y tratar de agarrarlos con las manos.

De 4 a 5 meses La mayoría de los bebés pueden agarrar a esta edad un objeto


que esté a su alcance, mirando solamente el objeto y no sus manos. Este
logro, denominado 'máximo nivel de alcance', se considera una base
importante en el desarrollo de la motricidad fina.

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De 6 a 9 meses A los seis meses, los bebés ya pueden sostener con facilidad
un pequeño objeto durante un corto periodo de tiempo y muchos comienzan a
golpear lo que tienen entre sus manos. Aunque su habilidad para sujetarlos
sigue siendo torpe y habitualmente se les caen las cosas que sostienen,
empiezan a tomarle gusto a agarrar objetos pequeños con sus manos
y llevárselos a la boca.

De 9 a 12 meses Cuando el bebé se acerca a su primer cumpleaños prefiere


observar los objetos antes de agarrarlos con sus manos. Así, tocará el objeto
con la mano entera, pero será capaz de empujarlo usando sólo su dedo índice.

De 12 a 15 meses En esta etapa, el bebé realizará uno de los logros motrices


finos más significativos de su evolución, que consiste en aprender a hacer las
tenazas con las manos, usando los dedos para pellizcar los objetos y para
separar las piezas pequeñas de las grandes.

De 1 a 3 años Coincide con su capacidad de desplazamiento mediante el


gateo y con sus primeros pasos. En esta etapa, los bebés desarrollan la
capacidad de manipular objetos de manera más compleja, insertando piezas en
juguetes de ensamblaje o de construcción (pueden hacer torres de hasta 6
cubos), manipulando las páginas de un libro, cerrando y abriendo cajones,
usando juguetes de arrastre con cuerdas o cintas y empujando palancas.

De 3 a 4 años A esta edad, comienza en el colegio la etapa de preescolar y los


niños se enfrentan al manejo de los cubiertos y deben aprender a atarse los
cordones de los zapatos y a abrocharse los botones. A los tres años, su control
sobre el lápiz es mayor y se demuestra al dibujar un círculo o a una persona,
aunque sus trazos son aún muy simples. En clase, a los cuatro años,
aprenderán a utilizar las tijeras, a copiar formas geométricas y letras, y a hacer
objetos con plastilina de dos o tres partes.

A los 5 años Están preparados para cortar, pegar y trazar formas.


Sus dibujos tienen trazos definidos y formas identificables.

¿Modelo? ¿Enfoque? ¿Método? ¿Metodología? ¿Técnica?


¿Estrategia? ¿Recurso? ¿cuándo debemos emplear cada uno
de estos términos?

Un Modelo (pedagógico) Entra dentro del ámbito de las “creencias”, la formación


y la actualización del docente.Es un construcción teórico-formal que fundamentada
científica e ideológicamente interpreta, diseña y ajusta la realidad pedagógica que
responde a una necesidad concreta, es decir, un modelo es una representación
teórica que luego llevamos a la práctica en un contexto determinado. Por eso
hablamos del MODELO de CLASE INVERSA (flipped classroom). También se
podría utilizar el término APPROACH (enfoque).

El Método (didáctico o de enseñanza) sigue un enfoque científico o “estilo


educativo” consistente para lograr la mayor eficiencia posible en el proceso de
aprendizaje de los alumnos. Integra un conjunto de principios, una descripción de
la praxis y actividades y normalmente el sistema de evaluación. La elección del
método o métodos de enseñanza que se utilizará depende en gran parte de la
información o habilidad que se está enseñando, y también se puede ver afectado
por el contenido de aprendizaje y el nivel de los estudiantes. Hablamos del Método
comunicativo (en idiomas), del de ensayo y error…del conductista, del
constructivista.
Las “bolas” dentro del círculo blanco serían MODELOS y las que están fuera
serían en muchos de los casos, métodos.

Una Metodología (didáctica). Entra dentro del ámbito de las “creencias”. es una
concreción del método en un contexto determinado, teniendo e cuenta la edad de
los alumnos, la materia de aprendizaje, los resultados esperables…así podemos
hablar de “metodología colaborativa”, “metodologías inductivas” o combinación de
ambas, por ejemplo un PBL en un entorno colaborativo.

Una Técnica/ estrategia (didáctica). Es lo mas cercano a la realidad del docente


en el aula. Muchas veces se aplican desconectadas de los métodos. Consiste en
el diseño, desarrollo y aplicación de una actividad concreta en un momento dado y
para la consecución de un objetivo específico, podemos hablar de
técnicas/estrategias expositivas, instruccionales, colaborativas, inductivas,
deductivas, de análisis, creativa, de evaluación…

Un Recurso (didáctico) es cualquier elemento que se requiera para el desarrollo


de la técnica concreta: mobiliario, espacio físico, hardware, software, periférico,
material diverso: rotuladores, pizarra, apps…

La totipotencia en cultivos de tejido


vegetal
8 de marzo de 2013 Publicado por Ramón Contreras

Cuando se realiza un cultivo de tejido vegetal bajo las condiciones necesarias puede
conseguirse regenerar una planta completa a partir de un meristemo o de cualquier otro
tejido. Si conseguimos una células capaces de regenerar toda la planta entonces podemos
decir que hemos logrado un cultivo totipotente, porque tiene la potencialidad de dar
cualquier órgano o tejido vegetal que queramos.

Normalmente se crea un cúmulo de células indiferenciadas sin ningún orden llamado callo, del que
se desarrollan la parte aerea (en la foto) y las raices

Los meristemos de la planta son el conjunto de células situadas en el ápice tanto de la


raíz (conocido como RAM Meristemo apical de Raiz) como del tallo (SAM, meristemo
apical del brote, en inglés shoot) a partir del cual se van diferenciando las otras células y
por lo tanto a partir del cual la planta va creciendo tanto hacia arriba como hacia abajo y
del que salen los grupos de células que darán las hojas, además de perpetuar su
totipotencia a lo largo del tiempo. Si se elimina estos meristemos la planta dejará de crecer
en altura. Estás células no son totipotentes sino solo pluripotentes puesto que el SAM
solo dará tejidos aéreos y el RAM subterráneos.
Gracias a técnicas de cultivo in vitropodemos hacer que una célula de la hoja, el tallo o la
raíz recupere la totipotencia del cigoto. A este tipo de métodos por los que se consigue una
célula totipotente a partir de una célula que no lo es se denominan embriogénesis
somática, porque se obtiene una célula con la potencialidad de un embrión pero a partir
de una célula somática.
¿Qué se necesita para recuperar la totipotencia de un cultivo celular?

Para establecer un cultivo vegetal hay que tener en cuenta varios factores, la edad de la
planta donante y del tejido en particular que se cultivará y el tamaño del explante (la
porción de tejido que cultivaremos). Muchas veces hay que conseguir protoplastos para
poder recuperar la totipotencia, para saber más sobre ellos puedes ver nuestro
artículo aquí.
El cultivo de tejido vegetal tiene que contener las hormonas necesarias o bien para
la organogénesis (para crecer solo un órgano, parte aérea o subterránea) o bien para
la embriogénesis (para regenerar un individuo completo), estas hormonas cambian en
concentración dependiendo de la planta aunque las familias hormonales del crecimiento
vegetal son auxinas, citoquininas y giberelinas, con la correcta adición de estas
obtendremos nuestro cultivo totipotente.
Normalmente, una concentración de auxinas mayor que la de citoquininas ayuda a
la inducción de células totipotentes. Después para la multiplicación celular son más
necesarias las citoquininas, por lo que se tendrá que cambiar el explante de medio a fin
de que crezca.
Una vez formada la plantulita hay que seguir aportándole hormonas para favorecer
su crecimiento (hormonas que de otra manera son aportadas por las células
acompañantes del embrión). Para el enraizamiento suelen usarse auxinas, en concreto
ácido 3-indobutírico (IBA) o ácido indolacético (IAA).
Después de esto las plántulas tienen que crecer en cámaras de temperatura y humedad
controlada hasta que adquieran el porte necesario para pasarlas a invernadero y luego
podrán salir a viveros de exterior.

Es interesante comentar que algunas de las plantas crecidas así son albinas, sin
cloroplastos, por lo que mueren en cuanto se sacan de medios nutritivos y tienen que
sobrevivir fotosintetizando. Estas plantas en la naturaleza nunca aparecerían porque
morirían antes de que las pudiéramos ver.
Para saber más de las posibilidades de la biotecnología de plantas puedes leer el artículo
publicado en Laguia2000 aquí o los objetivos del cultivo celular de plantas aquí.

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