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Restaurando a quien hemos ofendido

(Lucas 19:1-10; v.8)


INTRODUCCIÓN

Zaqueo "era jefe de los publicanos, y rico" (v. 2). Esta breve descripción es suficiente para indicarnos
que Zaqueo no era una persona atractiva para los judíos en Jericó. Un jefe de publicanos pagaba
bastante dinero para obtener el derecho a recaudar los impuestos (peajes, tarifas, aduanas, etc.).
Entonces recaudaba los impuestos para recuperar el gasto y además sacar un provecho. La gente
consideraba que los publicanos eran pecadores, sin duda porque muchos de ellos abusaban del
sistema. Los conciudadanos de Zaqueo seguramente suponían que había adquirido su riqueza por
medio de la extorsión de la gente. Para ellos, Zaqueo es un pecador que no merece la visita de Jesús.

La respuesta de Zaqueo es muy devota (llama a Jesús "Señor" [kyrios]). Es pronunciada en tiempo
presente ("doy [didomi] a los pobres...devuelvo [apodidomi] cuadruplicado"), y por consiguiente, no
declara lo que hará en el futuro, sino lo que ya hace. Sus palabras declaran que él repara la ofensa si
se da cuenta de que una injusticia ha ocurrido por su culpa.

La palabra “defraudar” que usó Zaqueo proviene del griego “sukofantéo”, que tiene los siguientes
significados, según el Diccionario al que se haga referencia:

Strong: Defraudar, calumniar, extorsionar


Tuggy: Maquinar, mentir, oprimir, extorsionar
Swanson: “Presentar cargos falsos, acusar fraudulentamente, oprimir con el deseo de engañar y
extorsionar”
Vine NT: “Acusar falsamente, cobrar fraudulentamente, tomar cualquier cosa mediante falsas
acusaciones” En el habla general se usó para designar a un informador maligno, uno que acusaba con
fines de conseguir provecho para sí mismo.

La Biblia versión Jünemann de la Septuaginta, dice así del versículo 8: “ Y, parado Zaqueo, dijo al
Señor: «He aquí la mitad de mis haberes, Señor, a los pobres doy; y, si de alguno algo he calumniado;
devuelvo cuádruplo». Una calumnia es una imputación falsa hecha contra alguien, con el fin de causar
daño.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ENCUENTRO DE JESÚS CON ZAQUEO?

El encuentro con Jesús provoca alegría y un gozo tal que le permite soportar las críticas de todos los
chismosos, testigos de tal acontecimiento. Zaqueo deja que Jesús entre a su casa, y no solo a ese
espacio físico donde vivimos, sino también a su corazón.

Zaqueo nos enseña que nadie se encuentra con Jesús y queda indiferente, pues él experimento una
seria transformación: devolver alegremente y en libertad la mitad de sus bienes a los pobres, haciendo
la promesa de que si algo había “sukofantéo”, lo devueve cuatro veces más, según la ley judía
(Ex.21:37). Zaqueo violó la justicia, pero se acopla a ella, ejecutándola públicamente.
Zaqueo nos enseña que debe haber una disposicón tanto interna como externa para recibir la
salvación. Jesús no excluye a nadie, y menciona a Zaqueo entre los hijos de Abraham. Eso es lo que
sucede en un encuentro con Jesús. Ese hombre que no le encontraba sentido a su vida, experimentó
el gozo de la salvación mediante una invitación para que conociera que Jesús era Dios.

Al abrir Zaqueo la puerta de la casa, esa familia dejó entrar al Señor en el hogar. Una casa donde había
prevalecido el odio, ahora era llena de amor. Donde abundaba la maldición, ahora sobreabundaba la
bendición, porque Jesús donde ve que hay problemas, da respuestas y donde hay condenación, Él da
vida eterna en su nombre (Jn.10:10)

Zaqueo se arrepintió, su vida dio un giro radical. Eso es lo que hace la “conversión”. Porque el cambio
no lo hace el hombre, el cambio se produce cuando se le permite a Jesucristo entrar a nuestra vida
(Lc.19:9-10). Ese perdón, salvación, seguridad y vida eterna que sólo puede dar Jesucristo y no la
religión.

Jesús vino a buscar a Zaqueo para rescatar esa alma y las de su familia del infierno, pero sabes una
cosa, Jesús te ama igual a ti. Él quiere tener un encuentro contigo hoy. Lo único que debes hacer es
reconocer tu pecado, confesarlo al Señor, pedir perdón y aceptar en tu corazón a Jesucristo como tu
Salvador personal.

Cuán transformante habrá sido el encuentro de Zaqueo con Jesucristo para que este hombre decidiera
corregir el rumbo de su vida. Probablemente desde el momento en que Zaqueo con tanto interés
buscó a Jesús, sabía que su modo de actuar no era el correcto y sabía que conocer a ese profeta le
cambiaría la vida, aunque esto tuviera muchas consecuencias.

Todos podemos imitar esta actitud de Zaqueo, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que
Jesús nos llame y lo hace todos los días. Zaqueo no podía seguir siendo el mismo después de conocer
personalmente a Cristo. Decide restituir a toda persona que haya engañado. Y Cristo, que conoce el
corazón de cada hombre, le da la buena noticia: "Hoy la salvación ha entrado a su casa".

La restitución es el resultado natural de la salvación. Cuando una persona verdaderamente se ha


convertido por el poder regenerador del Espíritu Santo, él es una nueva criatura en Cristo (2Co.5:17).
Es este corazón nuevo y espíritu regenerado que incita al individuo a hacer restitución por los errores
que cometió en contra de otros.

Si yo fuera a robar su automóvil como un pecador, sería difícil que me acepte como verdadero
cristiano nacido de nuevo si continúo conduciendo su vehículo. El mismo principio se aplica a los actos
de chisme y calumnia.

El amor por los demás hace que el corazón regenerado busque la restitución. Jesús dijo: "En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos con los otros" (Jn.13:35) . La
restitución es una expresión de este amor. Para estar en comunión con Dios y los hombres, es
necesario hacer la restitución cuando sea posible.

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