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Introducción

La Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate del Papa Francisco ha iniciado dando


esperanzas “Alegraos y Regocijaos” (Mt. 5, 12), queriendo de un modo muy notorio motivar
a la apertura, a estar preparados, a mirar hacia la luz y sentir con el sentir de Dios, de que
nosotros seamos santos.

Entre la Pedagogía de Jesús y la pedagogía del papa Francisco existe una evidente perspectiva
en la que él hace de mensajero en el intento de ser porta voz de Jesús, cuyo oficio lo advierte
en su testimonio, dando con su vida ejemplo del cristiano que busca y encuentra su felicidad,
para lo cual es llamado.

La pedagogía del papa Francisco propone encarnar el amor de Cristo, que dignifica al hombre
desde el centro de su ser. Quiere en todo señalar a Cristo e invitar a seguirle. ¿No es también
Cristo quien mira en todo al Padre y enseña a sus discípulos que Él es el camino para llegar al
Él?

Utilizando el método de comparación de la pedagogía del Papa Francisco y la pedagogía de


Jesús solo quiero resaltar y demandar la propuesta de la pedagogía divina como la pedagogía
del docente de la Formación Integral Humana y Religiosa. De acuerdo a la mirada de Jesús
hacia su Padre, pero a cuyo Padre solo podemos encontrar a través de Jesús. “Nadie conoce
quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo esté dispuesto a revelarlo.” (Luc. 10:22).
Así también la mirada del papa Francisco que ve a Jesús y nos motiva a querer encontrarlo.

Iniciando desde los valores propios del pontífice, valores que no negocia y defiende. Es el
caso de Jesús, que jamás se ha escuchado diciendo algo y haciendo lo contrario, entonces no
fuera Maestro. Por eso resalto a (Andrés Beltramo Álvarez, 2017): “el pontífice tiene valores
no negociables…”. Veremos que el papa nos llama a ser sensibles y tolerantes, pero también
a ser firmes, fieles y abnegados. Entiendo que el cómo aprender se puede negociar, sin jamás
perder de vista que lo que quiero enseñar sea testimonio vivo del que enseña.

Gaudete et Exsultate

1
Sobre el llamado a la Santidad en el
mundo actual

El papa Francisco en su Exhortación Apostólica “Gaudete Et Exsultate”, hace al pueblo


católico un llamado a la santidad. Es un llamado a ver a Dios en los que están al lado, los de
cerca, los de lejos, “porque el Espíritu Santo derrama santidad por todas partes”.1 Su invitación
en esta exhortación es un llamado a la santidad, a ser amigos de Dios. Los santos no han sido
súper personas que hacen cosas extraordinarias, sino que han vivido el camino de la amistad
con Dios, queriendo lo que a Él le agrada. Nos invita a estar alegres y cautivar a los demás
con nuestra alegría, alegría que debe ser nuestro distintivo. Invita continuamente a seguir a
Jesús. Reconociéndonos también como pecadores con humildad para saber encontrar el
arrepentimiento, y así el perdón. Pidiendo mansedumbre y paciencia, imitando a Jesús.

Francisco reclama “no es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el
descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. Todo puede ser
aceptado e integrado como parte de la propia existencia en este mundo, y se incorpora en el
camino de santificación”.2

Si bien Jesús siempre estuvo rodeado de gente, Él mismo llamo a sus discípulos y salía al
encuentro; sin abandonar su oración, jamás tampoco dio la espalda a quienes lo buscaban.1
Así lo vemos en la multiplicación de los panes. Y es que estamos llamados a vivir la
contemplación también en medio de la acción, y a santificarnos en el ejercicio responsable y
generoso de la propia misión.

Encontrando que cada uno tiene un modo como aprende, se muestra también como cada uno
tiene su propio camino de santidad sacando a la luz lo que hay dentro, y ser luz. Mirando a
unos que alcanzan sus sueños, sus logros, es preciso enseñar a los demás encontrar el camino
para lograrlo, y dar más. De lo mucho a lo mejor, para ser santos.

1
GE, pág.:21
2
Mateo 14:13-21

2
La pedagogía del papa en esta exhortación es clara y sencilla, quiere que nos levantemos, para
salir a servir, a ayudar, a amar, a darnos. Su apertura, y solidaridad demuestran lo mucho de
Jesús que trae dentro. El papa exhorta a imitar a Jesús, al cual él ha aceptado; Jesús advierte
que “quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”.3

Es claro que un docente no puede enseñar lo que no vive, lo que no sabe. Esta pedagogía del
Vicario de Cristo reta al maestro de hoy a tener primero esperanza en sí mismo, a confiar en
cada uno, a estar abierto a encontrar a Jesús en cada uno de sus estudiantes y dejar ver a Jesús
en sus propias actuaciones. Valorando a sus estudiantes y a todos hasta el punto que logren
encontrarse a sí mismos, acompañando su proceso. Y aprender de ellos, para celebrar y
compartir. Nos desafía a vivir la propia entrega de modo tal que los esfuerzos vayan en sentido
evangélico identificándonos con Jesús desde una espiritualidad de la misión.

Por otra parte, señala los peligros y tentaciones de la superioridad cuando descubrimos nuevas
cosas o alcanzamos méritos por nuevos conocimientos. Los cuales debieran de hacernos más
cercanos y misericordiosos con los nuestros, debido a que la teología y la santidad son
inseparables. La sabiduría, en este sentido sería en propagar lo que se tiene para dar, lo que se
sabe y enseñar.

Todo esto está marcado en una línea ya antes dicha, la que nos llevará encamino a la santidad.
Santidad que viene de bienaventurado o feliz, es decir, la gracia de Dios que descubre al ser
como bienaventurado, y hace de sí, de lo que sabe para darlo, para instruir. Pero el desafío
más veras será, más que encaminar a los estudiantes y a otros, es que en el camino puedan
encontrarse también a sí mismos, bienaventurados, haciendo de los valores cristianos su
apellido.

Liberando el egoísmo, el orgullo, la envidia, la pereza, que a veces están ahí haciendo de
florero en la vida sin saber que ellos son la causa de la tristeza que llega repentinamente, o el
enojo que no tiene razón.

Esta sería la tarea seria del docente de la Formación Integral Humana y Religiosa, ayudar a
descubrir la humildad y la mansedumbre, el saber llorar con otros, el mirar con misericordia,
consolar y, dejar paz en cada paso; ser justos con todos sin distinción, con corazón limpio, sin

3
JUAN 14:9

3
nada que manche el amor de Dios. A pesar de las historias de cada estudiante y personal
docente, siempre hay algo de misericordia, de manso, y de amor en cada persona, lograr
descubrirlas y aceptar que se puede ser bueno y llevar paz y misericordia es posible, porque
Dios nos ha creado a su imagen y da a los suyos cada día lo que necesita para amar y ser feliz.

En atención a tener en cuenta y de primera mano el culto a Dios y la iniciación de que este
culto se convierta en práctica. Es decir, que la oración y la alabanza que se eleva a Dios sea
en cada docente de la Formación Integral Humana y Religiosa, inspiración y motivo para
agradar a Dios. Así se puede advertir la iniciación en la práctica, y es que “…nuestro alabanza
agrada a Dios cuando en ella llevamos los intentos de vivir con generosidad, y cuando dejamos
que el don de Dios se manifieste en la entrega a los hermanos”.

Francisco insiste en la Palabra de Dios como Jesús en la obediencia a su Padre. Se necesitan


las fuentes primeras, las Sagradas Escrituras para dejarnos interpelar y liberarnos de los
egoísmos, de la comodidad y del orgullo que llenan el espacio que le pertenece a la alegría y
el compartir. Es que existe una necesidad de ser lo que enseñamos. El mundo puede ser una
amenaza o un reto, los estudiantes pueden ser una amenaza o un reto, a la medida o distancia
que se tenga de los valores cristianos y éticos.

El papa recoge los dichos de Jesús sobre la santidad, la perfección para llegar al Padre y
recuperar la dignidad de hijos. Trae al presente a Sto. Tomas de Aquino cuando se planteaba
cuáles son las acciones más grandes, aquellas que manifiestan mejor el amor que se le tiene a
Dios. Sin dudas, las acciones y obras que se hacen en servicio al prójimo, al bien común, que
se hace con generosidad y solo con el interés de adorar a Dios, porque a Dios no le hará más
grande la adoración sino que por querer agradarlo se ejerza un bien generoso al hermano. Por
eso Francisco invita e incita a la práctica de las obras de misericordia mirando como Jesús
miró, viendo a cada uno como bienaventurado.

Conclusiones

4
De acuerdo al método de comparación indicado en la introducción, entre la pedagogía de Jesús
y la pedagogía del papa Francisco, se tiene mucho que decir, pero también se queda un camino
abierto a continuar sobre este recogido. Más, nos queda sobre la mesa que la pedagogía de
Francisco es la propuesta de enseñanza que deja Jesús. Francisco nos reta a abrir las puestas
del corazón sin miedo, a ir al encuentro y celebrar con la gente. A encontrar a Jesús en cada
persona y que nuestras acciones manifiesten nuestra alabanza a Él, en el servicio al prójimo.

Siendo que la Educación Formación Integral Humana y Religiosa debe abarcar todas las áreas,
es posible desmembrar los valores cristianos y éticos, en la práctica de las obras de
misericordia, y las bienaventuranzas propuestas por el Pontífice, dichas ya por Jesús según el
evangelista Mateo. El reto será el de tener primero esperanza en sí mismo y confiar en cada
uno, en cada estudiante y acompañar a descubrir sus talentos en el proceso de aprendizaje,
pero más allá del aprendizaje por competencias, iniciación en la práctica al servicio a los
demás como alabanza a Dios. Conocimiento obtenido o logrado, recrea la creatividad para el
servicio. Advirtiendo los peligros y tentaciones de la superioridad, que no sea así su sabiduría,
sino en propagar lo que se tiene para dar, lo que se sabe para servir y enseñar.

Encaminar al encuentro con Jesús en cada persona, en el trato afable y alegre, encontrarlo en
cada cosa. En una espiritualidad de misión para compartir y celebrar. Con el desafío veras de
encontrarse también bienaventurados en un ir identificándose con Cristo. Siendo que los
valores cristianos sean su apellido. Como tarea seria, que el estudiante pueda reconocer el
amor de Dios dentro de sí, lo bueno que puede haber en él, porque Dios es su Padre. La
propuesta es de una iniciación donde el culto a Dios Padre se convierta en práctica.

El papa hace un llamado y una advertencia; llama al encuentro, a buscar y encontrar a Dios
para servirle, para cuidarle, para amarle en el prójimo. Resulta interesante al releer la
“Exhortación Apostólica” encontrar que esta invitación, es la misma de Jesús. Son los propios
consejos para alcanzar la perfección humana y agrado de Dios. Importante también mirar que
los consejos de Jesús eran actos de los que él ya había dado ejemplo. Así el papa en su manera
de motivar al hacernos esta invitación, va haciendo el camino. Demuestra lo que dice, a pesar
de los riesgos al chisme y la crítica de otros. Quiere ser justo aun esto le cueste la renuncia de
algunos clérigos, generoso y sencillo aunque esto implique renunciar a privilegios.

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