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S ecundaria
LA BIOETICA EN LA
EDUCACIÓN SECUNDARIA
SECRETARIA GENERAL
DE EDUCACIÓN
INSTITUTO SUPERIOR
DE FORMACION
DEL PROFESORADO
This O n&
Edita:
<S> SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General de Información y Publicaciones
N.I.P.O.: 651-07-148-7
I.S.B.N.: 978-84-369-4441-9
Dep. Legal: M-36.327-2007
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INDICE
Indice
Bioética ecológica ..................................................................................... 233
Diego Gracia
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ORIGEN, FUNDAMENTACIÓN Y MÉTODO
DE LA BIOÉTICA1
Diego Gracia
Profesor de Historia de la Medicina y Bioética I ’i
Universidad Complutense de Madrid
1. EL NACIMIENTO DE LA BIOÉTICA
1.1. Factores desencadenantes
1.1.1. El desarrollo espectacular de la biología
1.1.2. Toma de conciencia de los riesgos de la investigación
científica
1.1.3. Las nuevas técnicas aplicadas a la biomedicina
1.1.4. La emancipación de los pacientes
1.2. La recepción española
2. FUNDAMENTACIÓN DE LA BIOÉTICA
2.1. La experiencia moral
2.2. Momentos de análisis del acto moral
2.2.1. Los hechos
2.2.2. Los valores
2.2.3. Los deberes
2.3. La exigencia de responsabilidad moral
2.3.1. El peligro de los reducionismos
2.3.1.1. Reduccionismo técnico
2.3.1.2. Reduccionismo religioso
2.3.1.3. Reduccionismo jurídico
2.3.2. La virtud de la prudencia
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5 Cf. JONSON, A. R. The Birth ofBioetics. Oxford Univcrsity Press. New York, 1998
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tos, al menos dos, pero generalmente muchos más. Así como los hechos son,
por así decirlo, únicos (o llueve o no llueve), los valores son diversos, es decir,
polares y plurales. Existe lo caro y lo barato, lo agradable y lo desagradable, lo
justo y lo injusto, lo elegante, lo bello, etc., etc. ¿Quiere esto decir que cada per
sona percibe un valor distinto y que no coincidimos en ellos, o más claramente,
que no son objetivos? Cabe responder, ciertamente, que los valores no poseen la
objetividad de los hechos, pero aun así son bastante objetivos. Los hechos, en la
medida en que se definen como aquello que es observable para cualquiera, son
muy objetivos y de ellos apenas se discute. Los datos de percepción son casi
inapelables. Los valores, por el contrario, se discuten, pero la propia discusión
indica que si no tuvieran algo de objetivo no tendría sentido que se discutiera de
ellos. Cuando uno afirma que “Las Meninas es un cuadro bello”, no está dicien
do únicamente que ese cuadro es bello para sí, sino que la cualidad “belleza” per
tenece como atributo al cuadro y que por eso él lo ve bello. Si los valores no fue
ran parcialmente objetivos sería absolutamente imposible la propia vida personal
en comunidad. Los valores suelen ser un descubrimiento compartido por mucha •§
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do de las ciencias naturales al campo de las ciencias sociales y así crear lo que
desde entonces se llamo “sociología positiva” y, por extensión, “positivismo”.
Como filosofía, el positivismo es insostenible y, de hecho, tuvo los días conta
dos (no pasó del siglo que le vio nacer), pero en ciencia sigue floreciendo. La
idea es tan sencilla que el mismo Comte la ha sintetizado en la siguiente fórmu
la: “Ciencia, luego previsión; previsión, luego acción”. Para actuar es preciso
prever, y prever es lo que hacen las ciencias naturales en su estudio minucioso
de los hechos. De ahí sus leyes y teorías predictivas. Las ciencias naturales per
miten pronosticar el futuro. Por lo tanto, si se quiere elevar un saber a rango de
ciencia, ha de aplicarse el mismo método y el mismo reduccionismo. Es lo que
se ha hecho con la creación de las llamadas ciencias sociales. Los datos sociales
pueden tomarse como valores o no, porque los grupos sociales, como los indivi
duos, tienen sus hechos y sus valores. Pero lo que el positivismo ha hecho, bien
que no Comte sino sus discípulos, es analizar los valores sólo en tanto que
hechos, convirtiéndolos de ese modo en datos científicos. Las ciencias sociales,
o las también llamadas ciencias de la cultura o del espíritu, estudian los valores,
pero no en tanto que valores, sino en tanto que puros hechos, y por tanto de modo
científico, reduccionista. A partir de este conocimiento de los hechos se cree
posible predecir lo que va a pasar con el ámbito de la población estudiado, y
actuar en consecuencia. Es curioso comprobar cómo el objetivo de la ciencia es
de tipo moral: predecir y actuar. Ahora bien, la ética, transformada en ciencia de
las costumbres, o de análisis de los valores morales en tanto que puros hechos
sociales, no es normativa sino descriptiva. Ahora ya sabemos lo que se quiere
decir: que tanto los juicios de deber como los juicios de valor se pueden reducir
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Diego Gracia
Pero todavía resta dar cuenta de otro gran equívoco no menos frecuente
aún a día de hoy en los debates éticos. Fundamentar tampoco puede querer decir
“demostrar” que determinados juicios morales son siempre ciertos y que todos
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Diego Gracia
algún modo de conseguirlo? Si hay alguno, ese modo debe llamarse “delibera
ción”. La deliberación es, como vamos a ver, el método de búsqueda de la pru
dencia.
3. EL MÉTODO DE LA BIOÉTICA
Hasta aquí quizá todo ha parecido muy teórico, pero era necesario tener
algunas ideas claras en torno a la construcción de los juicios morales. Al final,
saber cómo se construyen los juicios morales es poco más o menos lo mismo
que saber cómo se fundamentan. Pues bien, si fundamentar consistió en ir de lo
conocido a lo desconocido por el camino de la profundización en lo que son
hechos, valores y deberes, y sus respectivos juicios, hasta alcanzar eso que
hemos llamado responsabilidad moral, el método consiste ahora en hacer el
camino de vuelta, es decir, en poner en práctica lo que vamos a llamar “delibe
ración”, como modo prudente y responsable de resolver los conflictos morales
planteados por las ciencias de la vida. En primer lugar, vamos a ver qué se
entiende por deliberación. Como el tema en ética se remonta por lo menos a
Aristóteles, aunque el origen del término es anterior, vamos a detenernos bre
vemente en este autor, para luego analizar una definición actual de deliberación
y el motivo de su rehabilitación para la ética o la bioética en el siglo XX. En
segundo lugar, vamos a describir un procedimiento para la resolución los pro
blemas morales; en concreto nos vamos a referir a un procedimiento de aplica
ción en bioética médica, dado que un método, más allá de su conceptuación teó
rica, siempre es un procedimiento específico para cada área de conocimiento.
Esa es la razón por la que restringimos el procedimiento a los conflictos de
ámbito médico, aunque a partir de ahí resulta fácil adaptarlo a otras disciplinas
prácticas.
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Las relaciones de los agentes con las enfermedades no son relaciones cau-
sales, sensu stricto, sino relaciones factoriales. La presencia de un factor aumen
ta el riesgo de contraer la enfermedad, pero no la determina por sí solo. Por tanto,
se acabó concluyendo, el modelo determinista monocausal era una quimera. Sólo
los modelos mu!ticausales explican el fenómeno de enfermar. Y en ellos caben
muchas posibilidades: no sólo una misma enfermedad puede reconocer diversos
factores causales, que además deben estar presentes para constituir una causa
suficiente , sino que éstos pueden participar en la aparición de otras enfermeda
des, es decir no son específicos de la enfermedad*2. Ante esta complejidad, la
única aproximación epistemológica válida es el razonamiento probabilístico: un
factor será causa de una enfermedad cuando en su presencia la probabilidad o el
riesgo de enfermar aumente. De ahí que se prefiera el término "factor de riesgo”
al de causa. En la misma línea, un medicamento sólo se considerará eficaz cuan
do en su presencia se reduce la incidencia de la enfermedad (prevención) y/o
aumenta la probabilidad de curación o cualquier otra variable de resultado rele
vante, respecto a un control sin la presencia de dicho medicamento. El conoci
miento de la fisiopatología de una enfermedad orienta la investigación y el des-
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! :.iii-;i!.cc J. do Abajo
Las implicaciones éticas que tiene este cambio de paradigma son eviden
tes: tradicionalmente la actuación del médico sobre un sujeto enfermo se ha
venido justificando desde la “intención del beneficio”. Bastaba con que el
médico tuviera esa voluntad de beneficencia para entender que estaba proce
diendo correctamente. Si la intervención en realidad estaba causando más daño
que beneficio era algo que no se podía conocer ni nadie exigía. Ahora no. La
práctica de la Medicina ya no puede justificarse éticamente (ni legalmente) sólo
con la intención del beneficio, ahora se precisa, además, que las intervenciones
que se realicen estén validadas por la comunidad científica a través de procedi
mientos de investigación clínica que permitan obtener pruebas objetivas de que
el balance beneficio-riesgo es favorable16.
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F r a n c is c o J. d e A b ajo
21 The National Commission for the Protcction of Human Subjects of Biomedical and
Behavioural Research. The Bclmont Rcport - Etílica! Principies and Guidclincs for the
Protcction of Human Subjects of Research. Washington D.C.: Department of Health,
Education, and Welfarc, 1979.
22 BEAUCHAMP. TL., CI1ILDRF.SS JF„ P rincipies o f B io m ed ica l E lliics. Oxford
Univcrsity Press,. New York, 1994, (4*" cd.).
22 GRACIA, 1998, Op. c it ., págs.: 77-110. La historia de los principios está magnífica
mente descrita en la obra de Gracia, D., F u n d a m en to s d e B ioética. Eudema Universi
dad. Madrid, 1989.
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F r a n c is c o J . d e A b a jo
legal). En cambio, los segundos son de gestión privada y conforman el ideal de per
fección que cada uno quiere alcanzar. Deberes del primer tipo son, por ejemplo, “no
matar” o “no mentir” o también el de “contribuir proporcionalmente con nuestra
renta al bien común a través de los impuestos”. Del segundo tipo serían los deberes
de “atender a los necesitados” o de “ejercer la caridad”. Esta distinción le ha servi
do a Diego Gracia para elaborar una teoríapríncipialista jerarquizada en la que los
cuatro principios de la bioética no se encuentran al mismo nivel55. En un nivel supe
rior (nivel 1) estarían los principios de justicia y no-maleficencia; ambos establece
rían el marco de los deberes perfectos (los mínimos morales). En un nivel inferior
(nivel 2) se encontrarían los principios de autonomía y de beneficencia y establece
ría el perímetro de los deberes de virtud o supererogatorios (los máximos mora
les)56. La teoría establece que los principios de nivel 1 prevalecerían sobre los de
nivel 2 en caso de conflicto. De acuerdo con esto, no sería posible justificar una
investigación maleficente o injusta, aunque tuviéramos el consentimiento del suje
to de investigación. No obstante, la teoría contempla además de este momento deon-
tológico (el de los principios), un momento teleológico en que el se evalúan las con
secuencias de las acciones en cada caso particular. Cuando las consecuencias de la
aplicación de los principios, en un curso de acción concreto, son peores para la dig
nidad del ser humano que las derivadas de su no aplicación, estaríamos en condi
ciones de justificar una excepción a los principios. De lo cual se concluye que los
principios del momento deontológico no serían absolutos. Sólo el canon de la mora
lidad o sistema de referencia moral, en el que se encontrarían principios formales
del tipo “todos los hombres son iguales y tiene derecho a igual consideración y res
peto”, o el imperativo categórico kantiano en sus diferentes formulaciones, tendrí
an un carácter absoluto.
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BIBLIOGRAFIA
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bioéticos, en razón del momento del decurso vital en que se producen. Este tipo
de clasificación es un recurso muy utilizado, a pesar de que tan sólo responde
a fines de clarificación, pues es evidente que podrían utilizarse otros criterios,
que los problemas no estarán siempre bien delimitados (pues hay interacciones
e intersecciones entre ellos) y que puede ocurrir, por razones diversas y según
la perspectiva que cada uno adopte, que no estén todos los que son, ni sean
todos los que están.
Para lo que nos atañe aquí, entenderemos que los problemas bioéticos a
Problemas bioéticos en el inicio de la vida. Menores, anticonceptivos y aborto
que hace referencia el título son aquellos conflictos de valores que se producen
en las etapas iniciales de la vida. No obstante, es preciso comprender que se
trata de un enorme panorama de problemas que abarca, al menos, los siguien
tes:
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La bioética en la Educación Secundaria
derecho a ser oído en aquellas cuestiones sanitarias en que haya que prestar con
sentimiento.
Por otro lado, el Código Penal establece que los mayores de 13 años pue
den consentir en tener relaciones sexuales sin que esto constituya delito4*6. La
mayor parte de las regulaciones existentes tienden a proteger a los menores,
pero, al mismo tiempo, tratan de defender los derechos de los menores que no
pueden ser alienados. Esto es lo que se refleja, por ejemplo, en la Ley Orgánica
1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, en su exposición de
Problemas bioéticos en el inicio de la vida. Menores, anticonceptivos y aborto
motivos2':
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La bioética en ¡a Educación Secundaria
ramente elimina toda posible autonomía. El supuesto que sustenta esta posición
es que el beneficio es objetivo y que, por tanto, es posible definir cuál es el bien
adecuado, que será el que deberá intentar lograrse.
de valores y opciones morales. Por tanto no existe una salud objetiva, un cri
terio único.
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Lydia Feito Grande
Sólo por destacar algunos datos llamativos, se incluyen los dos gráficos
siguientes. En el primero11 se observa cómo los más jóvenes obtienen infor
mación sobre anticonceptivos en su entorno social, y cómo la información
sanitaria empieza a ser más relevante conforme avanza la edad, lo cual podría
hacernos pensar en mejores campañas de información que sean capaces de
penetrar en el ambiente de los jóvenes. En el segundo1112 se aprecia la existen
cia de un preocupante 40% de mujeres menores de veinte años que no utili
zan ningún método anticonceptivo, sin que pueda pensarse que no tienen rela
ciones sexuales13.
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La bioética en la Educación Secundaria
D Ó N D E S E IN F O R M A N S O B R E M É T O D O S
A N T IC O N C E P T IV O S S E G Ú N T R A M O S D E E D A D
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Problemas biocticos en el inicio de la vida. Menores, anticonceptivos y aborto
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Lydia Feito Grande
Uno de los casos más frecuentes que se presentan y que generan contro
versia en relación a la capacidad de tomar decisiones por parte de los menores
es la denominada “píldora del día después”, un fármaco indicado para evitar
posibles embarazos no deseados, que se administra dentro de las 72 horas
siguientes a la relación sexual.
14 Para poder hacer un juicio sobre esta cuestión es preciso conocer bien los datos cien
tíficos, de otro modo se está ideologizando y tergiversando la cuestión.
15 En la misma línea se manifiesta el mencionado documento del Grupo de Opinión
del Observatori de Bioética i Dret.
L a b io é tic a e n la E d u c a c ió n S e c u n d a r i a
4.2. Confidencialidad
Problemas bioéticos en el inicio de la vida. .Menores, anticonceptivos > aboi
16 Documento del Grupo de Opinión del Observatori de Bioética i Dret. Op. cit. p. 16.
17 Cfr. JÚDEZ, J„ NICOLÁS, P., DELGADO, M. T.. HERNANDO. P„ ZARCO, J. y
GRANOLLERS, S. “La confidencialidad en la práctica clínica: historia clínica y
gestión de la información”. M ed icina C línica 2002; 118(1): 18-37
18 Esta es la opinión que sostienen v. g. D. Gracia et al. Op. cit.
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6. EL ABORTO
Peligro para ¡a vicia de Necesario para evitar grave Sin limite de tiem
la madre peligro para la vida o salud po
(Aborto “terapéutico ") física o psíquica de la madre
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La bioética en la Educación Secundaria
28 Ibid. p. 11.
2<> FINNIS, John. "Pros y contras del aborto". En VVAA D eb a te so b re e l aborto.
Madrid. Cátedra, 1983. pp. 108-142.
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I ydin Foilo Grande
30 Cfr. GAFO, J. "Aborto". En Diez palabras clave en bioética. VD. Navarra, 1993.
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La bioética en la Educación Secundaria
Conviene afirmar claramente que, sea cual sea la posición que se defien
da, el aborto siempre es un mal a evitar (tanto para el no nacido como para la
madre), y suele llevar aparejado un profundo sufrimiento. El no nacido, en prin
cipio, siempre ha de ser protegido, y reconocer que en ciertos casos prevalece
el derecho de la madre no equivale a no asignarle valor, o a no reconocer su
derecho a la vida.
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Lydia Feito Grande
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Dra. Lydia Feito Grande
Profesora de Etica. Universidad Rey Juan Carlos
INTRODUCCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
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La bioética en la Educación Secundaria
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos en estos inicios del siglo XXI estamos tomando deci
siones de modo que las consecuencias de nuestras acciones se extenderán a
nivel planetario (en la dimensión espacial) y hacia el futuro (en la dimensión
temporal). Esto implica que hemos de emplear categorías éticas tales como la
deliberación prudente y responsable sobre los fines, para poder asumir el com
promiso con el presente y con el futuro, al que estamos irremediablemente abo
cados. Hace más de treinta años, un biólogo, J. Rostand, nos obsequiaba con un
pensamiento que, desde mi punto de vista, resume inmejorablemente la difícil
y al mismo tiempo apasionante situación en la que nos encontramos: «£7 hom
La investigación biotecnológica: Ingeniería genética y clonación
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Lydia Feito Grande
Las esperanzas puestas en estas nuevas técnicas son muchas, pero también
es grande el desconocimiento que se tiene tanto de sus posibilidades como de sus
riesgos. Por otro lado, la percepción de la magnitud y alcance de las aplicaciones
de la investigación genética ha hecho que esté presente una fuerte conciencia de
que es necesaria una reflexión pausada y prudente sobre las posibilidades y los
límites. Por eso se han desarrollado, paralelamente a los descubrimientos e inves
tigaciones en el laboratorio, análisis serios desde el punto de vista de la ética,
dando lugar a toda una rama especializada que algunos autores han dado en llamar
GenÉtica2, haciendo un combinado de las dos palabras enjuego: ética y genética.
Muchos de los problemas éticos suscitados por estas técnicas son, en rea
lidad, situaciones que, a pesar de su aparente novedad, no son radicalmente dife
rentes de las existentes, si bien han sufrido un notable cambio en cuanto a su
magnitud, influencias y potencial. Aunque esta cuestión es objeto de discusión,
parece haber un creciente acuerdo en que los cambios científico-tecnológicos y
la novedad de los problemas morales planteados, son más bien de índole cuan
titativa. Es cierto que la importancia de estas cuestiones es enorme, pues radica
en que la toma de decisiones en asuntos de esta índole atañe a nuestra misma
concepción del ser humano. Y nunca hasta ahora habíamos tenido la posibilidad
de intervenir tan directamente en la determinación de la clase de mundo que
queremos construir. Sin embargo, es algo a lo que, en un grado diferente, la
humanidad ha tenido que enfrentarse en el pasado.
Los problemas éticos suscitados por las nuevas tecnologías genéticas son
diversos y múltiples, aunque todos ellos tienen la característica -en la que con
viene insistir- de obligar a un planteamiento doble: la reflexión sobre los con-
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Lyd.a Fcito Grande
actual debate ético sobre la ingeniería genética. Por ello se han seleccionado
algunos momentos de especial interés, que pueden ser iluminadores:
3 BERG. P.: BALTIMORE, D.: BOYER. H.W.; COHEN, S.N.; DAVIS, R.W.; HOG-
NESS, D.S.; NATHANS, D.; ROBLIN, R.; WATSON, J.D.; WEISMANN, S.; Z1NDER;
N.D. (1974) “Potential biohazards of rccombinant DNA moleculcs” Science vol.185
p.303; Nature vol.250 p.175; Proceeciings o f the Natural Academy of Sciences vol.71
pp.2593-4. Una traducción de esta carta puede encontrarse en el vol.41 de Labor
Hospitalaria de 1989.
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L a b io é tic a e n la E d u c a c ió n S e c u n d a r i a
Lo más notable del caso es su dimensión ética y las consecuencias que ello
le costó al investigador. Cline había infringido las normas de los comités de ética,
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La bioolíca <>(’. la Educación Secundaria
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L y d ia F e ito G r a n d e
evaluaba la magnitud del conflicto ético y las posturas enfrentadas, para acabar
afirmando lo positivo de la investigación y la necesidad de consensos mundia
les. Así mismo, la Asamblea reconocía la responsabilidad adquirida a causa de
los nuevos avances de la investigación científica y establecía un nuevo derecho,
considerado una consecuencia de los artículos 2 y 3 de la Convención Europea
de Derechos del Hombre. Se trataba del derecho a heredar un patrimonio gené
tico no manipulado. Ahora bien, el reconocimiento de ese derecho no significa
ba -y así se manifestaba de manera explícita- una oposición a la terapia géni-
ca, la cual, evidentemente, debería realizarse siempre bajo el consentimiento
libre e informado de los pacientes o sus tutores. Sin embargo, se imposibilitaba
implícitamente cualquier otro tipo de intervención de carácter mejorativo o rea
lizado en la línea germinal
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Ln b io é tic a e n la E d u c a c ió n S e c u n d a r i a
2001, tenía como objetivo descifrar los genes de que consta el genoma humano
(se estimaban aproximadamente 100.000, pero sólo son 30.000) y obtener la
secuencia de sus nucleótidos, añadiendo toda la información posible, a fin de
lograr el mapa más completo. Sin embargo, a pesar del anuncio del final de la
secuenciación del genoma humano, la investigación no ha hecho más que
comenzar: disponemos de un mapa, aún incompleto, pero nos queda por saber
qué significa y qué podemos hacer con esa información.
niña que padecía una deficiencia del gen de la adenosina desaminasa, cuyo
efecto es un sistema inmune defectuoso (niños “burbuja”).
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La bioética en la Educación Secundaria
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I vdm Fcito Grande
La controversia que suscitó este avance fue muy notable, ya que los
medios de comunicación encontraron aquí una fuente de inspiración que dio
lugar a variadas tomas de posiciones, a análisis pormenorizados, pero también
a miedos y esperanzas infundados y peligrosos. Ese mismo año, 1997, se firmó
el Convenio Europeo de Bioética, y en el protocolo adicional de dicho conve
nio se prohibió la clonación humana afirmando que «la instrumentalización de
los seres humanos a través de la creación deliberada de seres humanos genéti
camente idénticos es contraria a la dignidad humana y constituye, así, un abuso
de la biología y la medicina.'»
caciones. Es evidente que los intereses de mercado pueden ser perfectamente líci
tos, y toda investigación está movida por determinados intereses, traducidos en
financiación. Sin embargo no es menos cierto que el objetivo final ha de ser muy
otro que obtener rendimientos económicos, so pena de desvirtuar la misma razón
de ser de la investigación, y de la medicina -cuando nos referimos a aplicaciones
terapéuticas-. Por ello, es importante analizar el peso que la industria y las cues
tiones mercantiles están teniendo en el desarrollo de las tecnologías de la ingenie
ría genética y en su aplicación. El desequilibrio entre países (los comúnmente lla
mados bloques norte y sur) es digno de atención, como paradigma de los abusos
posibles a que puede dar lugar un exagerado hincapié en el beneficio económico.
Entre esas decisiones a tomar hay una que está cobrando una importan
cia cada vez más notable: se trata de la desvelación de información. El análisis
del genoma humano está poniendo a nuestra disposición el conocimiento de
nuestros datos genéticos. Datos de los que puede ser informado el interesado
pero que también pueden ser transmitidos a otras personas. La salvaguarda de
la confidencialidad de los datos es uno de los temas de discusión actual que más
controversia suscita, pues a pesar de que todo el mundo considera que es peli
grosa la divulgación de datos privados -y así lo muestran la mayor parte de las
legislaciones-, en ocasiones no queda tan claro si es la privacidad del individuo
lo que ha de protegerse, o si bien es el interés común lo que ha de prevalecer.
Así, por ejemplo, se pone en cuestión el presunto derecho que tendría un empre
sario a acceder a la información genética de sus empleados, habida cuenta de
que esto puede vulnerar derechos fundamentales (como el derecho a la intimi
dad, o el derecho al trabajo, caso de que se produjera algún tipo de discrimina
ción). Sin embargo, por la misma razón, se defienden los intereses de las
empresas por la vía de este conocimiento, cuya aplicación es ya real en lo refe
rente a los análisis físicos y psíquicos que se exigen actualmente. También por
ejemplo, en el campo de la investigación genética, la obtención de datos que
puedan resultar relevantes para la propia investigación puede colisionar con el
derecho a la privacidad del individuo que participa en un ensayo experimental.
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L ydia F e ito G r a n d e
11 Sobre los problemas éticos suscitados por la terapia génica cfr. FF.ITO, L. E l su eñ o de
lo posible. B ioética y terapia génica. Universidad Pontificia Comillas. Madrid, 1999.
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Lydia Feito Grande
Terapia Mejora
Somática Terapia génica somática Ingeniería genética perfectiva somática
Sin embargo, las aplicaciones de estas técnicas van más allá haciendo
posible la intervención con la finalidad de mejorar un rasgo no patológico en un
individuo sano. Ln tal caso, no se trata de corregir un defecto, sino de perfec
cionar el funcionamiento o conformación de un elemento que, en sí mismo, no
puede considerarse enfermo o defectuoso. Este tipo de modificación es aún una
ficción, pero ha abierto un debate de gran interés acerca de cuáles son los fines
y objetivos que debe perseguir la medicina. Las valoraciones éticas son diferen
tes en uno y otro caso: mientras que la terapia se justifica por el principio de no-
maleficencia y por tanto puede considerarse incluida en las obligaciones de
mínimos, la mejora se justifica por el principio de beneficencia y va más allá
del ideal terapéutico. De hecho, la fuerte medicalización de nuestras sociedades
occidentales, en las que la exigencia de salud extiende sus peticiones hasta
L a b io é tic a e n la E d u c a c ió n S e c u n d a r i a
A ello cabe añadir que la cuestión de la mejora encierra una enorme com
plejidad porque nos obliga a plantearnos, en primer lugar, qué es lo “normal” o
no patológico, respecto de lo cual establecemos un índice de mejora. Es claro
que, en buena medida, la mejora y la terapia sólo tienen una diferencia de tipo
cuantitativo, de grado, siendo un continuo que enlaza ambas intervenciones.
Esto, a su vez, origina una reflexión sobre la idoneidad ética de introducir la
posibilidad de la mejora, cuando puede ser una fuente más de discriminación,
segregación y distancia entre grupos poderosos y otros más pobres. En segun
do lugar, el tema de la mejora también abre la cuestión de la eugenesia y del
temor que produce el ideal del perfeccionamiento de la especie humana, al que,
sin embargo, todos aspiramos en cuanto individuos.
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L a b io é tic a ert la E d u c a c ió n S e c u n d a r i a
3.8. La clonación
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i
Lydia Feito Grande
Transferencia uterina a
madre portadora
I Diferenciación in vitro
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! villa I cito Orando
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L a b io é tic a e n la E d u c a c ió n S e c u n d a r i a
obtenido del mal, que podría interpretarse como un fin noble que legitima un
medio inmoral.
Por otro lado, otorgar relevancia a la intención sólo tendría sentido si acep
tamos el presupuesto de una obligación moral de contribuir a que el destino de los
embriones sea, siempre que sea posible, su vida humana personal. Sin embargo,
siguiendo la lógica del argumento, si asumimos que la investigación en embriones
es legítima porque no son personas y porque el beneficio esperado compensa el
posible daño a un bien, entonces no parece que exista un compromiso moral con
la vida del embrión (entendido como asumir la obligación de contribuir a su vida)
y podría justificarse la producción de embriones cid hoc para investigar.
parece acorde con la obligación moral que tenemos hacia el embrión, ya sea ésta
una obligación de respeto a su dignidad, si se considera que es una persona, o
una obligación de protección ante su valor como bien con un estatuto único, si
se defiende la segunda de las posiciones presentadas. Sólo podría ser defendi
da por quienes consideran que el embrión es un conjunto de células sin mayor
valor que cualquier otro grupo celular. Por otro lado, es una posición simbóli
camente difícil de aceptar para nuestra sociedad. De ahí que la opción pruden
te sea asumir ese compromiso e investigar exclusivamente con embriones
sobrantes, no produciéndolos específicamente para tal fin.
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I 1
C o l e c c i ó n Aulas de Verano, q u e s e i d e n t i f i c a
c o n el c o lo r « b e r m e lló n S a l a m a n c a »
L a s e g u n d a c o l e c c i ó n s e d e n o m i n a Conocimiento Educativo.
C o n ella p r e t e n d e m o s d if u n d ir la s i n v e s t i g a c i o n e s r e a l i z a d a s p o r el
p r o f e s o r a d o o g r u p o s d e p r o f e s o r e s , el c o n t e n i d o d e a q u e l l o s c u r s o s
d e v e ra n o de c a rá c te r m á s g en eral, y d a r a c o n o c e r aq u ellas accio n es
ed u cativ as que d esarro lla el In stitu to S u p erio r de F o rm ació n del
P r o f e s o r a d o d u r a n t e el a ñ o a c a d é m i c o .
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