Вы находитесь на странице: 1из 3

LEALTAD FRENTE A LAS DIFICULTADES

(2°Timoteo 1:11-14)

“Del cual he sido puesto como predicador, apóstol y maestro. Por esta razón padezco estas cosas, pero no me
avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi
depósito para aquel día. Ten presente el modelo de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor
en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros”.

1. SEGURIDAD EN EL PODEROSO (vv.11-12)

“Del cual he sido puesto como predicador, apóstol y maestro. Por esta razón padezco estas cosas, pero no me
avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi
depósito para aquel día”.

Pablo ha sido muy directo con sus palabras para alentar a Timoteo, le ha dicho: En el ministerio no hay
lugar para la cobardía, ¡Aviva el don que hay ti! Y sobre todo, le dio una muy buena razón: Mira a Cristo; Él te
salvó, te llamó, venció al pecado en la cruz, y resucitó para darte vida eterna. Tienes que permanecer ¡Firme!

Ahora, Pablo le da otra segunda buena razón: “del cual he sido puesto como predicador, apóstol y
maestro”. Primero le dijo mira a Cristo, ahora le dice: Mírame; ve lo que soy y cuánto enfrento.

Pablo utiliza 3 palabras que describen su ministerio perfectamente (predicador, apóstol y maestro).
Curiosamente, el orden de las palabras está puesto deliberadamente: No encabeza la lista con “apóstol” para
hacer sentir su posición de autoridad, primero aparece “predicador” (heraldo) para hacer notar que su
responsabilidad ante el Señor es más importante que su posición ante la iglesia (o amigos). Indudablemente, su
apostolado en un grado honorífico para su llamado, y “maestro” describe la capacidad de su ministerio
(recordemos que fue instruido a los pies de Gamaliel, y recibió revelación directa del Señor).

Pero, que no te atraigan mis títulos, mejor echa un vistazo a mi condición: “Por esta razón padezco
estas cosas, pero no me avergüenzo”. ¿Cuál es la razón? Sabemos por Pablo que dijo: “me tuvo por fiel [sin
serlo] para el ministerio”. Entonces las características (predicador, apóstol y maestro) del ministerio de Pablo
responden a la soberanía y poder de Dios. Él elige a quien Él quiere. Ahora, volvamos al punto; Pablo dice que
por la razón de su llamado: “padezco estas cosas, pero no me avergüenzo”. ¿De cuáles cosas habla en su
padecimiento? Hagamos una lista: ha sufrido y está sufriendo cárcel, fue flagelado, apedreado, naufragado,
perseguido, arrastrado, y etc.

Y ante todo esto, él ha dicho: “no me avergüenzo”. La cárcel podría ser motivo para avergonzarse,
porque tal vez alguien puede confundirlo con un criminal en vez de predicador. O porque otros pueden decir:
¿Dónde está tu Dios ahora, ese Dios que tanto predicas? Mas, una cosa es cierta; Pablo no está dispuesto a
acobardarse frente a las dificultades, él va a mantener su lealtad.

Ante cualquier cosa que enfrentes, tú decides, serás un cobarde, o mantendrás tu lealtad.

Lo bueno a pesar de todo, es que Pablo está provisto de total seguridad: “porque yo sé a quien he
creído”. ¡Oh… sí! No hay persona en el universo en quien podamos creer que nos ofrezca verdadera seguridad,
sólo Cristo.

Entonces agrega: “y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”.
Como es obvio, Pablo está convencido del Poder del Señor. Entonces, alguien preguntará: Si eso es cierto, ¿Por
qué está preso? ¿Por qué tuvo que padecer todo lo mencionado en la lista y mucho más? Y esto es menester
contestar (en nombre de todos los cristianos que sufren).

(1) La mayoría de los hombres tienen una perspectiva incorrecta de la vida. Los cristianos no vivimos
para nosotros mismos, vivimos para Dios. No se trata que Dios tenga que cuidarnos para que nada nos duela, y
bendecir todos nuestros planes.
(2) La soberanía de Dios no es un capricho divino. La diferencia es muy marcada; un capricho significa
algo egoísta, sin sentido y sin propósito. Los planes de Dios a través de las pruebas no son egoístas, son para
nuestro bien. Sí tienen sentido porque responden a un plan eterno no improvisado. Y por supuesto, claro que
tienen propósito; Pablo enseño: “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le
aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28). Y ¿Cuál es ese propósito? El
versículo siguiente dice: “los predestinó [y esto incluye todo lo que nos ha de suceder en la vida] para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”. Entonces, esta es la meta final: que seamos como Cristo.

Y… (3) El poder de Dios no se encierra para esta era presente, sino que se enfoca para el futuro
(volviendo a nuestro texto): “para guardar mi depósito para aquel día”. Tengo que admitir que hay dificultades
para dar el significado preciso de “depósito”; pero bajo el contexto y dirección del apóstol, puedo decir que se
refiere a nuestra vida (o algo que Él mismo nos ha dado). Y esta es su promesa, que Él mismo la guardará, lo
mantendrá a salvo. Y no se trata de perfecta salud sobre la tierra, ni de bienes, ni de prosperidad. Creo que la
respuesta está en la última frase del versículo: “para aquel día”. Esta es una expresión escatológica, apunta al
día del Señor, apunta a la vida eterna.

Lealtad frente a las dificultades… Tu eternidad está segura en Cristo.

2. SIGUIENDO BUENOS EJEMPLOS (vv.13-14)

“Ten presente el modelo de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús. Guarda
el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros”.

Hemos llegado al final de esta exhortación; que Timoteo debe permanecer leal a Cristo a pesar de las
dificultades. A continuación Pablo escribe 2 imperativos relacionados a cómo ejercer su ministerio:

El primero es: “Ten presente el modelo de las sanas palabras”. El imperativo, “ten presente” también
puede traducirse como “sigue el ejemplo”, “ten por norma” y “retén”. Y algo que llama la atención es que el
vocablo “modelo” literalmente se traduce: “copia calcada”. Y, ¿Cuál es el enfoque de esta oración? Pues, “las
sanas palabras” o considerado también como sana doctrina.

En penoso ver que muchos ministros por ganar la popularidad y ser exitoso en los resultados de obtener
masas o multitudes en su congregación, se han extraviado de este principio que debe ser la primacía de todo
obrero cristiano: La Palabra de Dios; ante quien se nos manda retenerla. Alterar la sana doctrina es un violación
directa al por qué y para qué hemos sido llamados al ministerio.

En nuestros días, necesitamos hombres y mujeres que estén comprometidos con la sana doctrina, y no
me refiero a mero conocimiento, sino a haber “modelado” (copia calcada) la Palabra de Dios. Algo así, como
Pablo dijo: “que has oído de mí”. Hay que tener tranquila la conciencia para hacer esta afirmación. Mi
compromiso con la Palabra de Dios es el honor y la responsabilidad más alta que pueda existir en todo lo que
llamamos ministerio.

El modus operandi que Pablo utilizó para enseñar las Sanas Palabras del Señor, fueron: “en la fe y el
amor en Cristo Jesús”. No en frías disertaciones teológicas, sino (y Pablo utiliza 2 palabras) en “fe” y “amor”.
Y por supuesto todo esto está movido por la persona de “Cristo Jesús”.

Ahora, el segundo imperativo: “Guarda el buen depósito”. El verbo “guardar” (que es el imperativo),
también se puede traducir: “cuida” o “conserva”. Y, a ¿Qué apunta este mandamiento? Al “buen depósito”. Es
decir, a lo que Dios ha confiado a Timoteo. Y este es un deber sagrado tanto para Timoteo como para nosotros.
De este encomiable encargo, un día daremos cuenta ante el tribunal de Cristo.

El “depósito” al que hace referencia Pablo debe tratarse (según contexto) de la sana doctrina y del
ministerio frente a ella. Además, Pablo ha calificado a este depósito como “bueno”. Por tanto, el ministerio
cristiano y la sana doctrina no son dos cosas independientes, sino que están ligados la una a la otra.
Entonces, le pregunto: ¿Sabe cuán difícil es para un hombre hacerse cargo del ministerio cristiano y
mantenerse fiel a las Sanas Palabras del Señor? Me atrevo a decir que es imposible para cualquiera de nosotros,
incluyendo a Timoteo, y aun para Pablo. Tal vez, sea esta una de las razones por las que Timoteo se mostraba
asustadizo, y Pablo, enérgica y amorosamente tuvo que decirle: “Dios no nos ha dado de su Espíritu para
encerrarnos en cobardía…”.

Admitamos esto, hay momentos en que el ministerio realmente se torna difícil; ya sea por las
enfermedades, incertidumbres, abandonos, economía, muerte de nuestros seres queridos, exigencias, resultados
no visibles, la experiencia de la soledad, miedos, la lejanía de los familiares y amigos, las amenazas de muerte,
y por qué no decirlo, aún frente a nuestras propias debilidades carnales. Cuando todo esto pesa en un par de
hombros como los nuestros, no sería fácil sostenernos en pie por mucho tiempo.

Pero gracias a Dios, Pablo termina esta sección con la siguiente declaración: “por medio del Espíritu
Santo que habita en nosotros”. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! Si no fuera “por medio [con la ayuda] del Espíritu
Santo” nada de lo señalado anteriormente pudiéramos resistir. Y aún más maravilloso, el Espíritu Santo no sólo
es nuestro ayudador, sino que es nuestro morador; es decir, “habita en nosotros”.

En resumen (vv.6-14): Timoteo, no importa cuán grandes sean las dificultades, no admitas la cobardía
en tu vida, el Espíritu Santo es nuestro capacitador y ayudador. ¡Aviva! el don que hay en ti (facultades dadas
por el Espíritu para ejercer el ministerio). Cristo nació, murió y resucitó para asegurarnos perdón y vida eterna.
Yo mismo (Pablo) he sufrido por Cristo. Y a ti se te ha encomendado guardar la sana doctrina para que ejerzas
tu ministerio. Pero, no te afanes; el Espíritu Santo habita tanto en ti, como en mí.

¿Dificultades? ¿Quién no las tiene? Sólo se firme en tu lealtad a Dios y a su Palabra.

Вам также может понравиться