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Al Lewis 78
Pátina (cobre)
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Para otros artículos sobre este tema, véase Pátina.
La pátina (del latín «patĭna», plato, por el barniz de que están revestidos los platos
antiguos) es la capa de sales de cobre que se genera sobre la superficie de dicho metal tras
el proceso de su corrosión espontánea, lo que ocurre debido a la tendencia de todos los
metales a regresar a su estado original en la naturaleza, es decir, a la forma de minerales de
los cuales se extrajeron mediante procesos físicos como la aplicación de calor, para ser
luego refinados en metales puros, que también se alearon con otros de forma artificial,
como en el caso del bronce, que es una aleación de cobre y estaño y a menudo contiene
otros componentes, como plomo o zinc.
En función de las sales de cobre que se formen, esta pátina puede ser estable (la
beneficiosa) o inestable y destructiva, esta última llamada enfermedad del bronce o cáncer
del bronce.
Índice
1 Pátinas estables
2 Pátinas inestables o destructivas
3 Pátinas artificiales
4 Véase también
5 Enlaces externos
Pátinas estables
Las impurezas del aire, la tierra y el mar causan corrosión, pero este tipo de pátinas por lo
general protegen el cobre o el bronce contra ella. Una buena pátina no debe ser quitada de
monedas, esculturas o superficies en general. Si se quita, la superficie brillante recién
expuesta se oxidará otra vez, causando una pérdida leve del metal en el objeto
Algunos óxidos de cobre son el óxido cuproso (cuprita) que es el que tiende a formarse
primero y tiene generalmente colores rojizos. Este se convierte en rápidamente óxido
cúprico (tenorita) que es marrón oscuro o negro. Prácticamente todas las monedas antiguas
de bronce tienen sobre la superficie metálica al menos una fina capa de óxido de cobre
marrón.
El sulfato de cobre (antlerita) o sulfuros de cobre (novelita y calcocita) dan un color verde a
azul verdoso.
El cloruro cuproso y el cloruro cúprico, combinados con el oxígeno y el agua del aire
producen ácido clorhídrico ocasionando unas manchas de color verde pálido a azul
verdoso, suaves y polvorientas sobre la superficie del objeto, corroyéndolo y produciendo
más cloruros de cobre, iniciando de nuevo la reacción para producir más ácido clorhídrico,
y así sucesivamente hasta hacer desaparecer el objeto.
Pátinas artificiales
Las pátinas artificiales se aplican al cobre o al bronce utilizando soluciones químicas que
reaccionan con la superficie para formar una capa delgada de corrosión de color. La pátina
puede ser transparente u opaca y a veces se aplica en cierto número de capas para producir
efectos muy variados. La patinación se ha utilizado como una técnica de decoración sobre
metales por muchas diferentes culturas durante miles de años.
Véase también
cardenillo
cobre
Enlaces externos
«Cáncer del Cobre». Moneda Hispánica. Consultado el 3 de setiembre de 2008.
«Denarios forrados». Consultado el 3 de setiembre de 2008.
COBRE
En función de las sales de cobre que se formen, esta pátina puede ser estable (la
aconsejable) y la inestable y destructiva (la enfermedad o cáncer del bronce).
Pátinas estables:
Aunque las impurezas del aire, la tierra, y el mar puedan causar la corrosión, este tipo
de pátinas por lo general protegen la moneda contra ella.
Una buena pátina no debe ser quitada. Si se quita, la superficie brillante recién
expuesta se oxidará otra vez, causando una pérdida leve del metal de la moneda
Óxidos de cobre: El óxido cuproso (cuprita) es el que tiende a formarse primero y tiene
generalmente colores rojizos. Este rápidamente se convierte en óxido cúprico
(tenorita) que es marrón oscuro o negro. Prácticamente todas las monedas antiguas de
bronce tienen sobre la superficie metálica al menos una fina capa de óxido de cobre
marrón.
El cloruro cuproso y el cloruro cúprico, combinados con el oxígeno y el agua del aire
producen ácido clorhídrico ocasionando unas manchas de color verde pálido a azul
verdoso, suaves y polvorientas sobre la superficie de la moneda, corroyéndola y
produciendo más cloruros de cobre, iniciando de nuevo la reacción para producir mas
ácido clorhídrico, y así sucesivamente hasta hacer desaparecer la moneda.
En climas secos este problema es más raro, porque la reacción requiere una humedad
relativa del aire del 39 % o más para hacerse activa.
“Verrugas” rojizas. Son pegotes escamosos por lo general 3-7 mm de alto que se
forman sobre el metal. Pueden ser quitados, pero son sumamente destructivos,
dejando grandes agujeros y destruyendo la mayor parte de detalles. El bronce que
muestra este tipo de degradación es con frecuencia inestable hasta en las áreas no
directamente afectadas por las incrustaciones verrugosas. No responde bien a la
limpieza.
Las condiciones que crean este tipo de pátina destruyen normalmente el bronce, por lo
que se ve generalmente en monedas de latón u oricalco (4/5 partes cobre y 1/5 parte
de zinc) como sestercios y dupondios, que se suelen conservar bien sin pátina.