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INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE ECONOMIA

HISTORIA DE LOS HECHOS Y DEL PENSAMIENTO


ECONOMICO HASTA EL SIGLO XIX

PROFRE: CERVANTES ARREDONDO J. REFUGIO

“1.4: METODOLOGIA PARA EL ESTUDIO DE LA


HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONOMICO”

GRUPO: 1EV3

ELABORO:
PAULINO MARROQUIN IZHAR ELIEL
EL PENSAMIENTO ECONOMICO Y SU HISTORIA
El análisis económico ha generado una rica y extensa historia desde sus
comienzos formales hace cosa de doscientos años. Al igual que, en el mundo de
la biología, un género particular evoluciona a partir de las primeras especies,
también la economía se ha desarrollado como un género intelectual. Las primeras
formas de la economía adoptaron unos determinados nombres y características.
Los antiguos griegos nos legaron la palabra «economía», pero limitaron su
significado a «la administración de la casa. Después de la Edad Media, la
economía fue considerada como un subconjunto de la filosofía moral, pero en el
siglo XVII se desarrolló una raza mutante llamada aritmética política. El siglo XVIII
fue testigo de otra raza denominada fisiocracia. Con el tiempo, la disciplina
adquirió en buena medida su forma moderna bajo el nombre de economía política,
a finales del siglo XVIII. Continuó experimentando mutaciones durante el siglo XIX,
en el que aparecieron varias y virulentas razas «heterodoxas». Pero debido a su
constante aceptación y profesionalización a lo largo del siglo XX, el término
estricto, economía, ha venido a representar una etiqueta ampliamente admitida
para un cuerpo de principios y un método de investigación que ahora puede
denominarse “corriente principal”. Este libro trata de la evolución y desarrollo de la
corriente principal de la teoría económica. Como tal, es una historia del análisis
económico, pero no es la historia del análisis económico. Por mencionar sólo unos
pocos, en ella encuentran cabida los escritos de los institucionalistas (viejos y
nuevos), socialistas, marxistas, radicales, austríacos, postricardianos y
postkeynesianos.
Aunque otros puedan tratar el tema de modo diferente, lo importante, en conjunto,
es que la economía ha sido y es una forma vibrante del discurso intelectual, no un
cuerpo establecido de principios. La verdad lisa y llana es que la economía es
cualquier cosa antes que un cuerpo de pensamiento establecido. Incluso entre los
economistas que integran la corriente principal, persisten cuestiones pendientes
sobre la naturaleza y objeto de la economía, así como sobre su valor y su lugar
entre las disciplinas científicas que compiten entre sí. A causa de esto, no todos
los economistas enfocan el tema de la misma manera; ni están todos de acuerdo
en los límites del asunto, el papel del individuo frente al grupo, el método de
análisis que debe emplearse o el objeto propio de las investigaciones económicas.
Los historiadores de la economía deben ser a un tiempo historiadores y
economistas. Como economistas, están interesados por la teoría y las
consecuencias de las decisiones humanas. Como historiadores, son los cronistas
de estos acontecimientos. Los economistas modernos que no son historiadores
tratan de emular a los científicos, que están interesados sobre todo por el
presente. Con todo, los historiadores se encuentran forzosamente en la frontera
entre el pasado y el presente. Les interesan tanto los errores del pasado como sus
avances. ¿Constituye esta tarea un simple despilfarro de tiempo, una obsesión por
los detalles minuciosos, o produce resultados constructivos? En otras palabras,
¿se obtiene un resultado positivo al estudiar la historia de la teoría económica y de
su método? El tema de la economía, el proceso a través del cual se toman las
decisiones humanas, se orienta hacia adelante, mientras que la historia está
orientada hacia atrás. Pero los humanos sólo pueden juzgar dónde están en
términos de dónde han estado, y esto parece sostenerse con la misma fuerza en
el reino intelectual que en el mundo de los acontecimientos.
Otro punto de vista afirma que la ciencia avanza por medio de un “crecimiento
orgánico” (un proceso de maduración), por lo que el conocimiento avanza
lentamente, a partir de la infancia supersticiosa y adicta a los mitos de las
civilizaciones primitivas, hasta el sofisticado panorama de la ciencia moderna.
Ninguna de éstas es una descripción completamente esmerada del pasado, ni es
probable que sean anteproyectos fiables del futuro. En vez de esto, lo que sucede
a menudo es que el pensamiento progresa de una manera semejante a la
evolución biológica, primero por múltiples subdivisiones y después por el
desarrollo aislado de diversas ramas del conocimiento, cada una de las cuales
conduce a ortodoxias rígidas, especializaciones parciales y obsesiones colectivas.
A partir de esta fragmentación y transmutación periódicamente surgen nuevas
síntesis que nos empujan hacia adelante de un modo incremental, hasta que se
produzca la nueva fase en la división intelectual de la célula. Las nuevas síntesis
no surgen nunca a partir de una mera adición de dos ramas maduras en la
evolución mental.
El proceso creativo consiste en arrancar un concepto de su contexto o de su
significado tradicionales. Otra precondición para que se produzcan los
descubrimientos básicos es la «madurez» de la época, algo que parece ser
identificable ex-post, si no lo es ex-ante. Robert Merton, entre otros, ha explicado
las condiciones que llevan a «descubrimientos múltiples» en el conocimiento: las
ocasiones en que dos o más personas, trabajando independientemente unas de
otras, llegan a la misma idea o al mismo planteamiento básicos. Es como si
tuvieran que cumplirse determinadas precondiciones antes de que pueda tener
lugar un cambio progresivo. Thomas Kuhn incidió en buena medida en lo mismo
en La estructura de las revoluciones científicas, donde argumentaba que cuando
una manera de pensar admitida se ve obligada a enfrentarse con un número
creciente de anomalías que no puede resolver, por lo general da paso a una
nueva manera de pensar. Una de las ventajas del estudio de la historia de la
economía, por tanto, es una mejor comprensión del proceso creativo. A partir de
esta exposición conseguimos algunas intuiciones fundamentales dentro de la
«sociología del conocimiento».
La economía es un mosaico de supuestos, hechos, generalizaciones y técnicas, y
es muy difícil entender cómo surgió el modelo de ideas corriente sin tener ninguna
apreciación de cómo lucharon los distintos pensadores con los problemas del
pasado
La historia de la economía ilustra que la capacidad para analizar problemas
cambia, y no siempre a mejor, a lo largo del tiempo. Este tipo de intuición es
raramente posible en otros cursos que se encuentran en el curriculum universitario
tradicional. Una segunda ventaja que proporciona un estudio de la historia de la
economía es una sensibilidad ante la clase de ideas que muestran «resistencia»
en una disciplina científica. ¿En qué consiste el atractivo de una idea que vive en
la teoría económica mucho después de que su progenitor se haya ido por el
camino que todos recorreremos? ¿Por qué determinadas ideas se mantienen,
mientras otras se apagan rápidamente y otras apenas ven la luz del día? Aunque
es probable que se las considere irrelevantes en un curso de teoría económica
contemporánea, estas cuestiones son completamente apropiadas en el contexto
de la historia del análisis económico. También constituye otra ventaja la mejor
comprensión de la teoría económica contemporánea, a través de una estimación
de las deficiencias de las teorías del pasado y de los obstáculos superados por los
principios que sobreviven.
OBJETO, CAMPO Y METODO
La presentación de la historia del pensamiento económico en toda su diversidad
cultural e intelectual plantea varios problemas.
Lo primero y más importante consiste en identificar las hebras comunes que
trenzan el amplio tapiz de la economía en un todo coherente. La gracia del asunto
consistiría en mostrar las hebras sin deshacer el tapiz.
Aunque la teoría del valor se trata generalmente como un problema
microeconómico, sin embargo, proporciona una piedra de toque también para los
temas macroeconómicos. Así, en el apogeo de la teoría clásica del crecimiento
económico, Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx se detuvieron largamente
para resolver la cuestión del valor. Además, cualquiera que sea la definición de
economía que se elija, el tema del valor levanta su cabeza de modo inevitable.
Lo segundo consiste en definir los límites de la investigación económica. Dado
que existen varias escuelas de pensamiento que se disputan la legitimidad, los
autores de un libro como éste tienen que elegir. Hemos justificado, nuestra
elección de presentar este estudio histórico principalmente en términos de las
corrientes más importantes de la economía. Determinados temas de la historia del
pensamiento económico, definidos de forma amplia, no se han tratado aquí con
gran detalle.
Lo tercero consiste en elegir un adecuado «estilo» o planteamiento del tema. Del
mismo modo que hay muchas opiniones diferentes sobre lo que constituye el
estudio propio de la economía, también hay distintos planteamientos de la historia
de la disciplina. Algunos apoyan una aproximación por la vía de la «sociología del
conocimiento», que destaca el proceso de aparición de las ideas y examina la
multitud de fuerzas sociales, económicas e históricas que conforman estas ideas.
1)las ideas son lo único que importa (al margen del marco temporal).1
2)toda idea es una expresión más o menos fiel del período temporal en que
apareció. El dilema que plantea la adopción exclusiva de cualquiera de las dos
opiniones anteriores es que la primera descuida la consideración de la sociología
del conocimiento y la segunda imposibilita la evaluación del progreso en la historia
de las ideas.
Creemos que la comprensión de los procedimientos intelectuales seguidos por las
grandes mentes de la economía constituye una valiosa lección para los
economistas actuales. Así utilizamos el término «método» de un modo modesto,
para transmitir un interés por una estructura de pensamiento en su conjunto,
dentro de la cual surgen las contribuciones teóricas, a modo de ladrillos y mortero,
para mantener la estructura cohesionada. La metodología es el estudio del
método. Es el examen sistemático del cómo y el por qué los científicos utilizan los
métodos que utilizan y de las diferencias existentes entre dichos métodos. Por
tanto, la metodología está íntimamente relacionada con la sociología del
conocimiento.
Algunos autores, sencillamente, han tenido éxito: por ejemplo, Adam Smith, David
Ricardo, Alfred Marshall y John Maynard Keynes. Sus ideas deben incluirse sólo
por este criterio.
Cualquier libro que trata un campo limitado dejará necesariamente muchas
cuestiones sin respuesta. ¿Qué papel, si es que desempeña alguno, juega el
entorno en la teoría económica? ¿Tienen que modular los intereses empíricos
(escasez de alimentos, distribución de la renta o dimensiones del paro y de la
inflación) la naturaleza y dirección de la investigación analítica? Si realmente las
abstracciones económicas poseen vida propia, ¿Cómo se transmiten las ideas
dentro de un país e internacionalmente? ¿Cómo se relacionan las ideas con la
época en la que se desarrollan? ¿Qué tiene que ver la filosofía con la teoría
económica?
. ¿POR DONDE EMPEZAR? Dada la gran extensión de tiempo y experiencia
humana, ¿por dónde se puede empezar un estudio de la historia del análisis
económico? El problema económico básico no puede haber estado lejos de los
pensamientos de los humanos desde que comenzaron a caminar derechos. Pero
los historiadores intelectuales deben mirar hacia el principio del tiempo registrado.
El historiador de la economía, en particular, es consciente de que la economía es
un pariente recién llegado entre las disciplinas científicas.
BIBLIOGRAFIA: Ekelud, R. , 2005, Hisoria del Teoría Económica y su Método,
Mc Graw Hill, México, ISBN 928-9701054697.
Landreth, Harry. Colander, David C., 2006, 4ed, Historia del Pensamiento
Económico, España, ISBN 8448150252.

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