La evaluación conductual no se considera un conjunto único de instrumentos y
tácticas de evaluación sino un paradigma de evaluación psicológica. Un paradigma de evaluación es una forma de concebir y llevar a cabo el proceso de evaluación es una forma de concebir y llevar a cabo el proceso de evaluación influye en el foco, contexto, individuos, forma y herramientas de evaluación, así como en la estrategia de integración de los datos obtenidos, la elaboración de los juicios clínicos y las decisiones que se tomen a partir de ellos.
Procedimiento Y Proceso De La Evaluación Conductual.
La evaluación conductual es el proceso que articula la intervención terapéutica
que se lleva a cabo en la terapia cognitivo conductual. Evaluación y tratamiento son procesos interdependiente, pues la selección de objetivos terapéuticos y el diseño e implantación del programa de tratamiento en si dependen directamente de las primeras fases de la EC.
El desarrollo de la evaluación conductual se basa en principios científicos y se
ajusta al proceso inductivo-deductivo, se distinguen las siguientes fases:
1. Definición y delimitación del problema objeto de intervención.
Personas que solicitan ayuda psicológica presentan una sensación de malestar, tarea del terapeuta será formular en términos precisos los problemas. Es imprescindible conocer las quejas del paciente para diseñar una intervención, dos metas recoger datos necesarios y establecer una buena relación terapéutica. Análisis topográfico que delimita las conductas problema, un análisis funcional de las relaciones y las variables que contribuyen a su mantenimiento. La entrevista conductual es el procedimiento idóneo para la recogida de datos. 2. Formulación del caso. Conceptualización del problema en términos funcionales, nos informa sobre variables concretas sobre que actuara la intervención, uno de los esquemas más utilizado es el que engloba: estímulos antecedentes, variables del organismo, respuestas, consecuencias. Modelo explicativo debe dar cuenta del porque ocurre y porque se mantiene un problema. La formulación de hipótesis susceptibles de contrastación empírica y su comprobación determinaran los objetivos de intervención. 3. Establecimiento de objetivos terapéuticos. Los objetivos orientan las estrategias terapéuticas a emplear y las metas a conseguir. Dos tipos de objetivos: finales o metas últimas, son conseguidas al finalizar la intervención y objetivos intermedios, cuya consecución permite alcanzar la meta final. Selección de objetivos deberán contemplar estas consideraciones: elegir aquellas conductas peligrosas para el sujeto y sus allegados; modificar conductas que provoquen sufrimiento, centrarse en conductas que promuevan adaptación social, autonomía y funcionalidad; cambiar aspectos del comportamiento que incrementen el repertorio conductual, diseñar el plan de creación, eliminación y modulación de conductas. El juicio clínico sobre el análisis funcional determinara el orden, donde la elección de objetivos es el trabajo conjunto entre terapeuta y paciente. 4. Elección de técnicas y procedimientos de intervención. El análisis funcional señala que elementos en concreto se debe modular, eliminar o implantar. La investigación conductual precedente ha permitido hacer propuestas de modelos funcionales que sugieren el tratamiento, lo ha añadir seria la adaptación y adecuación al caso en concreto. La selección de estrategias dependerá de la naturaleza del problema, las características del paciente, contexto en que se lleva a cabo la intervención y las características del terapeuta.
5. Aplicación del programa de tratamiento.
Una estructura habitual es empezar comentando como se ha dado la realización de tareas, identificando y comentando las dificultades que hayan podido surgir. La intervención habar finalizado cuando se han logrado los objetivos finales, para el mantenimiento de ganancias terapéuticas a medio y largo plazo es indispensable diseñar y entrenar al paciente en habilidades y estrategias que propicien la generalización y mantenimiento. Los escollos en la recuperación deben conceptualizarse como una oportunidad de aprendizaje. 6. Evaluación de la intervención. La evaluación de los resultados pueden hacerse: a lo largo del tratamiento, en el momento final del programa de intervención y durante el seguimiento. La evaluación intra-tratamiento es un proceso continuo llevado a cabo durante todo el tratamiento, para comprobar si se logran las submetas. La evaluación post-tratamiento permite constatar si los objetivos finales establecidos se han logrado. La evaluación durante el periodo de seguimiento tiene como objetivo comprobar si la mejoría durante el proceso de intervención se ha generalizado a las situaciones cotidianas del sujeto y se mantiene con el paso del tiempo. Se aconseja efectuar evaluaciones periódicas en los 12 meses siguientes a la finalización del tratamiento.
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Alguna de la técnica más importante son Técnicas de exposición Este tipo de
técnicas son empleadas especialmente en los casos de fobias y trastornos de ansiedad y control de los impulsos, Técnicas operantes para la modificación de conductas, la técnica conductiva conductual a tenido un avance muy importante ya que Las técnicas cognitivo-conductuales han manifestado un muy elevado nivel de eficacia en el tratamiento de diversos problemas y trastornos psicológico, A través de ellos es posible modificar la conducta del paciente y contribuir a la adquisición de hábitos de vida y comportamiento más adaptativos.