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La relación entre la escuela y los medios ha sido, a lo largo de la historia, muy compleja.
Desde un principio, las posturas condenatorias (apocalípticas) y las idealizadoras
(integradas) eran las únicas posibilidades para pensar los vínculos de la escuela con los
medios de comunicación. Mientras los apocalípticos hablaban exclusivamente de los
efectos nocivos de los medios, los integrados hablaban de la oportunidad que dan para
democratizar el acceso a la cultura (Eco, 1965). Ambas posiciones fueron superadas con el
tiempo, quizás porque ninguna define la complejidad de este vínculo con claridad. Ambas
parten de la valoración hacia los medios, antes que de su conocimiento e investigación.
Niños y jóvenes -sin ser receptores pasivos- aprenden de los medios pautas culturales,
formas de vida, comportamientos, acciones, maneras de relacionarse con los otros y modos
de conocer el mundo. Los programas de televisión, las emisiones radiales, los filmes, los
periódicos, las páginas y sitios web, ofrecen visiones de la realidad, que aunque se
presentan como únicas, verdaderas y naturales, son sólo una versión entre las múltiples
maneras de ver el mundo. Hay tantas visiones de la realidad como los medios que las
construyen.
Esta alfabetización permite que los alumnos exploren y comprendan el rol de los medios y
la información en la sociedad y desarrollen las competencias de análisis y de expresión
necesarias para la formación de un ciudadano democrático y participativo.
Una persona alfabetizada en relación a los medios y la información, sabe cómo buscar
información, identificar quién la produjo, analizar su credibilidad e intencionalidad y
utilizarla para participar activamente en la vida pública de la comunidad.
El punto de partida de esta alfabetización es la ley de la no transparencia. Esto significa
enseñar que los medios no son transparentes, que construyen significados, que ofrecen
representaciones de la realidad, que no son espejos que la reflejan tal cual es, y que influyen
sobre nuestra propia visión del mundo.
1. Existe un gran caudal de información que los niños y adolescentes reciben fuera de la escuela,
muchas de las cuales provienen de los medios de comunicación y las tecnologías. La escuela debe
ser el centro de confluencia de todas estas informaciones, que para los alumnos resultan muchas
veces contradictorias y otras veces, confusas.
2. Los medios de comunicación y las tecnologías construyen una imagen del mundo a partir
de la cual cada uno de nosotros construye la propia. Es importante que la escuela enseñe a
los alumnos a analizar la manera en que los medios representan la realidad, para que los
estudiantes estén en mejores condiciones de construir sus propias representaciones y
opiniones.
3. Para muchos niños y jóvenes, la cultura popular es el lugar desde el cual dan sentido y
construyen su identidad. Aprenden a hablar de sí mismos en relación con los demás. Si la
escuela quiere acercarse a los estudiantes y acortar la brecha que aun existe entre la
cultura escolar y la cultura juvenil, debe conocer, comprender, valorar e integrar la cultura
popular, los medios y las tecnologías, que tanto peso tienen en la construcción de la
identidad de los niños y adolescentes.
Objeto de estudio
Tomar los medios de comunicación como objeto de estudio significa aprender a "leer” los
medios: analizarlos, interpretarlos, entender por qué son diferentes entre sí, de qué manera
reflejan su línea editorial, etc. Ello implica estudiar los medios y aprender a conocerlos con
una actitud reflexiva y crítica.
Recurso didáctico
Tomar los medios de comunicación o sitios web como recurso didáctico significa utilizarlos
como fuente de información para enseñar algún contenido curricular. Es decir tomar una
información del periódico, del noticiero o de Internet para enseñar sobre un tema en
particular (la contaminación de un río, los dinosaurios, alguna ley, etc.). Se trata de un uso
de los medios como soporte al currículo escolar
Instrumento de expresión
Tomar a los medios o a Internet como instrumentos de expresión significa utilizarlos para
promover la producción de contenidos propios y fortalecer la voz de los estudiantes.
Cuando los alumnos producen mensajes, textos, revistas escolares, programas de radio,
emisiones televisivas o páginas web aprenden a expresarse y se muestran con su propia
voz.
Estas tres maneras de abordar los medios de comunicación e Internet en la escuela no son
excluyentes sino complementarias. Se trata de que el docente pueda incorporar las tres
modalidades y usos en la enseñanza cotidiana.
Barbero Martín, Jesús (2002). Oficio de cartógrafo. Fondo de Cultura Económica. México.
Ferrés, Joan (2000): Educar en una cultura del espectáculo. Paidós, Barcelona.
Morduchowicz Roxana (2008) Los jóvenes y las pantallas. Editorial Gedisa. Buenos Aires
Fuente
1. Existe un gran caudal de información que los niños y adolescentes reciben fuera de
la escuela, muchas de las cuales provienen de los medios de comunicación y las
tecnologías. La escuela debe ser el centro de confluencia de todas estas
informaciones, que para los alumnos resultan muchas veces contradictorias y otras
veces, confusas.
3. Los medios de comunicación y las tecnologías construyen una imagen del mundo a
partir de la cual cada uno de nosotros construye la propia. Es importante que la
escuela enseñe a los alumnos a analizar la manera en que los medios representan la
realidad, para que los estudiantes estén en mejores condiciones de construir sus
propias representaciones y opiniones.
4. Para muchos niños y jóvenes, la cultura popular es el lugar desde el cual dan sentido
y construyen su identidad. Aprenden a hablar de sí mismos en relación con los
demás. Si la escuela quiere acercarse a los estudiantes y acortar la brecha que aun
existe entre la cultura escolar y la cultura juvenil, debe conocer, comprender, valorar
e integrar la cultura popular, los medios y las tecnologías, que tanto peso tienen en
la construcción de la identidad de los niños y adolescentes.