Вы находитесь на странице: 1из 24

La terapia de duelo hace referencia a la forma de psicoterapia que tiene el objetivo

de ayudar a un individuo a enfrentar y superar una pérdida, principalmente de un ser


querido, de una manera saludable.

Puesto que la muerte de alguien a quien queremos es una de las experiencias más
devastadoras que podemos sufrir, y es uno de los mayores retos a los que se enfrenta
una persona a lo largo de su vida, son muchos los hombres y mujeres que precisan de la
ayuda de los profesionales de la psicología especializados en este campo.

Superar la muerte de un ser querido es un proceso


lento
Las estadísticas muestran que cada año, en España, alrededor de un millón y medio de
individuos experimentan la pérdida de un ser querido. Este proceso doloroso, que puede
llevar a alguien a una crisis existencial, requiere de un tiempo más o menos largo para
que se llegue a recuperar de nuevo el equilibrio emocional.

Aunque muchas personas afrontan el sufrimiento y completan el proceso,


aproximadamente entre un 10 % y un 20 % pueden experimentar lo que se conoce
como duelo complicado o patológico: pasados los seis meses desde el fallecimiento, el
individuo no logra superar el proceso de duelo. Esto perturba el funcionamiento normal
de su vida y aparecen trastornos de conducta, cognitivos y afectivos.

Los sentimientos típicos experimentados por los individuos en duelo, y tratados por
los psicólogos y psicoterapeutas especializados en este tipo de terapia, incluyen tristeza,
ansiedad, ira, soledad, culpa, aislamiento o confusión. Asimismo, los cambios a nivel
cognitivo, afectivo y conductual también incluyen sentimientos de desorganización y
cansancio, problemas de concentración, problemas de sueño, cambios de apetito,
pesadillas o pensamientos constantes sobre el difunto.

El objetivo de la terapia de duelo


El propósito de la terapia de duelo es ayudar a restablecer el equilibrio emocional de los
pacientes a través del proceso de asesoramiento psicológico en el que se trabajan los
sentimientos, pensamientos y recuerdos asociados con la pérdida de un ser
querido. Aunque el duelo puede ocurrir también para otros tipos de pérdida (como la
pérdida de objetivos vitales, ideales y relaciones), esta terapia generalmente se dirige
hacia un ajuste positivo después de la muerte de un ser querido.

La terapia de duelo permite al paciente entender y reconocer los aspectos normales del
proceso de duelo, le ayuda a hacer frente al dolor asociado con la pérdida, a sentirse
apoyado en un momento tan delicado y de importantes cambios en su vida y a
desarrollar estrategias para poder superar esta situación de manera saludable.

Dicho de otra forma, la terapia de duelo facilita al sujeto la expresión emocional sobre
la pérdida, la aceptación de este hecho traumático, la adaptación a la vida después de
una situación tan dolorosa y le ayuda hacer frente a los cambios dentro de uno mismo y
del entorno que le rodea después de lo ocurrido.
Por qué es tan importante la ayuda psicológica
Hasta cierto punto es normal que, tras la muerte de un ser querido, las personas sufran
un enorme sentimiento de vacío, dolor y confusión. Ahora bien, cuando estas
reacciones negativas duran un tiempo prolongado puede convertirse en algo
patológico.

Además, hay ciertas circunstancias en las cuales pueden ocurrir complicaciones que
hacen que el proceso de duelo no sea normal. Estas circunstancias pueden implicar la
pérdida de un hijo, o la pérdida de un ser querido debido a un accidente o homicidio,
por ejemplo.

En estos casos se pueden observar respuestas más extremas a la pérdida, dependiendo


de la capacidad del individuo para hacer frente a la situación, su resistencia personal y el
sistema de apoyo del que disponga.

Cada persona experimenta el duelo de manera diferente. Mientras que algunas encajan
esta situación y consiguen superarla al cabo de unos meses, otras pueden sentirse tan
incapaces de avanzar que requieren de la ayuda de un especialista para volver a la
normalidad y restablecer el equilibrio en su rutina diaria.

Cómo puede especializarse un psicoterapeuta en la


terapia de duelo
Sin duda, la terapia de duelo también es un reto importante para los psicólogos, que
deben dar respuesta a esta necesidad con una formación actualizada y que les permita
adquirir las herramientas para la identificación, prevención y tratamiento de situaciones
de duelo y pérdidas. Los psicólogos y terapeutas que deseen dedicarse a este tipo de
terapia, deben complementar sus estudios universitarios con alguna acción
formativa especializada en este ámbito.

El Instituto Mensalus de Barcelona ofrece un curso dirigido a los estudiantes y


profesionales de la psicología, psiquiatría y del ámbito socio-sanitario, curas paliativas y
trabajo social que quieran prepararse para poder atender a los pacientes en duelo con las
máximas garantías. El curso se inicia el próximo 22 de febrero de 2017, y es una gran
oportunidad para poder formarse en esta tema tan arduo.

En qué consiste el curso “El proceso de Duelo”


El Curso “El proceso de duelo: Una formación para el acompañamiento en proceso de
duelo desde una perspectiva integrativa” pretende ofrecer a los participantes los
conocimientos y herramientas terapéuticas necesarias para la terapia de duelo; y
contribuye a que éstos adopten una actitud correcta para relación con el paciente, tan
importante para tratar este asunto.

A lo largo de las siete semanas de duración, los alumnos podrán adquirir destrezas para
diagnosticar y diferenciar el duelo normal del duelo complicado y conocerán la técnicas
de intervención en terapia psicológica para su tratamiento. No sólo eso, sino que éstos
serán capaces de aplicar dichas técnicas de intervención, gracias a la metodología del
curso, que combina la teoría y práctica, e incluye, además del juego de roles y
visualización de sesiones, la supervisión de casos.

Esta formación teórico-práctica está pensada para la asimilación de los aspectos


estudiados, y posibilita que los alumnos puedan profundizar en la experiencia y
análisis de la práctica clínica. En definitiva, al finalizar el curso los alumnos serán
capaces de llevar a cabo por sí solos una adecuada valoración diagnóstica y podrán
diseñar y poner en práctica una intervención terapéutica que tenga en cuenta las
necesidades del paciente en duelo, sus características personales y el contexto en el que
tiene lugar.

El duelo es una de las experiencias más duras por las que puede pasar un ser humano
a lo largo de su vida. Aunque muchas personas lo asocien a la muerte, este fenómeno
también puede ocurrir cuando nos rompen el corazón o cuando perdemos un trabajo
después de muchos años en el mismo puesto; se produce, en general, en las situaciones
en las que ocurre algo que interpretamos como una pérdida.

Sin duda, superar el duelo es complicado, por lo que la persona debe ir pasando una
serie de etapas para volver a estar bien. Es una experiencia muy dolorosa y cada
individuo tiene una forma personal de vivirlo. Asimismo, existen varios tipos de duelo,
por lo cual es complicado hablar de una secuencia de acciones a realizar para asimilar
esta experiencia del mejor modo posible. En este artículo nos adentramos justamente en
las diferentes clases de duelo y sus características.

Las 5 fases del duelo


A lo largo de los años, han ido apareciendo algunas teorías sobre las fases por las que
pasa una persona que está en un periodo de duelo. Una de las más conocidas es la de
psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, publicada en el año 1969 en el libro On death and
dying.

Su idea se basa en que existen 5 etapas del duelo. Ahora bien, estas cinco fases no
siempre se van sucediendo con la misma colocación y de forma secuencial, es decir, no
todas las personas en fase de duelo tienen por qué atravesar las 5 etapas. Además,
cuando las atraviesan no tienen porqué aparecer siempre en el mismo orden.

Según la teoría de Elisabeth Kübler-Ross, las etapas del duelo son:

1. Negación

La primera de las fases es la negación, que se caracteriza porque la persona no acepta


la realidad (de forma consciente o inconsciente). Esto ocurre como mecanismo de
defensa y es perfectamente normal. De esta manera, el individuo reduce la ansiedad del
momento.
El verdadero problema se da cuando las personas quedan estancadas en esta etapa al no
poder afrontar el cambio traumático, así que lo ignoran como respuesta defensiva. La
muerte de algún ser querido, por supuesto, no es particularmente fácil de evitar y no se
puede eludir indefinidamente.

2. Cólera o ira

La tristeza puede llevar a una persona sufrir ira y rabia y a buscar culpables. Esta
ira puede manifestarse de diferentes maneras, culpándose a uno mismo o culpando a los
demás, y puede proyectarse contra animales y objetos.

3 - Negociación

En esta etapa, el dolor lleva a buscar una negociación ficticia. De hecho, muchas
personas que se enfrentan a la muerte tratan de negociar incluso con una fuerza
divina.

Otras personas, aquellas que sufren un trauma menor, pueden llevar a cabo otras
negociaciones o compromisos. Por ejemplo "¿Podemos seguir siendo amigos?" o “Voy
a lograr esto por ti.” La negociación rara vez proporciona una solución sostenible, pero
puede reducir el dolor del momento..

4 - Depresión

El impacto de la pérdida de alguien cercano puede llevar a una persona a una situación
muy dolorosa, que viene acompañada de una enorme tristeza y una crisis existencial, al
darse cuenta de que esa persona desaparece de su vida. Aunque los síntomas se
asemejan al trastorno depresivo, una vez se produce la aceptación de la situación, la
sintomatología remite.

 Artículo relacionado: “Crisis existencial: cuando no encontramos sentido a nuestra


vida”

5 - Aceptación

Esta etapa sucede cuando se ha aceptado esta situación dolorosa y depende de los
recursos de cada uno el aceptarla antes o después. No es una etapa que represente
alegría, sino más bien desapego emocional y comprensión de lo que puede haber
sucedido. Si la persona pasa mucho tiempo en proceso de duelo y no acepta la situación,
es necesario que busque ayuda psicológica para superarlo.

Tipos de pérdidas
Puesto que la etapa de duelo no necesariamente tiene que ocurrir por la pérdida de un
ser querido, antes de pasar a los tipos de duelo vamos a pasar a las diferentes clases
de pérdidas que pueden ocurrir:

 Pérdidas relacionales: Tienen que ver con las pérdidas de personas. Es decir,
separaciones, divorcio, muerte de seres queridos, etc.
 Pérdidas de capacidades: Ocurre cuando un individuo pierde capacidades físicas y/o
mentales. Por ejemplo, por una amputación de un miembro.
 Pérdidas materiales: Se da ante las pérdidas de objetos, posesiones y, en definitiva,
pérdidas materiales.
 Pérdidas evolutivas: Son los cambios de las etapas de la vida: vejez, jubilación, etc. No
todo el mundo encaja igual esta situación.

No todas las pérdidas generan duelo, sin embargo, dependiendo de los recursos u
otras variables psicológicas (como la autoestima o falta de habilidades sociales) de de
cada uno, las pérdidas pueden provocar malestar y sufrimiento durante más o menos
tiempo.

Tipos de duelo
¿Cuáles son los tipos de duelo que hay? A continuación puedes encontrar los
diferentes tipos de duelo.

1. Duelo anticipado

El duelo anticipado es aquel que se da antes de que la muerte haya ocurrido. Es


habitual cuando se diagnostica una enfermedad que no tiene cura. El proceso de duelo
es el habitual, lo que la persona experimenta diversos sentimientos y emociones que
anticipatorios que le prepararán emocional e intelectualmente para la inevitable pérdida.

El duelo anticipado es un proceso de duelo prolongado, no tan agudo como el resto,


dado que cuando llega la muerte se suele experimentar, en parte, como algo que da
calma.

2. Duelo sin resolver

El duelo sin resolver, como su nombre indica, significa que la fase de duelo sigue
presente. Sin embargo, suele denominarse así al tipo de duelo que sucede cuando ha
pasado cierto tiempo (entre 18 y 24 meses) y todavía no se ha superado.

3. Duelo crónico

El duelo crónico también es una clase de duelo sin resolver, que no remite con el paso
del tiempo y que dura durante años. También se denomina duelo patológico o duelo
complicado.

El duelo patológico puede darse cuando la persona es incapaz de dejar de revivir de


forma detallada y vívida los sucesos relacionados con la muerte, y todo lo que le ocurre
le recuerda esa experiencia.

4. Duelo ausente

Este tipo de duelo hace referencia a cuando la persona niega que los hechos hayan
ocurrido. Por tanto, es la etapa de negación de la que hemos hablado con anterioridad,
en la que el individuo sigue evitando la realidad pese a haber pasado mucho tiempo. Es
decir, la persona ha quedado estancada en esta fase porque no quiere hacer frente a la
situación.

5. Duelo retardado

Es similar al duelo normal, con la diferencia a que su inicio se da al cabo de un tiempo.


Suele ser parte del duelo ausente, y también recibe el nombre de duelo congelado.
Suele aparecer en personas que controlan sus emociones en exceso y se muestran
aparentemente fuertes. Por ejemplo, una persona que tiene hijos y debe mostrarse
entera.

El duelo retardado suele darse cuando la persona que lo sufre, en un primer momento,
debe hacerse cargo de muchas cosas que requieren su atención inmediata, como
por ejemplo el cuidado de una familia.

6. Duelo inhibido

El duelo inhibido se produce cuando hay una dificultad en la expresión de los


sentimientos, por lo que la persona evita el dolor de la pérdida. Suele venir asociado a
quejar somáticas. Las limitaciones de la personalidad del individuo le impide llorar o
expresar el duelo. A diferencia del duelo ausente, no es un mecanismo de defensa.

7. Duelo desautorizado

Este tipo de duelo ocurre cuando el entorno que rodea a la persona no acepta el
duelo de ésta. Por ejemplo, cuando transcurrido un tiempo largo la familia le reprocha a
la persona que siga en duelo. Ésta reprime los sentimientos de cara a la familia, pero
internamente no lo ha superado.

Muchas veces, este tipo de duelo se da cuando la persona que murió o se marchó para
siempre llevaba asociado un estigma y se encontraba excluida, al menos para el entorno
cercano de la persona que lo sufre (por ejemplo, su familia). Expresar duelo puede
llegar a ser un acto simbólico que subvierta ciertas ideas políticas y sociales. Por
ejemplo, si la persona ausente era la pareja homosexual de alguien y la familia no
aprueba este tipo de relaciones.

8. Duelo distorsionado

El duelo distorsionado se manifiesta como una fuerte reacción desproporcionada en


cuanto a la situación. Suele ocurrir cuando la persona ya ha experimentado un duelo
previo y se encuentra ante una nueva situación de duelo.

Por ejemplo, puede haber experimentado la muerte de un padre, y al morirse un tío,


revive también la muerte de su padre, lo que le lleva a una situación mucho más intensa,
dolorosa e incapacitante.

Referencias bibliográficas:

 Equipo Vértice (2010). El duelo y la atención funeraria. Editorial Verticebook.


 Payás Puigarnau, Alba. Las tareas del duelo. Psicoterapia de duelo desde un modelo
integrativo-relacional. Madrid: Paidós, 2010. ISBN 9788449324239.

 Worden, William J. El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia.


Barcelona: Paidós, 2004.ISBN 9788449316562.

¿Qué es el duelo?
El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia, una
muerte o un abandono. Es diferente para cada persona. Se pueden sufrir diferentes
síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación,
depresión, tristeza, shock emocional, etc.

El dolor por la pérdida se puede experimentar no solo por la muerte, sino cada vez que
en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de pérdida, de
distancia que no podrá ser cubierta. La experiencia emocional de enfrentarse a la
pérdida, es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos conduce a la necesidad de
adaptación a una nueva situación.

El duelo se trata de una herida y, por tanto, requiere de un tiempo para su


cicatrización.

En general se habla de que en el proceso de duelo se distinguen varias fases, escalones


que hay que superar, aunque ello no significa que en todos los casos aparezcan todos.

Fases o etapas del duelo


Negación:

“No puede ser verdad”, “cómo ha podido ser”, “no es justo”… Son frases que todos
reconocemos haber utilizado alguna vez. La incredulidad es la primera reacción ante un
golpe de la vida. La negación es un escalón inevitable que hay que atravesar y del que
finalmente hay que salir para digerir la pérdida. Negar es una manera de decirle a la
realidad que espere, que todavía no estamos preparados. El impacto de la noticia es tan
fuerte que dejamos de escuchar, de entender, de pensar. Puede suceder que en un primer
momento el bloqueo sea tan grande que no podamos ni sentir. La negación tiene el
sentido de darnos una tregua. Hay quien niega la pérdida pero también hay quien
aceptando precipitadamente la crudeza de la realidad lo que en realidad trata es
de negar el dolor.

Enfado:

Lo primero que debemos de hacer con la rabia es reconocerla y aceptarla para poder
sacarla fuera. La rabia tiene una razón de ser. Es pedir ayuda, nos impulsa a tomar otros
caminos, cuando estamos en el fondo del agujero nos hace tomar impulso para salir a
flote. Es un arma para la supervivencia. Toda la rabia que se queda dentro, que
intentemos negar o esconder nos acabará machacando.

Negociación:

Es el momento en que fantaseamos con la idea de revertir la situación, se puede llegar a


pactar con quien haga falta hasta incluso con Dios prometiendo lo que sea necesario. Se
buscan formas de hacer que lo inevitable no sea posible. Pero esta etapa es breve
porque estar pensando todo el día en soluciones es realmente agotador.

Miedo o depresión:

La persona siente tristeza, incertidumbre ante el futuro, vacío y un profundo dolor. La


persona se siente agotada y cualquier tarea se vuelve complicada. “La vida es una
mierda”, “no seré feliz nunca”, “no encontraré a nadie igual” o “ya no volverá “ es lo
que suele repetirse cuando la persona se está enfrentando a su dolor. Pero a pesar de que
pueda pensar que esto no acabará nunca y que va a durar para siempre, la realidad es
que solo desde este punto podrá volver a reconstruirse.

Aceptación:

Es el último paso del duelo. Nunca es fácil aceptar que lo que se perdió se perdió y
no hay vuelta atrás. Tenemos la alternativa de no aceptar pero una vez llegados
aquí nos damos cuenta de que si no lo hacemos el precio a pagar es muy alto.
Llegar a este punto requiere de un gran trabajo. Se trata de aceptar que las piedras que
vamos encontrando en la vida también forman parte del camino.
Sentirse “uno más” es una manera de devolver el duelo a su lugar y trabajarlo como un
aspecto más de la vida, de ese proceso en que reconocemos que también la pérdida
forma parte de la vida, de la misma forma que perdemos juventud, relaciones, lugares,
seres queridos…..

El duelo es patológico o no resuelto


Se convierte en duelo patológico cuando después de un tiempo la persona sigue
teniendo los mismos síntomas.

Es frecuente, que una pérdida no elaborada de forma adecuada de paso a problemas


emocionales e incluso trastornos psicopatológicos al cabo de meses o incluso años.
Sin embargo, un duelo elaborado adecuadamente mejora las capacidades futuras para
enfrentarse a las situaciones de pérdida, frustración o sufrimiento.
Un tema importante son los duelos en los niños, saber afrontarlos, hablarlos, no
minimizarlos ni negarlos, porque la manera en que se enfrenten en sus primeros duelos
les ayudará a crear esas capacidades futuras.

La expresión tanto a nivel social como familiar y personal de emociones acompañando


a los sentimientos de pérdida y a la importancia de realizar rituales que ayuden a
elaborar el proceso de adaptación a la pérdida, pueden evitar el desarrollo de duelos
patológicos y facilitar el proceso de duelo natural.
¿Cuándo debo de pedir ayuda?

La duración del duelo es variable, eso significa que pueden pasar meses e incluso
años. La mayoría de las personas elaboran el duelo de manera adecuada pero existen
otras que no lo logran, por ese motivo es importante tener claro que síntomas son los
que se mantienen y agudizan a pesar de que el tiempo transcurra.

Cuando perdemos a alguien importante, un trabajo, una relación, etc, sentimos de


manera profunda tristeza, rabia, impotencia, miedo y nos duele y es totalmente
normal. Ahora bien, cuando estos síntomas acaban apoderándose de la persona de
manera que aparece un fuerte sentimiento de culpa y autorreproches pueden
llevar a esta a un estado de depresión.

En el caso de la rabia, en ocasiones se puede llegar a convertir en deseo de venganza


impulsando a la persona a llevarla a cabo. Por ejemplo, en rupturas de pareja
traumáticas perseguir y acosar al otro, intervenirle cuentas bancarias, denunciarlo
injustamente o pincharle las ruedas… Desplegar la rabia en actos concretos no nos
ayuda a desprendernos de ella, ni a superar el duelo, por el contrario nos obligará por
tiempo indefinido a permanecer en ese escalón, nos impedirá pasar página y seguir
adelante con nuestra vida.

En la mayoría de los casos la intensidad de estas reacciones disminuye con el


tiempo, una minoría desarrolla complicaciones de estos síntomas que afectan a la
salud mental y física.

Lo que distingue el duelo normal del patológico es el escalón (fase) en que la


persona se queda bloqueada impidiendo la elaboración de ese dolor.
Lo que ocurre en los duelos no resueltos es que las sensaciones, en lugar de
producir cambios para ir avanzando en las diferentes fases, lo que hacen es
justamente que llegan a paralizar el curso del duelo normal.

¿Qué son los duelos postergados?

Es difícil reconocerlos y atravesarlos. Esta sociedad de la felicidad no nos deja estar


tristes. La pena no tiene glamour y se considera descortés mostrarse débil. Como si
la tristeza fuese algo contagioso, como si el dolor ajeno pudiese despertar el propio.
A los afectados por el virus del duelo se les mantiene a raya y con las mejores
intenciones se les inunda de mensajes del tipo “ venga, que tampoco es para tanto”, “
¡anímate!”, “ Eso ya pasó hace mucho tiempo”, “mírale el lado bueno”, y así poco a
poco se va invirtiendo una gran cantidad de energía para negarlo. Pero negar un duelo es
un mal negocio.

El duelo es un proceso normal, largo, a veces muy largo, pero pasajero. Olvidar es
posible, y la vida no termina con el dolor del duelo, sino que en muchos casos
empieza justo ahí.

¿En qué consiste la terapia de duelo?


El tratamiento del duelo lo trabajamos a través de la Terapia Breve Estratégica y EMDR
(siglas en inglés de Desensibilización y Reprocesamiento a través de Movimientos
Oculares) que son las técnicas que han demostrado ser las más innovadoras y eficaces
para afrontar los procesos de duelo y trabajar los bloqueos, las resistencias y las
defensas.

Primeramente se deberá detectar en cuál de las fases de elaboración del duelo se


encuentra la persona.

Entre las primeras sensaciones aparece la rabia y esta puede dirigirse hacia uno mismo o
hacia los demás transformándose en sentimiento de culpa o cólera. Cuando esta
sensación se vuelve tan intensa llega a bloquear el proceso normal de elaboración del
duelo y entonces es necesario una intervención inmediata que permita que esa rabia
fluya para poder dar paso a las restantes sensaciones que poco a poco irán apareciendo.

La rabia debe ser diluida en el caudal del resto de nuestra vida hasta hacerse inofensiva.
La rabia que no puede fluir lleva a revivir pensamientos y sensaciones devastadoras.
Una de las principales maneras de trabajar la rabia es a través de la escritura. Si
escribimos lo que sentimos conseguimos bajar su intensidad, descubriendo partes de la
realidad que negábamos. Lo que queda después de la rabia es un profundo dolor y la
única manera de superarlo es pasar por en medio.

¿Cómo superar la muerte de un ser querido?

Si quieres saber cómo afrontar la pérdida de una persona querido te recomendamos leer
el siguiente y emotivo artículo: aquí.

¿Debo de tomar medicación para superar el duelo?

En ocasiones el impacto inicial es tan grande, el bloqueo se hace tan fuerte y las
emociones se vuelven incontrolables hasta llegar a incapacitar a la persona para afrontar
el día a día. En esas ocasiones la medicación es un recurso adecuado, siempre
controlada por el médico y durante un periodo de tiempo limitado.

La psicóloga Júlia Pascual dice que hemos de evitar patologizar lo que es normal.
Añade que medicar a priori un proceso doloroso en la vida que como tal debe de
doler es un error. De hecho, intentar anestesiar el dolor emocional con pastillas puede
llegar a convertirse en un problema. Es importante no recurrir a la medicación como
huida. Si recurrimos a la sobremedicación estaremos bloqueando el proceso.

El duelo es un proceso que se lleva a cabo después de una pérdida, ya sea de una
persona querida, de un empleo, de una relación, de un objeto etc. El duelo afecta
psicológicamente aunque también afecta al comportamiento y al físico de la persona
que lo sufre. Es un proceso necesario, universal y doloroso. Lo importante es integrarlo
en la vida y restablecer una relación con él.
Los seres humanos establecemos relaciones por naturaleza. Estamos interactuando
constantemente con los que nos rodean: construimos vínculos a lo largo de nuestra
existencia para satisfacer nuestras necesidades de seguridad y protección como niños,
para desarrollar nuestra identidad como adolescentes y para dar y recibir amor
como adultos. Este impulso de conectar con el exterior surge desde el momento en que
el bebé nace y empieza a relacionarse con su madre.

Características del duelo


Es un proceso, evoluciona a través del tiempo y del espacio, es normal (todo el mundo
puede ser víctima de una pérdida significativa), es dinámico, depende del
reconocimiento social, es íntimo (cada persona lo lleva de diferente manera) pero
también es social ya que conlleva rituales culturales y, por último, es activo, la persona
hará sus propias decisiones y les otorgará significado. Su función es elaborar el impacto
de la pérdida y adaptarse a la nueva situación.

El duelo normal
El proceso del duelo es un mecanismo para adaptarnos a una pérdida, está normalizado
ya que sus características se encuentran presentes en la mayoría de duelos. En el duelo
normal hay unas seis conductas que se presentan con normalidad: malestar somático o
corporal, preocupación por la imagen del fallecido, culpa relacionadas con el fallecido o
con las circunstancias de la muerte, reacciones hostiles, incapacidad para actuar
normalmente y, por último, muchos pacientes desarrollaban algunos rasgos del fallecido
en su propia conducta.

¿Cuánto dura el proceso de duelo normal?

La duración del duelo está entre los dos y los tres años (si se trata de una persona
significativa), se inicia desde el momento en que la persona empieza a evidenciar la
separación y acaba cuando éste la acepta definitivamente.

También es normal que algunas personas afectadas por un acontecimiento traumático


puedan, como consecuencia de su afrontamiento, experimentar cambios positivos en su
vida. Hay factores de personalidad que pueden predecir este crecimiento
postraumático que incluye cambios en uno mismo, en las relaciones interpersonales y
en la filosofía o sentido de la vida. El crecimiento postraumático puede coexistir con el
sufrimiento. De hecho, las emociones difíciles pueden ser necesarias para que se
produzcan estos cambios.

Fases del duelo

El duelo normal suele estar estructurado en etapas que se producen sucesivamente:

1. Negación emocional

Es una manera de distanciarse emocionalmente del hecho, es la ausencia de reacciones


que termina cuando ésta se presenta, debe durar entre 2 semanas y 3 meses.
2. Protesta

Se realiza con la gente más próxima aunque el enfado real es con la persona perdida, es
muy necesaria expresar esta etapa.

3. Tristeza

Es donde hay más peligro de estancarse, se produce un aislamiento del mundo, es


necesario tener de 3 a 5 relaciones con quién poder hablar de la pérdida.

4. Aceptación intelectual y global

Empieza a aceptarse el hecho, comienza costando hablar sobre ello y termina con
pequeños comentarios sobre la pérdida.

5. Búsqueda del significado global

Consiste en hablar de todo lo que ha implicado esa relación en la vida de la persona.

6. Elaboración y nuevos apegos

Poderse vincular a otras relaciones sin que sea una sustitución de la persona perdida.

Tipos anormales de duelos


Aparte del duelo normal, existen otros tipos de duelos más complicados o patológicos:

 Duelo crónico → de duración excesiva, la persona no puede pasar página.


 Duelo retrasado → la reacción emocional no fue suficiente y se manifiesta tiempo
después, desencadenándose por ejemplo, a través de recuerdos.
 Duelo exagerado → síntomas de intensidad excesiva e incapacitante.
 Duelo enmascarado → la persona no es consciente de los efectos de la pérdida.
 Duelo desautorizado → el doliente no es socialmente reconocido y su dolor no puede
ser públicamente expresado.

En este último caso, la ausencia de contacto de apoyo en el momento del


acontecimiento traumático y en el tiempo posterior es, en sí misma, otra pérdida o
trauma acumulativo.

Afrontamiento del duelo


En el proceso del duelo se dan dos tipos de mecanismos de afrontamiento: los
orientados a la pérdida y los orientados a la restauración.

Para que el duelo sea ajustado, estos dos mecanismos deben darse de forma oscilatoria,
aunque al avanzar el proceso en el tiempo predominan los mecanismos orientados a la
restauración.
Las necesidades emocionales de las personas que han sufrido una pérdida

Las personas en duelo tienen ciertas necesidades que deben verse satisfecha para
superar con éxito la pérdida.

 Necesitan ser escuchadas y creídas en toda su historia de la pérdida.


 Necesitan ser protegidas y tener permiso para expresar emociones.
 Necesitan ser validadas en la forma de afrontar el duelo (saber que esto que les pasa
es natural, está bien hecho y no es malo sentirse así).
 Necesitan estar en una relación de apoyo desde la reciprocidad (que la otra persona
le entienda gracias a una experiencia similar o que la otra persona “sepa” de lo que
está hablando el afectado).
 Necesitan definirse en la forma individual y única de vivir el duelo (que el resto de
gente apoye su manera de sobrellevarlo).
 Necesitan sentir que su experiencia de duelo tiene un impacto en las otras personas
(que su dolor o su explicación de lo que está sufriendo marquen a los demás).
 Necesitan estar en una relación donde el otro tome la iniciativa ya que ellos no son
capaces de, por ejemplo, empezar a hablar del tema.
 Y por último, necesitan poder expresar amor y vulnerabilidad enfrente de otras
personas.

Elaboración de tipos especiales de pérdidas


Hay ciertas maneras de morir y ciertas circunstancias que requieren tratamientos
especiales que van más allá de los procesos habituales. Las repasamos a continuación.

Suicidio

Los afectados no sólo se quedan con la sensación de pérdida, sino también con un
legado de vergüenza, miedo, rechazo, enfado y culpa. Es posible que un duelo por
suicidio pueda ser más intenso y durar más tiempo que el duelo debido a otro tipo de
pérdida.

El sentimiento más destacable es la vergüenza, que afecta tanto individualmente como


al núcleo o unidad familiar y la culpa, los familiares asumen la responsabilidad de la
acción del fallecido y tienen el sentimiento de que podrían haber hecho algo para evitar
esa muerte o, por el contrario, la culpa se manifiesta culpando a otras personas de esa
muerte.

Muerte súbita

Se producen sin aviso. En este tipo de muertes, se percibe la pérdida como si no fuera
real, la mente no asimila un cambio tan brusco por lo que es necesario un tratamiento
específico que ayude a aceptarlo.
Muerte perinatal

En este caso es necesario darle importancia al duelo del bebé fallecido ya que, si se
menosprecia, puede incitar a los padres a producir otro embarazo que solo serviría como
sustitución del anterior y podrían surgir problemas posteriores.

Aborto provocado

Suele ser un duelo enmascarado que se manifiesta a través de otros


acontecimientos o hechos, sin que el paciente sepa que son debidos al aborto
provocado sucedido con anterioridad, al ser una pérdida provocada, no suele hablarse de
él y pretende ser olvidado rápidamente sin embargo, una mujer que no elabora bien ésta
pérdida puede ver intensificadas pérdidas posteriores.

Duelo anticipado

En el duelo anticipado, la muerte se conoce de antemano por lo que se empieza el


proceso o las respuestas emocionales antes de que se efectúe la pérdida. El duelo
prolongado puede producir resentimiento y, a su vez, lleva a la culpa. El duelo
anticipado no tiene porque acortar ni reducir la intensidad del proceso de duelo posterior
a la muerte

Sida

Debido al estigma del SIDA, es realmente complicado encontrar apoyo social para
este duelo ya que existe el miedo del rechazo o a ser juzgados si se descubre la causa de
la muerte. A causa de estos miedos es probable que se ocasione un aislamiento hacia el
enfermo. Una manera afectiva de sobrellevar este tipo de duelo es el apoyo en grupos
sociales que están el la misma situación.

Conclusiones
En resumen, el duelo es un proceso con el que toda persona puede verse afectada o
involucrada en algún momento de la vida. Es un proceso difícil pero resoluble en el
cual es muy necesario el apoyo de los demás para lograr superarlo. En el duelo no es
necesaria la presencia de un psicólogo que nos ayude a sobrellevarlo pero en ocasiones
es de gran ayuda el servicio que éste nos puede ofrecer.

Hay muchos tipos de duelos y muchas maneras de sobrellevarlo pero todos tienen unas
bases o principios comunes que nos ayudarán a la hora de identificarlo.

El duelo es un proceso serio que puede ocasionar muchos problemas si no es tratado


debidamente por lo que es de vital importancia saber acerca de él y estar
preparados para ofrecer ayuda a las víctimas tanto desde una visión profesional
como desde una visión más cercana como puede ser ayudar a un familiar o amigo a
sobrellevarlo.
Referencias bibliográficas:

 AMELA, Víctor-M. “Qui se suïcida no veu cap altra sortida, no té elecció”, La


Vanguardia, 25-26 diciembre 2012, p. 56 (contraportada)
 CONANGLA, Maria Mercè. Léxico y afectos, Abandono. CONANGLA, Maria Mercè.
Crisis emocionales. Barcelona: RBA bolsillo, 2007, p. 189-190.
 NEIMEYER, Robert A. Aprender de la pérdida. Barcelona: bolsillo paidós, 2007. ISBN
8449311799.
 NOMEN MARTÍN, Leila. El duelo y la muerte. El tratamiento de la pérdida. Madrid:
Pirámide, 2007. ISBN 9788436821420.
 PAYÁS PUIGARNAU, Alba. Las tareas del duelo. Psicoterapia de duelo desde un modelo
integrativo-relacional. Madrid: Paidós, 2010. ISBN 9788449324239.
 WORDEN, William J. El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia.
Barcelona: Paidós, 2004.ISBN 9788449316562.

Los seres humanos tendemos a establecer diferentes lazos afectivos a lo largo de nuestras
vidas. Cuanto mayor es la cercanía emocional, más intensas y variables son las reacciones
que se producen ante la pérdida. Estas respuestas forman parte del proceso de duelo, a
través del cual la persona expresa sus sentimientos, logra aceptar la pérdida y puede
restablecerse para continuar viviendo tras la ausencia de un ser querido.

EL DUELO NO ES UNA ENFERMEDAD

La pérdida del ser amado es psicológicamente tan traumática como herirse gravemente lo
es en el plano fisiológico. Tras sufrir una herida, si se tiene cuidado en el proceso de
curación, se puede recuperar el funcionamiento de la zona afectada. Pero hay personas
que no cuidan las recomendaciones para su salud y la curación es inadecuada, pudiendo
dejar secuelas.

Del mismo, tras una herida emocional producida por una pérdida, se necesita un periodo
de tiempo para que la persona en duelo vuelva a un estado de equilibrio y, para
asegurarla curación, la persona habrá de realizar una serie de tareas que le aseguren un
restablecimiento adecuado.

¿CUÁLES SON LAS REACCIONES HABITUALES DURANTE EL DUELO?

Es frecuente que las personas busquen asistencia sanitaria tras una pérdida pero, en
muchos casos, no se dan cuenta de que por debajo de su malestar físico hay un duelo no
completado. Algunos de los síntomas que se pueden presentar en el proceso de duelo son:

 Sentimientos: tristeza, culpa, enfado, ansiedad, soledad., fatiga, impotencia,


anhelo, emancipación, alivio, insensibilidad.
 Sensaciones físicas: vacío de estómago, opresión en el pecho y/o en la garganta,
hipersensibilidad al ruido, sensación de despersonalización, falta de aire,
debilidad muscular, falta de energía, sequedad de boca.
 Pensamientos: confusión, preocupación, sensación de presencia, incredulidad.
 Comportamientos: alteraciones del sueño, de la alimentación, conducta
distraída, aislamiento social, sueños con temática de muerte o con el fallecido,
evitar recuerdos del fallecido, buscar y llamar en voz alta, visitar lugares que traen
recuerdos, atesorar objetos del fallecido.

El duelo se experimenta de múltiples formas y a deferentes ritmos, es muy personal.

LAS CUATRO TAREAS DEL DUELO

1. Aceptar la realidad de la pérdida.Cuando alguien muere, incluso si la pérdida es


esperada, suele haber sensación de que no es real. Muchas personas se encuentran
a sí mismas llamando en voz alta a la persona ausente, o le confunde con
otros/as de su entorno, o les parece verle por la calle. Algunos/as se quedan con
la sensación de que no es real lo que ha ocurrido y se bloquean. Llegar a aceptar
la realidad de la pérdida lleva tiempo porque implica una aceptación intelectual y
emocional. La primera tarea de duelo es afrontar plenamente la realidad de que la
persona está muerta, que se ha marchado y no volverá. Parte de la aceptación es
asumir que el reencuentro es imposible, al menos en esta vida. Los rituales
tradicionales, como el funeral, ayudan a muchas personas a encaminarse hacia la
aceptación.
2. Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida. No todo el mundo experimenta
el dolor con la misma intensidad ni de la misma forma. La realización de esta tarea
puede verse dificultada por la interacción con los demás, que con su buena
intención nos dicen: “No necesitas elaborarlo. Tienes que distraerte”, o por uno/a
mismo/a, que cree que no necesita elaborar sus sentimientos o emociones y
utilizan estrategias como el bloqueo de los sentimientos, evitar pensamientos
dolorosos, procurar estimular sólo sentimientos agradables, idealizar al muerto,
evitar las cosas que le recuerdan a él, viajar o ingerir sustancias para no pensar ni
sentir… Antes o después habrá que afrontar los sentimientos que nos provoca la
pérdida porque es la única forma en la que el dolor no se arrastre a lo largo de la
vida.
3. Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente. Cuesta un periodo de
tiempo darse cuenta de cómo se vive sin la otra persona, ya que el superviviente
no es consciente en el momento de la pérdida de todos los roles que desempeñaba
el/la fallecido/a. Hay personas que se resienten por tener que desarrollar nuevas
habilidades y asumir roles que antes desempeñaba el/la otro/a. Algunas pueden
verse inútiles o incapaces y llegan a cuestionarse su eficacia personal. Sin
embargo, con el tiempo y la reflexión, estas imágenes negativas dan paso a otras
más positivas y los supervivientes son capaces de continuar con sus tareas y
aprender nuevas formas de enfrentarse al mundo.
4. Recolocar emocionalmente al fallecido/a y continuar viviendo. La
disponibilidad de un superviviente para empezar nuevas relaciones depende de no
renunciar a la persona fallecida sino de encontrarle un lugar apropiado en su vida
psicológica, importante pero que deja espacio para los demás. Para muchas
personas esta tarea es la más difícil de completar pero se puede cumplir, ya que
existen otras formas de amar y eso no significa que se deje de querer a la persona
fallecida o que se pierdan sus recuerdos.

¿CUÁNDO TERMINA EL DUELO?


Según algunos autores el duelo acaba cuando la persona ya no necesita reactivar el
recuerdo del fallecido con una intensidad exagerada en el curso de la vida diaria. También
puede considerarse terminado cuando se han completado las cuatro tareas. Un punto de
referencia puede ser que la persona sea capaz de pensar en el fallecido sin sentir dolor,
sin manifestaciones físicas como llanto o sensación de opresión en el pecho. Siempre hay
una sensación de tristeza cuando piensas en alguien que has querido y has perdido, pero
es una tristeza diferente. Otra señal es cuando la persona puede volver a invertir sus
emociones en la vida, con los vivos. El duelo es un proceso largo y su culminación no
será un estado como el que se tenía antes de la pérdida.

¿QUÉ ES EL ASESORAMIENTO Y LA TERAPIA EN EL DUELO?

Mientras que muchas personas son capaces de afrontar la pérdida y realizar las cuatro
tareas del duelo sin ayuda, otras pueden tener dificultades. El asesoramiento y la terapia
ante el duelo son una alternativa que tiene el fin de facilitar dicho proceso.

El asesoramiento consiste en ayudar a que las personas realicen las cuatro tareas del duelo
en un marco temporal razonable.

La terapia psicológica se encarga de ayudar a las personas en el proceso cuando el duelo


es más complicado.

Cada vez son más las personas que buscan profesionales de la psicología que les
acompañen en la realización de un duelo sano y en Terapia y Más podemos ayudarte a
encontrar tu camino a la vida.

La mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar su duelo. El problema viene


cuando alguien no resuelve adecuadamente alguna de estas tareas y siente que no
consigue seguir con su vida sin que la pérdida interfiera en ésta de manera significativa.
Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo
puede desembocar en un duelo patológico, complicado o no resuelto, que podría definirse
como “la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a
conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en
el proceso del duelo hacia su resolución”.

¿Cuántas personas hay por el mundo viviendo un duelo como parte de su vida? Parece
que se quedan atrapadas en la tristeza y el dolor por la pérdida de un ser querido. En vez
de continuar con su vida y avanzar, se quedan en el funeral, en la pérdida y en el
sufrimiento.

Gran parte del problema de tantas personas frente a la muerte es la cultura que tenemos
con respecto a ella. El problema del dolor lo adornamos con ceremonias, tradiciones,
velas, lutos, rezos, tristezas, etc. y finalmente es como un soporte social para el dolido.
Esto momentáneamente ayuda a sobrellevar el dolor. En nuestra cultura, el luto se lleva
de una forma muy individual. Cada persona decide (inconscientemente) cuanto tiempo
guardará luto. Y este luto tiene que ver con su capacidad de asimilación del hecho que un
ser querido se ha ido para siempre.
Cuando la etapa de duelo se extiende demasiado (un año o más), empieza el riesgo de
vivir una pena patológica que provoca un desorden en las emociones y por lo tanto un
cambio muy marcado en la personalidad.

Duelo y tratamiento psicológico

Existen muchas estrategias de tratamiento, cada una de ellas va a estar dirigida a ir


haciendo conscientes las diferentes etapas del duelo hasta llegar a la aceptación del
acontecimiento, en las cuales se manejan las emociones y los apegos del paciente.

No todo proceso de duelo implica la indicación de una terapia. Se puede ayudar a los
familiares o allegados recomendándole un tratamiento si se observa que el duelo que
atraviesa no es "normal" y que presenta reacciones marcadamente divergentes a la pérdida
(por ejemplo en presencia de conductas o intentos de suicidio).

Especialistas consideran que no es recomendable que se le receten a la persona,


solamente, somníferos o sedantes para inducir el sueño, debido a que es necesario que la
persona viva el duelo para poder superarlo positivamente de una terapia convencional, el
terapeuta trabajará intentando animar a la persona que sufre el duelo a que exprese sus
sentimientos de pérdida y los sentimientos hacia la persona fallecida. Es muy importante
que se le proporcione apoyo emocional a la persona, tanto de parte del terapeuta como de
la familia extensa y amigos.

Los tipos de tratamiento recomendados para estos pacientes pueden ser tanto individuales
como grupales y grupos de autoayuda.

La terapia grupal permitirá:

 Disminuir la ansiedad, la depresión y el dolor físico.


 Mejorar la adaptación al medio.
 Aumentar la autoestima.
 Estimular la esperanza.
 Aumentar la autoeficacia.
 Una visión diferente y positiva de la realidad.
 Descubrir nuevos recursos para enfrentarse a este problema.
 Enfrentar el duelo, pero en compañía de otros, de los cuales se recibirá apoyo.
 Identificarse con otras personas que atraviesan por problemáticas similares.
 Estar acompañado y no sentir soledad.
 Reforzar la capacidad de manejo y resolución de los problemas.

Algunas Técnicas sugeridas:

Psicoterapia Breve, intensiva y de Urgencia (PBIU) Terapia breve centrada en soluciones


(TBCS) Terapia Cognitivo Conductual (TCC) como muchas mas en régimen
psicoanalítico, Gestal y conductual.

Terapia Programación Neurolingüística (PNL)

Es importante darnos cuenta que cuando revivimos un recuerdo, hacemos eso justamente,
lo "revivimos", volvemos a vivir las mismas emociones con la misma intensidad que la
primera vez. Sin embargo ante un fallecimiento el evento sucedió una sola vez y nosotros
al repetirlo mentalmente lo vivimos muchas veces y si no logramos cerrar el ciclo nos
lastimamos por más tiempo del necesario. Si de todas maneras vamos a recordar, mejor
recordemos eventos felices que eventos tristes. El proceso que se lleva a cabo es dirigir
la mente hacia qué tipo de recuerdos que son favorables para que sean recurrentes y qué
tipo de recuerdos son dañinos para que se queden en la distancia. El PNL nos dice que el
problema no está en el hecho en sí, sino en la forma que codificamos mentalmente el
mismo. El descubrir la manera en que lo hacemos nos puede dar la pauta para superar el
duelo.

Algunas Técnicas Conductuales:

Su objetivo básico consiste en reducir la tendencia del sujeto a la evitación de recuerdos


dolorosos (eventos, pensamientos, sentimientos, etc.) y situaciones ansiógenas externas;
para que así el sujeto pueda habituarse a ellos, o "procesarlos" (elaborarlos).

1. PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES DE DOMINIO-AGRADO: Por ejemplo


remplazar las visitas al cementerio por actividades potencialmente agradables.
2. EXPOSICIÓN SIMBÓLICA: Por ejemplo ordenar una habitación como si el paciente
viviera los momentos previos a su propia muerte; o imaginarse rodeado de los seres
queridos, despidiéndose de cada uno de ellos antes de morir.
3. EXPOSICIÓN Y PREVENCIÓN DE REPUESTAS DE EVITACIÓN: Consiste en
verbalizar los recuerdos vivenciales en relación al difunto sin evitar tal tarea. En cierto
modo la "asociación libre" aplicada a esta tarea tendría la misma función.
4. LA AMPLIFICACIÓN DE SENTIMIENTOS: Consiste en la expresión de
sentimientos positivos o negativos hacia la persona desaparecida, de forma más o menos
dramatizada.
5. JUEGO DE ROLES: Psicodramatizar o representar escenas relevantes, y a menudo
conflictivas, respecto a la relación con el difunto, de modo que se puedan experimentar
cogniciones y emociones relevante y que han sido evitadas. Se puede emplear el
procedimiento de la "silla vacía" de la Gestalt.

Técnicas sugeridas para la rabia y la tristeza.

La ira y la tristeza en un principio son emociones funcionales, pero que pueden acabar
siendo disfuncionales. Esto dependerá de muchos factores intrínsecos de cada persona.
Ante la rabia y la tristeza ¿que se puede hacer? ¿qué depende de uno y que queda fuera
de control? Hay que darse cuenta de que aunque hay mucho que no depende de uno, si
hay otras cosas que depende de mi, en las que puedo influir y modificar en mayor o menor
grado mis pensamientos, emociones y sentimientos al respecto.

Las siguientes técnicas son para uso individual pero también se pueden utilizar
grupalmente. Son útiles tanto a nivel del duelo normal como del patológico.

EJERCICIO 1: El control del pensamiento.

El terapeuta representará y expondrá los pensamientos positivos, para más adelante


hacerlo el paciente. También es útil que el paciente ponga por escrito sus pensamientos
negativos y positivos dialogando consigo mismo (técnica tradicional simplificada a
pensamiento original -negativo- y nuevo pensamiento positivo).

EJERCICIO 2: Fantasía guiada: el modelo ideal

Cierra los ojos, adopta una postura cómoda y dirige tu atención a la respiración. Ahora
imagínate a alguien a quien te gustaría parecerte en su manera de tomarse las cosas, en su
manera de reaccionar emocionalmente. Imagina a esa persona nítidamente, su vestimenta,
su manera de andar, el tono de su voz, etc. Imagina que esa persona vive un grave
acontecimiento: la pérdida de un ser querido o el anuncio de su propia muerte. Observa
como reacciona esa persona cuando recibe la noticia, imagina lo que piensa, lo que siente,
lo que dice, lo que expresa, cómo decide afrontar la situación. Ahora imagina que tu estás
dentro de la piel de esa persona, tu eres y reaccionas como esa persona aunque mantienes
tu identidad... y recibes la noticia, date cuenta de cómo te mueves cómo respondes, date
cuenta de la diferencia entre cómo reaccionas ahora y cómo reaccionas habitualmente.

Despídete de la fantasía ahora y vuelve a llevar la atención a tu respiración... y termina.

EJERCICIO 3: Diario de lo que va bien

Anota cada día por escrito 3 cosas que hayan ido bien durante el día y por qué han ido
bien durante un mínimo de 2-3 semanas (aunque se pueda alargar a toda la vida como
diario personal). Con este ejercicio aprendes a dirigir la atención a los aspectos positivos
de tu vida.

EJERCICO 4: Fantasía guiada sobre el perdón

Se comienza realizando una relajación. Tómate tiempo para entrar en contacto contigo
mismo. Ve centrando la atención en los movimientos de tu corazón. Percibe sus latidos y
su calor.

1. Hazte estas preguntas "¿Qué representa el perdón para mí? ¿Qué nueva calidad
de vida podría proporcionarme?".
2. Recuerda una experiencia positiva en la que tú hayas sido perdonado. Tómate
tiempo para saborear la alegría de ese perdón.
3. Ahora deja aflorar el recuerdo de la persona con la que está resentido. Mírala.
Óyela. Deja que se aproxime esa persona que habías expulsado de tu corazón.
4. Deja emerger las emociones y sentimientos que te animan. Tómate tiempo para
identificarlos y aceptarlos.
5. Si tus emociones son demasiado fuertes, no sigas, tómae tiempo para digerirlas
y asimilarlas y poder continuar.
6. Si te sientes bien, sigue dejando aproximarse a la persona que quieres perdonar.
7. Cuando te sientas preparado, déjala entrar en tu corazón. Susúrrale: "Te
perdono". Dirígete a su corazón y con tus palabras y a tu manera dile algo así
como "Te perdono todo lo que me has hecho en el pasado y lo que me ha hecho
daño o me ha perjudicado: tus palabras, tus gestos o incluso tus pensamientos.
Te perdono; te perdono..."
8. Toma consciencia de hasta qué punto esa persona está sufriendo y se siente
asustada y herida.
9. Descubre como para ti la ofensa ha concluido, ha quedado zanjada, que ya no
influye en ti.
10. Luego déjale marcharse como una persona liberada, transformada, rejuvenecida
por tu perdón. Déjale seguir su camino, deseándole la mayor felicidad posible.
11. Agradece a la vida que te haya concedido esa gracia de poder perdonar.

IMPORTANTE: este ejercicio se debe realizar después de que la persona haya podido
expresar completamente sus sentimientos negativos hacia la persona con la que está
resentido (en role-playing o en imaginación).

Este ejercicio es aplicable a situaciones donde no es una persona sino Dios, o la Vida o la
Sociedad con al que uno está resentido.

EJERCICIO 5: Manejo del resentimiento y perdón.

1. Siéntate en una silla cómoda con los pies en el suelo y cierra los ojos.
2. Lleva la atención a la respiración.
3. Haz una clara representación en tu mente de la persona hacia la que sientes
resentimiento.
4. Imagina que a esa persona le ocurren cosas buenas: recibe amor, cuidados, dinero, etc.
5. Percibe tus propias reacciones.
6. Imagina la situación desde el punto de vista de la otra persona.
7. Se consciente de que estás menos resentido. Mentalízate para llevar esta nueva forma
de pensar.
8. Abre los ojos y continúa con tus actividades cotidianas.

EJERCICIO 6: Curación al redactar un diario sobre el trauma emocional

Se puede aprender a gestionar la ira y la tristeza, como otras emociones, por medio de la
redacción de un diario personal donde se puedan expresar las emociones más destructivas
e íntimas. Y si se comparte con el terapeuta, todavía mejor. Pero para ser más efectivo es
bueno seguir las siguientes normas:

1. Céntrate en esa pérdida que constituye tu experiencia traumática.


2. Escribe sobre aquellos aspectos que has comentado menos o que imaginabas que no
comentarías a nadie.
3. A la vez que narras los hechos transcribe tu reacción a ellos: tus sentimientos y
pensamientos.
4. No te preocupes por la gramática ni la ortografía.
5. Escribe un mínimo de 15 minutos, al menos durante 4 días. Si te quedas bloqueado
escribe sobre el bloqueo mismo.
6. Programa una actividad transitoria después de la escritura, antes de volver a la "vida
normal".

EJERCICIO 7: La escalada del síntoma o problema

Se trata de aprender a aumentar y disminuir mi rabia y mi tristeza, y observar qué


pensamientos o imágenes la aumentan y la disminuyen. Los pasos son:

1. Prescripción y escala del síntoma. En una escala de 1 a 100 donde 100 es lo peor ¿qué
número expresa el grado en el cual tú estás experimentando ese problema en este
momento?
2. Prescripción del problema. Permite que el problema empeore. ¿En qué grado empeora?
Ahora permite que el problema mejore. ¿En qué grado mejora?
3. Toma consciencia de lo que haces para mejorar y aplícalo en tu vida cotidiana.

EJERCICIO 8: La despedida

1. Aceptación de los hechos. Reconocer que no se puede estar en otro entorno (el que se
tenía).
2. Expresar sentimientos pendientes. Se le pide a la persona que dibuje la situación o
persona añorada, o la visualice en la memoria tal y como era en el momento en el que se
apartó, y que coloque este recuerdo/imagen/dibujo en un lugar concreto de la habitación.
Se le pide que se dirija a él como si se tratase de un interlocutor real y rememorando lo
que sucedía interiormente en el momento de la partida, le exprese tanto el agradecimiento
por los buenos ratos y los beneficios que ha obtenido de él, como el resentimiento por los
malos ratos, el miedo por tener que afrontar los cambios derivados de su partida, la pena
por marchar o cualquier otro contenido emocional, siempre relatado en tiempo presente.
Después el sujeto se coloca en el espacio físico donde había situado al ser desaparecido y
asume su identidad. Y le/se responderá a lo que antes le había expresado. El sujeto podrá
intercalar varias veces esos roles hasta que pueda experimentar una clarificación de sus
sentimientos y emociones con respecto a la marcha. Y acaba estos diálogos diciendo adiós
a la persona o situación, lugar de trabajo, país, etc.
3. Revivir el alejamiento. Se trata de recordar como tuvo lugar su despedida real en el
pasado y revivirla como si tuviera lugar en el presente. El terapeuta insistirá para que en
la fantasía vea alejarse a la persona de la que se despide, mientras se repite la palabra
"adiós" hasta que desaparezca de vista.
4. Fijación de un tiempo de luto. La persona puede desear concederse un tiempo de duelo
para digerir la pena. En la mayoría de los casos suele suceder que tras la despedida del
punto anterior, la persona ya esté lista para el presente y rechace cualquier tiempo de luto.
En otros casos, sin embargo, prefiere darse una hora, o un mes o cualquier otro tiempo,
para llorar internamente la pérdida.
5. Recibir el presente. Una vez pasado el tiempo de luto, el terapeuta ayudará a la persona
a centrarse en el presente y acogerlo, aceptar la vida con las nuevas limitaciones, pero con
posibilidades de ser razonablemente feliz.

El Protocolo de EMDR para duelos complicados (proceso del duelo y de morir).


La muerte de un ser querido puede considerarse un acontecimiento traumático. La
intensidad emocional del momento donde se conoce la muerte excluye el procesamiento
efectivo de la información. El duelo complicado se desarrolla cuando los componentes
individuales son tan dolorosos que se desarrolla demasiada hipersensibilidad cada vez
que se reactiva un fragmento de recuerdo y no se logra la integración. Esta falta de foco
(atención) impide el procesamiento, por ejemplo, el recuerdo de los detalles sobre la
pérdida desvían la atención sobre la misma pérdida, o el procesamiento de los detalles de
la muerte, puede ser desviado por pensamientos sobre cómo va a ser la vida sin esa
persona.

El EMDR puede ser usado como método tanto en duelos normales como en duelos
complicados, acelerando el proceso, facilitando el procesamiento de los elementos
traumáticos del duelo y favoreciendo la reanudación de actividades.
Se presenta un protocolo específico para duelos complicados. Parte de la
conceptualización de la evolución del duelo en tres etapas:

1. Tratar la muerte en si misma (los detalles de lo que ocurrió realmente).


2. Aceptación de la muerte.
3. Integrar la ausencia de esa persona dentro de la visión del futuro.

Este tratamiento consta de 3 sesiones de tratamientos basadas sobre cada una de las
etapas:

1. El procesamiento de la muerte real es la más sencilla de las etapas. El objetivo de esta


etapa es facilitar el darse cuenta de que realmente no importa cómo la persona murió, ya
sea durmiendo, de accidente o de cáncer, lo que importa es que se ha ido. Las
circunstancias alrededor de la muerte resultan menos importantes y ahora la atención de
la persona debe dirigirse hacia la etapa más difícil, la aceptación. El procesamiento de los
detalles de la muerte sigue el protocolo estándar de EMDR para TRAUMA.

Usualmente hay una creencia que puede ser re estructurada con EMDR. Normalmente
relacionada con sentimientos de culpa del tipo "Debí haber hecho más", o "No tuve la
oportunidad de decirle adiós ese día". Hay que identificar esas creencias a la hora de
realizar el protocolo, sin luchar para que el paciente las cambie. Solo tomar nota y seguir.
Re orienta al paciente hacia el procesamiento del canal de "la lucha con la muerte",
preguntando cuando piensas en la escena original, ¿cómo te sientes? y sigue desde ahí
manejando las circunstancias alrededor del trauma. Trata de llegar a un cierre del tema en
esta primera sesión, aunque ambos saben que se necesita trabajar más. Si tiene una buena
semana y se le reactivan los recuerdos 1 o 2 días antes de la segunda sesión una vez
transcurrida 1 semana, es una buena señal, ya que el paciente entiende que el EMDR es
efectivo y trae nuevo material justo antes dela sesión.

2. La aceptación es el objetivo terapéutico y personal más difícil de lograr. Suele tomar


la segunda sesión por completo, la cual puede durar 90 minutos. La verdadera aceptación
es definitiva. Este es el reconocimiento de que la persona que se ha ido nunca va a volver.
Por tanto, la aceptación supone la rendición de las fantasías de consuelo en relación a la
muerte. El conflicto que se suele presentar en la persona en duelo es su sensación de que
abandonar el dolor de la pérdida le supone el olvido de su ser querido, lo cual le parece
inaceptable. El EMDR le ayuda a diferenciar entre los dos. Los buenos recuerdos se
fortalecen y al coger confianza, de que lo bueno no se va a perder, puede procesar mejor
los recuerdos dolorosos. Esto es lo racional contenido en la pregunta: "¿Qué necesita
retener y qué necesita deja ir?".

3. Habitualmente la instalación del modelo a futuro se da naturalmente, una vez que la


aceptación ha sido lograda. Las preguntas abiertas finales, tales como "¿Cómo ve las
cosas ahora?" o "¿Cómo piensa que serán las cosas de ahora en adelante?" son suficientes
para seguir el procesamiento. Cuando hay tiempo en la 3ª sesión se puede volver al trauma
para buscar material no procesado: "Si tuviera que decir una cosa que aún le perturba
sobre lo que pasó, ¿cuál sería?". Cuando no aparezca nada más, pídale a la persona que
cierre los ojos y vuelva a través de toda la experiencia para notar si algo le perturba
todavía un poco, y entonces procéselo.
Espero que estos modelos de intervención puedan ayudarlos, pueden mandarme algunas
sugerencias y así poder agregar mas herramientas para ayudar aquellas personas que están
sufriendo...

https://psicologiaymente.com/clinica/terapia-duelo

https://psicologiaymente.com/psicologia/duelo-afrontando-perdida

https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-duelo

http://www.juliapascual.com/duelo/

https://www.terapiaymas.es/tratamiento-psicologico-duelo/

http://alex-psicoclinica.blogspot.com/2012/06/el-tratamiento-del-duelo.html

Вам также может понравиться