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HISTORIA UNIVERSAL

1. EL ORIGEN DEL HOMBRE

El suceso más antiguo que puede datarse en el universo que conocemos se


remonta a unos 12.000 millones de años. En este primer instante, toda la
energía (y todo el espacio) del universo se encontraba concentrada en un
punto, que fue el origen de una gran explosión (big bang). Durante los
primeros segundos, la temperatura era de más de un billón de grados y toda
la energía se hallaba en forma de radiación. Durante los primeros 10 segundos
se formaron las partículas elementales y al cabo de 15 minutos se
formaron núcleos de hidrógeno y helio, en proporción de cuatro a uno. Unos
10.000 años después la temperatura había descendido a unos 100.000 grados y
se formaron los primeros átomos de hidrógeno. Al cabo de unos 400.000 años
el hidrógeno empezó a condensarse en nubes (las futuras estrellas), las
cuales a su vez se agrupaban en cúmulos mayores (las futuras galaxias).

Hace 11.000 millones de años la temperatura del universo era de unos 3.000
grados, y se formaron las primeras estrellas: la gravedad hizo que los
núcleos de muchas nubes de hidrógeno alcanzasen temperaturas elevadas, del
orden de 15 millones de grados, lo que permitió la fusión del hidrógeno en
helio, proceso que origina la emisión luminosa de las estrellas. Cuando las
estrellas agotan el hidrógeno del núcleo son capaces de seguir generando
energía fundiendo a su vez el helio en materiales más pesados. De este modo,
en los núcleos de las primeras estrellas se formaron todos los elementos
químicos que actualmente hay en la Tierra. En las estrellas más grandes,
este proceso genera cada vez más energía, hasta que llega un momento en que
la gravedad no es capaz de contenerla y la estrella explota lanzando al
espacio gran parte de su materia. Esto sucede a una edad diferente según la
masa de cada estrella. Las explosiones de estrellas llenaron el espacio de
nuevas nubes de gas (esta vez relativamente rico en toda la gama de elementos
químicos), a partir del cual se formaron nuevas estrellas, las
llamadas estrellas de segunda generación, entre las cuales se encuentra el
Sol.

El Sol empezó a brillar hace unos 5.000 millones de años. En esta época el
universo se había enfriado ya a unos 100 grados bajo cero. Existen muchas
teorías sobre cómo se formaron los planetas del sistema solar, pero fuera
como fuera, la edad de la Tierra se estima en unos 4.600 millones de años. Al
principio era una masa incandescente cuya superficie tardó relativamente
poco en enfriarse. Parte de la atmósfera se licuó y se crearon así los mares
y océanos. La composición química de la atmósfera y de los océanos era muy
diferente de la actual: No existía la capa de ozono que actualmente nos
protege de los rayos ultravioleta, la atmósfera soportaba una intensa
actividad eléctrica. Estas condiciones fomentaron la formación en las aguas
de compuestos químicos cada vez más complejos y variados: compuestos
orgánicos que culminarían con la aparición de formas de vida.

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La vida en la tierra surgió hace unos 3.500 millones de años. Se inició así
un proceso evolutivo de animales y plantas del que tenemos pocos datos, pues
las primeras formas de vida eran microscópicas y luego animales y plantas
blandos (algas, gusanos) que no dejan restos fósiles. Este primer periodo de
la vida se conoce como precámbrico, y se extiende hasta el momento en que
podemos seguir más fielmente la evolución biológica a través de los fósiles.
A partir de aquí, los biólogos dividen el tiempo en eras:

La era primaria o paleozoica comienza hace 570 millones de años. Se


distinguen a su vez varios periodos:

En el periodo cámbrico abundan los trilobites, moluscos y crustáceos. En el


periodo ordovícico (que se inicia hace 505 millones de años) siguen
abundando los trilobites, se extienden los equinodermos y braquiópodos y
aparecen los primeros peces. El periodo silúricose inicia hace 440 millones
de años. Aparecen peces acorazados gigantes, las primeras plantas terrestres
y de pantanos, grandes escorpiones marinos. El periodo devónico empezó
hace 410 millones de años. Aparecen los peces modernos y
los anfibios, evolucionan las plantas terrestres. En el
periodo carbonífero (iniciado hace 360 millones de años) se extienden los
anfibios, aparecen los primeros reptiles, la tierra se llena
de musgos y helechos, cuyos restos formarán las cuencas de carbón. En el
periodo pérmico (que empezó hace 285 millones de años) se extienden los
reptiles, mientras los anfibios pierden importancia, se extinguen los
trilobites y aparecen las primeras coníferas.

La era secundaria o mesozoica empezó hace 245 millones de años. Su primer


periodo es el triásico, en el que aparecen los
primeros dinosaurios y grandes reptiles marinos. También aparecen los
primeros mamíferos. Abundan los amonites, aparecen nuevas especies de
plantas, se forman grandes bosques de coníferas. Durante el
periodo jurásico (iniciado hace 210 millones de
años) los dinosauriosdominan la Tierra. Aparecen reptiles voladores y
las primeras aves, junto con nuevas especies de pequeños mamíferos. Durante
el periodo cretácico aparecen las primeras plantas con flores. Al final del
periodo se extinguen los dinosaurios y muchos otros reptiles, al igual que
los amonites.

La era terciaria o cenozoica se inicia hace 65 millones de años. Comienza


con el paleoceno, en el que proliferan los mamíferos. En el eoceno (hace 60
millones de años) aparecen nuevas especies de animales (caballos y elefantes
primitivos) así como de plantas. El oligoceno se inicia hace 35 millones de
años. Proliferan las plantas con flores, aparecen muchos de los mamíferos
actuales, entre ellos los primeros primates. Hace 25 millones de años, en
el mioceno, se multiplican los primates, especialmente abundantes en África.

Los primates vivían cómodamente en los árboles, alimentados de frutos,


prácticamente sin predadores. Sin embargo, hace unos 14 millones de años las
cosas empezaron a cambiar. Muchos primates se vieron obligados a abandonar

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su hábitat arbóreo. Tal vez su vida fácil condujo a la superpoblación y


algunos grupos fueron expulsados de los bosques, hacia las sabanas, un
ambiente hostil para unos animales incapaces de digerir hierba y pobremente
dotados para la caza. De esta época datan los restos más antiguos conocidos
de una especie de primate llamada Ramapithecus, que pobló buena parte de
Europa, África y Asia (el primer ejemplar se encontró en la India). En su
esqueleto se advierten vestigios de posición erguida. Podemos suponer que
estos primates desplazados compensaron su debilidad formando manadas, al
estilo de los mamíferos cazadores. La postura erguida favorecía que cada
miembro de la manada pudiera mantener contacto visual con los restantes, de
modo que podían avisarse más eficientemente si detectaban algún peligro. Así
pues, la selección natural favoreció a los individuos mejor dotados para la
"incómoda" postura erguida.

El Ramapithecus se extinguió hace 8 millones de años, pero no era el único


primate expulsado del paraíso. Hubo más especies en sus mismas circunstancias
que sobrevivieron más o menos tiempo. En general, estos monos cazadores
reciben el nombre de homínidos.Desde hace unos 6 millones de años fueron
apareciendo en el este de África varias especies de homínidos agrupadas por
los biólogos bajo el género Australopithecus. En realidad, son los primeros
a los que se puede aplicar sin discusión el calificativo de homínido:
paulatinamente, las distintas especies de Australopithecus fueron
adquiriendo la postura erguida como postura habitual y su capacidad craneana
-aun siendo pequeña en comparación con la del hombre actual- fue aumentando.
Lo que estaba sucediendo era que los homínidos compensaban sus pocas dotes
de supervivencia con un incremento de sus habilidades: la postura erguida
hizo que ya no necesitaran sus manos para caminar, y pronto aprendieron a
usarlas para matar presas pequeñas con piedras, potenciaron su agilidad, su
capacidad de comunicación y su capacidad de observación, y todo ello se
corresponde fisiológicamente con un incremento de la complejidad neuronal de
su corteza cerebral.

El plioceno se inicia hace unos 5 millones de años, con un enfriamiento del


clima que provoca la extinción de muchos grandes mamíferos. Sin embargo,
los Australopithecus proliferaron y se vieron obligados a extenderse, pues
no había muchas presas a su alcance y una pequeña porción de territorio no
podía alimentar a muchos individuos. Poco a poco fueron ocupando todo el
este de África, desde Etiopía hasta el extremo sur. La naturaleza proporcionó
entonces una ayuda más a los homínidos: la maduración retardada. En un
momento dado, aparecieron homínidos con un defecto genético: nacían
prematuramente y su crecimiento era demasiado lento. A primera vista, esto
era un grave inconveniente: con el tiempo, las crías llegaron a nacer sin
pelo, sin dientes, con la caja craneal todavía sin soldar, sin capacidad de
andar, y tardaban un tiempo desmesurado en valerse por sí mismas. Sin
embargo, estos inconvenientes eran compensados con creces por una única
ventaja: una infancia más larga implicaba mayor tiempo para aprender. En
efecto, las crías de los primates actuales muestran un alto grado de
curiosidad durante su relativamente breve periodo juvenil, pero después ésta
desaparece casi por completo. Los homínidos conservaron su interés por

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observar y aprender durante toda su vida, y esto los hizo notablemente más
inteligentes. Ésta es la razón por la que la selección natural estimuló la
maduración retardada, que se fue agudizando a lo largo de las sucesivas
especies de homínidos. Hace unos 2.5 millones de años apareció entre
los Australopithecus una nueva especie que ya no puede englobarse en este
género. Se trataba del Homo habilis, al que, como vemos, los biólogos le han
asignado el nuevo género llamado Homo.

El Homo habilis superaba a los Australopithecus en capacidad craneana y en


inteligencia. Como muestra de ello, nos encontramos con que el Homo
habilis fue el primer homínido que aprendió a tallar piedras para hacerlas
cortantes o punzantes. Dispuso así de armas de caza significativamente más
eficientes. Con la aparición del género Homo y su habilidad para fabricar
útiles de piedra se inicia la llamada Edad de Piedra, cuyo primer periodo se
conoce como paleolítico y cuya primera etapa, a su vez, es el paleolítico
inferior. El Homo habilis se extendió rápidamente por los territorios
habitados por los Australopithecus. Poco después de su aparición se produjo
un drástico cambio climático: las temperaturas descendieron notablemente en
todo el planeta. Desde el precámbrico, la Tierra había pasado por varios
periodos de frío conocidos como glaciaciones, algunas de las cuales habían
extinguido a algunas especies, pero ésta era la primera glaciación que
arrostraban los homínidos.

Evidentemente, las condiciones de vida empeoraron. La caza fue más escasa y


los inviernos eran periodos de hambre. Pese a ello, los homínidos se
adaptaron a las circunstancias. Más aún, en plena glaciación, hace 2 millones
de años, surgió una nueva especie del género Homo: el Homo erectus. Con él
da comienzo la era cuaternaria, cuyo primer periodo se conoce
como pleistoceno. La glaciación duró cerca de un millón de años, es decir,
hasta hace 1.5 millones de años, pero la era cuaternaria reservaba cuatro
glaciaciones más, separadas por breves periodos interglaciares.

La primera glaciación de la era cuaternaria se inició hace algo más de 1


millón de años y fue más intensa que la anterior. La competencia entre las
distintas especies de homínidos terminó con la extinción de
los Australopithecus poco después del inicio de la glaciación y la del Homo
habilis hace 800.000 años. El Homo erectus sobrevivió, entre otras cosas
porque aprendió a valerse del fuego. Por aquel entonces no sabía producirlo
ni controlarlo, sino que se lo encontraba cuando un rayo incendiaba un árbol.
Tal vez aprendió a conservarlo como algo valioso. La glaciación terminó hace
unos 700.000 años y no debió de pasar mucho tiempo hasta que el Homo
erectus aprendió a controlar el fuego. Esto le supuso una mayor protección
frente al frío y los animales carnívoros, así como la posibilidad de
alimentarse de la carne de muchos animales que difícilmente podía digerir en
estado crudo.

La segunda glaciación de la era cuaternaria se extendió desde hace 600.000


años hasta hace algo más de 300.000 años. Durante esta época el Homo
erectus aprendió a organizarse para cazar grandes mamíferos. Su modo de vida

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era ya muy similar al de otros mamíferos cazadores, pues su inteligencia


había compensado ya con creces su inferioridad física.

Así pues, la adversidad climática ya no era un obstáculo serio para el Homo


erectus, que empezó a proliferar, pero, al igual que les ocurrió a
los Australopithecus, se encontró con que cada pequeño grupo requería una
gran cantidad de territorio para cubrir sus necesidades, por lo que se
extendió paulatinamente por toda la Tierra. No obstante, el número total de
habitantes nunca debió de superar el medio millón.Tras un breve periodo
interglaciar sobrevino la tercera glaciación, desde hace algo más de 200.000
años hasta hace algo más de 100.000 años. A su término el Homo erectus ya
ocupaba medio planeta: poblaba toda África, buena parte de Asia y casi toda
Europa (excepto el norte). También había aprendido a fabricar cabañas que le
protegieran de la intemperie en ausencia de cuevas naturales, que hasta
entonces habían sido su único refugio.

Durante la tercera glaciación surgieron las primeras formas de dos nuevas


especies: el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis. En Alemania se
encontró un fósil preneandertalense de al menos 200.000 años y en Israel se
ha encontrado un fósil de hace unos 100.000 años antecesor del Homo
sapiens, en compañía de restos neandertalenses y de los últimos vestigios
de Homo erectus, que se extinguió hace unos 90.000 años. Con la aparición de
estas especies se inicia el paleolítico medio.

La capacidad craneal de las nuevas especies triplicaba a la del Homo


habilis. En un primer momento, las diferencias entre los Homo
neanderthalensis y los Homo sapiens eran pequeñas, al igual que las
diferencias culturales respecto al Homo erectus. No obstante, al principio
de la cuarta glaciación, hace unos 80.000 años, encontramos ya una cultura
neandertal claramente definida. Entre sus nuevas costumbres se encontraba la
de enterrar a los difuntos, y entre sus nuevas habilidades la fabricación
de flechas. Respecto a las inhumaciones, no es razonable suponer en ellos
una capacidad de pensamiento abstracto o religioso, pero sí podemos entrever
cierto grado de autoconciencia. La selección natural fomentó la existencia
de relaciones afectivas de los padres hacia los hijos en mayor grado que las
usuales en otros animales, pues unas crías absolutamente inválidas no podían
sobrevivir sin una buena dosis de paciencia en sus progenitores.
Probablemente, sus crías fueron las primeras en reír como recurso para
agradar y mantener la atención de sus padres. Estas relaciones afectivas
debieron de mantenerse entre adultos, de modo que llegaron a sentir el dolor
de la muerte e hicieron lo posible para evitar que sus cadáveres fueran
alimento de las fieras.

El Homo sapiens y el Homo neanderthalensis se extendieron por Europa, Asia


y África. Cazaban todo tipo de animales y se adaptaron con eficiencia a cada
medio ambiente. Hace unos 40.000 años el Homo sapiens se convirtió en el
primer poblador humano de Australia. Hace unos 35.000 años empezó a
manifestar su superioridad cultural frente al hombre de Neandertal, dando
inicio así al paleolítico superior. Una buena prueba de esta superioridad es

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que la población mundial pasó en un tiempo muy breve de poco más de un


millón de habitantes a casi cinco millones. A esta época corresponden los
restos más antiguos conocidos de arte prefigurativo (incisiones y marcas
decorativas en hueso y en piedra). Las primeras muestras conocidas de arte
figurativo (cabezas y cuartos delanteros de animales pintados en piedra)
datan de hace unos 30.000 años. Este avance hay que asociarlo a una
significativa evolución intelectual. Es imposible poner fechas a esto, pero
el hombre adquirió la capacidad de pensamiento abstracto, es decir, la
capacidad de pensar en algo sin necesidad de ningún estímulo externo que le
impulsara a ello. Así mismo desarrolló el lenguaje articulado: los homínidos
llevaban mucho tiempo comunicándose entre sí con gran eficiencia, pero
siempre mediante signos cuyo significado lo fijaba el contexto (un grito en
un momento dado podía ser la señal de iniciar un ataque conjunto a una presa,
o el indicio de algún peligro cuya naturaleza había que percibir
directamente, etc.). El lenguaje articulado suponía la posibilidad de aludir
a algo de forma unívoca independientemente del contexto. Tal vez las figuras
esquemáticas fueron al principio un método de ponerse de acuerdo en el
significado de las palabras, de convenir qué caza iban a buscar, tal vez se
quedó como costumbre hacer dibujos de las presas que esperaban cazar, tal
vez llegaron a imaginar que dibujar los animales era una forma mágica de
atraerlos. Es difícil saber cómo concebían el mundo estos primeros hombres.

A medida que el Homo sapiens fue cobrando conciencia de su existencia en el


mundo debió de percibir su debilidad e impotencia frente a la naturaleza:
había animales feroces a los que era mejor no enfrentarse salvo extrema
necesidad, otros, en cambio, podían ser dominados con habilidad. Por otra
parte, nada había que hacer contra las fuerzas del cielo, los rayos y los
truenos. Sin duda el Sol y la Luna debieron de intrigarle. Probablemente
llegó a la conclusión de que en el cielo habitaban seres muy poderosos y de
humor voluble, a los que era mejor tener contentos, pues ejercían gran
influencia sobre la tierra. En manos de estos seres estaba que hubiera o no
buena caza, que las mujeres tuvieran o no hijos... La imaginación del Homo
sapiens ante lo desconocido pudo ir por mil caminos diferentes, creando
creencias de toda índole, acompañadas de ritos y costumbres. Es difícil saber
qué finalidad concreta tendrían los objetos que hoy calificamos de
"manifestaciones artísticas". Se conocen estatuillas femeninas fabricadas
desde hace unos 27.000 años. A partir de aquí se van produciendo imágenes
pictóricas, bajorrelieves y esculturas cada vez más perfeccionadas.

Hace unos 25.000 años se extinguió el hombre de Neandertal, con lo que


el Homo sapiens pasó a ser la única especie humana sobre la Tierra y ya
podemos referirnos a él simplemente como "el hombre". Aparte de mínimas
diferenciaciones raciales, no se ha producido ninguna evolución fisiológica
importante desde entonces. La extraordinaria evolución del hombre ha sido
puramente cultural. Hace al menos 23.000 años el hombre pobló América por
primera vez. Accedió a ella desde Siberia, cruzando un estrecho de Bering
seco (el nivel del mar era inferior al actual a causa de la glaciación) o
helado. Así, el hombre no tardó mucho en poblar la práctica totalidad de la
Tierra.

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2. EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN

Hace unos 20.000 años, durante la cuarta y última glaciación de la era


cuaternaria, el hombre vagaba por la Tierra en busca de caza y recolectando
frutos allí donde los hallaba. Cuando un grupo humano llegaba a una zona
rica en caza o en vegetación comestible, establecían campamentos temporales
hasta agotar los recursos, pero algunos se encontraron con parajes
especialmente fértiles, hasta el punto de que se regeneraban antes de ser
agotados, de modo que poco a poco fueron surgiendo campamentos estables o
poblados dedicados a la caza y la recolección. Así fue cómo el hombre se
hizo sedentario.

Tal vez los ejemplos más antiguos de este


tipo de poblados (aunque no muy numerosos al
principio) son una serie de asentamientos
escalonados en el tiempo en el noreste de
África, en el actual Egipto, los primeros de
los cuales datan de hace 19.000 años. Al
parecer, sus habitantes recogían anualmente
cosechas de cebada y trigo silvestres. Por
aquel entonces todo el norte de África era
una selva rica en fauna y vegetación, pero
pronto terminaría el periodo glaciar y
comenzaría un proceso de desertificación que
originaría el desierto del Sahara. No
obstante, la zona noreste continuó siendo
fértil mucho tiempo gracias al río Nilo. Se
trata del río más largo del mundo, que nace
en el lago Victoria, en el ecuador africano,
y transporta sus aguas hacia el norte hasta
el Mediterráneo. De todos modos, esto sólo
se descubrió mucho más tarde. En la
antigüedad, ningún hombre "civilizado"
sabía de dónde surgía el Nilo, pues una serie de cataratas impedían seguir
su curso río arriba a través de la selva.

Otra zona donde hay indicios tempranos de recolección de cereales es la costa


más oriental del Mediterráneo, lo que hoy es Palestina. Se han encontrado
restos de hace 15.000 años que demuestran que en esta región el hombre había
aprendido a moler el grano. Palestina formaba parte de una zona de
condiciones especialmente favorables, conocida como la media luna fértil. Se
trata de una región que, como indica su nombre, tiene forma aproximada de
media luna. Su parte este es lo que podríamos llamar Canaán. La costa de
Canaán recibe el nombre de Palestina al sur y Fenicia al norte, si bien estos
nombres están relacionados con pueblos que habitarían la región
posteriormente. La media luna fértil avanza hacia el este por el
llamado corredor sirio y luego desciende hacia el sur siguiendo el curso de

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dos ríos que fluyen paralelamente: el Éufrates y el Tigris, que finalmente


se unen poco antes de desembocar en el Golfo Pérsico. En la antigüedad el
mar cubría una extensión mayor de terreno, de modo que el Éufrates y el
Tigris tenían desembocaduras separadas. La tierra comprendida entre los dos
ríos (y, por extensión, sus alrededores) se conoce
como Mesopotamia. Mesopotamia limita al este con los montes Zagros. Se
conocen restos de cazadores-recolectores que poblaron estos montes hace
casi 13.000 años.

La vida en poblados estables supuso un cambio cultural importante. Se abre


así una última fase del periodo paleolítico conocida como mesolítico. Los
casos que acabamos de comentar son sus primeras manifestaciones, si bien la
cultura mesolítica sólo empezó a ser representativa desde hace unos 12.000
años, es decir, desde el X milenio, momento en el que se considera que
empieza el último periodo de la era cuaternaria: el holoceno. De esta época
se conservan poblados palestinos con cabañas circulares semisubterráneas de
madera, adobe y piedra.

En el IX milenio terminó la cuarta glaciación. La cultura mesolítica se


extendió desde Palestina hasta Siria siguiendo la media luna fértil. Mientras
el noreste de África permaneció en estado mesolítico durante varios milenios,
en el Oriente Próximo se produjeron cambios relativamente rápidos. Los
hombres sedentarios tuvieron ocasión de estudiar más a fondo el
comportamiento de las plantas y los animales. Lentamente, descubrieron que
era posible retener y alimentar a algunos animales en lugar de matarlos, de
modo que se podía disponer de su carne cuando fuera más necesaria. Hay
indicios de que por esta época, en un asentamiento que más tarde sería la

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ciudad de Jericó, ya se había domesticado el carnero. Poco a poco, los


hombres de la parte occidental de la media luna fértil se hicieron pastores
y agricultores.

Los que optaron por reunir animales y apacentarlos se encontraron con que
tenían que viajar de un sitio a otro en busca de pastos, lo que les llevó a
abandonar los poblados y convertirse en pueblos nómadas. Por el contrario,
los agricultores debían permanecer junto a sus tierras, las cuales requerían
toda clase de trabajos y cuidados. Formaron poblados más firmes y numerosos,
pues, por una parte, la tierra trabajada proporcionaba alimento para más
personas y, por otra, necesitaban defenderse de las fieras y de otros pueblos
nómadas que no tenían escrúpulos de llegar y llevarse sin esfuerzo el fruto
del trabajo ajeno.

Con la aparición de la agricultura y la ganadería entramos en la segunda


etapa de la Edad de Piedra: el neolítico. Las primeras manifestaciones
neolíticas propiamente dichas aparecen en Palestina a partir del
año 8600. Por aquel entonces, la Tierra debía de contar con alrededor de ocho
millones de habitantes. Los nuevos descubrimientos fueron divulgándose
lentamente, junto con otras innovaciones. En el año 8000 se descubrió la
cerámica en el Sahara y en Siria independientemente. Las vasijas de barro
fueron prácticos sustitutos de los pesados recipientes de piedra. No
obstante, el labrado de la piedra también se perfeccionó. De hecho, la
denominación paleolítico/neolítico marca el tránsito de la piedra tallada a
la piedra pulimentada, si bien, como ya queda dicho, no es ésta la diferencia
más significativa entre ambas culturas, sino la aparición de la agricultura
y la ganadería.

Hacia el 7500 se empezó a cultivar


el trigo en Jericó, y se domesticaron
el cerdo y la cabra. Por esta época la
agricultura y la ganadería llegaron a la
Alta Mesopotamia (esto es, a su parte norte,
la más alejada del mar). Palestina
continuaba a la cabeza de la civilización:
Hacia el año 7000, las viejas cabañas
circulares habían sido sustituidas
por casas de planta rectangular,
subdivididas en habitaciones y con las
paredes y el suelo cubiertos de arcilla. Sus
pobladores enterraban a los difuntos bajo
sus casas, pero antes les separaban el
cráneo, lo cubrían de arcilla y lo adornaban
con pinturas. Esto indica un complejo
ceremonial religioso.

En general, las culturas agrícolas


desarrollaron una religión más compleja y
sofisticada que los pueblos nómadas. Los

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nómadas llevaban una vida relativamente cómoda. Se sentían capaces de dominar


su entorno. Eran gente ruda y fuerte. A menudo efectuaban provechosas
incursiones en aldeas de agricultores indefensos. Para sus pocas necesidades,
desconocían lo que era la escasez o falta de recursos. Las únicas cosas que
no podían controlar eran las tormentas, las enfermedades y tal vez los
enfrentamientos con otros pueblos nómadas. Por ello sus religiones se
limitaban a algún "dios de las tormentas" o "del trueno" o "del rayo", a
quien implorar clemencia en las tempestades, o quizá a un "dios de la guerra"
a quien encomendarse y pedir protección antes de un enfrentamiento. Por el
contrario, los agricultores estaban rodeados de eventos que escapaban a su
control. Su nivel de vida dependía de que lloviera en el momento oportuno,
de que no hubiera tormentas devastadoras, de que las cosechas fueran buenas,
de que los ríos trajesen agua suficiente pero no excesiva, etc. Conocían las
diferentes estaciones del año y las vinculaban con los cambios de posición
del Sol y las estrellas en la bóveda celeste. Así, el agricultor aprendió a
rezar ante la adversidad. La superstición se extendió rápidamente entre los
pueblos agrícolas, y surgieron toda clase de ritos para mantener propicios
a los dioses de la lluvia y de los ríos, y al Sol, etc. En torno a estas
creencias no tardan en surgir sacerdotes especializados en velar por que los
dioses estuvieran satisfechos con el pueblo. Los sacerdotes tienen fama de
sabios y a menudo son objeto de innumerables preguntas de todo tipo, para
las que siempre tienen alguna respuesta basada en historias sobre tal o cual
dios. Así, cada pueblo fue creando su mitología, más o menos rica según la
imaginación de sus gentes, y en consonancia con el grado de sofisticación de
cada sociedad.

Durante el VII milenio la densidad de población en la media luna fértil


aumentó notablemente. Se domesticó al buey. En Siria se exploraron muchas
innovaciones, como la fabricación de recipientes de cal, aunque estas
técnicas no tuvieron continuidad. La agricultura se extendió por la península
de Anatolia (Turquía). Hacia el año 6500 encontramos una agrupación de
pueblos de cerca de 6.000 habitantes, con casas y santuarios de ladrillo
crudo y frescos de divinidades femeninas y toros. A finales del milenio
aprendieron a fundir el cobre para fabricar adornos, puntas de lanza y
objetos diversos, pero el metal era escaso y el descubrimiento no tuvo muchas
repercusiones.

Por esta época empieza a aparecer también la agricultura en algunas zonas


del actual México.

Al comienzo del VI milenio las técnicas agrícolas se habían perfeccionado


notablemente en la zona occidental de la media luna fértil. Se inventó
la hoz, la azada, etc. La cerámica se extendió desde Siria por ambos
"cuernos" de la media luna. El Éufrates y el Tigris suministraban excesiva
agua en primavera y poca el resto del año, por lo que en su entorno se
formaron grandes aldeas de obreros que construyeron presas y canales para
almacenar y distribuir el agua. Se ocupó la baja Mesopotamia, que había
quedado despoblada desde la glaciación.

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Los agricultores podían cosechar


más de lo que necesitaban
consumir, lo que propició que
algunos hombres optaran por
especializarse en producir otro
tipo de bienes que canjear a los
agricultores por sus sobrantes.
Así, tras la cerámica surgió la
cestería y luego la elaboración de
tejidos. Se formó una importante
aldea en donde después estaría la
ciudad de Ur. Allí surgió una
comunidad de comerciantes que
llegaron a recorrer por mar las
costas de Arabia. Su emplazamiento
está actualmente lejos del mar, pero entonces la costa llegaba hasta sus
inmediaciones. Hay constancia de que durante un cierto periodo la aldea fue
completamente inundada por el mar. Es posible que este suceso fuera el origen
de una leyenda que pervivió durante milenios en la zona sobre un "diluvio
universal", que supuestamente había inundado la totalidad de la Tierra. El
mapa muestra otras aldeas fundadas en esta época que con el tiempo se
convertirían en ciudades importantes. Al norte de la media luna fértil, cerca
del nacimiento del Tigris, se fundó Nínive, que miles de años después sería
la capital de un poderoso imperio.

Mientras tanto, la vida en Anatolia debió de ser especialmente difícil. El


único avance cultural durante el sexto milenio fue la construcción de
fortalezas, signo de que sus habitantes sufrían frecuentes incursiones de
pueblos nómadas vecinos. En Egipto las condiciones eran más propicias que
las de Mesopotamia o Canaán, por lo que la región permaneció ajena a los
avances de estas regiones y continuó en su tradición mesolítica de caza y
recolección durante todo el milenio. Por el contrario, la cultura neolítica
se extendió desde el oriente próximo hacia Europa. Hacia el año 6000 aparecen
las primeras comunidades agrícolas en el sureste de Europa y a lo largo del
milenio se extendieron a lo largo de la costa mediterránea. Así mismo
apareció la agricultura alrededor del valle del Indo (en el actual Pakistán).

A lo largo del V milenio la cultura neolítica se expandió y consolidó por


Europa, Asia y África. La prosperidad fue tal, que en este periodo la
población mundial pasó de unos 10 millones de habitantes hasta casi 50
millones. En Europa y África central surge la cultura
megalítica, caracterizada por la construcción de grandes monumentos de
piedra: a veces simples piedras levantadas a modo de columnas, a veces
alineadas según ciertos patrones, otros en forma de enormes losas
horizontales apoyadas sobre otras dos verticales, etc. Naturalmente, estas
construcciones debían de estar asociadas a nuevos rituales y creencias más
o menos sofisticadas, típicos de la cultura neolítica. En Grecia se
desarrolló la navegación por el Egeo, que llegó hasta la isla de Creta. En
Asia la agricultura continuó extendiéndose lentamente por el valle del Indo.

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En América el progreso fue ligeramente más lento: en algunas zonas de México


y Perú hubo pueblos de cazadores-recolectores que empezaron a llevar una
vida sedentaria. Domesticaron animales e inventaron la cerámica. Los cultivos
eran muy variados, pero la agricultura les proporcionaba sólo una pequeña
parte de sus recursos. También aprendieron a tejer fibras vegetales.

En China se formaron asentamientos mesolíticos a lo largo del río


Amarillo (Huang He), donde finalmente se aprendió a cultivar el arroz. En el
Baikal se originó un complejo de culturas nómadas que se extendieron y
diversificaron por Siberia y Asia central. Su influencia llegó hasta China.
Al oeste de los montes Urales surgió una cultura de pastores nómadas, entre
el mar Caspio y el mar Negro. Sus integrantes hablaban una lengua común,
conocida como Indoeuropeo. La península arábiga y el norte de África fue
poblada por otro grupo humano que también hablaba una misma lengua, conocida
como Afroasiático o Camitosemítico. No obstante, el desierto del Sinaí
supuso una separación permanente entre Arabia y África, por lo que las
variantes dialectales del Afroasiático de Arabia formaron pronto un grupo de
lenguas bien diferenciadas de las africanas, conocidas como
lenguas semíticas. Las tribus de Arabia se hicieron ganaderas, mientras que
las del norte de África continuaron viviendo durante mucho más tiempo de la
caza y la recolección, pues el territorio era mucho más fértil.

12
HISTORIA UNIVERSAL

Los mayores avances se produjeron en la Baja Mesopotamia, esto es, la parte


más cercana a la desembocadura del Éufrates y el Tigris. El sistema de
canales que habían ideado en la parte alta de la región llegó hasta el sur,
lo que permitió aprovechar plenamente las posibilidades que ofrecían los
ríos, dando origen a una agricultura de irrigación que convirtió la zona en
la más fértil y próspera de la época. Además de la agricultura, florecieron
el comercio y la alfarería. Los mercaderes inventaron un antecedente de la
escritura: el sello.Los recipientes de barro se marcaban con sellos planos
que imprimían un relieve distintivo de su propietario o de su contenido. A
finales del milenio algunas ciudades llegaron a contar con 10.000 habitantes.

Hasta entonces, las aldeas pequeñas tenían una estructura tribal, formadas
por unas pocas familias que obedecían a algún patriarca, pero las grandes
ciudades requerían una organización que no descansara en vínculos familiares.
Así, las ciudades mesopotámicas se fueron convirtiendo en ciudades-estado.
Cada ciudad dominaba y cultivaba las tierras de su entorno y era gobernada
por un rey. La administración corría a cargo de los sacerdotes. Éstos
ejercían de tesoreros y recaudadores de impuestos y, en la medida en que su
autoridad residía en su papel de intermediarios con los dioses, la religión
se fue sofisticando más y más. El templo era el centro de cada ciudad. Además
de la clase sacerdotal, surgió una aristocracia y una burguesía que originó
una demanda de adornos, tejidos y obras de arte. El modo de vida de la Baja
Mesopotamia fue imitado rápidamente por el resto de la media luna fértil,
que mantuvo una cultura similar.

En la península del Sinaí se descubrió la fundición del cobre, y el sistema


se extendió rápidamente tanto hacia Mesopotamia como hacia Egipto. En torno
al 4500 el sur de Canaán fue invadido por un pueblo que conocía la fundición
del cobre. Por la misma época aparecen los primeros poblados neolíticos en
Egipto, junto al lago Moeris, algo al oeste del curso del Nilo. Las

13
HISTORIA UNIVERSAL

inmediaciones del Nilo hubieran requerido un sistema de canales similar al


de Mesopotamia para ser aprovechadas adecuadamente, por lo que las zonas
cercanas (pero prudencialmente alejadas de las súbitas crecidas del río)
eran más adecuadas para una población que acababa de descubrir la agricultura
y la ganadería.

La metalurgia del cobre prosperó en Irán, que importaba el mineral de la


India y lo exportaba manufacturado a Mesopotamia, junto con oro, plata y
piedras preciosas. El cobre fue especialmente útil en Mesopotamia. El oro y
la plata son blandos, y sólo servían para confeccionar adornos. El cobre, en
cambio, es más duro y servía para fabricar armas más efectivas que las de
piedra, armas con que repeler las incursiones de los nómadas, que se hacían
más frecuentes cuanto más prosperaba el valle. Por una parte, estaban los
rudos pastores que habitaban en los montes Zagros, al este, y por otra los
habitantes del desierto arábigo al suroeste. Las ciudades-estado se
fortificaron, como ya habían hecho tiempo atrás las de Anatolia. Egipto, en
cambio, estaba rodeado por el mar, el desierto y las cataratas del Nilo, así
que vivió mucho más tranquilamente que Mesopotamia durante mucho tiempo.

Hacia el año 4000 la Baja Mesopotamia no pudo resistir por más tiempo la
presión de los pastores, que invadieron la región desde los montes Zagros y
se asentaron en ella, sumiéndola en una profunda crisis.

3. LOS SUMERIOS

Con la invasión del 4000, la Baja Mesopotamia pasó por varios siglos de
desorden y decadencia, pero los invasores terminaron por asimilar la cultura
de la región que habían conquistado y se esforzaron por alcanzar el nivel de
vida anterior. Surgió así una nueva civilización, conocida como Sumer. Los
sumerios dominaron la Baja Mesopotamia durante todo el cuarto milenio y se
vieron obligados a defenderla de las incursiones de los pueblos vecinos, que
la hostigaban como ellos la habían hostigado durante el milenio anterior.

Naturalmente, los sumerios trajeron consigo sus propios dioses, que pronto
se combinaron con los de los pueblos conquistados. El panteón resultante
tenía tres dioses destacados: Anu era el dios del cielo, y tenía su santuario
más importante en la ciudad de Uruk, Enlilera el dios de la tierra y su
santuario principal estaba en Nippur, mientras que Ea era el dios de los
ríos y era especialmente adorado en Eridu. Probablemente los dos últimos
eran dioses previos a la invasión, pues la tierra y los ríos son
preocupaciones típicas de los agricultores, mientras que Anu sería el dios
principal que trajeron los sumerios, un dios de pastores. Por supuesto, cada
ciudad adoraba también a otros dioses menores.

Como cabía imaginar, el dios más importante resultó ser Anu. Esto queda
reflejado en el mito de la creación: al principio de los tiempos, el mundo

14
HISTORIA UNIVERSAL

era un caos dominado por Tiamat, diosa del mar (el mar era signo de caos y
destrucción para un pueblo que no tenía ningún conocimiento de navegación).
Fue Anu quien la derrotó y con su cuerpo creó el Universo. Esta victoria era
la que le otorgaba la preeminencia sobre los otros dioses.

La forma habitual que tienen los pastores de contentar a sus dioses celestes
es quemar animales sacrificados, haciéndoles llegar así el agradable humo
perfumado. Tal vez los sumerios sintieron que al mudarse de las montañas al
valle se habían alejado de sus dioses, por lo que solían escoger lugares
elevados para hacer sus sacrificios y erigir sus templos. No obstante, las
principales capitales sumerias estaban en lugares bajos, de modo que se
originó la costumbre de crear grandes plataformas elevadas sobre las cuales
realizar los sacrificios, para que éstos pudieran ser mejor contemplados por
los dioses. Con el tiempo se fueron construyendo plataformas menores sobre
otras mayores y así en el último cuarto del milenio los sumerios llegaron a
construir imponentes pirámides escalonadas llamadas Zigurats. Hoy en día no
se conserva ninguno íntegro debido a que estaban hechos de ladrillos de
barro. La religión sumeria fue sofisticándose en concordancia con su nueva
cultura agrícola, pero nunca perdió su orientación hacia el cielo. Los
sacerdotes sumerios se convirtieron en los primeros astrónomos. Desde los
Zigurats observaban las estrellas y las llegaron a conocer bien. Descubrieron
cómo el Sol se desplaza durante el año por la banda del zodíaco. Fueron ellos
quienes dividieron esta banda en doce partes y crearon mitos alrededor de
cada signo zodiacal.

El número doce no es casual: los sumerios (y tal vez también sus antecesores)
contaban señalando con el pulgar las doce falanges de los otros cuatro dedos
de la mano, y marcaban los múltiplos de doce con los cinco dedos de la otra,
de modo que el mayor número que podían contar con los dedos era 60. Por ello
dividieron el zodíaco en 12 signos, y el año en 12 meses y el día en dos
grupos de 12 horas, y cada hora en 60 minutos.

Mientras tanto Egipto iba organizándose. La cultura neolítica propició el


típico desarrollo de la religión y el surgimiento de una poderosa clase
sacerdotal. Los primeros dioses los debieron de modelar los cazadores, que
los vinculaban a ciertos animales, de tal suerte que adorando al dios
adecuado se podía esperar una buena caza del animal deseado. Así, había
dioses con cabeza de halcón, de chacal, de hipopótamo, etc. Con la
agricultura aparecieron nuevos dioses, el más importante de los cuales
fue Ra, el dios del sol, al que vinculaban con el cambio estacional, las
crecidas del Nilo, etc. Los egipcios contaban que fue el dios Osiris quien
les enseñó las artes agrícolas. Osiris era, pues, un dios de la vegetación.
Se le representaba con forma humana. Fue asesinado y descuartizado por su
hermano Set, pero su esposa Isis recogió los pedazos y lo devolvió a la vida.
No obstante, uno de los fragmentos se perdió, y Osiris no quiso permanecer
así entre los hombres, sino que descendió al mundo subterráneo, donde reinaba
desde entonces sobre las almas de los muertos. Isis y Osiris habían tenido
un hijo, Horus, representado con cabeza de halcón (lo que hace pensar en un

15
HISTORIA UNIVERSAL

mito del tiempo de los cazadores que pervivió en las leyendas de los
agricultores). Horus vengó la muerte de su padre matando a Set.

Posiblemente, los egipcios fueron el primer pueblo que desarrolló una teoría
sofisticada sobre la vida después de la muerte. La supervivencia a la muerte
no era automática, sino que dependía de ciertos ritos que controlaban los
sacerdotes. Es probable que estas creencias fueran expresamente
desarrolladas por los sacerdotes para conseguir la sumisión del pueblo a su
autoridad. Y en verdad que no pudieron tener más éxito. La supervivencia a
la muerte debió de ser durante cientos de años casi una obsesión para los
egipcios de todas las clases sociales, que nunca en su historia abandonaron
una incondicional sumisión a la autoridad religiosa.

Hacia el año 3500 empiezan a aparecer casas semisubterráneas en México.

Los sumerios descubrieron cómo extraer cobre de ciertas rocas, con lo que el
uso de este metal se generalizó y permitió a los sumerios construir armas
mejores con que defenderse de los pueblos nómadas. También inventaron
el carro con ruedas, tirado por un asno. En Uruk se inventó el sello
cilíndrico, un pequeño rodillo de piedra con un relieve que se marcaba
repetitivamente en la arcilla al hacerlo rodar sobre ella. Los mercaderes
usaban estos sellos a modo de marca de sus productos. Con el tiempo
adquirieron la costumbre de marcar los recipientes de barro con señales que
representaran la naturaleza o cantidad de su contenido. Pronto descubrieron
que no necesitaban hacer las marcas sobre los propios recipientes, sino que
marcando tablillas de arcilla podían guardarse registros de existencias,
etc. Al principio cada mercader usaría sus propios convenios, pero hacia
el 3400 ya estaba extendido un mismo código común.

Por aquel entonces los reinos egipcios del delta del Nilo (el Bajo Egipto)
se unificaron bajo la monarquía de Buto, cuyos reyes ostentaban la corona
roja, mientras que el resto del territorio (el Alto Egipto) estaba gobernado
por los reyes de Hieracómpolis, que ostentaban la corona blanca. No parece
que estas unificaciones se produjeran violentamente, sino más bien por medios
políticos. Egipto nunca había sufrido amenazas externas, por lo que carecía
de ejércitos.

La actividad comercial de Canaán fue en aumento. Hacia el año 3300 se fundó


la ciudad de Biblos, que pronto empezaría a comerciar por mar con Egipto y
las islas del Mediterráneo. Probablemente fue a través de comerciantes
cananeos cómo Egipto fue conociendo los avances culturales que se estaban
produciendo en la media luna fértil.

16
HISTORIA UNIVERSAL

Hacia el 3200 el rey Nármer de


Hieracómpolis unificó el Alto y el Bajo
Egipto en un único reino y ciñó las dos
coronas. Él y sus descendientes (la I
dinastía de reyes de Egipto) consolidaron
el poder real y la unidad del país
difundiendo la idea de que el rey era un
dios dueño de todo el valle del Nilo.
Nármer estableció la capital del reino
en Tinis, de donde al parecer era
originario, si bien construyó la ciudad
de Menfis en la frontera entre el Alto y
el Bajo Egipto, tal vez con la intención
de convertirla en capital si el Bajo
Egipto recelaba de ser gobernado desde el
Alto Egipto, cosa que no llegó a suceder.

Bajo la primera dinastía los egipcios


construyeron canales con que regar las
zonas del valle más alejadas del Nilo. Surgieron trabajadores especializados,
se idearon barcas con que transportar materiales por el río, se fomentó la
agricultura y la ganadería, etc. Indudablemente todo esto es una clara huella
de la influencia cananea-mesopotámica.

Los sacerdotes sumerios aprovecharon el código de signos que habían elaborado


los mercaderes y lo extendieron para reflejar ideas abstractas. Hacia
el 3100 los sumerios disponían de una auténtica escritura. Escribían sobre
tablas de arcilla mediante un punzón que producía marcas en forma de cuña.
Cada palabra se representaba con un signo que, si bien en un principio podía
haber sido un esquema de su significado, la práctica lo había reducido a una
agrupación de cuñas puramente convencional. Este tipo de escritura se conoce
como escritura cuneiforme. La escritura era entonces una técnica muy
compleja, pues los sumerios tenían un signo para cada palabra, lo que suponía
un inventario enorme de signos que sólo los sacerdotes dominaban. Esto
proporcionó mucho poder a la clase sacerdotal.

Así, el sumerio es la lengua más antigua de la que tenemos constancia escrita.


Es una lengua completamente diferente a todas las que se conocen hoy en día:
sus palabras son monosilábicas y las oraciones se forman aglutinando
palabras, de modo que muchas de ellas actúan como prefijos y sufijos de
otras.

Mientras tanto, el resto de la media luna fértil se alimentaba de la cultura


sumeria. Al este de la Baja Mesopotamia, al sur de los montes Zagros, en el
actual Irán, se formó un pueblo conocido como Elam, que prosperó con el
control del comercio entre Irán y Mesopotamia. Los elamitas adoptaron la
cultura sumeria, pero conservaron su propia lengua, que subsistió hasta el
siglo XI d.C.

17
HISTORIA UNIVERSAL

El resto del mundo continuaba su lenta evolución neolítica. Hacia


el 4000 había surgido una nueva comunidad agrícola en China en el bajo Yang-
Tse Kiang, probablemente por influencia de la civilización del río Amarillo.
En el valle del Indo la civilización se perfeccionó sensiblemente a lo largo
del milenio: se construyeron ciudades de ladrillo, empezó a usarse el cobre
y se inició el comercio con Mesopotamia. En Europa el neolítico estaba ya
muy extendido. No hay muchos datos, pero parece ser que la Europa neolítica
"típica" estaba formada por sociedades agrícolas sedentarias, poco
belicosas, matriarcales, que tendían a formar pueblos y ciudades
relativamente numerosos. Por el contrario, los pueblos indoeuropeos, que
habitaban el oeste asiático, formaban sociedades eminentemente pastoriles,
de carácter patriarcal y espíritu guerrero. Habitaban en pequeños poblados
con casas semisubterráneas.

4. LA EDAD DEL BRONCE

Hacia el año 3000 una nueva oleada de nómadas invadió la media luna fértil,
tal y como había sucedido mil años antes con los sumerios. Esta vez no
provenían de las montañas del este, sino que eran pueblos semitas de Arabia.
Probablemente, las condiciones de vida debieron de volverse más arduas, o
debió de haber un exceso de población, o algún conflicto tribal. Fuera como
fuera, varias de estas tribus se lanzaron hacia el norte con un ímpetu
inusitado, fenómeno que se iba a repetir varias veces en la historia.

18
HISTORIA UNIVERSAL

Los sumerios consiguieron mantener a los semitas alejados de sus ciudades


principales, a lo largo del Éufrates inferior, pero perdieron muchas ciudades
en la Alta Mesopotamia, como Mari, que había sido fundada recientemente.
Otros grupos de semitas se asentaron en la costa norte de Canaán y a lo largo
de Siria. Al igual que había sucedido con la ocupación sumeria, los
territorios conquistados entraron en un periodo de decadencia del que
tardarían siglos en recuperarse. La zona que se recuperó más rápidamente fue
la costa norte de Canaán, cuyos nuevos habitantes se dedicaron pronto al
comercio por mar, y son los que hoy conocemos como Fenicios. Es probable que
la crisis moviera a algunos cananeos a abandonar su patria. Quizá algunos
marcharon a la isla de Creta, lo que explicaría que por estas fechas empezó
a usar el cobre y a construir buenos barcos con los que inició unas relaciones
comerciales con Egipto y Canaán.

Por su parte, los sumerios seguían progresando. El tercer milenio se inició


con un descubrimiento crucial: la posibilidad de mezclar el cobre con el
estaño para fabricar bronce. El cobre es un metal bastante blando, y el
estaño mucho más, pero la mezcla de ambos en una proporción adecuada produce
una aleación mucho más fuerte que los dos ingredientes. Esto permitió
fabricar armas mucho más efectivas que las anteriores. Con ello, los sumerios
tuvieron la posibilidad de imponerse definitivamente sobre los pueblos
bárbaros que les amenazaban, pero las ciudades-estado prefirieron emplear
las nuevas armas para enfrentarse las unas a las otras y formaron ejércitos
cada vez mejor organizados. Los comerciantes elaboraron un complejo sistema
de pesos y medidas. Incluso se estableció una especie de servicio postal.

19
HISTORIA UNIVERSAL

Egipto siguió recibiendo y asimilando los conocimientos sumerios. Poco


después del 3000 había adaptado su sistema de escritura. En lugar de escribir
sobre tablillas de arcilla los egipcios usaron un soporte más sofisticado:
de unas cañas que crecían en abundancia a orillas del Nilo extraían unas
fibras que entretejían en varias capas, las empapaban en agua, las prensaban
y con ello obtenían unas láminas llamadas papiros, en las que era muy fácil
escribir con tinta. La escritura sobre papiro era mucho más cómoda que sobre
arcilla, por lo que los signos egipcios no se volvieron esquemáticos, como
los sumerios. Al contrario, representaban figuras muy claras, como águilas,
ojos, etc. Eso sí, seguían el principio sumerio de que a cada palabra le
correspondía un signo, con toda la complejidad y elitismo que ello conlleva.
La escritura egipcia se conoce como escritura jeroglífica. Indudablemente la
escritura resultó indispensable para la organización del estado egipcio.

Los reyes egipcios desarrollaron una ostentación y un lujo inusitados hasta


entonces. En parte era necesario: cuanto más lujosa era la monarquía más
convencido quedaba el pueblo de su naturaleza divina y más fervorosa era su
devoción. Esto se plasmó en su preocupación por la vida de ultratumba: Tras
la muerte, el alma realizaba un viaje hasta la gran Sala del Juicio. Si
llegaba sana y salva (lo cual podía lograrse con los rezos y ritos adecuados),
su vida era juzgada y si resultaba absuelta de todo mal ganaba la gloria
eterna junto a Osiris. Al parecer, para lograr la vida eterna era necesaria
la conservación del cadáver, por lo que los egipcios desarrollaron una
sofisticada técnica de momificación para conservar los cadáveres incorruptos
durante un largo periodo de tiempo. Los ataúdes, o sarcófagos, se depositaban
en unas construcciones oblongas de ladrillo llamadas mastabas. Se incluían
estatuas del difunto y las paredes se decoraban con escenas de su vida (quizá
para abogar por sus virtudes). La idea de la vida después de la muerte se
entendía en un sentido muy literal, pues también se depositaban alimentos y
bebidas, así como las riquezas del difunto. Los entierros reales debieron de
ser ceremonias fastuosas. Muchas tumbas de reyes de las dos primeras
dinastías se encuentran en Menfis, pese a que la capital oficial era Tinis.
Esto puede significar que algunos monarcas gobernaron en la práctica desde
Menfis, o tal vez que era más conveniente celebrar el espectáculo en un lugar
al que podían acudir fácilmente los habitantes del Alto y el Bajo Egipto.
Pronto los cortesanos influyentes consideraron que también ellos debían
"disfrutar" de esta clase de rituales, y exigieron ser momificados. Debió de
establecerse una cierta competencia en quién tenía la tumba más fastuosa y
con más tesoros. Esto hizo surgir la figura del ladrón de tumbas, que
conseguía fácilmente grandes tesoros de oro y plata expoliando tumbas, pese
a que con ello horrorizaba a sus devotos paisanos. Se promulgaron leyes
contra ellos, se les amenazó con la venganza divina, se trató de esconder
bien las tumbas y de sellar sus entradas, pero pocas de ellas han llegado
intactas a nuestros días.

El desierto aumentaba paulatinamente su extensión. El lago Moeris, centro de


riqueza de una importante región de Egipto, amenazaba con secarse. Los
egipcios construyeron un sistema de canales que lo conectaba con el Nilo,
una imponente obra de ingeniería gracias a la cual la zona conservó su

20
HISTORIA UNIVERSAL

prosperidad de antaño. Los problemas de reparto de tierras hicieron prosperar


la geometría (cuando el Nilo se desbordaba, las divisiones se borraban y
había que restablecerlas), el comerció fomentó la aritmética, el afán por
predecir los desbordamientos anuales del Nilo llevó al estudio de la
astronomía. Hacia el año 2800 los egipcios adoptaron un calendario de 365
días, que mejoraba al sumerio, que constaba tan sólo de 12 meses de 30 días
(360 en total).

Por aquel entonces, la ciudad sumeria más poderosa era Kish, que había sido
fundada a finales del cuarto milenio. Su preeminencia no debió de durar más
que unas décadas y pronto fue reemplazada por Uruk, pero su efímera grandeza
dejó una gran huella, pues los reyes sumerios posteriores se llamaban a sí
mismos "reyes de Kish", pese a que no reinaban en esa ciudad. De entre los
reyes de Uruk, el más famoso fue Gilgamesh, quinto rey de la I dinastía de
Uruk, que reinó hacia el año 2700. Mientras tanto, la ciudad de Kish fue
absorbida por los semitas. La cercana Nippur, en cambio, siguió siendo
sumeria, pues, aunque había perdido su importancia política, continuó siendo
un centro religioso que aunaba a los sumerios en el culto al dios Enlil.

Hacia el 2680 se produjo un segundo cambio dinástico en Egipto (del primer


cambio que dio origen a la II dinastia sabemos poco más que el hecho de que
se produjo). El primer rey de la III dinastía fue Zoser, quien estableció
definitivamente la capital en Menfis, confirmando una tendencia ya marcada
por las dinastías anteriores. Con Zoser termina un primer periodo de la
historia egipcia conocido como periodo arcaico y comienza el llamado Imperio
Antiguo. La nueva dinastía llevó el lujo de la casa real hasta extremos nunca
vistos. Tal vez los nuevos reyes temían que el pueblo recelara del cambio de
dinastía, por lo que se vieron en la necesidad de confirmar su naturaleza
divina mediante una ostentación inusitada. Entre los consejeros de Zoser se
encontraba Imhotep, al que podemos considerar como el primer científico
conocido en la historia. Con el tiempo se crearon muchas leyendas en torno
a él. Se dijo que era un médico casi milagroso, se dijo que fue capaz de
predecir un gran periodo de sequía, lo que permitió almacenar reservas de
trigo que salvaron al pueblo del hambre. Al margen de lo que estas leyendas
puedan tener de verdad, Imhotep fue el primer arquitecto del que tenemos
constancia. Construyó la tumba de Zoser, que era de piedra y no de ladrillo.
En un principio tenía 63 metros de lado y 8 de altura, pero a Zoser no le
debió de parecer suficientemente grandiosa, por lo que Imhotep la amplió
hasta que la base midió 121 x 109 metros, luego construyó otra menor sobre
la primera, y luego otra, hasta llegar a seis pisos con una altura total de
unos 60 metros. El monumento tenía otras estructuras auxiliares a su
alrededor, y el conjunto estaba rodeado por un muro de unos 550 por 275
metros. Aunque bastante deteriorada, la mastaba de Zoser subsiste en nuestros
días. Se terminó sobre el 2650, por lo que tiene casi 5.000 años.

Las ciudades sumerias disminuyeron en número, pero las restantes aumentaron


de tamaño. Por estas fechas, la ciudad de Ur alcanzó la supremacía en Sumer,
a expensas de Uruk. Los reyes y reinas de Ur fueron enterrados en tumbas
monumentales, acompañados de tesoros y siervos. Los sumerios fundaron la

21
HISTORIA UNIVERSAL

ciudad de Assur en la Alta Mesopotamia, junto al Tigris, que prosperó


rápidamente.

Mientras tanto Egipto empezó a explotar zonas vecinas: extraía cobre del
Sinaí e importaba toda suerte de productos de Nubia, la región situada al
sur: trigo, ganado, marfil, ébano, plumas de avestruz, pieles de leopardo y
de pantera, etc.

Hacia el 2614 se instauró en Egipto la IV dinastía. Su primer rey


fue Snefru que, movido de la aparente necesidad de ostentación que acompañaba
a cada cambio de dinastía, decidió construir una mastaba que superase a la
de Zoser. La suya tenía ocho pisos, pero Snefru mandó rellenar los escalones
de cada piso para que las caras presentaran una figura triangular uniforme.
Después cubrió toda la estructura con piedra caliza blanca y brillante. El
resultado fue una impresionante pirámide sin comparación con ningún monumento
anterior. Después empezó a construir otra pirámide sin pisos, en la que la
sección disminuía paulatinamente a un ritmo constante. Sin embargo, a partir
de cierta altura se aumentó significativamente la inclinación. Parece ser
que tuvo que variar el ángulo porque los cimientos no resistían y aparecieron
grietas. Además parece que hubo un accidente laboral en el que se perdieron
muchas vidas, y la construcción fue abandonada. Luego hizo otro ensayo que
sí que concluyó, también variando la inclinación para disminuir el peso y
aumentar la estabilidad. Aparecieron grietas que no aseguraban que fuera a
durar muchos años, de modo que la pirámide fue usada como sepulcro falso, en
un intento de engañar a los posibles saqueadores de tumbas. En un tercer
intento consiguió ya una pirámide estable, siempre con la punta más
inclinada.

Por otra parte, Snefru organizó un ejército que afianzara la dominación de


Egipto sobre las regiones vecinas, especialmente Nubia y el Sinaí. Creó la
figura del visir o primer ministro, a cuyo cargo dejó el ejército y un cuerpo
de policía. Se rodeó también de una corte de altos funcionarios. Por esta
época los sacerdotes de Ra empezaron a ganar influencia. Ra era el dios
principal de la ciudad de Heliópolis, un poco al norte de Menfis, en el Bajo
Egipto. En cambio, el dios principal de Menfis era Ptah, que para los egipcios
era el creador del mundo. Sin embargo, los sacerdotes de Ra consiguieron
convertirlo en el dios principal del panteón egipcio. Snefru fue declarado
hijo de Ra, título que ostentarían también sus sucesores, ratificando así su
naturaleza divina, pero, a su vez, vinculando precisamente a Ra con la
divinidad del Rey.

Snefru envió barcos a Fenicia. Su contacto principal fue Biblos, de donde


importaba entre otras cosas resinas y metales. Otro producto de la zona muy
cotizado fue la madera. Los cedros del Líbano gozaron de un gran prestigio
en el mundo antiguo. Los egipcios no eran grandes marineros. Sus barcos, que
hasta entonces sólo habían recorrido las tranquilas aguas del Nilo, bordeaban
cautelosamente la costa mediterránea hasta Fenicia y volvían por el mismo
camino. Snefru también envió expediciones por el mar Rojo, que llegaron a
Arabia y Somalia, de donde traían incienso, resinas y lapislázuli. La isla

22
HISTORIA UNIVERSAL

de Chipre se convirtió en un importante suministrador de cobre. Por estas


fechas la isla de Creta entró en la Edad del Bronce. Surgió una nueva
civilización conocida como cultura minoica (en una primera etapa conocida
como periodo minoico antiguo) que también mantuvo estrechas relaciones
comerciales con Egipto.

El sucesor de Snefru fue Jufu, más conocido por la versión griega de su


nombre: Keops. Jufu construyó la mayor de todas las pirámides. Fue emplazada
cerca de la ciudad de Giza. La obra se terminó hacia el 2580. La base era
cuadrada, de unos 227 metros de lado y su altura era de 147 metros. Estaba
formada por más de dos millones de bloques de piedra, la mayoría de los
cuales pesaban más de dos toneladas. Estos bloques de granito se extraían de
las canteras del sur, junto a la primera catarata del Nilo, y se transportaron
en barcos por el río. Los egipcios afirmaban que se construyó en 20 años y
que en ella trabajaron 100.000 hombres.

Jufu fue sucedido por su hijo mayor Jafre (o Kefrén) y luego por su hijo
menor Menkure (o Micerino). Ambos construyeron pirámides monumentales junto
a la de su padre, aunque un poco menores. La de Jafre se terminó hacia
el 2530, y la de su hermano hacia el 2510.Las tres pirámides formaban un
mismo complejo arquitectónico: cada una de ellas estaba rodeada de mastabas
menores, destinadas a otros miembros de la familia real o de la corte, había
templos, estatuas y otros monumentos. Tal vez el más famoso sea
la Esfinge, una gigantesca figura con cuerpo de león y cabeza humana que los
griegos pensaron que era de mujer, pero al parecer es una imagen de Jafre.

5. LOS ACADIOS

23
HISTORIA UNIVERSAL

La segunda mitad del tercer milenio fue una época de grandes cambios. Los
pueblos indoeuropeos del oeste de Asia se desplazaron hacia el sur. Una tribu
de grecohablantes ocupó el noreste de los Balcanes. Por aquel entonces los
indoeuropeos ya conocían la agricultura, si bien se decantaban más por la
ganadería. Sus armas eran de piedra, pues no conocían la metalurgia. En el
sur de Grecia, la población nativa (no indoeuropea) hacía tiempo que
comerciaba con el bronce, que obtenía principalmente de Chipre. Los pueblos
semitas que habían invadido Mesopotamia cinco siglos antes empezaron a salir
de su "edad oscura". La ciudad de Mari desarrolló una cultura mixta que
conservaba su lengua semítica, pero, por ejemplo, adoraba a los dioses
sumerios.

En Perú aparecen las primeras casas semisubterráneas, mayoritariamente en


zonas costeras o junto a cauces de ríos, pues sus habitantes eran
principalmente pescadores.

En Egipto se instauraba la V dinastía, que reinó desde el 2500 hasta


el 2430, cuando se instauró (obviamente) la VI dinastía. Al parecer, el
monarca que sucedió a Menkure fue un sacerdote de Ra, lo que culminaba el
ascenso político de este cuerpo sacerdotal. La construcción de pirámides
entró en decadencia. Probablemente los egipcios decidieron invertir sus
esfuerzos en cosas más útiles, como el refuerzo de sus ejércitos.

Mientras tanto, alrededor del 2425, los elamitas se unieron por primera vez
bajo la dinastía de Awan. Siglos después pervivió una tradición según la
cual esta ciudad había dominado Mesopotamia antes de la llegada de los
sumerios. Puede ser cierto y puede ser que la leyenda se creara a partir de
este periodo de esplendor. Por esta época, los elamitas ya habían adaptado
la escritura sumeria a su propia lengua.

Hacia el 2400 en Sumer destacó Eannatum, rey de la ciudad de Lagash, que al


parecer derrotó a los ejércitos unidos de Uruk y de Ur. Como conmemoración
de sus victorias, Eannatum erigió una serie de columnas de piedra
o estelas con inscripciones e imágenes. La más famosa es la Estela de los
buitres, en la que se ve una formación de soldados con cascos y lanzas
avanzando sobre los cadáveres de los enemigos devorados por perros y buitres.
Según las inscripciones, el ejército vencido era el de la ciudad de Umma, que
provocó la guerra al quitar ciertas piedras que marcaban las fronteras.
Naturalmente, no conocemos la versión de los vencidos. Lagash conservó su
preeminencia durante algo más de un siglo. Llegó a dominar un territorio de
unos 4.500 kilómetros cuadrados. Su último rey fue Urukagina, que ascendió
al trono alrededor del año 2350. Por estas fechas los semitas crearon otro
reino poderoso alrededor de la ciudad de Ebla, en Siria, cerca de Fenicia,
que llegó a dominar muchas ciudades del norte de la media luna fértil, de
Anatolia y de la Alta Mesopotamia. Otro tanto sucedió con la ciudad de Mari,
que dominó muchas ciudades de su entorno, entre ellas Assur.

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HISTORIA UNIVERSAL

Volviendo a Lagash, parece ser que Urukagina fue un rey ilustrado, que trató
de impulsar reformas sociales para reducir el excesivo poder de los
sacerdotes en beneficio del pueblo. Sin embargo, los sacerdotes podían llegar
a tener más poder que el rey sobre un pueblo temeroso de los dioses. Lagash
se debilitó por sus convulsiones internas y Umma encontró la ocasión de
vengar su pasada derrota. A la sazón su rey era Lugalzagesi, que se apoderó
de Ur, se proclamó rey de Uruk y, desde allí, en el año 2330 atacó Lagash y
la saqueó. Pronto adquirió el control de todo Sumer.

Naturalmente, si conocemos todos estos detalles es porque a partir del año


2800 los sumerios empezaron a usar sistemáticamente la escritura con fines
históricos y literarios (los egipcios harían otro tanto a partir del 2100).
A los sumerios de siglos posteriores les debió de sorprender la ausencia de
registros anteriores al 2800. Posiblemente no se les pasó por la imaginación
que la causa fuera que antes se desconocía la escritura o, por lo menos, que
ésta tenía un uso aún muy restringido, así que conjeturaron que ésa debía de
ser la fecha del Diluvio Universal, una leyenda sobre una inmensa inundación
que posiblemente era mucho más antigua. Los sumerios ubicaron todas sus
leyendas en la época "antediluviana".

Según dichas leyendas, el mundo fue creado en siete días. El número siete se
debe a que los astrónomos sumerios habían identificado siete cuerpos
celestes, aparte de las estrellas: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter,
Venus y Saturno. Estos astros eran divinidades que influían sobre los
hombres. El destino de una persona dependía fuertemente del astro dominante
el día y la hora de su nacimiento. Cada día se nombraba según el astro que
dominaba en su primera hora, y así surgió la división del tiempo en semanas
de siete días.

Las listas de reyes sumerios fueron completadas con diez reyes


antediluvianos, a los que atribuían reinados de decenas de miles de años. El
último y más famoso de estos reyes fue Gilgamesh, rey de Uruk. Su leyenda se
basa indudablemente en el Gilgamesh histórico que reinó hacia el 2700, pero
el Gilgamesh legendario fue situado antes del Diluvio, como era preceptivo.
Según la leyenda fue un héroe valiente que realizó hazañas increíbles. Tras
la muerte de un amigo se puso a buscar el secreto de la vida eterna. Así
pasó una larga serie de peripecias. Entre ellas sobrevivió al diluvio,
causado por unos dioses enojados. Otro de los supervivientes
fue Utnapishtim quien, favorecido por los dioses, construyó un barco en el
que se salvó juntamente con su familia. Los dioses, sin hombres que les
ofrecieran sacrificios, sintieron hambre, pero Utnapishtim, cuando el
Diluvio hubo pasado, sacrificó animales en acción de gracias. Dice el poema:

Los dioses olieron su aroma,


Los dioses olieron el dulce aroma,
Como moscas, se agruparon sobre el sacrificio...
En agradecimiento, los dioses otorgaron a Utnapishtim el don de la
inmortalidad. Se encontró con Gilgamesh y le indicó que debía buscar

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HISTORIA UNIVERSAL

cierta planta mágica. La encontró, pero, cuando se disponía a comérsela,


una serpiente se la robó (lo que explicaba la creencia antigua de que las
serpientes rejuvenecen al cambiar de piel).

Otra ciudad semita que había alcanzado cierto esplendor era Kish. Mientras
Lugalzagesi reinaba en Uruk y ejercía su influencia sobre todo Sumer, el
primer ministro del rey de Kish se las arregló para usurpar el trono, tras
lo cual adoptó el nombre de Sargón, que significa "Rey legítimo". Su
legitimidad no debía de estar tan clara, pues el nuevo rey prefirió trasladar
la corte a una nueva capital fundada por él mismo y que no estuviese asociada
a la monarquía anterior. Esta capital fue Agadé, o Acad, y desde entonces el
rey fue conocido como Sargón de Acad. Alrededor del 2300 Sargón se enfrentó
a Lugalzagesi y lo derrotó. Según sus inscripciones conmemorativas, esta
victoria le dio el dominio de todo Sumer, pero parece ser que en realidad
necesitó varias campañas más para lograr esta meta. En cualquier caso, Sargón
acabó dominando una extensa región de Mesopotamia que incluía a todo Sumer
y que fue conocida como el Imperio Acadio.Más aún, sometió al reino de Elam,
dejándolo bajo el gobierno del rey de Susa, una de sus ciudades menos
destacadas, que a partir de este momento empezó a ganar influencia.

Sargón siguió combatiendo y sojuzgando ciudades del norte y del este,


mientras la capital de Acad iba engrandeciéndose. Por ejemplo, la ciudad de
Assur se había liberado recientemente del dominio de Mari, e instauró una
monarquía propia, pero sus reyes se convirtieron en tributarios de Sargón.
La propia Mari no tardaría en someterse también al yugo acadio. Por el
contrario, Ebla estuvo a punto de derrotar a Sargón, quien, no obstante,
logró rehacerse. Ebla conservó su independencia y se convirtió en un

26
HISTORIA UNIVERSAL

importante centro cultural que absorbió la cultura acadia (que a su vez había
incorporado la cultura sumeria). En sus restos se han encontrado numerosas
tablillas cuneiformes escritas en eblaíta con textos jurídicos, religiosos,
diplomáticos, administrativos y económicos. Incluso se han encontrado
diccionarios sumerio-eblaítas. Según los escritos acadios, Sargón llegó en
sus campañas hasta la costa de Canaán.

El Imperio Acadio fue el primer imperio histórico en el sentido de un pueblo


que dominó militarmente a otros pueblos extranjeros. En este sentido, el
Imperio Antiguo egipcio no era un imperio, sino una cultura homogénea que
poblaba un territorio extenso. El gobierno de Sargón fue opresivo para los
pueblos que sojuzgó. Los gobernantes sumerios del sur fueron sustituidos por
guerreros brutales, lo que causó muchas revueltas que Sargón tuvo que
sofocar. Por otra parte, Sargón instituyó el acadio como lengua oficial del
imperio y debió de tomar medidas para fomentarlo pues, a pesar del prestigio
que tenía el sumerio, terminó desplazándolo.

Indudablemente, la entrada de los acadios conquistadores en las ciudades de


Sumer debió de generar una gran confusión, agravada por el hecho de que los
recién llegados hablaban una lengua que casi nadie entendía. Tal vez las
gentes más humildes, cuya visión del mundo se reducía a su entorno más
inmediato, ni siquiera entendían por qué "de repente" habían aparecido
hombres que hablaban una lengua tan extraña que ahora se veían coaccionados
a aprender. Era natural pensar en un castigo de los dioses. Con el tiempo,
cuando Sumer y Acad se borraron de la memoria de las gentes, pervivió la
leyenda de que hubo un tiempo en que todos los hombres hablaban la misma
lengua (o sea, el sumerio), pero que un día los dioses los castigaron y
sembraron la confusión haciendo que hablaran dos lenguas distintas. Por otra
parte, los zigurats eran ya monumentos del pasado y lo que la gente sabía de
ellos es que habían sido construidos para acercarse al cielo. Esto era
cierto: muchos pueblos con divinidades celestes eligen lugares elevados para
estar más cerca de sus dioses al hacer sus sacrificios, y los zigurats fueron
la peculiar forma que tuvieron los sumerios de plasmar esta idea. Sin
embargo, la gente encajó muy bien ambas historias: los antiguos construían
torres cada vez más altas con la pretensión de alcanzar el cielo, pero los
dioses se enojaron por este intento de "invasión" y lo evitaron sembrando la
confusión: les hicieron hablar cientos de lenguas distintas, con lo que ya
no podían trabajar conjuntamente y el proyecto fracasó. Los hombres se
dispersaron según sus lenguas, y esta era la causa de que en el mundo hubiera
tantos pueblos con tantas lenguas diferentes. Por una cuestión de coherencia
esta leyenda tuvo que ubicarse después del Diluvio (los hablantes de lenguas
extrañas no habían perecido), lo cual, por otra parte, también encajaba en
la historia: tal vez los antiguos querían llegar al cielo para salvarse en
caso de que los dioses provocaran otro diluvio universal.

Hacia el 2300 se inicia un periodo de esplendor en el valle del Indo. La


llamada civilización del Indo fue extendiéndose hasta ocupar un territorio
mayor que el actual Pakistán. Se construyeron grandes ciudades de ladrillo
con casas rectangulares y calles de 8 metros de ancho, disponían de

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HISTORIA UNIVERSAL

instalaciones sanitarias, almacenes, piscinas y un sistema de canales muy


estudiado. Sus habitantes cultivaban el trigo y la cebada, y se han
encontrado los restos más antiguos del cultivo del algodón. Disponían de una
escritura reducida de 270 signos diferentes (cuyo significado se desconoce),
que únicamente se han encontrado en sellos, por lo que debían de ser
identificaciones de mercancías. Sorprende la ausencia de templos en las
ciudades, si bien se han encontrado objetos de culto, tal vez antecedentes
de la futura religión de la India. Tampoco había palacios, lo que suscita
muchos interrogantes sobre el tipo de estructura social de esta cultura. Las
capitales más importantes eran Harappa y Mohenjo-Daro. Se ignora si eran
capitales de estados distintos o si formaban parte de un mismo imperio. Hay
constancia de un intenso comercio marítimo con Sumer.

Por esta época reinaba en Egipto el tercer rey de la VI dinastía, Pepi


I, nativo de Menfis. Los nómadas del desierto de Libia empezaron a hostigar
el país, pero fueron rechazados cinco veces por los ejércitos egipcios,
dirigidos por un general llamado Uni. Este general consolidó también el
dominio de Egipto sobre la península del Sinaí, rica en metales, e incluso
supervisó expediciones a Nubia, al sur de la primera catarata del Nilo. El
Imperio Antiguo alcanzó así su apogeo. Probablemente, Pepi I decidió que las
relaciones comerciales que Egipto mantenía con Fenicia desde hacía mucho
tiempo no eran satisfactorias: los cananeos pagaban poco por las
exportaciones egipcias y cobraban mucho por sus productos. (Cuando dos
personas negocian y una tiene a sus órdenes un ejército poderoso, es natural
que llegue a esta conclusión.) Los fenicios fueron exhortados a pagar
periódicamente un tributo al rey, pero algunas ciudades decidieron negarse.
Como consecuencia, Uni dirigió una expedición contra Fenicia: una columna

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HISTORIA UNIVERSAL

marchó por tierra y otra, transportada por mar, desembarcó hacia el sur de
Biblos. El ejército derribó murallas, incendió ciudades, destruyó cosechas,
se apoderó de toda clase de objetos valiosos y, sin duda, consiguió que las
ciudades castigadas se comprometieran a pagar el tributo.

Hacia el año 2280 muere Sargón de Acad. Inmediatamente, Sumer y los pueblos
de los montes Zagros vieron en la muerte del rey una oportunidad para
liberarse de la tiranía acadia y se rebelaron. Sin embargo, Sargón fue
rápidamente sucedido por su hijo mayor Rimush, quien, con ayuda de su hermano
Manishtusu, sofocó las revueltas.

En 2272 el hijo de Pepi I subió al trono de Egipto con el nombre de Pepi


II. Era sin duda un niño, pues su reinado duró noventa años, y es, al parecer,
el más largo de la historia.

En 2252 Naram-Sin, nieto de Sargón, ocupa el trono de Acad. Tras sofocar


varias revueltas internas, Naram-Sin continuó la tradición imperial de su
abuelo, reemprendiendo expediciones a tierras lejanas. En el 2200 destruyó
el floreciente reino de Ebla. Para consolidar su autoridad se hizo proclamar
dios, organizó un cuerpo de nobles-funcionarios que supervisaban o sustituían
a los reyes locales e instaló colonias de acadios en las ciudades sospechosas
de rebeldía. La cultura floreció en la corte de Acad. Los escribas acadios
desarrollaron y superaron las tradiciones sumerias. Aunque el lenguaje de la
cultura siguió siendo el Sumerio, los comerciantes y la administración
hablaban acadio.

Mientras tanto, como es habitual, en los cielos se reproducían los


acontecimientos de la tierra: Los dioses acadios se mezclaron con los
sumerios. Es fácil distinguirlos porque tienen nombres semíticos. Además,
son todos dioses celestes, como corresponde a las culturas de pastores.
Así, Sin, dios de la luna, se convirtió en el dios principal de Ur (Naram-
Sin significa "amado por Sin"); Ishtar, identificada con el planeta Venus,
diosa del amor y la belleza, se convirtió en la diosa principal de Uruk,
desplazando el culto a Anu. Esto era aceptable, pues pronto se descubrió que
Ishtar era hija de Anu. También estaba Shamash, dios del Sol, que no
consiguió tanta notoriedad como sus compañeros.

6. EL FIN DEL TERCER MILENIO

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HISTORIA UNIVERSAL

En el último cuarto del tercer milenio la


civilización se encontró con cambios aún más
drásticos que en el periodo precedente. En China
aparece el primer reino del que tenemos
constancia histórica. Los historiadores chinos
situaban en los inicios de su historia unos reyes
legendarios, a cada uno de los cuales se le
atribuía un avance cultural: Fuxi inventó la
adivinación, Shennongla agricultura, Huangdi la
técnica, Yao y Shun el arte de gobernar y Yu es
presentado como un ingeniero que acabó con una
gran inundación. Una de las leyendas en torno a
Yu dice que, cuando éste reguló las aguas,
apareció una tortuga divina que llevaba números escritos en su caparazón. Yu
los examinó y los ordenó según el esquema de la derecha. Los chinos llamaban
a este diagrama el Loh Shu (escrito del río Loh), porque, al parecer, la
primera referencia por escrito (posterior a la época que nos ocupa) fue
encontrada junto al río Loh. El Loh Shu es lo que los matemáticos modernos
llaman un cuadrado mágico, y su "magia" consiste en que se trata de una
ordenación de los números del 1 al 9 en la que las tres filas, las tres
columnas y las dos diagonales del cuadrado suman la misma cantidad, a saber,
15. Otra leyenda atribuye a Fuxi la invención del Loh Shu, lo que lo
remonta principios del milenio.

Siempre según la leyenda, Yu fundó la dinastía de los Xia, que reinó durante
cerca de 500 años. No se conocen detalles concretos sobre este reino. Según
las leyendas su capital estuvo en Anyi. Los chinos eran, por aquel entonces,
un pueblo de cazadores, pescadores y cultivadores de cereales. Edificaban
con tierra batida, practicaban la adivinación con caparazones de tortuga y
celebraban fiestas con danzas y cantos rituales. Tenían un sentido muy fuerte
de la cohesión familiar y un gran respeto hacia los ancianos y los
antepasados.

Mientras tanto, en 2218 moría Naram-Sin, el rey de Acad, a quien sucedió su


hijo Sharkali-Sharri. Por esta época el imperio estaba muy debilitado.
Tantos siglos de represión habían mermado la capacidad bélica de los
territorios sometidos, y toda la fuerza estaba centralizada en torno a los
ejércitos de la capital. En ausencia de influencias exteriores, esta
situación sería la óptima para Acad, pero Mesopotamia nunca dejó de estar
amenazada por los pueblos nómadas, tanto por Arabia como por los montes
Zagros, y ahora la población no sólo no estaba capacitada para defenderse de
sus incursiones, sino que cualquier ataque al imperio era bien recibido y
alentado por sus súbditos. Por otra parte, el control de un territorio
extenso había obligado a los reyes a transferir parte de su autoridad a una
nobleza que no tardaría en generar diversos aspirantes al trono. Para
derrocar a un rey hace falta un ejército propio o, al menos, un estado de
confusión que anime al ejército a cambiar de jefe. Por ello parte de la
nobleza vio también con buenos ojos las incursiones bárbaras.

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HISTORIA UNIVERSAL

Así, hacia el 2200 una tribu de bárbaros invadió Mesopotamia desde los montes
Zagros. Se llamaban a sí mismos los guti. Los intentos de Sharkali-Sharri de
detener los saqueos fueron vanos, y en 2193 fue asesinado, al tiempo que la
ciudad de Acad fue arrasada. La destrucción fue tan minuciosa que Acad es la
única ciudad importante de la época cuyo emplazamiento se desconoce. Es
razonable pensar que los sumerios y los elamitas se unieron a los guti y
descargaron sobre Acad todo el odio y las ansias de venganza que habían
acumulado desde muchos años atrás. El resultado fue que no quedó piedra sobre
piedra.

Ahora bien, los habitantes de Mesopotamia no tardarían en descubrir que los


guti no eran mejores que los acadios. Los guti tenían el poder, pero carecían
de la cultura necesaria para emplearlo con la eficiencia de los acadios. Los
sistemas de canales de los ríos se deterioraron y sobrevino una época de
hambre.

En 2182 murió Pepi II, el último rey de


la VI dinastía egipcia. La evolución del
país había sido similar a la del Imperio
Acadio. Desde el reinado de Pepi I la
nobleza adquirió cada vez más poder. Esto
debió de acentuarse en los años en que el
rey Pepi II era un niño y, por
consiguiente, no ejercía directamente el
mando. Mientras el rey vivió, todo estaba
aparentemente bien, pues la lealtad al rey
del ejército y el pueblo debía de ser poco
menos que inquebrantable. Tal vez la
nobleza consiguió que el rey muriera sin
descendencia, de modo que muchos ocultaran
aspiraciones de ocupar el cargo tras su
muerte. El caso es que nadie lo consiguió
y el Imperio Antiguo se desmembró en
muchos reinos pequeños en lucha continua.
Como en Mesopotamia, ésta fue una época
de miseria. En un papiro que ha sobrevivido, su autor, Ipuwer (tal vez con
cierta exageración poética), describe así la situación:

...la risa ha perecido y no se ha vuelto a dar. La aflicción ronda por el


país mezclada con lamentos... El país se ha entregado al hastío... el trigo
ha perecido por todas partes... el granero está vacío y quien lo custodiaba
yace cuan largo es sobre el suelo...
Durante este periodo fueron saqueadas todas las tumbas de la época de las
pirámides. Muchos de los reyes que figuran en los anales egipcios tras
Pepi II fueron gobernantes locales que reinaron simultáneamente. Así, los
reyes de las dinastías VII y VIII reinaron en Menfis o en Heliópolis, en
el Bajo Egipto, mientras que los de las dinastías IX y X eran de
Heracleópolis, junto al lago Moeris.

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HISTORIA UNIVERSAL

Tanto en Egipto como en Mesopotamia, los primeros signos de recuperación de


la crisis los encontramos en las ciudades alejadas de lo que habían sido los
grandes centros de poder. Así, en Egipto empezó a prosperar la ciudad
de Tebas, al Sur, de cuya historia anterior se sabe muy poco. Probablemente
era una aldea fundada durante la V dinastía que vivió de las rutas comerciales
que llegaban hasta Nubia, más allá de la primera catarata del Nilo. Los
gobernantes de las ciudades del norte se olvidaron del "lejano sur" en sus
disputas, así que Tebas prosperó. Su dios principal era Amón, un dios de la
fertilidad completamente desconocido en tiempos del Imperio Antiguo.

En Mesopotamia, mientras tanto, los guti se habían asentado hacia el norte,


donde había estado la capital de Acad. Esto permitió a algunas ciudades de
Sumer comprar su libertad comprometiéndose a pagar un tributo. Uruk progresó
bajo su IV dinastía, Ur bajo su II dinastía,pero el gobernante más notable
del periodo fue Gudea de Lagash, hacia el 2141, bajo el cual la ciudad
prosperó en paz, libre de los afanes conquistadores de los tiempos del rey
Eannatum. Gudea embelleció los templos ya existentes y construyó otros quince
nuevos. Los escultores de Lagash aprendieron a trabajar la diorita, una
piedra muy dura que se traía del exterior. El primer resto sumerio que se
descubrió (a finales del siglo XIX d.C.) fue el palacio de Gudea. Tras su
muerte, el pueblo mostró su agradecimiento incluyendo al rey entre sus
dioses.

Mientras tanto, los guti fueron absorbiendo la cultura acadia, al igual que
los acadios habían absorbido la cultura de los sumerios y éstos la de los
habitantes primitivos de la región.

Volviendo a Egipto, en 2132 se inicia una dinastía de reyes tebanos,


registrada como la XI dinastía egipcia, que combatió a los reyes de
Heracleópolis, de modo que en 2124 Tebas dominaba todo el Alto Egipto.

Paralelamente, en 2123 el rey Utu-Hegal, de la V dinastía de Uruk logró


expulsar a los guti de Mesopotamia, en coalición con la ciudad de Ur. Uno de
los oficiales de Utu-Hegal se erige en rey de Ur (iniciando así su III
dinastía) bajo el nombre de Ur-Nammu. Bajo su reinado, toda Mesopotamia quedó
unida en un imperio tan grande como el acadio, pero de carácter más comercial
que militar. Aunque no es probable que fuera el primero, lo cierto es que el
código de leyes más antiguo que conocemos procede de este periodo. Es
sorprendente el carácter progresista de estas leyes. Los antiguos tendían a
castigar los delitos mediante la muerte o la mutilación, mientras que en el
código de Ur-Nammu se establecen compensaciones monetarias. Tal vez esta
idea fuera natural en un pueblo de comerciantes. Bajo la III dinastía de Ur
se construyó el mayor Zigurat edificado hasta entonces. Su base medía 90 por
60 metros, y sus muros inferiores (hechos de ladrillo) tenían un espesor de
dos metros y medio. Se conservan dos plantas, pero parece ser que tenía una
tercera, con una altura total de 40 metros. El sumerio volvió a ser la lengua
oficial de Mesopotamia y este periodo se considera la Edad de Oro de su
literatura.

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HISTORIA UNIVERSAL

Hacia el 2052 el quinto rey de la XI dinastía tebana de Egipto, conocido


como Mentuhotep II, conquistó el Bajo Egipto, con lo que todo el país volvió
a estar unificado bajo un solo rey, esta vez tebano. Surgía así el Imperio
Medio egipcio. Habían pasado 130 años desde el desmembramiento del Imperio
Antiguo. Aquí surgió un conflicto religioso, pues el dios principal de Tebas
era Amón, mientras que en el Bajo Egipto los sacerdotes de Ra seguían
dirigiendo la religión y, con ella, gran parte de la política.
Afortunadamente, Amón no tenía un cuerpo sacerdotal tan desarrollado, y los
sacerdotes de Ra descubrieron rápidamente que en realidad Amón y Ra eran el
mismo dios, que a partir de entonces fue llamado Amón-Ra. La idea funcionó
y los sacerdotes de Ra mantuvieron su status en los nuevos tiempos. Tebas,
la nueva capital del imperio, fue creciendo y enriqueciéndose con templos y
monumentos.

Entre tanto, los días de gloria de la III dinastía de Ur fueron acabando. En


efecto, Mesopotamia mantuvo bastantes guerras con las regiones vecinas,
especialmente con el reino de Elam. Sin embargo, en un momento dado las
ciudades sumerias retomaron la antigua costumbre de luchar entre sí. El
último rey de la dinastía fue Ibbi-Suen, que reinó desde 2028 sin más dominio
que su propia ciudad. En 2004 un ejército elamita aprovechó la anarquía y un
periodo de hambre que azotó a la propia Ur para entrar en la ciudad y hacer
prisionero a Ibbi-Suen.

7. LOS AMORREOS

El periodo de anarquía en que se vio envuelta Mesopotamia al final del tercer


milenio facilitó una nueva invasión del territorio por una nueva oleada de
pueblos semitas. Éstos se llamaban a sí mismos Amurru, pero actualmente son
más conocidos como Amorritas o Amorreos. La invasión no fue tan traumática
como las anteriores, en parte porque esta vez el caos de la región no lo
habían ocasionado ellos, en parte porque su lengua era muy similar al acadio,
por lo que fueron asimilados fácilmente y no se les tuvo por odiosos
extranjeros, como había sucedido con los guti. Tal vez no sería exagerado
afirmar que los amorreos, pese a su falta de cultura, impusieron el orden
necesario para que la cultura mesopotámica siguiera floreciendo. No obstante,
fueron necesarios unos dos siglos para que la vida volviera a ser la de
antes. Los amorreos se asentaron en lo que había sido Acad y también en
Canaán. La ciudad más importante tras la caída de Ur fue Isin. El reino de
Elam también ejercía su influencia sobre las ciudades mesopotámicas más
cercanas. Más al norte destacaban las viejas ciudades de Mari y Assur, así
como la ciudad de Eshnunna. No fueron ocupadas por los amorreos, pero parece
que dependieron seriamente de ellos.

33
HISTORIA UNIVERSAL

Los amorreos no introdujeron muchas novedades. Se limitaron a asimilar la


cultura preexistente. Ni siquiera introdujeron nuevos dioses, pues la
similitud de su lengua con el acadio favoreció que sus dioses se
identificaran con algunos de los ya existentes. Tenían un dios
nacional, Amurru, que pervivió como un dios secundario.

También hubo movimientos en el norte. Los indoeuropeos domesticaron


el caballo. Hasta entonces los únicos animales de carga eran los bueyes y
los asnos. El caballo, aun domesticado, no servía para estos fines, pues los
arneses primitivos les oprimían la tráquea y los asfixiaban. Durante un par
de siglos tal vez fue usado únicamente como alimento. Ya hacía tiempo que un
pueblo indoeuropeo se había asentado en el norte de Grecia, y ahora otro se
asentó al sureste de Anatolia. Se les conoce como Hititas. Como es habitual,
tanto los hititas como los griegos tardaron varios siglos en asimilar la
cultura de la zona y durante este periodo dieron poco que hablar.

Al mismo tiempo, la civilización empezaba a cuajar en dos zonas de América:


En México aparecen los primeros núcleos urbanos con viviendas rectangulares
de techos de paja. En las ciudades se desarrolló una economía autosuficiente
basada en la agricultura, caza, pesca y recolección. El metal era
desconocido. En Perú los avances fueron más espectaculares, allí las ciudades
contaban con edificios públicos para ceremonias y en Las Haldas destaca un
templo piramidal compuesto por siete terrazas superpuestas. No conocemos
muchos detalles sobre la sociedad que llevó a cabo estas construcciones,
pero en cualquier caso podemos deducir que había excedentes económicos y una
organización social estratificada que regulaba la actividad comunal.

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HISTORIA UNIVERSAL

La isla de Creta se convirtió en una nueva potencia. Ya llevaba mucho tiempo


comerciando por mar con Egipto y Canaán principalmente, pero ahora la isla
se unió bajo un gobierno poderoso, cuya capital fue la ciudad
de Cnosos. Ahora los barcos comerciales cretenses estaban protegidos por una
flota militar. La prosperidad y la influencia de la isla fue aumentando
gradualmente en los siglos siguientes. La Grecia continental fue ocupada por
un pueblo indoeuropeo que implantó una cultura homogénea en la región, típica
de las primeras fases de la Edad del Bronce. No obstante, esta cultura no
llegó al Peloponeso ni a las zonas costeras, que continuaron habitadas por
una población nativa bajo la influencia de Creta.

Egipto estaba en los mejores días del Imperio Medio. Los reyes Mentuhotep
IV y Mentuhotep V tuvieron un capaz primer ministro llamado Amenemhat, de
origen tebano. De algún modo se rebeló y en 1991 se convirtió en rey con el
nombre de Amenemhat I,inaugurando así la XII dinastía. Trasladó la capital
del imperio a Lisht, cerca de Menfis, pues debió de juzgar que Tebas estaba
demasiado al sur para controlar eficazmente el Bajo Egipto. La construcción
de pirámides continuó, si bien éstas nunca volvieron a alcanzar las
proporciones de las del Imperio Antiguo. Amenemhat reforzó el dominio egipcio
sobre el Sinaí, restableció el comercio con el sur y mantuvo controlada a la
nobleza. Así mismo ordeno la limpieza y restauración del canal que unía el
Nilo con el lago Moeris, lo que aumentó considerablemente la fertilidad de
la región.

La XII dinastía fue considerada en épocas posteriores como la Edad de Oro de


la literatura egipcia. A esta época corresponden los ejemplos más antiguos
que conocemos de literatura de ficción no relacionada con la mitología, como
el cuento del náufrago que se encuentra con una serpiente monstruosa, o el
cuento de Sinuhé, que cuenta la vida de un exiliado egipcio entre las tribus
nómadas de Siria. También las ciencias progresaron. Se conoce un papiro que
explica cómo operar con fracciones, así como el cálculo de ciertas áreas y
volúmenes. Hay recopilaciones de refranes y proverbios. Se cree que uno de
ellos fue escrito por el propio Amenemhat I para su hijo. Parece que la vida
de palacio no era del todo fácil, pues entre otros consejos leemos:

Ten cuidado con tus subordinados... ten cuidado con tu hermano, no conozcas
al amigo y no intimes con nadie...
En 1971 Amenemhat I fue sucedido por su hijo Sesostris I, quien conquistó
la región de Nubia, situada al sur de la primera catarata del Nilo. Los
nativos eran un pueblo primitivo que no tenía nada que hacer frente al
ejército egipcio. Quince siglos después, cuando Egipto había perdido su
poderío, los sacerdotes contaban historias legendarias sobre las
extraordinarias hazañas de los reyes del pasado, que habían conquistado
todo el mundo conocido, y el mayor de todos los conquistadores era
Sesostris I.

Mientras tanto, en Mesopotamia, la ciudad de Larsa se liberó de la dominación


de Elam, en 1924 derrotó a Isin y tuvo su propio siglo de grandeza. Podemos

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HISTORIA UNIVERSAL

decir que hacia 1900 los sumerios habían desaparecido de la historia. No


fueron exterminados ni expulsados. Simplemente perdieron su identidad
nacional. Ya nadie hablaba sumerio, si bien la lengua se conservó como
"lengua culta" en los rituales religiosos (algo similar a lo que le sucedería
al latín mucho después). Durante 2.000 años los sumerios habían inventado el
transporte con ruedas, la astronomía, la matemática, la empresa comercial,
la construcción con ladrillo a gran escala y la escritura, y a partir de
este momento fueron paulatinamente olvidados, hasta tal punto que no se
volvió a saber de su existencia hasta los descubrimientos arqueológicos del
siglo XIX d.C.

A esta época corresponden los sucesos narrados en la parte final del libro
del génesis, en la Biblia. El génesis fue escrito por sacerdotes judíos más
de mil años después. Su primera parte es una versión de los mitos sumerios
sobre el Diluvio y las épocas anteriores, drástica y sistemáticamente
adaptados para dejar como único protagonista al dios judío, que en la época
que tratamos ahora no existía todavía. Por ejemplo, se conserva una tablilla
sumeria de esta época que hace referencia a un conflicto entre un dios pastor
y un dios agricultor, en los que no es difícil reconocer a los que la Biblia
presenta como Caín y Abel. Los diez reyes legendarios de antes del Diluvio
son sustituidos por diez patriarcas de Adán a Noé. Luego viene la adaptación
de la leyenda sobre los hombres que querían construir una torre que llegara
al cielo. Ahora es el dios judío el que lo impide haciendo que cada cual
hablara una lengua distinta. La Biblia sitúa la historia en la ciudad
de Babel o Babilonia. Al parecer los judíos encontraron una falsa etimología
que relaciona el nombre con la palabra "confusión", cuando en realidad Babel
es una derivación de Bab-Ilum (puerta de Dios), nombre de una pequeña ciudad
mesopotámica que tomaron los amorreos y que pronto iba a destacar en la
región. Tras una larga lista de descendientes de Noé, el génesis prosigue
con la historia del patriarca Abram. Las fuentes de esta última parte ya no
son mesopotámicas, sino cananeas. No se conoce ninguna otra versión más que
la de la propia Biblia. En principio, toda la historia de Abram podría ser
una invención muy posterior, pero hay indicios de que existe un sustrato que
se remonta realmente a los finales del siglo XX o principios del XIX. Por
una parte, se describe una situación política que cuadra con la realidad
histórica:

Aconteció por aquel tiempo que Amrafel, rey de Senaar; Arioc, rey de Elasar;
Codorlahomor, rey de Elam y Tadal, rey de Naciones, hicieron la guerra contra
Bara, rey de Sodoma, y contra Bersa, rey de Gomorra, y contra Senaab, rey de
Adama y contra el rey de Bala, la misma que después se llamó Segor. Todos
estos vinieron a juntarse en el valle de las Selvas, que ahora es el mar
salado. Y el motivo fue que, habiendo estado doce años sujetos a
Codorlahomor, al decimotercero sacudieron el yugo. (Gen. XIV, 1-4)
Senaar es el nombre que la Biblia da a Mesopotamia, mientras que Elasar debe
de ser Larsa y, obviamente, el mar salado es el mar Muerto. Las ciudades de
Sodoma, Gomorra, etc. eran cananeas. Debían de estar cerca del mar Muerto,
pues la Biblia sigue explicando que allí tuvo lugar el enfrentamiento como

36
HISTORIA UNIVERSAL

consecuencia del cual fueron derrotadas y saqueadas. En el texto hay una


aparente contradicción, pues parece que Elam es la potencia más poderosa
(era la que tenía sometidas a las ciudades cananeas), mientras que a Amrafel
se le presenta como rey de Mesopotamia. Probablemente Amrafel era rey de
Babel, y se le atribuye el gobierno de toda Mesopotamia anacrónicamente,
pues poco después la ciudad dominaría en verdad toda la región.

Otro indicio del valor histórico de la última parte del Génesis es que la
historia de Abram parece haber sido modificada varias veces, en particular
para encajarla con el siguiente libro de la Biblia, el Éxodo. Así, los
protagonistas cambian de nombre de forma repentina y a veces muy forzada. El
propio Abram (padre excelso) pasa a llamarse Abraham (padre de una multitud
excelsa), su mujer Sarai (señora mía) pasa a llamarse Sara (señora) y sus
nietos Esaú (velloso) y Jacob (que echa la zancadilla) pasan a llamarse Edom
e Israel. Estas modificaciones sugieren que existía una primera versión que
fue necesario conciliar con la que más convenía a los judíos.

El núcleo de la historia de Abram es el siguiente: Abram parte de Ur con su


padre, su mujer y su sobrino y se asienta en Canaán (donde muere el padre).
Durante un periodo de hambre viajan a Egipto, donde son bien recibidos por
el rey, pero Abram le hace creer que Sarai es su hermana, el rey la toma
como esposa y Dios castiga a Egipto con terribles plagas. Cuando el rey se
entera de que Sarai es la mujer de Abram, le invita a marcharse de sus
tierras con ella y toda su familia. Vuelven a Canaán. Abram se asienta en
la ciudad de Hebrón, a mitad de camino entre la costa y el mar Muerto,
mientras que su sobrino Lot se asienta en Sodoma, que debía de estar junto
al Jordán, al norte del mar Muerto. Entonces tuvo lugar el enfrentamiento
descrito más arriba, en el cual Lot fue hecho prisionero por Codorlahomor.
Abram se entera, recluta un ejército, persigue y derrota a Codorlahomor,
librando así a Lot y restituyendo a Sodoma sus prisioneros y riquezas
incautadas. Luego Abram pasa a la ciudad de Gerara, donde nuevamente hace
creer a su rey que Sarai es su hermana y se repite el mismo incidente que en
Egipto, pero esta vez se aclaran las cosas y el rey de Gerara permite a Abram
que ocupe la parte de su territorio que más le plazca. Pero la parte más
importante de la leyenda es que, en varios momentos, Dios promete a Abram
que entregará a sus descendientes toda la tierra de Canaán. A partir de aquí,
los distintos apaños posteriores de la leyenda parecen intentos de unos y
otros por considerarse descendientes directos de Abram y, por consiguiente,
legítimos propietarios por voluntad divina de la tierra de Canaán.

El primogénito de Abram es Ismael y la Biblia afirma que sus descendientes


poblaron la costa arábiga del mar Rojo. (Más de dos mil años después, Mahoma
se consideraría descendiente de Ismael.) Pero resultó que no era hijo de
Sarai, la mujer legítima, sino de una esclava, luego el verdadero primogénito
era Isaac. A su vez, éste tuvo dos hijos gemelos, Esaú nació primero y Jacob
nació después cogiéndolo por el tobillo (como intentando nacer antes, de ahí
su nombre). Teóricamente, la posesión de Canaán correspondía a Esaú, pero
éste la vendió a su hermano por un plato de lentejas y, mediante un engaño,
Jacob logró que Isaac ratificara el trato en su lecho de muerte.

37
HISTORIA UNIVERSAL

Un posible análisis de esta fábula sería el siguiente: El hecho de que Abram


pudiera reclutar un ejército indica que en realidad debía de ser un rey de
alguna ciudad o bien un caudillo de una de las tribus amorreas que llegaron
de Arabia. La procedencia de Ur no es verosímil. Tras todo el folletín de la
descendencia de Abram, los judíos terminaban siendo (obviamente) sus
legítimos herederos. Son muchos los pueblos que remontan su origen a un
personaje concreto, y siempre tratan de atribuirle un origen ilustre. Cuando
se escribió el Génesis, la ciudad de Ur conservaba la leyenda de su antigua
fama, y es natural que los judíos la eligieran como patria de su antepasado.
Lo más razonable es que Abram fuera un caudillo amorreo que no consiguió un
buen territorio en la invasión, por lo que llevó a sus hombres hacia Egipto
con la esperanza de encontrar mejores oportunidades. Allí se encontró con un
poderoso Imperio Medio que debió de rechazarlo sin apenas esfuerzo.
Naturalmente los hombres de Abram debieron de silenciar rápidamente esta
parte de la historia, por lo que se convirtió en un punto oscuro que los
judíos rellenaron con fragmentos posteriores: por una parte, las plagas de
Egipto están tomadas del siguiente libro bíblico, el Éxodo, y el incidente
entre Sarai y el rey tiene toda la traza de ser una duplicación del incidente
análogo con el rey de Gerara. Es probable que los hombres de Abram se
sintieran descontentos con un caudillo que los llevaba de un sitio a otro
infructuosamente. Tal vez Abram los aplacó con alguna historia sobre un dios
portentoso enfadado con los cananeos y los (restantes) amorreos y que estaba
dispuesto a usarlos a ellos como brazo de su venganza, de modo que con su
ayuda conquistarían todo Canaán. No podemos saber nada sobre el dios de
Abram, pues la Biblia atribuyó toda intervención divina al dios de los
judíos, eliminando cualquier resto de otra religión. En cualquier caso,
parece que los hombres de Abram cobraron ánimo y, de vuelta en Canaán,
tuvieron alguna victoria destacada (probablemente no tan importante como
derrotar al rey de Elam). Finalmente pudieron asentarse en Gerara (la
historia de que el rey les ofreciera voluntariamente su territorio es
increíble). Fuera así o de otro modo, es plausible que los amorreos de alguna
ciudad de Canaán se formaron la leyenda de que un dios les había otorgado el
territorio que ocupaban a través de un pacto con su primer caudillo, Abram.
Tal vez fueron muchos los toscos invasores amorreos que se sentían
acomplejados frente a la cultura de los pueblos conquistados, por lo que
acogieron gratamente la historia y se apresuraron a encontrar líneas
genealógicas que los remontaran al patriarca y legitimaran así (con la
voluntad divina) su posición dominante. La genealogía de Abram que recoge la
Biblia es posterior, pues termina con pueblos que todavía no habían entrado
en escena.

Otro hecho notable que narra el Génesis es la destrucción de Sodoma y Gomorra.


Es posible que la caída de un meteorito o, más probablemente, un terremoto
acabara con estas ciudades. Naturalmente una catástrofe de esta envergadura
debió de suscitar muchas historias cuya conclusión natural era el castigo
divino. De todos modos, no debía de haber muchos detalles (o los que había
debían de discordar mucho de la religión judía) porque para describir la
vida pecaminosa de Sodoma y Gomorra los autores bíblicos tuvieron que adaptar
una historia posterior contenida en el libro de los Jueces sobre unos hombres

38
HISTORIA UNIVERSAL

que trataron de sodomizar a un levita (capítulo XIX) y en su lugar éste les


ofreció a su mujer para que la violaran. (Irónicamente, los pecados que los
judíos atribuían a los sodomitas están basados en historias sobre los propios
israelitas.)

Por esta época, las ciudades más importantes del sur de Canaán eran Siquem,
Betel, Salem, Hebrón y Beersheba. Salem no debía ser la más destacada por
estas fechas, pero tal vez era la mejor emplazada, sobre una colina con
fuentes de agua, lo que la hacía fácil de defender y la capacitaba para
resistir asedios. Más adelante cobraría importancia bajo el nombre modificado
de Jerusalén. En general, lo amorreos pasaron los siglos XX y XIX entre
tensiones y disputas. Durante el siglo XIX la ciudad de Kish tuvo una época
de predominio, pero no tardó en cedérselo a Babel. En 1850 los amorreos
tomaron la ciudad de Assur, que por aquel entonces era una próspera ciudad
comercial.

En 1842 murió el rey de Egipto Sesostris III, poco después de haber sometido
a su dominio a todo Canaán. Le sucedió su hijo Amenemhat III, que extendió
la hegemonía egipcia a algunas ciudades interiores de Siria. La ciudad de
Biblos se benefició de su larga tradición de buenas relaciones con Egipto,
y gozó de una especial protección. Hacia el sur, Egipto dominó el curso del
Nilo hasta la tercera catarata. Por esta época debió de implantarse en Canaán
la circuncisión, un rito egipcio tal vez relacionado con la fecundidad que
los cananeos terminarían interpretando como símbolo del pacto entre Abram y
su dios. Aunque no sabemos nada a ciencia cierta sobre este dios, el hecho
de que los cananeos se circuncidaran en su nombre es indicio de que ser
identificados como descendientes de Abram era de suma importancia para ellos.

Amenenmhat III construyó dos pirámides junto al lago Moeris, además de


numerosas estatuas colosales con su imagen y un complejo grupo de palacios,
todo ello rodeado de un mismo muro. Al parecer la construcción contaba con
tres mil quinientas habitaciones, la mitad de las cuales eran subterráneas
y se usaban como cámaras funerarias. Al parecer el rey trató de burlar a los
ladrones de tumbas escondiendo las momias y los tesoros en un complicado
sistema de pasadizos en lugar de bajo una mole de piedra. Los egipcios
denominaron a esta construcción con una palabra que significa "el templo a
la entrada del lago", pero los griegos de tiempos posteriores la deformaron
a Labyrinthos, esto es, Laberinto. El Laberinto egipcio debió de ser una
obra imponente, hecha de mármol blanco, con una cuidada ornamentación, si
bien no cumplió su cometido, pues todas las tumbas que contuvo fueron
saqueadas con el tiempo. También la ciudad de Tebas fue embellecida con
nuevos templos, estatuas y otros edificios notables.

En 1822 ocupó el trono de Larsa el rey Rim-Sin, que tuvo que luchar
frecuentemente con Isin para mantener la supremacía de su ciudad sobre la
región. En 1814 un amorreo consiguió hacerse con el poder de Assur, fundando
una dinastía que iba a gobernar durante mil años. Se llamaba Shamshi-Adad
I. Sometió a Mari, que por entonces era la otra gran potencia comercial del

39
HISTORIA UNIVERSAL

entorno, y dominó así el norte de Mesopotamia, formando un pequeño imperio


que más adelante crecería y sería conocido como el Imperio Asirio.

8. BABILONIA

A principios del siglo XVIII el norte de Mesopotamia empezó a sufrir los


ataques de los hurritas, un pueblo que contaba con una nueva arma de guerra:
el caballo. Este animal era completamente desconocido en el mundo civilizado,
pero hacía ya tiempo que los indoeuropeos lo usaban como alimento. Ahora los
hurritas (aunque no eran indoeuropeos) habían resuelto los problemas técnicos
que impedían usarlo como animal de tiro. Diseñaron nuevos arneses, así como
nuevos carros de dos ruedas, más ligeros y maniobrables, consistentes en
apenas una plataforma para el auriga. Incluso las ruedas fueron
perfeccionadas, pues las nuevas eran anulares con radios en lugar de macizas.
Con los carros, las incursiones nómadas multiplicaron su eficiencia. Podían
desplazarse mucho más rápidamente que un ejército de infantería, que a lo
sumo contaba con pesados carros tirados por asnos para transportar la carga
pesada. Podían elegir los lugares más desprotegidos, atacar y huir con el
botín antes de que llegaran las defensas. No obstante, en un primer momento
estos pueblos carecían de la organización y la amplitud de miras necesarias
para ser algo más que una lacra dolorosa. Por el momento, el rey asirio
Shamshi-Adad I seguía fortaleciendo su imperio y sirvió de pantalla contra
los ataques hurritas, pero la llegada de una invasión seria era sólo cuestión
de tiempo.

En 1794 Rim-Sin, el rey de Larsa, venció definitivamente a Isin y unió bajo


su dominio el sur de Mesopotamia. Dos años después, en 1792 subía al trono
de Babilonia el sexto rey de su I dinastía (instaurada con la invasión
amorrea). Se llamaba Hammurabi. Su situación era delicada, pues su pequeña
ciudad estaba entre dos grandes potencias: Asiria al norte y Larsa al sur.
Sin embargo, Hammurabi era joven y los reyes Shamshi-Adad I y Rim-Sin eran
ya mayores. Hammurabi se sometió a Shamshi-Adad I y, bajo su protección,
arrebató a Larsa las ciudades de Ur e Isin.

En 1790 murió el rey de Egipto Amenemhat III. No se conocen bien las causas,
pero el Imperio Medio se desmoronó y el país se sumió en la confusión. Los
egipcios registran dos dinastías que debieron de reinar simultáneamente:
la XIII dinastía gobernó el Alto Egipto desde Tebas y la XIV dinastía gobernó
el Bajo Egipto desde Xois, en el centro del delta del Nilo.

En 1782 murió Shamshi-Adad I, y bajo su sucesor el poder asirio declinó.


Hammurabi aprovechó para concentrar sus fuerzas contra Larsa. En 1762, tras
un año de guerra, aplastó a Rim-Sin y se hizo con el control de lo que había
sido Sumer. Después se dirigió hacia el norte. En 1758 saqueó Mari,
en 1755 se apoderó de Eshnunna y, tras unos años de resistencia,

40
HISTORIA UNIVERSAL

hacia 1754 Assur se hizo tributaria de Babilonia. Su rey conservó el trono,


con lo que la dinastía fundada por Shamshi-Adad I no se vio interrumpida.

En 1750 la cultura cretense inició un periodo de apogeo. Se construyeron


grandes palacios, construcciones complejas con salas de uso religioso, de
ceremonias y de banquetes. Había almacenes con reservas de vino, aceite,
grano, lana, metales, etc. Alrededor de los palacios estaban los talleres de
los artesanos metalúrgicos, de los grabadores y los alfareros. Se conservan
magníficas piezas de cerámica y orfebrería. La influencia de Creta sobre las
islas del Egeo y el sur de Grecia debió de reforzarse en esta época.
Probablemente, fue este periodo el que dio origen a la leyenda griega sobre
un poderoso rey cretense llamado Minos, al cual los atenienses debían pagar
anualmente un tributo humano para alimentar al Minotauro, un monstruo, hijo
de Minos, con cabeza de toro. Ciertamente en Creta se celebraban rituales
con toros.

Mientras tanto un grupo de pueblos indoeuropeos que se llamaban a sí


mismos Arios (nobles) comenzó a descender sobre la India. Parece ser que la
invasión se produjo lentamente a lo largo de varios siglos, pero es posible
que hubiera una primera oleada especialmente violenta, ya que la civilización
del Indo, que ya contaba con más de medio milenio de historia, se extinguió
repentinamente. Se ha constatado que uno de sus centros principales, la
ciudad de Mohenjo-Daro, fue víctima de una cruenta matanza. La lengua de los
arios era el sánscrito. Eran pastores de rebaños bovinos. Habían domesticado
el caballo y conocían el uso del arado. Tenían muchos dioses, pero el
principal era Idra, que les ordenaba la guerra santa para dar muerte a
los dasa (los aborígenes de la India), que tuvieron que desplazarse hacia el
sur. Las ciudades fueron destruidas y sustituidas por pequeños poblados de
pastores.

Aún más al este, en China, tras el largo


periodo de la dinastía Xia, se instauró
la primera dinastía de la que se tiene
un auténtico conocimiento histórico: la
dinastía de los Chang. Su capital
estaba en la ciudad de Erlitou y
dominaba una buena parte del valle del
río Amarillo. La organización política
era rudimentaria y no estuvo exenta de
tensiones y luchas con los vecinos.
Durante el reinado de los Chang se
fijaron los rasgos específicos de la
antigua China: la escritura, el
transporte mediante carros, la
fundición del bronce, y una
organización política estructurada en
torno al rey y la capital.

41
HISTORIA UNIVERSAL

Volviendo a Babilonia, Hammurabi murió en 1750, siendo rey de un territorio


tan extenso como el que había gobernado el acadio Naram-Sin seis siglos
atrás. El ascenso de Babilonia tuvo muchas consecuencias en todos los
ámbitos. Desde su fundación, el dios principal de Babilonia había
sido Marduk, totalmente desconocido fuera de su entorno inmediato. Cuando
los amorreos tomaron la ciudad, adoptaron también a su dios y lo pusieron a
la cabeza de su panteón. El segundo dios en importancia fue Nabu, que era el
dios principal de una ciudad situada un poco más al sur,
llamada Borsippa. Las victorias de Hammurabi se reflejaron en un ascenso
análogo de Marduk en el cielo mesopotámico. Al final de su reinado la epopeya
de la creación ya no era la misma que habían imaginado los sumerios. Ahora
el dios Anu ya no lograba vencer a la oscura Tiamat, sino que retrocedía
mientras Marduk (que, por cierto, resultó ser hijo de Ea) se enfrentaba sin
temor a la diosa del caos y la mataba. Así, Mesopotamia se enteró de que en
realidad fue Marduk el heroico dios que creó el Universo y, por consiguiente,
su legítimo gobernante. Nabu acabó siendo hijo de Marduk, con la notoriedad
que ello conllevaba. No obstante, esto no era así en Assur, cuyos habitantes
se aferraron al culto del dios Assur, que daba nombre a la ciudad.

Al igual que ya habían hecho muchos reyes anteriores, Hammurabi puso por
escrito las leyes de su reino. El llamado código de Hammurabi es el sistema
de leyes más antiguo que conocemos en su integridad. Fue inscrito en una
estela de diorita de casi tres metros de altura. En lo alto hay una imagen
de Hammurabi arrodillado ante Shamash, el dios del Sol, que al parecer fue
quien le dictó el código. En una fina escritura cuneiforme, la estela
contiene las casi trescientas leyes de que constaba el código, indudablemente
basadas en las legislaciones precedentes. La estela estaba situada en el
templo de Shamash de la ciudad de Sippar, al norte de Babilonia. Podía ser
consultada por cualquiera (que supiera leer), lo que garantizaba en cierto
modo la objetividad de la justicia.

La ley dividía a los hombres en tres categorías: nobles, campesinos y


esclavos. Las diferencias de clase están cuidadosamente estipuladas: era
mayor la pena por dañar a un noble que a un campesino, y ésta era a su vez
mayor que la pena por dañar a un esclavo. Por otra parte, un noble debía
sufrir un castigo mayor que un campesino por el mismo delito. Los esclavos
eran marcados en la frente, y estaba prohibido ocultar la marca. Había
métodos por los que los esclavos podían comprar su libertad, así como leyes
que los protegían de un trato abusivo. El código de Hammurabi tiene un
pronunciado carácter comercial: considera los contratos como compromisos
sagrados, da leyes sobre la posesión, venta y transferencia de bienes, regula
el comercio, los beneficios y los alquileres, prohíbe el engaño en el peso,
los artículos de mala calidad y los fraudes en general. También regula el
matrimonio, el divorcio y la adopción. El marido podía divorciarse a
voluntad, pero debía restituir la dote a la esposa. Las mujeres y los niños
gozaban de protección legal. Se legislaba incluso sobre los delitos
pasionales. Los hombres eran responsables de los diques y canales. Si por
negligencia se producía una inundación, el culpable debía pagar fuertes
multas. En cuanto a las penas, la más frecuente era la mutilación: Si un

42
HISTORIA UNIVERSAL

hombre golpeaba a su padre, se le cortaba la mano, si un carpintero construía


una casa, ésta se derrumbaba y moría el inquilino, el carpintero debía morir,
pero había atenuantes por accidente. Se regulaba la profesión médica, su
ética y sus honorarios. Un cirujano inexperto podía perder la mano.

A la vista de este código, podemos afirmar que la moral de los babilonios


(y, probablemente la de los mesopotámicos en general) era muy similar a la
moral moderna, con las diferencias obvias (esclavitud, rigor en las penas,
etc.) Durante mucho tiempo ha existido una falsa imagen de perversión en las
culturas paganas motivadas por las difamaciones de la Biblia. En realidad,
la única diferencia notoria entre la moral babilónica y la judía parece ser
el exacerbado puritanismo de ésta en materia sexual.

Hammurabi estableció una compleja y eficiente red administrativa que él mismo


supervisaba. Bajo su reinado el acadio se convirtió en una lengua literaria,
si bien el sumerio continuó siendo una lengua culta. En 1749, tras la muerte
de Hammurabi, ocupó el trono su hijo Samsuiluna, que conservó bastante bien
su herencia. El acoso de los hurritas era por entonces mucho más intenso.
En 1720 Samsuiluna consiguió rechazar una oleada hurrita que arrasó Canaán,
bien provista de carros, arcos y flechas. La horda no se detuvo, sino que
siguió hacia el sur, engrosada con cananeos, y llegó hasta Egipto. Por aquel
entonces, Egipto estaba desmembrado y débil, por lo que no pudo oponer
ninguna resistencia. Los egipcios llamaron hicsos a los invasores (que, al
parecer, significa "extranjeros") y contaron a sus reyes en las dinastías XV
y XVI. No sabemos gran cosa de los hicsos, pues los egipcios los odiaron
profundamente y no escribieron nada sobre ellos, salvo algunos pasajes
difamatorios. Los hicsos formaron un imperio que comprendía el Bajo Egipto
y Canaán. Su capital estuvo en Tanis, sobre la rama más oriental del Nilo en
el delta. Al parecer, el delito de los hicsos a ojos de los egipcios (aparte
del hecho de que eran extranjeros y su invasión había herido el orgullo
nacional) fue que no adoptaron los dioses y el culto nativo. Egipto era un
pueblo firmemente arraigado a su tradición y no podía concebir otra forma de
vida decente que no fuera la suya. Acusaron a sus conquistadores de ateos y
crueles y nunca dejaron de mostrarse hostiles con ellos. El imperio hicso
tenía su capital en Egipto, pero su fuerza estaba en Canaán, donde fueron
bien aceptados. Los hicsos no extendieron su dominio sobre el Alto Egipto,
pero lo dejaron sumido en un estado de caos del que tardaría en recuperarse.

Mientras tanto, los hititas, que tiempo atrás habían ocupado Anatolia,
empezaban a dar muestras de organización. El primer rey del que tenemos
noticia se llama Anitta, rey de Kussara, que emprendió un proceso de
conquista y unificación del territorio. Hacia 1700dominaba la mitad de la
península. Los hititas adoptaron la escritura cuneiforme y la adaptaron a su
lengua indoeuropea. Mientras tanto, los nómadas de los montes Zagros,
llamados ahora casitas, aprendieron la técnica del carro y el caballo e
iniciaron un proceso de incursiones sobre el Imperio Babilónico.

43
HISTORIA UNIVERSAL

Por estas fechas un terremoto sembró la destrucción en la isla de Creta, que


perdió temporalmente su hegemonía en el Mediterráneo. Es posible que los
griegos aprovecharan la situación para infligir una derrota a los cretenses.
Tal vez esto diera pie a la leyenda sobre Teseo, el príncipe ateniense que
mató al Minotauro y liberó a su ciudad del tributo que debía pagar al rey
Minos de Creta.

Hacia 1645 la ciudad de Tebas estaba recuperada de los estragos de los


hicsos. El dios principal de la ciudad era Amón, y sus sacerdotes lograron
restablecer el orden y eligieron entre ellos un rey, el primero de la XVII
dinastía, que coexistió con la XVI dinastía hicsa. Los reyes tebanos se
consideraban los reyes legítimos de todo Egipto, si bien en la práctica sólo
dominaban la ciudad y sus alrededores.

Hacia 1640 el rey Hattusil I de Kussara logró dominar a los hititas del oeste
de Anatolia y a los hurritas del norte de Siria, formando así un reino
poderoso con capital en Hattusa. Con el tiempo, la capital se convertiría en
un importante centro cultural. En 1610 Hattusil I fue sucedido por su
nieto Mursil I, que reafirmó su poder en la región y puso su mirada en
Babilonia. De este modo, Babilonia se vio enfrentada simultáneamente a los
hititas al noroeste, a los hurritas al norte y a los casitas al este. El fin
estaba cerca.

9. EL NUEVO IMPERIO EGIPCIO

Durante el siglo XVI, la isla de Creta se recuperó de su declive. Se


volvieron a construir palacios más grandiosos que los de los tiempos
anteriores. Los nuevos palacios tenían un gran patio central con gradas
monumentales para espectadores, donde se celebraban competiciones de lucha
(algo similar al boxeo, aunque también se golpeaba con los pies) y juegos

44
HISTORIA UNIVERSAL

rituales con toros: unos atletas saltaban sobre los animales y, tras una
voltereta, caían de pie. El toro tenía una gran importancia religiosa en
esta cultura. La parte de la leyenda griega sobre el Laberinto, que el rey
Minos había hecho construir para encerrar al Minotauro, parece remontarse a
esta época. Las casas particulares tenían hasta cinco plantas con escaleras
interiores. Se conservan pinturas de escenas cotidianas, en las que los
hombres juegan a un cierto juego de tablero mientras el ama de casa teje
lana, hay escenas de caza, otras de hombres acompañados de perros y gatos,
etc. Los cretenses tenían un dios principal poderoso e iracundo, pero también
había una diosa Madre a la que se podía rogar que aplacara a su hijo. El rey
era descendiente de este dios y, de hecho, era éste quien le decía en cada
momento lo que convenía hacer, de modo que oponerse a una orden real era
oponerse a la voluntad divina. Todo esto es lo que se desprende de las
numerosas pinturas de la época. De los testimonios escritos no se puede
concluir nada, pues no se conoce la lengua cretense. La escritura del periodo
anterior (la que terminó en 1700) era pictográfica, pero ahora se usaba una
nueva en forma de líneas onduladas irregulares (escritura Lineal A).

La cultura cretense se extendió por las islas Cícladas y por


el Peloponeso, cuyas ciudades principales a la sazón eran Micenas,
Tirinto y Argos. Otras ciudades que más adelante adquirirían importancia
eran Esparta y Corinto y, ya fuera del Peloponeso, Atenas y Tebas.

En 1595 el rey hitita Mursil I tomó Babilonia. No obstante, no pudo controlar


la ciudad, pues los casitas aprovecharon la ocasión, descendieron
definitivamente de los montes Zagros e impusieron su dominio sobre lo que
había sido el Imperio Babilónico. Una vez más, la región pasó por un largo

45
HISTORIA UNIVERSAL

periodo de decadencia mientras los bárbaros invasores fueron asimilando


lentamente la cultura mesopotámica y la versión babilónica de la religión
sumeria. En 1590 Mursil I fue asesinado por su cuñado y sucesor, Hantil I.

Por otra parte, las ciudades civilizadas habían aprendido de los hicsos el
uso bélico del caballo, con lo que éste dejó de ser una ventaja para los
pueblos nómadas. Los reyes tebanos del Alto Egipto tenían caballos y los
usaron para combatir a los invasores. El último rey de la XVII dinastía
fue Kamosis, que redujo el dominio hicso a las vecindades de su capital.
En 1570 fue sucedido por su hermano Ahmés(que, por algún extraño motivo, los
egipcios catalogaron como primer rey de una XVIII dinastía). Ahmés libró una
batalla decisiva en el Delta, en la que derrotó a Apofis III, el último rey
hicso. El ejército hicso huyó a Palestina, pero Ahmés lo siguió y lo volvió
a derrotar. Indudablemente, los hicsos ya no eran entonces los toscos
guerreros de antaño, sino que habían asimilado los lujos egipcios y se habían
debilitado. A partir de aquí desaparecen de la historia: la mayoría de ellos
permanecieron en el territorio entre los fenicios, cananeos, amorreos, etc.,
pero ya sin ninguna identidad que los uniera.

Con sus victorias, Ahmés logró imponer su autoridad sobre un Nuevo Imperio
Egipcio. Parece que las tensiones entre el rey y la nobleza quedaron atrás.
Ahora Egipto tenía carros y caballos, así como un nuevo orgullo nacional. El
rey ya no sólo era sacerdote y dios, sino también un gran general. Su
autoridad era indiscutible. Una muestra de la nueva reverencia que se le
reservaba es que los egipcios ya no se referían a él como "el rey", sino con
el circunloquio más pomposo de "la gran casa" o "el palacio", voz que ha
derivado en la expresión Faraón. Aunque anacrónicamente se llama faraones a
todos los reyes egipcios, lo cierto es que este título surgió con el Imperio
Nuevo.

En 1560, el rey hitita Hantil I fue asesinado junto a su hijo y sus nietos
por su yerno y sucesor Zidanta I, que años atrás había sido su cómplice en
la conjura contra Mursil I. Las leyes hititas no establecían claramente la
fórmula de sucesión del rey, por lo que las conjuraciones eran cada vez más
frecuentes. A los pocos años de subir al trono, Zidanta I fue asesinado por
su hijo Ammuna. Los desórdenes dinásticos, unidos a una grave sequía sumieron
al reino en una profunda crisis.

46
HISTORIA UNIVERSAL

En 1545 el faraón Ahmés fue sucedido por su


hijo Amenofis I, quien retomó Nubia, el Sinaí y
todo Canaán hasta Fenicia, como en los tiempos del
Imperio Medio. Al oeste, los pastores libios
protagonizaban frecuentes incursiones en
territorio egipcio desde tiempos de los hicsos. El
nuevo faraón puso fin a esta situación ocupando
una buena franja del desierto libio.

En 1525, tras la muerte de Amenofis I ocupó el


trono Tutmosis I, quien extendió el control
egipcio sobre el Nilo hasta la cuarta catarata,
mucho más allá que en cualquier época anterior. En
Canaán llegó hasta la ciudad de Karkemish, en plena
siria, a orillas del Éufrates. Los soldados
egipcios quedaron fascinados por la abundante
lluvia: "un Nilo que cae del cielo". El propio
Éufrates fue también causa de sorpresa, pues los
Egipcios usaban la misma expresión para referirse
al Norte que para decir "río arriba". Así, el
Éufrates era un río que, "fluyendo hacia el norte,
fluye hacia el sur".

La ciudad de Tebas gozaba ahora de más prestigio que nunca. Tutmosis I


construyó grandes templos, y cada uno de los reyes posteriores trató de
superar a los precedentes. La construcción de pirámides se abandonó
definitivamente (todas habían sido saqueadas por los ladrones de tumbas). En
su lugar, Tutmosis I optó por ocultar su mausoleo tras una compleja red de
túneles excavados en la roca de una colina cercana a Tebas. Durante los
últimos años de su reinado gobernó junto a su hijo y sucesor, Tutmosis II.

Mientras tanto, hacia 1500, los hurritas, que llevaban hostigando a


Mesopotamia desde hacía tres siglos, finalmente se organizaron en un estado
conocido como Mitanni, que ocupó una buena parte de lo que había sido el
ahora decadente Imperio Asirio. Asur conservó su independencia, pero fue
tributaria del nuevo reino. Mitanni arrebató también a los hititas gran parte
de sus dominios, mientras éstos seguían bajo monarquías débiles que se
disputaban el poder. El rey Telibinu trató de establecer una ley de sucesión
clara, pero no pudo evitar que el reino hitita sucumbiera ante los hurritas
de Mitanni.

En la actual Guatemala se estaban formando las primeras comunidades


agrícolas.

En 1490 murió el faraón Tutmosis II. Siguiendo una costumbre egipcia, éste
se había casado con su hermana Hatshepsut (probablemente, los orgullosos
reyes egipcios consideraban que ninguna mujer era digna de ellos salvo que
fuera de su propia familia). Fue ella quien realmente gobernó el Imperio
desde la muerte de Tutmosis I. Por su parte, Tutmosis II había tenido un

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HISTORIA UNIVERSAL

hijo con una concubina, Tutmosis III, a quien teóricamente le correspondía


el trono, pero era menor de edad y su tía y madrastra quedó como regente.
Hatshepsut es la primera mujer gobernante conocida en la historia. En los
monumentos que construyó se representa a sí misma con vestimentas masculinas,
sin pechos y con una barba postiza. Bajo su mandato dejó de lado la expansión
militar y, en su lugar, fomentó el comercio, las minas y la industria. En
aquella época estaba de moda la construcción de obeliscos gigantes: finas
columnas de piedra de tal altura que todavía no está claro cómo conseguían
erigirlas sin que se rompieran. Originalmente fueron erigidos en honor al
dios Ra, en tiempos del Imperio Antiguo, pero entonces no eran especialmente
altos: unos tres metros y medio. En el Imperio Medio se construyeron
obeliscos de más de 20 metros de altura, Tutmosis I construyó uno de 24
metros y Hatshepsut llegó a los 30 metros.

Hatshepsut murió en 1469, cuando Tutmosis III tenía unos veinticinco años.
Indudablemente, debió de vivir oprimido por su madrastra, pues tras su muerte
ordenó eliminar su nombre de todos los monumentos en los que aparecía,
sustituyéndolo por el suyo o por el de su padre o su abuelo. Incluso dejó su
tumba incompleta, que es la mayor venganza que podía tomarse, de acuerdo con
la mentalidad egipcia.

El periodo pacifista de Hatshepsut había acrecentado a las ciudades cananeas.


El nuevo faraón había sido un títere de su madrastra, así que los cananeos
debieron de pensar que sería un monarca débil y que era el momento idóneo
para librarse del yugo egipcio. El reino de Mitanni fomentó la rebelión, que
fue encabezada por la ciudad de Cadesh, tal vez el último resto del Imperio
Hicso.

Sin embargo, el nuevo monarca resultó ser un buen general. En 1468 se


enfrentó con un ejército cananeo en Megiddo, un enclave estratégico para la
defensa de Cadesh. Tutmosis III aprovechó que el grueso del ejército se
encontraba en otra parte (pues tomó una ruta diferente a la que sus enemigos
habían conjeturado) y consiguió así una primera victoria. Dejó parte de su
ejército sitiando la ciudad y siguió avanzando. A los siete meses Megiddo
cayó en poder egipcio. Año tras año, Tutmosis III reanudaba sus campañas en
Canaán, hasta que en 1462 llegó a la misma Cadesh y la destruyó. Luego cruzó
el Éufrates y se internó en Mitanni, pues Cadesh no habría resistido tanto
tiempo sin su ayuda. No obstante no se atrevió a ocupar permanentemente una
región tan alejada. Durante un siglo, el dominio de Egipto sobre Canaán no
tuvo discusión.

Mientras tanto, el dominio de Creta sobre el Mediterráneo fue decayendo en


favor de la civilización micénica. Hacia 1450 se aprecian signos de
destrucción en muchas ciudades cretenses, e incluso periodos de ocupación
griega.

En 1438 murió Tutmosis III y fue sucedido por su hijo Amenofis II, que
continuó la política de expansión de su padre y reprimió dos levantamientos
en Asia.

48
HISTORIA UNIVERSAL

Hacia 1430 el reino hitita encontró finalmente un gobierno estable bajo el


rey Tudhaliyas I, que logró algunas victorias sobre Mitanni.

Amenofis II reinó hasta 1412, cuando fue sucedido por su hijo Tutmosis
IV. Éste promovió una política de paz con Mitanni, y llegó incluso a tomar
por esposa a una de sus princesas (algo completamente inusitado hasta
entonces). Con Tutmosis IV empezó a cobrar importancia un dios que hasta
entonces sólo había desempeñado un papel secundario en el panteón egipcio,
el dios Atón. Es probable que en ello influyera la reina. La religión hitita
era mucho más simple que la egipcia, por lo que tal vez a la reina le resultó
más fácil identificar sus creencias con el culto a un dios modesto como Atón
frente al sofisticado culto a Amón-Ra. En cualquier caso, lo cierto es que
Tutmosis IV le rindió un ostensible homenaje.

Hacia 1400 murió el rey hitita Tudhaliyas I, que fue sucedido por su
yerno Arnuanda I.

10. EL EGIPTO FARAÓNICO

Con el siglo XIV se inicia la llamada Edad Micénica griega. Las ciudades del
Peloponeso, con Micenas a la cabeza, arrebataron gradualmente a Creta su
dominio sobre el mar Egeo. Al parecer, los griegos micénicos eran el
resultado de la fusión entre un pueblo indoeuropeo que llevaba ya siglos
ocupando el norte de Grecia con un pueblo nativo no indoeuropeo, conocido
como Pelásgico, que ocupaba las costas y las islas. No tenemos muchos
detalles de este periodo, pero de algún modo los indoeuropeos grecohablantes
absorbieron la cultura de los pelásgicos (que a su vez éstos habían tomado
de los cretenses) y se convirtieron en una clase dominante. Prueba de ello
es que en 1400 cayó definitivamente en manos de los griegos micénicos la
ciudad de Cnosos, y a partir de entonces la escritura lineal A (no descifrada)
fue sustituida por una escritura de aspecto similar, la lineal B, que ha
resultado ser una forma de griego arcaico. Los documentos descifrados
contienen recetas e instrucciones para el trabajo. No hay literatura, ni
ciencia, ni historia, por lo que podemos pensar que los micénicos eran una
mezcla sencilla de comerciantes, navegantes y guerreros. Tal vez los griegos
indoeuropeos fueron los que promovieron la rebelión contra el dominio
cretense y ello les diera a su vez el predominio sobre los pelásgicos. La
lengua pelásgica debió de conservarse en un segundo plano frente a la griega
durante varios siglos. Por su parte, los griegos situados más hacia el
interior no recibieron con igual intensidad la antigua cultura cretense,
sino que permanecieron en un estadio más primitivo frente a los griegos
micénicos. Es probable que esta diferenciación cultural se corresponda con
la diferenciación de dos de los dialectos más importantes del griego clásico:
los griegos micénicos debían de hablar el dialecto jónico, mientras los
griegos del interior debían de hablar el eólico. La cultura micénica se
extendió hasta el sur y el centro de Italia.

49
HISTORIA UNIVERSAL

Mientras tanto Canaán florecía bajo el protectorado egipcio. Los fenicios


revolucionaron la escritura. Todos los sistemas de escritura conocidos hasta
entonces se basaban en asignar un signo a cada palabra. Esto hacía que la
escritura fuera un arte muy complejo, pues había que recordar cientos de
signos distintos. Ocasionalmente, algunos signos se usaban con valor fonético
para modificar el significado de otro signo, pero los fenicios fueron los
primeros que desarrollaron la idea y crearon un sistema de escritura
alfabética, es decir, un sistema en el que cada signo representa un sonido,
de tal modo que con un reducido inventario de signos (alfabeto) se puede
representar cualquier palabra. Para ello eligieron palabras que empezaran
por cada uno de los signos de su lengua y convinieron en usar sus signos
para representar únicamente a dicho sonido inicial. Por ejemplo, la palabra
"buey" era aleph, cuyo primer sonido era una oclusión glótica que no existe
en castellano, y su signo pasó a ser la primera letra del alfabeto cananeo.
Las siguentes fueron beth, gimel y daleth, que significan "casa", "camello"
y "puerta", respectivamente, pero que para los fenicios pasaron a representar
los sonidos b, g y d, respectivamente. El alfabeto fenicio no tenía signos
para las vocales. Ello se debe a que en las lenguas semíticas cada raíz
léxica está asociada a un grupo específico de consonantes, de modo que las
vocales sólo tienen una función de apoyo, en todo caso con un valor gramatical
que puede deducirse del contexto, es decir, en la lengua cananea no había
grupos de palabras como "peso" y "piso", que comparten las mismas consonantes
con significados completamente distintos, por lo que, si se escribían las
consonantes, cualquier hablante podía reconstruir las vocales. La escritura
ha sido inventada independientemente por varias culturas a lo largo de la
historia, pero todos los sistemas de escritura alfabética conocidos provienen
del fenicio.

Por otra parte, el comercio fenicio se enriqueció con productos novedosos.


Mejoraron las técnicas egipcias de fabricación del vidrio, pero sobre todo
descubrieron la púrpura, un tinte rojo extraído de unos moluscos con el que
se elaboraban tejidos de color brillante que no desteñían al ser lavados.
Los fenicios guardaron celosamente el secreto de la elaboración de este
tinte, con lo que monopolizaron su comercio durante siglos. La púrpura fue
muy codiciada, y se vendía a precios elevados. Entre las ciudades que más se
beneficiaron de estas innovaciones estaban Tiro y Sidón.

En 1387 ocupó el trono de Egipto Amenofis III, hijo de Tutmosis IV y de la


princesa de Mitanni con la que se casó. Bajo su reinado Egipto disfrutó de
un largo periodo de paz. El nuevo faraón se casó también con una princesa de
Mitanni, llamada Tiy, de la que estaba profundamente enamorado, como se
deduce de diversas inscripciones. Construyó para ella un monumental lago de
recreo de más de un kilómetro de largo en la orilla occidental del Nilo.
Durante su reinado el dios Atón siguió ganando protagonismo. Es posible que
Amenofis III, influido por sus padres y su esposa, llegara a considerarlo
como a su dios principal, si bien oficialmente mantuvo los ritos
tradicionales. Sin embargo, parece ser que su hijo no recibió una educación
religiosa "tradicional", sino que nunca llegó a identificarse con las
antiguas creencias egipcias.

50
HISTORIA UNIVERSAL

La alianza entre Egipto y Mitanni había perjudicado gravemente al reino


hitita. En 1385 el rey Arnuanda I murió enfrentándose a invasiones y
rebeliones internas, y fue sucedido por su hijo Tudhaliyas II, quien,
reuniendo los restos del ejército real, logró recuperar el control del
estado.

Mientras tanto, Babilonia seguía sumida en el periodo de decadencia que


produjo la invasión de los casitas. Mitanni cayó en una crisis interna debido
a disputas en la sucesión al trono, al igual que había ocurrido en el reino
hitita en los años anteriores, mientras que éste se recuperó con las campañas
militares del príncipe Shubbiluliuma, hijo de Tudhaliyas II, que fue
proclamado rey en 1371, después de que una conspiración derrocara a su
hermano Tudhaliyas III.

En 1370 murió Amenofis III. En su honor se construyó un magnífico templo,


cuya entrada estaba flanqueada por dos enormes estatuas suyas. Una de ellas
tenía la propiedad de emitir una nota al amanecer. Sin duda los sacerdotes
habían preparado algún dispositivo mecánico que dio lugar a muchas leyendas.
El trono fue ocupado por el que en un principio se llamó Amenofis IV, pero
que en 1366,cuatro años después, cambió por el de Akenatón. Su antiguo nombre
significaba "Amón está complacido", mientras que el nuevo era "Agradable a
Atón". Con ello el nuevo faraón declaraba su apostasía respecto del dios
principal de los egipcios, Amón-Ra, y su intento de sustituirlo por el dios
Atón. El nuevo faraón tenía ideas revolucionarias en materia religiosa. Al
principio representaba a Atón con cuerpo humano y cabeza de halcón, pero
pronto abandonó esta imagen y la sustituyó por una representación del Sol,
como un disco del que partían rayos que terminaban en manos. Al igual que
Ra, el dios Atón era para Akenatón el dios del sol, pero el faraón negaba
todos los mitos que los egipcios habían reunido en torno a Amón-Ra. Para
Akenatón, su dios era el mismo Sol, no un dios antropomorfo que dominaba el
Sol, sino el mismo Sol, un ente celeste que proporcionaba la luz, el calor
y la vida a la Tierra y velaba por todas las criaturas. Más aún, Akenatón no
se conformó con elevar el rango de Atón entre los dioses egipcios, sino que
lo convirtió en sumo hacedor y afirmó que era el único dios verdadero. Se
trata del primer caso de monoteísmo en la historia (la tradición judía
remonta su monoteísmo al principio de los tiempos, pero es muy improbable
que Abraham tuviera a su dios por único).

Akenatón trató de abolir la religión egipcia, objetivo que, naturalmente,


era imposible incluso para el monarca más poderoso del mundo. Se encontró
con la incomprensión del pueblo y con la oposición implacable de los
poderosos sacerdotes. Decidió construir una nueva capital dedicada
íntegramente al culto a Atón. La llamó Aketatón (el horizonte de Atón) y fue
emplazada a mitad de camino entre Menfis y Tebas. Allí construyó templos y
palacios para sí mismo y para la nobleza que le era leal. El templo de Atón
era un edificio singular, pues carecía de techo, para que el Sol pudiera
lucir siempre en su interior. Akenatón terminó aislándose en su nueva capital
desatendiendo los asuntos exteriores. Se dedicó casi exclusivamente a
perseguir al antiguo clero, a rectificar inscripciones eliminando las

51
HISTORIA UNIVERSAL

referencias a los dioses y a difundir sus creencias en el entorno reducido


de su familia y la corte.

La mujer de Akenatón se llamaba Nefertiti, y es muy conocida porque se


conserva un hermoso busto de piedra con su imagen. Probablemente era una
princesa asiática, como su madre. La familia real (el matrimonio y sus seis
hijas) ocupaba un lugar central en el nuevo culto que ideó el faraón. Sus
himnos hablan de amor universal y revelan un pensamiento místico y humanista.
Akenatón propició también un arte natural y verista. Hasta entonces, los
egipcios representaban siempre las cabezas de perfil, el tronco de frente y
las piernas de nuevo de perfil, de modo que las poses resultaban artificiales
y las expresiones faciales eran siempre similares. En cambio, Akenatón y
Nefertiti se retrataron en poses informales, en escenas cotidianas, jugando
con sus hijas, en momentos de afecto, etc. El propio Akenatón es representado
como un hombre feo, barrigudo y de muslos gruesos, un realismo inusitado en
Egipto.

Durante el reinado de Amenofis III había ascendido al poder un general semita


llamado Yanhamu, que llegó a ser gobernador de los territorios egipcios en
Palestina. No fue el único cananeo que gozó de una posición de prestigio en
Egipto. Es probable que alguno de ellos (o varios) diera origen al mito
bíblico sobre José, un cananeo que ascendió de la esclavitud a virrey de
Egipto. Bajo el reinado de Akenatón Yanhamu estuvo en Egipto, y es plausible
que ocupara el alto cargo de "director de los graneros", lo que acabaría
vinculándolo con una antigua leyenda egipcia, originariamente atribuida a
Imhotep, según la cual José interpretó los sueños del faraón y previno siete
años de hambre, y así ordenó a tiempo almacenar las provisiones necesarias
para alimentar al pueblo en los años de escasez.

Mientras tanto, el rey hitita Shubbiluliuma había recuperado las provincias


que su reino había perdido años atrás y en 1365 asoló Mitanni. Formó así un
imperio (conocido como Nuevo Reino Hitita) al que los reyes del suroeste de
Anatolia y el norte de Siria estaban sometidos por tratados desiguales. Al
tiempo que Mitanni decaía, en Asiria surgió un rey poderoso, Ashur-
Uballit, que logró la total independencia de su reino respecto de Mitanni.

52
HISTORIA UNIVERSAL

Se suponía que Mitanni era aliado de Egipto,


pero Akenatón no respondió a las peticiones
de ayuda, ni tampoco a las de los virreyes
y generales de Egipto en Siria, que le
informaban de que las posiciones egipcias se
veían seriamente amenazadas y solicitaban
que enviara a Yanhamu con un ejército. En
efecto, unas nuevas tribus nómadas semíticas
habían surgido de Arabia, al igual que
sucediera con los amorreos tiempo atrás, y
amenazaban las posesiones egipcias en
Canaán. Eran los hebreos. Pese a la
negligencia de Akenatón, los ejércitos
egipcios pudieron impedir que los hebreos se
instalaran permanentemente al oeste del
Jordán. Sin embargo, los recién llegados
formaron tres reinos al este: Amón, Moab y
Edom. Los hebreos adoptaron la lengua
cananea (estrechamente emparentada con la
suya), así como el alfabeto, con algunas
adaptaciones. Paulatinamente fueron
asimilando diversos aspectos de la cultura
cananea.

En 1362 murió Akenatón, con seis hijas, pero sin ningún hijo que pudiera
sucederle. El trono fue ocupado por uno de sus yernos, Smenkere, que
teóricamente profesaba el culto a Atón, pero no hizo nada para impedir que
todas las innovaciones religiosas promovidas por Akenatón quedaran en el
olvido. Los conversos a la nueva religión la abandonaron rápidamente, los
sacerdotes recuperaron todo su poder. En 1352 ocupó el trono un segundo yerno
de Akenaton, que en principio se llamaba Tutankatón, pero que cambió su
nombre por el de Tutankamón, confirmando así el retorno a la religión
tradicional. Tebas pasó a ser de nuevo la capital del imperio. La ciudad de
Aketatón fue abandonada y se convirtió en una especie de "ciudad fantasma".
Como faraón, Tutankamón no tuvo gran importancia: tenía unos doce años cuando
inició su reinado y murió sobre los veinte. No obstante ha pasado a la
historia por ser el único faraón cuya tumba no fue saqueada por los ladrones.
Ello se debió a que en la construcción de una tumba para un faraón posterior
la entrada de la tumba de Tutankamón fue cubierta por unas piedras de forma
accidental, y así pasó desapercibida.

A la muerte de Tutankamón, en 1338, el trono egipcio no tenía heredero.


Finalmente se hizo con el poder un devoto de la religión de Akenatón,
llamado Ay, que al parecer no era de sangre real, pero se casó con la viuda
de Tutankamón para legitimar su título. Ay intentó reconstruir la obra de
Akenatón, pero se trataba de un intento desesperado. Los sacerdotes buscaron
el apoyo de un general competente, Horemheb, al que lograron convertir en
faraón en 1333 casándolo con una princesa. Horemheb erradicó definitivamente
el culto a Atón y reorganizó el país. Envió expediciones para restablecer el

53
HISTORIA UNIVERSAL

control egipcio sobre Nubia, pero prefirió no enfrentarse a los hititas en


Siria.

En 1330 murió el rey asirio Ashur Uballit, que fue sucedido por su
bisnieto Enlil-ninari.

Babilonia empezaba a dar muestras de recuperación tras la invasión de los


casitas. Éstos habían reconstruido el templo de Marduk y ahora
patrocinaron la reconstrucción de Ur.

En 1322 murió el rey hitita Shubbiluliuma victima de una epidemia, que al


año siguiente mató también a su hijo y sucesor Arnuanda II.El trono pasó
entonces al segundo hijo de Shubbiluliuma, Mursil II. El nuevo rey supo
mantener el poder del Nuevo Reino conteniendo eficazmente las revueltas
relativamente frecuentes de los reinos sometidos. Ocupó las posiciones
egipcias en Siria y sometió completamente a Mitanni.

En 1319 murió el rey asirio Enlil-ninari, que fue sucedido por su


hijo Arik-den-ili, que a su vez fue sucedido en 1308 por su hijo Adad-
ninari I.

En 1306 murió el faraón Horemheb y es reemplazado por uno de sus


generales, Ramsés I, con el que comienza la XIX dinastía. En realidad, sus
dos antecesores no pertenecían a la familia de la XVIII dinastía salvo por
matrimonios de conveniencia, pero los egipcios los incluyeron en ella.
Ramsés I era ya mayor, por lo que reinó poco más de un año. En 1304 fue
sucedido por su hijo Seti I. El nuevo faraón restableció todo el poderío
del Nuevo Imperio egipcio. Recuperó las posiciones de Siria, si bien no
pudo aplastar a los hititas, con los que tuvo que firmar una paz de
compromiso.

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HISTORIA UNIVERSAL

11. LA EDAD DEL HIERRO

A principios del siglo XIII los hombres aprendieron a fundir el hierro y


combinarlo con carbón para producir acero. El hierro mineral es blando e
inútil, pero el acero es un metal duro que permitía fabricar armas mucho más
poderosas que las de bronce, por lo que tenía un valor estratégico
incalculable. El descubrimiento tuvo lugar al sur del Cáucaso, en una zona
controlada a la sazón por el poderoso reino hitita. Las técnicas de fundición
del hierro eran mucho más complicadas que las del bronce, pues requieren
temperaturas mucho más elevadas. Además, no se conocían muchos yacimientos.
Los hititas mantuvieron la nueva técnica en secreto, a la espera de poder
utilizarla a gran escala. Así, durante algún tiempo las regiones civilizadas
ignoraron su existencia. Sin embargo, para las tribus nómadas indoeuropeas
unas pocas armas de hierro podían ser decisivas en pequeñas luchas con tribus
vecinas, así que las nuevas técnicas se difundieron hacia el norte entre los
pueblos indoeuropeos. Se iniciaba así la Edad del Hierro.

El hierro llegó hasta Grecia. Hay constancia de que las tribus eolias que
habitaban la Grecia interior, menos civilizadas que las tribus jónicas de la
Grecia micénica, importaban del norte hierro fundido en pequeñas cantidades,
si bien no lo fabricaban. Los historiadores griegos se refieren a estas
tribus con el nombre de Aqueos. No hay muchos datos sobre quiénes eran los
aqueos. Tal vez fueran simplemente los griegos eolios o tal vez éstos
absorbieron, pacíficamente o no, a nuevas tribus del norte que les trajeron
el conocimiento del hierro junto con nuevos rasgos culturales. Por ejemplo,
una costumbre diferenciada de los aqueos que permite seguirles el rastro
frente a los micénicos es que en lugar de enterrar a sus muertos los
incineraban. La incineración parece haber surgido con las nuevas técnicas de
fundición que requería el hierro. Los aqueos debieron de ser un pueblo más
rudo que los micénicos, pero éstos debieron de ver en ellos un refuerzo
conveniente para sus campañas militares.

Combinando la arqueología con la tradición griega posterior, la Grecia


micénica ofrece esta imagen: había una oligarquía dominante (probablemente
indoeuropea, frente a un pueblo de origen pelásgico). Los nobles son
carnívoros y prefieren los lechones, mientras que el pueblo es vegetariano
y se alimenta principalmente de trigo tostado y pescado. Los nobles beben
vino y usan la miel como edulcorante, mientras que el pueblo bebe agua. La
propiedad de la tierra está vinculada a la familia, en cuyo seno rige una
especie de régimen comunista. No hay una división del trabajo en oficios,
sino que cada familia se fabrica lo que necesita. Hasta el rey siega, cose
y clava tachuelas. No labraban metales, sino que importaban el bronce del
norte y, en escasas cantidades, el hierro. Usaban carros tirados por mulos,
aunque eran caros y pocos podían permitírselos. Había esclavos, pero poco
numerosos y, por lo general, bien tratados. Principalmente eran mujeres que
se ocupaban de las labores domésticas. Usaban el oro como dinero (a peso,
sin acuñar monedas), pero sólo para transacciones importantes, lo habitual

55
HISTORIA UNIVERSAL

era pagar con pollos, medidas de trigo, cerdos, etc. La riqueza de una
familia no se medía por su dinero sino por sus posesiones. Daban gran
importancia a la elegancia y la belleza física. Sus trajes eran de lino, a
modo de saco con un agujero para la cabeza, si bien trataban de adornarlos
con bordados y otros detalles. Un buen vestido era considerado como algo muy
valioso. Las casas de los pobres eran de adobe y paja, las de los ricos de
piedra y ladrillo. Constaban de una estancia única con un agujero en el techo
a modo de chimenea. No tenían templos, sino que las estatuas de los dioses
quedaban al aire libre.

Por esta época debió de empezar a cobrar importancia la ciudad


de Troya. Estaba situada en la costa de Anatolia, en un lugar estratégico
para controlar el paso por el Helesponto, un estrecho que comunica el
Mediterráneo con un pequeño mar, la Propóntide, que a través del estrecho
del Bósforo comunica a su vez con el Mar Negro. El Mar Negro, ofrecía grandes
posibilidades para el comercio, alejado del disputado Mediterráneo y con una
extensa costa llena de pueblos no muy civilizados a los que se podía ofrecer
artículos de lujo a cambio de minerales y otras materias primas. Algunos
comerciantes llegaron incluso a China por esta vía, de donde importaban
artículos exóticos, como el Jade. Así pues, Troya estaba en condiciones de
aprovecharse directa e indirectamente de este comercio, sin más que exigir
un tributo a todo el que quisiera cruzar el Helesponto.

No se sabe a ciencia cierta quiénes eran los troyanos. La ciudad estuvo


habitada desde mucho tiempo atrás, pero ahora había caído bajo el control de
una nobleza grecohablante. Tal vez fueran griegos micénicos que la habían
ocupado a modo de colonia, pero es más plausible que los "nuevos" troyanos
fueran un grupo de cretenses que, ante la decadencia de su nación, decidieron
trasladarse a un lugar más propicio para "volver a empezar". Su buen
conocimiento del Mediterráneo les habría llevado a Troya, donde habrían
sometido a la población asiática y se habrían convertido en un molesto rival
para los griegos micénicos.

Mientras tanto, las grandes potencias cambiaban de reyes. Hacia 1300 el rey
Ashur-Uballit ya había muerto, pero su hijo continuó reforzando a Asiria y
llegó a saquear el agonizante reino de Mitanni. En 1295 muere el rey Mursil
II y es sucedido por Muwatalli, bajo cuyo gobierno el reino hitita siguió
siendo la potencia dominante en Siria y, por consiguiente, la mayor
preocupación para Egipto. En 1290 murió el faraón Seti I, y fue sustituido
por su joven hijo Ramsés II, que reinó durante sesenta y siete años, marca
sólo superada en la historia de Egipto por el antiguo rey Pepi II. Ramsés II
resulto ser el ególatra más poderoso del mundo. Cubrió Egipto de monumentos
en su honor, con inscripciones que relataban jactanciosamente sus victorias
y su grandeza. Incluso puso su nombre en monumentos más antiguos para
atribuirse méritos ajenos. Amplió el ya enorme templo de Tebas, de modo que
se convirtió en el templo más grande y fastuoso construido jamás en la
historia. La mayor sala del templo, la sala hipóstila, medía unos 5.000
metros cuadrados y su techo se sustentaba mediante 134 columnas de 21 metros
de altura. En 1288 subió al trono hitita Hattusil III, que en 1286 tuvo que

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HISTORIA UNIVERSAL

enfrentarse a una expedición egipcia encabezada por el propio Ramsés II. La


batalla tuvo lugar cerca de la ciudad de Kadesh. La única información que
tenemos sobre ella es la versión oficial del faraón, según la cual el ejército
egipcio fue pillado por sorpresa y se tuvo que retirar precipitadamente,
pero Ramsés decidió vencer o morir, se lanzó él solo contra todo el ejército
enemigo y lo mantuvo a raya hasta que sus hombres se reorganizaron y
recibieron refuerzos. Finalmente, los hititas fueron estrepitosamente
aniquilados. No hay motivos para creer nada de todo esto. Pasara lo que
pasara en la batalla, la realidad es que el poder hitita no disminuyó lo más
mínimo, sino que la guerra se mantuvo durante tres años, hasta que ambos
reyes firmaron una paz de compromiso en 1283.

Se inició así el periodo de mayor esplendor de la cultura hitita. En los


archivos de Hattusa, su capital, se han encontrado miles de tablillas
escritas en hitita y algunas en acadio con anales, tratados, leyes, actas de
distribución de tierras y textos religiosos, algunos en lenguas muertas (en
la época). Egipto, pese al acuerdo de paz, inició una serie de intrigas,
estimulando a Asiria contra el reino hurrita. El rey Adad-Ninari I ocupó el
reino de Mitanni, vasallo de los hititas, tras lo cual se otorgó a sí mismo
el título de Gran Rey, y envió una carta al rey Muwatali tratando de rebajar
la tensión ocasionada por la invasión. En ella trataba a Muwatalli
de hermano, algo frecuente en la época entre los reyes de potencias del mismo
rango, pero la respuesta de Muwatalli fue bastante brusca: ¿Acaso somos hijos
del mismo padre o de la misma madre? Pese a todo, no estalló la guerra entre
ambos reinos, ya que Muwatalli estaba más preocupado por Egipto que por
Asiria. Adad-Ninari I murió en 1275, y fue sucedido por su hijo Salmanasar
I. Luego murió Muwatalli, en 1272, y fue sucedido por su hijo Mursil III.

En 1270 Salmanasar I arrebató definitivamente a los hititas lo que había


sido el reino de Mitanni, fecha en la que podemos considerar que éste
desaparece definitivamente de la historia, pasando a formar parte del que se
conoce como Primer Imperio Asirio. Asiria recuperó todo el territorio que
había poseído en tiempos de Shamshi-Adad I, el fundador de la dinastía que
había gobernado ininterrumpidamente en Assur tanto en los buenos como en los
malos tiempos. Salmanasar usó las riquezas y los esclavos obtenidos con sus
conquistas para embellecer Assur, la capital, y Nínive, la segunda ciudad
más emblemática del reino. Sin embargo, consideró que su nuevo imperio
requería una nueva capital, y así fundó a mitad de camino entre ambas la
ciudad de Calach. Mursil III murió en 1265, y fue sucedido por su
tío Hattusil III.

Hacia 1250 Canaán empezó a recibir el embate de nuevas tribus nómadas


emparentadas con los hebreos que cien años antes habían ocupado el este de
Canaán. Sin embargo, este parentesco no influyó en los hebreos, que
rechazaron a los recién llegados. Las primeras en hacer su aparición debieron
de ser las tribus de Rubén, Isacar y Zabulón, formaron la coalición
de Lía (el nombre de una diosa de los pastores cananeos, vinculada con la
Luna), a la que luego se sumaron como tributarios Gad y Aser. La primera de
estas dos tribus deriva su nombre de un dios de la buena fortuna, cuyo culto

57
HISTORIA UNIVERSAL

se extendía desde Fenicia hasta Arabia. Aser proviene de Ashir, que era una
diosa cananea también de culto muy difundido. La ciudad de Hesbón, situada
en el límite septentrional de Moab, aprovechó que el ejército moabita estaba
concentrado al este contra los recién llegados y se rebeló con éxito,
deshaciéndose de las pocas tropas moabitas de la zona. Las tribus de Lía
reaccionaron rápidamente y aprovecharon el caos creado por Hesbón. Atacaron
la ciudad y la arrollaron, con lo que se abrieron paso hasta el Jordán.
Ocuparon un territorio entre Amón y Moab que más adelante se quedaría en
exclusiva la tribu de Rubén.

En 1245 murió Salmanasar I, y fue sucedido por su hijo Tukulti-Ninurta


I, bajo el cual el imperio asirio llegó a su máxima extensión. Condujo
campañas a los montes Zagros y llegó hasta el Cáucaso, donde un grupo de
hurritas se acababa de asentar formando el reino de Urartu. Luego derrotó a
los casitas en el sur y los sometió a tributo, y más tarde ocupó Elam. De
este modo, Asiria dominaba ahora toda Mesopotamia. Además, Asiria conoció
así las nuevas técnicas hititas para tratar el hierro, si bien todavía no se
disponía de él en cantidades necesarias para que fuera relevante. En 1237 el
rey hitita Hattusil III fue sucedido por su hijo Tudhaliyas IV. Durante su
reinado la cultura hitita recibió muchas influencias hurritas y mesopotámicas
(probablemente el reino hitita recibió muchos refugiados de lo que había
sido Mitanni y de otras regiones ocupadas por Asiria). El nuevo rey supo
sofocar las revueltas que periódicamente se producían en distintos puntos de
los dominios hititas, e incluso extendió sus fronteras hacia el oeste,
alcanzando el Egeo.

Mientras tanto, el Imperio Egipcio disfrutaba de un periodo de paz y


prosperidad. La corte era ostentosa y magnificente como nunca lo había sido,
Ramsés II tenía muchas esposas que le dieron una multitud de hijos, pero a
medida que se iba haciendo mayor fue dejando de lado los asuntos del gobierno,
y como consecuencia la nobleza fue ganando poder. La mejora del nivel de
vida hizo difícil encontrar hombres con vocación militar, por lo que el
ejército se nutría cada vez más de mercenarios extranjeros, de los que no se
podía esperar el arrojo de los soldados movidos por un fervor patriótico, e
incluso podían volverse peligrosos en épocas difíciles. Así, aunque
aparentemente todo estaba en orden, lo cierto es que las bases del poder
egipcio estaban siendo minadas poco a poco.

Durante los últimos años del reinado de Ramsés II la presión sobre los reinos
hebreos de Edom, Amón y Moab seguía aumentando. Llegó una nueva tribu
dirigida por un caudillo poderoso: Josué. Esta tribu debió de ser
especialmente belicosa y parecía tener muy claro el objetivo de cruzar el
Jordán e invadir Canaán. Tal vez por ello acogió gustosa en su seno a los
hombres más fieros que encontró en la zona: por una parte, a una tribu de
honderos ambidiestros de gran puntería y por otra a un pueblo de pastores
oriundo del norte de Palestina llamado Bene-jamina, cuyo caudillo tenía el
título de Dawidum, (posible origen del nombre David). Éstos formaron la
tribu de Benjamín, y formaron con los hombres de Josué una coalición
identificada con el nombre de Raquel, una diosa de características similares

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HISTORIA UNIVERSAL

a las de Lía (tal vez las diferencias de culto Lía/Raquel se usaron como
signos distintivos de los dos grandes grupos tribales que acechaban Canaán).
La coalición de Raquel se engrosó pronto con las tribus de Dan y Neftalí.

Josué debió de pactar una alianza con las tribus de Lía para facilitar su
plan de invasión. La confederación se llamó Israel, que significa algo así
como "Dios lucha con nosotros". Hacia 1226, Josué cruzó el Jordán con sus
hombres y ocupó una rica franja de tierra a la que llamaron Efraím (región
fértil), mientras que Benjamín ocupó la zona inmediatamente más al sur.
Probablemente, la tribu original de Josué estaba formada por dos clanes
poderosos, uno de los cuales ocupó Efraím y el otro fue extendiéndose hacia
el norte hasta tener su territorio propio, al que dio el nombre
de Manasés. Así, las tribus de Raquel pasaron a ser tres: Efraím, Manasés y
Benjamín. De la federación de Raquel original surgió también una tribu
diminuta: la tribu de Leví, que en realidad era una clase sacerdotal que no
ocupó más que unas pocas ciudades dispersas. Posteriormente la tribu de Leví
fue considerada como una tribu de Lía, en lugar de una tribu de Raquel.

En 1223 murió Ramsés II y fue sucedido por Meneptah, su decimotercer hijo,


que ya tenía entonces sesenta años. Meneptah condujo el ejército egipcio a
Canaán para rechazar a los israelitas invasores. Como testimonio de la
campaña dejó una inscripción según la cual "Israel está arrasado y no tiene
semillas". Evidentemente esto era una exageración propia de los "partes
oficiales", pues los israelitas seguían allí. Sin duda el faraón no pudo
terminar con los israelitas porque se vio obligado a volver a Egipto a
marchas forzadas, ya que su reino se encontró con un peligro proveniente de
un lugar insospechado: el mar. Hasta entonces el tránsito marítimo por el
Mediterráneo había tenido un carácter esencialmente comercial. Es verdad que
Creta había desarrollado una armada con la que había impuesto su hegemonía
en el Egeo, pero debieron de encontrarse con una resistencia mínima. Los
mismos egipcios usaban barcos para transportar sus tropas a Canaán, pero
siempre bordeando la costa. Nadie hasta entonces había enviado tropas en
barcos para librar una batalla importante lejos de sus costas. La idea de
llevar tropas al otro lado del mar debía de ser considerada una locura para
los egipcios.

Sin embargo, los griegos micénicos empezaron a aventurarse por el mar con
fines militares. Sin duda les llegaron productos exóticos provenientes de
tierras lejanas a través del mar Negro, pero esta vía comercial estaba
enteramente bajo el control de Troya. Oriente debió de adquirir fama de ser
una tierra rica y paradisiaca. En efecto, los griegos tenían una leyenda al
respecto, según la cual mucho tiempo atrás un grupo de cincuenta héroes
mitológicos capitaneados por Jasón emprendieron una arriesgada aventura
hacia oriente en busca del vellocino de oro, la piel de un carnero divino
cuya lana era de oro, símbolo de la prosperidad de las tierras lejanas.
Embarcaron en la nave Argos, por lo que eran conocidos como
los Argonautas, entre los cuales estaba el mismo Teseo, el que venció al
Minotauro y liberó a Atenas del dominio cretense, y con él Hércules, y su
padre Peleas, y Orfeo, y muchos otros. Respecto a Troya, resultó ser un

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HISTORIA UNIVERSAL

pequeño obstáculo en el camino, pues, cuando trató de impedir el paso a la


expedición, Hércules desembarcó, saqueó la ciudad y mató al
rey Laomedonte junto con todos sus hijos excepto Príamo, que era el rey a la
sazón. Nada de esto tiene visos de realidad. Más bien debemos suponer que
estas historias fueron inventadas por los griegos micénicos para animar al
pueblo, o tal vez a los aqueos, pueblo tan poco interesado por el mar como
Egipto, a lanzarse sobre Troya y acabar con su hegemonía. Las leyendas
griegas al respecto hablan de una coalición de Argivos y Aqueos en una
expedición contra Troya. En principio "argivo" hace referencia a la ciudad
de Argos, que era una de las ciudades micénicas más importantes, pero es
probable que el término se usara para referirse indistintamente a todos los
griegos micénicos. Naturalmente, el casus belli según los griegos no fue tan
prosaico como el de borrar del mapa una ciudad molesta. Según la tradición,
la guerra se debió a que Paris, el hijo de Príamo, se llevó (no está muy
claro si por la fuerza o de mutuo acuerdo) a Helena, la mujer de Menelao, rey
de Esparta, quien solicitó la ayuda de su hermano Agamenón, rey de Micenas,
para recuperarla. A su vez, éstos reclamaron la ayuda de otros reyes,
como Ulises de Ítaca o el aqueo Aquiles. Al margen de los detalles poéticos,
las tradiciones griegas parecen describir dos facciones en pie de igualdad:
los argivos, capitaneados por Agamenón y los aqueos, capitaneados por
Aquiles. La ciudad de Troya fue destruida y los griegos convirtieron el
acontecimiento en una de sus gestas más memorables.

Las leyendas griegas continúan explicando que, al volver a su patria, los


héroes se encontraron con una situación turbulenta. Las fábulas se inclinan
hacia sucesos más románticos en torno a adulterios, envenenamientos y
disputas por el poder, pero la realidad histórica subyacente era de otra
naturaleza. Los pueblos indoeuropeos se habían ido extendiendo por la Europa
oriental, eran belicosos y en estos momentos debían de pasar por un periodo
de escasez o superpoblación, por lo que se expandían en todas direcciones y
desplazaban a su vez a otros pueblos. La Grecia micénica empezó a sufrir el
acoso de otro pueblo indoeuropeo, emparentado con los griegos, pero mucho
menos civilizado: los Dorios. Los dorios tenían armas de hierro, lo que les
concedía una superioridad contra la que los griegos micénicos no tenían nada
que hacer. Como fruto de estas convulsiones el Mediterráneo se llenó de
hordas de piratas que sobrevivían atacando y saqueando las ciudades costeras.
Estaban formados por mezclas heterogéneas de dorios, griegos micénicos y
habitantes de poblaciones variadas que no encontraron mejor salida que
lanzarse al mar. Un grupo numeroso de estos piratas desembarcó en las costas
de Libia y se unió a los nativos en un ataque contra Egipto.

Los sorprendidos egipcios, que nunca habían sufrido un ataque por mar,
llamaron "Pueblos del Mar" a los invasores, y así se les conoce en la
historia. Meneptah consiguió expulsarlos a duras penas, pero el poder egipcio
se vio seriamente dañado. De Egipto, los pueblos del mar pasaron a Chipre,
desde donde amenazaron las costas de Canaán y de Anatolia.

En 1211 un nuevo faraón, Seti II, se hizo con el trono de Egipto, destronando
para ello a Meneptah y casándose con su viuda. Se inicia así una rápida

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HISTORIA UNIVERSAL

sucesión de faraones débiles que reinan durante breves periodos de tiempo


(Seti II reinó cinco años).

En 1209 murió el rey hitita Tudhaliyas IV, que fue sucedido por su
hijo Arnuanda III. La presión de los pueblos del mar se hacía cada vez más
insoportable para todos los pueblos del Mediterráneo, a la vez que los
pueblos indoeuropeos presionaban a la ya descoyuntada Grecia micénica por un
lado y a los hititas y otros pueblos de la Europa oriental por otro.
Mesopotamia seguía bajo el Imperio Asirio, pero tras la muerte de Tukulti-
Ninurta en 1208 se sumió también en la crisis que afectaba a sus vecinos.
Canaán sufría mientras tanto los embates de los israelitas. En 1207 murió
Arnuanda III y le sustituye el que iba a ser el último rey
hitita: Shubbiluliuma II.

12. UN SIGLO DE CRISIS

Durante el siglo XII aparece en México la cultura Olmeca. Los olmecas


construyeron centros ceremoniales y desarrollaron el arte sacro: altares
monolíticos, estelas con bajorrelieves, esculturas. Idearon una escritura
jeroglífica y tenían un calendario. Las aldeas aumentaron de tamaño y se
construyeron casas sobre plataformas de tierra. Adoraban a deidades jaguares,
relacionadas con la lluvia. El control social estaba en manos qude chamanes
y hechiceros.

Las estepas euroasiáticas, desde el Danubio hasta Siberia, fueron ocupadas


por los Escitas, un pueblo indoeuropeo cuya lengua estaba emparentada con la
de los arios. Eran ganaderos itinerantes, y sometieron a la población
campesina.

Mientras tanto, la mayor parte del mundo civilizado sufría conmociones en


mayor o menor medida. Egipto había rechazado a los pueblos del mar, pero
tras la muerte de Meneptah cayó casi en la anarquía. Los pueblos del mar
pasaron a Chipre, y desde allí atacaron Fenicia. En 1200 arrasaron las
ciudades de Tiro y Sidón. En 1191 muere el rey Shubbiluliuma II y, con él,
el imperio hitita desaparece de la historia, desmembrado por los pueblos del
mar y las sublevaciones internas. No obstante, la cultura hitita no se
perdió, sino que se conservó en una serie de minúsculos reinos neohititas que
sobrevivieron dominados por una u otra potencia según los tiempos. Al
noroeste de Anatolia empezaron a destacar los Frigios. En la Ilíada son
mencionados como aliados de Troya, luego ya estaban allí antes de la llegada
de los pueblos del mar, pero su auge llegó tras ellos. Tal vez se aprovecharon
de los desórdenes o tal vez los invasores ocuparon Frigia y se convirtieron
así en "nuevos frigios".

Asiria inició un largo periodo de luchas frustrantes en las que trataba de


dominar sin éxito a los territorios circundantes, pero no pudo controlar a

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HISTORIA UNIVERSAL

Babilonia y, sobre todo, al poderoso reino de Urartu. En realidad, Asiria


ganaba la mayoría de las batallas, pero sus enemigos se recuperaban más
fácilmente mientras estaba ocupada en otros lugares. De todos modos, la
situación fue sin duda caótica e incierta para toda la zona.

Por su parte, Egipto logró reponerse temporalmente. En 1186, un gobernante


tebano llamado Setnajt, que afirma ser descendiente de Ramsés II, logra
unificar todo Egipto y se convierte en el primer faraón de la XX
dinastía. En 1184 le sucede su hijo con el nombre de Ramsés III. Mientras
tanto la Grecia Micénica iba de mal en peor. Equipados con armas de hierro,
los dorios fueron abriéndose paso lentamente sin que los orgullosos aqueos
pudieran hacer nada por evitarlo.

Desde Chipre, los pueblos del mar atacaron Canaán y avanzaron de nuevo hacia
Egipto. En 1177 Ramsés III logró rechazarlos en la que se considera la
primera batalla naval de la historia, pero ésta sería su última campaña.
Egipto perdió sus posesiones imperiales. A partir de entonces sus fronteras
se redujeron al valle del Nilo. El Nuevo Imperio había terminado. Palestina
fue ocupada por los pueblos del mar. Éstos se llamaban a sí mismos Peleset,
aunque actualmente se les conoce como Filisteos. El nombre de "Palestina"
deriva de Peleset. Los filisteos eran principalmente griegos, una oleada que
precedió a la de los dorios y que fue empujada al mar por éstos, pero al
llegar a Palestina se encontraron con una cultura superior a la suya y no
dudaron en asimilarla. En poco tiempo habían abandonado su propia lengua y
adoptado la de los cananeos (una forma arcaica de hebreo). Esencialmente,
los filisteos ocuparon cinco ciudades gobernadas cada una por su propio rey,
pero que mantenían una débil coalición. Tres de ellas estaban junto a la
costa: Asdod, Ascalón y Gaza, mientras que otras dos estaban en el
interior: Ecrón y Gat.

Sin la intervención egipcia, los israelitas pudieron penetrar más fácilmente


en Canaán. Poco a poco fueron enfrentándose a las ciudades locales,
esclavizando a las más débiles y pasando a cuchillo a las más beligerantes.
En cambio, no pudieron imponerse a los filisteos que, pese a ser pocos,
tenían armas de hierro. Más aún, los filisteos consiguieron someter a tributo
a la tribu israelita de Dan y a otras dos tribus invasoras que sólo más tarde
fueron incluidas en la federación de Israel: las tribus de Judá y Simeón. La
primera parece estar muy relacionada con los edomitas, mientras que la
segunda fue una tribu menor que no tardó en ser absorbida por Judá.

Babilonia había quedado libre de la dominación asiria, pero sus gobernantes


casitas no fueron capaces de aprovechar la situación y quedó en la anarquía.
Quien sí supo reaccionar fue el antiguo Elam, que envió expediciones para
saquear Babilonia. En 1174 los elamitas se llevaron dos grandes reliquias:
la estela con el código de Hammurabi y la estela de Naram-Sin.

En 1158 murió Ramsés III, que fue sucedido por una larga serie de reyes
llamados todos Ramsés, conocidos como ramésidas. Se abría así un periodo en

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HISTORIA UNIVERSAL

el que el poder del faraón fue decayendo en favor del poder sacerdotal. Todas
las tumbas de Tebas (excepto la de Tutankamón) fueron saqueadas.

Mientras tanto los dorios ocupaban posiciones cada vez más al sur de Grecia
y con sus movimientos desplazaban a las tribus eolias. Hacia 1150 una de
ellas, la formada por los tesalios ocupó la región en la que se establecerían
definitivamente, y que tomó el nombre de Tesalia.

Por esta época la ciudad fenicia de Sidón se había


recuperado del ataque de los pueblos del mar y había
logrado hacerse con armas de hierro. Las tribus
israelitas estaban distribuidas más o menos como
indica el mapa. La de Leví era la menor de todas y
no ocupó más que unas pocas ciudades dispersas. La
tribu de Dan estaba junto a los territorios
filisteos, pero un grupo de danitas que no estaba
dispuesto a soportar la dominación filistea decidió
emigrar hacia el norte, tomó la ciudad de Lais, la
saqueó y se estableció en ella, rebautizándola con
el nombre de Dan. Judá y Simeón estaban sometidas a
los filisteos, mientras Gad y Rubén, al otro lado
del Jordán, litigaban con los reinos hebreos de Amón
y Moab. Aser, por su parte, quedó bajo la dominación
de Sidón. Las tribus del norte (aparte de Aser) tenían menos problemas, y
parece que la de Efraím disfrutaba de un cierto liderazgo entre ellas.

Los cananeos del norte aprovecharon el resurgimiento de Sidón para planear


una gran ofensiva contra los israelitas. La liga cananea fue encabezada
por Jabín, rey de la ciudad de Hazor. La tribu más cercana sobre la que se
cernía la amenaza era Neftalí, que a la sazón tenía como caudillo
a Barac.Éste debió de comprender que sus hombres no podrían resistir por sí
solos a un ejército bien dotado, así que se apresuró a pactar con Efraím.
Según la Biblia, por aquel entonces Efraím estaba dirigido por una mujer
llamada Débora, la cual (bajo la condición de capitanear el ejército) aportó
no sólo sus propios hombres sino también los de las tribus de Manasés y
Benjamín (las otras dos tribus de Raquel, al parecer bajo el dominio de
Efraím). Puesto que también les afectaba de cerca la amenaza cananea, las
tribus de Zabulón e Isacar se unieron a la coalición, con lo que en total
fueron seis las tribus a las que se enfrentó Jabín. Los israelitas aplastaron
a sus oponentes junto al monte Tabor, destruyeron Hazor y, a partir de
entonces los cananeos ya no supusieron ningún peligro serio para Israel.

Hacia 1120 otra tribu eolia, los beocios, se vio obligada a asentarse al sur
de Tesalia ante el avance dorio. La región se conoció desde entonces con el
nombre de Beocia.

Hacia 1124 un babilonio nativo consiguió hacerse con el poder y puso fin a
la dominación casita. Se llamaba Nabucodonosor I. También derrotó
completamente a los elamitas. Por un momento parecía que Babilonia iba a

63
HISTORIA UNIVERSAL

dominar de nuevo Mesopotamia, pero no fue así. Por aquel entonces, Asiria
también estaba recuperándose. En 1115 llegó al trono Teglatfalasar I, el
cual dispuso de un ejército con armas de hierro con el que derrotó a
Nabucodonosor I en 1103 y reconstruyó lo que había sido el imperio de
Tukulti-Ninurta. Por el oeste llegó hasta Fenicia, donde hizo tributarias a
Biblos y a Sidón. La frontera más conflictiva era Arabia. Durante los años
de anarquía precedentes, las tribus árabes habían hostigado como de costumbre
a Mesopotamia. Ahora Teglatfalasar I intentaba detenerlas. Esta vez se
trataba de los Arameos, contra los que Asiria inició una serie de campañas.
En general, las campañas contra los nómadas nunca son definitivas, pues los
guerreros nómadas se retiran fácilmente y aparecen por otras zonas
indefensas, o sencillamente desaparecen hasta que pasa el peligro.

También los israelitas sufrían ahora los ataques de los nómadas de Arabia.
Los llamados Madianitas azotaban principalmente a la tribu de Manasés. El
caudillo de esta tribu era entonces Gedeón. La Biblia describe una trama con
la que Gedeón cuestionó la supremacía de Efraím. Al parecer, Gedeón formó
una coalición con las tribus del norte que habían luchado contra los cananeos
en el monte Tabor, pero sin dar a Efraím ningún trato preferente. Al
contrario, le informó tarde y parcialmente de sus planes, de modo que cuando
atacó por sorpresa a los madianitas los guerreros de Efraím no estaban
presentes, sino que Gedeón los condujo a los vados del Jordán, por donde
esperaba que huyeran los madianitas. Así, Efraím destruyó a los madianitas
en fuga, pero todo el mérito recayó sobre Gedeón. Sin embargo, Efraím no
acepto la situación e Israel estuvo al borde de la guerra civil. Gedeón tuvo
que reconocer la supremacía de Efraím.

Las tribus de Israel tuvieron que enfrentarse cada vez con más frecuencia a
luchas internas por el poder. Hasta entonces, cada tribu estaba dirigida por
un caudillo o juez elegido por aclamación popular. Esto funcionaba bien
cuando los israelitas eran sencillas tribus nómadas, pero ahora el poder
significaba riqueza, con lo que cada vez fue más codiciado. Así, con la fama
que había adquirido Gedeón era natural esperar que fuera sucedido por uno de
sus hijos, así que uno de ellos, Abimelec, decidió matar a sus numerosos
hermanos para ser el único pretendiente legítimo a la judicatura. Sucesos
como estos movieron a algunos israelitas a proponer una monarquía hereditaria
que evitara los conflictos en la sucesión. El problema era que elegir un rey
podía ocasionar conflictos mucho más violentos que la sucesión de cualquier
juez. Entre tanto, las aspiraciones al liderazgo continuaban. En la tribu de
Gad surgió un caudillo capaz, llamado Jefté, que consiguió una victoria
completa contra el reino de Amón. Por lo visto, Efraím consideró que Jefté
no le había consultado debidamente sus planes, por lo que le exigió cuentas
igual que lo había hecho con Gedeón. Sin embargo, Jefté no se amilanó, sino
que dejó que Efraím enviara un ejército a pedirle cuentas, lo derrotó, e
incluso pudo cortarle la retirada por los vados del Jordán hasta aniquilarlo
completamente. Esto sucedió hacia el 1100 y así terminó la supremacía de
Efraím.

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HISTORIA UNIVERSAL

13. LOS ISRAELITAS

Durante el siglo XI China


experimentó cambios
importantes en su estructura
política y social. Tras un
reinado de unos 500 años, la
dinastía de los Chang fue
derrocada, y se instauró la
dinastía Cheu.Su primer rey
fue Wu, y provenía de los
confines occidentales del
país. Estableció la capital
en Hao, en el valle
del Wei. Distribuyó el
territorio entre los miembros de su familia y los aliados. Se originó así un
sistema feudal en el que unos grandes señores ejercían a la vez la autoridad
política y religiosa, regulando el culto tradicional a los antepasados. Estos
señores gozaban de gran independencia, y la sumisión al rey era meramente
formal. Sólo los parientes más próximos (que ocuparon los estados de Qi,
Lu y Jin) estuvieron realmente sometidos al monarca. En los siglos siguientes
se llamó Wu a una clase de sacerdotes hechiceros que gozaron del respeto (o
a veces del temor) de los chinos de todas las clases sociales. En esta época
la diversidad cultural china se había subsumido en una identidad nacional
por la que los chinos se distinguían a sí mismos de los bárbaros no
civilizados del entorno. El mundo se concebía como un cuadrilátero, a cada
uno de cuyos lados correspondía un color y una divinidad. Por encima de los
dioses de los puntos cardinales, del Sol, de la Luna, de la Tierra, de las
montañas, nubes, ríos y demás fenómenos naturales, estaba Shangdi, la
divinidad suprema omnipotente, que residía en un palacio junto con cinco
ministros. No obstante, Shangdi no contaba con santuarios, ni se le ofrecían
sacrificios. Los antepasados del rey estaban en contacto con Shangdi. Los
vivos podían ponerse en contacto con sus antepasados mediante un oráculo
basado en la observación de huesecillos.

El rey Wu fue sucedido por su hijo Ch'eng, cuyo reinado legitimó


definitivamente el cambio dinástico. Se conservan muchos documentos sobre
ceremonias y actos de investidura encaminados sin duda a que la antigua
nobleza aceptara a los nuevos amos.

En México aparecen las primeras manifestaciones arquitectónicas olmecas: los


poblados se concentran alrededor de los centros ceremoniales, se construyen
casas sobre plataformas de piedra, templos, basamentos escalonados y
montículos funerarios. Aparece una mitología más estructurada. Los
principales dioses eran Huehueteotl, dios del fuego y Tlaloc, dios de la
lluvia. Se han encontrado cabezas colosales de más de dos metros de altura,
lápidas, sarcófagos y muchas obras de gran maestría técnica.

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HISTORIA UNIVERSAL

Hacia 1100 los dorios ocuparon el Peloponeso, con lo que completaron la


conquista de Grecia y terminó definitivamente la Edad Micénica. Grecia cayó
en la paz de los cementerios. Durante los desórdenes de los años precedentes,
los campesinos tendieron a atrincherarse en ciudades amuralladas, que ahora
se convirtieron en unidades autosuficientes bajo el dominio dorio, conocidas
como Polis.La palabra Polis significa "ciudad" en griego, pero la polis no
era una ciudad en el sentido usual. Era una ciudad-estado sin ninguna
relación con las polis vecinas, con una economía de subsistencia y, en esta
época, en los umbrales de la miseria. Mientras los griegos micénicos se
habían mezclado con los pelásgicos, los dorios adoptaron una actitud
clasista, o incluso racista, frente a los micénicos, reducidos a la
esclavitud. Esparta se convirtió en una de las principales polis dorias,
mientras que Micenas, Tirinto y otras ciudades importantes del periodo
anterior fueron incendiadas y reducidas a tristes aldeas. Hubo, no obstante,
unas pocas regiones que se libraron del dominio dorio. Una de ellas fue el
Ática, con Atenas a la cabeza, y otra era Arcadia, situada en los montes más
altos del Peloponeso. En estas zonas surgió una identidad jonia que
reivindicaba su legítima ocupación de Grecia, frente a los dorios invasores.
Así, mientras los dorios tenían a los jonios como iguales a sus esclavos,
los jonios tenían a los dorios como salvajes. Una parte de la población jonia
emigró a las islas del Egeo. La primera en recibirlos fue Eubea, la isla
mayor del Egeo y más próxima al continente. Allí se fundó la ciudad
de Calcis, cuyo nombre deriva de la palabra griega para "bronce".
Probablemente fue un centro de trabajo del bronce. Al este de Calcis estaba
la ciudad de Eretria, que también alcanzó cierta importancia.

Mientras tanto, Egipto seguía bajo el reinado oficial de los ramésidas y


bajo el dominio real de los sacerdotes. En 1093 fue asesinado el rey asirio
Teglatfalasar I y sus sucesores no supieron mantener el imperio. Las
invasiones arameas se hicieron más efectivas y toda Mesopotamia permaneció
en la anarquía durante más de un siglo, a lo largo del cual se libraron
continuos y estériles combates entre Asiria, Babilonia y Urartu.
En 1075 murió Ramsés XI y fue sucedido por el sacerdote de Amón, pese a no
guardar ningún parentesco con el antiguo rey. Por otro lado, en la región
del delta se proclamó rey simultáneamente otro sacerdote que inauguró la XXI
dinastía. Egipto volvía a estar dividido.

En Canaán, los fenicios y los filisteos ocupaban la costa con cierta


prosperidad, mientras los israelitas iban afianzando sus conquistas. Aunque
originalmente eran un conglomerado de tribus muy distintas en todos los
aspectos, la necesidad de hacer causa común frente a los cananeos fue
unificándolos y paulatinamente fueron creando una mítica historia común
basada en tradiciones diversas.

El relato afirma que los israelitas eran originariamente esclavos en Egipto,


a los que un patriarca llamado Moisés liberó con la ayuda de un dios
poderoso. Éste hizo un pacto con los israelitas: a cambio de ser adorado les
concedería una tierra prometida, habitada hasta entonces por pecadores a los
que debían destruir en su nombre y con su ayuda. La forma en que debían

66
HISTORIA UNIVERSAL

adorar a este dios quedaba completamente estipulada en la alianza a través


de un código escrito de diez mandamientos. Los israelitas (incluido el propio
Moisés) incumplieron en muchas ocasiones estas leyes, así que fueron
castigados a vagar por el desierto del Sinaí durante cuarenta años, de modo
que sólo sus hijos verían la tierra prometida. Moisés fue sucedido por Josué,
que conquistó fácilmente Canaán con la ayuda divina.

Se ha puesto en cuestión que algo de esto tenga una base histórica, pero
indudablemente la ley mosaica existe y, aunque probablemente tiene muchos
añadidos posteriores, su núcleo es un complejo sistema de leyes diseñado
para regular la vida de un pueblo de ganaderos nómadas. Además de los diez
mandamientos primitivos, había todo un sistema de leyes transmitidas
oralmente que regulaban por completo la vida itinerante de los israelitas en
sus aspectos penales, sociales (regulación de la propiedad, incluida la
esclavitud), religiosos y hasta cuestiones de higiene y alimentación. La
base del sistema de justicia era el ojo por ojo y diente por diente: los
delitos de sangre se pagaban con la muerte y los daños a la propiedad con
multas. No es razonable suponer que dichas leyes fueron creadas después,
cuando los israelitas ya no eran un pueblo nómada (al contrario, muchas de
ellas quedaron desfasadas) y, a la vez, la ley mosaica era demasiado refinada
para haber sido ideada por unos toscos pastores. Por otra parte, la leyenda
de Moisés y sus antecedentes están adornados con varias fábulas de indudable
origen egipcio.

Una conjetura razonable es que Moisés dirigió la retirada de un grupo


(relativamente pequeño) de cananeos cuando los hicsos fueron expulsados de
Egipto y los condujo hacia el Sinaí. Tal vez planeó reclutar un ejército
entre la población nómada de la península con el que reconquistar Egipto o
al menos una parte de Canaán. Tal vez alertó a los nativos de que un Egipto
resurgido amenazaba con dominar de nuevo sus tierras y los llevó consigo
hacia el sur (librándolos, en cierto sentido, de la esclavitud egipcia). Tal
vez así se convirtió en caudillo de una tribu (la que después se desdoblaría
en las tribus de Efraím y Manasés). En cualquier caso, podemos aceptar que
alguien llamado Moisés guió por el desierto a un pueblo de pastores nómadas
y que, según la Biblia, les dio unas leyes. El relato bíblico encaja aquí
muy bien: como todos los legisladores de la época, Moisés no podía esperar
que sus leyes fueran respetadas si no tenían un origen divino, así que debió
de escoger el dios más temido por sus hombres, un dios de las tormentas al
que los pastores suplicaran clemencia en los peores temporales, se retiró a
un monte y volvió con unas tablas de piedra en las que estaban esculpidos
los diez mandamientos básicos de su ley.

Moisés fue más meticuloso que Abraham al describir a su dios. Probablemente


no lo inventó, sino que lo tomó de entre los numerosos dioses que a la sazón
debían de tener sus hombres. Probablemente, este dios se llamaba Eloím. Se
conocen dos textos de la época en la que los israelitas ya estaban asentados
en Canaán, uno correspondiente a la tribu de Efraím y otro a la de Judá, los
cuales relatan tradiciones similares, pero el dios de Efraím se
llama Eloím,mientras que el dios de Judá se llama Yahveh. La tribu de Judá

67
HISTORIA UNIVERSAL

fue una de las últimas que se unió a la confederación de Israel, y es probable


que identificara un dios propio con el dios de Efraím (igual que los egipcios
identificaron en su día los dioses Ra y Amón). La versión final de la Biblia
fue escrita por los judíos, por lo que el nombre definitivo del dios de
Moisés fue Yahveh. De hecho, los israelitas desarrollaron más adelante la
idea de que pronunciar el nombre de dios era un sacrilegio. Es posible que
ello fuera un medio con el que los sacerdotes trataron de evitar polémicas
sobre si el dios común de los israelitas era Eloím, Yahveh, u otro. Esto
casi hace que los judíos olvidaran el nombre de su dios. En efecto, el hebreo
sólo escribe las consonantes, si bien más tarde se ideó un sistema de signos
ortográficos para indicar las vocales. En las ediciones de la Biblia, sobre
las consonantes YHVH los judíos anotaban las vocales de Adonay, el Señor,
que es lo que leían en la práctica para no pronunciar el inefable nombre de
Dios. La combinación de las consonantes de Yahveh con las vocales de Adonay
produce una palabra extraña al oído hebreo que evoluciona de forma natural
a Jehovah. Aún hoy hay creyentes que llaman así a su dios, sin darse cuenta
de que este nombre es simplemente un híbrido absurdo de vocales y consonantes
de dos palabras distintas.

Volviendo a Moisés, sus leyes muestran claramente su esfuerzo por asegurar


el temor de dios en su pueblo, así como un intento de excluir la competencia
de otros cultos. Basta leer los dos primeros mandamientos:

1) Yo soy el Señor, dios tuyo, que te he sacado de la tierra de Egipto, de


la casa de la esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí.

2) No harás para ti imagen de escultura ni figura alguna de las cosas que


hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las
aguas, debajo de la tierra. No las adorarás ni rendirás culto. Yo soy el
Señor, dios tuyo, el fuerte, el celoso, que castigo la maldad de los padres
en los hijos hasta la tercera y cuarta generación, de aquellos que me
aborrecen; y que uso de misericordia hasta millares de generaciones con los
que me aman y guardan mis mandamientos. (Ex XX, 2-6)

Es de notar que Moisés no tenía las pretensiones de Akenatón, y en ningún


momento insinuó que su dios fuera el único verdadero. Sólo decía que su dios
no toleraba que quienes le adoraban rindieran culto también a otros ídolos.
Moisés instituyó una clase sacerdotal que cuidaba de las cuestiones del culto
y le sustituían como juez en los casos menores. Según la Biblia, el sacerdocio
estaba encomendado a la tribu de Leví, a la cual pertenecía el propio Moisés.
Tal vez los levitas fueran los cananeos que escaparon de Egipto con Moisés
cuando los hicsos fueron expulsados.

Las Tablas de la Ley fueron guardadas en un arca sagrada, el Arca de la


Alianza, pues Dios prometió a los israelitas una "tierra de la que mana leche
y miel", como a menudo es descrita en la Biblia, si seguían sus leyes. Éstas
son las palabras de la Alianza:

68
HISTORIA UNIVERSAL

Respondió el Señor: Yo estableceré Alianza con este pueblo en presencia de


todos; haré prodigios nunca vistos sobre la tierra, ni en nación alguna:
para que vea ese pueblo que tú conduces la obra terrible que Yo, el Señor,
he de hacer. Tú observa todas las cosas que Yo te encomiendo en este día y
Yo mismo arrojaré de delante de ti al amorreo, y al cananeo, y al heteo, al
ferezeo también, y al heveo, y al jebuseo. Guárdate de contraer jamás amistad
con los habitantes de aquella tierra, lo que ocasionaría tu ruina. Antes
bien destruye sus altares, rompe sus estatuas y arrasa los
bosquetes [consagrados a sus ídolos]. No adores a ningún dios extranjero. El
Señor tiene por nombre Celoso. Dios quiere ser amado Él solo. No hagas liga
con los habitantes de aquellos países, no sea que después de haberse
corrompido con sus dioses y adorado sus estatuas, alguno te convide a comer
de las cosas sacrificadas. No desposarás a tus hijos con sus hijas, no suceda
que, después de haber idolatrado ellas, induzcan también a tus hijos a
corromperse con la idolatría. (Ex XXXIV, 10-16).
Evidentemente este texto contiene anacronismos, pero tal vez refleja una
prevención original de Moisés, que no estaba dispuesto a que sus hombres
cometieran el mismo error que los hicsos y así, para evitar que convivieran
con los pueblos invadidos con riesgo de que éstos terminaran alzándose contra
ellos, inventó e inculcó en sus hombres la intolerancia religiosa. En efecto,
cada vez que los israelitas tienen ocasión de conquistar una ciudad, el
mandato divino es siempre pasar a cuchillo a todos sus habitantes, incluso
a las mujeres y a los niños. Los israelitas aplicaron esta política siempre
que la ocasión lo permitió.

Si en efecto Moisés salió de Egipto cuando la expulsión de los hicsos,


entonces su peregrinaje no fue de cuarenta años, sino de unos trescientos.
Tal vez el plan original de Moisés fue reconquistar Egipto o, al menos
Canaán, lo antes posible, pero en un momento dado debió de darse cuenta de
que el Nuevo Imperio Egipcio era intocable, por lo que debió de comunicar a
su pueblo que, a causa de sus muchos pecados, Dios había decidido que ninguno
de ellos vería la tierra prometida, sino que se la daría a sus hijos, después
de que ellos murieran en el desierto. Los israelitas usaban la palabra "hijo"
en un sentido muy laxo, que igual podía significar "nieto", o "bisnieto", o
lo que fuera. De este modo, los israelitas (o una parte de los que después
serían llamados israelitas) debieron de permanecer en la península del Sinaí,
o tal vez en Arabia, mientras Egipto fue invencible, conservando siempre la
ilusión de la tierra prometida, y salieron de nuevo a escena tan pronto como
detectaron signos de debilidad.

Hay una parte del relato bíblico que no encaja con esta interpretación, lo
que indica una procedencia distinta. Según esta parte, los israelitas
descendían de José (en realidad de José y sus once hermanos, pero este
añadido es sin duda muy posterior), que era un cananeo que, de esclavo, había
pasado a virrey de Egipto. La leyenda de José parece provenir de los tiempos
de Amenofis III y Akenatón (cuando Moisés ya llevaría muerto mucho tiempo).
La familia de José proliferó, pero "Entre tanto, se alzó en Egipto un nuevo
rey, que nada sabía de José" (Ex. I, 8) y los israelitas fueron reducidos a

69
HISTORIA UNIVERSAL

la esclavitud. Después, el dios de Moisés lanza sobre Egipto una serie de


plagas hasta que el rey decide liberar a los israelitas, luego se arrepiente
de su decisión y sale a perseguirlos, pero el dios de Moisés abre un pasillo
en las aguas del mar Rojo y lo vuelve a cerrar cuando los israelitas ya
habían pasado al otro lado, mientras el rey egipcio moría ahogado. ¿De qué
faraón escaparon los israelitas? La Biblia dice también que los esclavos
israelitas "... edificaron al faraón las fuertes ciudades almacenes de Fitom
y Ramsés" (Ex. I, 11), Así que el faraón debía de ser Ramsés II o, a lo sumo,
su hijo Meneptah. Ahora bien, por supuesto, ninguno de ellos murió en el mar
Rojo.

Es muy probable que alguna de las tribus israelitas escapara de la parte


oriental del delta del Nilo en tiempos de Meneptah (los que edificaron las
ciudades de Fitom y Ramsés). Las siete plagas pueden ser un recuerdo de las
calamidades que sufrió Egipto con la invasión de los pueblos del mar y,
ciertamente, éstas pudieron darles la oportunidad de escapar. El nombre de
la tribu de Isacar parece provenir de Sokar, que era un dios egipcio. Las
historias de los recién llegados acabarían fundiéndose anacrónicamente con
las leyendas sobre Moisés, aportando más colorido a la salida de Egipto. El
intervalo tradicional de cuarenta años puede ser un compromiso entre los
tres siglos de una fuente y los pocos años de otra.

Al llegar a Canaán, los israelitas entraron en contacto con la leyenda de


Abraham. Probablemente fue a través de los hebreos. Al parecer, los Idumeos
se consideraban descendientes de Esaú, el primogénito de Isaac, hijo a su
vez de Abraham, y, por consiguiente, legítimos herederos de la tierra que le
había sido concedida a éste por su dios. Por su parte, los moabitas y amonitas
se consideraban descendientes de Lot, sobrino de Abraham. Esto obligó a
modificar las leyendas no sin cierto descaro. Por ejemplo, la relación de
Esaú con Edom es explicada así en el Génesis:

Había un día guisado Jacob cierta menestra cuando Esaú, que volvía fatigado
del campo, se llegó a él y le dijo: Dame esa menestra roja que has cocido,
pues estoy sumamente cansado. Por cuya causa se le dio después el sobrenombre
de Edom [que, por una falsa etimología, se interpreta como "rojo"]. (Gn XXV,
29-30).
Esta teoría legitimaba las posesiones hebreas, pues el dios de Abraham había
otorgado Canaán a sus descendientes. En Gen. XIV, 13, Abraham es
llamado Abram el hebreo. Ahora bien, Josué llegaba también con un dios que
le había prometido una tierra que, sin duda, tenía que ser Canaán. No debió
de ser difícil identificar el dios de Moisés con el dios de Abraham. Para
consolidar la recién creada confederación israelita, Josué debió de convencer
a sus socios de que todos ellos descendían de Abraham a través de su nieto
Jacob. Con el tiempo se limarían los detalles: al igual que Esaú había tenido
doce hijos (que se correspondían con otras tantas tribus idumeas), también
Jacob tuvo doce descendientes, uno de ellos era José, que a su vez tuvo dos
hijos: Efraím y Manasés, y once hermanos, en correspondencia con las once
tribus restantes. Sin embargo la leyenda necesitaba algunas modificaciones

70
HISTORIA UNIVERSAL

que, de nuevo, la Biblia recoge sin complejos. Por ejemplo, intercalado en


la historia de Jacob, sin que guarde relación alguna con lo anterior y lo
posterior, encontramos este sorprendente pasaje:
Quedóse solo y he aquí que se le apareció un personaje que comenzó a luchar
con él hasta la mañana. Viendo este varón que no podía sobrepujar a Jacob,
le tocó el tendón del muslo, que al instante se secó. Y le dijo: déjame ir,
que ya raya el alba. Jacob respondió: No te dejaré ir si no me das la
bendición. ¿Cómo te llamas?, le preguntó. Él respondió: Jacob. No ha de ser
ya tu nombre Jacob, sino Israel [que, por una etimología no del todo
correcta, significa "hombre que lucha con Dios"], porque si con el mismo
Dios te has mostrado grande, ¿cuánto más prevalecerás contra los hombres?
Preguntóle Jacob: ¿cuál es tu nombre? Respondió: ¿por qué quieres saber mi
nombre? Y allí mismo le dio su bendición. (Gn XXXII, 24-29)
En lo que sigue, Jacob sigue llamándose Jacob. Sólo en el libro del Éxodo
pasa a ser llamado Israel. De este modo, los israelitas pasaron a
considerarse hijos de Jacob. Según estas cuentas, las tribus de Israel
pasaron a ser doce: Efraím y Manases eran dos medias tribus, que componían
la tribu de José. La diosa Raquel pasó a ser la madre de José y Benjamín,
mientras que Lía se convirtió en la madre de Rubén, Isacar y Zabulón. Gad y
Aser pasaron a ser hijos de una esclava de Lía, mientras que la madre de Dan
y Neftalí fue una esclava de Raquel. El supuesto antecesor de la tribu
sacerdotal de Leví, así como los de los últimos miembros de la coalición,
Judá y Simeón, debieron de incorporarse tardíamente entre los hijos de Lía.
La tierra concedida por el dios de Abraham a sus descendientes se convirtió
en una mera promesa que no se realizó hasta que sus auténticos
herederos, esto es, los israelitas, ocuparon Canaán. De nuevo, algunos puntos
débiles del argumento se fueron retocando más adelante. Por ejemplo, Jacob
no era realmente el heredero de Abraham (por línea directa), sino que lo era
Esaú, pero Esaú decidió cederle amablemente los derechos a cambio de la
famosa menestra roja (que, más concretamente, era un plato de lentejas).
Además, Jacob se las arregló con la ayuda de su madre para que Isaac lo
declarara su heredero en su lecho de muerte, confundiéndolo con Esaú. En
fin, añadiendo a esto una serie de profecías que garantizaban que era
voluntad divina que Jacob heredara los derechos de Abraham, los israelitas
se encontraron con que su invasión era, se mirara como se mirara, la voluntad
de Dios.

La Biblia da indicios de que Josué debió de aprovechar la historia de Abraham


para infundir ánimo a sus hombres. Al parecer, Dios ordenó a Josué que los
circuncidara a todos. Probablemente fue Josué quien "descubrió" que el dios
de Abraham (o el de Moisés) había ratificado su alianza con el rito de la
circuncisión (rito de origen egipcio que practicaban los cananeos, pero no
los israelitas). Josué debió de explicar a sus hombres que durante los años
de peregrinaje por el desierto habían abandonado la circuncisión, y sin duda
ése era el motivo por el que Dios no les ayudaba a conquistar la tierra
prometida, pero la orden que Dios le daba ahora hacía presagiar que, una vez
circuncidados, los reconocería como su pueblo elegido y los conduciría
triunfantes a la victoria. Filosofías aparte, es razonable pensar que unos
hombres toscos amedrentados por la opulencia de las tierras civilizadas (algo

71
HISTORIA UNIVERSAL

revueltas, pero civilizadas al fin) redoblarían su ánimo tras un ritual tan


molesto como el que se les proponía (un hombre dispuesto a eso merecía sin
duda los favores del "dios de los ejércitos", como se le empezaba a llamar).

Según el libro de Josué, el efecto de la circuncisión fue inmediato: los


israelitas ganaron todas las batallas. Dios separó las aguas del Jordán para
facilitar el paso de su pueblo. Para tomar Jericó, sólo tuvieron que hacer
sonar unas trompetas (siguiendo la indicación divina) y las murallas cayeron,
luego fueron tomando una ciudad tras otra matando a cada rey junto con todos
sus habitantes, el Sol detuvo su curso para que Josué pudiera terminar una
batalla, etc. En cambio, en el libro de los Jueces la invasión se describe
como un proceso mucho más penoso, lleno de avances y retrocesos, un proceso
que se llevó a cabo a lo largo de unos cien años.

La religión israelita era muy diversa. Todas las tribus debieron de adoptar
como dios principal al dios de Efraím, identificado con el de Abraham,
llamado Eloím o Yahveh. Le erigieron un santuario en Silo, en territorio de
Efraím, donde se guardaba el Arca de la Alianza, que contenía las tablas con
los diez mandamientos y era el centro de numerosas peregrinaciones y
rituales. Los levitas consiguieron que las pocas ciudades que quedaron a su
cargo se convirtieran en una especie de santuarios respetados por todos,
donde podían refugiarse los perseguidos en busca de justicia. Tal vez ellos
conservaron más o menos íntegras las tradiciones del culto a Yahveh, en
particular su recelo y desprecio hacia otros dioses, pero lo cierto es que
esta pretendida exclusividad fue siempre minoritaria entre los israelitas:
cada tribu había traído sus propias creencias a las que no estaba dispuesta
a renunciar. Los israelitas adoraban a una multitud de dioses de origen
cananeo o incluso egipcio: Baal, Astarté, Anat, etc. Estaba muy difundida la
creencia de que los muertos viajaban a un lugar llamado Seol,sobre el que,
al parecer, Dios no tenía jurisdicción, donde permanecían para siempre, si
bien se les podía invocar con ayuda de unas estatuillas sagradas
llamadas Terafim con las que se les podía consultar y predecir el futuro.
Otra manifestación religiosa israelita la constituían los profetas. Aunque
el concepto de profeta evolucionó considerablemente a lo largo de la
historia, en esta época eran una especie de místicos que entraban en trance
y supuestamente tenían visiones adivinatorias. Los profetas en éxtasis debían
de intimidar bastante a las gentes sencillas, así que gozaban de cierta
autoridad.

Los principales enemigos de los israelitas eran, sin duda, los filisteos. La
Biblia contiene muchas leyendas sobre las luchas entre israelitas y
filisteos, la más famosa de las cuales es la de Sansón y Dalila. Hacia
el 1050 los filisteos infligieron una grave derrota a los efraimitas cerca
de Silo. Efraím trató de reponerse recurriendo a sus aliados, pero la
disciplina filistea superó con creces a la desorganización israelita y los
filisteos vencieron de nuevo. Una derrota completa de Efraím podía suponer
la creación de un imperio filisteo y el desastre para todos los israelitas.
Efraím trató de dar un golpe de efecto: transportó el Arca de la Alianza
desde Silo hasta las inmediaciones de los ejércitos filisteos. Esto infundió

72
HISTORIA UNIVERSAL

ánimos a sus hombres, pues pensaban que ahora su dios estaba con ellos (la
idea de que Dios está en todas partes no se le había ocurrido todavía a
nadie, la cuestión entonces para los israelitas era más bien si Yahveh sería
capaz de derrotar a los dioses filisteos). Sin embargo, los filisteos
confiaron en sus propios dioses, atacaron inmediatamente y las armas de
hierro prevalecieron una vez más sobre las armas de bronce y el dios israelita
juntos. Silo fue destruida para siempre y el Arca de la Alianza fue capturada.
Los filisteos dominaron los territorios de Efraím y Benjamín, poniendo en
jaque al resto del territorio israelita.

Sin embargo, parece ser que resistió una especie de guerrilla en las montañas
encabezada por un líder religioso llamado Samuel, que pronto ganó una gran
reputación entre todos los israelitas. Más tarde, cuando Samuel ya era mayor,
destacó un joven benjaminita llamado Saúl. Hacía tiempo que los israelitas
se planteaban la conveniencia de elegir un rey, pero ahora Samuel retomó la
cuestión con más insistencia y propuso elegir a Saúl. Si Israel quería
sobrevivir necesitaba unirse bajo un mando único. La idea no acababa de
convencer a los profetas y, aunque la mayoría de los israelitas debía de
verla con buenos ojos, el problema era que ninguna tribu parecía dispuesta
a aceptar un rey de otra tribu por el mero hecho de que conviniera aceptar
uno.

Sin embargo, Saúl logró la reputación necesaria gracias a unos incidentes


ocurridos en Gad, al este del Jordán. Los amonitas habían cercado la ciudad
de Jabes-Galaad y sólo aceptaban la rendición si sus habitantes consentían
que se les sacara el ojo derecho (o al menos, así lo contaron luego los
israelitas). Por ello, los sitiados decidieron resistir y pidieron ayuda a
las tribus del otro lado del Jordán. Saúl aceptó la petición, reunió todos
los hombres que pudo, eludió a los filisteos, llegó a la ciudad antes de lo
previsto, sorprendió a los amonitas y liberó la ciudad. Fue la primera hazaña
de la que los israelitas podían enorgullecerse desde los tiempos de Jefté.
El éxito de Saúl hizo triunfar a la corriente partidaria de elegirlo rey y
Samuel, haciendo valer su propia reputación, se apresuró a investirlo con un
ritual religioso apropiado. Esto sucedió hacia el 1020. El nuevo rey
estableció su capital en Guibá, en el territorio de Benjamín, a unos cinco
kilómetros al norte de Jerusalén.

Por esta época llegó al trono de Tiro el rey Abibaal. La ciudad tenía ya
varios siglos de historia, pero hasta este momento había estado supeditada
a Sidón, la principal ciudad fenicia. Sin embargo, ahora la situación iba a
cambiar. La ciudad entera fue trasladada a una isla rocosa, donde era
prácticamente inexpugnable y podía ser bien defendida con la ayuda de una
flota. Los fenicios contaban con una larga tradición naval que se había
venido abajo con la llegada de los pueblos del mar. Bajo Abibaal, la ciudad
de Tiro fue recuperando esa tradición y ello le dio la supremacía frente a
la antigua Sidón.

Volviendo a los israelitas, los filisteos se propusieron abortar la creación


del reino de Saúl, pero no les resultó fácil. Jonatán, el hijo de Saúl,

73
HISTORIA UNIVERSAL

derrotó a una pequeña guarnición filistea cercana a Guibá, mientras su padre


se atrincheraba en Michmash, un poco más al norte. Los filisteos avanzaron
contra Michmash, pero fueron sorprendidos por una rápida incursión de
Jonatán. Los filisteos calcularon mal el número de tropas que les atacaba y
decidieron retirarse. Ante esta situación, Judá, sometida desde un principio
a los filisteos, decidió rebelarse y se declaró fiel a Saúl. Un ejército
unido judeo-israelita derrotó a los filisteos en Shocoh, al sur de Jerusalén,
y toda Judá quedó anexionada a Israel. Saúl llevó sus tropas a Judá y derrotó
a los amalecitas, un pueblo nómada que vivía al sur y que causaba los típicos
estragos periódicos. Así el rey mostró su poder a Judá al tiempo que se
ganaba su gratitud.

Sin embargo, Saúl no fue tan buen diplomático como general. Por una parte
recelaba de su hijo Jonatán, que había conseguido gran popularidad ante el
ejército y temía que pudiera derrocarle. Llegó a ordenar la ejecución de
Jonatán por cierta violación de un ritual, pero el ejército se opuso y tuvo
que revocar la orden. La situación se volvió más tensa. Por otro lado, Saúl
disputó a Samuel la autoridad religiosa, lo que le valió la enemistad del
propio Samuel. Tras otros roces menores, la situación más tensa se produjo
a raíz de la campaña contra los amalecitas. Al parecer, Samuel había indicado
a Saúl cuál era la voluntad de Yahveh:

Ve, pues, ahora y destroza a Amalec, y arrasa cuanto tiene: no le perdones


ni codicies nada de sus bienes, sino mátalo todo, hombres, mujeres, muchachos
y niños de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos. (Samuel XV, 3)
Sin embargo, Saúl sólo mató a los amalecitas, pero perdonó la vida a su rey
Agag, (tal vez para usarlo como rehén) y distribuyó el botín entre sus
soldados como recompensa (en lugar de sacrificarlo a Dios). El caso es que
Samuel humilló públicamente a Saúl, tras lo cual consideró prudente retirarse
a un segundo plano, pero Saúl sabía que en lo sucesivo contaba con la
oposición de Samuel y, con él, la de los profetas. Saúl se volvió receloso
hasta la paranoia. Entre las víctimas de sus sospechas estaba, además de su
hijo, un joven judío que se había trasladado a Guibá tras la anexión. Se
llamaba David, y pertenecía a una importante familia de Belén, al sur de
Jerusalén. David era un político inteligente (más que Saúl) y también un
buen general. Al principio gozó del favor de Saúl, que le concedió la mano
de su hija Mical, pero era íntimo amigo de Jonatán, lo que suscitó los
recelos del rey. Como David no era hijo suyo, lo tenía más fácil para urdir
su muerte, pero Jonatán le previno y David abandonó sigilosamente Guibá y
llegó a Judá, donde tuvo que mantener una guerra de guerrillas contra Saúl.
David contaba con el apoyo de Samuel y los profetas, tal vez por el mero
hecho de que se oponía a Saúl.

El rey persiguió implacablemente a David. Llegó a matar a un grupo de


sacerdotes al enterarse de que uno de ellos había ayudado a David cuando
huyó de Guibá. Con el tiempo, logró que a David le costara más obtener ayuda,
hasta el punto que en un momento dado decidió pasarse al bando de los
filisteos. Éstos vieron ahora su oportunidad. Israel estaba convulsionado

74
HISTORIA UNIVERSAL

por revueltas internas entre los partidarios de Saúl, los de Jonatán, los
profetas, y ahora uno de los oponentes de Saúl se aliaba con ellos. Sin duda,
un vigoroso ataque filisteo en estas condiciones iba a tener éxito.

Hacia 1000 un ejército filisteo se enfrentó nuevamente a Israel. Jonatán


optó por ayudar a su padre ante la gravedad de los hechos, pero el ejército
israelita fue arrollado por el pesado armamento filisteo. Jonatán murió en
la batalla y Saúl, cuando lo vio todo perdido, se suicidó. Los filisteos
obtuvieron de nuevo la hegemonía sobre Israel, como si Saúl nunca hubiera
existido.

14. EL REY DAVID

A principios del primer milenio (si no antes) los pueblos indoeuropeos


llegaron hasta Italia. Llevaron consigo el hierro y las nuevas costumbres
asociadas a la metalurgia, como la incineración de los muertos. No
introdujeron ningún tipo de organización política, sino que con el tiempo
irían cristalizando distintas culturas a lo largo de toda la península.
Francia empieza a ser ocupada por los Celtas, que introducen nuevas técnicas
agrícolas.

En el este, los arios estaban plenamente instalados en la India. Por esta


época se consolidó una rígida división social en cuatro clases. Estaban
los brahmanes (sacerdotes), los chatria (guerreros), los vaisya (ganaderos
y comerciantes) y los sudra (los antiguos aborígenes de la India, ahora
reducidos a la esclavitud). En un largo proceso que arranca incluso antes de
la invasión, los arios fueron desarrollando una religión antecedente del
actual hinduismo. Los brahmanes eran los únicos que podían conocer los ritos
y los textos sagrados, conocidos como veda, o revelación, redactados en
sánscrito, pero no por escrito, sino que se transmitían oralmente. El dios
principal era Visnú,también llamado Siva, quien se ocupaba del mundo a
través de sus numerosas esposas, entre ellas la benevolente Parvati, la
guerrera Durga y la destructora Kali. El hinduismo se refiere a su doctrina
como sanatana-dharma, que significa algo así como "ley cósmica universal sin
origen", pues, al contrario que otras religiones, el hinduismo no tiene
ningún fundador renombrado. Uno de sus aspectos más destacados es la idea de
los ciclos y la reencarnación. Por ejemplo, cuando un hombre muere, se
reencarna en una de las cuatro clases según la medida en que hubiera respetado
el orden cósmico en sus vidas anteriores. Así, bien mirado, las desigualdades
por el nacimiento eran una expresión de la justicia universal.

Las acciones de un individuo que determinan su próxima reencarnación son


su karma, pero el hombre cuenta con distintas vías para salir del ciclo de
reencarnaciones (samsara) y llegar finalmente a la
liberación (moksa). Puesto que todo pensamiento influye en el karma, una de
las vías era el control del pensamiento mediante la meditación (la vía de la

75
HISTORIA UNIVERSAL

meditación). La principal técnica de meditación era el yoga.Por otra parte,


estaba la vía de las obras, consistente en observar cuidadosamente los
rituales tradicionales con la esperanza de acumular así un karma favorable
y meritorio.

En Guatemala proliferan las comunidades


agrícolas formadas por pueblos con una
lengua común y que se extienden por la
península de Yucatán. Es el preludio de la
cultura Maya.

En Perú aparece la cultura Chavín, ya


plenamente agrícola, que aunó a un amplio
territorio cuyos habitantes adoraban a un
dios felino. Su orfebrería en oro es la más
antigua de América. En Chavín de Huantar se
halla una plaza bordeada de plataformas
presidida por una gran pirámide truncada,
cuyo interior es un conjunto de galerías, cámaras y escaleras. Dispersas por
todo el territorio, se encuentran estelas con representaciones de seres
humanos con atributos felinos y aspecto feroz.

La ciudad fenicia de Tiro seguía afirmándose como potencia marítima.


Comerciaba con Egipto y con Grecia, y empezaba a explorar el Mediterráneo
occidental.

Los griegos jonios, tras haber ocupado paulatinamente las islas del Egeo,
empezaron a poblar la costa oriental. Fueron ellos quienes la bautizaron
como "Anatolia", que en griego significa "sol naciente". Así mismo adaptaron
las palabras semitas "assu" y "ereb" (este y oeste), convirtiéndolas
en Asia y Europa. Más precisamente, parece ser que fueron los cretenses
quienes adaptaron así las palabras semitas, y los jonios las tomaron de los
cretenses. La costa oriental del Egeo, juntamente con las islas, recibió el
nombre de Jonia. Se fundaron doce ciudades en la costa, la más importante de
las cuales era Mileto. Así los griegos entraron en contacto con los frigios,
que por aquel entonces dominaban casi toda la mitad occidental de Anatolia,
pero no se opusieron a la colonización griega. Al contrario, se sintieron
atraídos por su cultura y mantuvieron siempre relaciones amistosas. Su
capital más importante era Gordion. Los griegos decían que ha había
fundado Gordias, que había sido un campesino al que Zeus designó para ser
rey de Frigia mediante un oráculo.

La Grecia continental empezaba a conseguir cierta estabilidad tras los


estragos de la invasión doria. Hesíodo describe la Grecia de tres siglos más
tarde y habla de cabañas de adobe con una única estancia para hombres y
animales. Se pasa frío en invierno y calor en verano. Se come grano, cebollas,
queso, leche y miel, pero no muy a menudo. Hay paludismo, y para huir de él
hay que ir a colinas pedregosas, donde en su lugar hay hambre. No se podía
comprar o vender con oro o cualquier otra cosa que sirviera de moneda. Para

76
HISTORIA UNIVERSAL

comprar un carro varias familias tenían que juntar sus reservas de grano.
Periódicamente, los amos dorios venían de la ciudad a requisar parte de la
cosecha, o incluso parte de los hombres, como soldados. Los nobles dorios
llevaban una vida sobria, pero más llevadera. Algunos hombres encontraron
una nueva forma de ganarse la vida: entreteniendo a sus amos con historias
antiguas y no tan antiguas. Naturalmente, no eran historias sobre campesinos
y sus cabañas de adobe. Trataban sobre héroes, reyes y dioses. Así, en Grecia
fue surgiendo una de las mitologías más ricas de la historia, modelada en
gran parte a conveniencia de los nuevos amos.

Por ejemplo, el triunfo de los dorios frente a los griegos micénicos tuvo su
lógica contrapartida celestial: el dios principal de la religión micénica
era Cronos, pero fue abatido por el dios principal de los
dorios: Zeus, exactamente igual como Cronos había desplazado en su día a la
diosa Gea. Naturalmente, el relevo de poder no podía deberse a una usurpación
ilegítima. La leyenda explicaba que cuando Cronos derrocó a su padre Urano,
éste le vaticinó que lo mismo le sucedería a él. Para evitar la profecía,
Cronos devoraba a sus hijos tan pronto nacían, pero su esposa Rea reemplazó
uno de ellos por una piedra, que el padre se tragó sin apreciar la diferencia.
El hijo que se salvó fue Zeus, quien, tras una serie de vicisitudes, destronó
a su cruel padre y le obligo a regurgitar a sus hermanos (que seguían vivos,
porque eran inmortales). Entre ellos estaban Hera (la que sería su última
esposa), Poseidón y Hades. Los tres hermanos se repartieron el universo:
Zeus quedó como rey de los cielos, Poseidón como dios de los mares y Hades
como dios del mundo subterráneo de los muertos. De ellos surgiría la nueva
generación de dioses griegos que gradualmente eclipsaría a las dos anteriores
(la pelásgica y la micénica).

Igual que los sumerios situaron sus héroes míticos antes del diluvio, ahora
los griegos situaban a los suyos en la era micénica, la Edad de Oro que había
precedido a la presente Edad del Hierro, como ellos la describían. En la
historia mítica de los griegos, Europa se convirtió en la primera pobladora
de Creta, madre del rey Minos. Había una leyenda que debió de gustar
especialmente a los dorios (si no es que fue íntegramente diseñada para
ellos). Hacía referencia a Hércules, hijo del propio Zeus y de la
reina Alcmene, esposa del rey tebano Anfitrión. Se contaban muchas historias
sobre él, que lo convertían en el héroe griego por excelencia, pero la que
ahora nos ocupa hace referencia a sus (numerosísimos) hijos, que resultaron
ser una horda de poderosos bandidos, los heráclidas. Uno de ellos retó uno
por uno a los soldados que el rey de Micenas había enviado para expulsarlos
de Grecia. Las condiciones eran que, si él les vencía a todos, los heráclidas
gobernarían Micenas, mientras que si perdía se iría del país con todos sus
hermanos, que se comprometían a no volver al menos hasta cincuenta años más
tarde (esto es, en las personas de sus hijos y nietos). El caso es que
perdió, por lo que los heráclidas se fueron, pero a la tercera generación,
cumplido el pacto, volvieron y se adueñaron de Grecia. Evidentemente, los
nietos de los heráclidas eran los dorios que, por consiguiente, al invadir
Grecia no hicieron sino volver a la tierra de sus antepasados. Es la versión
griega de la tierra prometida de los israelitas.

77
HISTORIA UNIVERSAL

En cuanto a los israelitas, tras la muerte de Saúl se encontraban


completamente a merced de los filisteos. No obstante, Abner, el que había
sido el principal general de Saúl, se retiró con parte del ejército
llevándose consigo a Isbóset, el único hijo de Saúl que quedó con vida, y se
retiró al este del Jordán, lejos de la influencia filistea. Los reinos
hebreos, siempre hostiles hacia los israelitas, aprovecharon las
circunstancias. Así, el reino de Moab absorbió totalmente a la tribu de
Rubén. Mientras tanto, David aprovechó la situación y convenció a los
ancianos de Judá de que lo proclamasen rey de Judá, y estableció su capital
en Hebrón, una ciudad fortificada a unos 30 kilómetros de la capital filistea
de Gad. Al contrario que Saúl, el rey David era un astuto diplomático, y
supo convencer a los filisteos de que bajo su gobierno los israelitas serían
un fiel títere del que jamás tendrían que preocuparse.

David tuvo suerte: Isbóset discutió con Abner a causa de una mujer, y éste
se enfadó hasta el punto de iniciar negociaciones con David para ayudarle a
derrocar al que había sido su protegido. David exigió a Abner que le entregara
a Mical, la hija de Saúl que había sido su esposa antes de verse obligado a
huir de Guibá. Sin duda David comprendía la importancia de poder presentarse
como yerno de Saúl a la hora de reclamar el trono de Israel. Abner le entregó
a Mical y pactó con David. Posiblemente le cedió una parte del ejército
israelita. Luego Joab, el general de David que hacía de intermediario, mató
a Abner a traición, teóricamente por una venganza personal (pues Abner había
matado a su hermano, o al menos eso dijo Joab), pero es más probable que
siguiera órdenes de David, para impedir que Abner pudiera volverse atrás y
revelara el pacto a Isbóset. David lamentó públicamente la muerte de Abner,
pero Joab siguió en su cargo.

Cada vez estaba más claro que la casa de Saúl decaía, mientras David se hacía
más fuerte. Tal vez ello movió a dos oficiales de Isbóset a cortar la cabeza
de su rey y llevársela a David. No sería descabellado suponer que David fue
el inductor de esta nueva traición, pero oficialmente se mostró más
consternado aún que con la muerte de Abner. Según la Biblia, mandó matar a
los dos asesinos, se les cortó las manos y los pies y fueron colgados
públicamente junto al estanque de Hebrón. Ahora Israel estaba sin rey. En
una situación tan crítica, bajo la doble amenaza hebrea y filistea, la
necesidad de un rey fuerte era indiscutible, y el único candidato era David,
el poderoso rey de Judá, yerno de Saúl. Una embajada israelita fue recibida
en Hebrón, donde suplicó a David que aceptara reinar en Israel y éste aceptó.
Era el año 991.

La Biblia llama Israel al reino de David, pero en realidad nunca fue un reino
unido. Constaba por una parte del Israel propiamente dicho, que ocupaba los
dos tercios septentrionales del territorio, y del reino de Judá, en la parte
sur. Los israelitas nunca acabaron de considerar a Judá como parte de su
pueblo. La Biblia se esfuerza por ocultar este hecho porque fue escrita por
judíos, pero el verse obligados a recurrir a un rey judío debió de ser
humillante para los israelitas. David era consciente sin duda de estos
problemas y empleó toda su diplomacia en paliarlos. Su primera medida fue

78
HISTORIA UNIVERSAL

cambiar la capital (los israelitas no hubieran tolerado mucho tiempo ser


gobernados desde el centro de Judá). La ciudad ideal era Jerusalén. Estaba
situada en la frontera entre ambos territorios, era una ciudad amurallada
fácil de defender. Ésta era a la vez su mayor virtud y su mayor inconveniente:
Jerusalén era tan fácil de defender que israelitas, judíos y filisteos nunca
habían podido conquistarla. Seguía en poder de una tribu cananea,
los Jebuseos.

De algún modo, en 990 David se las arregló para tomar Jerusalén. La Biblia
no explica cómo lo hizo, así que es probable que empleara alguna treta no
muy honrosa. Tampoco es fácil explicar por qué los filisteos toleraron
impasibles el ascenso de David. De algún modo, David debió de convencerles
de que trabajaba para ellos, pero tras la toma de Jerusalén los filisteos le
exigieron que abandonara la ciudad como muestra de lealtad. David se negó y
así entró en guerra. Sin embargo, los israelitas estaban ahora crecidos por
su notable victoria en Jerusalén y David disponía de buenos generales. El
resultado fue una victoria completa sobre los filisteos, que desde este
momento abandonaron para siempre toda idea imperialista. Se retiraron a sus
ciudades tradicionales y pagaron tributo a David.

Una vez establecida la nueva capital en Jerusalén, los esfuerzos de David


por unificar su reino bimembre se encaminaron hacia la religión. Desde que
los filisteos destruyeron el santuario de Siló, los israelitas no tenían
ningún centro religioso común. Cada aldea adoraba a sus dioses locales en
pequeños altares, situados especialmente en las colinas (sin duda un vestigio
de la antigua cultura nómada de los israelitas: los pastores suelen venerar
a sus dioses celestes en lugares elevados). De entre la fértil mitología
israelita, la parte que más posibilidades unificadoras brindaba era la
referente a Moisés y su alianza con Dios. En torno a ella se conservaba el
Arca de la Alianza, que los filisteos habían capturado y conservado en la
ciudad de Quiryat-Yearim, al norte de Judá (los filisteos temían a los dioses
extranjeros tanto como a los propios, así que no se atrevieron a destruir el
Arca, y tampoco a introducirla en su territorio). David llevó el Arca a
Jerusalén y la situó en un santuario próximo a su palacio. Aunque él mismo
ejerció buena parte de las funciones sacerdotales, nombró sumo sacerdote
a Abiatar, el único superviviente del grupo de sacerdotes que Saúl hizo
ejecutar por considerarlos partidarios de David. Posiblemente fue en este
periodo cuando empezaron a tomar forma las leyendas bíblicas que presentan
a las doce tribus de Israel viajando unidas por el desierto a las órdenes de
Moisés ayudados por su dios.

Unida política y religiosamente la nación, David se vio con fuerzas para


iniciar una expansión imperialista. En el fondo esto puede verse como una
medida más para aunar a su pueblo con un sentimiento de superioridad
patriótica. Uno a uno, conquistó los reinos hebreos de Amón, Moab y Edom.
Luego avanzó aún más al norte. No intentó atacar a los fenicios (hubiera
sido un suicidio sin la ayuda de una flota). En su lugar, firmó con ellos
tratados comerciales. Sin embargo, sometió a tributo a las poblaciones del
Éufrates superior. De este modo los israelitas se vieron dueños de un imperio

79
HISTORIA UNIVERSAL

de dimensiones respetables. Los límites que Dios fija a la tierra prometida


cuando le habla a Abraham según la Biblia son precisamente los de este
imperio.

15. EL REY SALOMÓN

Una de las cuestiones que más problemas ocasionaron al rey David fue la
sucesión. Por una parte, estaba la casa de Saúl. Ahora que los tiempos eran
buenos, era fácil que surgieran corrientes nacionalistas israelitas (anti-
judías) que reclamaran un rey israelita. Bajo uno u otro pretexto, David se
las arregló para ejecutar a todos los descendientes de Saúl que pudieran
reclamar un derecho de sucesión. Sólo quedaba un hijo lisiado, incapacitado
para reinar, por lo que David lo acogió en su casa, como muestra de buena
voluntad hacia la casa de Saúl. Más problemas le ocasionaron sus propios
hijos. Era costumbre entre los monarcas orientales disponer de un harén tan
numeroso como fuera posible. Esto daba una imagen de magnificencia tanto a
los súbditos como a los extranjeros. Una forma de sellar una alianza con
otro pueblo era incorporar al harén una de sus princesas. Era todo un honor.
El problema era que las distintas mujeres rivalizaban entre sí, y todas
trataban de que sus hijos gozaran de mayores privilegios frente a los de las
demás. Particularmente delicada era la cuestión de cuál de ellos heredaría
el trono. Era frecuente que cuando el rey moría, uno de los hijos matara a
sus hermanos, dirimiendo así toda disputa por la sucesión. Sin embargo, una
jugada inteligente podía ser matar a la vez al rey y a los hermanos, mientras
éstos estaban desprevenidos esperando la muerte de su padre.

La monarquía de Israel era joven, pero cayó en todos estos tópicos. El hijo
favorito de David era Absalón, quien fue gradualmente ganando partidarios
hasta que en 970 reunió un ejército en contra de su padre y marchó contra
Jerusalén. David fue cogido por sorpresa, pero seguía siendo un buen
estratega. En lugar de resistir un asedio en la capital (hubiera sido
humillante) logró escabullirse, huyó al otro lado del Jordán, organizó a
todas las tropas leales de que pudo disponer y volvió a Jerusalén, donde no
tuvo dificultad en aplastar a su inexperto hijo. David ordenó capturarlo
vivo, pero Joab, el jefe del ejército, consideró más prudente matarlo.

La crisis alentó a los israelitas descontentos con un rey judío. Un


benjaminita llamado Seba encabezó un alzamiento que David sofocó con
relativa facilidad. Aunque el rey demostró por segunda vez tener las riendas
bien sujetas, lo cierto es que estas rebeliones mostraban que su gobierno no
estaba tan bien afirmado como él había pretendido.

Mientras tanto murió Abibaal, el rey de Tiro. En 969 fue sucedido


por Hiram, que siguió impulsando la expansión de los fenicios por el
Mediterráneo. Parece ser que fue por esta época cuando los fenicios

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HISTORIA UNIVERSAL

aprendieron a orientarse en mar abierto mediante las estrellas, lo que


facilitó las grandes expediciones a tierras lejanas.

Volviendo a Israel y el rey David, en 961 estaba ya próximo a la muerte y


las tensiones de la sucesión eran mayores que nunca. Al parecer, David había
designado como heredero a Adonías, su hijo mayor tras la muerte de Absalón.
Adonías contaba con el apoyo de Joab y con el de Abimelec, el sacerdote. Sin
embargo, la esposa favorita de David era Betsabé, la cual gozaba de cierta
influencia, la necesaria para intrigar en favor de su hijo Salomón. Se ganó
el apoyo del general Banaías, que sin duda vio la posibilidad de sustituir
a Joab, y el del sacerdote Sadoc, que vio la posibilidad de sustituir a
Abimelec. Al parecer, Adonías se vio prácticamente coronado rey y antes de
la muerte de su padre ya lo celebró con un banquete. La reina jugó bien sus
cartas. Ella, Banaías y Sadoc afirmaron que David les había expresado en su
lecho de muerte su voluntad de que su sucesor fuera Salomón. Acusaron a
Adonías de usurpador y lograron volver al pueblo contra él. Joab y Abimelec
no pudieron hacer nada. El primero fue asesinado y el sacerdote tuvo que
retirarse de la vida pública. Banaías consiguió la jefatura del ejército y
Sadoc el sumo sacerdocio.

Hacia 960, la ciudad de Tiro fundó su primera colonia de ultramar:


fue Útica, situada en la costa africana justo al sudoeste de la isla de
Sicilia. Sin duda, las largas expediciones fenicias necesitaban de ciudades
intermedias donde hacer escalas. El Mediterráneo estaba libre de competencia,
pues Grecia y Creta prácticamente no existían y Egipto casi tampoco.

Volviendo a Salomón, el nuevo rey hizo lo que frecuentemente ha hecho un


usurpador con medios al llegar al trono: desplegar tal magnificencia que
nadie se atreva a cuestionar su realeza. La Biblia describe el harén de
Salomón, formado por unas mil mujeres, entre esposas y concubinas. Salomón
ordenó construir un soberbio templo a Yahveh en Jerusalén, donde residiría
el Arca de la Alianza. La construcción quedó al cuidado de los arquitectos
y artesanos de Tiro.

El rey Hiram puso dos flotas a disposición de Salomón, una en el Mediterráneo


y otra en el mar Rojo. La primera llegó hasta España y pasó incluso el
estrecho de Gibraltar, con lo que, por primera vez, un barco navegó por el
océano Atlántico. En la desembocadura del Guadalquivir fundaron la ciudad
de Tartesos, y a poca distancia la ciudad de Gades, la actual Cádiz. La
segunda flota tenía su base en Elat, en el extremo norte del mar Rojo, y en
sus expediciones llegaba hasta el sur de Arabia.

En 954 se terminó el templo, tras lo cual Salomón inició la construcción de


un palacio real, mucho más grandioso que el templo, así como otros templos
para otros dioses distintos de Yahveh, en especial para los dioses
principales de los reinos sometidos de Moab y Amón.

La Biblia describe con orgullo que Salomón tenía en su harén una princesa
egipcia. Esto es cierto, pero el Egipto de la época no era el de antaño. La

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HISTORIA UNIVERSAL

esposa egipcia de Salomón era hija de Psusennes II, que gobernaba únicamente
sobre el delta del Nilo, en un reino menor que el de Salomón. Su ejército
estaba compuesto mayoritariamente por mercenarios libios. Su comandante se
llamaba Sheshonk.Indudablemente Sheshonk acabó por tener en sus manos el
poder real, hasta el punto que Psusennes II debió de verse obligado a casar
una de sus hijas con el hijo de Sheshonk, signo de que éste albergaba
aspiraciones al trono. Probablemente fue esta situación la que llevó a
Psusennes II a solicitar la ayuda de Salomón, de modo que probablemente fue
el faraón el que tuvo por un honor que una hija suya formara parte del harén
de Salomón, y no al revés.

Con la riqueza que obtuvo con el comercio, Salomón aumentó su ejército,


compró caballos en Asia Menor y construyó carros. Paulatinamente, los gastos
de la corte empezaron a superar los ingresos. Salomón tuvo que reformar el
cobro de impuestos. Para ello dividió el imperio en doce distritos que no
tenían nada que ver con las antiguas fronteras tribales, y puso a cargo de
cada uno de ellos a un gobernador. La mayor eficiencia en el cobro de
impuestos causó un lógico descontento del pueblo, que también se veía
obligado a colaborar en las grandes construcciones. Además, Salomón dejó a
Judá libre del pago de impuestos, mientras que los israelitas se veían
equiparados a los pueblos conquistados, como Amón, Moab y Edom. Esto causó
aún mayor resentimiento. Algunas autoridades religiosas israelitas empezaron
a cuestionar la legitimidad del templo de Jerusalén, recordando que el
auténtico santuario de Yahveh debía estar en la antigua Siló.

Por otra parte, la situación exterior, hasta entonces tan favorable a Israel,
empezó a cambiar. En 940 murió Psusennes II, con lo que terminó la dinastía
XXI. El primer rey de la dinastía XXII fue, naturalmente, Sheshonk I, quien
estableció su capital en Bubastis y poco después logró hacerse con el control
de Tebas, con lo que Egipto volvió a estar unido. Mientras tanto, las tribus
arameas que llevaban más de un siglo infiltrándose y hostigando a Asiria
empezaron a organizarse. Los arameos no parecen haber aportado ninguna
cultura nueva, sino que absorbieron la de los pueblos que encontraron, en
especial la de algunos reinos neohititas. Al norte de Israel se formaron
principados arameos. Un hombre llamado Rezón fue erigido rey y estableció su
capital en Damasco, muy cerca de la frontera israelita. El nuevo reino es
conocido como Siria, si bien éste es el nombre que le dieron los griegos
mucho después.

La situación explotó en 938, cuando un efraimita llamado Jeroboam estaba a


cargo de los grupos de trabajo forzado encargados de las construcciones.
Influido por Ajab, un líder religioso que defendía la restauración de Siló,
inició una rebelión que Salomón pudo sofocar, pero Jeroboam recibió mucho
apoyo popular y logró huir a Egipto, donde Sheshonk I lo acogió
amistosamente. No era el primer prófugo israelita al que Sheshonk acogía. Ya
tenía alojado a Hadad, un edomita que también había intentado rebelarse sin
éxito contra Salomón. Probablemente Sheshonk I vio en Israel una amenaza
desde que su antecesor entabló alianza con Salomón, y ahora estaba
proyectando lentamente un ataque.

82
HISTORIA UNIVERSAL

La ocasión se presentaría con la muerte de Salomón, que tuvo lugar


en 931. Fue sucedido por su hijo Roboam. Éste no tuvo dificultades en la
realización del ritual necesario para ser proclamado rey de Judá, pero para
ser aceptado como rey de Israel debía pasar otros rituales en Siquem, el
antiguo centro político de Efraím. Los israelitas trataron de obtener
concesiones y exigieron una disminución de los impuestos. Roboam respondió
con una altanera negativa, e Israel se rebeló. Probablemente Sheshonk
estimuló la rebelión, e inmediatamente envió a Jeroboam, que fue proclamado
rey de Israel y estableció su capital en Siquem, si bien pronto la trasladó
a Tirsa,algo más al norte. Esto no supuso únicamente una partición del reino,
sino un completo desmembramiento. Siria se apropió del norte de Israel, Amón
recuperó su independencia, mientras que Israel retuvo a duras penas a Moab.
Judá retuvo a Edom. En 926 Sheshonk I invadió Judá, saqueó Jerusalén y se
llevó buena parte de los tesoros que Salomón había acumulado. Sin duda Judá
se convirtió en tributaria de Egipto durante algún tiempo.

Mientras tanto, Jeroboam se encontró con ciertos problemas políticos que


debía resolver. Durante los reinados de David y Salomón se hizo un
considerable esfuerzo por aunar a todos los israelitas y judíos en torno a
un culto común, con centro en Jerusalén. Sin embargo, dicho culto era ahora
una amenaza para la monarquía israelita. Si Israel seguía rindiendo culto al
dios de Jerusalén, sus ejércitos podrían negarse a atacar a Judá en caso de
necesidad por cuestiones religiosas. Jeroboam podría haber reconstruido
Siló, pero tal vez consideraba peligroso de todos modos compartir un dios
con Judá. En su lugar, fomentó dos centros religiosos, uno al sur, en Betel,
a sólo 16 kilómetros de Jerusalén, y otro al norte, en Dan. En ambos colocó
la figura de un toro joven, cuyo culto estaba muy arraigado en Efraím, y
organizó una clase sacerdotal que cuidara de los rituales. Esto originó una
perpetua enemistad entre la realeza y la aún poderosa clase sacerdotal
dedicada al culto de Yahveh o, mejor dicho, de Eloím, que era el nombre que
los israelitas daban al dios bíblico.

De esta época datan los documentos más antiguos que se conocen sobre la
religión judeo-israelita. En ellos podemos apreciar los esfuerzos realizados
durante los reinados de David y Salomón por dotar a judíos e israelitas de
una tradición común. Supuestamente, las doce tribus de Israel llegaron juntas
a Canaán conducidas primero por Moisés y luego por Josué. En realidad Josué
debió de ser uno de los jueces o caudillos que tenía cada tribu, pero los
mandatos simultáneos de estos caudillos son presentados como sucesivos, de
modo que aparentemente las doce tribus estuvieron siempre bajo un mando común
incluso antes de la monarquía. El dios de Moisés, identificado con el de
Abraham, desempeña un papel central en el destino de Israel: cada vez que
los israelitas sufren un revés, ello se interpreta como la represalia divina
por una ofensa atribuida al pueblo o a sus dirigentes (normalmente la
adoración de otros dioses); cada vez que las cosas van bien, ello es signo
del favor de Dios hacia algún varón virtuoso. (Entre los casos más forzados
está el de una epidemia de peste que hubo durante el reinado de David. Según
la Biblia, la causa fue que David ofendió a Dios ordenando hacer un censo de
Israel.)

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HISTORIA UNIVERSAL

Además de los textos históricos y pseudohistóricos (con la historia de


Abraham, Isaac, Jacob-Israel, sus doce hijos, etc.) también encontramos mitos
cananeos de origen sumerio adaptados a la visión del mundo judeo-israelita.
Hay una vaga historia de la creación del hombre, así como una versión del
diluvio universal seguida de extensas genealogías de los patriarcas, que se
corresponden con nombres de pueblos y tribus. Por ejemplo, Noé, el
superviviente del diluvio según la versión israelita del mito, tuvo tres
hijos: Sem, Cam y Jafet.Del último descendían los pueblos más lejanos, entre
ellos los egipcios, de Sem descendían los propios israelitas y pueblos
afines, como los hebreos, mientras que Cam era el antecesor de los cananeos
y otros pueblos sojuzgados (Canaán era uno de los hijos de Cam). En una
primera versión, Cam (o Canaán) castró a su padre mientras éste dormía
borracho. La versión final de la Biblia suavizó el crimen de Cam reduciéndolo
a "ver desnudo a su padre y no cubrirlo". En cualquier caso, Noé maldijo a
Cam (y a sus descendientes), condenándolo a ser "esclavo de los esclavos de
sus hermanos", lo que justificaba que los israelitas mataran o esclavizaran
a los cananeos. Los egipcios habían importado tiempo atrás esclavos negros
procedentes del África central. Los israelitas explicaron el color negro de
su piel como signo de que eran descendientes del maldito Cam, y así
introdujeron en la historia una idea que, aunque no consta explícitamente en
la Biblia, sería retomada en muchas ocasiones de la tradición judía por su
extremada conveniencia: que los negros están hechos para ser esclavos.

Mientras tanto, en 919 murió el rey de Egipto Sheshonk I y fue sucedido


por Osorkon I, que heredó un Egipto relativamente próspero, si bien el nuevo
rey no supo o no pudo hacer más que mantenerlo a duras penas.

El rey Roboam de Judá murió en 913 y fue sucedido por su hijo Abiyyam, que
murió a los dos años y fue sucedido a su vez por su hijo Asa, en 911. Los
judíos recordaban el reinado de David como su época más gloriosa, y nunca
cuestionaron el derecho al trono de sus descendientes. No ocurría lo mismo
en Israel, cuya mayor debilidad fue en todo momento la falta de una tradición
tanto política como religiosa. Por esta época los arameos estaban sólidamente
instalados en Siria. El reino de Damasco, bajo el rey Benhadad I, se había
extendido en los últimos años hasta convertirse en una nación tan grande
como Israel. Sin embargo, también la vecina Asiria estaba resurgiendo. El
mismo año que Asa subió al trono de Judá, el rey Adad-Narari II ocupaba el
trono de Asiria y empezó a reorganizarla. Pronto empezó a mostrar su poder
sobre los principados arameos.

Jeroboam murió en 910 y fue sucedido por su hijo Nadab, pero no logró
mantenerse en el trono más de un año. Un general llamado Basadio un golpe de
estado en 909 y ocupó el trono. Para consolidar su cuestionable derecho al
trono estimuló la guerra contra Judá. El rey Asa envió presentes al rey sirio
rogándole que atacara a Israel. Benhadad I accedió complacido ante esta
posibilidad de expansión, y así se formó una alianza gracias a la cual la
débil Judá pudo resistir a Israel.

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