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El desistimiento es el acto jurídico procesal mediante el cual una de las partes renuncia o
abdica a la continuación de un acto procesal, el proceso o de la pretensión. En ese sentido
implica la manifestación de voluntad unilateral y expresa que realiza el demandante o el
demandado de algún acto procesal o incluso de la pretensión. Al respecto se ha precisado en
sede judicial que: “el desistimiento es una actividad compleja cuya causa eficiente reside en
una declaración de voluntad, hecha por el demandante o recurrente, por el cual, anuncia su
deseo de no continuar el desarrollo de la pretensión que interpuso en el proceso que está
pendiente, o bien de no continuar el recurso que instó sus correspondientes efectos; con ello
se abandona la posición procesal creada por la presentación de la demanda (o por la
interpretación del recurso), así como el derecho el examen judicial de tales actos y a la
sentencia que habría que recaer”.(CAS. N° 1653-97- Lima, “el peruano”,17-11-1998, .2048)
Clases
De conformidad con el artículo 340° del código procesal civil, el desistimiento puede ser:
Al respecto palacio55 señala que: “no es posible enunciar un concepto unitario del
desistimiento como institución procesal, pues él reviste características autónomas y
perfectamente diferenciables según sea la finalidad que persiga.
Para el maestro Monroy Gálvez “el actor renuncia a todos los derechos que haya obtenido con
el recurso de la relación jurídica procesal, es decir, en lo que va del recorrido del proceso (….)”
A través de esta clase de desistimiento, lo que se renuncia no es al proceso por cuanto este
constituye la manifestación pública de la potestad del Estado de resolver un conflicto de
intereses, sino la continuación del mismo la cual requiere de una declaración expresa del juez,
no existe por tanto una declaración sobre el fondo sino sobre la extinción de la relación
jurídico procesal como consecuencia de la renuncia a seguir continuando con la secuela y
desarrollo del proceso.
Priori señala que: “(…) el desistimiento del proceso es considerado como una renuncia, no al
proceso sino a continuar con él. Es decir, finalmente lo que sata haciendo es declarar su
voluntad de no querer continuar ejerciendo su derecho de acción.”
Si bien conforme lo señala el artículo lV del Título Preliminar del Código Procesal Civil, “El
proceso se promueve a iniciativa de parte”, y ejercido este derecho, es decir activado el
aparato jurisdiccional no es posible que ello quede sin efecto pues habría una
desnaturalización de su carácter público, es por ello que solamente ha de renunciar a la
continuación del mismo siempre que no se haya emplazado a la parte contraria porque en
dicho supuesto requiere la conformidad del demandado y surge aquí la bilateralidad de este
acto que conlleva a la finalización del proceso mediante resolución judicial.
De conformidad con el artículo 343° del código procesal civil: el desistimiento del proceso lo da
por concluido sin afectar la pretensión, cuando se formula después de notificada la demanda,
requiere la conformidad del demandado expresado dentro del tercer día de notificado, o en su
rebeldía. Si hubiera oposición, el desistimiento carecerá de eficacia, debiendo continuar el
proceso.
El desistimiento debe ser de carácter expreso y no tácito por tanto el escrito que lo contenga
hará la precisión de su contenido y alcance, siendo además requisito indispensable la
legalización de la firma del proponente ante el secretario o especialista legal. Requisito
indispensable la legalización de la firma del proponente ante el Secretario o Especialista Legal.
Requisito indispensable que será identificado por el auxiliar de justicia quien identifique al
titular dl derecho debidamente acreditado en autos que hará efectivo dicha efectiva, de esta
manera se evita que pueda existir un acto fraudulento por la parte contraria quien podía
presentar un escrito con estas características en perjuicio de su contraparte y en su propio
beneficio, pero con afectación al debido proceso.
Por el contrario el llamado desistimiento del proceso que tiene como consecuencia la
conclusión del proceso, el desistimiento del acto jurídico procesal implica la manifestación de
voluntad encaminada a que se deje sin efecto ese acto jurídico solicitado por la parte en el
proceso, así por ejemplo, un medio impugnatorio, una nulidad o una prueba, podrán ser
objeto de este tipo de desistimiento, evitando por tanto que se llegue a realizar su efecto.
Priori señala que el desistimiento de un acto procesal consiste en la renuncia de alguna de las
partes a los efectos de un acto procesal ya ejecutado, lo cual lo diferencia de una renuncia a
una facultad procesal, la que se produce antes de la realización de un acto. (El ejemplo más
claro lo tenemos regulado en el artículo 361 del CPC, que se refiere a la renuncia a recurrir,
que se da cuando las partes convienes a renunciar o a interponer recursos contra las
resoluciones que pronunciándose sobre el fondo le ponen fin al proceso) en cambio el
desistimiento de un acto procesal implica abdicar a una actuación que ha comenzado a
producirse.
Como se ha señalado el proceso está conformado por un conjunto de actos procesales que
realizan los sujetos intervinientes en el proceso sean la parte demandante, demandada, los
terceros o el juez, más, la norma concede a las dos primeras la facultad de que puedan decidir
que el determinado acto jurídico procesal interpuesto al interior del proceso, no llegue a
realizarse, a que se efectivice; así; luego de interponer el recurso de apelación en contra de
una sentencia, es posible que el apelante pueda renunciar a los efectos de dicho acto, ello
siempre que no haya producido sus efectos es decir que si ya se resolvió en segunda instancia
será declarada su improcedencia.
De conformidad con el artículo 343° del Código Procesal Civil; “El desistimiento de algún acto
procesal, sea medio impugnatorio, medio de defensa u otro, deja sin efecto la situación
procesal favorable a su titular. Si el desistimiento es un medio impugnatorio, su efecto es dejar
firme el acto impugnado, salvo que se hubiera interpuesto adhesión. ”
Desistimiento de la pretensión
Como la figuras ya antes mencionadas esta constituye una forma anormal de conclusión del
proceso, que surge como consecuencia de la manifestación expresa de la parte de abdicar de
su derecho, sin importar las razones personales que la originen, culminando el mismo como si
lo hubieran destinado la demanda. Por ello se señala que constituye una acto estrictamente
procesal y no de carácter sustantivo, ya que el objeto litigioso deja de tener existencia y por
cabria una decisión sobre el fondo del asunto.
Para Prioi “Este tipo de desistimiento es una renuncia a la pretensión procesal, la misma que se
constituirá en una forma de renuncia al derecho sustantivo discutido en el proceso en aquellos
casos en los que la pretensiones sustente en un derecho efectivamente existente.”
Prieto castro señala que “renuncia a la pretensión del autor (y el respectivo objeto del
proceso) es una manifestación formulada por este, con la que él quiere argüir que hace
dejación de dicha pretensión, la abandona o desatiende de ella, en todo o en parte, bien sea
porque estime que no existe o porque sea infundada, o por meditar una causa jurídica moral o
cualquier subyacente.”
Se debe precisar conforme lo señala el artículo 344° del Código Procesal Civil que la resolución
que aprueba el desistimiento de la pretensión, produce los efectos de una demanda infundada
con la autoridad de cosa juzgada. Este desistimiento no requerirá la conformidad del
demandado, debiendo el juez revisar únicamente la capacidad de quien lo realiza y la
naturaleza del derecho que sustenta la pretensión, teniendo en cuenta lo dispuesto sobre la
improcedencia del allanamiento en lo que corresponda.
Si el desistimiento no se refiere a todas las pretensiones o si solo es deducido por uno de los
demandantes, el proceso continuara respecto de las pretensiones y personas no comprendidas
en él. En este último caso, debe tenerse presente lo dispuesto sobre litisconsorcio necesario.
Oportunidad
Respecto del momento en que esta puede ser planteada, según la norma procesal el
desistimiento de la pretensión puede ser realizada hasta antes de la expedición de la sentencia
de primera instancia. Sin embargo la misma norma procesal en su artículo 342° in fine codece
la posibilidad que se pueda plantear el desistimiento a la pretensión después de expedida la
sentencia de primera instancia, siempre que dicho acto de disposición fuera por acuerdo de las
partes. Pierde aquí su carácter unilateral de este acto para convertirse en un acto
consensuado, pero deberá realizarse hasta antes que la sentencia final quede firme.
Desde igual forma el desistimiento del proceso, el desistimiento de la pretensión puede desde
el punto de vista subjetivo ser total o parcial, si alguno de quienes participan de la relación
procesal interviene o no en dicho acto y desde el punto de vista subjetivo si comprende o no a
todas y cada una de las pretensiones propuestas en la demanda.
ABANDONO
Constituye otra de las formas anormales de la conclusión del proceso surgido como la
consecuencia de la inactividad o inacción de las partes en el proceso durante determinado
lapso de tiempo que determina la perención en la instancia. Existen dos elementos esenciales
en esta figura como los son el tiempo y la inactividad procesal, que conlleva a una sanción o
consecuencia por parte de la norma procesal que declara la no continuación del proceso.
Para falcón “Es una institución procesal aplicable a los procesos dispositivos, en virtud de la
cual, ante la inactividad de la parte sobre quien pesa la carga de operar el procedimiento,
durante determinado lapso, de oficio o a pedido de parte contraria, el tribunal puede declarar
el cese el curso de la instancia…”
El sustento de esta institución se haya en que impide la duración indefinida del proceso, ello se
corrobora con el principio consagrado en el artículo lV del Título preliminar del C.P.C. el cual
prescribe que el proceso se promueve a iniciativa de parte y por tanto constituye el interés del
demandante que este se desarrolle llevándose a cabo todas y cada una de las etapas del
mismo dentro del plazo que la ley señala y concluya como una resolución sobre el fondo del
asunto, por ello que se sanciona su inacción mediante esta institución procesal.
Del mismo modo consideramos que si bien esta figura evita que los procesos puedan durar de
manera indefinida por inacción de las partes, no queda claro porque el juez debe sancionar
esta situación si el “debe impulsar el proceso por sí mismo” (artículo ll del T.P. del C.P.C) y
debe atender que “(…) la finalidad concreta de conclusión proceso es resolver un conflicto de
intereses o eliminar una incertidumbre ambas con relevancia jurídica”. Por tanto es el llamado
a evitar que el proceso decaiga por la inactividad de las partes y evitar que concluya el proceso
sin una resolución sobre el fondo y por tanto pueda decidir de manera definitiva sobre aquel
conflicto de interés so incertidumbre jurídica que se le ha puesto en sus manos, ya que con
posterioridad se iniciara un nuevo proceso.
Existe por tanto una ambivalencia en ese sentido que puede ser desvirtuada si señalamos que
ese impulso procesal debe referirse a los actos que tal como corresponden al juez los cuales no
pueden dejar al arbitrio de las partes así, por ejemplo, luego de contestada una demanda se
encuentra en la obligación de señalar fecha para la audiencia correspondiente y no solamente
tener por contestada la demanda y esperar que sean las partes las que lo soliciten, del mismo
modo concluida una audiencia debe inmediatamente señalar la fecha más próxima para la
realización de la siguiente sin que deje esta posibilidad a que las partes lo soliciten, del mismo
modo a expedir la sentencia dentro de lo posible cumpliendo los plazos legales y no esperar
que las partes lo soliciten, del mismo expedir la sentencia dentro de lo posible cumpliendo los
plazos legales y no esperar que las partes de manera reiterada exijan que el juez cumpla con
esa obligación.
Nuestra norma procesal señala el plazo legal que debe transcurrir para la declaración del
abandono que puede ser de oficio o a petición de parte, el mismo que es de cuatro meses que
empieza a correr desde el día siguiente a aquel en que tiene lugar el último acto de impulso
procesal el mismo que para dicho efecto puede ser hábil o no y en el cual se incluye los días
feriados o no laborales. En ese sentido el plazo final se cumple en el mes de vencimiento y en
el día de este correspondiente a la fecha del mes inicial. Si el mes de vencimiento faltara tal
día, el plazo se cumple en el último de dicho mes.
Para nuestro tribunal “El abandono es una de las formas especiales de conclusión del proceso
que extingue la relación procesal y se produce después de un periodo de tiempo en virtud de
la inactividad de las partes”.
De conformidad con el artículo 346° del C.P.C, cuando el proceso permanezca en primera
instancia durante cuatro meses sin que se realice acto que lo impulse, el juez declarara su
abandono de oficio o a solicitud de parte o de tercero legitimado. Para el cómputo del plazo de
abandono se entiende iniciado el proceso con la presentación de la demanda. Asimismo
precisa la norma que para el mismo cómputo, no se toma en cuenta el periodo durante el cual
el proceso estado paralizado por acuerdo de partes aprobado por el juez.
El abandono no procede cuando el proceso ha estado paralizado por acuerdo de las partes y
autorizado por el juez.
Por ello se ha manifestado que: “para el computo del plazo no se considera el periodo en el
que el expediente estuvo paralizado por acuerdo de las partes aprobado por el juez, lo que
implica necesariamente que el plazo se reanuda, esto se vuelve a iniciar el cómputo para el
abandono, desde la fecha en que cesen los efectos de dicha suspensión”.
El abandono solo opera por el transcurso del tiempo contado desde la última resolución. Si no
consta en autos el cargo de notificación no puede el juez declarar el abandono del proceso,
toda vez que las resoluciones judiciales sólo producen efectos en virtud de la notificación
hecha con arreglo al código procesal civil.
Para que esta figura procesal se configure, el proceso tiene que haber iniciado, lo cual sucede
con la interposición de la demanda, hecho que se considera para el cómputo inicial del plazo
señalado. Del mismo modo, debe existir una situación de inactividad procesal absoluta de las
partes, la misma que se expresa en la ausencia de actos de impulso procesal es decir de
aquellos que ponen en movimiento y hacen desarrollar el proceso permitiendo su tramite y
asegurando que avance siguiendo su curso regular hasta culminar con la expedición de la
sentencia. Esta inacción a la que hacemos referencia, debe permanecer invariable hasta el
vencimiento del plazo previsto para declarar el abandono, además, debe ser injustificada es
decir, la paralización del proceso debe ser voluntaria, intencional y premeditada. Cabe precisar
que el abandono solo tiene lugar en primera instancia ya que en segunda instancia
generalmente es la judicatura la encargada de realizar los actos del impulso procesal,
prescindiendo de las partes es este aspecto.
No se consideran actos de impulso procesal aquellos que no tienen por propósito activar el
proceso, tales como la designación del nuevo domicilio, pedido de copias, apersonamiento de
nuevo apoderado y otros análogos.
El acto de impulso debe de corresponder a un acto jurídico procesal que debe constar en el
proceso, pero este deberá ser adecuado o idóneo para activarlo, es decir que debe dirigirse a
desenvolver, dinamizar o generar el desarrollo del mismo, por ello el hecho de solicitar copias
certificadas, una variación de domicilio procesal, cambio de letrado o autorización a un nuevo
abogado no son actos que logren interrumpir o generar impulso del proceso. El plazo para
constituir el abandono puede ser interrumpido únicamente mediante actos de impulso
procesal, categoría en la que no se consideran aquellos actos irrelevantes, los que no tienen el
propósito de activar el proceso o los que se llevan a cabo durante el trámite incidental dado
que se realizan independientemente del proceso principal.
Se debe tener en cuenta que no opera el abandono cuando la paralización del proceso se debe
a causa de fuerza mayor y que los litigantes no hubieran podido superar con los medidos
procesales a su alcance.
Con referencia al modo de operación efectiva del abandono, nuestro ordenamiento procesal
consagra el abandono de pleno derecho matizado con la declaración del órgano jurisdiccional.
En principio se establece que el abandono opera por solo transcurso del plazo legal, a partir de
la última actuación procesal de impulso o desde se notificó la última resolución, sin embargo,
nuestro ordenamiento procesal también establece que cuando el proceso permanece durante
cuatro meses en primera instancia sin que se efectúe acto de impulso procesal, el juez puede
de oficio declarar su abandono, sin perjuicio de la solicitud de parte o de tercero legitimado.
Esta declaración judicial tiene solo efectos declarativos y no constitutivos, pese a lo cual
resulta importante ya que, si bien no es necesaria para la materialización del abandono como
figura jurídica, le otorga plena eficacia e impide la convalidación, cosa que no sucede con el
solo vencimiento del plazo.
Computo del plazo para que opere el abandono
Debe precisarse que las resoluciones judiciales solo producen efectos, en virtud de la
notificación hecha con arreglo a lo dispuesto en el código adjetivo. En tal sentido, el artículo
348º daño precitado código establece que el abandono opera por el solo transcurso del plazo,
dese la última actuación procesal o desde notificada la última resolución; por lo que en el caso
que no se advierta en el proceso la existencia de los cargos de notificación de la “ultima”
resolución a las partes, no procede declarar el abandono del proceso”.
La notificación del auto admisorio de la instancia constituye impulso del proceso y que cuando
la entidad encargada de cumplir con efectuar las notificaciones devuelve las mismas, recién en
dicha oportunidad la ejecutable puede tomar conocimiento de la omisión de este trámite y es
a partir de dicho a fecha que comienza a correr el termino de abonado, por lo que su inscrito
de cinco de enero de mil novecientos noventa y cuatro en que solicito se tenga por bien
notificada la demanda, impulso el proceso, antes que transcurra en el plazo de cuatro meses
que señala el artículo trescientos cuarenta y seis del código procesal;(……) que, si bien
mencionado el dispositivo legal dispone que para el computo del abandono se entiende
iniciado el proceso con la presentación con la demanda, ello no significa que con la
prosperidad, pueda existir situaciones procesales como la devolución de la cedula de
notificación y la contestación de dicha omisión, que interrumpe el termino de abandono, por
el impulso procesal que se produce, con la nueva situación planteada.
En tal sentido se ha precisado que: “es el principio de legalidad procesal, el que gobierna al
abandono, ya que el legislador ha diseñado una regulación “numerus clausus” y no “numerus
apertus”, es decir, prevé de forma cerrada las cosas en que procede la declaración del
abandono del proceso, no habiéndose previsto en la norma procesal en caso de improcedencia
de abandono en los procesos de ejecución de garantías”. La resolución que disponga el
abandono del proceso debe encontrarse debidamente motivada, y es apelable con efecto
suspensivo.
Debe tenerse en cuenta además que no opera en plazo del abandono si el proceso está
suspendido, pues los plazos no se computan hasta el momento que se disponga el
levantamiento de la suspensión.
Es lógico entender que en estos casos no puede operar esta figura caso contrario el
incumplimiento de la resolución final se vería siempre frustrado y por ende el proceso no
plasmara su finalidad concreta ni abstracta.
“en los que se encuentren en ejecución de sentencia no procede la declaración del abandono,
lo cual es lógico, en la medida en que contiene la sentencia la declaración de los derechos
sustanciales poniéndose fin al conflicto de interés o a la incertidumbre jurídica suscitada entre
la partes del litigio, por consiguiente, desaparece en la ejecución de la sentencia de impulso
procesal que la vigor del principio dispositivo las partes están normalmente obligadas”.
Por lo general lo que se puede disponer en remitir los autos o archivo transitorio, resolución
que no requiere ser notificada a las partes, toda vez que no constituye un acto de impulso del
proceso y es como consecuencia de un acto de depuración y administración del despacho
judicial.
En este caso al no haber litis de por medio y por tanto no hay posiciones antagónicas, por lo
tanto es imposible que “ambas partes”.
Pretensiones impredecibles
Reiteremos que extienden derechos fundamentales que por su naturaleza son impredecibles
ya que sobre ellos descansa la organización social así como la existencia del estado de derecho
como sistema de paz con justicia, los mismos que pueden ser materia de un litigio judicial, por
lo que, de darse el caso, no cabe en abandono. Así, “(…..) Tal como lo dispone el inciso tercero
del artículo trescientos cincuenta del código procesal civil, es improcedente el abandono en los
procesos en que se contiendan pretensiones imprescriptibles. {…..} El presente proceso versa
sobre una acción reivindicada, la misma que a tenor del artículo novecientos veintisiete del
código civil es una acción imprescriptible; en consecuencia, resulta improcedente la
declaración de abandono de proceso.
Para amparar la solicitud de abandono del proceso, el juzgador no solo debe limitarse a la
verificación del plazo de paralización del proceso, sino también a lo que es materia de
contienda, para los efectos de establecer si se encuentra incursa en alguna de las casuales de
improcedencia del abandono, previstas en el artículo 350 del código procesal civil. En presente
caso, estando a la naturaleza imprescriptible de la pretensión acumulada de reivindicación, no
procedía amparar el pedido de abonado.
Conforme se ha precisado, el código procesal civil ha establecido que no hay abandono “en los
procesos que se contiendan pretensiones imprescriptibles” (artículo 350, inciso 3). En ese
sentido siendo a pretensión de prescripción adquisitiva, y reivindicación imprescriptible
(artículo 927 del código civil), no puede aplicar aquí en el abandono del proceso. Cabe señalar
sin embargo, que la verificación de los presupuestos del abandono no está limitada al plazo y a
los presupuestos de improcedencia (tal como sugiere la sentencia en comentario), sino
también a la inacción imputable a las partes, y ellos es relevante pues tal como hemos
señalado, no se podrá declarar el abandono si el trascurso del plazo en inactividad del proceso
es imputable al juez.
La norma precisa que, en los procesos que se encuentran pendientes de una resolución y la
demora en dictarla fuera imputable al juez, o la continuación del trámite dependiera de una
actividad que la ley le impone a los auxiliares jurisdiccionales o al ministerio público o otra
autoridad o funcionario público que daba cumplir un acto procesal requerido por el juez.
Los efectos vienen a ser las consecuencias jurídicas surgidas como consecuencia de la
realización o declaración de un acto al interior del proceso. En este caso estamos ante aquellas
que surgen como consecuencia de la declaración de abandono por parte del magistrado.
El abandono pone fin al proceso, es decir, lo concluye sin afectar la pretensión. Sin embargo,
su declaración, su declaración impide al demandante iniciar otro proceso con la misma
pretensión durante un año, contado a partir de la notificación del auto que lo declare.
Asimismo, restituye las cosas al estado que tenían antes de la demanda.
Si por segunda vez entre las mismas partes y en ejercicio de la misma pretensión, se declara el
abandono, se extingue el derecho pretendido y se ordena la cancelación de los títulos del
demandante, si a ellos hubiera lugar.
Así, el abandono produce la pérdida del proceso incoado ante el órgano jurisdiccional como
consecuencia de no haber ejercido su derecho e impulso procesal. Al respecto poderte señala
que “la caducidad de la instancia es una institución procesal y por lo tanto y como su propio
nombre lo expresa, aniquila la petición que se ha abierto a la instancia y sus secuelas, pero no
extingue a acción (pretensión). Tampoco anula las pruebas agregadas o producidas o algunas
de ellas que pueden hacerse valer en una nueva instancia, si esta procediera por no haber
prescrito (sic) la acción.”
Es decir que en un primer momento determina la conclusión del proceso como forma anormal
de determinación del mismo y por tanto deja sin efecto la pretensión propuesta, pero tendrá
la posibilidad de planear nuevamente su pretensión ante el mismo u otro magistrado siempre
que hay haya transcurrido menos de un año y no haya prescrito la acción.
Con respecto a los medios probatorios presentados en el proceso fenecido por aplicación del
abandono, su validez resulta inmutable, pudiendo ser presentados en otro proceso diferente,
lo cual incluye al nuevo proceso que después de un año el demandante pueda incoar
esgrimiendo la misma pretensión de aquel declarado en abandono. Aquí se tiene presente que
las pruebas obtenidas válidamente en proceso regular tienen plena eficacia en otro. Así, lo ha
señalado el código procesal civil: “las pruebas actuadas en un proceso extinguido por
abandono son válidas y pueden ser ofrecidas en otro proceso.”
Ello significa que todo aquello bagaje probatorio que se actuó en el proceso no resulta
afectado como consecuencia de la declaración del abandono del proceso, pudiendo ser
ofrecido en el proceso posterior que se ha de iniciar. En ese supuesto bastara con solicitar las
copias certificadas correspondientes o en su caso la remisión de dicho expediente en calidad
de medio probatorio.
Recursos
De conformidad con el artículo 353º del código procesal civil,” la resolución que declara el
abandono es apelable con efecto suspensivo. El recurso solo puede estar fundamentado en la
existencia de un error de cómputo, o en causas de fuerza mayor. La resolución que desestima
en pedido de abandono es apelable sin efecto suspensivo.”
Como la mayoría de los actos emitidos por el órgano jurisdiccional, la declaración del
abandono puede ser objeto de medio impugnatorio por la parte afectada con la citada
resolución, la que será concedida con efecto suspensivo, mas este recurso se encuentra
limitado al agresivo en tanto que el mismo debe estar sustentado.