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Novena a

San Ricardo
ORACIÓN PREPARATORIA
¡Señor mío Jesucristo! Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser tu quien eres, Bondad infinita, y porque te
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberte
ofendido; te pido la gracia necesaria para ser un buen cristiano y
asemejarme más a ti, como lo hizo el Bienaventurado San Ricardo.
Que mis días transcurran como un verdadero camino de santidad,
en donde yo me acerque cada vez más a ti “Santo entre los Santos”.
Dame la fortaleza para vencer a las tentaciones con las que me
acecha el enemigo, nunca permitas que me aparte de ti y crea en mi
un corazón puro que aborrezca todo tipo de pecado. Finalmente
ayúdame a crecer en esperanza, templanza y caridad, mediante la
contemplación de la Vida de San Ricardo; para ser testigo de tu
evangelio con aquellos hermanos míos que más te necesitan.
Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS


¡Oh Glorioso San Ricardo! Buen amigo de nuestro Señor
Jesucristo, permítenos a nosotros tus fieles devotos, crecer en
Austeridad, Caridad y Esperanza, como tú nos enseñaste. Que no
nos desesperemos ante las dificultades de la vida, al contario que
encontremos en ellas una oportunidad de santificarnos mediante el
sacrificio. Aparta de nosotros cualquier apego a los bienes
materiales, que seamos desprendidos de lo que tenemos y donemos
toda nuestra vida en bien del Señor Jesús y de nuestros Prójimos.
Que crezcamos cada día en fraternidad y caridad para ser la Iglesia
que el Señor quiere, dejando atrás toda actitud de soberbia y
discordia que dañan el corazón de Jesús. ¡Oh Santo defensor de la
Verdad! Tú que defendiste a la Iglesia de los que la acechaban,
ayúdanos a ser testigos y misioneros fieles de la Verdad en medio
de la sociedad que sufre. Que tu ejemplo de santidad nos lleve a
Jesucristo nuestro Señor, Amigo, redentor y hermano. Que vive y
reina por los Siglos de los Siglos. Amén.
ORACIÓN DE SAN RICARDO
Te agradezco Señor mío Jesucristo, por todos los
beneficios que me proveíste, por todos los dolores e
insultos que sufriste por mí.

Misericordioso, amigo y Hermano haz que te conozca con


mejor claridad, que te ame con mayor caridad y te siga con
estrecha lealtad. Amén
PRIMER DÍA - LA ORACIÓN

En el nombre del Padre…


ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del evangelio según San Marcos

“Por eso os digo que obtendréis todo cuanto pidáis en la oración si


creéis que ya lo habéis recibido. Y si cuando os pongáis de pie para orar,
tenéis algo contra alguno, perdonadle, para que también vuestro Padre, que
está en los cielos, os perdone”

MEDITACIÓN:

San Ricardo, cuentan sus biógrafos, recitó en su lecho de muerte una oración
que se ha convertido en parte resaltante de su vida. Esta oración a lo largo de
la historia ha marcado los corazones de aquellos que desean tener una
intimidad más próxima con el Señor. En esta oración se puede revelar lo que
San Ricardo sentía por Jesucristo, la gratitud por los dones concedidos, y el
arrepentimiento por los pecados cometidos.

Te agradezco Señor mío Jesucristo por todos los beneficios que me


proveíste por todos los dolores e insultos que sufriste por mí: La oración de
San Ricardo comienza con un acto de acción de gracias por todos los
inmensos dones que ha recibido del Señor, un alma enamorada de Dios
siempre es agradecida. Es de resaltar que nuestro santo le agradezca a
Jesucristo por su pasión y muerte, pues él reconoce que es ese sacrificio lo
que le da la salvación y le alienta a llegar al cielo mediante la vida de lucha
y mortificación.

Muy Misericordioso, amigo, redentor y Hermano: En esta corta frase,


reconocemos dos aspectos de la vida del santo; tiene presente que Jesucristo
es su redentor y hermano; y que esa redención tiene su mayor expresión en
la misericordia que Dios le demuestra mediante la penitencia, de la misma
manera le ofrece su amistad cada vez que se acerca a la confesión.

Haz que te conozca con mejor claridad: Un alma que anhela vivir una vida
de fe autentica, busca siempre conocer más de cerca a Jesús, el motor de su
vida. San Ricardo deseó penetrar a profundidad en el misterio de Jesús, pues
sabía que así se asemejaría más al modelo de vida de su maestro.
Que te ame con mayor caridad: San Ricardo deseó en vida amar más de
cerca a Jesús, y lo logró pues en su vida reflejó aquel amor que experimento
en Dios, su preocupación por los más pobres y su celo por la salvación de las
almas son muestra de ello. Nos invita a nosotros a amar a los demás pues en
ellos está Jesús que espera ser amado.

Que te siga con estrecha lealtad: En su vida nuestro Santo Patrón, vivió con
mucha firmeza que el seguir a Cristo solo era posible mediante una vida de
austeridad, templanza y oración. Durante una época difícil, se mantuvo fiel
en la fe católica y defendió con firmeza el ministerio que Dios le había
encomendado.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos pediste orar sin desfallecer, concédenos a


nosotros tus siervos imitar el ejemplo de oración de San Ricardo, para
experimentar en nuestras vidas lo grandioso de tu amistad. Que nos
propongamos vivir intensamente la oración, buscándote sin cesar, y así
servirte con mayor caridad en mis hermanos. Amén

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.

}
SEGUNDO DÍA - LA EUCARISTÍA

En el nombre del Padre…


ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del evangelio según San Juan

“Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne


del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El
que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el
último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en
él.”

MEDITACIÓN:

San Ricardo experimentaba un amor muy grande por la eucaristía, pues creía
en verdad que Jesús estaba presente bajo las formas del pan y vino
consagrados. Quienes escriben sobre él, dicen que fue un verdadero devoto
del Santísimo Sacramento y no había un solo día que no pasase sin visitar a
su Señor en el Sagrario. Delante de la Eucaristía e inspirado por esa devoción
tan profunda, redactó bajo la asistencia del espíritu Santo las constituciones
en las que mandaba a reformar en su diócesis la celebración de la Santa Misa,
que hasta entonces era muy indigna.

La situación con respecto al culto sagrado en la diócesis de Chichester, era


lamentable, durante mucho tiempo y por descuido del clero, en las distintas
parroquias, no se contaban con paños sagrados en buen estado y dignos para
el Señor, los vasos que debían contener la sangre de Cristo se encontraban
obsoletos y en muchos casos no se comparaban a los que los eclesiásticos
poseían para su propio uso profano.

San Ricardo al observar estas irregularidades en la celebración del santo


sacrificio promulgó:

“Los sacerdotes para celebrar la misa deben usar vestiduras limpias y


dignas. El cáliz debe de ser de oro o de plata para poder utilizarlo en la misa;
se debe limpiar a fondo los vasos sagrados, y al menos dos cirios deben ser
colocados en el altar junto a la cruz, que se debe fijar en frente del celebrante.
El pan que se va a consagrar será de harina de trigo puro y el vino debe ser
mezclado con agua. El cuerpo de Cristo no se puede mantener más de siete
días en el tabernáculo y cuando se lleva a una persona enferma el viatico,
este debe ser guardado en una píxide y el cura irá precedido de una cruz; una
vela, agua bendita y la campana”

Él mismo se encargó en visitar las iglesias con regularidad, para ver que los
sacramentos fueran debidamente administrados; se preocupó por el estado
de los vasos y ornamentos sagrados, que el canon de la misa se celebrara
correctamente, que los sacerdotes prediquen con claridad y se cumpliera con
práctica del clero de la “liturgia de las horas”. Aquellos Sacerdotes que
recortan o recitaran rápidamente la misa serían suspendidos.

Tan grande fue su amor por la eucaristía, que no quiso dejar de celebrarla
hasta los últimos días de su vida. Cuando era anciano, mientras celebraba la
misa el cáliz se le resbaló de las manos y cayó en el piso del altar, sin
embargo, gracias a una acción divina ninguna gota de la Sangre del Señor se
derramó. Por ello a nuestro Santo se le representa con un cáliz a los pies o
en la mano.

Aprendamos del amor y devoción a la eucaristía que experimentó San


Ricardo, por algo Jesús nos dijo: Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene
vida eterna y yo lo resucitaré el ultimo día.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que quedaste presente en la Eucaristía para ser nuestro


alimento y sustento en la vida, concédenos acercarnos dignamente a recibirte
y experimentemos con mayor fuerza la devoción al sacramento de nuestra
fe, mediante la adoración eucarística y la comunión frecuente. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


San Ricardo en la procesión del Santísimo Sacramento

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Reino Unido


TERCER DÍA: LA AUSTERIDAD

En el nombre del Padre…


ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del evangelio según San Lucas

“Vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis


inquietos. Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya
sabe vuestro Padre que tenéis la necesidad de eso. Buscad más bien su Reino,
y esas cosas se os darán por añadidura”

MEDITACIÓN:

San Ricardo desde su infancia experimentó lo que era pasar por extrema
pobreza tras la muerte de sus padres Ricardo y Alicia, quienes eran dueños
de unos capos de cultivo. Al morir estos, el patrimonio familiar pasó a mando
de un tutor quien, debía velar por la calidad de vida del pequeño Ricardo y
su hermano Roberto.

Al cumplir la mayoría de edad, el hermano de San Ricardo, pasó a la


administración de las tierras, pero fue obligado a pagar un impuesto muy
grande, que dejó a la Familia en la extrema pobreza. Ricardo era el más
pequeño, aunque era muy entregado a los estudios tenía un temperamento
más vivo que el de su hermano; que cuando se dio cuenta del estado de sus
tierras, no dudó en tomar el arado y ponerse a trabajar como simple
campesino, ya que no tenía dinero para pagar el salario de alguno. Gracias a
su sencillez y vida austera logró restablecer la fortuna de la familia.

En agradecimiento por su esfuerzo, Su hermano Roberto lo hizo heredero


único de la finca de sus padres; Sin embargo, cuando Ricardo descubrió que
sus intenciones eran casarlo con una muchacha rica, él se negó y le devolvió
las tierras a su hermano, partiendo sin dinero a estudiar a Oxford.

La pobreza nunca fue una vergüenza ni obstáculo para él, al contrario, veía
en ella una oportunidad para asemejarse a Jesús que pasó por el mundo sin
atesorar más que el Reino de los cielos. Según lo que le confió a su confesor,
aquellos años en Oxford fueron los más felices de su vida.
Poco le importó a San Ricardo, ser pobre durante aquellos años y no tener
dinero para comprar leña que tuvo que correr, durante el invierno, para
mantener el calor corporal; y no se avergonzó del hecho de que él y los
compañeros con los que compartía habitación no tuviesen más que una
túnica, que vestían por turno para asistir a clases.

Como obispo, debido a las circunstancias adversas por su elección y el


destierro que tuvo que sufrir, anduvo como mendigo y errante por su
diócesis, compartiendo el pan con los más pobres y humildes, hasta que
Simón de Tarring le hospedó en su sencilla casa en donde, aun siendo obispo,
tuvo que vivir de modo muy austero.

Durante su periodo como obispo de Chichester, se caracterizó por las


limosnas que entregaba muchas veces de su propia riqueza, que eran tan
abundantes que excedían más de lo que tenía de renta. Cuando al palacio
episcopal llegaba algún invitado, estos comían ricamente mientras que el
obispo observaba su estricta dieta, exenta de pescado y carne. Cuando veía
que los cocineros llevaban a la cocina los pollos y los corderos decía:
“¡Pobres criaturas, si pudierais razonar y hablar, ¡cómo nos maldeciríais
porque os condenamos a muerte sin haberlo merecido!”

Los vestidos del obispo eran los más sencillos posibles, en vez de pieles finas
usaba lana y en el interior, llevaba una camisa con pelo y una especie de
coraza de acero como disciplina corporal.

Que el ejemplo de humildad de San Ricardo nos ayude, a ser más


desprendidos de nuestros bienes y a ponernos por completo a servicio de los
demás.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos pides no acumular tesoros en la tierra,


permítenos vivir solo con lo necesario para poder asemejarnos a ti, que
llevaste una vida de pobreza. Que dejemos de pensar solo en nuestro
beneficio y nos despojemos de lo que poseemos en beneficio de los demás.
Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


CUARTO DÍA - LA FORTALEZA

En el nombre del Padre…

ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

De la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios

Hermanos: El Señor me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se


muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré
gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de
Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las
necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues,
cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte.

MEDITACIÓN:

San Ricardo desde su infancia fue forjando un espíritu muy fuerte capaz de
aceptar los impases de la vida. Así tuvo que afrontar la muerte primero de su
Padre Ricardo y luego de su Madre Alicia, quien lo educó y le enseñó la fe
católica.

Cuando la situación económica familiar era muy adversa y no poseía dinero


para solventar los gastos para la producción de las tierras de su familia, se
puso de labrador a producir frutos y aguantó la fatiga de estudiar y trabajar
simultáneamente. De esa manera logró con su energía y fortaleza restablecer
los bienes perdidos. En dos oportunidades fue tentado por una propuesta de
matrimonio con muchachas pudientes, sin embargo, nuestro santo ya tenía
presente que su camino era el celibato y el sacerdocio y por ello con mucha
fortaleza renunció a la vida conyugal por el reino de los cielos.

Durante Oxford, su suerte económica no cambio y allí experimentó distintas


pruebas que fueron forjando su espíritu de fortaleza, pues al no poseer nada
y pasar por un invierno muy fuerte debía correr para calentarse, aun así, veía
en esa práctica una manera de mortificar su cuerpo y avanzar en la vida
espiritual.

Ya como obispo durante su exilio, demostró fortaleza al afrontar el destierro


y embargo de todos los bienes del obispado de Chichester, y así cuando
camino por su diócesis evangelizando también adquirió de los más sencillos
aquella valentía con la que emprendían la vida, mediante el trabajo de campo.
Nunca dudo en defender lo que creía justo y por ello intentó entrevistarse
con el rey Enrique III, en dos ocasiones, para convencerle de que lo deje
regresar a su diócesis.

Finalmente luchó con mucha fortaleza contra las inmoralidades de su época


y condenó la sinonimia y el concubinato de los clérigos, así mismo se
enfrentó al descuido a la eucaristía que se había penetrado en el espíritu de
los cristianos de aquella época, colocó sentencias rigurosas.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos has dado ánimo para vivir con fortaleza los
desafíos de cada día, concédenos que, a ejemplo de San Ricardo,
experimentemos la alegría y esperanza en las adversidades y que ellas nos
ayuden a alcanzar el premio de la vida eterna. Amén

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


San Ricardo recibe la Ordenación episcopal por manos del Papa
Inocencio IV el 5 de marzo de 1245.

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Reino Unido


QUINTO DÍA: DEFENSOR DE LA IGLESIA

En el nombre del Padre…

ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

De la Segunda Carta de San Pablo a Timoteo

Hermanos: Vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la


doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un
montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de
la verdad y se volverán a las fábulas. Tú, en cambio, pórtate en todo con
prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador,
desempeña a la perfección tu ministerio. He competido en la noble
competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde
ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el
Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan
esperado con amor su Manifestación.

MEDITACIÓN:

La época en la que San Ricardo vivió, estaba marcada por la intromisión del
poder secular en la decisión del ámbito eclesial y viceversa. Los monarcas
decidían a quien colocar en las más altas cúspides de la jerarquía de la Iglesia,
y casi siempre estos protegidos no eran los más aptos para ocupar un cargo
eclesiástico.

Esta situación de total corrupción, indigno desde sus primeros años a un


hombre tan santo como Ricardo, quien no pudo permitir que los hombres
utilicen a la iglesia para su beneficio personal. Por ello su vida fue un total
contraste con los obispos de aquella época; a diferencia de ellos no quiso
llevar una vida de lujos y honores y con su ejemplo inició la reforma y
defensa de la Iglesia.

Cuando murió el obispo de Chichester Ralph Neville. Haciendo presión en


los canónigos el Rey Enrique III consiguió que eligiesen a Roberto
Passelewe, hombre sin cualidades, que había accedido al favor regio
mediante un soborno a la corona. Sin embargo, obispo de Saboya se negó a
confirma la elección, y reunió a sus sufragáneos en capitulo, el cual declaró
invalida la elección y declaro a Ricardo, que era el candidato del primado,
para ocupar la sede.
El Rey se enfureció por la decisión y retuvo todos los beneficios de la
diócesis y prohibió que se aceptase a San Ricardo en cualquier baronato o
posesión secular de la diócesis. Monseñor Ricardo, trató de entrevistar en
dos ocasiones con el monarca sin obtener ningún cambio. Por ello el Obispo
y el Rey presentaron el caso ante el Papa Inocencio IV, ya que el Rey se
negaba al dialogo. El santo Padre que se encontraba en Lyon, presidiendo el
concilio, decide nombrar Obispo a Monseñor Ricardo y lo consagrada como
tal en el 5 de marzo de 1245.

Pero Monseñor Ricardo de regreso a Chichester encuentra las puertas del


palacio episcopal cerradas, pues el Rey había ordenado que nadie le prestase
dinero ni vivienda; además le niega todas las temporalidades y beneficios
que merecía, incluso intimidó al clero para que no le presten apoyo y no le
dejó tomar posesión de la diócesis. Finalmente, el Rey aceptó a San Ricardo
como Obispo cuando el Papa lo amenazó con la excomunión.

San Ricardo durante su episcopado fue muy severo en castigar las


indisciplinas e inmoralidades del clero. En cierta ocasión, castigó
severamente a un sacerdote que había cometido un pecado contra la castidad
y ni la intercesión del arzobispo y el rey lograron suavizar la pena. Sentía un
terror al Nepotismo que jamás dio preferencia a sus conocidos alegando que:
“Cristo no dio las llaves del cielo a su primo San Juan, sino a San Pedro que
no era de su familia”

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos dejaste en la Iglesia católica, el camino para


llegar al cielo, permítenos mantenernos firmes en la fe que hemos recibido,
que podamos crecer en obediencia a nuestros Pastores, tus representantes
entre nosotros, y que nunca nos olvidemos de rezar por su santidad. Amén

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


SEXTO DÍA: CELO APOSTÓLICO

En el nombre del Padre…


ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del evangelio según San Marcos

“Jesús les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a
toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se
condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi
nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán
serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán
las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» Con esto, el Señor Jesús,
después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y
confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.”

MEDITACIÓN:

San Ricardo vivó un incesante celo apostólico por la salvación de las almas.
Todo buen obispo que quiere ser buen pastor como Cristo debe conocer las
necesidades y preocupaciones de su grey. Mientras vivió el destierro de su
diócesis, aprovechó para conocer las preocupaciones y dificultades de su
pueblo. Durante dos años trabajó como obispo misionero, visitó a los
campesinos y pescadores, a quienes les ayudó en su trabajo y caminó siempre
a pie largos caminos para evangelizar.

En estos años se volcó en el ministerio pastoral, Predicaba con asiduidad en


todos los pueblos de su diócesis, de día y noche. Cuentan sus biógrafos, que
en cierta ocasión que visitaba un pueblo muy de noche, solo llevaba para
alumbrarse una vela que utilizaba como lámpara, y que no se apagaba, aun
cuando el viento soplara fuertemente.

Aun desterrado de su diócesis logro convocar varios sínodos según consta


en las Llamadas constituciones de San Ricardo, que son un conjunto de leyes
eclesiásticas el santo Obispo dictó para censurar los abusos de la época. Entre
ellos el descuido por los actos sagrados, la vida clerical y cristiana.

Monseñor Ricardo se preocupó siempre por la salvación de las almas y si


tenía que corregir alguna indisciplina, lo hacía con caridad y energía; era
comprensivo con las miserias humanas, pero no transigía con la inmoralidad
del clero, pues su amor de pastor deseaba que nadie se condenase.

La primera preocupación de San Ricardo fue educar al clero que se


encontraba laxo en espiritualidad y que habían perdido el significado de la
celebración de la Misa. Por ello sus contemporáneos lo calificaban como un
obispo altamente ejemplar por la reforma de su diócesis y su preocupación
por educar al clero y a los laicos.

Decía su biógrafo, sobre la preocupación de la formación de los sacerdotes


y el pueblo:
"Me hubiera gustado ser su clero, pues era como un maestro para sus
discípulos, para su familia como un padre para sus hijos, para su pueblo
como una madre llena de amor por su bebé."

San Ricardo enseño a sus fieles a entender el significado de los sacramentos


y que se acercasen con devoción ellos; que comprendieran las palabras de la
misa y las pronunciasen correctamente y sin prisas. Se encargó de que los
sacerdotes y religiosos cumplieran de forma apropiada sus funciones y no
por el deseo de obtener bienes personales, mando a todos los sacerdotes y
religiosos la observancia del celibato y otras normas que demostraron su
interés por su grey.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos has pedido ir a todo el mundo y proclamar el


evangelio, inflama en nuestros corazones el espíritu misionero, apostólico y
el celo por las almas que llevó a tu santo obispo Ricardo, a preocuparse por
la salvación de su grey y la evangelización de los humildes. Amén

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


San Ricardo defendió en repetidas ocasiones la autonomía de
la Iglesia ante la injerencia del Rey Enrique III

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Reino Unido


SEPTIMO DÍA: CONFIANZA EN DIOS

En el nombre del Padre…

ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del libro de los Salmos

“Los que confían en Yahvé son como el monte Sión, inconmovible,


estable para siempre. ¡Jerusalén, de montes rodeada! Así rodea a su pueblo
Yahvé desde ahora y para siempre.”

MEDITACIÓN:

Un santo siempre tiene su esperanza última en Dios, no puede sostenerse en


esperanzas humanas, un santo confía en la protección, auxilio y providencia
divina. Como hemos visto en los días anteriores San Ricardo pasó por duras
pruebas que forjaron su vida cristiana y le ayudaron a vivir más cerca de
Cristo. Sin embargo, nuestro santo patrón no podría haber vivido esos
difíciles momentos si no ponía su confianza en Dios.

Cuando no fue reconocido obispo, entre las tantas virtudes que le


confortaron, la confianza en Dios fue su única esperanza. Nuestro Santo tenía
presente que el poder humano no se compara en nada a la voluntad del Señor;
y si la designación como Obispo era designio divino, tarde o temprano sería
reconocido. Es decir, San Ricardo no perdió la confianza en aquel que lo
había llamado al ministerio y espero pacientemente. Pasaron muchos días en
los que tuvo que buscar su reconocimiento real, pero el poder humano se
negó. Hasta que el mismo Papa lo reconoció con toda la autoridad y recibió
un consuelo a su espera, pues el mismo santo Padre fue quien lo consagró en
Lyon, declarándolo obispo bajo su autoridad papal.

Los sufrimientos de San Ricardo no terminaron, y nuevamente se le negó


ingresar a su diócesis y al palacio episcopal, negándosele dinero y vivienda
en cualquier casa del obispado. Fueron años de pleno abandono en Dios, allí
su confianza en la providencia se puso a prueba con más radicalidad, pues
ahora estaba solo y sin alimento, casa o vestimenta.

El Señor tenía razón cuando dijo a sus discípulos, que, si ni las aves del cielo
que no trabajan tienen para comer, cuanto más sus hijos tendrán el alimento
que les dará su padre Dios. San Ricardo confió en la providencia, y ella le
envió al sacerdote Simón de Tarring, quien le acogió en su humilde casa
durante esos años, con quien compartió la comida y el calor del fuego en el
invierno. En una carta que envió San Ricardo a los canónigos de Chichester
le decía sobre su destierro:

"¿No entienden acaso lo que está escrito en los Hechos de los Apóstoles,
la forma en que estaban contentos de ser considerados dignos de sufrir
por el nombre de Cristo? Te digo que Dios en su gracia va a transformar
nuestro sufrimiento en alegría".

Finalmente, su confianza en Dios, le sostuvo hasta lograr su reconocimiento


como obispo y llegar a su sede episcopal donde pudo predicar el evangelio a
su pueblo.

Los últimos días de San Ricardo, los pasó con la tranquilidad de aquel que
hizo de toda su vida un “fiat” constante a la voluntad de Dios. Anciano y
enfermo decidió esperar a la muerte en una casa para Sacerdotes pobres y
ancianos, rodeado de sus fieles, amigos y discípulos: entre ellos Simón de
Tarring quien le había asistido durante sus años mas complicados.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nunca abandonas a los que creen y esperan en ti,
ayúdanos a aumentar en nuestro corazón la confianza en la providencia
Divina. Que nunca busquemos otro sustento que no sea el tuyo, danos
esperanza ante las adversidades y confianza en ti en los momentos de prueba.
Amén

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


San Ricardo murió en una casa para sacerdotes pobres en el
año 1253. Fue canonizado por el Papa Urbano IV canonizó el
22 de enero de 1262

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Reino Unido


OCTAVO DÍA: LA VIRGEN MARÍA

En el nombre del Padre…


ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del libro de Judit

“En llegando a su presencia, todos a una voz la bendijeron diciendo:


«Tú eres la exaltación de Jerusalén, tú el gran orgullo de Israel, tú la suprema
gloria de nuestra raza. Al hacer todo esto por tu mano has procurado la dicha
de Israel y Dios se ha complacido en lo que has hecho. Bendita seas del Señor
Omnipotente por siglos infinitos.» Y todo el pueblo respondió: «¡Amén!»”

MEDITACIÓN:

No ha existido nunca un santo que no sea devoto de la Madre del Señor. En


la historia de la Iglesia, han aparecido santos que tenían una devoción muy
grande a María, tenemos a San Alfonso María de Ligorio, San Juan María
Vianney, Don Bosco y San Luis María de Montfort, entre otros, si bien no
se cuenta con muchos datos de la devoción Mariana de San Ricardo, se sabe
que unos instantes antes de su muerte exclamó una súplica a la Reyna del
Cielo:

“María madre de Dios y madre de la Iglesia, protégenos en la lucha


contra el enemigo y recíbenos en el cielo”

En esta corta expresión, que viene de un corazón profundamente cautivado


por la Madre del Señor, se puede ver que, en el último momento de su vida,
cuando tenía que dejar la tierra para ir al encuentro de su creador, la
compañía de María lo confortaba y apelaba a ella como su abogada en la
muerte.

Al reconocer a María como madre de Dios y la Iglesia, reconoce también esa


espiritualidad de Hijo que vivió durante muchos años, seguramente era como
un niño en brazos de su madre, y porque no decirlo cuantos momentos de
pruebas y alegrías las debe haber pasado junto a la madre del Señor.

María lo acompañó desde muy niño cuando perdió a su Madre, quien le


enseñó las practicas piadosas, como el rosario o la devoción mariana del
Ángelus, al mediodía muy extendida en aquellos pueblos de campesinos,
donde el trabajo de la tierra se detenía para alabar y contemplar a la madre
del Señor, la criatura más bella entre los hombres.

Cuando San Ricardo se sentía tentado por el enemigo, seguramente recurrió


al rezo del Santo Rosario y lo promovió como defensa ante las asechanzas
del demonio, tanto así que pide en su lecho de muerte la protección de la
nueva Eva contra el eterno enemigo del hombre.

Finalmente, observa a María Santísima como la puerta para llegar al cielo,


Puerta del cielo, como le llamamos en las letanías. María nos espera en cielo
a todos sus hijos y San Ricardo está en la eternidad con ella esperándonos
para gozar del premio preparado por Jesús a quien se mantienen fieles y
coherentes en la fe que recibieron.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos dejaste a María por Madre de amor y


misericordia, a quien podíamos recurrir para alcanzar tus dones, te pedimos,
nos concedas vivir en pureza, humildad y sencillez, como nos enseñó María.
Que, por el ejemplo de San Ricardo, devoto de María Santísima, amemos
más a tu Madre y así te amemos más a ti. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


NOVENO DÍA: PASTOR EJEMPLAR.

En el nombre del Padre…

ORACIÓN PREPARATORIA

LECTURA BIBLICA:

Del Evangelio según San Juan

“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero
el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al
lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,
porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre
y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras
ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y
escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.”

MEDITACIÓN:

San Ricardo quiso ser coherente con lo que predicaba y vivía, por ello su
vida se caracterizó por una práctica constante de la austeridad y la
mortificación. Nunca participó en ningún vicio de la época y se distanció de
aquellos obispos que se servían de la Iglesia para su beneficio.

Su vida estuvo marcada por el estudio y la oración, deseaba que todos


conocieran las verdades de Fe y las practicaran correctamente. Sus años de
predicación fueron los que marcaron su labor pastoral y el pueblo lo recuerda
como un pastor amable y dulce, características que le hicieron ganar el amor
de su pueblo.

La vestimenta que utilizó mientras era obispo, era sobria y austera;


frecuentemente utilizó distintas disciplinas debajo de su traje para mortificar
el cuerpo. Muestra de estas prácticas son las normas que dictó a sus clérigos
para enseñarles a ser ejemplo de virtud y vida cristiana. A continuación,
algunas de ellas:

“Los clérigos casados a escondidas deben ser privados de sus beneficios


económicos y eclesiásticos; a sus concubinas se les deben negar todos los
privilegios de la iglesia durante su vida y también después de la muerte; por
lo tanto, no podrán de heredar los bienes de su marido, y todos esos legados
deben ser donados para el mantenimiento de la catedral”
“Se establece de manera obligatoria la observancia del celibato para ser
candidato a la ordenación sacerdotal. Los párrocos deben vivir en sus
parroquias, y deben caracterizarse por la hospitalidad y la caridad a los más
pobres en especial durante los cultivos anuales. Cualquier persona que no
ayudase a su parroquia con el diezmo, se le negaría la confesión hasta que lo
hiciera”

“Los vicarios deber ser sacerdotes y sólo pueden tener un dominio donde
vivir, no podrán tener otra parroquia en donde trabajar bajo un nombre falso.
Los diáconos no están autorizados para recibir confesiones o proporcionar
penitencias, o para bautizar sino en la ausencia de sacerdote”

“Los niños deberán ser confirmados dentro de un año de bautismo. El Credo


y la Oración del Señor deben ser aprendidos en la lengua materna. Las
prácticas de ocio, tal como los juegos de azar, en los bautismos y
matrimonios está estrictamente prohibidos”

“El clero debe usar su vestimenta adecuada, es decir el habito talar, y no


imitar lo que llevaban los laicos. Queda prohibido que religiosos y laicos
lleven el pelo largo o tengan enredos románticos. Los nombres de las
personas excomulgados se deben leer cuatro veces al año en las parroquias”

A San Ricardo le gustaba administrar por sí mismo los últimos sacramentos


y presidir las exequias de aquellos a los que habían sido atendidos por él. En
una hambruna acontecida entre los años 1247 – 1250 se mostró generoso y
caritativo, atendiendo personalmente a los damnificados.

Su última labor pastoral fue la predicación de una Cruzada, la cual realizó


con total dedicación; mientras la predicaba en Dover le aconteció una
enfermedad y ya no se levantó más. Murió en una Casa para sacerdotes
pobres llamada “Mansión de Dios", rodeado de sus más fieles discípulos y
colaboradores, con una gran alegría en el rostro por cumplir su misión.

Su cuerpo fue llevado por el pueblo de Chichester a la Catedral y su tumba


se convirtió muy pronto en lugar de peregrinación, sus milagros, realizados
a los más pobres, se extendieron. El Papa Urbano IV, lo canonizó el 22 de
enero de 1262, nueve años después de su muerte.

PROPOSITO DIARIO:

Señor Jesucristo, tu que nos dejaste Pastores que apacentarán tu rebaño,


concédenos orar siempre por la fidelidad de nuestros obispos, sacerdotes y
diáconos. Aumenta en tu Iglesia el número de santas vocaciones que
consagren en servicio de los hermanos. Amén

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS.


Bautismo de San Ricardo

San Ricardo labrando la tierra de su familia


IGLESIA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Droitwich, Reino Unido
Iglesia católica en la que se encuentra una serie de mosaicos sobre la vida de San
Ricardo. Esta Iglesia se encuentra en el Pueblo donde nació nuestro Santo, allí cada año
se celebra la fiesta en su honor.

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