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CAPITULO I

DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA (CAPITULO III CP.)

PREVARICATO (SECCIÓN II)

PREVARICATO

I. EVOLUCIÓN LEGISLATIVA DEL TIPO Y ALGUNAS CONSIDERACIONES

GENERALES

El tipo descrito en el artículo 418 del Código Penal peruano tiene como fuentes directas los

artículos 411 del Proyecto de Código Penal de 1991, 384 del Proyecto de 1986 y 354 del

Código Penal derogado de 1924. De la legislación extranjera debe tomarse en

consideración el artículo 269 del Código Penal argentino de 1921, los artículos 361 al 367

del Código Penal alemán y el artículo 207 del Código Penal uruguayo de 1889. Otro de los

antecedentes del injusto penal es el artículo 170 del viejo Código Penal peruano de 1863.

Código Penal peruano de 1863 Artículo 170.- "Comete prevaricato:

1. El juez que expide sentencia definitiva manifiestamente injusta,

2. El juez que se conoce en causa que patrocinó como abogado;

3. El juez que cita hechos o resoluciones falsas;

4. El juez que se niega a juzgar, bajo pretexto de oscuridad o insuficiencia de la ley;

5. El juez que se apoya en leyes supuestas o derogadas".

Artículo 171.- "Los que incurran en cualquiera de los primeros delitos comprendidos en el

artículo anterior, serán condenados a suspensión de tres a seis meses".


Artículo 172.- "Cometen también prevaricato, los abogados y procuradores que defienden o

representan a ambas partes simultáneamente; o que, después de patrocinar o representar a

una parte, defienden o representan a la contraria en la misma causa".

Artículo 173.- "Los reos expresados en el artículo anterior, sufrirán multa de cincuenta a

doscientos pesos".

Artículo 174.- "Los jueces, árbitros, asesores y peritos, quedan sujetos en sus respectivos

casos a las disposiciones de este título".

Código Penal peruano de 1924

Artículo 354.- "El juez que dictare resoluciones manifiestamente contrarias al texto expreso

y claro de la ley o que citara resoluciones o hechos falsos o que se apoyare en leyes

supuestas o derogadas, será reprimido con multa de la renta de treinta a noventa días e

inhabilitación absoluta perpetua".

Artículo 354.- "El juez que dictare resolución o el fiscal que emitiere dictamen

manifiestamente contrario al texto expreso y claro de la ley o citare resoluciones o hechos

falsos o que se apoyare en leyes supuestas o derogadas, será reprimido con multa de la

renta de treinta a noventa días e inhabilitación absoluta perpetua. La misma pena será

aplicada al funcionario o servidor público que incurriere en las mismas acciones en asuntos

administrativos".

Proyecto de Código Penal peruano de 1984

Artículo 389.- "El juez que dictare resoluciones o el fiscal que emitiere dictámenes

manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley o que citare resoluciones o

hechos falsos o que se apoyase en leyes supuestas o derogadas, será reprimido con multa de

la renta de treinta a ciento ochenta días e inhabilitación absoluta perpetua. La misma pena
será aplicada al funcionario o servidor público que incurriera en las mismas acciones en

asuntos administrativos".

Proyecto de Código Penal peruano de 1986

Artículo 384,- "El juez que dicta resoluciones o el fiscal que emite dictámenes

manifiestamente contrarios al texto expreso y claro de la ley o que cita resoluciones o

hechos falsos o que se apoya en leyes supuestas o derogadas, será reprimido con pena

privativa de libertad no mayor de cinco años, inhabilitación perpetua, conforme al artículo

56, incisos 1 y 3, y multa de la renta de ciento ochenta a trescientos sesenta días.

Al funcionario o servidor público o al árbitro que incurre en las mismas acciones en asuntos

administrativos o sometidos a su jurisdicción, se le aplicará la misma pena".

Proyecto de Código Penal peruano de 1991

Artículo 411,- "El juez o el fiscal que, a sabiendas, dicta resolución o emite dictamen,

contrarios al texto expreso y claro de la ley o cita pruebas inexistentes o hechos falsos, o se

apoya en leyes supuestas o derogadas, será reprimido con pena privativa de libertad no

menor de tres ni mayor de cinco años".

II. DE LA NATURALEZA JURÍDICA DEL INJUSTO PENAL Y SUS

CARACTERÍSTICAS

El prevaricato judicial prescrito en el artículo 418 del Código Penal es un injusto penal de

acción dolosa. No admite el tipo culpo so, figura esta última que sí contempla el artículo

447 del Código Penal español(94), el artículo 225 del Código Penal chileno(95) y el

artículo 369 del Código Penal portugués(96), entre otros.


Se trata de un delito solo posible a título de dolo, bastando la voluntad rectora del agente

con total independencia del móvil que lo impulsa. Obviamente que existe una excepción,

cuando el móvil de la acción prevaricadora del juez o fiscal obedece a razones pecuniarias,

promesa o cualquier otra ventaja, a sabiendas de que es hecha con el fin de influir en la

decisión de un asunto que esté sometido a su conocimiento, en este caso incurrirá en el

delito de cohecho, configurado en el artículo 395 del Código Penal, y no en el prevaricato

judicial.

Los elementos objetivos del tipo están descritos en el artículo 418 del Código Penal, pero la

redacción del tipo nos sugiere que estamos ante un delito de mera actividad, cuya

consumación del hecho ilícito ocurre en el mismo instante en que el agente dicta resolución

o emite dictamen contrario al texto expreso y claro de la ley, o cita pruebas inexistentes o

hechos falsos, o se apoya en leyes supuestas o derogadas, resultando irrelevante en la

configuración del tipo el que la acción dolosa del agente cause o no un daño efectivo. No es

decisivo en la acción prevaricadora que el agente ocasione perjuicio a alguna de las partes

en un proceso equivalente o favorezca a algunos de estos sujetos independientemente,

como sí lo exigen, por ejemplo el artículo 336 del Código Penal alemán, el artículo 302 del

Código Penal de Austria y el artículo 323 del Código Penal italiano. El injusto es un delito

propio ya que solo puede ser cometido por un juez o un fiscal excluyendo al funcionario

administrativo facultado para emitir resolución, dictamen, etc., como sí lo admiten otras

legislaciones, como el artículo 350 del Código Penal de Costa Rica, artículo 413 del

novísimo Código Penal colombiano, artículo 336 del Código Penal alemán, artículo 369 del

Código Penal de Portugal, artículo 225 del Código Penal mexicano, artículo 166 del Código

Penal de República Dominicana, artículo 305 del Código Penal de Paraguay, artículo 277

del Código Penal de Ecuador, entre otros. Obsérvese que en la evolución legislativa
nacional el tipo sufrió variaciones en cuanto a los supuestos y al sujeto activo; así, en el

artículo 170 del viejo Código Penal de 1863 solo el juez era considerado como sujeto

activo; el artículo 354 del Código derogado de 1924 primigeniamente también consideró al

juez, fue a partir de su modificación por el Decreto Legislativo N° 121 del 12 de junio de

1981 que el tipo se hizo extensivo a los fiscales y a los funcionarios o servidores públicos

que incumeren en las mismas acciones en asuntos administrativos, desde luego que

desconocemos cuáles fueron los criterios utilizados por el legislador para no considerar

como sujetos a estos últimos en el delito de prevaricato descrito en el artículo 418 del

Código Penal; de manera que podemos afirmar que la prevaricación cometida por el

representante del Ministerio Público supone una "novedad" legislativa de reciente data,

tanto en su inclusión en el título dedicado a los delitos contra la administración de justicia,

como por la posibilidad "real" de punición de estos supuestos cometidos por el fiscal. En

suma, los sujetos activos de este injusto penal son los jueces y los representantes del

Ministerio Publico; estos últimos ejercitan la representación de la sociedad y del Estado

investidos de la calidad de un mandatario público en todas las causas, pero en especial en

las de carácter penal, siendo además defensores de la legalidad, pues deben ejercer una

especie de superintendencia jurisdiccional, de manera que su acción dolosa tiene un mayor

contenido de injusto penal. El prevaricato judicial puede ser cometido por el juez en una

resolución dictada en el ejercicio de la función jurisdiccional, como por el fiscal al emitir

dictamen, ambos contrarios al texto expreso y claro de la ley, o citando ambos magistrados

pruebas inexistentes, hechos falsos o leyes supuestas o derogadas. La acción dolosa de los

agentes en cuanto se refiere a la coautoría o autoría conjunta, puede concurrir en los

supuestos de resoluciones conjuntas adoptadas por los órganos judiciales colegiados, en

este caso quedarán excluidos de responsabilidad los jueces que hubieran di sentido de la
resolución ilegal salvando su voto particular por escrito. Los agentes firmantes de la

sentencia o de la resolución ilegal, si no hubieren emitido voto en contra, son igualmente

responsables en comisión activa del delito de prevaricato judicial. El ejercicio correcto de la

función jurisdiccional significa que el juez o fiscal debe emitir resolución o dictamen con

arreglo a ley, citar pruebas existentes, hechos verdaderos y apoyarse en leyes vigentes, lo

que implica aplicar adecuadamente la ley positiva en cada supuesto fáctico.

ARTICULO 418: PREVARICATO

1. TIPO PENAL

"El juez o el fiscal que, a sabiendas, dicta resolución o emite dictamen, contrarios al texto

expreso y claro de la ley o cita pruebas inexistentes o hechos falsos, o se apoya en leyes

supuestas o derogadas, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni

mayor de cinco años".

2. TIPICIDAD OBJETIVA

El prevaricato es un injusto penal conocido también como prevaricato judicial, contenido

en la Sección II del Capítulo III (Delitos contra la Administración de Justicia), del Título

XVIII (Delitos contra la Administración Pública) del Código Penal peruano de 1991.

El tipo contiene un injusto penal de acciones dolosas cuyos verbos rectores expresados en

los vocablos dictar, emitir, citar y apoyarse, definen la conducta del agente configurada

como un ilícito penal en el artículo 418 del Código Penal. Estos vocablos utilizados por el
legislador en la configuración del tipo como conceptos generales, tienen una acepción

bastante amplia. Por ejemplo, el vocablo "dictar" implica o denota en sí mismo una

conducta activa y positiva consistente en la toma de una decisión expresada en una

resolución judicial, ello solo es facultad del juez. Recordemos que el legislador peruano

solo ha considerado sujeto activo en el tipo al juez o al fiscal, excluyendo a los funcionarios

administrativos facultados para emitir resolución, o a los árbitros que en otras legislaciones

son considerados sujetos activos del delito de prevaricato judicial. Por ejemplo, el artículo

413 del Código Penal de Colombia, artículo 350 del Código Penal de Costa Rica, artículo

336 del Código Penal alemán, entre otros.

El término resolución equivale a una declaración de voluntad inequívoca que se expresa en

un documento soporte que el juez firma o suscribe; formalmente, el injusto es de mera

actividad y no requiere de resultado lesivo alguno, de manera que la voluntad rectora del

agente se orienta a lesionar el bien jurídico tutelado, la recta administración de justicia.

El delito de prevaricación judicial no solo puede cometerse al dictarse resolución que

decida definitivamente sobre la causa o pleito (sentencia en causa civil, penal, contencioso-

administrativa, etc.) sino en toda clase de resoluciones; entendiéndose por tales también a

los autos y las providencias, pues en estas últimas se contienen, en ocasiones, verdaderas

decisiones judiciales y pueden ser consideradas como injustas o ilegales.

Usualmente se dictan resoluciones judiciales en forma de providencias cuando la propia ley

dispone que deba hacerse mediante auto, dado que contienen una decisión esencial para la

suerte de la causa además de ser motivado.

Emitir.- Este vocablo utilizado por el legislador peruano en la configuración del tipo denota

la acción dolosa en la que solo incurre el fiscal o el representante del Ministerio Público, ya

que a este le corresponde, de acuerdo a su ley orgánica, emitir dictámenes.


Citar.- Es invocar, valerse. El vocablo comprende uno de los supuestos contemplados en el

tipo. Consiste en citar pruebas inexistentes y hechos falsos para fundamentar la resolución

que se dicta o el dictamen que se emite. Por ejemplo, un hecho falso consiste en afirmar

como existente en autos algo que no existe, es el caso del juez prevaricador que agrava la

pena o sanción penal porque el reo ha sido condenado con anterioridad, cuando en verdad

fue absuelto o sobreseído en una causa previa.

La cita falsa por error o ignorancia no exime de responsabilidad al fiscal o juez, quien, se

supone, conoce, tiene ciencia y experiencia del derecho y los hechos. Gravísimo sería

justificar, sobre todo, la ignorancia de un juez o fiscal. Otra cosa es la cita doctrinaria o

jurisprudencial aunque fuera equivocada y que el juez o fiscal mencione en su fallo o

dictamen.

Nótese que el ejercicio correcto de una función jurisdiccional significa que el juez y el

fiscal deben aplicar, emitir, citar o apoyarse adecuadamente en la ley positiva, en cada

supuesto fáctico, con pruebas, hechos verdaderos y existentes, y no basarse en actitudes

ajenas a la rectitud, legalidad y honestidad, ni contribuir a desviar o entorpecer la

administración de justicia.

La redacción del tipo nos sugiere que estamos ante un delito de mera actividad, cuya

consumación del hecho ocurre en el mismo instante en que el agente dicta resolución o

emite dictamen contrario al texto expreso y claro de la ley, citando pruebas o hechos falsos

o que se apoyan en leyes supuestas o derogadas, resultando irrelevante en la configuración

del tipo que la acción dolosa del agente cause o no un daño efectivo.

Un principio fundamental de técnica legislativa indica que el legislador usa siempre un

verbo rector en cada tipo penal para denotar el comportamiento humano, acción u omisión

que estima como ilícito penal. Esta técnica empleada por casi todos los legisladores del
mundo se expresa en los códigos penales más modernos, como es el caso del novísimo

Código Penal colombiano del 2000(99) que emplea en el artículo 413 el verbo rector

proferir; dictar, en el caso del artículo 269 del Código Penal argentino; fallaren,

procedieran, dieren, el artículo 277 del Código Penal de Ecuador; el artículo 305 del

Código Penal de Paraguay, resolver; artículo 194 del Código Penal del Uruguay, resolver;

artículo 350 de Costa Rica, dictar; artículo 173 del Código Penal de Bolivia, dictarse;

artículo 446 del Código Penal español, dictar, entre otros que confirman nuestros

comentarios.

2.1. Comportamientos típicos

El tipo admite los siguientes supuestos:

A. El juez que, a sabiendas, dicta resolución contraria al texto expreso y claro de la ley

"La acción es la de dictar resoluciones con las características enunciadas en el tipo. Tiene

que tratarse de resoluciones de carácter jurisdiccional"(98).

El término resolución equivale a una declaración de voluntad inequívoca que se expresa en

un documento soporte que el juez firma y suscribe. Formalmente, el delito es de mera

actividad y no requiere resultado alguno.

El delito de prevaricación judicial no solo puede cometerse al dictarse resolución que incide

definitivamente sobre la causa o pleito (sentencia), sino al dictarse toda clase de

resoluciones, entendiéndose también por tales, los autos y las providencias, pues en estas

últimas se contienen, en ocasiones, verdaderas decisiones judiciales ilegales.

Es el caso, verbi gratia, en el que el juez dicta resolución judicial en forma de providencia,

siendo que la ley dispone que deba hacerse mediante autos, dado que contiene una decisión
esencial para la suerte de la causa que, además, debe ser motivada. Esta práctica usual de

resolver inadecuadamente una cuestión jurídica mediante providencia debe ser corregida,

sin perjuicio de los supuestos que constituyen el injusto penal.

La acción dolosa del agente puede traducirse, también, en una resolución carente de

motivaciones, ya que ello contraviene el texto expreso y claro de la ley que ordena que toda

resolución debe ser debidamente motivada; la acción del sujeto activo busca sustraer a las

partes al razonamiento del juez, supone al mismo tiempo que la decisión ha sido tomada sin

argumento alguno y prescindiendo del juicio de racionalidad y de proporcionalidad que

inevitablemente el juez debe realizar en la toma de decisiones que afectan los derechos de

los justiciables.

Por tanto, la resolución inmotivada es per se contraria al texto expreso y claro de la ley,

porque la Constitución y las leyes imponen la obligación a los jueces de dictar resoluciones

fundadas en Derecho. Dentro de este concepto queda comprendida toda especie de

resolución: sentencias que resuelven la causa en definitiva, autos que deciden incidencias,

decretos, providencias que proveen peticiones de parte o imparten órdenes sobre la

actividad jurisdiccional, siempre y cuando se trate de una verdadera resolución. La ley

habla de resoluciones en el sentido más amplio, comprende todos los pronunciamientos que

pueda dictar un juez. La resolución es contraria a la a ley cuando adopta una solución que

dispone algo contrario a lo que esta dispone de manera expresa y clara. El vocablo ley

comprende tanto a la ley en sentido formal, como decretos, reglamentos, etc.; si no hay una

ley que terminantemente mande o prohíba lo contrario de lo que el juez mande o prohíba,

no se configura el tipo.
B. El fiscal que, a sabiendas, emite dictamen contrario al texto expreso y claro de la ley

Este supuesto contemplado en el artículo 418 del Código Penal solo puede ser cometido por

el representante del Ministerio Público a quien, de acuerdo con el artículo 159, inciso 6 de

nuestra Constitución Política, le corresponde emitir dictamen previo a las resoluciones

judiciales en los casos que la ley contempla, dícese lo propio de su Ley Orgánica (artículos

83 y sgtes.).

Dictaminar es opinar; el fiscal debe opinar y solicitar sanción, pero no de cualquier manera,

sino con arreglo a ley; no puede dictaminar citando pruebas inexistentes o hechos falsos,

tampoco apoyarse en leyes supuestas o derogadas.

Uno de los modos o supuestos contemplados en el tipo consiste en citar pruebas

inexistentes y hechos falsos para fundar la resolución que se dicta o el dictamen que se

emite. La citación de pruebas inexistentes o hechos falsos solo adquirirá relevancia cuando

sirva para fundamentar la resolución cuestionada o el dictamen emitido.

El hecho falso consiste en afirmar como existente en autos algo que no existe. La cita falsa

pronunciada por error o ignorancia y que no incide en absoluto en la resolución del juez es

atípica; dícese lo propio de las citas doctrinarias o jurisprudencias, aunque fueren

equivocadas, que el juez o el fiscal mencionare en sus fallos o dictámenes.

Constituiría una cita de resolución falsa, por ejemplo, si el juez agrava la pena porque el

procesado ha sido condenado con anterioridad, cuando en verdad fue absuelto o sobreseído

en una causa previa. La esencia de este injusto penal descrito en el artículo 418 del Código

Penal es la aplicación torcida del derecho, y la aplicación del derecho solo se limita a las

resoluciones y dictámenes en su acepción más amplia, ya que en ellos se citan pruebas y

hechos y se apoyan en leyes vigentes. Hizo bien el legislador peruano en configurar el tipo

no sobre la base del acto procesal en el que se materializa el delito, sino describiendo el
contenido de la acción, de manera que la acción típica hace referencia a la aplicación del

derecho contrario al texto expreso y claro de la ley, o al momento de emitir dictamen en las

condiciones antes descritas.

El legislador tampoco ha hecho diferencia en si la acción prevaricadora se comete en causa

penal, civil, contencioso-administrativa, etc., lo concreto es que en cualquiera de estos

procesos es posible que el agente (juez o fiscal) incurra en el ilícito penal descrito en el

artículo 418 del Código Penal.

2.2. Bien jurídico protegido

El bien jurídico tutelado es la legalidad en el ejercicio de la actividad de la administración

de justicia, la confianza en el ejercicio de la potestad judicial rectorados por los principios

del Estado de Derecho.

Para Nocetti Fasolino: “... se tutela la rectitud, la legalidad y la honestidad en el

cumplimiento de los actos en que consiste la actividad de administrar justicia, sean estas

cumplidas por los órganos específicamente habilitados para pronunciarlas, sea por los

auxiliares de ella que contribuyen a la formación de los actos procesales en que la actividad

decisoria se apoya".

Nótese que los supuestos descritos en el artículo 418 del Código Penal (prevaricato

judicial) son reprimidos como acciones dolosas que atentan contra la correcta aplicación de

la ley en la administración de justicia, en un supuesto fáctico determinado; de allí que

Abellanet Guillot sostenga que: " ... el bien jurídico protegido en estas infracciones es la

jurisdicción, entendida como la actividad que desempeñan los distintos órganos


jurisdiccionales de forma exclusiva con plena independencia y sometimiento a la ley,

función que les viene otorgada por el pueblo a los integrantes del Poder Judicial. Desde este

punto de vista constitucional, debe desecharse que el bien jurídico que se protege sea la

jurisdicción como el conjunto de órganos que ejercen aquella potestad, es decir, la

jurisdicción considerada hacia adentro (jurisdicción en sentido orgánico), pues el sentido

del texto constitucional en un Estado de derecho implica necesariamente que la justicia

debe ser considerada como un servicio público que presta el Estado al conjunto de

ciudadanos, jurisdicción en su aspecto extremo". Obsérvese que se encontrarán tantas

definiciones como autores se refieran al bien jurídico tutelado, la administración de justicia

que debe entenderse por tal.

2.3. Sujeto activo

Por ser el injusto un delito especial, solo puede ser sujeto activo el juez o el fiscal,

excluyendo a cualquier otro funcionario público facultado para emitir resolución, dictamen

u otro concepto manifiestamente contrario a la ley, como suele suceder con la función

administrativa.

Nuestra legislación, a diferencia de otras, como la colombiana, no hace extensivo el tipo a

otros funcionarios públicos, es taxativo y excluyente.

Ahora bien, otras legislaciones, como el artículo 269 del Código Penal, solo consideran

como sujeto activo al juez, dícese lo propio del artículo 173 del Código Penal boliviano.

Desde luego que no todos los códigos consideran como sujeto activo del injusto penal solo

a los jueces, algunos, como el novísimo Código Penal venezolano del 2000, consideran
solo a fiscales o representantes del Ministerio Público; hay otras más extensivas, como el

artículo 277 del Código Penal ecuatoriano, artículo 336 del Código Penal alemán, artículo

369 del Código Penal de Portugal, artículo 166 del Código Penal de República Dominicana,

artículo 305 del Código Penal de Paraguay; otras, sencillamente, consideraban este delito

como propio o exclusivo de abogados o procuradores, como es el caso del artículo 194 del

Código Penal de Uruguay, excluyendo al juez y al fiscal.

Esta vieja figura penal es muy discutible, básicamente, en cuanto al objeto de la protección

y a los sujetos activos comprendidos en el tipo.

2.4. Sujeto pasivo

El sujeto pasivo en este injusto penal es el Estado como titular del bien jurídico tutelado,

pero también, accesoriamente, debe ser comprendido el particular afectado con el acto

prevaricador del juez o fiscal.

3. TIPICIDAD SUBJETIVA

Junto con el elemento objetivo del tipo, debe concurrir para la configuración del injusto el

elemento de carácter subjetivo utilizado y expresado por el legislador en la frase: "a

sabiendas", que, al decir de Enrique Berenguer Orts en una frase: "La locución a sabiendas

es indicativa de que la conducta típica ha de ser realizada con dolo; es más, parece que con

dolo directo"; es decir, el agente, a pesar de que le consta la ilegalidad de la resolución o el

dictamen, es en ese conocimiento que la dicta o emite de forma voluntaria y consciente. Es

el caso del denominado dolo directo.


4. TENTATIVA Y CONSUMACION

El delito de prevaricato se consuma, por tratarse de un delito instantáneo, al momento de

dictarse la resolución o emitirse el dictamen. No es necesario que se cause un daño, o que

este sea pasible de recurso en instancia superior, pues nada tiene que ver para la

configuración del delito. La tentativa resulta difícil de admitir.

5. PENALIDAD

La pena a aplicarse es la privativa de libertad no menor de tres ni mayor de cinco años. El

mayor contenido de injusto de la norma penal no se condice con la benignidad de la pena

establecida por el legislador, consideramos que la misma debe incrementarse dado que los

actos impropios de los jueces y fiscales socavan con mayor intensidad la correcta

aplicación de la ley; consideramos justificada una mayor severidad de la pena dada la

situación preponderante, privilegiada y especialísima del juez o fiscal, cuyas decisiones no

adecuadas a derecho hacen perder la confianza en la administración de justicia y en un

Estado de derecho; un factor fundamental para la convivencia pacífica es el factor

confianza en el ejercicio correcto de la función pública.

Por ejemplo, la legislación colombiana reprime este delito con pena privativa de libertad no

menor de tres (3) y no mayor de ocho (8) años, multa de 50 a 200 salarios mínimos legales

mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de 5

a 8 años.

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