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El objeto de estudio en este análisis corresponde al primer capítulo de

“Los movimientos sociales” de Donatella della Porta y Mario Diani. Este viene
como un intento de desentrañar con más detenimiento el contenido impartido por
estos autores, y con la intención de ofrecer una mayor claridad para la
comprensión de los movimientos sociales.

La autora abre este capítulo resaltando las transformaciones por las


cuales estaba atravesando el mundo en ese momento, y lo que esto significo
para el estudio de los movimientos sociales. Se dio el cambio de una gran falta
de contenido teórico referente a los movimientos sociales, ha todo un ascenso
en su relevancia en el estudio de los cambios sociales, hasta el punto de
contarse como un elemento de las democracias occidentales e incluso hablar de
una “sociedad de movimientos”. También toma como ejemplo de apertura en
este capítulo, a los movimientos sociales en búsqueda de reivindicación ante la
globalización, aquella justicia global en contraposición de la globalización
neoliberal imperante. Con esto se resalta la gran complejidad en la cual se
compone un movimiento social, o en este caso particular al ser un fenómeno
global un “movimiento de movimientos”, pues no se puede hablar de estos
movimientos como homogéneos y direccionados como una uniformidad de
actores, sino más como una unidad heterogénea que no necesariamente se
encuentra interconectada entre sí, al estar cada actor orientado a un tema
distinto, tanto en carácter individual de desacuerdo o hasta un evento colectivo
de masas.

Esta obra, centrada en dar luz a lo que en si es un movimiento social, hace


mucho énfasis en los elementos distintivos del mismo, por ello comienza con
aquel ejemplo de los movimientos en frente de la globalización, pues son
expresión de características propias de estos movimientos, que no solo son una
agrupación de personas, sino todo un complejo de elementos constituyentes de
este fenómeno que viene siendo un movimiento social. Donatella nos habla de
cuatro grupos de interrogantes claves para poder analizar un movimiento social.
El primer grupo de preguntas se funda en la interrogante de la relación entre
movimientos sociales y los conflictos, si los primeros son una respuesta al
segundo y como se han transformado; el segundo grupo se refiere a la relación
del movimiento social con la representación cultural, en cómo se forma esa
identidad con el movimiento y la conexión de los actos particulares con el
conflicto general; el tercer grupo de interrogantes se centran en los valores e
intereses que dan lugar al movimiento social, como se lleva adelante el
movimiento con estas identidades; y una cuarta pregunta consiste en el contexto,
es decir como este afecta al movimiento en sí, sea cultural, social o político, e
incluso como se ve afectado el movimiento con el paso del tiempo.

Las teorías alrededor de los movimientos sociales han pasado por


muchas transformaciones al igual que los propios movimientos, y han dirigido en
gran medida sus esfuerzos alrededor de las ya mencionadas preguntas clave.
En el texto se menciona como tras el surgimiento de los nuevos movimientos
sociales (movimiento feminista, ecológico, etc…) las teorías marxistas se vieron
inadecuadas para dar respuesta a las nuevas corrientes de los movimientos
sociales, por una parte por los nuevos criterios d estratificación social pues, las
relaciones de genero solo estaban parcialmente conectados con los conflictos
de clase de la época industrial, y por otra parte tenemos el cuestionamiento del
determinismo de la tradición marxista. Otras corrientes como la estructural-
funcionalista también se vio insuficiente para dar explicación a la realidad de los
movimientos sociales, al estar este centrado solamente en las reacciones
individuales de los actores ante situaciones de crisis, y ver esto solo como
respuestas psicológicas ante la privación de unos sujetos frente a otros.

Estas discusiones expuestas en el texto constituyen una evolución de la


concepción de los movimientos sociales, una en donde ya no puede
considerárseles más como movimientos enteramente homogéneos. El aumento
de la complejidad de los movimientos sociales es producto de los nuevos
objetivos que estos se han establecido en comparación con su concepción
anterior de la época industrial. Los nuevos movimientos se desmarcan de los
tradicionales al buscar nuevos logros en cuanto a libertades ciudadanas, debido
a que ya paso aquella etapa anterior de la lucha por la seguridad y las garantías
del estado para la sociedad. Ahora la meta encuentra su resolución en mayor
independencia de su destino como sociedad, y la expansión de oportunidades
en contraposición de los controles estatales anteriormente conseguidos.

El creciente bagaje teórico alrededor de este tema formulado con el paso


del tiempo, permitió de igual manera la superación de las corrientes estructural
funcionalistas. Estas siendo insuficientes al limitar a los movimientos sociales
como meras reacciones individuales producto de respuestas psicológicas a
rechazos y resistencias a ciertas condiciones. Fueron desplazadas por
postulados como el interaccionismo simbólico, donde se argumentaba que
aquellos movimientos no eran producto solo de un reflejo de crisis, sino que,
constituyen parte del proceso de cambio en una sociedad al producir normas y
solidaridades a través de ellos. Los movimientos sociales pasaron de ser solo
reacciones psicológicas de los individuos ante perturbaciones o crisis en la
sociedad, a ser parte de comportamientos conectados con los procesos de
cambios en la sociedad.

Una referencia útil para ver tal elemento puede ser encontrado dentro del
texto “Como cambian los regímenes políticos” de Leonardo Morlino, donde se
abordan a los sistemas políticos, y dentro de su formulación teórica de como los
sistemas políticos pueden estar sujetos a cambio podemos apreciar la incidencia
de los valores y creencias predominantes dentro de dicho sistema, no solo en
cuanto al régimen que impera en él, sino a nivel de la comunidad política
fuertemente ligada al sistema social donde hace vida tal entorno. Se puede
mencionar de manera análoga los elementos de modernización en los procesos
de cambio, y compararlos con la forma en cómo han evolucionado los
movimientos sociales en conjunto con sus objetivos al ir avanzando en la
concreción de metas al paso del tiempo.

El fenómeno de los movimientos sociales, de acuerdo con la exposición


contemporánea de los comportamientos colectivos referidos en el texto, gira en
torno a los significados atribuidos por parte de los actores a la realidad social. La
atribución de significados por parte del colectivo conduce a la transformación de
estos frente a la estructura social estática en conjunto de sus propios códigos de
significado, tal escenario lleva a inevitable insuficiencia en cierto punto de los
significados pre-establecidos en la sociedad frente a los constantemente
cambiantes significados formados por el colectivo en si como actor. Esta
circunstancia lleva a la formulación de acciones en rechazo a tal carencia de
concordancia entre los significados del colectivo contrapuestos con los
establecidos en el sistema, ello como una respuesta para llevar a la concreción
de un proceso de cambio dentro del propio sistema. Esta realidad de los
movimientos, sin embargo, no solo se estructuran bajo esquemas racionales de
organización con el fin de traer el cambio de los códigos de significación en la
sociedad, sino que vienen conformados con una equivalente dosis de elementos
emocionales e impulsos fuera de los fríos esquemas de racionalidad. Entonces
tratamos de una dualidad entre la racionalidad justificadora de los movimientos
frente a la emocionalidad humana de los propios actores componentes dentro de
ellos.

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