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“Entonces dijo Dios:

-Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, según nuestra semejanza, para que dominen
sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la
tierra.

Y creo Dios a los seres humanos a su imagen; a imagen de Dios los creo; varón y mujer los creo.
Y los bendijo Dios diciéndoles:

-Crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las
aves del cielo y todos los animales que se mueven por la tierra. Gn 1; 26-29”

“Vio entonces Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno. Gn 1; 31.”

“Y dio al hombre este mandato: -Puedes comer de todos los arboles del huerto; pero no comas
del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque si comes de él morirás
irremediablemente.

Después el Señor Dios pensó: “No es bueno que el hombre este solo; voy a proporcionarle una
ayuda adecuada” Entonces el Señor Dios formo de la tierra toda clase de animales del campo y
aves del cielo, y se los presento al hombre para ver como los iba a llamar, porque todos los
seres vivos llevarían el nombre que el les diera. Y el hombre fue poniendo nombre a todos los
ganados, a todas las aves del cielo y a todas las bestias salvajes, pero no encontró una ayuda
adecuada para sí.

Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía le saco
una costilla y lleno el hueco con carne. Después de la costilla que había sacado al hombre, el
Señor Dios formo una mujer y se la presento al hombre. Entonces este exclamo:

Ahora sí; esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne; por eso se llamará “mujer” porque
ha sido sacada del varón.

Por esta razón deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos se hacen
uno solo.

Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza el uno del otro. Gn
2; 16-25”

“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que había hecho el Señor
Dios. Fue y dijo a la mujer: - ¿Así que Dios les dijo que no comieran de ninguno de los arboles
del huerto? Gn 3; 1”

“La mujer respondió a la serpiente:

-Podemos comer el fruto de los arboles del huerto; solo nos prohibió Dios, bajo amenaza de
muerte, comer o tocar el fruto del árbol que esta en medio del huerto. Gn 3; 2”

“La serpiente contesto a la mujer: - ¡De ningún modo morirán! Lo que pasa es que Dios sabe
que en el momento en que coman se les abrirán los ojos y serán como Dios, conocedores del
bien y del mal. Gn 3; 4-5”
“Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno para comer, hermoso a la vista y
deseable para adquirir sabiduría. Así que tomó de su fruto y comió; se lo dio también a su
marido, que estaba junto a ella, y él también comió. Entonces se les abrieron os ojos, se dieron
cuenta de que estaban desnudos, entrelazaron hojas de higuera y se taparon con ellas. Gn 3;
7”

“Pero el Señor Dios llamo al hombre diciendo: - ¿Dónde estás? El hombre respondió:

-Oí tus pasos en el huerto, tuve miedo y me escondí porque estaba desnudo.

El Señor Dios le pregunto: - ¿Quién te hizo saber que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del
árbol del que te prohibí comer?

Respondió el hombre: -La mujer que me diste como compañera me ofreció el fruto del árbol, y
comí. Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: - ¿Qué es lo que has hecho? Y ella respondió: -La
serpiente me engaño y comí. Gn 3; 9-13”

“Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: ella te herirá en la


cabeza, pero tu solo herirás su talón. Gn 3; 16”

“A la mujer le dijo:

Multiplicare los dolores de tu embarazo, darás a luz a tus hijos con dolor; desearas a tu marido,
y el te dominará. Gn 3; 17”

“Al hombre le dijo:

Por haber hecho caso a tu mujer y haber comido del árbol prohibido, maldita sea la tierra por
tu culpa. Con fatiga comerás sus frutos todos los días de tu vida. Ella te dará espinos y cardos, y
comerás la hierba de los campos.

Con el sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, de la que fuiste
formado, porque eres polvo y al polvo volverás.

El hombre puso a su mujer el nombre de Eva- es decir, Vitalidad-, porque ella sería madre de
todos los vivientes. El Señor Dios hizo para Adán y su mujer unas túnicas de piel, y los vistió. Gn
3 17-21”

“Después el Señor Dios pensó: “Ahora que el hombre es como uno de nosotros, conocedor del
bien y del mal, solo le falta echar mano al árbol de la vida, comer su fruto y vivir para siempre”.
Así que el Señor Dios lo expulsó del huerto de Edén, para que trabajara la tierra de la que
había sido sacado. Gn 3; 22-23”

“Una vez que llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán construyó el altar; preparó
la leña y después ato a su hijo Isaac poniéndolo sobre el altar encima de la leña. Después
Abraham tomo el cuchillo para degollar a su hijo, pero el ángel del Señor le grito desde el cielo:

- ¡Abrahán! ¡Abrahán! El respondió: Aquí estoy. Y el ángel le dijo: No pongas tu mano sobre el
muchacho ni le hagas ningún daño. Ya veo que obedeces a Dios y que no me niegas a tu hijo
único. Gn 22; 9-12”

“Dios le dijo: - No te acerques; quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es sagrado. Y
añadió: - Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Moisés se
cubrió el rostro, porque temía mirar a Dios. Ex 3; 5-6”
“Dios contesto a Moisés: - Yo soy el que soy. Explícaselo así a los Israelitas: “Yo soy” me envía a
ustedes. Ex 3; 14”

“Y mientras iban de camino, cuando Moisés se disponía a pasar la noche, el Señor lo atacó,
poniéndolo en peligro de muerte. Entonces Séfora, tomando un cuchillo de piedra afilado,
cortó el prepucio de su hijo y lo colocó en las partes íntimas de Moisés diciendo: - Eres mi
esposo de sangre. Entonces el Señor lo dejo. Ella le había llamado esposo de sangre debido a la
circuncisión. Ex 4; 25-26”

“El Señor le dijo a Moisés: - ¿Por qué me piden ayuda? Ordena a los Israelitas que emprendan
la marcha. Tu levanta el bastón, extiende tu mano sobre el mar y divídelo para que los
israelitas pasen por medio del mar como si fuera tierra seca. Ex 14; 15-16”

“Moisés extendió su mano sobre el mar y el Señor, por medio de un fuerte viento del este que
soplo toda la noche, hizo retroceder el mar y lo dividió en dos dejándolo seco. Los israelitas
entraron en medio del mar como en tierra seca, mientras las aguas formaban una especie de
muralla a ambos lados. Ex 14; 21-23”

“Entonces el Señor dijo a Moisés: - Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas se
precipiten sobre los egipcios, sobre sus carros de guerra y su caballería. Moisés extendió su
mano sobre el mar, y al amanecer recupero el mar su estado normal. Los egipcios se
encontraron con las aguas en su huida, y de este modo los arrojo en medio del mar. Las aguas
al juntarse, cubrieron carros y jinetes y a todo el ejército del faraón, que había entrado en el
mar persiguiendo a los israelitas. No escapo ni uno solo. Sin embargo, los israelitas caminaron
en medio del mar como por tierra seca, mientras las aguas formaban una muralla a ambos
lados. Así salvo el Señor aquel día a Israel del poder de los egipcios, e Israel pudo ver a los
egipcios muertos en la orilla del mar. Los israelitas vieron como el Señor había golpeado
prodigiosamente a los egipcios, temió el pueblo al Señor, y puso su confianza en él y en
Moisés, su siervo. Ex 14; 26-31”

“Maria la profetiza, hermana de Aarón, tomo en sus manos una pandereta y todas las mujeres
la acompañaban con panderetas bailando. Ex 15; 20”

“Cuando Moisés tenia el brazo levantado vencía Israel, y cuando lo bajaba vencía Amalec. Ex
17; 11”

“Entonces Dios pronuncio estas palabras: -Yo soy el Señor, tu Dios que te saco de Egipto, de
aquel lugar de esclavitud. No tendrás otro Dios fuera de mí. No te harás escultura, ni imagen
alguna de lo que hay arriba en el cielo, o aquí abajo en la tierra, o en el agua debajo de la
tierra. No te postraras ante ellas, ni les darás culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios
celoso, que castigo la maldad de los que me odian en sus hijos hasta la tercera y cuarta
generación, pero soy misericordioso por mil generaciones con los que me aman y observan mis
mandamientos.

No tomaras en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque el Señor no deja sin castigo al que
toma su nombre en vano.

Acuérdate del sábado para santificarlo.

Durante seis días trabajaras y harás todos tus trabajos. Pero el séptimo, es día de descanso en
honor del Señor tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tus hijos, ni tus siervos, ni tu
ganado, ni el extranjero que habita contigo. Porque en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos, y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Señor el día del
sábado y lo declaro santo.

Honra a tu padre y a tu madre para que vivas muchos años en la tierra que el Señor tu Dios te
va a dar.

No mataras.

No cometerás adulterio.

No robaras.

No darás falso testimonio contra tu prójimo.

No desearás la casa de tu prójimo, ni su mujer, ni su siervo, ni su sierva, ni su toro, ni su burro,


ni nada de cuanto le pertenezca. Ex 20; 1-17”

“El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo. Luego Moisés
regresaba al campamento; pero Josué su ayudante, hijo de Nun, no se movía de la tienda. Ex
33; 11”

“El que de cualquiera de estas maneras se haya hecho culpable, confesara su culpa Lv 5; 5”

“Esta será para ustedes una ley perpetua. El día diez del séptimo mes ayunarán y no harán
trabajo alguno, ni el nativo ni el extranjero que reside entre ustedes. Porque ese día se hará el
rito de expiación sobre ustedes para purificarlos y serán purificados de todos sus pecados en
presencia del Señor. Será para ustedes un sábado de descanso absoluto y de ayuno. Lv 16; 29-
31”

“No te acostarás con la mujer de tu prójimo; te harías impuro con ella Lv 19; 20”

“No se harán heridas en la carne por un muerto, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor. Lv 19;
28”

“El Señor dijo a Moisés:

“Di a los israelitas: si alguien, hombre o mujer pea contra su prójimo, ofendiendo al Señor, se
hace culpable. Confesará su pecado y restituirá por entero el daño causado, añadiendo una
quinta parte. Restituirá a quien perjudicó. Nm 5; 7”

“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te conceda su favor;
el Señor te muestre su rostro y te de la paz. Nm 6; 24-26”

“Yo solo no puedo soportar a este pueblo; es demasiada carga para mí. Nm 11; 14”

“Salió Moisés y comunico al pueblo las palabras del Señor. Convoco a los setenta ancianos del
pueblo y los reunió en torno a la tienda. El Señor bajo en la nube y hablo a Moisés; tomo parte
del espíritu que había en el y se lo paso a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se
poso sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se
habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban
entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se
pusieron a profetizar en el campamento. Un muchacho corrió a decirle a Moisés:

-Eldad y Medad están profetizando en el campamento.

Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo:


- ¡Señor mío Moisés, prohíbeles que lo hagan! Moisés replicó:

- ¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su
espíritu!

Moisés regreso al campamento y con él los ancianos de Israel.

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