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A comienzos de mayo del año 2012 el senado argentino aprobó por unanimidad la iniciativa de

muerte digna, esto reconoce el derecho de pacientes con estado de salud irreversible a rechazar
determinadas terapias o procedimientos médicos para mantenerlos con vida. Pese a ello cuando
surge un caso o una noticia vinculada al tema el debate se despierta.

Si bien consisten en la voluntad del paciente o bien su familia si el enfermo está imposibilitado, la
condición en la que se encuentran estos pacientes podría dificultar una decisión informada,
racional respecto a si desean o no terminar con su vida, términos como “ muerte por compasión”
“ayuda a morir” llevar una “vida sin sentido” son términos emocionales, no racionales, utilizados
para hacer aceptables la eutanasia y el suicidio asistido, parece como si actualmente, aunque con
distinto matiz, hubiese vuelto la condena a muerte.

Quitar el sustento básico, en el fondo es inducir la muerte. Si es así, en el fondo hay una eutanasia,
lo cual esto significa que se provoca deliberadamente la muerte del paciente.

Existen también alertas sobre posibles complicaciones en los procesos de muerte asistida que
podrían frustrar los objetivos o prolongar el sufrimiento del paciente y se cuestiona sobre los
medicamentos que se utilizan en el proceso.

Por otra parte la voluntad del paciente o de su familia podría obligar al médico a aplicar
tratamientos no indicados (como una sedación no adecuada) o a retirar la alimentación e
hidratación cuando se estén facilitando sólo cuidados básicos.

La "muerte digna" y la eutanasia son términos que suelen usarse como sinónimos pero
tienen diferentes significados. Básicamente, la "muerte digna" u ortotanasia (lo que se decidió
para el caso de Marcelo Diez) es retirar el soporte que mantiene con vida a un enfermo terminal
con su consentimiento o el de su familia mientras que la eutanasia es hacer que la persona muera
por omisión o acción con o sin su consentimiento.

* Establecen un inexistente derecho a la sedación sin considerar la cantidad de dosis aplicada y


situaciones clínicas en las que realmente se debería aplicar este tratamiento.

* No diferencian la retirada de soportes desproporcionados con los proporcionados como la


hidratación y nutrición.

* Establecen sanciones a los profesionales y centros clínicos por realizar cuidados relacionados
con su ética profesional ya que consideran que están actuando en contra de estos supuestos
derechos.

* Consideran que la hidratación y la nutrición son medidas extraordinarias cuando en realidad son
cuidados básicos para cualquier paciente.

* Establecen sanciones a los profesionales y a centros sanitarios por ejemplo por realizar cuidados
básicos que son si bien conformes a la ética profesional, se cree que se actúa en contra de estos
supuestos nuevos derechos.

* Se propicia simultáneamente que el personal sanitario pueda tener finalmente el poder último de
decidir cómo y cuándo pueden inducirse sedaciones o retiradas de soportes vitales que conduzcan
al proceso de morir, no se garantiza por lo tanto la confianza en el profesional.
* No hay inversiones presupuestarias ni universalización en la prestación de los cuidados paliativos
ni tampoco acreditación en la formación avanzada, para los potenciales usuarios. Que se plantea
como prioridad para el enfermo terminal en esta ley que recordemos incluyen tratar problemas
emocionales sociales prácticos y espirituales.

Con estos elementos y en nombre de MUERTE DIGNA, se dan cabida a actuaciones de eutanasia
encubierta.

Sin conocer cuál y cómo funciona el método autorizado por el estado para el proceso de muerte
asistida, se aprobó una medida a ciegas sin argumentos que apoyen su fin y basadas únicamente
en aspiraciones y eufemismos como muerte placentera o digna.

Compadecer es “padecer con” el que sufre también, no se da una solución a una vida de mala
calidad eliminándola.

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