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En el Evangelio de hoy, se presenta el Señor en defensa de sus discípulos que están

arrancados espigas en sábado. Hace saber a los fariseos que cualquier norma religiosa cede
al bien del hombre: el sábado, los panes sagrados, Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, están
para el bien del hombre. Ojalá entendamos esto. Entonces haremos lo posible para servir a
Dios en el servicio total al hombre.
Evangelio de san Lucas 6,1-5
El mensaje que Lucas quiere transmitir en este episodio es fácilmente discernible: incluso una
institución como el descanso sabático que, en Génesis 2,2-3 ("El séptimo día, Dios concluyó la
obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo
día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado"), se considera como
de origen divino, tiene que ceder ante otras consideraciones. La primera consideración queda
expuesta en Lucas 6,1 ("Sucedió que cruzaba en sábado por unos sembrados; sus discípulos
arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos"): los discípulos hambrientos,
que se ponen a arrancar espigas de un campo ajeno, pueden hacerlo aun en sábado. Esa
acción, que a primera vista puede parecer puramente mecánica, se justifica con un episodio
veterotestamentario, cuyos protagonistas fueron David y sus acompañantes, un día que se
encontraban hambrientos. Ajimélec, sacerdote del santuario de Dios, supo hacer una
excepción en la normativa sobre el «pan consagrado» para satisfacer el hambre y las
necesidades más perentorias de David y de sus acompañantes. Jesús hace referencia a ese
caso de la Escritura y se lo mete por los oídos a unos criticones como los fariseos, aunque, en
realidad, no tiene nada que ver con el sábado. La unión de este episodio de las andanzas de
David (1 Samuel 21,2-7: "David llegó a Nob, donde estaba el sacerdote Ajimélec. Este salió a
su encuentro muy asustado y le dijo: « ¿Por qué estás tú solo, sin nadie que te acompañe?».
David respondió al sacerdote Ajimélec: «El rey me dio un encargo y me dijo: «Que nadie sepa
nada de la misión que te encomiendo ni de la orden que te di». En cuanto a los demás
muchachos, les he dado cita en tal lugar. Si tienes a mano cinco panes, o lo que sea, dámelos
ahora mismo». El sacerdote respondió a David: «No tengo a mano pan común; sólo hay pan
consagrado, con tal que los muchachos se hayan abstenido de tener relaciones con mujeres».
« ¡Seguro que sí!, respondió David al sacerdote; las mujeres nos han estado vedadas, como
siempre que yo salgo de campaña. Si los muchachos mantienen puros sus cuerpos aún en
una expedición profana, ¡con mayor razón tendrán hoy sus cuerpos en estado de pureza!».
Entonces el sacerdote le dio pan consagrado, porque allí no había otro pan que el de la
ofrenda, el que se retira de la presencia del Señor cuando se lo reemplaza por pan fresco")
con la solemne «declaración» en Lucas 6,5: «El Hijo de hombre es señor del sábado», no sólo
se anticipa a una posible réplica por parte de los fariseos, que le podrían responder que él no
es David, sino que, además, ofrece una buena base para la defensa que hace Jesús de sus
discípulos. Implícitamente, hay una profunda afirmación cristológica: Jesús es más importante
que David, porque él es señor del sábado. En este pasaje se une a las prerrogativas de Jesús
ya mencionadas anteriormente, como su δύναμις («poder», Lucas 4,14: "Jesús volvió a
Galilea con el poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región"; 4,36: "El temor se
apoderó de todos, y se decían unos a otros: « ¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y
poder a los espíritus impuros, y ellos salen!»"; 5,17: "Un día, mientras Jesús enseñaba, había
entre los presente algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de
Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar") y su ἐξουσία
(«autoridad», Lucas 4,32: "Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba
con autoridad"; 4,36: "El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: « ¿Qué tiene su
palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!»"; 5,24: "Para
que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los
pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa»"), un
nuevo atributo: su «señorío»; es más, Jesús es Κύριός («señor») precisamente en cuanto Υἱὸς
τοῦ ἀνθρώπου («Hijo de hombre») UN SÁBADO (Lucas emplea el singular ἐν σαββάτῳ [Lucas
utiliza el plural τοῖς σάββασιν, tanto para referirse a un sábado concreto (Lucas 13,10: "Jesús
estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo") como a diversos sábados
sucesivos (Hechos 17,2: "Y Pablo, según su costumbre, fue a ellos y por tres días de reposo
discutió con ellos basándose en las Escrituras"). El uso plural con referencia a un solo sábado
se ha atribuido a veces a influjo del arameo; pero, de hecho, la forma plural griega con artículo
definido τά σάββατα tiene suficientes ejemplos en el griego helenístico como para considerarla
únicamente como «aramaísmo»], en vez del plural utilizado por Marcos τοῖς σάββασιν. La
lectura ἐν σαββάτῳ se encuentra en la mayoría de los códices y manuscritos importantes. Sin
embargo, otros muchos manuscritos traen una variante muy extraña ἐν σαββάτῳ
δευτεροπρώτῳ, que resulta prácticamente intraducible (literalmente «en el sábado segundo
primero»). Esa forma adjetival no aparece en ninguno de los escritos griegos de ninguna
época. Lingüistas como J H Moulton y G Milligan la califican como «vocablo inexistente».
Durante siglos ha constituido una de las mayores dificultades de interpretación. Hay quien ha
defendido su carácter original invocando el principio de la lectio difficilior, y más recientemente
se ha llegado a pensar que refleja una expresión semítica, derivada de un antiguo calendario
sacerdotal usado por los judíos de Palestina y conservado por los esenios de Qumrán. Según
esta interpretación, se referiría al sábado en el que se hacía la agitación ritual de las primeras
gavillas, es decir, el sábado que servía de referencia para calcular la fiesta de Pentecostés.
Según las indicaciones de Levítico 23,15 ("Contaréis desde el día que sigue al día de reposo,
desde el día en que trajisteis la gavilla de la ofrenda mecida; contaréis siete semanas
completas"), la fiesta debía caer cincuenta días «a contar desde el día siguiente al sábado -
día en que lleváis la gavilla para la agitación ritual - hasta el día siguiente al séptimo sábado»,
la expresión «desde el día siguiente al sábado» (‫הש ָּ֔ ָּבת ִממָּ חֳ ַ֣רת‬, minmahorat hassabbat) es una
frase muy oscura, que ha provocado innumerables disputas de datación ya desde la misma
Antigüedad. Los que aceptan el antiguo calendario sacerdotal explican «el segundo primer
sábado» como el primer sábado después de la fiesta de los Ácimos, pero segundo después de
la fiesta de Pascua propiamente dicha. La mejor solución, en orden a determinar el significado
de una palabra tan problemática, es considerarla como el resultado de una glosa de los
copistas. Hasta este momento, Lucas ha mencionado el sábado en tres ocasiones (Lucas
4,31: "Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados"; 6,1: "Sucedió
que cruzaba en sábado por unos sembrados; sus discípulos arrancaban y comían espigas
desgranándolas con las manos", 6,6: " Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y
se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca"), en esa última
mención (6,6: " Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca"), Lucas dice ἐν ἑτέρῳ σαββάτῳ («en
otro sábado»), es posible que algún copista haya escrito en Lucas 6,1 ("Sucedió que cruzaba
en sábado por unos sembrados; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas
con las manos") ἐν πρώτῳ («en el primer [sábado]»), y que otro copista, al darse cuenta de
que ya se había mencionado uno en Lucas 4,31 ("Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea,
y enseñaba los sábados"), añadiese δευτερο («segundo»). Con el pasar del tiempo, los dos
adjetivos habrían llegado a unirse en δευτεροπρώτῳ. A pesar de todo, en nuestra opinión, hay
que mantener la lectura simplificada ἐν σαββάτῳ, que es la que ofrecen los manuscritos y
códices más representativos del texto original) CRUZABA JESÚS (La traducción literal «Y
sucedió (que) él cruzaba por unos sembrados», revela la construcción narrativa característica
de Lucas Ἐγένετο δὲ con el infinitivo διαπορεύεσθαι (cruzar). El pasaje paralelo de Marcos
(Marcos 2,23: " Y aconteció que un día de reposo Jesús pasaba por los sembrados, y sus
discípulos, mientras se abrían paso, comenzaron a arrancar espigas") es el único ejemplo de
una construcción narrativa semejante en todo el segundo Evangelio (Καὶ ἐγένετο αὐτὸν
παραπορεύεσθαι - «Y sucedió [que] él pasaba [por unos sembrados]») Y SUS DISCÍPULOS
SE PUSIERON A ARRANCAR ESPIGAS (Arrancar espigas de un campo ajeno era una cosa
lícita, pero con tal de no meter la hoz, Deuteronomio 23,26 («Si entras en las mieses de tu
prójimo, coge espigas con la mano, pero no metas la hoz en la mies de tu prójimo»)
DESGRANÁNDOLAS ENTRE LAS MANOS (Es decir, restregándolas, para separar la
cascarilla del grano. Ese detalle es una adición de Lucas al texto de su fuente («Marcos») Y
SE LAS IBAN COMIENDO (La traducción quiere expresar el matiz de acción continua,
implícito en el uso del imperfecto ἤσθιον («comían») ALGUNOS DE LOS FARISEOS (Lucas
ha modificado la mención de los oponentes introduciendo el pronombre indefinido τινὲς
(algunos), al que sigue un genitivo partitivo. El texto paralelo de Marcos (Marcos 2,24:
"Entonces los fariseos le decían: Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de
reposo?") dice simplemente: «los fariseos») DIJERON: « ¿POR QUÉ HACÉIS» (El texto de
Marcos utiliza la tercera persona del plural: ποιοῦσιν («hacen»), con referencia a los
discípulos; pero Lucas la cambia a segunda del plural: ποιεῖτε («hacéis»), para incluir también
al propio Jesús en la crítica de los fariseos) LO QUE NO ES LÍCITO EN SÁBADO? (El
mandamiento de Éxodo 34,21 ("Durante seis días trabajarás, pero el séptimo día deberás
descansar, incluso en tiempo de siembra y de cosecha") prescribe el descanso sabático
incluso en la temporada de la cosecha. Para asegurar el respeto de la normativa, la tradición
creó «una barrera», interpretando el «espigueo» como una forma de «recolección» prohibida
(Misná, Shabbat 7,2: "Los trabajos principales son cuarenta menos uno: sembrar, atar, segar,
engavillar, majar, bieldar, limpiar, moler, cribar, amasar, cocer; esquilar, lavar la lana, mullirla,
teñirla, hilar, tejer, hacer dos cordoncillos, tejer dos hilos, separar dos hilos, hacer nudos,
soltarlos, hacer dos costuras, desgarrar algo con objeto de hacer dos costuras; cazar un
ciervo, matarlo o despellejarlo, ensalarlo, curar la piel, pulirla, cortarla; escribir dos letras,
borrar con el fin de escribir dos letras; edificar, demoler, apagar, encender; golpear con matillo,
transportar de u ámbito a otro") JESÚS LES REPLICÓ (Lucas añade el participio ἀποκριθεὶς
(«respondiendo»), para subrayar que Jesús responde directamente a la observación de los
fariseos, que les incluye a todos, a él y a los suyos, en la segunda persona del plural. Se
percibe en esta formulación la presencia de la comunidad cristiana en controversia con el
judaísmo contemporáneo, y, paralelamente, la defensa que el propio Jesús hace de su
comunidad) ¿NI SIQUIERA HABÉIS LEÍDO? (La formulación lucana de la contrarréplica, con
la partícula Οὐδὲ («ni siquiera»), en vez de la expresión de Marcos: Οὐδέποτε («nunca»), da
un relieve mucho más incisivo a la ironía de la respuesta de Jesús. Se afirma de manera
implícita que la acción de los discípulos está perfectamente justificada, incluso por la propia
Escritura) LO QUE HIZO DAVID CUANDO ÉL Y SUS HOMBRES SINTIERON HAMBRE (Lo
primero que hace Jesús es apelar al testimonio de la Escritura; concretamente, el episodio
narrado en 1 Samuel 21,2-7 ("David llegó a Nob, donde estaba el sacerdote Ajimélec. Este
salió a su encuentro muy asustado y le dijo: « ¿Por qué estás tú solo, sin nadie que te
acompañe?». David respondió al sacerdote Ajimélec: «El rey me dio un encargo y me dijo:
«Que nadie sepa nada de la misión que te encomiendo ni de la orden que te di». En cuanto a
los demás muchachos, les he dado cita en tal lugar. Si tienes a mano cinco panes, o lo que
sea, dámelos ahora mismo». El sacerdote respondió a David: «No tengo a mano pan común;
sólo hay pan consagrado, con tal que los muchachos se hayan abstenido de tener relaciones
con mujeres». « ¡Seguro que sí!, respondió David al sacerdote; las mujeres nos han estado
vedadas, como siempre que yo salgo de campaña. Si los muchachos mantienen puros sus
cuerpos aún en una expedición profana, ¡con mayor razón tendrán hoy sus cuerpos en estado
de pureza!». Entonces el sacerdote le dio pan consagrado, porque allí no había otro pan que
el de la ofrenda, el que se retira de la presencia del Señor cuando se lo reemplaza por pan
fresco"), cuando David y sus acompañantes, hambrientos y exhaustos, tuvieron que comer
«pan consagrado» en el santuario de Nob) COMO ENTRÓ EN LA CASA DE DIOS (El detalle
es anacrónico, porque en aquellas fechas aún no se había construido «la casa de Dios», obra
de Salomón; pero Lucas reproduce el dato de su fuente («Marcos»). En el santuario de Nob, el
sacerdote Ajimélec «le dio (a David) pan consagrado» (1 Samuel 21,7). Lucas omite un detalle
erróneo de Marcos: la identificación del sacerdote como «Abiatar» (Marcos 2,26: "¿cómo entró
en la casa de Dios en tiempos de Abiatar, el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados
que no es lícito a nadie comer, sino a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con
él?"); Mateo también omite ese detalle (Mateo 12,4: "¿cómo entró en la casa de Dios y
comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con
él, sino sólo a los sacerdotes?") COGIÓ (El texto original usa el participio λαβὼν («cogiendo»).
Es una adición de Lucas al texto de Marcos, que se contenta con dos verbos en indicativo:
ἔφαγεν («comió») y ἔδωκεν («dio»). J. A. Grassi, en dependencia de la interpretación
patrística, ve en esa modificación de Lucas una resonancia de la catequesis eucarística de la
primera comunidad, basada en una lectura cristiana de 1 Samuel 21) LOS PANES
CONSAGRADOS (Como alternativas de traducción se podrían proponer: «los panes
dedicados» o «los panes de la presencia». Eso es lo que significa la expresión hebrea ‫ֶלֶ֥חֶ ם‬
‫( הפָּ ִ ִֽנים‬lehem happánim), el «pan presentado», colocado en presencia del Señor (Éxodo 25,30:
"Y pondrás sobre la mesa el pan de la Presencia perpetuamente delante de mí"; 35,13: "la
mesa y sus varas y todos sus utensilios, y el pan de la Presencia"; 39,36: "la mesa, todos sus
utensilios y el pan de la Presencia"; 40,23: "y puso en orden sobre ella los panes delante de
Yahveh, tal como el Yahveh había mandado a Moisés"). Entre las instrucciones dadas a
Moisés para la construcción del santuario se incluía una mesa de madera de acacia, sobre la
que se debían poner panes en presencia del Señor y renovarlos con regularidad. En el templo
de Salomón, el «pan de la ofrenda continua» se colocaba sobre una mesa de oro con mantel
violeta (Números 4,7: "Sobre la mesa del pan de la Presencia tenderán también un paño azul,
y en él pondrán las fuentes, las cucharas, los tazones para los sacrificios y los jarros para
hacer libación; el pan perpetuo estará sobre él"; 1 Reyes 7,48: "Y Salomón hizo todos los
utensilios que estaban en la casa de Yahveh: el altar de oro y la mesa de oro sobre la cual
estaba el pan de la Presencia"; 2 Crónicas 4,19: "También hizo Salomón todas las cosas que
estaban en la casa de Dios: el altar de oro, las mesas con el pan de la Presencia sobre ellas").
Como los doce panes se colocaban en dos hileras y se perfumaban con incienso, se les
llamaba también «panes (o pan) de la hilera» (‫המע ָּ ֲָ֑רכֶת ֶלַ֣חֶ ם‬,
ִֽ lehem hammaraket: 1 Crónicas
9,32: "Y algunos de sus parientes, de los hijos de Coat, estaban encargados de los panes de
la proposición para prepararlos cada día de descanso"). La terminología del Nuevo
Testamento: «panes de la proposición» (ἄρτους τῆς προθέσεως) proviene de los LXX, donde
se usa como traducción uniforme de los diversos términos hebreos. Para las prescripciones
sobre la preparación de estos panes, ver Levítico 24,5-9: "Prepara además doce tortas de
harina de la mejor calidad, empleando dos décimas partes de una medida para cada una.
Luego las depositarás en la presencia del Señor, en dos hileras de seis, sobre la mesa de oro
puro; y sobre cada hilera pondrás incienso puro, como un memorial del pan, como una ofrenda
que se quema para el Señor. Esto se dispondrá regularme todos los sábados delante del
Señor: es una obligación permanente para los israelitas. Los panes serán para Aarón y sus
hijos, y ellos deberán comerlos en el recinto sagrado, porque se trata de una cosa santísima.
Es un derecho que Aarón tendrá siempre sobre las ofrendas que se queman para el Señor".
Se colocaban todos los sábados y se retiraban los panes de la semana precedente para que
los consumieran «Aarón y sus hijos» (Levítico 24,9: " Los panes serán para Aarón y sus hijos,
y ellos deberán comerlos en el recinto sagrado, porque se trata de una cosa santísima. Es un
derecho que Aarón tendrá siempre sobre las ofrendas que se queman para el Señor").
Ajimélec, sacerdote del santuario de Nob, como no tenía a mano pan ordinario para dárselo a
David y a sus hombres, les entregó «pan consagrado», después de asegurarse de que «se
habían guardado del trato con mujeres», un detalle que David se encarga de subrayar:
«Siempre que salimos a una campaña, aunque sea de carácter profano, nos abstenemos de
mujeres» (1 Samuel 21,6). Cuando Flavio Josefo cuenta el episodio de David en Nob (Naba),
dice que «recibió provisiones del sumo sacerdote Abimélec», sin hacer la más mínima
mención del «pan consagrado. Una versión parecida del episodio se encuentra en algunos
escritos rabínicos de época posterior, donde se ve una clara tendencia a defender la actuación
de David, explicando, por ejemplo, que se trataba de panes ya retirados de la mesa del Señor,
o que era simplemente pan ordinario) QUE NO ES LÍCITO COMER SINO SÓLO A LOS
SACERDOTES, COMIÓ ÉL Y DIO A LOS QUE LE ACOMPAÑABAN (Lucas añade el adjetivo
μόνους («[a ellos] solos»); Mateo, por su parte, usa el mismo adjetivo, pero en dativo plural:
μόνοις. Una coincidencia insignificante entre los dos evangelistas. La prohibición está implícita
en el episodio de David (1 Samuel 21), pero en Levítico 24,9 (" Los panes serán para Aarón y
sus hijos, y ellos deberán comerlos en el recinto sagrado, porque se trata de una cosa
santísima. Es un derecho que Aarón tendrá siempre sobre las ofrendas que se queman para
el Señor") se dice explícitamente: «para Aarón y sus hijos». Hay que señalar que en la historia
de David no se hace ninguna mención del sábado. Pero esa vinculación existía ya en la
redacción de Marcos. Muchos comentaristas han pensado que el episodio de David es una
adición secundaria a los datos de tradición que presentaban a Jesús saliendo en defensa de
sus discípulos, y, consiguientemente, una adición a sus palabras sobre el sábado. La primitiva
narración comprendería únicamente Marcos 2,23: " Y aconteció que un día de reposo Jesús
pasaba por los sembrados, y sus discípulos, mientras se abrían paso, comenzaron a arrancar
espigas"; 2,24: "Entonces los fariseos le decían: Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el
día de reposo?"; 2,27: " Y agregó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre
para el sábado»") Y AÑADIÓ (Literalmente: «Y les decía». Hay que notar que, en este caso,
Lucas no emplea su construcción típica - véase Lucas 5,33 ("Luego le dijeron: «Los discípulos
de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos;
en cambio, los tuyos comen y beben»") - , sino que reproduce la frase de Marcos: ἔλεγεν
(decía) con dativo (αὐτοῖς, «a ellos», «les») EL HIJO DE HOMBRE (La frase hace referencia al
ministerio terrestre de Jesús; además, lleva implícitamente un cierto sentido de dignidad y de
superioridad sobre las prescripciones de la Escritura. La redacción de Marcos dice: «El
sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; por tanto, el Hijo de hombre es
señor incluso del sábado» (Marcos 2,27-28: " Y agregó: «El sábado ha sido hecho para el
hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del hombre es dueño también
del sábado»"). Dada la colocación del título en la tradición más primitiva, la expresión ὁ Υἱὸς
τοῦ ἀνθρώπου («el Hijo de hombre») puede ser equivalente a «hombre» (en sentido
genérico). Este significado, por una parte, cuadra perfectamente en el contexto, y por otra,
sería una respuesta adecuada para destruir las críticas contra la actuación de los discípulos.
Pero, en el Evangelio según Lucas, la expresión ὁ Υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου («el Hijo de hombre»)
tiene, casi con toda seguridad, sentido de título aplicado a Jesús. Sin duda, es parte de la
concepción cristológica del evangelio, a medida que la narración va desarrollándose) ES
SEÑOR DEL SÁBADO (Lucas omite la partícula καὶ , que aparece en el texto de Marcos
(y )

(Marcos 2,28: " De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado"), y cambia el
orden de las palabras; Mateo, por su parte, hace lo mismo (Mateo 12,8: " Porque el Hijo del
Hombre es Señor del sábado "). La presencia de καὶ en la redacción de Marcos acentúa el
(y)

contraste, y a eso colabora también la posición del genitivo al final de la frase. En cambio,
Lucas deja para el final la expresión ὁ Υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου («el Hijo de hombre»). La redacción
de Lucas presenta a Jesús como Κύριός τοῦ σαββάτου («señor del sábado»), en virtud de su
ἐξουσία («autoridad») - en cuanto Υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου (Hijo del hombre) -, para predicar y
proclamar el Reino. Si, en ciertos casos, un hombre puede prescindir de las prescripciones de
la Escritura, también lo puede el Hijo de hombre. Sin abolir formalmente las reglamentaciones
con respecto al sábado, Jesús la subordina a su misión y a su propia persona. Marción y el
códice D colocan este versículo 5 ("Y les dijo: «El Hijo del hombre es señor del sábado» ")
después del versículo 10 ("Y mirando a todos ellos, le dijo: «Extiende tu mano.» Él lo hizo, y
quedó restablecida su mano "); el códice D, por su parte, en lugar del versículo 5 ("Y les dijo:
«El Hijo del hombre es señor del sábado» "), añade el texto siguiente: «Aquel mismo día vio a
uno que estaba trabajando en sábado, y le dijo: 'Hombre, si sabes lo que estás haciendo,
dichoso tú; pero si no te das cuenta, eres execrable y un violador de la ley». Pero estas
palabras se parecen enormemente a los dichos de Jesús recogidos en el Evangelio según
Tomás, de origen copto (Evangelio de Tomás 3: " 3. Jesús ha dicho: Si aquellos que os guían
os dijeran, "¡Ved, el Reino está en el Cielo!", entonces las aves del Cielo os precederían. Si os
dijeran, "¡Está en el mar!", entonces los peces del mar os precederían. Más bien, el Reino de
Dios está adentro de vosotros y está fuera de vosotros. Quienes llegan a conocerse a sí
mismos lo hallarán y cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, sabréis que sois los
Hijos del Padre viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, sois empobrecidos y sois
la pobreza"; 14: "Jesús les ha dicho: Si ayunáis, causaréis transgresión a vosotros mismos. Y
si oráis, seréis condenados. Y si dais limosna, haréis daño a vuestros espíritus. Y cuando
entréis en cualquier país para vagar por las regiones, si os reciben comed lo que os ponen
frente a vosotros y curad a los enfermos entre ellos. Pues lo que entra en vuestra boca no os
profanará, sino lo que sale de vuestra boca eso es lo que os profanará "), y pertenecen
indudablemente a la misma tradición de este evangelio apócrifo.

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