Вы находитесь на странице: 1из 3

BOABDIL

Nacido en la Alhambra, hijo de Muley Hacén y la sultana Aixa, se


sublevó en Guadix contra su padre en 1482 y accedió al trono gracias al
apoyo de los abencerrajes y de su propia madre. Combatió a su padre y su
tío, quienes también se consideraban legítimos reyes de Granada.
Durante la batalla de Martín González, en el término municipal de Lucena,
fue apresado por los Reyes Católicos. Su liberación implicó dar a Castilla la
parte del reino que gobernaba el Zagal, lo que favoreció la penetración
castellana y la finalización de la guerra el 1 de enero de 1492 con la toma
de Granada por los Reyes Católicos.
En 1492, los Reyes Católicos entraron en Granada como castigo por la
negativa de este reino a pagar los tributos que le exigían. En la Capitulación
de Granada se estableció que Boabdil ostentaría el señorío de las
Alpujarras. Partió luego a Laujar de Andarax, donde establecería su
residencia. Boabdil se aseguró la colaboración de las tropas castellanas en
su exilio a Fez ante la posibilidad de una rebelión del bando opuesto.
Según una extendida leyenda española cuya veracidad no está atestiguada
por ninguna documentación, al salir de Granada camino de su exilio en
las Alpujarras, cuando coronaba un collado, volvió la cabeza para ver su
ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre la sultana Aixa:
«Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre»
Sultana Aixa, madre de Boabdil.
Debido a esto ese monte recibe el nombre del Suspiro del Moro, que hoy
cruzan las carreteras que van de Granada a la costa (A-44y N-323). Esta
leyenda parte de la imaginación del padre Echevarría que en el siglo XVIII
publica el libro Paseos por Granada, donde pretende denigrar la figura de
Boabdil.1
En su exilio alpujarreño, se instaló en la población almeriense de Laujar de
Andarax siendo esta su última residencia en la península ibérica. En Laujar,
en 1493 falleció la última sultana de Granada, Morayma, esposa de Boabdil.
En 1493 abandona la península con destino a Fez tras vender a los Reyes
Católicos los derechos de su señorío y recoger los restos de sus
antepasados en Mondújar, junto a Talará (Granada).

CARLOS V

En 1520, una serie de alianzas dinásticas y fallecimientos prematuros


convirtió a un joven de veinte años en el monarca más poderoso de
Europa. Nieto de los Reyes Católicos, Carlos había heredado de ellos las
coronas de Castilla y Aragón, con sus respectivas posesiones en América
y en el Mediterráneo, y reinaba como Carlos I de España desde los
dieciséis años. A los veinte, tras la muerte de su abuelo paterno, el
emperador Maximiliano I de Habsburgo, fue coronado emperador del
Sacro Imperio Romano Germánico, razón por la que la historiografía lo
designa como Carlos I de España y V de Alemania. Pese a ser la más
habitual, esta denominación omite otros importantes territorios incluidos
en su fabulosa herencia.
Carlos V (detalle de un retrato de Tiziano)

Bajo su reinado y el de su hijo y sucesor, Felipe II, España se convirtió


en la primera potencia mundial, las artes y la cultura iniciaron su Siglo
de Oro y se formó el más vasto imperio colonial visto hasta entonces. El
rey y emperador Carlos asumió la antigua idea de instaurar un Imperio
universal, entendido como entidad política que, fundada sobre los
valores de una misma religión, el cristianismo, habría de asegurar tanto
la paz y la prosperidad de las naciones cristianas como su defensa frente
a agresiones exteriores, como las del pujante Imperio otomano.

No sin dificultades, y mientras conquistadores y misioneros españoles


extendían por América y el mundo los confines de aquel Imperio en que
nunca se ponía el sol, Carlos logró hacer frente a la amenaza de los
turcos, que bajo el liderazgo de Solimán el Magnífico habían llegado a
sitiar Viena en 1529. Pero la expansión de la Reforma protestante
iniciada por Lutero, que acabaría provocando un nuevo cisma en la
cristiandad, y la animadversión de Francia y de otros países, temerosos
de su abrumadora hegemonía, frustraron la realización de un ideal que,
visto en perspectiva, difícilmente podía sobreponerse al curso de la
historia.

Вам также может понравиться