Вы находитесь на странице: 1из 4

Seminario

“Las mujeres en la obra de Sándor Ferenczi”


Coordinan:
Irayetzin Hernández / Dania Lozano
Del 26 de julio al 13 de diciembre de 2018. Jueves de 20 a 21:30 hrs.
Miguel Ángel de Quevedo #967, Col. El Rosedal, Coyoacán.
Ciudad de México.

Reseña de la sesión del jueves 23 de agosto

En la tercera sesión del seminario, se revisó uno de los textos más tempranos de
Ferenczi de los que se tiene registro; “El espiritismo” (1899).
Al inicio, se contextualizó la relevancia que tuvo el espiritismo como un
movimiento que aportó nuevas formas de pensar a la mente humana, y que pudo
ubicarse que ésta corriente fue una antesala importante para la práctica
hipnótica, la sugestión y consecutivamente, la psicoterapia. Sobre la
importancia de éste movimiento, retomamos parte de lo que relata H. Ellenberg
(1976) en el texto, “El descubrimiento del inconsciente”:
“El advenimiento del espiritismo fue un acontecimiento de gran importancia de
la historia de la psiquiatría dinámica, porque proporcionó de forma indirecta a
los psicólogos y psicopatólogos nuevos modos de aproximación a la mente. Uno
de los procedimientos introducidos por los espiritistas, la escritura automática,
fue adoptado por los científicos como método de exploración inconsciente”.
Éste mismo autor, advierte lo que el espiritismo también aportó fue el
surgimiento del lugar del “médium” que dispuso para generar investigaciones
de psicología experimental.
Consecutivamente, pasamos a los comentarios sobre el texto de Ferenczi, en el
cual el húngaro pone en la mesa las discusiones tanto filosóficas como
psicológicas en torno a aquellas posiciones de la conciencia que el hombre de
ese tiempo no había alcanzado a explicar. Para él, el primer filósofo fue aquel
“que no fue indiferente al mundo y pudo desprenderse de la descripción para
hacer lazos de causalidad”.

Ferenczi discute principalmente sobre la postura del hombre de ciencia, la


cosmovisión materialista y atomista, se resiste a la idea de que la conciencia se
reduzca a una configuración determinada de partículas en el cerebro y considera
que los dos extremos habituales que toma el ser humano para responder a sus
inquietudes, en este caso la ciencia y el ocultismo tienen aportaciones de mucho
valor pero en tanto la adopción de una postura es efecto del desencanto de la
otra y viceversa, estos anulan los descubrimientos que hace el otro extremo sin
tomarse cada uno desde su área o disciplina el tiempo y trabajo para profundizar,
observar los fenómenos, diferenciarlos de la charlatanería y retomar las
aportaciones aunque estas no cumplan con el carácter de objetivas.

Bajo ésta postura, Ferenczi rescata la figura del médium, quitándole ese lugar
de charlatán y dándole cuerpo a esa función que puede posibilitar otro tipo de
comunicación que provoca un efecto psíquico en quien se pone en contacto con
él, con lo cual propone que lo que se llama espiritismo, propiamente tal,
“consiste en la aparición, directa o indirecta, del espíritu superior en sí mismo.”
Por lo que para él, es posible que los fenómenos espiritistas sean efecto de las
divisiones psíquicas.

Es en éste terreno, desde la “comunicación espiritual” y de esas posibles


divisiones psíquicas, que se mencionaron los experimentos que en su momento
realizaron en conjunto Freud, Jung y Ferenczi acerca de la “transferencia de
pensamiento”. También se comentaron los acercamientos que grupos ocultistas
tuvieron con Freud y las invitaciones a escribir sobre estos temas que le fueron
ofrecidos al vienés y que por su parte, en defensa de su posición desde el
psicoanálisis es que se negó a dar cuenta de manera escrita sobre estos
fenómenos, pero de los cuales no desdeñó pero sometió a un trabajo analítico y
en algunos casos detectó que cifras específicas respondían a construcciones que
los pacientes hacían a partir de deseos inconscientes.

Para profundizar un poco más en el tema, se comentaron de los textos;


“Psicoanálisis y telepatía” (1941 [1921]) y “Sueño y telepatía” (1922). En el
primer texto, Freud da cuenta de aquellos fenómenos llamados ocultos que no
alcanzan a tener una explicación científica y que considera que amerita su
estudio ya que tales acontecimientos podrían revelarnos capacidades del alma
que hasta el momento no se creía que tuviera. Freud ya anteriormente se había
ocupado de estos fenómenos que tenían que ver con lo azaroso, lo telepático o
aquello que se le ha llamado “deja vú” en su texto de 1901, “Psicopatología de
la vida cotidiana”, donde principalmente propone que tales eventos ocurren por
un determinismo inconsciente y no precisamente por una situación ocultista o
de vidas pasadas. Sin embargo, en éste texto de 1922 da una continuidad a
pensar nuevamente estos eventos, por lo que comparte ciertas anécdotas que le
son relatadas por conocidos o pacientes que han tenido experiencias con
adivinas y médiums –que pronostican ciertos designios- con el fin de que él
haga una lectura sobre esos aconteceres. Freud también en el texto “Sueño y
telepatía”, intenta proponer algunas reflexiones en torno a ciertas
premoniciones que aparecen en los sueños y si a estos pueden dárseles la
connotación de “telepáticos”.

En ambos trabajos, Freud pone en la mesa si estos designios o premoniciones


más que un acontecer telepático, obedecen a construcciones de los sujetos
involucrados por determinismos o deseos de carácter inconsciente, pero que
aunque él propone darles esa connotación algo que pudo ubicarse es que en
todos estos ejemplos, los eventos han tenido lugar desde un lazo afectivo que
existe en los escenarios y personas con las que acontecen estas situaciones,
elemento que se considera fundamental en todo proceso transferencial y en el
cual, la pregunta sobre qué es lo que sucede para que ciertos pensamientos se
transfieran, puede hallar una respuestas en que quien consulta tiene presente un
deseo intenso que encuentra su expresión en el adivino, quien hace a un lado
sus pensamientos y en tanto es receptivo, puede leer esos deseos, sin embargo,
quedan preguntas abiertas sobre su causalidad.

Debido a que éste tema junto con la interlocución y trabajo que Freud tuvo con
Ferenczi y Jung en éste terreno nos parecen fundamentales seguir discutiendo,
es que se considera importante que para la próxima sesión se aborde de manera
más exhaustiva lo que ellos trabajaron alrededor de la “transferencia de
pensamientos”, principalmente en el caso de Elfriede Hirschfeld, que Freud
compartió con sus compañeros en cartas y pláticas para el desarrollo de algunos
fundamentos de la teoría psicoanalítica.

Bibliografía:
1) Ferenczi (1899). “El espiritismo”. Selecciones Ferenczianas. Escritos de
Budapest.
2) Freud, S. “Psicoanálisis y telepatía” (1941[1921]). En: Obras completas.
Volumen XVIII. Más allá del principio del placer. Psicología de las
masas y análisis del yo y otras obras (1920-1922) Volumen XVIII.
Buenos Aires: Amorrortu.
3) Freud, S. “Sueño y telepatía”. En: Obras completas. Volumen XVIII.
Más allá del principio del placer. Psicología de las masas y análisis del
yo y otras obras (1920-1922). Buenos Aires: Amorrortu.
4) Moreau, C. (2009). “Freud y el ocultismo”. Editorial Gedisa: Madrid.

Вам также может понравиться