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BREVE HISTORIA DE LAS PERSONAS CON

DISCAPACIDAD:
De la Opresión a la Lucha por sus Derechos

Por Luciano Andrés Valencia


(valencialuciano@gmail.com)

Edición Revisada (2017)


La presente es una edición ampliada y corregida del texto que fue publicado
originalmente el Rebelión, www.rebelion.org, el 3 de diciembre de 2014, y en
Resumen de Concepción, www.resumen.cl, el 4 de diciembre de 2014.

La ilustración de la portada es el logo de la Accesibilidad aprobado por la


Organización de las Naciones Unidas en 2015.
“Yo no sé caminar
sé volar
Yo no sé hablar
sé escuchar
la música
y las palabras
de Joan Manuel Serrat.
Yo no sabré subir
sé escalar
y no sabré andar
pero me sé sentar
a contemplar
una puesta de sol
en la montaña
y en el mar.
Yo no sabré ver
pero sí mirar
los ojos de mi perro
que no pueden hablar”.

Poema de Gaby Brimmer


activista por los derechos de
las personas con discapacidad

“La política de la discapacitación va más allá de las propias personas con discapacidad; apunta a retos
respecto a la opresión en todas sus formas. Al igual que el sexismo, el racismo o el heterosexismo y
todas las otras formas de opresión, constituye una creación humana. Es imposible, por lo tanto,
enfrentarse a un determinado tipo de opresión sin hacerlo respecto a todos los demás y, por supuesto,
también a los valores culturales que los han creado y los mantienen vigentes”.
Colin Barnes; (2010) “Discapacidad, Política y Pobreza en el contexto del Mundo
Mayoritario”, en: Política y Sociedad, vol. 47, Nº 1.
1. Introducción.

El presente trabajo se propone realizar un breve recorrido en torno a la situación de las


personas con discapacidad a lo largo de la historia. Desde la Antigüedad las personas con
discapacidad han sufrido la opresión y la discriminación que recae sobre lo considerado
“diferente” de acuerdo al paradigma dominante de la “normalidad”. El destino ha ido
variando en las diferentes sociedades (desde su aniquilamiento hasta la incorporación
subordinada al sistema de producción), pero siempre manteniendo esta relación de opresión.
Esto ha comenzado a ser cuestionado a partir de la segunda mitad del siglo XX gracias al
surgimiento de movimientos sociales de personas con discapacidad que, basándose en el
Modelo Social y el Paradigma de los Derechos Humanos, reclaman ser tenidos en cuenta
como sujetos de derecho en la elaboración de políticas de inclusión (“Nada sobre nosotros
sin nosotros”).
Utilizamos en este artículo el concepto «personas con discapacidad», ya que supone
primeramente otorgarles un estatuto de persona, es decir de “sujetos de derecho”, y porque
alude primeramente al sujeto antes que a la discapacidad misma. Por otra parte se refiere a
que tiene una discapacidad y no que es un discapacitado, valorando las posibilidades de la
persona para decidir y hacer su presente y su futuro, sus vocaciones e intereses, más allá de
las limitaciones que pueda presentar debido a su discapacidad1.
La palabra «discapacitado», que aún se utiliza en muchos lugares, oculta las posibilidades
de la persona. La Real Academia Española define a la «discapacidad» como “cualidad del
discapacitado”, y «discapacitado» como persona “que tiene impedida o entorpecida alguna de las
actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas”2.
El Diccionario de Uso del Español de María Moliner señala que el prefijo «dis» transforma la
palabra a la que se une en su opuesto: “su sentido es peyorativo ya que proviene del griego dys
(mal, trastornado)” 3 . En este Diccionario la Discapacidad aparece emparentada con
«Minusvalía» a la que define como “detrimento o disminución del valor que sufre una cosa”4.
Etimológicamente significa “menos válido”. Por ello rechazamos estas expresiones por su
carácter negativo y discriminatorio al igual que otras utilizadas a lo largo de la historia tales
como «deficiente», «defectuoso», «anormal», «enfermo», «deforme», «incapacitado»,
«inadaptado», «lisiado» o «inválido».
Por otra parte tampoco consideramos correctas expresiones que se utilizan con carácter
positivo tales como «capacidades diferentes» o «personas con necesidades especiales».
Respecto a la primera, debemos considerar que el estado de salud del que parte la
discapacidad supone el daño o acotamiento de algunos órganos o funciones corporales, que
pueden verse afectadas o reducidas, por lo que no hay una “capacidad diferente” sino una
limitación o aminoramiento de las capacidades de la persona. Además el concepto
“diferente”, al requerir de un promedio con el cual medirse, termina poniendo el acento en la
carencia o diferencia antes que en la persona. Por ende estas personas no presentan una
capacidad diferente a las demás sino una “discapacidad”, pudiendo ser diferente la forma en
que se desenvuelven en el entorno familiar, social, económico o cultural. En cuanto al
concepto de «Necesidades Especiales» puede llevar a creer que las personas con
discapacidad tienen necesidades que deben ser satisfechas en espacios segregados (como las
escuelas “especiales”). En rigor a la verdad, presentan las mismas necesidades que el resto de

1
Pantano, Liliana; “Personas con discapacidad: hablemos sin eufemismos”, en: La Fuente, Córdoba,
Año X, Nº 33, 2007.
2 RAE; Diccionario de la lengua española, 20° edición, tomo I, México, Espasa Calpe, 2001, p. 831.
3 Moliner, María; Diccionario de Uso del Español, tomo I, Madrid, Gredos, 1997, p. 1010.
4 Moliner, María; Diccionario de Uso del Español, tomo II, Madrid, Gredos, 1997, p. 420.
la población (fisiológicas, alimenticias, de seguridad, afectivas, sexuales), aunque pueden
presentar ciertas dificultades para satisfacerlas5.
Socialmente la discapacidad se percibe en dos sentidos: una relacionado a su origen
congénito y el otro como resultado de un accidente. La valoración social en ambos casos es
diferente, ya que en primero se hará más difícil cambiar la imagen en términos sociales que
tiende a verlo como sujetos dependientes, mientras que en el segundo su “estado natural” se
verá modificado pero nunca borrado por completo. Esto demuestra que más que la
discapacidad, es la imagen social creada lo que condiciona la realidad de las personas con
discapacidad6, como se verá a lo largo de este trabajo.
Es importante destacar esto ya que la opresión que sufrieron y sufren las personas con
discapacidad se debe principalmente a que no se corresponden con el mito de la “perfección
corporal e intelectual” o al ideal del “cuerpo perfecto”. Estas ideas tienen su origen en
fenómenos materiales y culturales que es necesario conocer. Debemos tomar consciencia de
que los prejuicios no son algo inevitable de la condición humana sino el producto de un
determinado desarrollo social y cultural, a fin de poder desmontarlos para luchar por una
sociedad más justa e inclusiva7.

5 Pantano, Liliana; “Personas con discapacidad…”.


6 Hernández, Elsa; “Desarrollo histórico de la discapacidad: evolución y tratamiento”, en:
http://www.iin.oea.org/Cursos_a_distancia/cad_guia_disc_UT1.pdf.
7 Para estudiar el surgimiento de los prejuicios se recomienda consultar el trabajo clásico de Rose,

Arnold Marshal; El origen de los prejuicios, Buenos Aires, Lumen- Hvmanitas, 2008.
2. Prehistoria y Antigüedad

Las complejas situaciones de supervivencia que debieron afrontar las primeras sociedades
humanas ha llevado a pensar que las personas con discapacidad eran abandonadas o
muertas por ser consideradas una carga durante los traslados de campamento en busca de
presas o mejores tierras, o cuando era necesario huir de los desastres naturales.
Sin embargo existen evidencias de que se intentaban medidas curativas como
trepanaciones (heridas en el cráneo para que “huyera el mal”) o amputaciones sin empleo de
anestesia. Dos ejemplos de esto son el esqueleto de un anciano Neandertal encontrado en
Shanidor Cave –que padecía un estado avanzado de artritis, tenía un brazo amputado y una
herida en la cabeza-, y los restos de un hombre con artritis grave en Chapel Aux Saints. Del
periodo Neolítico se conservan vasijas y pinturas en donde se pueden apreciar personas con
escoliosis, acondroplasia o con miembros amputados.

Cráneo con trepanaciones del 3500 AC.

Desde la antropología se han propuesto teorías en torno a la situación de las personas con
discapacidad en estas sociedades. Acaso la más influyente es la «tesis de la población
excedente» -desarrollada por el utilitarismo liberal y el darwinismo social del siglo XIX-, que
considera que en las sociedades donde la supervivencia económica es precaria, cualquier
persona considerada débil o deficiente (niños/as con discapacidad congénita, personas
adultas con discapacidad adquirida, enfermos/as, ancianos/as) será eliminada. El
antropólogo groenlandés Knud Rasmussen observó a principios del siglo XX el caso de un
matrimonio inuits que resultaron heridos en una explosión. Al no poder valerse de sí
mismos, la mujer se dejó morir y el hombre se suicidó.
Esta teoría ha sido cuestionada por la observación de gran cantidad de sociedades en
donde la supervivencia económica es extremadamente inestable, y a pesar de ello las
personas con discapacidad, los/as ancianos/as y quienes portan alguna enfermedad son
miembros valorados. En estas sociedades se prohíbe la muerte de estas personas. Entre los
daleguera de Sudamérica está documentado el caso de una mujer que nació con
imposibilidad para caminar y fue trasladada en los desplazamientos hasta su muerte a los 65
años. Por lo tanto las respuestas ante la discapacidad no siempre fueron negativas como
sostiene esta tesis8.
En el Antiguo Egipto existía el abandono e infanticidio de niños y niñas con discapacidad,
pero también hay evidencia de que se intentaban diversos tipos de tratamiento. Se ha
encontrado una fractura de extremidad inferior con una ingeniosa férula inmovilizadora en

8Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad y los orígenes de la opresión a las personas
discapacitadas en la sociedad occidental”, en: Barton, L. (comp.); Discapacidad y sociedad, Madrid,
Morata, 1998, pp. 66-67.
una momia de la V Dinastía (2500 AC), y en una imagen se puede ver a un sumo sacerdote
portando una muleta como consecuencia de haber padecido poliomielitis. En la mitología
encontramos que una de las versiones del dios Horus lo presentaba como un patrono de los
ciegos, oculista de Ra (que había sido cegado por otro dios) y dedicado a la música (los
ciegos a menudo eran arpistas)9.
En muchos manuscritos aparecen observaciones de interés sobre temas médicos. El Papiro
Quirúrgico de Edwin Smith (alrededor del 1600 AC) contiene indicaciones de diagnóstico,
tratamiento y pronóstico de diversos tipos de heridas, algunas de ellas referidas a parálisis y
traumatismos craneales y espinales. Respecto a estos últimos dice que las lesiones medulares
“no pueden ser tratadas”, idea que persistió hasta fines del siglo XX. El Papiro de Ebers (1500 AC)
recoge antiguas recetas sobre parto, aborto, lactancia y tumores. El Papiro de Ramensenn (1900
AC) trata sobre relajación de miembros rígidos10.

Sacerdote Egipcio con Polio. (Fuente: www.rehabilitacionblog.com)

Algunas personas con discapacidad eran puestas al servicio de los faraones. Las personas
“físicamente defectuosas” tenían que servir sin condición alguna a sus gobernantes, quienes
no tenían consideración para con ellas y solo en su plan de servicio eran tratadas como el
resto de la población, no siendo así en las demás actividades que eran discriminadas11.
La sociedad hebrea consideraba a la discapacidad como una “marca del pecado”, por lo
que las personas con discapacidad presentaban serias limitaciones en el ejercicio de las
funciones religiosas. En el Levítico (21: 17- 21) se señala que “si alguno de tus descendientes tiene
algún defecto físico, no podrá acercarse a mi altar para presentarme las ofrendas que se quemen en mi
honor. No podrá ser sacerdote nadie que sea ciego, bizco, cojo, manco, jorobado, enano o que esté
deforme, que tenga alguna enfermedad en la piel o que tenga los testículos aplastados. Los que tengan
alguno de estos defectos podrá participar de las mejores ofrendas que los israelitas me presentan, pero

9 Cardona,Francesc Ll.; Mitología y leyendas africanas, Barcelona, Olimpo, 1998, p. 45.


10 Aguada Díaz, Antonio León; Historia de las deficiencias, Madrid, Escuela Libre Editorial, Fundación
ONCE, 1995, pp. 43- 44.
11 Gómez Montes de Oca, Valeria; La Anomia para las personas con discapacidad, Tesis en Licenciatura en

Derecho con especialización en Derecho Fiscal, Escuela de Ciencias Sociales, Universidad de las
Américas, Puebla, 2005.
no podrán entrar más allá de la cortina del santuario, ni podrán acercarse a mi altar. Si lo hicieran mi
santuario quedaría impuro”.
Pero a diferencia de otras religiones, el Judaísmo prohibía el infanticidio e
institucionalizada la caridad, como lo harían más tarde las religiones que de ella derivan: el
Cristianismo y el Islam. Esto se debe a que su economía no era particularmente rica sino que
se basaba en la cría de ovejas y cabras, y en el comercio. En una sociedad de este tipo, las
personas con discapacidad contribuían de alguna forma al bienestar de la sociedad12.
La visión judía sobre la discapacidad como “marca del pecado” se mantuvo en el
cristianismo. En el Nuevo Testamento, Jesús curó a un hombre con parálisis luego de
proclamar que perdonaba sus pecados: “Allí algunas personas le llevaron a un hombre en una
camilla pues no podía caminar. Al ver Jesús que estas personas confiaban en él, le dijo al hombre:
¡Animo amigo! ¡Te perdono tus pecados! (…) Entonces Jesús le dijo que podía caminar: levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa. El hombre se levantó y se fue a su casa” (Mateo 9: 2-7)13.
Entre los pueblos de Asia y África las prácticas fueron diversas. En la India los niños y
niñas con discapacidad eran abandonados en el bosque o arrojados al río sagrado Ganges.
Entre los Semang de Malasia se las consideraba personas sabias. El pueblo Masái de
Tanzania practicaba el infanticidio. Los Chagga de África Oriental utilizaban a personas con
discapacidad para espantar a los demonios, y los jukus de Sudan los abandonaban para que
murieran por considerarlos obra de los malos espíritus14.
En la Antigua China se empleaban métodos como la cinoterapia y los masajes para tratar a
las personas con discapacidad motriz. El filósofo Confucio (551- 479 AC) proponía la
responsabilidad moral y la amabilidad para las personas consideradas “débiles”. Por otra
parte existía la práctica de atrofiar los pies de las niñas a través de vendajes por motivos
estéticos. También se consideraba que las uñas largas eran un símbolo de riqueza, por lo que
existía la práctica de atar las manos para que estas crecieran hasta atravesarlas. La persona a
quién se le aplicaba este método quedaba como amputada de ambas manos. No obstante no
puede considerarse que esa persona fuera «discapacitada» ya que al tener a alguien que se
ocupara de ella podía sentirse opulenta15.
Entre los griegos el culto a la belleza y la perfección física estaba relacionado con la
estructura económica de la sociedad, basada en la explotación de mano de obra esclava. Los
grandes logros alcanzados en la filosofía, las artes, la política y la arquitectura fueron
posibles gracias al trabajo esclavo que liberaba a los “ciudadanos libres” para la meditación y
la creación intelectual. La formación militar se volvía así inevitable ya que la guerra era la
forma de proveer prisioneros para ser esclavizados, y Aristóteles (384- 322 AC) proponía el
servicio militar a todos los ciudadanos dado el peligro que podía representar una rebelión de
esclavos. Esto explica que la buena forma física e intelectual fuera esencial en esa sociedad, y
que las personas con discapacidad tuvieran un espacio reducido.
En Esparta, una de las ciudades-estado griegas más importantes, los ancianos examinaban
a los niños y niñas al nacer, y los considerados “débiles” eran abandonados o dejados morir.

12
Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad…”, p. 69.
13 En mayo de 2013 el recién asumido Papa Francisco, apoyó la mano sobre la cabeza de un hombre en
silla de ruedas en la Plaza San Pedro al tiempo que hacía un llamado a los “malos espíritus” para que
abandonaran el cuerpo, acto que repitió en otras dos personas. Esto fue cuestionado por sectores de la
Iglesia que lo ven como un retorno a prácticas medievales. CNN México, www.mexico.cnn.com, 21 de
mayo de 2013.
14 Di Nasso, Patricia; “Mirada histórica de la discapacidad”, Fundación Cátedra Iberoamericana,

Universitat de les Illes Balears, disponible en: www.uib.es/catedra_iberoamericana, 2010, pp. 9 y 10.
15 Aguada Díaz, Antonio León; Historia de las deficiencias..., pp. 40- 41.

Entre el pueblo olmeca de Mesoamérica existía una práctica equivalente que consistía en mutilarse
los dientes como símbolo de estatus social, ya que esas personas contaban con sirvientes que le
trituraban la comida.
Las leyes de Licurgo (a quien los historiadores ubican entre los siglos IX y VII AC), que
pretendían una mejora de los ciudadanos y su sumisión total al Estado, obligaba a que todo
aquel que presentara una discapacidad física fuera arrojado desde el monte Taigeto.
En Atenas y otras ciudades también existía la práctica de dar muerte a niños y niñas con
discapacidad. En Política, Aristóteles recomendaba “sobre el abandono y crianza de los hijos, una
ley debería prohibir que se críe a ninguno lisiado”. Sin embargo hay testimonios de que personas
con discapacidad convivían en la sociedad griega. Platón (427- 347 AC) escribió que los
sordos se comunicaban mediante gestos. Homero, padre de la poesía épica griega, era ciego
según relatan testimonios en donde confluyen la realidad y la leyenda. En la Antigua Grecia
también se aplicaron tratamientos de base “científica” para personas con discapacidad
adquirida. Durante las reformas de Pericles (499- 429 AC) se crearon centros asistenciales.
Aristóteles estudió la sordera adquirida y la tartamudez, a la que consideraba una
enfermedad causada porque la lengua era incapaz de seguir la velocidad a la que fluían las
ideas16. Los célebres médicos Hipócrates (460- 370 AC) y Galeno (130- 200 DC) trataron de
curar la epilepsia a la que consideraban una enfermedad psicológica.
La preocupación griega por la perfección física se expresó en la mitología en donde los
dioses y las diosas eran modelos a imitar. Solo existía un dios con discapacidad, Hefesto, que
las leyendas lo ubican como hijo de Zeus y de Hera, aunque otras versiones dicen que Hera
lo engendró sola como despecho porque Zeus creó a Atenea sin intervención de mujer. Era
rengo y físicamente deforme de nacimiento –aunque hay versiones que atribuyen su
discapacidad a una herida de Zeus cuando salió en defensa de su madre-, por lo que fue
expulsado del Olimpo residiendo en el mundo subterráneo donde se desempeñaba como
joyero y herrero de los dioses. Estuvo casado con la bella Afrodita, que no tardó engañarlo
con el dios de la guerra Ares y darse a la fuga ante la burla de todas las divinidades17. Esto
muestra que relación que existía para los griegos entre impotencia y discapacidad.
La discapacidad era también vista como un castigo por las faltas cometidas. En la tragedia
de Sófocles, Edipo se ciega a si mismo luego de descubrir que ha matado a su padre y
cometido incesto con su madre: “Edipo arrancó los dos broches de oro que sujetaban su túnica,
provistos de una larga aguja cada uno, y se los clavó con fuerza en sus propios ojos. ¡Ojos míos,
sumíos en la noche eterna! ¡Si visteis lo que estaba sucediendo, no veías lo que ocurre fuera de mí!”18.
El sabio Tiresias fue cegado por Hera como castigo por revelar el secreto del goce sexual
femenino –ya que había sido transformado en mujer durante siete años-, y como
compensación Zeus le dio el privilegio de una larga vida (siete generaciones humanas) y el
don de la adivinación.
Por otra parte a lo largo de la historia la arquitectura griega ha ejercido una notable
influencia en el diseño de edificios en el mundo occidental. Como consecuencia de ello,
muchas construcciones todavía presentan importantes carencias en torno a la accesibilidad.

Etapas de la Historia de la Grecia Clásica


Edad Oscura 1100- 750 AC
Época Arcaica 750- 500 AC
Periodo Clásico 500- 323 AC (hasta la conquista por Alejandro Magno)
Periodo Helenístico 323- 1446 AC (hasta la conquista Romana)

16 Esta idea se mantuvo hasta fines del siglo XIX, cuando Sigmund Freud propuso que la tartamudez
era resultado de crisis nerviosas y deseos reprimidos.
17 Grimal, Pierre; Diccionario de Mitología Griega y Romana, Barcelona, Paidos, 1979, pp. 228- 229.
18 Sófocles; Edipo Rey, Madrid, Editorial Mediterránea, 1981, p. 60.
La Conquista de Grecia por parte de la República Romana significó la asimilación de su
legado cultural y sus valores militaristas, materiales y hedonistas. La sociedad romana estaba
basada más que la griega en la explotación de mano de obra esclava en grandes unidades
rurales y en la expansión imperial para obtener prisioneros y nuevas tierras de cultivo. Por
este motivo fueron igual de entusiastas del infanticidio. Amparados en la Ley de las Doce
Tablas (540 AC) que concedía al «pater familia» el derecho sobre la vida de sus hijos e hijas, a
los niños considerados “débiles” o “enfermos” se los arrojaba al río Tiber o se los despeñaba
de la roca Tarpeia, junto con ancianos/as y personas adultas con discapacidad adquirida.
Aquellas personas que no era visible su discapacidad al momento de nacer recibían un trato
severo el resto de sus vidas. En las luchas de gladiadores se obligaba a “enanos” a luchar
contra mujeres –otro sector carente de derechos en la sociedad romana- para la diversión de
la plebe. Antes de asumir el trono, el emperador Claudius (10- 54 DC) sufrió toda serie de
malos tratos por parte de la nobleza y la Guardia Imperial como consecuencia de su mala
salud, su apariencia poco atractiva y la torpeza de sus movimientos, que hicieron que en un
primer momento fuera declarado “incapaz para la vida pública”19.
En la etapa del Imperio Romano la muerte de niños/as con discapacidad ya no era habitual,
sino que se le abandonaba en la calle o en una canasta en el Tiber para que pasara a manos
de quién quisiera utilizarlo como esclavo o mendigo profesional. Los niños con discapacidad
recibían mayores limosnas, lo que originó un comercio de niños mutilados –algunos de ellos
mediante brutales intervenciones quirúrgicas-, entre personas adultas que los explotaban en
su beneficio20.

Etapas de la Historia Romana


Monarquía Romana 753- 510 AC
República Romana 510 – 27 AC
Imperio Romano 27 AC – 476 DC

En Roma comenzó a aplicarse por primera vez un sistema de retribución para personas con
discapacidad por causa bélica, a través de tierras para su cultivo. También desarrollaron
técnicas de hidroterapia y de mantenimiento físico para casos de discapacidad adquirida,
pero a las que solo podían acceder las clases dominantes dado el alto costo de las mismas21.
Durante el reinado de Constantino (272- 337) se crearon los «nosocomios», instituciones
destinadas a dar alojamiento, manutención y ayuda espiritual a personas con discapacidad
que no tuvieran medios de subsistencia.
Como hemos podido comprobar hasta ahora, el exterminio de personas con discapacidad
estuvo presente en la mayoría de las sociedades. Sin embargo no podemos adherir a la tesis
positivista de la «población excedente» ya que implicaría invisibilizar la variedad de miradas
que hubo en torno a la discapacidad que incluían su asistencia a través de la caridad social
(antiguos hebreos y comienzos del cristianismo), los intentos de tratamiento y “curación” de
la discapacidad (Egipto, Grecia, Roma), la aplicación de políticas sociales por parte del
Estado (la Atenas de Pericles y la Roma Imperial) o su explotación como mendigos (en la
ciudad de Roma). No obstante todas estas variantes coinciden en que se considera a las
personas con discapacidad como sujetos en situación de subordinación cuya vida no es
respetada o que requieren para sobrevivir de la asistencia de la sociedad o del Estado por ser
incapaces de valerse de sí mismos.

19
Enciclopaedia Britannica, 15° edición, tomo III, 1995, p. 359.
20 Di Nasso, Patricia; “Mirada histórica de la discapacidad”…, p. 10.
21 Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad…”, p. 69.
3. La Edad Media

Esta etapa de la historia, que se extiende desde la caída del Imperio Romano de Occidente
en el año 476 hasta la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453, se caracteriza por la
influencia del cristianismo en todos los aspectos de la vida política, económica, social y
cultural. Surgido como movimiento de renovación del judaísmo durante el Imperio Romano,
el cristianismo fue en un primer momento una religión de “quienes carecían de privilegios”
(esclavos, mujeres, personas con discapacidad) y por lo tanto, las obras benéficas que
realizaba eran fundamentales para su capacidad de atracción y supervivencia en una época
de persecución por parte de las autoridades. Esto cambió hacia el año 313 cuando el
emperador Constantino (272- 337) admitió al cristianismo como religión autorizada
inspirado en el mantenimiento de la idea romana de la necesidad de un fundamento
religioso para el Estado. Más tarde Teodosio (346- 395) la declaró religión oficial del
Imperio22.
Después de la caída de Roma se produjo una fragmentación de la autoridad en toda
Europa (recordemos que el Imperio Romano se expandía desde Hispania hasta Medio
Oriente, y desde el Norte de África hasta las islas británicas), conformándose numerosos
reinos cuya única fuerza unificadora era la Iglesia Católica. Dado el carácter violento de este
periodo, es posible que las condiciones de vida de las personas con discapacidad fueran
igualmente duras.

Mapa del Imperio Romano en su periodo de máxima expansión. Fuente: Asimov, Isaac; El Imperio Romano,
Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 52.

La posición frente a la discapacidad durante este periodo, fuertemente influenciada por la


Iglesia, fue ambivalente. Por un lado se condenaba el infanticidio, mientras que por otro las
personas consideradas “deformes”, “anormales” o “defectuosas” eran víctima de rechazo y
persecución por parte de las autoridades civiles y religiosas. Las personas con discapacidad
eran confundidas con los locos, herejes, brujas, delincuentes, vagos y prostitutas.

Bianchi, Susana; Historia social del mundo occidental: del feudalismo a la sociedad contemporánea, Bernal,
22

Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2009, p. 25.


En Francia se construyeron verdaderas fortalezas y ciudades amuralladas para esconder a
centenares de personas con discapacidad. En el siglo XIV los nacidos con discapacidad física,
sensorial o mental, tales como sordera, ceguera, parálisis o cuadriplejia, eran confinados en
encierros y exhibidos los fines de semana en zoológicos o espectáculos circenses para
diversión o bien –manipulando la conciencia social- para que las familias rectificaran sus
pecados cometidos, por considerar que estos «fenómenos» o «monstruos» eran una señal de
castigo enviada por Dios 23 . Se decía que “el Diablo es retorcido y por ello prefiere cuerpos
deformes”. Posteriormente el Malleus Maleficarum (1487), escrito por Jacob Sprenger y
Heinrich Krämer, declaraba que los niños y las niñas con discapacidad eran producto de
madres involucradas en la brujería y la magia.
Aquí vemos la influencia en el cristianismo de dos elementos de la religión judía de la cual
procede: por un lado la prohibición del infanticidio y por otro la creencia de que la
discapacidad era una “marca del pecado”.
Durante la Edad Media se persiguió también a las personas con enfermedades psíquicas o
neurológicas tales como histeria, esquizofrenia, epilepsia o coreas (“Mal de San Vito”), por
considerarlas poseídas o endemoniadas, a las que había que practicarles exorcismos.
Pero también durante este periodo las personas con discapacidad fueron consideradas un
pretexto enviado por Dios para que los “normales” pudieran expiar la culpa por sus pecados
a través de realizar obras benéficas. Pasaron de ser «fenómenos» que había que ocultar o
exhibir para diversión y disciplinamiento social, a ser «personas minusválidas», o sea de
menor valor, a las que había que atender debido a la incapacidad que le atribuían para
cuidar de si mismas.
En los reinos árabes de Cercano Oriente y de la Península Ibérica las discapacidades
psíquicas eran abordadas desde otro paradigma. El profeta Mahoma (570- 632) proponía el
amparo, ayuda y trato humanitario a enfermos psíquicos. Al mismo tiempo se consentían
prácticas como la mutilación por robo. Aunque el Coran tiene limitaciones a las prácticas
médicas, al verse libre de la demonología cristiana permitía tratamientos para las
enfermedades psíquicas retomando las tradiciones griegas. Sanatorios mentales fueron
fundados en Fez (siglo VII), Metz (1100), Bagdad (1173) y el Hospital Manzur de El Cairo
(siglo XIII) que estaban dirigidos por médicos y ofrecían tratamientos humanitarios a base de
música, danza, espectáculos, lecturas, masajes y baños24.
El médico persa Rhazen (855-925) trató las patologías psíquicas. El cordobés Abulcasis
(963-1013) técnicas antecesoras de la psicoterapia y es autor de una Enciclopedia de Cirugía.
El influyente médico, abogado y filósofo cordobés Avicena (980-1037) es autor de un Canon
de Medicina, en donde propuso tratamientos para enfermedades infantiles y estudió como las
lesiones cerebrales pueden afectar el habla y la memoria. Maimónides (1135-1204) utilizó la
teoría de los humores para explicar que el cerebro flemático genera retraso, pero con la
instrucción adecuada se pueden realizar progresos25.
Durante la Alta Edad Media se multiplicaron el número de personas con discapacidad
como consecuencia de las Cruzadas en Medio Oriente, la guerra entre los reinos cristianos y
árabes en la península Ibérica26, las invasiones nórdicas27, y de las innumerables epidemias

23 Di Nasso, Patricia; “Mirada histórica de la discapacidad”…, p. 11.


24 Aguada Díaz, Antonio León; Historia de las deficiencias..., p. 283.
25 Aguada Díaz, Antonio León; Historia de las deficiencias..., p. 284.
26 Tras la Batalla de las Navas de Tolosa en 121, los ex combatientes castellanos ciegos constituyeron la

Cofradía de Toledo que fue protegida y fomentada por el rey Alfonso VIII. Aguada Díaz, Antonio
León; Historia de las deficiencias..., p. 285.
27 Para los nórdicos las personas con discapacidad eran consideradas seres sagrados o sabios. Su dios

principal, Odín, carecía de un ojo al que había dado como pago para poder beber de la fuente de la
sabiduría universal. Es importante contrastar con el caso griego en donde el dios Hefesto fue
expulsado del Olimpo como consecuencia de su discapacidad.
que azotaron el continente europeo. Se crearon como consecuencia asilos o instituciones de
socorro a cargo de comunidades religiosas.
En el siglo XV se crearon las primeras instituciones asilares para personas con sufrimiento
mental. El impulsor fue el religioso valenciano Juan Gilberto Jofré, (1350- 1417) que a los 25
años ingresó a la Orden de los Hermanos de la Merced, y en el ejercicio de sus funciones se
dedicó al rescate de prisioneros de guerra y de esclavos. Posiblemente tomó contacto con los
tratamientos aplicados en el mundo árabe, y tras presenciar el linchamiento de un “insano”,
encabezó un movimiento de solidaridad que llevó a la creación del Hospital de Santa María
de los Santos Inocentes en 1409. Desde entonces se crearon numerosos asilos en España y
América28.

1409 Valencia Hospital de Santa María de los Santos Inocentes


1425 Zaragoza Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia
1436 Sevilla Hospital de los Inocentes
1456 Palma Hospital Psiquiátrico
1481 Barcelona Hospital Psiquiátrico
1483 Toledo Hospital de los Inocentes
1489 Valladolid Casa de Orates
1565 México Hospital de San Hipólito

El espíritu de estos establecimientos era predominantemente eclesiástico antes que médico.


Igual que lo que ocurría en Roma, también se explotaba la mendicidad como negocio
llegando a mutilar a niños para tal fin. Las legislaciones de Alfonso X el sabio (1221- 1284) y
Enrique II de Castilla (1333/4- 1379), que especificaban que los mendigos “robustos” y
“voluntariosos” fueran expulsados sin recibir limosnas, resultaron completamente inútiles
para poner fin a esta situación. En 1351 también se aprobó en Francia una Ordenanza en
donde se recomendaba que no se diera comida ni hospedaje a mendigos que gozaran de
buena salud.
Mientras esto sucedía en el continente, en las Islas Británicas se había alcanzado alrededor
del siglo XIII una gran estabilidad. En Inglaterra (que se había consolidado como reino y
adoptado el sistema feudal desde el siglo X) comenzaron a darse las condiciones que
llevarían al establecimiento de una economía capitalista en los siglos posteriores: mercado
interno desarrollado, mano de obra con movilidad geográfica, la tierra ofrecía gran
rentabilidad y estaba consolidada la propiedad privada. Esto también se observa en la
actitud hacia las personas con discapacidad. A menudo los padres cedían sus propiedades a
sus hijos, tras obligarles a firmar un contrato de compensación que evitaba que fueran
desalojados de su propiedad. Así los hijos debían ocuparse de sus padres mayores que solían
tener discapacidades físicas o sensoriales como consecuencia de su edad29.

28 Aguada Díaz, Antonio León; Historia de las deficiencias…, p. 81.


29 Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad…”, p. 70.
4. Los cambios de la Modernidad

Los comienzos de la Modernidad se caracterizan por dos procesos históricos que llevaron
a la consolidación del mundo contemporáneo: la invasión y conquista del continente
americano, y la reforma protestante que puso fin a la relativa unidad religiosa europea.
Entre los pueblos originarios americanos la práctica del abandono o muerte de personas
con discapacidad estaba limitada a pocas sociedades. Ya se mencionó el caso de los Inuits, y
también estuvo presente en pueblos nómades de la costa del Pacífico. Entre los mayas de
Centroamérica (en los actuales México y Guatemala) sabemos por testimonios de cronistas
que trataban con gran bondad a las personas con discapacidad física y a ancianos/as
incapaces de mantenerse. Entre los indígenas de Norteamérica los miembros impedidos de
trasladarse eran cuidados por el resto de la comunidad aunque eso representara el sacrificio
de los intereses comunes. De hecho las comunidades de las grandes llanuras
norteamericanas contaban con una lengua de señas, que no era privativa de las personas con
discapacidad auditiva sino que se empleaba para comunicarse con otras etnias. En la isla de
Manhattan vivía una etnia en la que un gran número de sus integrantes presentaban
discapacidad auditiva debido a la herencia de desarrollo de un gen dominante y que se
comunicaban con una lengua gestual. Entre los Incas del área andina de Sudamérica era
común la amputación de extremidades enfermas o con limitaciones, y se realizaban
esfuerzos por compensar la discapacidad.

Imagen incaica de un hombre con una pierna amputada que camina ayudado por un bastón. Fuente: Di Nasso,
Patricia; “Mirada histórica de la discapacidad”…, p. 13.

Desde la llegada de los españoles a las islas del Caribe en 1492 comenzó una etapa de
conquista del continente en la participaron las principales potencias europeas (Portugal,
Inglaterra, Holanda, Francia, Suecia, Dinamarca). Hacia 1511, como consecuencia del
exterminio masivo de la población originaria caribeña debido a los trabajos forzados y las
epidemias introducidas por los conquistadores, religiosos españoles propusieron la
introducción de esclavos africanos. Lo que hasta entonces había sido un flujo puramente
doméstico, se empezó a convertir en un verdadero comercio humano en el que competían
tratantes portugueses, ingleses, franceses y holandeses. Entre 1492 y 1870 se introdujeron
más de 9 millones de esclavos africanos. El precio de los esclavos era menor si estaban
enfermos o ancianos, siendo más caros los que estaban en su plenitud (entre los 20 y 40 años).
Pero independiente de su edad o estado físico, el esclavo era obligado a trabajar “de sol a
sol”. En el comercio de esclavos no había surgido aún la discriminación entre quienes eran
“aptos” e “incapaces” ya que mientras sirviera para trabajar y pudiera desplazarse, era mano
de obra explotable30.
Hay evidencia de que la influencia de la cultura europea modificó la concepción que los
pueblos originarios sobre la discapacidad. En Mesoamérica cambió el trato hacia las personas
con discapacidad llegando a ser similar a la que se tenía en la Europa medieval31.
También muchos pobladores originarios comenzaron a quedar en situación de
discapacidad debido a los trabajos forzados a los que los sometían los conquistadores. En las
minas de plata de Potosí y en las minas de azogue de Huancavélica durante los siglos XVI y
XVII los pobladores reducidos mediante las mitas mineras debían trabajar extrayendo
metales hasta 20 horas por diarios, por lo que para soportar el cansancio los españoles les
daban alcohol y coca. El cambio brusco de temperatura al salir de la mina provocaba
enfermedades respiratorias. Para purificar la plata mediante el método de la amalgama, se
obligaba a los mineros a mezclarla con mercurio utilizando sus piernas. Esto intoxicaba su
sangre, llevando a enfermedades de todo tipo. A veces se le desintegraban las encías como
resultado de la contaminación. Las mujeres eran obligadas a acompañar a los hombres para
que se ocuparan de su alimentación y para asegurar la reproducción de la mano de obra, por
lo que sufrían también las consecuencias de la contaminación. La mita minera ocasionaba tal
sufrimiento, que los mineros optaban por matar o mutilar a sus hijos varones para dejarlos
en situación de discapacidad que evitara que fueran reclutados para ese trabajo.
Esta conquista dio lugar a la acumulación originaria que llevó al surgimiento del
capitalismo. Como señalan Marx y Engels: “el descubrimiento de América y la circunnavegación
de África ofrecieron a la burguesía en ascenso un nuevo campo de actividad. Los mercados de India y
China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la multiplicación de los medios de
cambio y de las mercancías en general imprimieron al comercio, a la navegación y la industria un
impulso hasta entonces desconocida, y aceleraron con ello el desarrollo revolucionario de la sociedad
feudal en descomposición”32.
El otro elemento fue la reforma protestante que no representó un alivio para las personas
con discapacidad. Martín Lutero (1483- 1546) y Joan Calvino (1509- 1564) las denunciaban
como “habitadas por el demonio”. El primero llegó a ordenar la ejecución de un niño con
discapacidad mental. En las ciudades reformadas de Hamburgo y Frankfurt existían las
“jaulas de los idiotas”. Los puritanos fundadores de las colonias inglesas en Norteamérica le
asignaban el papel de bufón o “tonto del pueblo” (village idiot) a quienes tuvieran
discapacidad mental.
Por otro lado la medicina renacentista había hecho grandes avances como consecuencia de
la gran cantidad de heridos que producían las guerras de conquista y de religión. Ambroise
Paré (1510- 1592) inventó una técnica para ligar las arterias a los muñones en las
amputaciones y comenzó a utilizar forceps y suturas para atar heridas. En Alemania
comenzaron a utilizarse prótesis y aparatos ortopédicos muy desarrollados.
En muchos estados europeos comenzó a tomar fuerza la idea de que debía existir una
responsabilidad social hacia las personas con discapacidad.
El humanista valenciano Juan Luis Vives (1492/3-1540), quién debió huir de España por
temor a la Inquisición, siguió con la línea iniciada por Jofré y recomendó el ingreso de los

30 Joly, Eduardo; “La discapacidad: una construcción social al servicio de la economía”, en:
http://www.rumbos.org.ar/discapacidad-una-construccion-social-al-servicio-de-la-economia-clase-
facderuba, 2007.
31 Gómez Montes de Oca, Valeria; La Anomia para las personas con discapacidad...
32 Marx, Karl y Engels, Friederick; El manifiesto comunista, Buenos Aires, Colección Nogal, Gradifco,

2001, p. 20.
“desequilibrados” en los hospitales para que se efectuaran diagnósticos, pronósticos y
tratamientos. Es considerado por algunos como el padre de la Rehabilitación y de la
Psicología Empírica.
En sus obras Reglamentación de la Limosna (1518, 1523) y De Subventione Pauperum (1526),
Vives se opone a la prohibición de la mendicidad y propone su supresión por medio de la
educación y trabajo adecuado. Sostiene que para los que puedan trabajar “se les debe
preguntar si saben algún oficio. Los que no saben ninguno, si tuvieran edad apropiada, se les ha de
instruir en aquel para el cuál sintieren mayor propensión, siempre que sea posible, y si no, en alguno
análogo”. Para él, “ninguno hay tan inválido que le falte fuerzas para hacer algo” 33 . Para las
personas necesitadas de ayuda propone un sistema financiado por donaciones voluntarias,
presupuesto de las ciudades para fiestas y rentas de superiores eclesiásticos.
En Inglaterra durante el siglo XVI se produjo una merma de la riqueza y el poder de la
Iglesia debido a la confrontación con la Monarquía, que llevó al monarca absolutista Enrique
VIII (1491- 1537) a fundar la Iglesia Anglicana en oposición al catolicismo que pasó a ser
perseguido. Por entonces se produjo un incremento de las personas que dependían de la
ayuda social debido a las plagas y malas cosechas, así como el flujo constante de pobres
provenientes de Gales e Irlanda. Como consecuencia del temor a las “bandas de
pordioseros”, los Jueces locales exigieron una respuesta adecuada. Para asegurar la lealtad a
la Monarquía, la dinastía de los Tudor dictó la Ley de Pobres en 1601 que proveía asistencia
económica a aquellas personas que antes dependían de la caridad de la Iglesia. Pero la ley de
1388 obligaba a los funcionarios a separar entre pobres «merecedores», que incluía las
personas con discapacidad, y los «no merecedores», lo que propiciaba el recelo entre las
personas dependientes de la beneficencia34. Además, para tener acceso a la asistencia social,
las personas pobres perdían sus derechos civiles y su condición de ciudadanía.
A partir del siglo XVI la creciente burguesía urbana a la que se referían Marx y Engels,
comenzó a interesarse en el tratamiento de las personas con discapacidad. En 1780 se creó en
Suiza la primera Escuela para niños/as con discapacidad, aunque su función se limitaba más
al cuidado que a la educación.
La investigación sobre educación para personas sordas tuvo gran desarrollo en Gran
Bretaña, Holanda, los estados alemanes y la península itálica. En Francia se inició en el siglo
XVIII la enseñanza de personas sordas en base a lengua de señas, consiguiéndose niveles
educativos muy considerables a fin de que pudieran realizar tareas, entre ellas la educación
de sus semejantes. En 1620 Juan de Pablo Bonet publicó su Reducción de las letras y Arte para
enseñar a hablar a los Mudos, considerado como el primer tratado moderno de Fonética y
Logopedia, mediante el cual se podía enseñar una lengua de señas unimanual a personas
sordas e hipoacúsicas (unificadas entonces bajo el rótulo de «sordomudas» debido a su falta
de oralidad).
Por otra parte quienes padecían trastornos psíquicos, denominados «imbéciles»,
«dementes», «débiles mentales» o «locos/as», eran recluidos en asilos sin recibir ningún tipo
de atención médica. El trato hacia esas personas se limitaba a su aislamiento del resto de la
sociedad.
En 1656, por medio de un Decreto Real, se crearon en Francia los “Hospitales Generales”. A
diferencia de lo que nos indica su nombre, no se trataba de establecimientos médicos, sino
estructuras administrativas con estatuto semijurídico que le otorgaba autonomía legal por
fuera de los tribunales ordinarios para decidir la detención de personas consideradas
antisociales. El artículo XII establecía que tenían poder de autoridad, detención,
administración, policía, jurisdicción, corrección y castigo. Como resultado de esto, cientos de
personas con sufrimiento mental fueron secuestradas por la policía por orden de los
directores de los Hospitales Generales y recluidas sin juicio previo. En este sentido estaban

33 Aguada Díaz, Antonio León; Historia de las deficiencias…, pp. 5 y 91.


34 Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad…”, p. 72.
en peores condiciones que los presos, ya que no tenían derecho a defensa y no era necesaria
una sentencia para que fueran encerradas. Pocos años después de la sanción de este decreto
ya había 6000 personas encerradas, el 1% de la población total de Francia35.
Hasta finales del Renacimiento el “loco” no estaba privado de derechos, aunque esto no
impedía los maltratos que podían sufrir. Se los consideraba pacíficos, aislados del mundo
cultural y vagando por la ciudad. A partir de los siglos XVII y XVIII pasaron a ser
considerados furiosos, maníacos, violentos o suicidas. Tras el decreto francés de 1656 se
aprobaron leyes similares en toda Europa que combinaban el encierro con el despojo de sus
derechos36.
En Londres el Bethlem Royal Hospital, conocido como “el Asilo de Bedlam”, comenzó a
ofrecer espectáculos en el siglo XVIII en donde por un penique (o gratis el primer martes de
cada mes) se podían presenciar los brutales métodos que se aplicaba a las personas con
sufrimiento mental que se hallaban internadas. Los espectadores podían llevar palos para
golpear a los internos y a menudo se les daba alcohol para ver los efectos que le producían.
En 1814 llegó a tener 96 mil visitas, pasando a ser el mayor espectáculo de la ciudad37.

Escena del Manicomio de Bedlam en Londres, por el pintor satírico William Hogarth (1697- 1764).

La Revolución Francesa –que comenzó en 1789- estuvo influenciada por las obras de
pensadores de la Ilustración como Françoise-Marie Voltaire (1694- 1778), Jean Jacques
Rousseau (1712- 1778) y John Locke (1632- 1702), quienes llevaron a la sociedad a examinar la
vida y el mundo con base en la experiencia humana. Como resultado las personas con
discapacidad comenzaron a ser vistas como responsabilidad pública en la naciente sociedad
industrial. Ya no eran concebidas como “diferentes” sino que de acuerdo a los ideales de

35 Galende, Emiliano; “Breve Historia de la Crueldad Disciplinaria”, en: Galende, Emiliano y Kraut,
Alfredo; El Sufrimiento Mental, Buenos Aires, Lugar Editorial, 2008, pp. 31- 32.
36 Galende, Emiliano; “Breve Historia de la Crueldad Disciplinaria”..., p. 32.
37 Sanz, Javier; “El Manicomio, el mayor espectáculo de la ciudad”, en: Historias de la Historia,

http://historiasdelahistoria.com, 18 de marzo de 2012.


Libertad, Igualdad y Fraternidad se empezó a pensar en la posibilidad de que pudieran
llevar una vida “normal” si se le proporcionaban los medios adecuados38.

RECUADRO 1:
El Mito de la “liberación de los locos”
En 1789, en el marco de la Revolución Francesa y ante la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, un grupo de Intendentes alertaron sobre la situación de encierro
de miles de personas que había dejado la recientemente depuesta monarquía y aconsejaron
la reclusión solo para los “manifiestamente locos”. Ese mismo año la Asamblea Legislativa, a
través de su Comité de Mendicidad, designó una comisión para visitar los establecimientos
de encierro.
En 1790 la Asamblea aprobó un Decreto que ordenaba la liberación en un plazo de seis
semanas de todas las personas recluidas en castillos, casas de religión, casas de fuerza o
prisiones por orden del antiguo régimen, a menos que estuvieran legalmente condenadas
por crímenes importantes o a causa de la locura. El mismo decreto establecía más adelante
que en los próximos tres meses las personas “dementes” debían ser trasladadas a hospitales.
Como se puede ver, no se trata de la “liberación de los locos” como señalan varios mitos
sino de la creación de un nuevo ordenamiento jurídico y legal para tratar la locura. Se suelen
aceptar que fue el médico y político revolucionario Phillipe Pinel (1745- 1826) el que inició
una política social para el tratamiento de la salud mental. No obstante no fue Pinel sino un
jefe policial y un juez los que visitaron los asilos para ver cómo se iba a aplicar el decreto de
la asamblea. La policía se opuso a estas libertades, y en 1791 una nueva ley hacía
responsables a las familias de los daños que los individuos liberados pudieran causar y daba
poder a los municipios y a la Policía para el control social de los mismos.
El 25 de agosto de 1793 Pinel fue nombrado Director de Bicêtre, una combinación de cárcel
y asilo para alienados. El 4 de diciembre de 1794 fue nombrado Profesor de Medicina Interna
y en 1795 administrador de la Salpetriere, antiguo arsenal del Ejército Imperial convertido en
Hospital de Indigentes y -desde 1660- destinado como Asilo de Alienados. Durante su
desempeño en ambas instituciones Pinel liberó solo a 49 personas cuyo comportamiento era
considerado aceptable o cuya alienación o criminalidad era simplemente dudosa.
En su Tratado Médico-Filosófico de la Alienación Mental (1801), Pinel consideraba que existía
una única enfermedad mental –la Alienación- que presentaba cuatro entidades mórbidas: la
manía, la melancolía, la demencia y el idiotismo. Sostenía tres posibles causas de la
Alienación Mental: 1) físicas: directamente cerebrales o simpáticas; 2) herencia, a la que le
atribuía un lugar destacado; y 3) morales: pasiones desenfrenadas y excesos de todo tipo.
Dado que esta última era la principal, proponía un “tratamiento moral” consistente en la
institucionalización del paciente para alejarlo de las conductas que llevaron a la alienación, y
someterlo a una disciplina severa y patriarcal por parte del profesional. Para ello el médico
debía ser una persona de cualidades morales y éticas que pudiera generar la confianza
adecuada de una buena relación Médico- Paciente.
No obstante, el psiquiatra y psicoanalista Emiliano Galende sostiene que debería incluirse
a Pinel como uno de los reformadores de su tiempo, ya que rechazó el uso de cadenas y la
inmersión en agua que se realizaba en algunos asilos, tratamiento del cual decía que era “un
delirio de los médicos, peor que la enfermedad”. Sin embargo no era optimista sobre el
destino final de las personas internadas que consideraba incurables. Era, en cambio,
partidario de que los pacientes considerados “curados” fueran contratados en los asilos
como mucamos o enfermeros, en un intento de mantenerlos dentro de la institución.
Para el historiador Umberto Galimberti, Pinel “liberó” a los locos de las prisiones partiendo
del principio de que el loco no puede ser equiparado con el delincuente. Con esto se crea el

38 Hernández, Elsa; “Desarrollo histórico de la discapacidad…”.


mito de que la Psiquiatría es una ciencia de la liberación humana, cuando en realidad el loco
liberado de la prisión es inmediatamente recluido en el Manicomio. A partir de ahí empieza
su calvario dentro de una “Institución Total”, para usar la expresión de Goffman que se
refiere a aquellos lugares destinados a la represión de la subjetividad. En este sentido puede
ser considerado como el “iniciador de los manicomios”.
Otro médico francés, Antonio Atanasio Royer- Collard (1768- 1825) imitó a Pinel en la
Maison Nationale de Charenton, de la que llegó a ser médico Jefe en 1805. En 1816 Royer-
Collard fue nombrado Profesor de Medicina Legal en París y en 1821 fue el primer titular de
la Cátedra de Medicina Mental.
Jean Ettiene Esquirol (1772- 1840), discípulo de Pinel y su sucesor en la administración de la
Salpetriere desde 1820, es considerado el creador de la Psiquiatría como rama de la medicina
especializada en los trastornos mentales. Las propuestas de Esquirol giraban en torno a
encierro compulsivo, legislación para transferir al médico el poder jurídico y legitimación en
la medicina de una rama especializada en la alienación mental (por eso también se la llamaba
Medicina Alienista).
El 30 de junio de 1838 fue aprobada en Francia la “Ley de Alienados” o “Ley Esquirol”,
que planteaba la creación de Asilos para Alienados o Manicomios -especializados en tratar el
“furor maníaco”-, fijaba las condiciones de internación y las garantías concernientes a las
libertades individuales, suspendía los derechos ciudadanos de los alienados, organizaba la
protección de sus bienes, y daba al psiquiatra poder de médico, juez y policía para disponer
de las personas. Consideraba al “alienado” como “enfermo peligroso para si mismo y para
terceros” que debía ser internado con y sin su consentimiento. En los quince años posteriores
a la aprobación de la ley ya se habían creado 50 manicomios en todo el país -que estaban bajo
la autoridad del Ministerio y de la Prefectura de Policía-, y otros cientos en el resto de
Europa.
En Viena se creó una Narrenturum o “Torre de los Locos”, que contaba con cinco pisos y
140 celdas, que llegó a alojar a 250 personas que eran vigiladas mediante un mecanismo de
panóptico. Un informe de 1843 denunciaba el estado de suciedad del lugar, la falta de
iluminación, y las condiciones de los internos que eran atados con cadenas en los brazos,
piernas y cuello, mal alimentados (a veces a la fuerza) y cuya atención se realizaba por un
hueco protegido por una sólida reja de hierro.
En América también se crearon manicomios siguiendo este modelo. Uno fue inaugurado en
Brasil en 1852 y otro en República Dominicana en 1879.
La Psiquiatría se debatía entre “organicistas” y “psíquicos”, pero los primeros dominaban
los manicomios y las cátedras universitarias. Estos consideraban que los padecimientos
mentales se debían a un cerebro enfermo, por lo que ni el paciente, su familia o la sociedad
eran responsables, y se legitimaba el poder del médico sobre el paciente. Siguiente esta
lógica, se aplicaron durante todo el siglo XIX tratamientos que incluían castigos corporales
utilizando látigos o varas de abedul, la inmovilización mediante camisas de fuerza -
inventada en 1790-, sillas de fuerza -creadas en Filadelfia-, camas en donde se los ataba por
días con un orificio para que cayeran las deposiciones o la silla giratoria -creada por Erasmus
Darwin- en la que muchos morían, tratamientos “por asco” mediante la utilización de
purgantes y vomitivos, baños de agua fría que solían incluían bañeras inmovilizadoras que
impedían la movilidad del paciente y chorros de agua en la cabeza, administración de
mercurio, uso de sanguijuelas y hormigas, cortes en el cuero cabelludo, y descargas
eléctricos. Quienes morían con estos tratamientos brutales eran a menudo anotados como
“fugados” o “curados”.
Las terapias utilizadas por los discípulos de Pinel iban en contra los principios sostenidos
por la Revolución Francesa. No obstante como señala Foucault esto representó el nacimiento
de lo político y de los Estados modernos. En una ciudad pensada para el libre deambular de
los ciudadanos en los espacios públicos, y en una sociedad en donde se suponía que los
sujetos regidos por la razón realizaban las elecciones necesarias para posicionarse libre e
individualmente, fue necesario definir un espacio material y simbólico para alojar la “locura”
y tutelar a quienes no podían ejercitar su libertad por hallarse “alienados”.
Estas ideas estaban en consonancia con el nacimiento del capitalismo industrial que
necesita “sacar de circulación” a aquellas personas incapaces de producir ganancias para a la
burguesía. Recién en la segunda mitad del siglo XX se llevarían a cabo unas reformas en el
área de Salud Mental tendiente a defender los derechos humanos de las personas con
sufrimiento mental.

Fuentes: Bercherie, Paul; Los fundamentos de la clínica, Editorial Manantial, 1985; Galende, Emiliano;
“Breve Historia de la Crueldad Disciplinaria”, en: Galende, Emiliano y Kraut, Alfredo; El Sufrimiento
Mental, Buenos Aires, Lugar Editorial; Galimberti, Umberto; Los Mitos de nuestro tiempo, Madrid,
Debate, 2013; Stolkiner, Alicia y Solitario, Romina; “Atención primaria de la Salud y salud mental: la
articulación entre dos utopías”, en: Maceira, Daniel (comp.); Atención Primaria de la Salud: articulación
entre dos utopías, Buenos Aires, Paidos, 2007: y Vigliolia, Pablo; “Historia de Pinel y la liberación de
los dementes”, en: Actualización Terapéutica Dermatológica, Nº 25:56, 2004 (en www.atdermae.com).
5. La Discapacidad en la sociedad industrial

Entre 1780 y 1790 se produjo en algunas regiones de Inglaterra –como el caso de


Manchester-, un aceleramiento del crecimiento económico. Este proceso que daría en
llamarse «la Revolución Industrial» no implicaba solo cambios cuantitativos en torno a la
producción sino también cualitativos en el sentido en que se realizaban en el marco de una
economía capitalista. Por un lado se “liberaba” a la mano de obra al destruir las formas de
autoabastecimiento de la economía campesina, por lo cual los sectores despojados debían
emplearse como asalariados a fin de obtener ingresos monetarios que le permitieran adquirir
bienes de consumo en el mercado. Por otro lado el mercado interno y las reformas en la
agricultura (cercamiento, arrendamientos, producción de materias primas) incentivaron la
creación de industrias a lo largo de las islas británicas39.
El advenimiento de una economía capitalista basada en la producción industrial llevó a
una división técnica del trabajo en la cual los propietarios de los medios de producción –la
burguesía- procuraron contratar solo a quienes consideraban capaces de realizar tareas
repetitivas durante largas horas de trabajo –jornadas de 14 a 18 horas- en condiciones
francamente inhumanas40.
Al respecto cabe citar a Friederick Engels que en su obra La situación de la clase obrera en
Inglaterra (1845), señalaba que “¡He aquí, pues una buena lista de enfermedades, debidas
únicamente a la odiosa codicia de la burguesía!. Mujeres incapacitadas para la procreación, niños
lisiados, hombres debilitados, miembros aplastados, generaciones enteras estropeadas; condenadas a la
debilidad y la tisis, y todo ello, ¡únicamente para llenar la bolsa de la burguesía!”.
Mas adelante cita un reporte de Power: "Puedo realmente afirmar que el sistema manufacturero
ha provocado en Bradford una multitud de lisiados... y que los efectos físicos de una labor muy
prolongada no se manifiestan solamente bajo el aspecto de deformaciones verdaderas, sino de manera
mucho más general, por la paralización del crecimiento, el debilitamiento de los músculos y la
endeblez”.
La industria capitalista dejaba un gran número de personas con discapacidad, como se
puede apreciar en otro fragmento: “En Manchester, se puede ver, aparte de numerosos lisiados, un
gran número de mutilados; uno ha perdido todo el brazo o el antebrazo, otro un pie, aun otro la mitad
de la pierna; tal parece que se halla uno en medio de un ejército que regresa de una campaña. Las
partes más peligrosas de las instalaciones son las correas que trasmiten la energía del eje a las
diferentes máquinas, sobre todo cuando tienen curvas lo cual es, cierto, cada vez más raro; quienquiera
que sea atrapado por esas correas es arrastrado por la fuerza motriz con la rapidez del relámpago, su
cuerpo es lanzado contra el techo después contra el suelo con una violencia tal que raramente le queda
un hueso intacto y la muerte es instantánea”41.
Fue en este contexto que se empezó a utilizar el concepto de «Discapacidad» entendida
como la incapacidad para ser explotado con el objeto de generar ganancia para la clase
capitalista. Las personas consideradas «discapacitadas» junto con los pobres en general,
comenzaron a ser vistas como un problema social y educativo, y progresivamente
segregadas en instituciones de todo tipo, tales como los “hospitales generales” franceses, los
workhouses (hogares para pobres donde se los obligaba a trabajar), asilos (como el que se
creó en Montpellier), colonias, escuelas especiales (en 1881 aparece la primera escuela
pública para personas con discapacidad mental en Leipzig, y para 1863 había 22 escuelas

39 Bianchi, Susana; Historia social del mundo occidental…, pp. 106- 108.
40 Esta situación se mantiene a lo largo de todo el siglo XIX en la mayoría de los países
industrializados. En Inglaterra, en 1801, una legislación limitó la jornada de trabajo a 12 horas y recién
a mediados del siglo se consiguieron las 10 horas. La introducción de maquinaria, lejos de mejorar la
situación de la clase obrera, mantuvo y acentuó la jornada laboral extenuante y los salarios miserables.
Godio, Julio; Los orígenes del movimiento obrero, Buenos Aires, CEAL, 1971, p. 10.
41 Engels, Friedriks; La situación de la clase obrera en Inglaterra, edición original de 1845, en:

http://www.marxismoeducar.cl/me-01a.htm, 2001.
para sordos en los Estados Unidos) o la cárcel (a través de la represión utilizando leyes de
vagancia y mendicidad). El desarrollo de estas instituciones, tal como las concibieron
Foucault o Althusser, adquirió mayor sentido con el surgimiento del sistema capitalista,
combinándose el control físico del cuerpo con el control de las mentalidades. Las
instituciones de encierro no tenían como objetivo sacar de circulación a estas personas sino
“normalizarlas” para que encajaran en la sociedad. Las cárceles, las escuelas, los talleres y los
hospitales cumplían el mismo objetivo disciplinario. Aunque no se recluyó a todas las
personas con discapacidad, la existencia de estas instituciones marcó su destino en el
imaginario colectivo.

Imagen de una industria textil del siglo XIX, en donde la explotación laboral dejaba a muchos obreros en
situación de discapacidad.

En El Capital (1859), una de las obras más importantes para entender el surgimiento y
desarrollo de la economía capitalista, Karl Marx señala que la burguesía dispone de la
creación de una sobrepoblación relativa o «ejército industrial de reserva» que se encuentra “a
disposición del capital, que le pertenece a este tan absolutamente como si la hubiera criado a sus
expensas. Esta sobrepoblación crea, para las variables necesidades de valorización del capital, el
material humano explotable y siempre disponible, independientemente de los límites de aumento real
experimentado por la población”. Esta reserva no existe paralela a la producción capitalista, sino
que ha sido creada a través de “la condena de una parte de la clase obrera al ocio forzoso mediante
el exceso de trabajo impuesto a la otra parte y viceversa, se convierte en un medio de enriquecimiento
del capitalista singular”42. El capitalismo requiere de ella para mantener a la baja los salarios de
la población ocupada.
Para Marx tendríamos entonces dos tipos de Ejércitos Industriales: uno Activo y otro de
Reserva. Al segundo pertenece en algún momento toda la clase obrera, ya sea cuando se
encuentra desocupada o cuando trabaja a tiempo parcial. No obstante hay un sector tan
marginado que no puede llegar a formar parte del Ejército Activo en ningún momento. Son

42 Marx, Karl; El Capital: crítica de la economía política, cap. XXIII, en:


http://pendientedemigracion.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/23.htm.
las personas con discapacidad, que no solo se ven imposibilitadas de ingresar al sistema de
producción, sino que el mismo sistema al generar la separación del hogar y el trabajo, y como
consecuencia del debilitamiento de la producción artesanal y el trabajo agrícola, deja a estas
personas sin posibilidad de subsistencia y –en las clases populares – dificulta incluso el
ingreso a la vejez.
Por otro lado a lo largo del siglo XIX se dieron algunos avances en la educación de
personas con discapacidad. El sistema de lectura y escritura táctil para personas ciegas fue
inventado en 1825 por Louis Braile –quién quedó ciego en su niñez debido a un accidente en
el taller de su padre- cuando tenía 13 años luego de que el director de la Escuela para Sordos
y Ciegos de París le pidió que probara un sistema de lectoescritura inventado por el militar
Charles Barbier para transmitir órdenes a puestos de avanzada sin tener necesidad de delatar
la posición durante las noches. Braille descubrió al cabo de un tiempo que el sistema era
válido y lo reinventó utilizando un sistema de ocho puntos. Al cabo de unos años lo
simplificó dejándolo en el sistema universalmente conocido y adoptado de 6 puntos.
En Argentina se abrió en 1857 la primera escuela para personas sordas e hipoacúsicas, la
Sociedad Filantrópica Regeneración, por iniciativa del músico y maestro alemán Karl Keil
(1825-1871)43. En la década de 1880 se creó el Instituto Nacional de Sordomudos, y en 1887 el
pedagogo español Juan Lorenzo y González comenzó a educar a un grupo de niños ciegos
del Asilo de Huérfanos44.

Persona en silla de ruedas a finales del siglo XIX.

43 La figura de Karl Kiel ha sido poco estudiada. Abad de Santillán señala que estudió música en su
ciudad natal, Witemberg, y en 1855 llegó a Buenos Aires contratado como profesor y organista para
iglesias alemanas. En 1857 fundó la Sociedad de Canto Germania y el Asilo de Sordomudos bajo
auspicio de la Logia Masónica. Más tarde fundó el Asilo de Mendigos. Era un gran intérprete de
Mozart, Beethowen y Rossini. Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871 prestó ayuda a las
personas infectadas, llegando a contraer la enfermedad que lo llevó a la muerte. Abad de Santillán,
Diego; Gran Enciclopedia Argentina, tomo IX (Apéndice), Buenos Aires, EDIAR, 1964, p. 273.
44 Borinsky, Marcela y Talak, Ana María; “Problemas de la anormalidad infantil en la Psicología y la

Psicoterapia”, en: El Seminario, www.elseminario.com.ar, 2005.


En el Imperio Alemán el canciller conservador Otto von Bismarck implementó una serie de
reformas tendiente a mejorar la situación de la clase obrera para contrarrestar la influencia
que tenía en ella la socialdemocracia. En 1883 se aprobó una ley que creaba las Cajas de
Seguro de Enfermedad obligatorio. Las cajas se financiaban con aporte de los obreros (entre
el 1,5 y el 4% de su salario), la patronal y el Estado, y eran administradas por sus propios
beneficiarios. Esto reemplazaba el mutualismo inglés (que era optativo) y la beneficencia
(que reproducía prácticas de dominación) por un sistema de seguridad social solidario y
obligatorio. En 1884 se aprobó la Ley de Accidentes de Trabajo, que brindaba atención a los
obreros que quedaban en situación de discapacidad como consecuencia de su trabajo. En
1889 la Ley de Vejez e Invalidez. Todas estas leyes quedaron plasmadas en el primer Código
de Seguridad Social de 191145.
Pero estos pequeños avances no afectaron la situación de discriminación y marginación que
sufrieron las personas con discapacidad a lo largo del siglo XIX.

RECUARO 2:
Eugenesia
Conviene mencionar brevemente el movimiento de la eugenesia, surgido en las décadas de
1860 y 1870, y su relación con la Discapacidad. Sus ideas fueron sistematizadas por Francis
Galton, basándose en la obra de su primo Charles Darwin. En El Genio Hereditario (1869),
Galton sostenía dos ideas fundamentales: 1) que la inteligencia era un factor determinante
por el que la persona podía destacarse en un determinado campo; y 2) que la inteligencia era
hereditaria, aunque no explicaba el mecanismo por el cual se heredaba.
Como muchos intelectuales y políticos ingleses del siglo XIX, Galton estaba preocupado
por el crecimiento de los sectores más desfavorecidos y marginados lo que repercutía en una
caída de la inteligencia media, ya que consideraba que los mayores coeficientes intelectuales
se hallaban en las clases más altas. De allí la idea de favorecer las condiciones reproductivas
de aquellos que estuvieran mejor dotados. En una conferencia definió a la eugenesia como “la
ciencia que se ocupa de todas las influencias que mejoran las cualidades innatas de una raza y también
aquellas que las desarrollan en su máximo provecho”.
Desde entonces se crearon institutos eugenésicos en todo el mundo y entre 1890 y 1945
diversos Estados aplicaron políticas eugenésicas de dos tipos: 1) Positivas, que fomentaban la
unión reproductiva favorable para el perfeccionamiento de la especie mediante la asociación
y selección; y 2) Negativas, tendientes a evitar la reproducción de quienes tuvieran rasgos
considerados “inferiores” a través de la segregación, la esterilización forzada y el genocidio.
Las personas con discapacidad se convirtieron en víctimas de estas políticas en todo el
mundo. En 1907 el Estado norteamericano de Indiana fue el primero en el mundo en
autorizar las esterilizaciones forzadas. Un total de 33 Estados norteamericanos llevaron a
cabo prácticas similares. En 1940 el Departamento de Salubridad de los Estados Unidos
comenzó a promover la esterilización como método para combatir la pobreza. Hasta su
prohibición en la década de 1970, un total de 65 mil personas fueron esterilizadas, la mayoría
de las cuales pertenecían a minorías étnicas (afroamericanos/as, portorriqueños/as, pueblos
originarios, migrantes).
En Suecia el parlamento aprobó en 1922 la creación del Instituto Nacional de Biología de
las Razas y en 1934 empezaron las esterilizaciones forzadas. Se calcula que se esterilizaron 62
mil personas en un periodo de cuarenta años –hasta 1976-, principalmente personas
internadas en instituciones psiquiátricas.
Argentina, Australia, Canadá, Sudáfrica, Singapur, Noruega, Gran Bretaña y Suiza también
aplicaron políticas eugenésicas positivas y negativas.

45 Galende, Emiliano; De un Horizonte Incierto, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1997, p. 144.
En la Alemania Nazi (1933- 1945) la Ley para la Prevención de la Progenie Defectuosa
obligaba la esterilización de personas con discapacidad mental, física o sensorial,
esquizofrenia, trastorno bipolar, epilepsia, alcoholismo y enfermedad de Huntington. Entre
1935 y 1939 se esterilizaron a 50 mil personas, y entre 1940 y 1941 setenta mil personas con
diagnósticos psiquiátricos fueron ejecutadas en la Cámara de Gas.
Estas medidas no se podrían haber llevado a cabo sin la complicidad de las ciencias
biomédicas con el genocidio. Como señala una investigación de Fernanda Núñez, los
médicos fueron el grupo profesional más densamente nazificado e hicieron más por el III
Reich que cualquier otra profesión. Médicos y biólogos jugaron un papel activo y director en
la iniciación, administración y ejecución de cada uno de los programas eugenésicos de
exterminio más importantes. Esto se debe a la popularidad que tenían las ideas eugenésicas
en Alemania. La ley que autorizaba las esterilizaciones masivas había sido preparada
durante la República de Weimar (1918-1933) por parte de profesionales reconocidos, algunos
de los cuales eran judíos o militantes socialdemócratas, y que difundían abiertamente sus
ideas en Congresos de su especialidad. Es casi cierto incluso -señala Núñez- que ningún
médico recibió jamás la orden de matar a los pacientes de los centros psiquiátricos o a
personas con discapacidad, sino que les fue dado el poder de hacerlo e hicieron su tarea sin
protestar y a veces incluso por su propia iniciativa.
Esto muestra como la Eugenesia no era una idea marginal sino un paradigma dominante
dentro de las ciencias biomédicas en la primera mitad del siglo XX.
Tras la Segunda Guerra Mundial la eugenesia comenzó a ser fuertemente cuestionada por
su utilización en manos del nazismo (aunque sin citar que su origen se situaba en Gran
Bretaña, Estados Unidos y Suecia). La posterior Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948) y numerosos protocolos internacionales pusieron fin a esta práctica.

Fuente: Galton, Francis; “Eugenesia: su definición, alcance y objetivos”, en: El Seminario,


www.elseminario.com.ar, 2012; Núñez, Fernanda; “Las peligrosas relaciones de las ciencias
biomédicas con el nazismo”, en: Desacatos, México, Nº 4, 2000; Sanz, Javier; “Los suecos: un ejemplo
para los nazis”, en: Historias de la Historia, www.historiasdelahistoria.com, 6 de octubre de 2011; y
Valencia, Luciano Andrés; “Eugenesia y test mentales: su aplicación en Estados Unidos y Argentina
en la primera mitad del siglo XX”, en: Rebelión, www.rebelion.org, 3 de septiembre de 2014.
6. El Paradigma de la Rehabilitación.

La Primera Guerra Mundial, que se desarrolló entre 1914 y 1918, dejó en los países
involucrados un gran número de jóvenes con secuelas físicas y psíquicas adquiridas durante
el conflicto bélico. Solo en Gran Bretaña, al finalizar la guerra, unas 120 mil personas recibían
subsidios por discapacidades psíquicas adquiridas en el campo de batalla, lo que
representaba alrededor del 15% de todas las subvenciones por discapacidad46.
En 1919 se creó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tuvo un papel decisivo
en la aprobación de normativas –aunque limitadas- tendientes a proteger los derechos de las
personas con discapacidad congénita y adquirida, y en la promoción y desarrollo de
Programas de Rehabilitación.
En Argentina ya se venían aplicando terapias de rehabilitación para niños considerados
débiles y con patologías innatas o adquiridas desde la década de 1910, basados en políticas
de Eugenesia Positiva e ideas lammarckianas de heredabilidad de los caracteres adquiridos,
lo que hacía necesario modificar las condiciones físicas y mentales que se querían eliminar en
la siguiente generación. Por lo tanto se recomendaba a los niños y las niñas “débiles”, que
asistieran a Escuelas Especiales temporal o permanentemente para insertarlos nuevamente
en la sociedad sin debilidades. La idea central de estas escuelas era robustecer a estos niños
considerados “débiles, indisciplinados y físicamente defectuosos”. Estas intervenciones
tenían un carácter rehabilitador en una temporalización determinada. Eventualmente las
escuelas fueron reemplazadas por Colonias de Verano, ya que se consideraba que en climas
diferentes como las costas, llanuras o montañas, el aire ayudaba a fortalecer su debilidad. A
veces se complementaban ambas instituciones ya que las escuelas funcionaban de mayo a
septiembre para evitar el calor del verano, y las colonias en los meses de verano. El objetivo
último era alcanzar los estándares de normalidad y belleza establecidos por los eugenistas47.
En Mar del Plata, a 400 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, se había fundado en 1893 el
Hospital Marítimo y Asilo para niños con tuberculosis, que ofrecía tratamientos de
helioterapia y talasoterapia. A partir de 1919, con la aprobación de la Ley de Patronato de la
Infancia, se comenzó a encerrar en esa institución a “niños-menores” (como los llamaba la
ley) para “protegerlos de los peligros detallados de la calle”, lo que resultó contraproducente
porque muchos de ellos terminaron contrayendo la tuberculosis48.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945 un número no inferior a 12 países
concentraron sus esfuerzos médicos y científicos en la integración de personas con
discapacidades físicas lo que facilitó el desarrollo formal de la rehabilitación.
También se llevaron a cabo esfuerzos tendientes a rehabilitación a las personas con
trastornos psíquicos. Durante la guerra Wilfred Bion y John Rickman – que junto con Tom
Main y Maxwell Jones fueron los principales protagonistas de la Psiquiatría Social-, fueron
designados en el Hospital Militar Northfield, en Inglaterra, donde llevaron a cabo una serie
de experiencias de rehabilitación para pacientes neuropsicóticos 49 . Bion buscaba formar

46 Rose, Nikolas; Governing the soul. The shaping of the self, London and New York, Routledge, 1990, cap.
IV.
47 Olaechea, Belen; “Debilidad, eugenesia y actividad física a principios del siglo XX”, en: Memoria

Académica, www.memoria.fahce.unlp.edu.ar, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,


Universidad Nacional de La Plata, 2008.
48
Álvarez, Adriana; “La experiencia de ser un „niño débil y enfermo‟ lejos de su hogar: el caso del
Asilo Marítimo, Mar del Plata, 1893-1920” en: História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio do Janeiro,
vol.17, N° 1, janeiro-marzo de 2010.
49 El término “neuropsicosis” o “psiconeurosis” fue utilizado por Sigmund Freud en sus trabajos “Las

Neuropsicosis de Defensa” (1894) y “Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa”


(1896) para referirse a un conjunto de patologías que incluían la Histeria, las Obsesiones y Fobias, la
Psicosis Alucinatoria y la Paranoia. Más tarde el concepto fue descartado al realizarse una nueva
clasificación de las psicopatologías.
hombres que se respetaran a sí mismos y estuvieran socialmente adaptados, partiendo de
reconocer que la neurosis era una discapacidad que afectaba el trabajo, el rendimiento y la
felicidad. El “experimento Northfield” buscaba crear una comunidad terapéutica en el cual el
Hospital no sería usado como una organización dirigida por médicos según sus intereses,
sino como una comunidad con participación plena de todos los individuos en la vida diaria
con el objetivo de rehabilitar a los individuos neuróticos para la vida en sociedad común50.
El Paradigma de la Rehabilitación debe entenderse enmarcado dentro de las políticas del
Estado de Bienestar que se aplicaron a partir de la Crisis Económica Mundial de 1930 y se
expandieron durante la segunda postguerra. Implicaba la puesta en práctica de un sistema
de solidaridad social que apuntaba a corregir las injusticias del “capitalismo espontáneo” y
en el cual el Estado se consideraba como responsable del progreso social de la población. A
través del gasto público se incentivó el consumo de masas lo que favoreció el incremento de
la producción sosteniendo la demanda, se incrementaron las prestaciones sociales y se
aumentó el poder de compra de los asalariados a través del salario directo o indirecto. El
objetivo de estas políticas era incorporar a las clases populares al proceso de acumulación
capitalista51.
En 1955 la OIT publicó su Recomendación Nº 99 sobre «Rehabilitación y Empleo de los
Inválidos», que planteaba la necesidad de poner a disposición de las personas con
discapacidad los medios de adaptación y readaptación profesional independientemente de
su origen, naturaleza y edad, siempre que puedan ser preparadas para ejercer el empleo
adecuado y tengan perspectivas razonables de obtener y conservar su empleo. Esta
recomendación apuntaba desde un primer momento a la integración social y laboral de las
personas con discapacidad52.
En Latinoamérica el campo de la Rehabilitación comenzó hacia 1955, a través de la
previsión de servicios médicos y educacionales, pero desde una percepción proteccionista y
asistencial. Además la mayoría de las instituciones que se crearon eran de carácter privado y
sin apoyo financiero del sector público, por lo que solo pudo cubrir las necesidades de un
pequeño sector de la población con discapacidad. Recién en la década de 1960 empezó a
tener un mayor protagonismo el Estado, pero siempre conservando para las personas con
discapacidad el papel pasivo de destinatarios de sus servicios.
El paradigma de la Rehabilitación puede incluirse dentro del llamado «Modelo Médico
Biológico» de la Discapacidad, que pone énfasis en las patologías que generaban, como
producto final, un déficit en el funcionamiento del individuo y lo inhabilitaban para llevar
una vida “normal”. La discapacidad adquiere para este modelo el carácter de síntoma o
desviación observable de los parámetros biomédicos de normalidad en el funcionamiento de
las estructuras o funciones corporales y psíquicas. Frente a este trauma o lesión, se deben
poner en marcha medidas terapéuticas compensatorias. En definitiva, la Discapacidad no es
vista como el resultado de un conjunto de condiciones sociales, sino como una enfermedad
que debe ser curada. Bajo este modelo, las personas con discapacidad podían quedar en una
situación de minoridad, imposibilitadas de ejercer sus derechos civiles, políticos, económicos
y sociales, hasta que fueran curadas, es decir, hasta que dejaran de ser «personas con
discapacidad» para ser «personas comunes y corrientes».
A partir de entonces se crearon especialidades tales como la fisiatría, traumatología,
kinesiología, psicomotricidad, terapia ocupacional y psicología de la rehabilitación, para
atender a estos esfuerzos.
Este modelo fue objeto de cuestionamiento por parte de movimientos políticos y sociales
de las décadas siguientes.

50 Rose, Nikolas; Governing the soul…, cap. IV.


51 Di Tella, Torcuato; Chumbita, Hugo; Gamba, Susana y Paz, Gajardo; Diccionario de Ciencias sociales
y políticas, Buenos Aires, Emecé, 2001, p. 238.
52 Hernández, Elsa; “Desarrollo histórico de la discapacidad…”.
RECUADRO 3:
Políticas sociales y Discapacidad en la Unión Soviética
Otro país que venía aplicando políticas en torno a la discapacidad era la Unión Soviética.
Tras la Revolución Socialista de 1917 se aprobaron más de 100 decretos para proporcionar
cobertura social al pueblo y en especial a niños/as, ancianos/as y personas con
discapacidad.
En un primer momento, la Guerra Civil de 1918- 1921, que contó con la intervención de 14
potencias imperialistas, limitó la aplicación de políticas sociales e impidió que el naciente
Estado Obrero pudiera ocuparse de las personas con discapacidad. El Código sobre el
Matrimonio, la Familia y la Tutela de 1918, establecía que en caso de divorcio, se debía pagar
una pensión alimentaria al cónyuge que fuera “un pobre discapacitado”, ya que de lo
contrario se vería sin medios de subsistencia. La reforma de 1926 amplió la cobertura al
cónyuge “discapacitado, necesitado o desocupado”.
La designación de la revolucionaria Alexandra Kollontai (1872- 1952) como Comisaria del
Pueblo para la Asistencia Social, aún en medio de la guerra, significó la implementación del
primer sistema de pensiones para personas con discapacidad debido a la guerra o accidentes
laborales, que benefició a más de 1,5 millón de personas y sus familias. Con el posterior
desarrollo económico de la década de 1930 se implementó un ambicioso plan de pensión por
vejez.
También se inauguró en la Unión Soviética la primera red sanitaria general de la historia,
por obra del médico Nikolai A. Semashko (1874- 1949), fundador del Partido Bolchevique y
Comisario de Sanidad entre 1918 y 1930. En su libro Protección de la salud en la URSS (1934)
estableció tres principios básicos que debía reunir el servicio soviético de salud: unidad en la
organización, participación de la población en la totalidad del trabajo de protección de salud
y medidas profilácticas de prevención. El modelo de Semashko influyó en otros países. El
médico e historiador de la ciencia suizo Henry E. Sigerist (1891- 1957) difundió la obra de
Semashko en los Estados Unidos y otros países capitalistas, dando lugar a la llamada
Medicina Socializada que abogaba por la solidaridad social en la protección de la salud.
En 1936 se aprobó en la Unión Soviética una Constitución que en su artículo 120º establecía
que “los ciudadanos de la URSS tienen derecho a la asistencia económica en la vejez, así como en caso
de enfermedad y de pérdida de la capacidad de trabajo”. En el caso particular de las personas con
discapacidad se garantizaba una pensión de por vida y la gratuidad de todos los
tratamientos. Para ello definía tres grados de discapacidad: 1) Total: para las personas que no
podían trabajar y necesitaban cuidados permanentes; 2) Parcial: para las personas que
podían ejercer un trabajo en la medida de sus posibilidades; y 3) Relativa: para las personas
que por motivos de salud o físicos no podían seguir desempeñando su trabajo.

Fuente: García Altube, Alvaro; “Discapacidad y socialismo, los datos nos dan la razón”, en. Tinta
Roja, www.tintaroja.es, Nº 30, 2013; Goldman, Wendy Z.; La Mujer, el Estado y la Revolución, Buenos
Aires, Instituto de Pensamiento Socialista (IPS), 2010; y Olarieta, Juan Manuel; “La Era de la Salud
Pública nació en la URSS”, en: Civilización Socialista, http://civilizacionsocialista.blogspot.com.ar, 21
de diciembre de 2010.
7. Los Movimientos Sociales de Personas con Discapacidad.

Los movimientos sociales de personas con discapacidad surgieron en la década de 1970


como continuidad de los movimientos por los derechos civiles que protagonizaron
importantes luchas en los años anteriores. Su objetivo era luchar por mejorar la calidad de
vida de las personas con discapacidad, asegurar la accesibilidad al medio físico y social, y
por el derecho a una «vida independiente». El concepto «vida independiente» había sido
utilizado en 1959 por una legislación del Estado de California que permitía que las personas
que habían contraído poliomielitis pudieran salir de los centros de internación y reintegrarse
en la sociedad mediante beneficios económicos.
El activista británico Paul Hunt sostiene que las personas con discapacidad han sido
«desventuradas» porque se las considera incapaces de disfrutar de los beneficios de la
sociedad moderna. Dado el carácter prioritario del trabajo en la cultura occidental, estas
personas son consideradas “inútiles” para el bienestar económico de la comunidad. De este
modo están en la misma situación que otros grupos oprimidos de la sociedad (minorías
étnicas, homosexuales). Hunt llama la atención de la discriminación que sufren las personas
con discapacidad en el trabajo, en los hospitales, en restaurantes o en sus relaciones
conyugales. El “reto” que deben enfrentar a los valores de los “capacitados”, es que se los
considera “enfermos que sufren y sienten dolor”, es decir, son todo aquello a lo que le teme
el “mundo normal”53.
En 1972 Hunt fue uno de los fundadores de la Unión of the Physically Impaired Againt
Segregations (UPIAS), que estableció la distinción entre insuficiencia y discapacidad. La
primera se relaciona con el Modelo Médico Biológico al tener en cuenta las condiciones
biofísicas individuales. El segundo hace referencia a “la desventaja o la limitación de
actividad causada por una organización social contemporánea que no tiene en cuenta, o lo
hace muy poco, a los que tienen insuficiencias físicas, y por lo tanto, las excluye de las
actividades sociales generales”54. Esta definición fue ampliada más tarde para incluir todas
las discapacidades físicas, sensoriales e intelectuales.
Asistimos al nacimiento del «Modelo Social» que postula que la discapacidad no es un
atributo personal, sino que se expresa socialmente por la presencia de ámbitos en donde las
personas con discapacidad no se les permite acceder. El origen puede ser congénito,
producto de una enfermedad o a causa de un accidente, pero lo que genera la Discapacidad
es la falta de adecuación del entorno para compensar o neutralizar los efectos de la limitación
de la persona. Como señala el sociólogo Eduardo Joly “la discapacidad, tal como me he referido a
ella, es una construcción social. Es algo que a primera vista parece estar en mi cuerpo –Joly padece
una discapacidad motriz debido a un accidente -, pero que en realidad está en el lugar que se me
permite ocupar en la sociedad”55.
En esta época se comienza a utilizar el concepto de «Persona con Discapacidad» en lugar
de «discapacitado» o «insuficiente» del Modelo Médico Biológico, ya que hace referencia a la
persona como sujeto de derecho antes que a la discapacidad.
Bajo el Modelo Social la Discapacidad no se considera un síntoma o condición médica sino
una construcción social que modifica o condiciona la realidad de estas personas. Ya no se las
considera “enfermas” que deben ser tratadas o “menores de edad” cuyos derechos han sido
limitados, sino como ciudadanos o ciudadanas activas en la vida política, económica y social
de la comunidad, y cuya opinión debe ser tenida en cuenta a la hora de elaborar políticas de
inclusión. El lema que adquieren estos movimientos en sus manifestaciones y actos públicos
es “Nada sobre nosotros, sin Nosotros”. En Gran Bretaña se crea por esta época el British

53 Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad…”, p. 62.


54 Barnes, Colin; “Las teorías de la discapacidad…”, p. 62.
55 Joly, Eduardo; “La discapacidad: una construcción social…”.
Council of Organisations of Disable People (BCODP), que aglutina organizaciones
conformadas y dirigidas por personas con discapacidad.
Una extensión del Modelo Social ha sido el «Político Activista de la Discapacidad» o
«Modelo de las Minorías colonizadas», que considera que las personas con discapacidad han
sido un grupo minoritario discriminado y oprimido por las sociedades antigua, feudal y
capitalista, por lo que incorpora el reclamo por sus derechos a las luchas sociales y políticas.
Desde entonces se fueron creando organizaciones de personas con discapacidad en todo el
mundo, que reclaman un nuevo papel en el diseño y organización de políticas sociales, con
un mayor protagonismo y autonomía56.

Fuente: http://prezi.com/qjxers9uw1rp/historia-de-la-discapacidad/

Entre los principales activistas por los derechos de las Personas con Discapacidad en el
mundo occidental podemos mencionar los siguientes:

Alan Reich Fundadora de la Organización Nacional sobre Discapacidad (NOD)


de los Estados Unidos, organización no lucrativa dedicada a
incrementar los derechos y participación de las personas con
discapacidad existentes en todo el mundo.

Kathryn McGee Reconocida por fundar dos de las primeras organizaciones por los
derechos de las personas con Síndrome de Down.

Ed Roberts Reconocido como padre de los movimientos de personas con


discapacidad. Sus esfuerzos por ingresar en la Universidad
permitieron su admisión en Berkeley en 1962. Fue además el
fundador del primer Centro de Vida Independiente.

John Tyler Padeció poliomielitis y se convirtió en defensor de los derechos de las


personas con discapacidad. Entre sus actos, destaca aparcar su silla de

56Hernández, Elsa; “Desarrollo histórico de la discapacidad…”.; y Di Nasso, Patricia; “Mirada


histórica de la discapacidad”….
ruedas delante de los autobuses en Seattle a finales de 1970 para pedir
ascensores para sillas de ruedas en el transporte público ya que los
ascensores originales volcaban las sillas de ruedas. Después de su
muerte por suicidio el 24 de diciembre de 1984, fue recordado en el
Central Park de Seattle, con un edificio de apartamentos construido
específicamente para personas en sillas de ruedas.

Diana Braun y Activistas. Diana tiene Síndrome de Down y Kathy padece de


Conour Kathy parálisis cerebral desde su nacimiento. Han viajado juntos durante
décadas fomentando la vida independiente para personas con
discapacidad.

Gabriela Poeta mexicana con parálisis cerebral. Su vida fue narrada en la


Brimmer película Gaby: A True Story. En 1989 fundó la Asociación por los
Derechos de las Personas con Alteraciones Motoras (ADEPAM),
siendo su finalidad proporcionar asesoría social, médica, fisiológica,
fisioterapéutica y de educación. En 1995 obtuvo la Medalla al Mérito
Ciudadano otorgado por la Legislatura de la Ciudad de México. En
1997 fue elegida representante del Comité de Mujeres de la Región
Latinoamericana. Murió en 2000, a los 54 años, de un paro cardíaco.

Como resultado de estas luchas se fueron incorporando los derechos de las personas con
discapacidad en las normativas internacionales. En 1982 las Naciones Unidas aprobaron el
Programa de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad. En su artículo 21º establece que
para lograr los objetivos de igualdad y plena participación “no bastan las medidas de
rehabilitación”, sino que se debe asegurar el acceso a la vida familiar, el empleo, la educación,
la vivienda, la seguridad social, la participación en grupos sociales y políticos, las actividades
religiosas, las relaciones afectivas y sexuales, el acceso a las instalaciones públicas y la
libertad de movimiento. El 60º amplia esto al señalar los derechos de estas personas a
participar en todos los procesos sociales. A su vez el 85º establece que “debería consultarse a las
personas con discapacidad57 y a sus organizaciones en el desarrollo y ejecución del programa. Con este
fin debe hacerse cuanto sea posible para alentar la formación de organizaciones de personas con
discapacidad a nivel local, nacional, regional e internacional”58.
En 1992, al término del «Decenio de las Naciones Unidas para los Impedidos» (1983-1992),
la Asamblea General proclamó, a través de la resolución 62/127, el 3 de diciembre como «Día
Internacional de las Personas con Discapacidad» con el objeto de sensibilizar a la opinión
pública sobre las cuestiones relacionadas con la discapacidad, movilizar el apoyo a la
dignidad, los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad, y promover la toma
de conciencia sobre las ganancias que se derivarían de la integración de las personas con
discapacidad en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
Posteriormente, la Asamblea hizo un llamamiento a los Estados Miembros para que
destacaran la celebración del Día, con miras a fomentar una mayor integración en la sociedad
de las personas con discapacidades. La primera celebración se realizó en 1997 bajo el lema
“Arte, deporte y discapacidad”.
En 1994 la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales, organizada por
el Gobierno Español y la UNESCO aprobó la «Declaración de Salamanca», que proclamaba,
entre otros puntos, que: a) los sistemas educativos deben ser planificados y programados
para que tengan en cuenta una amplia gama de características, intereses, capacidades y

57 En esta Declaración ya se utiliza el concepto de «Persona con Discapacidad», en lugar de


«discapacitado», «insuficiente» o «minusválido».
58 Hernández, Elsa; “Desarrollo histórico de la discapacidad…”
necesidades de aprendizaje de los diferentes niños y niñas; b) los niños con necesidades
educativas especiales deben tener acceso a las escuelas ordinarias; c) las escuelas ordinarias
con esta orientación deben ser un ámbito de integración y de destierro de prácticas
discriminatorias; y d) la integración y la participación forman parte del respeto a la dignidad
humana y el disfrute de los derechos humanos59.
El máximo logro obtenido por las organizaciones a través de sus luchas ha sido la
aprobación por parte de las Naciones Unidas de la «Convención sobre los derechos de las
personas con discapacidad» y un «Protocolo Facultativo» el 13 de diciembre de 2006. En la
sesión del 30 de marzo de 2007 se obtuvieron 82 firmas de la Convención y 44 del Protocolo
Facultativo, así como una ratificación de la Convención. Nunca una convención de las
Naciones Unidas había reunido un número tan elevado de signatarios en el día de su
apertura a la firma. Se trata del primer instrumento internacional que supone un cambio de
paradigma en las actitudes y enfoques respecto de las personas con discapacidad, ya adhiere
al Modelo Social en el marco de los Derechos Humanos.
La Convención se concibió como un instrumento de derechos humanos con una dimensión
explícita de desarrollo social. En ella se adopta una amplia clasificación de las personas con
discapacidad y se reafirma que todas las personas con diferentes tipos de discapacidad
deben poder gozar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Se aclara que
“el propósito de la presente Convención es promover, proteger y asegurar el goce pleno y en
condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las
personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente” (art. 1º). Para que las
personas con discapacidad sean conscientes de sus derechos se establece que la Convención
debe ser publicada en todos los formatos posibles, ya sea sonoro, braille o formatos
computacionales (art. 2º). A lo largo de su articulado establece que las personas con
discapacidad tienen derecho a la vida, a la igualdad de oportunidades, la accesibilidad, la no
discriminación, la protección frente a torturas, la atención ante desastres naturales, a la vida
independiente, a la sexualidad, a la participación política y social, y al acceso a los derechos
fundamentales (salud, educación, trabajo y vivienda), y se obliga a los Estados a hacer
cumplir este derecho (art. 4º) y se alienta la cooperación internacional en este sentido (art.
32º)60.

RECUADRO 4:
La Reforma de la Salud Mental
En 1953 la recién creada Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la salud como
el completo estado de bienestar bio-psico-social, y no solo como la ausencia de enfermedad.
Esto tiene que ver con las políticas del Estado de Bienestar (de hecho la expresión aparece en
la definición) que se estaban dando en todo el mundo. Al mismo tiempo la OMS propuso
una reforma psiquiátrica que transformara los manicomios en comunidades terapéuticas.
Esto significó el paso de la Medicina Mental, dominada por la medicina alienista o
Psiquiatría, hacia la Salud Mental que incluía dos características: 1) la pérdida de poder la
psiquiatría como disciplina totalizante; y 2) la creación de dispositivos preventivo-
asistenciales. A partir de aquí empiezan a cuestionarse los dispositivos asilares que se habían
expandido en el siglo XIX y los tratamientos de base biológica que se aplicaban hasta
entonces.

59 Fernández, Agustín; “Educación inclusiva: enseñar y aprender entre la diversidad”, en: Revista
Digital Umbral, N° 13, septiembre 2003.
60 Se puede consultar la Convención y el Protocolo Facultativo
en:http://www.un.org/disabilities/documents/convention/convoptprot-s.pdf.
En 1959 Gran Bretaña se convirtió en uno de los primeros países en realizar una reforma al
aprobar el Acta de Salud Mental (revisada en 1983). Esta promueve los derechos de los
pacientes y la reducción de las internaciones. A partir de 1962 se cerraron los principales
Hospitales Psiquiátricos y se crearon pequeñas unidades de Salud Mental en los Hospitales
Generales (que ya no eran los “Hospitales Generales” franceses del siglo XVII). El Acta
creaba organismos de control para su cumplimiento, servicios de salud mental, Consejos de
Salud con la participación de la comunidad, redes ambulatorias, hospitales de día y sistemas
de atención domiciliaria.
En 1962 se creó por una disposición del Ministerio de Salud británico el Instituto Nacional
de Salud Mental para coordinar las acciones en el área y realizar planificaciones estratégicas
en los ámbitos locales. Esta planificación se realizaba de forma conjunta en distintas
instancias: 1) las autoridades sanitarias locales; 2) las autoridades locales de Servicio Social;
3) los servicios voluntarios (a través de organizaciones sociales); 4) el sector privado; y 5) los
Consejos Locales de Salud. La cobertura de salud mental a nivel nacional se hizo posible
gracias a esta planificación así como de un fuerte financiamiento estatal.
En otros países se aplicaron políticas similares. En los Estados Unidos se aprobó en 1963 la
Ley Kennedy que creaba el Programa Federal de Psiquiatría Comunitaria. En Francia -cuna
de los manicomios- se realizó una reforma del sector entre 1965 y 1968 impulsada por el
Frente Patriótico que tuvo su centro en Saint Alban.
En 1978, año en que se aprobó la Declaración de Alma Ata para el acceso universal a la
Atención Primaria de la Salud (APS), comenzó en Italia una reforma psiquiátrica impulsada
por Franco Basaglia y Franco Rotelli que tuvo su centro en el municipio de Trieste. Luego del
cierre de los manicomios se destinó el presupuesto y el personal que trabajaba en ellos para
la atención domiciliaria y comunitaria de las personas antes encerradas y de aquellas que
nunca había recibido atención. Rotelli considera que el manicomio es el “punto cero” de
intercambio social por lo que se deben crear mecanismos intermedios que permitan la
inclusión social de las personas que esta institución ayudaba a “discapacitarse”. Para este
psiquiatra, la enfermedad mental no es algo orgánico o psíquico que está en la persona, sino
algo que incluye a todo el cuerpo social, por lo que la atención debe ser comunitaria.
En la provincia argentina de Rio Negro se llevó a cabo una reforma de la Salud Mental en
la segunda mitad de la década de 1980 que incluía la reducción de las internaciones, la
creación de Servicios de Salud Mental en los Hospitales Generales, la atención domiciliaria a
través de agentes sanitarios formados entre los empleados públicos y la participación de las
familias y la comunidad. Esta reforma concluyó en dos grandes hitos. Un fue el cierre del
Hospital Psiquiátrico de Allen en 1988, el único que funcionaba en la provincia y que contaba
con paredes acolchadas, rejas, lugares de encierro y salas para la administración de
electroshock. El otro fue la aprobación de la Ley Nº 2440 de Promoción Sanitaria y Social
para las Personas que Padecen Sufrimiento Mental, que prohíbe los manicomios y
neuropsiquiátricos, así como todo tratamiento cuyo único objetivo sea el enclaustramiento y
la reclusión. Además se prohíben técnicas como el electroshock y se promueve el
mantenimiento de vínculos sociales para las personas que deban ser internadas. Esta ley fue
pionera en Latinoamericana y base de la Ley Nacional de Salud Mental aprobada por el
Congreso argentino en 2010. No obstante la falta de presupuesto y voluntad política de los
gobernantes impidió su completa aplicación.
Estas reformas que se dieron en diferentes países del mundo se basan en principios
diferentes a los sostenidos por la Medicina Alienista del siglo XIX. En primer lugar no habla
de “Enfermos Mentales” lo que daría un carácter estático sino de “Personas con Sufrimiento
Mental” o “Personas que Padecen Trastornos Psicóticos” (Declaración de Caracas, 1990) que
tiene un carácter dinámico. En segundo lugar no es monodisciplinar sino que trabaja con la
idea de Equipos de Salud Mental interdisciplinarios. En tercer lugar no se basa en
tratamientos solo de base biológica sino en una multiplicidad de tratamientos de base social,
psicoanalítica, antropológica, comunitaria, etc. Por último no parte de la idea de la
peligrosidad de la persona con sufrimiento mental sino de su vulnerabilidad, por lo que se
justifica la internación solo en caso de riesgo cierto e inminente.
Mientras se realizaban estas reformas, se estaban implementando en todo el mundo
políticas neoliberales tendientes a desmantelar el Estado de Bienestar, lo que pondría en
riesgo su correcta aplicación.

Fuentes: Galende, Emiliano; De un Horizonte Incierto, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1997; Gobierno
de Rio Negro; La Desmanicomialización en Rio Negro. Ley 2440 de Promoción Sanitaria y Social de
las Personas con Sufrimiento Mental, Viedma, Consejo Provincial de Salud Pública, 1993;
Rotelli, Franco; Vivir sin manicomios. La experiencia de Trieste, Buenos Aires, Topia, 2014; y Stolkiner,
Alicia y Solitario, Romina; “Atención primaria de la Salud y salud mental: la articulación entre dos
utopías”, en: Maceira, Daniel (comp.); Atención Primaria de la Salud: articulación entre dos utopías,
Buenos Aires, Paidos, 2007.
8. Discapacidad y neoliberalismo61

Pese a lo que hemos señalado en el apartado anterior, existe una contradicción entre los
derechos establecidos por las convenciones internacionales y las leyes aprobadas por los
diferentes países, y la realidad que supone la implementación a partir de las décadas de 1970
y 1980 de políticas neoliberales que tenían como objetivo desmantelar las estructuras del
Estado de Bienestar. En esta época se produjo la privatización o tercerización de sectores
clave como la salud, la educación, la seguridad social o los planes de vivienda, mientras que
las políticas de flexibilización y precarización laboral supusieron un retroceso de las
conquistas obtenidas por la clase obrera a través de sus luchas, llevando a una explotación
que se asemeja al capitalismo salvaje del siglo XIX.
Las personas con discapacidad se vieron severamente afectadas por el capitalismo
neoliberal debido a los recortes presupuestarios: los hospitales y las escuelas públicas
quedaron en muchos casos imposibilitadas de brindar la atención y las herramientas de
accesibilidad necesarias, y las obras sociales no cubren la totalidad del tratamiento o el costo
de los insumos (prótesis, sillas de rueda, audífonos, implantes).
En el ámbito laboral el porcentaje de desocupación de las personas con discapacidad
supera ampliamente a la media de la población. Según un informe de la OIT para 2005, el
índice de empleo de personas con discapacidad era de 38% frente al 78% del resto de la
población. Esto se ha venido incrementando tras la crisis económica de 2008, y en la
actualidad se calcula que del 60% de la población con discapacidad que están en edad de
trabajar, el índice de desempleo se encuentra entre el 80 y 100% por encima del promedio62.
Las personas con discapacidad han pasado a superar la categoría de desempleados para
pasar a ocupar la de «excluidas» del mundo laboral, es decir, que ni siquiera pueden ser
pensados como trabajadores potenciales. Como escribió Marx en el siglo XIX y que para el
siglo XXI tiene plena vigencia, han quedado fuera del Ejército Industrial Activo siendo
marginados completamente del proceso de producción.
En el caso de las mujeres hay que mencionar que cuentan con menos posibilidad que los
hombres de encontrar empleo (lo que empeora con la edad) y mas posibilidad de sufrir
violencia y delitos contra su libertad sexual.
A esto se le suma los obreros y las obreras que quedan en situación de discapacidad debido
a las pésimas condiciones en las que deben ejercer sus tareas. Según la OIT hay dos millones
de fallecimientos anuales relacionados con el trabajo, lo que equivale a más de 5000 muertes
al día, y que por cada accidente mortal hay entre 500 y 2000 lesiones de todo tipo, muchas de
las cuales generan discapacidad. Además, la OIT afirma que, por cada enfermedad mortal
relacionada con el trabajo, hay otras 100 enfermedades que provocan absentismo laboral.
Ante un obrero que adquiere una discapacidad como consecuencia de su trabajo, las
empresas tratan de “sacárselo de encima” induciéndolo a jubilarse por invalidez, debido a
que sospechan que no podrá generar con su trabajo el beneficio que se espera obtener de él,
así como los aportes que ambos deben realizar al Estado en materia de impuestos y cargas
sociales. Esta expulsión del mercado laboral constituye una violación al derecho a ganarse la
vida mediante su trabajo, y a las leyes de cupo laboral para las personas con discapacidad63.
En el año 2016 un informe publicado por la Red de Turismo Accesible daba cuenta de que
en Argentina el 75% de las personas con discapacidad se hallaban desocupadas. A esto se
suma que solo el 7% tiene concluidos sus estudios universitarios o terciarios. Otros datos que

61 Este apartado fue publicado inicialmente en: Valencia, Luciano Andrés; (2013) “Personas con
discapacidad y neoliberalismo”, en: Rebelión, www.rebelion.org, 30 de noviembre.
62 OIT; “Discriminación por razones de discapacidad”, en:
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---
declaration/documents/publication/wcms_decl_fs_110_es.pdf, 2005.
63 Joly, Eduardo; “La discapacidad: una construcción social…”.
arroja el informe son que el 38,4% no tiene cobertura médica (obra social, plan de salud
privado, mutual) y que el 43,9% de las personas con discapacidad es jefe o jefa de hogar64.
Esto nos permite observar que tasa de desocupación en las personas con discapacidad es
superior al promedio de la población.
Exceptuando a las clases más pudientes, la abrumadora mayoría de las personas con
discapacidad sobreviven sin empleo gracias a los aportes provenientes de: 1) su familia
empobrecida aún más por la presencia de una persona con discapacidad que no representa
ingresos y supone gastos extraordinarios; 2) por las prestaciones sociales del Estado (siempre
que ellas o sus familias tengan conocimiento de su existencia y cuenten con el certificado de
discapacidad correspondiente); 3) a través de la limosna ya que en el imaginario social son
las únicas personas que se les reconoce el derecho a limosnear; y 4) por los aportes de las
instituciones caritativas y religiosas, cuyos fondos provienen de la comunidad o del mismo
Estado65.
La Crisis Económica desatada en 2008 ha venido a empeorar esta situación por lo que las
personas con discapacidad se han sumado a las luchas contra las políticas de ajuste y recortes
presupuestarios que se están aplicando en todo el mundo. Hubo manifestaciones de
personas con discapacidad en España (2012), Bolivia (2012) y Gran Bretaña (2013), y
participación de las mismas en medidas de fuerza llevadas a cabo contra las políticas de
ajuste y austeridad.
Pese al retroceso en los derechos económicos y sociales que representó la implementación
de políticas neoliberales, se ha producido en las últimas décadas un incremento de la toma
de conciencia de las personas con discapacidad acerca de cuáles deben ser sus derechos y
obligaciones en la sociedad. Inclusive en algunos casos se ha superado el reclamo
«reformista» por el “derecho a ser explotadas” dentro del sistema capitalista, para plantear
una postura «revolucionaria» que supone la necesidad de construir una nueva sociedad
basada en la solidaridad e igualdad, en donde no existan explotadores ni explotados.

64 “En el país el 75% de las personas con discapacidad está desempleada”, Diario Puntal,
www.puntal.com.ar, 25 de mayo de 2016.
65 Joly, Eduardo; “La discapacidad: una construcción social…”.
9. Consideraciones Finales

A modo de síntesis podemos señalar que a lo largo de la historia la situación de las


personas con discapacidad ha ido variando al punto que podemos distinguir diferentes
momentos.
Un primer momento lo constituyen las sociedades antigua y feudal en donde las personas
con discapacidad se encontraban en una situación de opresión tal que no eran reconocidas
con el estatus de «ciudadanos» o «sujetos de derechos». En este sentido estaban en la misma
situación que los esclavos, los prisioneros de guerra, las mujeres y los menores de edad. Su
vida carecía de valor, por lo que en muchas sociedades eran muertas, abandonadas,
encerradas o exhibidas como atracción. También eran objeto de caridad o de responsabilidad
social por parte del Estado, pero siempre en una situación de sujetos “desvalidos” e
“incapaces” de cuidarse a si mismos por lo que debían permanecer bajo la tutela de otras
personas.
Un segundo momento se da con el advenimiento del capitalismo, en donde surge el
concepto de «Discapacidad» como sinónimo de “incapacidad” para ser explotado por el
nuevo modo de producción. Si bien se producen algunos avances como la creación de
Institutos de Formación y la sistematización de modos de comunicación para las personas
con discapacidad visual o auditiva, por lo general la situación de este sector de la población
empeoró al desarticularse los mecanismos de solidaridad de las sociedades campesinas
precapitalistas y los modos de producción artesanal que se llevaban a cabo en el hogar.
Un tercer momento se da con el «Paradigma de la Rehabilitación» que, amparado en el
«Modelo Médico Biológico», consideraba a la discapacidad como una enfermedad o
insuficiencia que debía ser curada, y a las personas con discapacidad como “enfermas” a
quienes había que mantener en una situación de minoridad privadas de sus derechos hasta
que fueran “curadas” e integradas a la sociedad “normal”.
Un cuarto momento se da en la segunda mitad del siglo XX cuando las personas con
discapacidad se organizan en movimientos sociales que toman en sus manos la lucha por sus
derechos y sus obligaciones a fin de constituirse como sujetos en igualdad de condiciones
que el resto de la sociedad. Es la primera vez en la historia que las personas con discapacidad
comienzan a ser tenidas en cuenta en la elaboración de políticas que las incluyan, para dejar
de ser sujetos pasivos y subordinados a la decisión de los grupos dominantes. Es el momento
de surgimiento del «Modelo Social» de la Discapacidad, que tiene su plasmación máxima en
la «Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad», que fue elaborada con
la participación activa de las organizaciones que las nuclean. Aunque el neoliberalismo puso
limitaciones al cumplimiento de estos derechos, la toma de conciencia de los mismos por
parte de sus destinatarios llevó a que se organizaran para reclamar, en solidaridad con otros
sectores de la sociedad, cada vez que estos se vieran vulnerados.
A lo largo de la historia se ha naturalizado la opresión sufrida por las personas con
discapacidad, basándose en ideas de «perfección corporal» o «cuerpo capacitado» que
otorgaban un lugar subordinado a aquellas personas que no eran “plenamente funcionales”.
Esta idea ya ha comenzado a desmontarse gracias a la lucha de las distintas organizaciones
de personas con discapacidad, demostrando que los prejuicios no son una consecuencia
natural de la condición humana, sino una construcción social que necesita ser revisada y
reemplazada por otra concepción acorde al Modelo Social y al Paradigma de los Derechos
Humanos. Son las personas con discapacidad quienes deben participar activamente en la
conducción de este proceso hacia una sociedad más justa que no admita ninguna forma de
opresión o discriminación.
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www.rehabilitacionblog.com
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www.elseminario.com.ar
www.mexico.cnn.com
www.atdermae.com
www.puntal.com.ar

Acerca del autor:


Luciano Andrés Valencia es un escritor argentino nacido en 1984. Sus cuentos, poemas y
ensayos han obtenido premios en diferentes concursos literarios: Premio Juvenil ExpresArte
(Santa Rosa, 2000), Biblioteca Popular “Rodolfo de Diego” (Santa Rosa, 2001), Fiesta
Provincial del Trigo (Eduardo Castex, 2004 y 2006) y Editorial Dunken (Buenos Aires, 2005,
2013, 2014 y 2016), entre otros.
Autor de La Transformación Interrumpida (2009), seleccionado en la Convocatoria 2007/2008
del Fondo Editorial Pampeano, y Páginas Socialistas (2013). Entre sus obras colectivas se
encuentran: Poemas Vivos (2005), La narrativa folklórica como proceso social y cultural (2006),
Historia de La Pampa (2009 y 2014), Un Quijote en La Pampa (2011), seleccionado en
Convocatoria 2010/2011 del Fondo Editorial Pampeano, Magia registrada (2013), Cuentos bajo
el portal azul (2014), Cien Años del Genocidio Armenio: un siglo de silencio (2016) y Sucedió bajo la
luna (2016). Publica textos en revistas y medios alternativos de Argentina y el extranjero
sobre temas tales como los pueblos originarios, el genocidio armenio, la trata de personas y
las luchas populares.
Integró el Consejo Local para Personas con Discapacidad de Cipolletti y el Consejo
Consultivo de la Comisión de Accesibilidad de la Universidad Nacional del Comahue.
Es Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de La Pampa y estudiante de
Psicología en la Universidad Nacional del Comahue.
INDICE

Introducción ....................................................................................................................................... 4
Prehistoria y antigüedad .................................................................................................................. 6
La Edad Media .................................................................................................................................. 11
Los Cambios de la Modernidad...................................................................................................... 14
RECUADRO 1: El Mito de la “Liberación de los Locos” ............................................................ 18
La Discapacidad en la sociedad industrial ................................................................................... 21
RECUADRO 2: Eugenesia ............................................................................................................... 24
El Paradigma de la Rehabilitación ................................................................................................. 26
RECUADRO 3: Políticas sociales y discapacidad en la Unión Soviética ................................. 28
Movimientos sociales de personas con discapacidad ................................................................. 29
RECUADRO 4: La Reforma de la Salud Mental........................................................................... 32
Discapacidad y Neoliberalismo ..................................................................................................... 35
Consideraciones Finales .................................................................................................................. 37
Bibliografía ….................................................................................................................................... 38
Acerca del Autor................................................................................................................................ 40
Indice ….............................................................................................................................................. 41

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