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Distintas teorías sobre la naturaleza humana

Para Platón la naturaleza del hombre está formada por un cuerpo perecedero y un alma
eterna que puede alcanzar el conocimiento. El alma tiene tres dimensiones o partes:
aquella que satisface los deseos y apetitos del individuo, la parte racional y la que rige
nuestro temperamento. Si bien cada una de estas dimensiones del alma cumple una
función específica, es la parte racional la que debe gobernar al individuo.

Según la visión del cristianismo, la naturaleza humana es una creación de Dios, que nos
creó para que formáramos parte de Él. En consecuencia, el fin de la vida humana se
cumple cuando amamos a nuestro Creador. Nuestra libre elección sobre el bien o el mal
es lo que nos define como individuos y, a su vez, lo que nos permite alcanzar la vida
eterna.

Para Freud la realidad del ser humano está regida por tres estructuras mentales: el ello, el
yo y el súper yo. La primera es la que rige nuestros instintos más primitivos y se encuentra
en un plano inconsciente. La segunda, el yo, es de tipo consciente y racional y es aquella
que nos ayuda a regular nuestras pasiones y adaptarlas a la realidad individual. Por último,
el súper yo es la parte de nuestra mente que asimila los valores morales de la sociedad.

Según otras concepciones, la cuestión de la naturaleza humana no debe plantearse como


una estructura uniforme que jamás cambia sino que existen diferentes significados sobre
nuestra esencia dependiendo del momento histórico en que vivimos. Así, en el pasado se
aceptaba que ciertos hombres tenían una naturaleza inferior y, en consecuencia, era
legítimo que fueran esclavos.

No sabemos cuál es nuestra naturaleza pero sí sabemos qué necesidades tenemos

No tenemos una respuesta definitiva a la pregunta sobre qué es el hombre. La cuestión


sobre nuestra naturaleza tendrá un significado u otro en función de la perspectiva de cada
individuo. El cristiano ve a Dios en nosotros, el biólogo subraya la dimensión genética y
evolutiva y el psicoanalista considera que somos una combinación de estructuras
mentales conscientes e inconscientes que están atrapadas en un cuerpo.
A pesar de todos los avances, seguimos ignorando quiénes somos en realidad. Sin
embargo, sí sabemos que tenemos ciertas necesidades que debemos satisfacer: la
necesidad de compartir, de amar y ser amados y de entender lo que nos rodea.

La creación práctica de una manera objetiva, la transformación de la naturaleza, la


ignorancia es la demostración de que el hombre es un ser genérico dotado de conciencia,
es precisamente la transformación del mundo objetivo que el hombre se muestra como
un ser genérico. Es esta producción que la constitución de su vida activa como genérico.

A través de esta naturaleza aparece como su obra y su realidad. Marx también tiene parte
en siempre distingue al hombre de los animales debido a conciencia, de religión, o más si
lo desea. Pero, en realidad, los hombres comienzan a producir sus medios de
supervivencia. “Mientras que los hombres producen sus medios de vida, producen
indistintamente de su propia vida material.”

Da lo tanto, el paso de los animales estoicidade el dinamismo de los hombres. Los


animales dependen de la naturaleza de forma estática, siempre la misma. El hombre, en
cambio, con su creación, es en relación con el entorno social, la sociedad, el cambio de su
propia acción, el desarrollo de sus habilidades y sus producciones; una palabra debería
pasar a la historia.

La creación del hombre es una creación de su propia vida, una creación progresiva. De
este modo los distintos espiritual, política, etc. No es, en absoluto, una historia, no hay
auto-desarrollo; pero son los hombres que cambian con esta realidad crearon también su
pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la
vida, sino la vida la que determina la conciencia.

En este desarrollo de la conciencia aparece en toda su evidencia el carácter social que la


caracteriza. La conciencia humana no se desarrolla en el individuo aislado, pero sólo en las
relaciones.
Desde el principio el espíritu lleva en sí la maldición de ser “contaminados por la materia”,
que se manifiesta en este punto sobre la manera de mover las capas de sonidos, en una
palabra, el lenguaje.

El lenguaje es tan viejo como la conciencia. El lenguaje como la conciencia misma que
ocurra primero la necesidad de urgencia de mantener el comercio con sus otros hombres.
Por lo tanto, la conciencia es desde el principio un producto social y permanecerá como
tal, ya que hay hombres.

A medida que la sociedad produce al hombre como el hombre, lo que produce la


sociedad. También hay una plena reciprocidad, un intercambio de acciones y la
interdependencia. La actividad y el espíritu son sociales tanto por su contenido como por
su origen; existe la esencia de la naturaleza humana solamente para el hombre, y la
existencia natural del hombre se convierte para él en la existencia humana;

La naturaleza se hace hombre. Por lo tanto la sociedad es la unidad esencial que llegó a su
realización, estableciendo la identidad del hombre. Como la naturaleza, llegando a la
verdadera resurrección de la naturaleza, realizando el naturalismo y el humanismo
hombre completo lleno de naturaleza.

Pero la necesidad es recordar aquí que no está considerando la persona pasiva sumisa a la
sociedad, es decir, que no es ver esto como un mero producto de la sociedad. Marx dice
de manera decisiva la reciprocidad de la acción que tiene lugar entre el hombre y la
sociedad.

La doctrina materialista, según la cual los hombres son producto del ambiente y la
educación, el cambio con el cambio de ambiente y educación, se olvida de que el entorno
ha cambiado precisamente por los hombres y que el educador mismo debe ser educado,
es decir, hay un intercambio continúa de acciones y reacciones entre el hombre y el medio
ambiente, entre individuo y la sociedad.
El hombre es un producto de la sociedad y la sociedad es un producto del hombre.

La empresa contribuye a la transformación del hombre, pero el hombre que produce


estos cambios.

Por lo tanto, Marx, como maestro, era reacio a utilizar el análisis estratégico muy inferior a
los problemas de regulación. Eso es porque, como él tendía a llamar a la iniciativa del
contrato, el método consiste en postular una decisión de un estado del estado del
material de partida; pero, como dice Marx, la presunción de una sociedad exterior
individuo es absurdo, porque la gente nunca se pueden diseñar de manera abstracta.

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