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Experimentación en Síntesis en Química Inorgánica

FACULTAD DE CIENCIAS, SECCIÓN DE QUÍMICA

CURSO 2018/2019
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NORMAS PARA LA REALIZACION DE LAS PRACTICAS

ANTES DE COMENZAR LAS PRÁCTICAS:


1.- Rellenar ficha con foto.
2.- Comprobar el material a su cargo.
3.- Limpiar perfectamente el material.
4.- Disponer de bata y paño para la limpieza del lugar de trabajo, y de un cuaderno de laboratorio.
5.- Leer el cuadernillo de instrucciones, sobre todo en lo referente a cuidados y precauciones, manera de
trabajar, etc.
DURANTE LA REALIZACIÓN DE LAS PRÁCTICAS:
1.- Solicitar del profesor una práctica a realizar.
2.- Estudiar detenidamente el procedimiento y esquematizarlo.
3.- Realizar un resumen teórico de la práctica y de las reacciones que tienen lugar.
4.- Buscar las propiedades de productos y reactivos a utilizar.
5.- Hacer, si es necesario, un esquema del montaje del aparato o aparatos necesarios.
6.- Presentar todo lo anterior al profesor para que éste le haga las preguntas pertinentes y le autorice el
comienzo de la práctica.
7.- Realizar la práctica, si se ha recibido la autorización del profesor.
8.- No ejecutar ninguna operación de la que se tengan dudas sin consultar al profesor.
9.- Una vez finalizada la práctica, estudiar las propiedades y reacciones del producto y anotarlas en el
cuaderno, así como calcular el rendimiento.
10.- Redactar una pequeña memoria de la práctica en el cuadernillo de laboratorio y presentarla al
profesor para su aprobación.
11.- Volver al punto 1 de este apartado.
AL FINALIZAR LAS PRÁCTICAS:
1.- Limpiar el material y colocarlo de nuevo en su sitio.
2.- Comprobar con el auxiliar del laboratorio que el material está completo.
3.- Entregar los productos y el cuaderno de prácticas.
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NORMAS DE TRABAJO

LIMPIEZA.-
La mesa de trabajo debe estar escrupulosamente limpia. Si al entrar el laborante encuentra algo roto
o sucio debe dar cuenta inmediata de ello antes de empezar a trabajar. Al terminar debe dejar todo
limpio. Las manos han de estar siempre limpias. Mientras trabaja no debe fumar ni comer nada.
En el laboratorio habrá jabón y toalla, que debe estar, aunque no se use, limpia. Las toallas se
ensucian cuando el laborante no sabe lavarse las manos. Una limpieza exquisita en el laboratorio es
índice revelador del clima de trabajo.
ORDEN.-
En la plaza de trabajo no debe haber más material que el preciso para la práctica que se realiza.
Terminadas éstas, todo el material utilizado se limpia y se almacena adecuadamente clasificado.
CORRER DESPACIO.-
El químico no ha de tener nunca prisa. Sin perder tiempo, el ritmo de trabajo ha de ser reposado y
atento, observando cuidadosamente los detalles de la operación y razonando correcciones o cambios
que la práctica aconseje.
DIARIO BORRADOR.-
Todos los datos numéricos (temperaturas, presiones, cantidad de productos empleados, etc.) deben
anotarse inmediatamente, no fiándolos nunca a la memoria.
SILENCIO.-
El laborante ha de trabajar siempre atento al curso de la práctica que realiza. Los intervalos de
descanso, charlar, fumar, comer un bocadillo, etc., se hacen fuera del laboratorio.
AUTENTICIDAD.-
El laborante no debe tener nunca miedo a que la práctica le salga mal. Toma nota objetiva de cuanto
sucede, aún cuando sea un fracaso. Lo importante es la observación y el sentido crítico. La historia
de la Ciencia está llena de fallos y accidentes casuales que bien observados han dado origen a
extraordinarios éxitos (descubrimiento del primer colorante de anilina por Perkins, a los diecisiete
años; de la penicilina por Fleming, etc., etc.). Lo peor que puede hacer un químico es empeñarse en
que las cosas salgan como piensa que deben salir. Las leyes de la Naturaleza son inmutables y
cuando algo sale aparentemente anómalo, hay que investigarlo, en vez de ocultarlo y lamentarse.
ORGANIZACION.-
En el puesto de trabajo el alumno encontrará todo el material adecuado para su práctica. Allí deberá
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leer con todo cuidado la explicación escrita. Una vez enterado perfectamente de lo que tiene que
hacer, montará su práctica y deberá realizarla sin mudar nunca de puesto, ni intercambiar material
con ningún compañero. Durante todo este tiempo y siempre desde su puesto de trabajo podrá
preguntar al Profesor cuanto necesite.
RESPONSABILIDAD.-
Para poder asegurar la conservación y buen uso de las balanzas de precisión u otros aparatos
delicados que tocan muchas manos, exigir al mismo tiempo responsabilidades, al lado de ellos
(donde deben estar bien claras las normas para su adecuada utilización) se colocará un folio en el
que el último que trabaje consignará junto con su firma, fecha y hora, el estado en que encontró el
material y el estado en que lo deja al terminar.

ADVERTENCIAS GENERALES SOBRE EL TRABAJO DE LABORATORIO.


En el laboratorio químico es necesario atenerse a ciertas reglas de conducta, de cuyo cumplimiento
depende el orden y la comodidad de todos. Además la experiencia ha demostrado que existen ciertos
métodos de trabajo cuyo uso es esencial para la seguridad y conveniencia individual y colectiva. Al cabo de
una corta estancia en el laboratorio, muchas de estas reglas y métodos se adoptan sin esfuerzo, pero esto
puede no ser así al principio. A continuación se relacionan ciertas advertencias que deben releerse de vez en
cuando, a medida que avanza el trabajo experimental.
1.- Los abrigos y demás prendas personales no deben dejarse sobre las mesas de laboratorio;
tampoco debe haber sobre ellas muchos libros. Ello quita espacio para trabajar adecuadamente;
además, la ropa y los libros pueden estropearse con los reactivos.
2.- Sólo deben estar sobre la mesa los aparatos que estén usando.
3.- Los aparatos y las mesas deben mantenerse limpios.
4.- Los frascos de reactivos deben colocarse en su sitio inmediatamente después de usarlos.
5.- Los reactivos que se hayan sacado del frasco y no se hayan usado no deben verterse de nuevo en
aquéllos, puesto que todo el contenido puede contaminarse. Por consiguiente, las cantidades de
reactivos que se saquen de los frascos no deben exceder de las necesarias para los experimentos.
6.- Los frascos de la colección general de reactivos no deben llevarse a las mesas. Cuando se
necesiten se vierte la cantidad requerida de reactivos en un recipiente adecuado, haciendo esto en la
mesa ocupada por la colección general.
7.- Las materias sólidas inservibles, como cerillas, papel de filtro, etc., y los reactivos insolubles en
el agua deben tirarse en un recipiente adecuado y, en ningún caso, en la pila de fregar.
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8.- Cuando se caliente una sustancia en un tubo de ensayo, el extremo abierto del mismo no deben
dirigirse hacia ninguna persona cercana.
9.- Los mecheros Bunsen que no se estén usando deben apagarse o reducirse la llama al mínimo.
10.- Los aparatos calientes deben manejarse con cuidado y deben usarse para ello pinzas y otros
utensilios adecuados.
11.- Los reactivos corrosivos, como ácidos y álcalis fuertes, deben manejarse siempre con
precaución, especialmente cuando están concentrados o calientes.
12.- Al operar con sustancias inflamables es necesario asegurarse siempre antes de abrir el frasco, de
que no hay llamas próximas y esta precaución ha de guardarse todo el tiempo que el frasco
permanezca abierto.
13.- En caso de heridas, quemaduras, etc. infórmese inmediatamente al profesor.
14.- Al terminar la sesión de laboratorio la mesa debe quedar limpia y sin aparatos, y las llaves del
agua y gas cerradas.

LIMPIEZA DEL MATERIAL DE VIDRIO

Debe hacerse inmediatamente después de cada operación. Las adherencias, fáciles de eliminar si son
recientes, forman cuerpo con el vidrio y se hacen compactas al abandonarse.
TUBOS DE ENSAYOS.- Se enjuagan con agua. Si queda algún residuo se frota con una escobilla limpia-
tubos. Ya limpios se dejan escurrir boca abajo en la gradilla.
MATRACES, VASOS DE PRECIPITADOS, etc.- Se frotan con escobillones adecuados al tamaño del
recipiente que se limpia, evitando que el eje de alambre choque contra el vidrio.
PIPETAS, BURETAS, MATRACES, AFORADOS, PICNOMETROS.- Después de enjuagados con
agua corriente, se lavan con mezcla crómica. Finalmente se aclaran con agua destilada.
MEZCLA CROMICA.- Se prepara mezclado volúmenes iguales de solución al 10% de dicromato
potásico y ácido sulfúrico concentrado.
La mezcla es de color anaranjado mientras conserva un poder oxidante merced al ácido crómico libre que
origina la acción del sulfúrico. Cuando se agota se vuelve verde (reducción a sulfato de cromo). Debe
emplearse en caliente y manejarla con precaución, evitando salpicaduras.
LA LIMPIEZA DE UN APARATO SE BASA SIEMPRE EN FORMAR UN COMPUESTO
SOLUBLE, por ejemplo si tenemos un matraz manchado con óxido de hierro lo lavaremos con ácido
clorhídrico que formará cloruro férrico soluble fácilmente eliminable; la grasa la quitaremos con sosa que la
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saponificará o con un disolvente orgánico (tricloroetileno, etc.) la resina con aguarrás, etc. Cuando se
ignora la naturaleza de la sustancia que se quiere quitar se ensaya sucesivamente: 1º agua fría; 2º agua
caliente; 3º sosa caliente; 4º ácido clorhídrico comercial; 5º ácido nítrico; 6º disolventes orgánicos,
tricloroetileno, alcohol, éter, etc.; 7º agua regia formada por 3 vol. de HCl conc. y 1 vol. de HNO3; 8º
mezcla crómica.
El agua regia y la mezcla crómica sólo deben emplearse como último recurso. El material de vidrio ya
limpio se seca, dejándolo boca abajo en los escurrideros. Nunca se secará con paños, papel de filtro, etc. y
menos con la bata.
CUANDO SE QUIERE SECAR CON RAPIDEZ UN RECIPIENTE DE VIDRIO, YA LIMPIO, SE
ENJUAGA CON ALCOHOL, SE ESCURRE, Y SE TERMINA DE SECAR EN LA ESTUFA A
110º.

ACCIDENTES FRECUENTES Y PRIMEROS AUXILIOS

Los accidentes de laboratorio más frecuentes en el trabajo analítico son las heridas producidas en el
manejo y montaje de aparatos de vidrio, las quemaduras ocasionadas por líquidos inflamables y por
salpicaduras de reactivos cáusticos o irritantes y, en menor grado, las intoxicaciones y envenenamientos por
inhalación o ingestión de sustancias tóxicas.
Su evitación es posible si se trabaja con las precauciones elementales debidas: guantes, o manos
protegidas por un trapo o toalla cuando, por ejemplo, se introduce una varilla o tubo de vidrio en un tapón o
empalme; calefacción eléctrica o mediante baño adecuado cuando se trabaja con líquidos inflamables;
manejo correcto de los reactivos (ácido sulfúrico, álcalis cáusticos, etc.), evitando su reacción brusca, y
manipulación de productos tóxicos en las instalaciones apropiadas y con las precauciones que nunca deben
olvidarse (vitrina con buen tiro para gases tóxicos, succión indirecta de líquidos peligrosos, etc.)
Los primeros auxilios adecuados para los casos más corrientes son:
Heridas.-
Si la herida no es muy grande, desinfectar con agua oxigenada, tintura de iodo, mercromina o análogos
(acaso, sulfamida en polvo). Colocar un esparadrapo, con gasa aséptica o desinfectante, de modo que
mantenga unidos los bordes de la herida, y vendar normalmente.
Las heridas en las manos, brazos o piernas, que produzcan hemorragia abundante, requieren hacer una
fuerza con presión para suprimirla. Si la sangre es de color rojo claro y fluye con intermitencia, hacer una
ligadura fuerte a unos 10 cm. de la axila, o de la articulación que sea, por encima de la herida. Si la sangre
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es púrpura y oscura, hacer la compresión por debajo de la herida.
Para hacer la compresión puede usarse un tubo de goma delgado y flexible, de los utilizados
corrientemente para conducción de agua en refrigerantes, que se aprieta lo justo para que la hemorragia
cese. No se debe mantener más de quince minutos. Al cabo de ellos, desligar, dejar fluir la sangre y volver a
hacer la compresión.
Si la herida es una zona que no permite hacer la ligadura indicada, rellenarla con gasa estéril y mantener
ésta fuertemente comprimida contra la herida.

ACCIDENTES

Quemaduras por fuego u objetos calientes.- Si son pequeñas, poner solución de ácido pícrico o alguno de
sus preparados especiales que se encuentran en el comercio, o solución de tanino al 5%, o linimento
oleocalcáreo, o vaselina esterilizada. Recubrir con una gasa y vendar sin apretar demasiado. Si son grandes
y quedan adheridos restos de tela, recortarlos alrededor de las quemaduras, pero no tratar de despegarlos o
quitarlos.
Quemaduras por ácidos, cloro, bromo, fósforo, etc.- Primero, lavar a fondo con mucha agua; después,
con solución de bicarbonato sódico al 5%. Acaso recubrir la quemadura con alguno de los preparados antes
indicados y vendar debidamente.
En el caso del bromo, humedecer rápidamente con solución concentrada de tiosulfato sódico y lavar
después.
Quemaduras por álcalis y metales alcalinos.- Primero, lavar a fondo con mucha agua; después, con
solución acuosa de ácido acético al 5%. Poner alguno de los preparados antes indicados y vendar
debidamente.
Salpicaduras de agentes cáusticos en los ojos.- Lavar primero con gran cantidad de agua.
Si se trata de ácidos, lavar después con solución acuosa de bicarbonato al 5%. Acaso, poner después unas
gotas de algún colirio calmante.
Si se trata de álcalis, lavar primero con mucha agua y después con solución de ácido bórico al 5%. Poner,
igualmente, un colirio calmante.

INTOXICACIONES

Las intoxicaciones producidas por inhalaciones de gases se tratan en primer auxilio, haciendo respirar
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aire puro y practicando, si es necesario, la respiración artificial durante varias horas. En general, cada
intoxicación tiene su posterior tratamiento específico, que debe ser realizado bajo consejo médico.
Las intoxicaciones producidas por ingestión se tratan previamente con vómitos (eméticos), salvo cuando
se trata de ácidos minerales o de álcalis cáusticos; después se administran líquidos adecuados a cada caso.
Por ejemplo:
Acido acético.- Vomitivos, óxidos de magnesio, lechada de magnesia, solución de jabón.
Acido clorhídrico, sulfúrico y fosfórico.- No usar vomitivos. Dar de beber lechada de magnesia, con
cierta intermitencia, y después, leche o clara de huevo.
Hidróxido sódico o potásico.- No usar vomitivos. Dar a beber soluciones de ácido acético al 5% o
vinagre o jugo de limón; después, leche o clara de huevo
Compuestos de arsénico, de bario, de plomo y de mercurio.- Provocar el vómito (eméticos). Administrar
unos 500 ml. de solución acuosa de tiosulfato sódico al 1%. Después, leche y clara de huevo.
Cianuros.- Cuanto ha habido ingestión de cianuro, se debe actuar rápidamente. Respiración artificial.
Suministrar eméticos para provocar el vómito. Administrar después 300 ml. de agua conteniendo 10 ml. de
H2O2 del 3%. O una solución de sulfato ferroso al 5% seguida de otra de bicarbonato sódico al 5%. Aspirar
nitrito de Amilo.

Como antídoto inespecífico, útil en la mayor parte de los envenenamientos por ingestión, puede usarse la
siguiente mezcla:

3 partes de carbón activo en polvo.


1 " de ácido tánico.
1 " de óxido de magnesia.
Conservarla en frasco bien tapado y seco y administrar una cucharada sopera en medio vaso de agua
caliente, agitando bien.
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PURIFICACION DE UNA SAL POR CRISTALIZACION
Discusión.-
Para purificar una sustancia por cristalización, es necesario:
1º.- Que no se descomponga por la acción del disolvente.
2º.- Que no sea fácilmente oxidable en contacto con el aire, en cuyo caso habrán de tomarse precauciones
especiales.
3º.- Que su solubilidad varíe considerablemente con la temperatura.
4º.- Que las impurezas no cristalicen con la sustancia para formar cristales mixtos, en cuyo caso será
necesario proceder a su transformación o eliminación por vía química.
La mayoría de las sustancias son más solubles en agua caliente que en agua fría, por lo que el
procedimiento general consiste en preparar disoluciones concentradas con bastante cantidad de la sustancia
a temperatura elevada y después enfriar para que una parte de la sustancia disuelta se separe en forma de
cristales.
La primera cuestión que se presenta es calcular las proporciones convenientes de soluto y de disolvente.
Si se emplea poco disolvente puede producirse una masa tan considerable de cristales al enfriar la
disolución que resulte una pasta espesa de éstos muy difícil de separar de las aguas madres; las impurezas
quedarán en los cristales húmedos y no habremos conseguido nada. Si por el contrario se emplea una
cantidad excesiva de disolvente al enfriar se separará solamente una cantidad reducida de cristales: Los
cristales que se forman son entonces muy puros pero se pierde la mayor parte de la sustancia que queda
disuelta en las aguas madres.
Una regla práctica aproximada que nos da la mejor proporción es: emplear cantidad de disolvente que
disuelva la cantidad dada de sustancia a temperatura elevada pero no menor que el peso de los cristales
multiplicando por (a-b)/a en que a y b representan las solubilidades de la sustancia a la temperatura alta y
baja respectivamente. En todo caso la cantidad de disolvente debe deducirse de las tablas de solubilidades.
Al pesar los cristales para determinar la cantidad de disolvente que se necesita para una nueva
recristalización debe tenerse en cuenta que el peso de aguas madres retenidas por los cristales, aún después
de ser escurridos por succión, es aproximadamente el 30% del peso total de cristales húmedos.
Recristalización sistemática.-
En la separación de las tierras raras, o en las de bario y radio, hay que realizar cientos y aún miles de
cristalizaciones, por lo que es preciso adoptar un método que permita hacer el trabajo de una manera
ordenada. La figura ilustra el método para una serie de cinco cristalizaciones:
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0

-1 +1

-2 0’ +2

-3 -1 +1 +3

-2 0’’ +2

-3 -1 +1 +3

Las flechas de la línea llena representan cristales, las de trazos, agua madre. Cada círculo representa
un vaso de precipitado o una cápsula de evaporación.
La sustancia primitiva está indicada por O. Después de la primera cristalización, los cristales pasan al
vaso +1, y el agua madre al vaso -1. En la segunda cristalización, los cristales pasan de +1 a +2, y el agua
madre pasa a O' donde se mezclan con los cristales que proceden de -1 después de haberlo concentrado por
evaporación hasta la mitad de su volumen. El agua madre procedente de -1 pasa a -2.
El procedimiento se repite y a partir de cierta cristalización se modifica para que el número de vasos no
exceda de un valor límite fijado (generalmente cuatro).
Los vasos en la dirección + contienen la sustancia en creciente grado de pureza, y los vasos en la
dirección contienen el agua madre en proporción creciente de impurezas.
RECRISTALIZACION DEL SULFATO POTASICO: K2SO4

Las tablas de solubilidad muestran que a 20C casi 11 gr. de sulfato potásico se disuelven en 100 gr.
de agua, mientras que a 100C se disuelven cerca de 24 gr. Por consiguiente los cristales se forman
lentamente a partir de una solución saturada enfriándola.
Pulverícese 25 gr. de K2SO4 comercial en un mortero y disuélvase en la menor cantidad posible de
agua caliente. Fíltrese en caliente (embudo de cristal) y lleve la solución a saturación. Dejar enfriar la
disolución y filtrar los cristales obtenidos sobre un embudo Büchner. Lávese los cristales con pequeñas
porciones de agua muy fría.
Se habrán obtenido los cristales (+1) y las aguas madres (-1) a partir del producto impuro (0). A
continuación se obtendrá a partir del esquema adjunto sucesivas cosechas de cristales y aguas madres hasta
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el nivel deseado (como mínimo hasta el nivel (-2), ('0) y (+2).
Puesto que los cristales son anhidros no son necesarias precauciones especiales para secarlos. Se
extienden sobre una hoja de papel de filtro y se dejan al aire hasta que estén bien secos. A continuación se
pesan y se determina el rendimiento de la cristalización.
En muestras de las distintas fracciones (p. ej. (-2), ('0) y (+2) se ensayarán las impurezas comunes
del K2SO4 que suelen ser Cl- y Mg2+.

CLORURO SODICO PURO A PARTIR DE LA SAL COMUN

Disolver 20 gr. de sal común en 60 ml. de agua caliente. Enfriar, filtrar y ensayar cualitativamente
en tubo de ensayo pequeñas porciones de la solución para sulfato, calcio y magnesio con cloruro bárico,
oxalato amónico y fosfato disódico, respectivamente. Colocar la solución restante en un Erlenmeyer y pasar
sobre él una corriente lenta de cloruro de hidrógeno, generado haciendo gotear ácido sulfúrico concentrado
el cual se dispone en un embudo de decantación sobre ácido clorhídrico concentrado dispuesto en un balón
de reacción de dos bocas. Al ácido clorhídrico se le pueden añadir algunos trozos de piedra pómez. El balón
que contiene el ácido clorhídrico se le conecta a través de una manguera de polietileno con el erlenmeyer
que contiene la sal común y éste a su vez con un vaso que contenga una disolución de hidróxido de sodio
(5%) cuya finalidad es absorber el ácido clorhídrico gaseoso impidiendo así que se escape en el laboratorio.
El montaje debe tener un sistema de compensación de presiones.
Después de dejar pasar el cloruro de hidrógeno durante un cierto tiempo sobre la disolución saturada
de sal común el cloruro sódico puro empieza a precipitar quedando las impurezas quedan en solución.
Cuando se haya formado un precipitado considerable filtrar en un Büchner y lavar el producto con un poco
de ácido clorhídrico concentrado. Los cristales de cloruro sódico se pasan a una cápsula y se secan
calentando al baño maría y removiendo de vez en cuando con una varilla de vidrio nunca de acero hasta
completa eliminación del ácido clorhídrico que impregna los cristales, para lo cual se acerca un poco de
papel indicador a los vapores que se desprenden hasta que de reacción no ácida. Finalmente ensayaremos
las impurezas en el producto obtenido para lo cual disolveremos un poco de producto en tres tubos de
ensayo y ensayaremos la presencia de sulfatos, calcio y magnesio.
NOTAS:
El embudo se sumerge sólo 1 mm., poco más o menos, debajo de la superficie de hidróxido sódico.
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TETRAYODURO DE ESTAÑO

Se coloca en un matraz perfectamente seco 1 g. de estaño granulado cortado en trozos pequeños y 2


g. de yodo. Se añaden 30 ml de dicloruro de carbono y se fija el matraz a un condensador a reflujo. El
matraz y su contenido se calienta suavemente en una placa calefactora en campana. El calentamiento se
continuará hasta que haya desaparecido todo el yodo, lo cual es evidente por el cambio de color del líquido
de violeta a naranja y por la ausencia de vapores coloreados en el matraz y por el color del líquido que
gotea del condensador que no debe contener ninguna traza de color violeta.
Una vez calmada la ebullición se quita el condensador y la solución caliente se filtra rápidamente en
un embudo de vidrio con el fin de eliminar el estaño que no ha reaccionado.
El residuo del filtro se lava con 5 ml. de diclorometano hirviendo. El filtrado y el líquido de lavado
se concentra hasta aproximadamente la mitad por evaporación y se enfría en un baño de hielo. El producto
cristalizado se separa por filtración usando un embudo de cristal y papel de filtro. El producto se deja secar
al aire y a continuación se pesa y se determina el rendimiento. La solución remanente es evaporada y
enfriada con el fin de conseguir una segunda cosecha de cristales.

NOTA
Todo el material de vidrio que se usa en esta práctica debe estar bien seco.
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CLORURO CUPROSO

Por una solución caliente de 12.5 gr. de sulfato de cobre CuSO45H2O y 6 gr. de cloruro sódico en 35 ml.
de agua contenida en un matraz de tres bocas pasar una corriente de SO2 agitando frecuentemente el matraz
y burbujeando el SO2 sobrante en agua. La solución originalmente clara oscurece inmediatamente y luego
se hace opaca mientras se depositan cristales incoloros de cloruro cuproso.
Hacia el final de la reducción el contenido del matraz deberá enfriarse, si es necesario a la temperatura
ambiente sumergiendo el matraz en agua fría. Cuando el líquido se haya saturado con SO2 (alrededor de 30
minutos) dejar el matraz en reposo durante una hora. Añadir 25 ml. de agua y calentar al baño de maría
hirviendo a la vez que se expulsa el exceso de SO2 mediante una corriente de carbónico (CO2). Cuando se
ha eliminado el SO2 el líquido adquiere un color más pálido.
Después de enfriar se filtra al vacío el cloruro cuproso cristalino y se lava el sólido sucesivamente con:
(1) SO2 acuoso (2) ácido acético glacial (3) etanol y (4) acetona. Secar el producto en estufa.
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OBTENCION DEL ACETATO CROMOSO

Monte el aparato de la figura. Ponga en el matraz 2 gr. de dicromato potásico y 10 gr. de Zn (colocar
primero el cinc en el fondo del matraz y encima el dicromato potásico para favorecer la reacción).
Cerciorarse de que el esmerilado del matraz está perfectamente limpio y sin restos de dicromato potásico
pues de otro modo el embudo de decantación no quedaría perfectamente encajado y habría escape de
hidrógeno el cual no llegaría a su fin que es la disolución de acetato sódico. Una forma de evitar esto es
ayudarse de un embudo de vidrio para añadir el dicromato potásico.
Entretanto, prepárese una solución de 18 g. de acetato sódico hidratado en 16 ml. de agua. Si se tiene
que calentar para que se disuelva ha de enfriarse antes de usarla.
Añádase sobre el matraz que contiene el dicromato potásico y el cinc y haciendo uso de un embudo
de decantación ácido clorhídrico diluido preparado mezclando 30 ml. de ácido concentrado con 15 ml. de
agua.
Tiene lugar una reacción enérgica con liberación de hidrógeno. Ir añadiendo ácido poco a poco para
mantener la reacción hasta que el líquido del matraz se vuelva de color azul intenso, lo cual indica que el
cromo está ahora como Cr(II). Mientras el hidrógeno se desprende rápidamente apriete con los dedos la
conexión de goma del tubo lateral obligando a salir hacia la disolución que contiene el acetato sódico que
está en el matraz erlenmeyer la disolución azul.
El acetato cromoso se separa en el matraz erlenmeyer en forma de un precipitado rojo ladrillo.
Tápese el matraz inmediatamente para evitar el acceso de aire y enfríe en un baño de hielo. Filtrar el
precipitado bajo una atmósfera inerte. Fíltrese el acetato cromoso sobre un Büchner bajo una corriente de
N2 gaseoso y lávese con una pequeña porción de agua helada para eliminar el acetato sódico y otras sales
asociadas y finalmente con 15 ml de éter para facilitar su secado. Extienda el precipitado sobre un papel de
filtro para que se evapore todo el éter bajo una lámpara de rayos infrarrojos.
El precipitado es apreciablemente soluble en agua y además se oxida muy fácilmente si está húmedo
con lo cual debe mantenerse al aire el menor tiempo posible.
Guárdese el producto en un pequeño tarro, transparente, de manera que lo colme. Tápelo y parafínelo.
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SALES DOBLES Y COMPLEJAS

Discusión.-
Cuando dos sales distintas se unen en una sola red cristalina, resulta una sal doble.
Cuando se evapora una disolución que contiene dos sales diferentes, las dos sales, generalmente,
cristalizan por separado. Un cristal cualquiera de la mezcla final será de una u otra sal, pero no de una sola
mezcla de las dos. Hay casos en que las sales se unen al cristalizarse y entonces cada cristal contiene ambas
sales en determinada relación numérica de peso. Basta pensar que los iones positivos y negativos deben
incorporarse a cada cristal en tal relación numérica que el cristal resulte eléctricamente neutro.
Una sal doble da los mismos iones que sus dos componentes darían por separado. Los alumbres, sulfatos
dobles de un catión monovalente y otro trivalente, constituyen un grupo importante de sales dobles. Son
también de interés las sales dobles sulfato cúprico amónico y muy especialmente el sulfato ferroso amónico,
(sal de Mohr), estable en disolución acuosa.
La preparación de una sal doble se efectúa, pues por cristalización en disolución que contenga las dos
sales en proporción adecuada.
Sucede con frecuencia que los iones de dos sales diferentes y aún de una misma sal, se combinan
formando un ion complejo. Los iones complejos son compuestos de coordinación.
Siempre que se combinan iones entre sí para formar iones complejos, el número total de iones de la
disolución, y por lo tanto la conductividad eléctrica, disminuye.
La concentración de los iones individuales que forman un complejo pueden disminuir tanto que se haga
imposible determinar la presencia de tales iones por medio de los ensayos usuales.
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ALUMBRE DE POTASIO: Sulfato de aluminio y potasio.

Preparar las siguientes disoluciones:


100 ml. de H2SO4 4N
100 ml. de KOH 2.5 N
Colocar 1.0 gr. de hojas de Al en un matraz de fondo redondo. Cubrir el metal con agua caliente y
añadir, en porciones, 20 ml. de la disolución de KOH. Una vez calmada la efervescencia hervir la mezcla a
reflujo hasta completar la disolución del aluminio (desaparición total de toda efervescencia). Diluir con
agua caliente alrededor de dos veces el volumen inicial y filtrar.
Diluir el filtrado hasta 200 ml. calentar y adicionar lentamente desde una bureta mientras se agita un
volumen de la disolución de H2SO4. Se observará la aparición de un precipitado blanco de alúmina, seguir
añadiendo sulfúrico hasta total desaparición del precipitado. Filtrar en embudo corriente, sin succión, para
eliminar cualquier turbidez.
Para preparar el alumbre de potasio añadir a la disolución anterior 18 ml. de KOH 2N y mezclar
muy bien. Si apareciera algo de alúmina redisolver acidulando con sulfúrico. Concentrar en baño de vapor a
saturación y dejar cristalizar. Separar los cristales por filtración a vacío y secar por succión. Determinar el
rendimiento de la cristalización.

CRISTALIZACIÓN. ALTERACIÓN DE LA FORMA DE LOS CRISTALES.

Introducción
Los cristales son entidades puras, homogéneas y con formas geométricas definidas (hábitos) cuando están
bien formados. Los cristales se producen de varias formas:
- A partir de una disolución cuando se evapora el disolvente lentamente
- A partir de un material fundido cuando el líquido se enfría
- A partir de vapor cuando éste entra en contacto con una superficie fría

Los cristales se originan y crecen con formas definidas porque los átomos de las sustancias cristalinas se
disponen ordenadamente de acuerdo con un patrón definido. Mientras aumentan de tamaño, se agregan
nuevas capas de átomos. Pedro cada uno de ellos, siempre, se depositará en cierto ángulo y a una
determinada distancia de los otros. De este modo, se produce un ordenamiento de los átomos y un
crecimiento del cristal.

Recristalización del Alumbre de potasio


a) en medio ácido

Se disuelven, mediante suave calentamiento 5 g de KAl(SO4)2· 12 H2O en la mínima cantidad (30 mL


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aproximadamente) de una disolución de HCl 0.1 M. La disolución resultante se filtra con un embudo
cónico y un filtro de pliegues sobre un cristalizador de 100 mL de capacidad y se deja cristalizar durante
las siguientes 24 h.
b) en medio básico

Se disuelven, mediante suave calentamiento, 3 g de KAl(SO4)2·12 H2O en la mínima cantidad (40 mL


aproximadamente) de una disolución de NaOH 0.1 M. La disolución resultante se filtra con un embudo
cónico y un filtro de pliegues sobre un cristalizador de 100 mL de capacidad y se deja cristalizar durante
las siguientes 24 h.
18
SULFATO FERRICO-AMONICO (alumbre de hierro)

En un matraz de 250 ml. se introducen 5 g. de alambre de hierro cortado en trozos muy pequeños y
se agrega la cantidad necesaria de una disolución de ácido sulfúrico 2N. Se calienta a reflujo hasta
desaparición del hierro y se filtra (el residuo es carbón). Si durante el calentamiento observamos una
coloración amarilla en la disolución es prueba de que algo del Fe(II) se ha oxidado a Fe(III). En este caso
añadir un poco de sulfúrico hasta la desaparición de la coloración amarilla. El líquido verde se lleva a un
volumen de 25 ml. y se deja enfriar. A esta disolución fría se le añaden 5 ml. de ácido sulfúrico concentrado
y se calienta. Añadir ácido nítrico concentrado, en porciones, a la disolución caliente, hasta que una muestra
diluida dé un precipitado pardo rojizo (no negro) con amoníaco. Se necesitan alrededor de 7 ml. de ácido
nítrico. Hervir la solución concentrándola hasta sequedad en la cápsula de porcelana con el fin de eliminar
el exceso de ácido nítrico. Diluir aproximadamente hasta 100 ml. y añadir el peso calculado de sulfato
amónico. La cristalización debe efectuarse preferiblemente por debajo de 20C. Determinar el rendimiento
de la síntesis.
19
SULFATO FERROSO-AMONICO (Sal de Mohr).

La sal de Mohr cristaliza de disoluciones que contengan sulfato ferroso y sulfato amónico.
1º.- Obtención del sulfato ferroso:
En un matraz de 250 ml. se introducen 5 g. de alambre de hierro cortado en trozos de unos 10 cm. de
largo y se agrega la cantidad necesaria de una disolución de ácido sulfúrico 2N. Se calienta a reflujo hasta
desaparición total del hierro. Si durante el calentamiento la disolución se amarillea añadir un poco más de
sulfúrico hasta que el color sea verde pálido. Filtrar la disolución (el residuo negro es carbón). El líquido
verde se concentra suavemente en una cápsula de porcelana hasta que empiece a formarse una película
cristalina indicando que la disolución está saturada. Durante este último paso, en caso de que el líquido
comience a amarillear, añadir unas gotas de ácido sulfúrico.
2º.- Obtención del sulfato amónico:
Se obtiene neutralizando una solución 2N de ácido sulfúrico con otra 2N de hidróxido amónico. La
cantidad necesaria de ácido se calcula con arreglo a la cantidad anterior y se le agrega el hidróxido amónico
hasta que el líquido tenga reacción neutra. Esta solución se ha de evaporar también hasta que resulte
saturada.
Se mezclan ambas disoluciones en caliente y se deja cristalizar. Se obtiene así la sal en cristales
monoclínicos de color amarillo-verdoso. Los cristales obtenidos se filtran sobre un embudo Büchner y se
lavan con un poco de agua fría. Se secan al aire sobre un papel de filtro y se determina el rendimiento.
20

TRIOXALATO CROMATO (III) DE POTASIO K3[Cr(C2O4)3]3H2O

A una solución de 9 gr. de ácido oxálico (dihidrato) en 20 ml. de agua caliente se va añadiendo
lentamente en porciones 3 gr. de dicromato potásico. La reacción es enérgica. Cuando haya cesado la
efervescencia se calienta la solución a ebullición y se le añade 3.5 gr. de oxalato potásico K2C2O4H2O.
Enfriar a temperatura ambiente y añadir 4 ml. de etanol. Continuar el enfriamiento mientras se
separan cristales azul verdosos de una solución casi negra. Filtrar, lavar con una mezcla a partes iguales de
etanol y agua y finalmente con etanol. Pesar y determinar el rendimiento.
21
CLORURO DE HEXAMINCOBALTO (III) [Co(NH3)6]Cl3

A una mezcla formada por 12 gr. de CoCl26H2O y 8 gr. de NH4Cl se añaden 10 ml. de H2O y se
agita el conjunto hasta que casi se haya logrado la disolución total de las sales. A continuación se añaden
0.3 gr. de carbón activo y 25 ml. de NH3 concentrado y se pasa una fuerte corriente de aire a través de la
mezcla hasta que la disolución roja haya tomado color pardo amarillento. La corriente de aire no debe ser
muy fuerte pues de lo contrario disminuye la proporción de NH3; se puede remediar este inconveniente con
la adición de una pequeña cantidad de NH3 concentrado.
El [Co(NH3)6]Cl3 precipitado y el carbón activo se separan por filtración y el residuo de la operación
se disuelve, en caliente, en HCl al 1-2%. Se filtra sin dejar enfriar; y el producto puro se precipita por
adición de 20 ml. de ácido clorhídrico concentrado y enfriamiento a 0º. El precipitado separado por
filtración se lava primero con alcohol de 60% y luego con alcohol del 95% y se seca a 80-100%.
22
NITRATO DE HEXAMIN-COBALTO (III)

Tratar 6 gr. de CoCO3 con la cantidad necesaria de HNO3 para desplazar todo el carbonato. Calentar
una disolución de 12 gr. de NH4NO3 a partir de NH3 y ácido nítrico diluido. Mezclar ambas disoluciones en
frio. Añadir 0,5 gr. de carbón activo y 50 ml. de NH3 concentrado. Hacer pasar por ella una corriente de
aire.
Después de cuatro horas filtrar por decantación. Añadir 300 ml. de agua al residuo y calentarlo hasta
su disolución, filtrar en un Büchner y lavar el residuo con agua hirviendo. Añadir al filtrado 40 ml. de
HNO3 concentrado. Dejar reposar una hora, decantar y lavar con agua fria, alcohol y secar a 100ºC.

Nota: En caso de que la corriente de aire arrastre demasiado NH3 añadir de nuevo otros 25 ml. de NH3
concentrado.
23
CLORURO DE CLORO PENTAMIN COBALTO (III)

1º.- Se disuelven 17 gr. de carbonato amónico en 85 ml. de agua y se le añaden 43 ml. de amoníaco
concentrado. A continuación se adiciona a la solución anterior con agitación otra de nitrato de cobalto(II)
(CoNO36H2O) (9 g.) [sust. por CoCo3 disuelto en cantidad teórica de NHO3] disueltos en 18 ml. de agua.
Se hace pasar una corriente de aire a través de la solución durante tres horas.
El color cambiará de azul (cobaltoso) a rojo oscuro (cobáltico). Cuando el cambio no se aprecie, se vierte
la solución en un vaso de evaporación y se concentra a 50 ml. añadiendo 3-4 gr. de carbonato amónico en
pequeñas porciones durante la evaporación.
Filtrar si es necesario, entonces evaporar hasta 34 ml. añadiendo 1 gr. de carbonato amónico poco a
poco. Enfriar y separar los cristales rojos. Enfriar en hielo antes de filtrar. Se obtendrán algunos cristales
más por evaporación de las aguas madres casi hasta la sequedad. Enfriar a la temperatura ambiente y
extraerlo con 15 veces su peso en agua, filtrar la solución y precipitar la sal por adición de dos veces su
volumen en alcohol.
2º.- Disolver 5 g. de [Co(NH3)4CO3]NO3 en 50 ml. de H2O y añadir HCl concentrado (5 a 10 ml.) hasta
que se expulse todo el CO2. Neutralizar con NH3 acuoso concentrado y añadir después unos 5 ml. de
exceso. Calentar durante 20 minutos, evitando nuevamente que hierva; se forma [Co(NH3)5(OH2)]3+.
Enfriar un poco la disolución y añadir 75 ml. de HCl concentrado. Volver a calentar durante 20 a 30
minutos y observar el cambio de color. Al enfriar a temperatura ambiente se separan los cristales de color
rojo púrpura del producto. Lavar el compuesto varias veces, por decantación, con pequeñas cantidades de
hielo-agua fría destilada; filtrar luego al vacío de la trompa, con un embudo de placa filtrante (porosidad
media). Lavar con varios mililitros de etanol. Secar en la estufa a 120ºC para eliminar el disolvente, se
obtiene [Co(NH3)5Cl]Cl2.
24
SULFATO FERRICO-AMONICO (alumbre de hierro)

En un matraz de 250 ml. se introducen 5 g. de alambre de hierro cortado en trozos


muy pequeños y se agrega la cantidad necesaria de una disolución de ácido sulfúrico 2N. Se
calienta a reflujo hasta desaparición del hierro y se filtra (el residuo es carbón). Si durante el
calentamiento observamos una coloración amarilla en la disolución es prueba de que algo
del Fe(II) se ha oxidado a Fe(III). En este caso añadir un poco de sulfúrico hasta la
desaparición de la coloración amarilla. El líquido verde se lleva a un volumen de 25 ml. y se
deja enfriar. A esta disolución fría se le añaden 5 ml. de ácido sulfúrico concentrado y se
calienta. Añadir ácido nítrico concentrado, en porciones, a la disolución caliente, hasta que
una muestra diluida dé un precipitado pardo rojizo (no negro) con amoníaco. Se necesitan
alrededor de 7 ml. de ácido nítrico. Hervir la solución concentrándola hasta sequedad en la
cápsula de porcelana con el fin de eliminar el exceso de ácido nítrico. Diluir
aproximadamente hasta 100 ml. y añadir el peso calculado de sulfato amónico. La
cristalización debe efectuarse preferiblemente por debajo de 20C. Determinar el
rendimiento de la síntesis.
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YODATO POTASICO

Colóquese en un matraz de cuello largo 5 g. de clorato potásico, 6 g. de yodo en


polvo y 10 ml. de agua; por último añádase seis gotas de ácido nítrico concentrado, cerrando
la boca del matraz con un vaso invertido.
Caliéntese suavemente el contenido del matraz por medio de una pequeña llama
manteniéndola siempre en movimiento sobre la superficie hasta que empiece una
efervescencia de cloro (alrededor de 50º C); quítese entonces la llama y si es necesario
modérese el vigor de la reacción que se ha iniciado rodeando el matraz durante unos
segundos con un baño de agua fría. Cuando se haya calmado la reacción hay que calentar
otra vez hasta que se disuelva el sólido.
El yodo condensado en el cuello del matraz vuelve espontáneamente a ácido yódico.
Finalmente añádase al matraz alrededor de 0.2 g. más de yodo y hiérvase el líquido hasta
que éste también se haya expulsado.
Al enfriar la solución hay una cristalización copiosa de una mezcla de yodato y
yodato ácido, KIO3 y KH(IO3)2, que se filtra lavando una vez con una pequeña cantidad de
agua fría.
El sólido transferido a una cápsula se rompe bien con una varilla de vidrio y se digiere
con 40 ml. de agua a la temperatura de ebullición hasta que se haya disuelto prácticamente.
La solución caliente se alcaliniza por cuidadosa adición desde una bureta con hidróxido
potásico acuoso al 25% (se necesitan unos 7 a 9 ml.; comprobar con un indicador) y a
continuación se acidula por adición de una o dos gotas de ácido nítrico diluido.
Debido a que el yodato ácido es mucho más soluble, precipita algún yodato, que se
redisuelve añadiendo agua hirviendo en porciones al contenido rehervido de la cápsula. El
volumen final será de 50 ml. Una pequeña cantidad de residuo insoluble se filtra en caliente.
Al enfriarse el filtrado se forma una masa brillante de pequeños cristales de yodato potásico
puro. Se filtra y se lavan los cristales con un pequeño volumen de agua fría. Los cristales se
secan al vacío sobre ácido sulfúrico. Se puede obtener una 2ª cosecha.
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PREPARACION DEL NaHCO3

Se pesan, aproximadamente, 30 gr. de sal común y se pulverizan en un mortero. Se


disuelven en 35 ml. de NH4OH concentrado en 65 ml. de agua. Cuando se haya disuelto la
mayor parte de la sal y se comprende que la solución está saturada se decanta o se filtra y se
dispone en un erlenmeyer de 250 ml. Sobre esta disolución se hace pasar una corriente de
CO2 procedente de un generador y el erlenmeyer tapado se agita enérgicamente destapando
de vez en cuando el matraz para evitar sobrepresiones. Este procedimiento se repite el
tiempo necesario hasta obtener un precipitado abundante de bicarbonato.
Se escurren los cristales en un embudo de Büchner, se lavan con dos porciones de
agua helada de 10 ml. cada una, se escurren nuevamente y se dejan secar al aire.
Se toma aproximadamente la mitad del NaHCO3 obtenido y se pone en un crisol y se
calienta durante 2 h. a unos 270º C en la mufla.
Reconocer y valorar ambas sustancias.

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