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El nitrógeno (N):
El nitrógeno como nutriente es un elemento móvil muy importante que interactúa directamente en el
desarrollo de las plantas de marihuana durante todas sus fases de vida. Dependiendo del estadio de vida
en que se encuentren las plantas estas tendrán una mayor o menor demanda de nitrógeno.
El nitrogeno regula la capacidad que tienen las plantas de marihuana para la creación de proteínas,
aminoácidos, enzimas, clorofila, alcaloides y ácidos nucleidos. Siendo el principal responsable del
crecimiento del tallo, hojas, ramas y vigor en general.
El nitrógeno se puede encontrar en diferentes formatos: orgánico, amoniacal y nítrico. La diferencia
básica entre estos formatos está en la velocidad de absorción del nitrógeno por parte de la planta, siendo
el formato amoniacal el de más rápida absorción y en consecuencia el que puede llegar a producir un
exceso de este nutriente con más facilidad.
Por el contrario el nitrógeno en forma de nitrato es también fácilmente absorbible por la planta aunque lo
hace más lentamente. Es por este motivo que en los botes de abonos líquidos encontraremos
el nitrógeno mezclado en ambos formatos para poder equilibrar la absorción del nitrógeno por parte de
las plantas sin que lleguen a sufrir un exceso o una carencia de este macro nutriente.
Si la demanda de las plantas es superior al nitrógeno que tiene a su disposición, sufrirán una carencia,
en cambio si los niveles de este elemento son superiores a los que la planta necesita sufrirá una sobre
fertilización.
Los abonos los podemos encontrar en dos formatos tales como el mineral o el orgánico. El formato
mineral tiene una absorción más rápida por parte de las plantas ya que este no debe de ser procesado
previamente por la micro vida bacteriana que vive en simbiosis con la tierra para poder ser absorbido por
las plantas.
Un óptimo nivel de nitrógeno en las plantas se traducirá en:
Vigorosidad vegetativa
Color verde vistoso en las hojas debido a la producción de clorofila.
Aumento en el número de hojas de la planta, envergadura del tallo, frutos y semillas.
Mayor resistencia de las plantas frentes los hongos.
Mayor resistencia de las plantas frente a los insectos.
Mayor resistencia a heladas y granizadas.
NUTRICIÓN MINERAL
Las plantas toman del aire que las rodea, el dióxido de carbono y el
oxígeno. El movimiento continuo de la atmósfera asegura una
composición bastante constante: nitrógeno 78% (v/v), oxígeno 21%
(v/v), y anhídrido carbónico 0,03% (v/v), junto con vapor de agua y
gases nobles. Además en el aire se encuentran impurezas gaseosas,
líquidas y sólidas; constituidas principalmente por SO2, compuestos
nitrogenados inestables, halógenos, polvo y hollín. El contenido de
anhídrido carbónico (CO2), del aire está experimentando un aumento
debido a actividades humanas que implican la utilización de
combustibles fósiles, la quema de vegetación, así mismo la fabricación
de cemento a partir de piedra caliza. El dióxido de carbono juega un
papel importante en el aire, regulando la temperatura del planeta. La
temperatura de la tierra aumenta al aumentar la concentración de CO2,
ya que este gas absorbe la radiación solar infra roja, impidiendo que
una parte del calor que llega a la tierra se escape hacia el espacio
exterior, produciendo un efecto de invernadero.
A comienzos del siglo XIX se puso en evidencia que las plantas contienen
elementos minerales. Utilizando las técnicas de la química analítica y
micrométodos de análisis modernos se han identificado en los vegetales los
elementos que se listan a continuación:
(1)Se usa 1ml de micronutrientes por litro de solución nutritiva. El hierro se le suministra en
forma de una solución al 0,5% de quelato de hierro, en una proporción de 2 ml por litro.
Una solución nutritiva sencilla se puede preparar diluyendo 1 gramo del fertilizante
comercial 12-12-17/2, más 0,25 gramos de yeso (Ca SO4. 2H2O)), más 0,50 centímetros
cúbicos de un fertilizante foliar (Bayfolan, Greenzit, Crescal etc.), por cada litro de
solución nutritiva que se desea preparar (Cabrera y Verde, 1989)
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CRITERIOS DE ESENCIALIDAD
Las tres reglas anteriores pueden resumirse diciendo que: Un elemento es esencial si la
planta lo requiere para su desarrollo normal y poder completar así su ciclo vital.
Las diatomeas necesitan sílice, no solo en su pared celular, sino también como
oligoelemento metabólico, especialmente en la división celular.
Ha sido propuesto que los silicatos presentes en hojas e inflorescencias de gramíneas, impiden
la herbivoría causada por animales e insectos; lo que representa un requerimiento ecológico,
más que una necesidad bioquímica o fisiológica.
El cobalto es esencial para muchas bacterias, incluyendo las algas verde-azules. Es requerido
para la fijación de nitrógeno por las bacterias presentes en los nódulos de las raíces de las
leguminosas; así como por las bacterias de vida libre que fijan nitrógeno. El cobalto es un
componente de la vitamina B12, por lo que los organismos que lo requieren, incluyendo animales,
sintetizan esa vitamina; mientras que en las plantas superiores y algas carentes de vitaminas
B12, el cobalto no es esencial.
En la lista de los 17 elementos esenciales para las plantas superiores (tabla 1), se ha incluido el
níquel (Ni); debido a que Brown (1967), ha demostrado su esencialidad para el crecimiento de
la cebada. El níquel ejerce efectos beneficiosos en el crecimiento del tomate, avena, trigo; así
como en algunas algas. La esencialidad del níquel (Ni 2+) está asociada a la enzima ureasa, que
cataliza la hidrólisis de la urea, produciendo CO2 y NH4+.
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MACRONUTRIENTES
En este texto no hacemos referencia detallada de los elementos carbono, hidrógeno y oxígeno,
ya que estos forman parte de los compuestos orgánicos como son los carbohidratos, lípidos,
proteínas, ácidos nucleicos, metabolitos secundarios, etc.; aunque en las proteínas y ácidos
nucleicos participa conjuntamente con estos el elemento nitrógeno.
Nos hemos referidos anteriormente al hecho de que las plantas toman al oxígeno y el anhídrido
carbónico del aire, mientras que el agua es absorbida por las raíces generalmente del suelo.
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NITRÓGENO
Número atómico: 7
Deficiencias minerales
Hoy en Agromática os vamos a hablar de algunos problemas que pueden
presentarse en nuestro huerto o jardín y que tiene que ver con la aparición
de deficiencias minerales. Éstas se originan porque nos falta añadirle algún
abono rico en el mineral concreto y hallar el problema es difícil. Si quieres
aprender a identificar estas carencias ¡este es tu artículo!
Si analizásemos una planta en un laboratorio extraeríamos más de 100
elementos minerales. Satisfacer 1 por 1 las necesidades de cada 1 es imposible
por lo que generalmente se dividen en 2
tipos: microelementos y macroelementos.
Cuando el suelo no es capaz de satisfacer las necesidades de la planta o el
cultivo, aparecen los primeros síntomas visuales de deficiencias o carencias
minerales. Identificar la causa del problema es vital para iniciar el tratamiento y
en algunos casos resulta bastante complejo saber qué elemento es el que no
están en suficiente cantidad en la planta debido a que se puede enmascarar
con plagas o enfermedades, falta de riego, insolación etc.
El hecho de diferenciar microelementos y macroelementos no se basa en función
de que unos minerales sean más importantes que otros, pues todos son
igualmente indispensables y son conocidos como elementos esenciales (su
ausencia paraliza una función fisiológica e intervenir en una reacción enzimática
de la planta, y no puede desarrollarse sin ellos). La diferencia entre micro y
macro radica en la cantidad. En el caso de los microelementos, que diremos a
continuación cuáles son, necesitan menores aportaciones para el óptimo
desarrollo de la planta y todo lo contrario a los macroelementos, que tiene que
encontrarse en mayor cantidad en la planta.
Macronutrientes o macroelementos:
Macroelementos esenciales
Carbono: 40-50 %
Oxígeno: 42-44 %
Hidrógeno: 6-7 %
Macroelementos primarios
Nitrógeno
Potasio
Fósforo
Macroelementos secundarios
Calcio
Magnesio
Azufre
Micronutrientes o microelementos
Microelementos esenciales
Hierro
Manganeso
Boro
Zinc
Cobre
Molibdeno
Cloro
Puede ser que a pesar de que hayamos añadido nuestra materia orgánica, en
suficiente cantidad o no, aparezcan síntomas en la planta, que suelen
visualizarse sobre las hojas, flores o frutos, con cambios de color o
marchitamiento general. El problema de la deficiencia de los elementos
indispensables es que la falta de uno reduce el rendimiento del resto de
minerales, debido a la movilidad y presencia de antagonistas entre ellos, por lo
que el problema se agrava. Identificar qué elemento es el que falta y corregirlo a
tiempo asegurará una buena producción a final de temporada y un rendimiento
positivo de nuestro huerto.
Vamos a ver la función de cada elemento y los síntomas que presenta la planta
cuando no se encuentran en suficiente cantidad. Los macroelementos
esenciales (carbono, oxígeno, nitrógeno) no son mencionados como
susceptibles de deficiencias ya que se extraen del aire o del agua de riego y no
forman parte, como los que aparecen a continuación, de la extracción de los
sólidos del suelo.
DEFICIENCIA NITRÓGENO
Síntomas en la planta: los primeros síntomas en la planta se observan sobre
las hojas más antiguas. Estas hojas pierden su color verde natural y se tornan
progresivamente amarillas, incluidas las nerviaciones. Si la deficiencia continúa,
las hojas nuevas también se tornarán amarillas.
Nitrógeno (N)
Carencia de Nitrógeno
• Empieza primero por las hojas más viejas, las inferiores (en el caso del Hierro, empieza
por las más jóvenes, que son los brotes).
• No crece, el follaje es escaso, aunque puede florecer con cierta abundancia. En definitiva
la planta tiene un aspecto raquítico y amarillento.
• Estos mismos síntomas también pueden producirlo Nematodos, asfixia radicular, daños
en raíces, otras carencias, etc. por lo que hay riesgo de confusión.
Solución
• Aplica fertilizantes nitrogenados. Sirven los fertilizantes completos N-P-K para plantas
verdes o cualquiera que posea bastante Nitrógeno (N).
• En los casos en que se desea una acción muy rápida, puede tener buenos efectos el
nitrógeno en forma de nitratos, por ejemplo, Nitrato amónico, Nitrato cálcico, Nitrato
potásico, etc..
• Los abonos orgánicos, coo el estiércol, mantillo, compost, guano, humus de lombriz,
compost, etc., proporcionan Nitrógeno a medida que se descomponen. Abona cada año
con alguno de estos productos.
Excesos de Nitrógeno
• Se forman plantas débiles con tejidos tiernos, y, por tanto, más propensas a las plagas y
enfermedades, al viento, a la lluvia, al granizo, a las heladas...
• Las plantas abonadas con un exceso de nitrógeno, son más sensibles a los ácaros (una
plaga).
• Flores incompletas, sin estambres o sin pistilos. Caída de flores y frutos. Frutos con color
anormal.
Estos son los 13 elementos esenciales que necesitan todas las plantas para vivir. Los
toman principalmente del suelo. Pueden tomar muchos otros, pero estos 13 son
imprescindibles:
Macronutrientes
• Nitrógeno (N)
• Fósforo (P)
• Potasio (K)
• Calcio (Ca)
• Magnesio (Mg)
• Azufre (S)
Micronutrientes
• Hierro (Fe)
• Zinc (Zn)
• Manganeso (Mn)
• Boro (B)
• Cobre (Cu)
• Molibdeno (Mo)
• Cloro (Cl)
Porque hay poca cantidad en el suelo de ese o esos elementos (suelo pobre).
Simplemente el suelo contiene poca cantidad del elemento en cuestión y por eso se
produce la carencia.
En todos los suelos siempre hay algo, pero a veces es demasiado poco para lo que
necesita la planta. Imagínate un suelo que es pobre de por sí y que nunca se abona. Cada
año las plantas emiten nuevas hojas, flores, frutos... llegará un momento en el que se
agoten los nutrientes.
Otro caso: un suelo arenoso sometido a un lavado continuo por lluvia y riego; si no se
abona, también se terminará agotando.
La mayor o menor riqueza del suelo afectará según la especie vegetal, porque hay unas
que son grandes consumidoras de nutrientes y otras viven felices en un suelo pobre
(ejemplo, los Cactus).
• PH del suelo alto o bajo que mantiene insolubles a los elementos minerales
Esto significa que el elemento ( Hierro, Fósforo, Manganeso, etc.) está en el suelo en
cantidad suficiente, pero no está disuelto en agua. Es decir, haber, hay, pero no está
disponible para las raíces porque se encuentra en gran medida insolubilizado como
mineral (imagínate una piedrecita por así decirlo) y en este estado, para las raíces es
como si no estuviera, puesto que no pueden absorberlo.
Cantidades adecuadas de nitrógeno producen hojas de color verde oscuro, debido a que estas
tienen una alta concentración de clorofila. La deficiencia de nitrógeno resulta en clorosis
(amarillamiento) de las hojas debido a la presencia de cantidades reducidas de clorofila. Este
amarillamiento se inicia en las hojas mas viejas y luego se desarrolla en las jóvenes, cuando la
deficiencia comienza a ser severa. El pigmento verde de la clorofila absorbe la energía de la luz
necesaria para iniciar la fotosíntesis. La clorofila ayuda a convertir carbono (C), el hidrógeno
(H) y el oxígeno (O) en azúcares simples. Estos azúcares y los productos de su transformación
son usados para el crecimiento y desarrollo de la planta. Plantas pequeñas y desarrollo lento
son también síntomas de deficiencia de nitrógeno. Los cereales de grano pequeño y otras
gramíneas macollan menos cuando el suplemento de nitrógeno es limitado. Cuando el
nitrógeno es insuficiente, las semillas y las partes vegetativas de la planta tienen bajo
contenido de proteínas. Las plantas deficientes usualmente tienen menos hojas, y ciertos
cultivos como el algodón pueden madurar mas rápidamente en condiciones de deficiencia de
nitrógeno. El maíz fertilizado adecuadamente con nitrógeno tendrá menor contenido de
humedad en el grano a la cosecha que aquel maíz con insuficiente cantidad de nitrógeno. En
ciertas ocasiones se acusa al nitrógeno por el retraso en la madurez de los cultivos. El exceso
de nitrógeno puede incrementar el crecimiento vegetativo, reducir el cuajado del fruto y
afectar adversamente la calidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos el retraso en la
madurez es causado por la deficiencia de otros nutrientes, antes que por el exceso de
nitrógeno. La deficiencia de nitrógeno es favorecida por el frío, el suelo mojado, suelo seco
(particularmente después de medio ciclo), suelos salinos, gran cantidad de residuos con baja
cantidad de nitrógeno, gran cantidad de lluvias lixiviadoras, suelos inundados y áreas
estancadas cuando la temperatura es caliente.
Las condiciones que favorecen la aparición de síntomas de deficiencia
Los factores medioambientales pueden llevar a deficiencias de nutrientes en el maíz; entre
otros, las condiciones meteorológicas, las condiciones del suelo o la disponibilidad de
nutrientes.
Las deficiencias nutricionales también pueden provenir de procesos internos de la planta de
maíz, problemas de absorción de la raíz o de una deficiencia real de nutrientes del suelo.
Si los síntomas de deficiencia aparecen, se deberán comprobar los tejidos y la fertilidad del
suelo a tal efecto antes de utilizar fertilizantes adicionales.
Las condiciones relacionadas con el medio ambiente
Un metabolismo y una fotosíntesis ralentizados debido a las condiciones medioambientales,
que incluirían una combinación de temperaturas nocturnas frescas, cielos nublados y suelos
saturados.
Un crecimiento rápido de las plantas provocado por temperaturas cálidas seguido de un
crecimiento lento debido al clima frío.
La persistencia de herbicidas
Los daños causados por la persistencia de herbicidas según las condiciones de aplicación
(fase, clima...). Las nervaduras de las hojas de maíz serán por consiguiente blancas, mientras
que el tejido entre ellas permanecerá verde.
La compactación del suelo puede limitar el crecimiento de las raíces y las fuertes lluvias
pueden provocar una lixiviación de nutrientes solubles en agua como el nitrógeno y el azufre,
en la zona de las raíces, lo que conllevaría síntomas de deficiencias de nutrientes en el maíz.
Cuando la planta de maíz tiene deficiencia de nitrógeno (N), las hojas más viejas pueden
parecer blanquecinas o adquirir un tono verde amarillento. La deficiencia comienza, por lo
tanto, a provocar una forma en V a partir del extremo de la hoja (imagen 2).
Una planta de maíz que tenga una deficiencia de zinc presentará clorosis en las hojas
superiores. Las nervaduras, la nervadura central y el borde de las hojas permanecerán verdes.
Si la deficiencia se intensifica, las bandas (o “rayas”) crecen a los lados de la nervadura central
y las hojas pueden quedarse casi blancas (imagen 3). Además, una planta de maíz con una
deficiencia de zinc puede presentar un retraso en el crecimiento, lo que provocaría entrenudos
recortados en el tallo.
Imágenes reproducidas con la autorización de: University of Minnesota Extension, Zinc for Crop
Production. www.extension.umn.edu
Los suelos saturados por las fuertes lluvias del año anterior pueden provocar una limitación del
crecimiento de los cultivos y de la absorción de los nutrientes (imagen 1). Las capas de
compactación se forman cuando un equipo agrícola pesado recorre la tierra húmeda. Estas
capas pueden bloquear los sistemas de raíces y limitar la disponibilidad de los nutrientes. La
humedad del suelo también puede reducir los niveles de oxígeno que contiene, afectando así al
crecimiento de las raíces y a la absorción de nutrientes. Si el crecimiento continúa con un clima
más seco y soleado, estos problemas pueden llegar a solucionarse.
La gestión de los elementos nutritivos.
Los análisis de los tejidos y del suelo pueden ayudar a determinar si la deficiencia se debe a
los recursos del suelo o bien a la absorción y al metabolismo de la planta. A lo largo de la
temporada de crecimiento, un análisis del tejido vegetal puede indicar los niveles de azufre,
magnesio y zinc que contiene la planta en el momento de tomar la muestra.
Para comprobar los niveles de azufre, magnesio y zinc, generalmente tomamos una muestra
de hojas de la mazorca de maíz que presenten los síntomas, pero los procedimientos analíticos
pueden variar en función de los laboratorios. Podemos analizar los tejidos al comienzo de la
temporada, después de la época de siembra, pero antes de la floración masculina.
Cuando se toman muestras de las plantas que sospechamos que tienen deficiencias de
nutrientes, es recomendable recoger también una muestra de plantas sanas en un estadio de
desarrollo equivalente. Los resultados de las pruebas al comienzo de la temporada pueden
servir para determinar si es necesario realizar una fertilización adicional. Una prueba del tejido,
combinada con un análisis del suelo, puede revelar las razones de un nivel alto o bajo de
nutrientes en una planta. Un análisis del suelo es muy útil para prevenir las necesidades de
nutrientes para la siguiente temporada. Por otro lado, resulta insuficiente para obtener
resultados fiables sobre los niveles de azufre.
Con frecuencia, las plantas sobreviven a los síntomas. De hecho, el calentamiento del suelo
promueve la actividad microbiana y la descomposición de la materia orgánica, lo que libera
nutrientes adicionales. Un crecimiento hacia abajo de las raíces también puede permitir la
obtención de nutrientes solubles en agua tales como el azufre o el nitrógeno, que pueden haber
sido lixiviados hacia mayores profundidades en el suelo a causa de la humedad.
Resumen
1 Gower, S. 2006. Fomesafen carryover to corn. Michigan State University. Field Crop Advisory
Team Alert.
2 Fernandez, F. 2009. Identifying nutrient deficiencies in corn. University of Illinois. The Bulletin
No. 13 Article 6.
3 Stevens, G. Integrated pest management: Crop nutrient deficiencies and toxicities. University
of Missouri-Columbia. IPM1016.
4 Thom, W. O. et. al. 2000. Sampling for corn plant tissue analysis. Iowa State University
Extension. NCH-15.
http://plantitas.com/plantitas/jardineria/articulos/flower/nutricion_plantas.pdf
http://www.agrorum.net/blog/44-nutrientes-de-las-plantas