Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
AFECTIVIDAD
Aun cuando el término se presta a controversia. lo utilizamos aquí en lo que tiene de expresión
sumaria de la vida emocional del individuo, traducida fundamentalmente en sentimientos y
emociones que constituyen luego lo que llamamos afecto propiamente tal y ánimo. Sentimiento se
define como una emoción positiva o negativa hacia determinada experiencia; puede considerárselo
también como la expresión subjetiva de una emoción, el “cómo" se vive tal emoción. El concepto
de emoción, por otra parte, entraña un estado de efervescencia debido, en buena medida, a cambios
que ocurren en respuesta a determinados eventos; las emociones tienden a perpetuar o a abolir el
impacto del evento causal. Animo es el estado emocional prevalente, íntimamente subjetivo, que
domina y colorea la experiencia total del sujeto en un momento dado. Afecto es la expresión
pretendidamente objetiva del ánimo, a través de producciones verbales o conductuales,
supuestamente en consonancia con el estado emocional subyacente. Dicho en términos más
sencillos, ánimo es cómo se ve el sujeto a sí mismo, cómo siente su propia experiencia; afecto es
cómo lo ven o sienten los demás, el observador clínico entre ellos. El ánimo puede resultar inasible;
el afecto puede ser distorsionador y engañoso en la percepción de personas que no son el paciente
mismo. En todo caso, la vida afectiva (o afectividad) abarca y engloba esta complicada gama de
experiencias y su expresión concomitante.
2 . CORRELATOS
2. TEORIAS
Teoría tomista: Aristóteles notó ya que en la pasión hay una valoración positiva o negativa
del objeto y que ésta no es puramente intelectual, pues también en los animales se da; sin
embargo no se ocupó de determinar el origen de ese juicio.
El conductismo: Esta teoría psicológica de la emoción fue elaborada por los conductistas.
El precursor es W. James (1890), quien critica las entidades psíquicas de las emociones
cartesianas. En su opinión, las emociones son un puro resultado de algunos cambios
fisiológicos; por eso, sostiene, que estamos tristes porque lloramos, y no al revés, es decir,
no lloramos porque estemos tristes.
3. TRASTORNOS DE LA AFECTIVIDAD
Desde un punto de vista estrictamente clínico, los síntomas afectivos más prominentes pueden
clasificarse en dos grandes grupos:
3.1. GENERALES:
Depresión: Reacción emocional a la frustración crónica o a eventos que representan
pérdidas emocionales de diversa índole. Se caracteriza por sentimientos de tristeza,
desaliento, desesperanza, minusvalía personal, pesimismo, tendencias autopunitivas, pér-
dida de repercusión afectiva ante eventos favorables, enlentecimiento psicomotor
generalizado. Resulta fenomenológicamente difícil separar conceptualmente varios de estos
componentes, aunque, si se habla con criterio estricto, sólo los tres primeros caracterizarían
esta perturbación del ánimo. Como variantes de la depresión podrían citarse el estupor
(incapacidad momentánea de experimentar sentimientos), la disforia (condición más o
menos persistente de incomodidad, especialmente en situaciones de trato interpersonal,
insatisfacción crónica, rumiaciones negativas referidas al individuo mismo).
La depresión, cuya severidad puede variar desde la forma reactiva menor hasta el cuadro
morboso de los desórdenes endógenos, es un fenómeno clínico ubicuo y proteiforme, que
acompaña incluso a numerosos cuadros somáticos. Tiene la peculiar característica de
aglutinar una serie de síntomas pertenecientes a otras esferas psíquicas en un proceso
catatímico que, cuando es intenso, paraliza prácticamente el funcionamiento psicológico del
individuo o lo conduce al desarrollo de conductas autodestructivas.
Euforia: Definida como elación y excitabilidad extremas, ánimo exultante, a veces conta-
giosa, pero frágil “seudofelicidad”, las más de las veces inapropiadamente motivada. Al
igual que la depresión, se traduce en una serie de fenómenos en diversas parcelas
psicológicas y genera en sus formas extremas conductas desorbitadas, actividad física
excesiva, pérdida del control de actividades rítmicas, superficialidad excesiva y atención
fluctuante. Rasgo característico de los cuadros maníacos y maniformes, la euforia tiene
también gradaciones o niveles de intensidad, algunos de los cuales, en ocasiones, no llegan
a adquirir dimensión clínica.
Ansiedad o angustia: Estado afectivo displacentero, con multitud de concomitantes fisio-
lógicos (especialmente en áreas del sistema nervioso vegetativo) que dan lugar a tensión,
aprensión, temor y excitabilidad neuromuscular exacerbada. La ansiedad puede originarse
en la expectativa mas no la certeza de que algo-generalmente algo malo va a ocurrir en
cualquier momento. Tal respuesta es, como su agente generador, vaga, difusa pero plena de
aflicción y significación trascendental para la vida subjetiva. Decir que el miedo es
“angustia con objeto" resulta ser una distinción que, si bien puede tener alguna implicación
terapéutica, no establece claras diferencias sintomatológicas. El miedo, llevado a extremos
mórbidos de concreción e intensidad, genera el síntoma fóbico. A su vez, pánico es un
grado severo de ansiedad, con alto potencial desorganizador de la función psíquica.
La mayoría de los autores coincide en que el rasgo distintivo de la ansiedad es su expresión
somática más o menos definida, que va más allá de la mera aprensión subjetiva. En la
certera frase de Delgado, “tomando en consideración los factores extremos, la angustia
puede surgir tanto por falla de oxígeno en los tejidos, cuanto por grietas de la metafísica”,
cubriendo así el todo de la experiencia humana. Finalmente, otro factor clínico de
importancia está dado por la ocurrencia simultánea en muchísimos casos de ansiedad y
depresión, con la consiguiente mayor complejidad sindrómica.
Violencia: Muchos psicopatólogos pueden objetar la inclusión de este síntoma entre los
trastornos afectivos generales; de hecho la violencia con sus escasamente adecuados sinóni-
mos, tales como cólera, ira, furia incluye una complicada maraña de emociones y estados
afectivos, pero se lo ubica aquí por su definida expresividad pática. Consiste en la
propensión a estallidos de cólera, generalmente desproporcionados al estímulo causal,
intermitente o esporádico, de duración variada, acompañados de grados a veces
incontrolables de agitación y helero destructividad. Al igual que con la ansiedad, los
factores causales pueden ser tanto psicógenos como orgánicos, estos últimos identificados
con más frecuencia.
3.2. ESPECIFICOS
Labilidad: Esta patología se caracteriza por cambios repentinos del afecto combinados con
la incapacidad para contenerse emocionalmente. Es propia de las demencias y cuadros
pseudobulbares. En este último síndrome se pueden dar ataques incontrolables de risa o
llanto, más frecuentemente los segundos. Efusiones que se diferencian de la emotividad, se
desencadenan con una causa inadecuada, de lo cual se percatan los mismos sujetos que la
sufren. Es síntoma de desorden provocado por lesión orgánica del cerebro, pero también en
psicosis o neurosis
Ambivalencia: Estado de tener simultáneamente, en conflicto sentimientos hacia una
persona u objeto. Escrito de otra forma, la ambivalencia es la experiencia de tener
pensamientos y/o emociones de ambas valencias positiva y negativa hacia alguien o algo.
La ambivalencia es experimentada psicológicamente como desagradable cuando los
aspectos positivos y negativos de un tema están ambos presentes en la mente de una
persona al mismo tiempo. El estado puede conducir a evasión o dilación, o a intentos
deliberados por resolver la ambivalencia. Cuando la situación no requiera una decisión a ser
tomada, la gente experimenta menos incomodidad incluso sintiendo ambivalencia.
Apatía: Falta de motivación, ausencia de «ganas para hacer cualquier cosa» e indiferencia
hacia la estimulación externa recibida que se atribuye a estados depresivos. Es un
término psicológico para un estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a
aspectos de la vida emocional, social o física.
Cambio o inversión de los afectos: Alteración afectiva que se puede producir en las
psicosis esquizofrénicas. En el cambio de afecto se produce una modificación de los
sentimientos del sujeto ante determinadas personas, generalmente familiares. El cambio
puede llegar hasta la inversión de afectos, en este caso los seres más queridos se convierten
en odiados y blanco de las agresiones del paciente.(2)
4. LA DESCRIPCIÓN DE SPINOZA
1. Alegría
2. Tristeza
3. Deseo
Trató de que esas partes fueran puramente corporales, de que estuvieran al nivel del apetito, es
decir, no acompañadas por la conciencia. Las emociones, estrictamente hablando, suponen una idea
del objeto; el amor, por ejemplo, es un modo de la conciencia que incluye una idea del objeto
amado.
El deseo es la esencia misma del hombre en cuanto es concebida como determinada a obrar
algo por una afección cualquiera dada por ella.
La alegría es la transición del hombre de una menor a una mayor perfección.
La tristeza es la transición del hombre de una mayor a una menor perfección.
La admiración es la imaginación de alguna cosa en la cual el alma permanece absorta,
porque esta imaginación singular no tiene conexión con las demás.
El desprecio es la imaginación de alguna cosa que toca tan poco al alma, que el alma
misma, por la presencia de la cosa, es movida a imaginar lo que en la cosa misma no existe,
más bien que lo que en ella existe.
El amor es una alegría acompañada por la idea de una causa externa.
El odio es una tristeza acompañada por la idea de una causa externa.
La propensión es una alegría acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente,
causa de alegría.
La aversión es una tristeza acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente,
causa de tristeza.
La indignación es el odio hacia alguien que ha hecho mal a otro.
La sobreestimación es estimar a alguien, por amor, en más de lo justo.
El menosprecio es estimar a alguien, por odio, en menos de lo justo.
La envidia es el odio en cuanto afecta al hombre de tal manera que se entristece con la
felicidad de otro, y, por el contrario, se goza en el mal de otro.
La misericordia es el amor, en cuanto afecta al hombre de tal manera que se goza en el bien
de otro, y, por el contrario, se entristece con el mal de otro.
La satisfacción de sí mismo es una alegría nacida de que el hombre se considera a sí mismo
y considera su propia potencia de obrar.
La humildad es una tristeza nacida de que el hombre considera su propia impotencia o
flaqueza.
El arrepentimiento es una tristeza acompañada por la idea de algo que creemos haber hecho
por un libre decreto del alma.
Antonio Damasio propone una especie de árbol del cual van emergiendo los niveles sucesivos que
llevan hasta los sentimientos:
La hipótesis de Damasio
Considerando los diversos tipos de emoción, se puede ofrecer una hipótesis de trabajo sobre las
emociones propiamente dichas en forma de definición: