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Colaboración en el Tratado de Derecho Judicial, Tomo I, Teoría General, Capítulo

XXXI, “Mediación en el sistema penal”. Editorial Abeledo Perrot. Año 2013.-

MEDIACION EN EL SISTEMA PENAL

Por Susana Velazquez1

1. CRISIS DE LOS SISTEMAS JUDICIALES. ALGUNAS RESPUESTAS.


El estado de crisis de los sistemas judiciales ha sido evidenciado
fundamentalmente por el grado de insatisfacción de los usuarios surgido de
innumerables muestreos y estudios de opinión llevados a cabo por organismos públicos
y privados, nacionales e internacionales2.
Frente a ello, se han llevado a cabo reformas en la administración de justicia con
el fin de lograr sistemas de justicia con mayor eficiencia y eficacia, con mayor
protagonismo de la sociedad y la plena vigencia de los derechos humanos.
Nos centraremos aquí en uno de los aspectos de esas reformas, la incorporación
de la resolución alternativa de conflictos, en especial la mediación y su aplicación en el
ámbito penal.
En la Argentina, a partir del dictado del Decreto del PE Nº 1480/92 se declara de
interés nacional, la institucionalización y el desarrollo de la mediación como método no
adversarial de resolución de conflictos3.
Esta impronta, no solo se ha plasmado en la legislación común, sino también en
el orden constitucional, así la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
sancionada en octubre de 1996, propicia la utilización de la mediación como un método
adecuado de solución de conflictos. En su artículo 106, cuando establece la competencia
del Poder Judicial de la Ciudad, señala que le corresponde también organizar la
mediación voluntaria conforme a la ley que la reglamente. En su artículo 128, referido a
las funciones de las comunas, establece que les corresponde en forma concurrente con el
Gobierno de la Ciudad la implementación de un adecuado método de resolución de
conflictos mediante el sistema de mediación, con participación de equipos
multidisciplinarios.
A partir de su reconocimiento legislativo, la mediación toma impulso y
comienza a desarrollarse en diversos ámbitos: civil, comercial, comunitario, escolar.
Alguno de ellos, resistidos al principio, como es el del derecho penal, empieza a abrirse
a esta posibilidad, no tan solo desde lo doctrinario, sino también desde lo legislativo,
incorporándose el instituto a los códigos procesales penales más modernos, dictándose
leyes de Mediación Penal o implementándose planes pilotos en las distintas
jurisdicciones del país4.
1
Abogada. Mediadora. Responsable de la Oficina de Acceso a la Justicia y Métodos Alternativos de
Solución de Conflictos del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Docente invitada de
Formas Alternativas de Resolución de Conflictos, Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, carrera de
Relaciones Laborales. Docente de Métodos Alternativos de Abordaje de Conflictos de la Facultad de
Derecho de la UBA.
2
ALVAREZ, Gladys S., “La mediación y el Acceso a Justicia”, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe,
2003, pág. 15.
3
SECRETARIA DE JUSTICIA DE LA NACION. MINISTERIO DE JUSTICIA DE LA NACION,
“Mediación: Proyecto Piloto”, LL, Provincia de Buenos Aires, 1996, pág. 107.
4
JUNTA FEDERAL DE CORTES Y SUPERIORES TRIBUNLAES DE LAS PROVINCIAS
ARGENTINAS Y CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES –Ju.Fe.Jus-, “Mediación en el ámbito
judicial. Normas Implementadas para la mediación anexa, conectada o relacionada con los tribunales
argentinos”, 2da. Edición Actualizada, LL, Provincia de Buenos Aires, 2008. http://www.csjn.gov.ar/.
Mapa de Acceso a la Justicia.
2. CRISIS DEL SISTEMA PENAL
También queremos señalar aquí, lo que otros ya han dicho mejor que nosotros,
esto es que la crisis del derecho penal y de la pena, su comprobación empírica a través
de años de estudios y diagnósticos, y la actual obligación legal de dar vigencia plena a
los derechos humanos, nos pone en la necesidad de lanzar ideas y paradigmas
innovadores5.
En efecto, desde diversos círculos académicos se ha señalado que el principio de
legalidad se ha visto desdibujado, cuando no quebrantado, por la imposibilidad práctica
de perseguir todas las infracciones a las normas penales que se cometen. Frente a esta
realidad se ha impulsado y apoyado la aplicación del llamado principio de oportunidad,
es decir, la facultad que se brinda para no acusar, no investigar, no propiciar la acción
penal cuando se verifiquen ciertas y determinadas circunstancias de derecho o de hecho
que operan como requisitos6. Esto permite el funcionamiento de una decisión política
responsable respecto de los casos en los cuales se puede evitar la persecución penal.
Es en ese marco del principio de oportunidad donde se inscribe la
implementación de la mediación en el ámbito penal, como un mecanismo alternativo a
la pena, que permite abordar el conflicto y eventualmente solucionarlo. Sobre el
particular se ha señalado que la pena no cumple función alguna en la solución del
conflicto7.
El sistema penal se ocupó principalmente de que los victimarios u ofensores
recibieran su justo castigo, otorgándole a la víctima un papel secundario de mero
denunciante o testigo.
En este sentido, podemos señalar que la evolución de la política criminal ha
dado, en la actualidad, un mejor lugar a la víctima. Así diversas legislaciones han
establecido las figuras de actor civil, particular damnificado, querellante, y su derecho a
la información y a la asistencia.
Asimismo, y como parte de ese mayor protagonismo se han creado y puesto en
marcha oficinas de asistencia a la víctima, tanto en la órbita del Poder Judicial como de
los otros poderes.
En el sistema de justicia penal tradicional el interés del estado se centra en la
persecución y punición del autor, concluyendo con la aplicación de la pena, con sus
finalidades sancionatorias y preventivas. Pero el mayor protagonismo de la víctima hace
jugar otros intereses relacionados con un aspecto netamente individual, su intervención
saca el caso de la rutina impuesta y lo vuelve a las necesidades que presenta esa
individualidad8.
Como se ha señalado entre los objetivos de los Métodos Alternativos de
Solución de Conflictos encontramos algunos vinculados directamente al funcionamiento
de la justicia, tales como aliviar la carga de trabajo, reducir el costo y la demora de los
procesos judiciales; y otros al fortalecimiento de valores democráticos incrementando la
participación de la comunidad y de los individuos en la resolución de sus propios
conflictos9.

3. UN MODELO DE IMPLEMENTACIÓN

5
NEUMAN, ELIAS, “Mediación y conciliación Penal”, Depalma, Buenos Aires, 1997, pág. 8
6
NEUMAN, ELIAS, “Mediación y conciliación Penal”, cit, pág. 96
7
NEUMAN, ELIAS, “Mediación y conciliación Penal”, cit, pág. 26
8
EIRAS NORDENSTAHL, ULF CHRISTIAN, “Mediación Penal. De la práctica a la teoría”. Editorial
Histórica, Buenos Aires, 2005, pág. 54-55
9
ALVAREZ, Gladys S., “La mediación y el Acceso a Justicia”, cit, pág. 303
En lo que respecta al modelo de implementación del servicio de Mediación en el
ámbito Penal, varias son las cuestiones que deben tenerse en cuenta. Expondremos
aquellas que desde nuestra práctica institucional en la Justicia de la Ciudad de Buenos
Aires hemos detectado como importantes.
En primer lugar cabe señalar que en los diferentes sistemas las derivaciones de
casos son realizadas por los Fiscales y Jueces del ámbito penal. Por ejemplo, el Código
Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires en su artículo 41 establece la obligación
tanto para el juez como para el fiscal de hacer saber a la víctima acerca de la existencia
de los mecanismos alternativos de solución de conflictos que el mismo establece,
algunos entienden que el mismo derecho le asiste al imputado de una contravención, por
lo que él también debió ser incluido en el texto 10. Asimismo, la Jurisprudencia de la
antigua Cámara Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires estableció
que si las partes no hubiesen propuesto la conciliación o la autocomposición el juez
debe procurarla, (…) es obligatorio para la jurisdicción intentar arribar a una solución
del conflicto alternativa a la imposición de una pena. (…) Es obligatorio para todos los
actores del proceso judicial contravencional –y no sólo para los jueces- agotar las
instancias necesarias para componer el conflicto mediante soluciones alternativos a la
imposición de una pena11. Los mecanismos alternativos que establece el artículo antes
referenciado son la conciliación, la autocomposición y la mediación. También establece
que estos mecanismos pueden concretarse en cualquier estado del proceso y que el juez
debe homologar los acuerdos y declarar extinguida la acción contravencional.
En materia penal, el Código de Procedimiento de la Ciudad de Buenos Aires en
su artículo 204 establece que en cualquier momento de la investigación preparatoria
el/la Fiscal podrá (…) proponer al/la imputado/a y/o al/la ofendido/a otras alternativas
para la solución de conflictos en las acciones dependientes de instancia privada o en los
casos de acción pública en que pueda arribarse a una mejor solución para las partes,
invitándolos a recurrir a una instancia oficial de mediación o composición. No
procederá la mediación cuando se trate de causas dolosas relativas a los delitos previstos
en el Libro II del Código Penal Título I (Capítulo I -Delitos contra la vida) y Título III
(Delitos contra la Integridad Sexual), y en los casos de las Lesiones establecidas en el
artículo 91 del Código Penal, cuando se efectuaren dentro de un grupo familiar
conviviente, aunque estuvieren constituidos por uniones de hecho -artículo 8° de la Ley
N° 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar. No se admitirá una nueva
mediación penal respecto de quien hubiese incumplido un acuerdo en trámite anterior, o
no haya transcurrido un mínimo de dos (2) años de la firma de un acuerdo de resolución
alternativa de conflicto penal en otra investigación. En caso de acuerdo el/la Fiscal
dispondrá el archivo de las actuaciones sin más trámite.
Si bien al artículo establece que el fiscal “podrá proponer otras alternativas para
la solución del conflicto”, lo cierto es que el articulo 91 del código citado al referirse al
objeto de la investigación preparatoria establece que el Ministerio Público Fiscal
practicará la investigación preparatoria con la finalidad de arribar a la solución del
conflicto por cualquiera de las vías legalmente previstas o promover o desechar la
realización del juicio. A tal fin, el/la Fiscal deberá disponer la investigación para, entre
otros objetivos, propiciar la utilización de los medios alternativos de resolución de
conflictos legalmente previstos. Es decir que el Ministerio Público Fiscal tiene como
manda arribar a la solución del conflicto. A diferencia de lo que ocurre en el ámbito

10
LUCANGIOLI, OSCAR A., “Nuevo Código Contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires”, Comentado. Anotado. Concordado”. Editorial García Alonso, Buenos Aires, 2005, pág. 132
11
LUCANGIOLI, OSCAR A., “Nuevo Código Contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires”, Comentado. Anotado. Concordado”, cit., pág. 133
contravencional, que prevé que el juez homologue el acuerdo y de por extinguida la
acción contravencional, la ley procedimental en materia penal establece que en caso de
acuerdo el fiscal dispondrá el archivo de las actuaciones.
Encontrándose legalmente establecido este objetivo para la actuación de jueces y
fiscales, resulta necesario que el Estado garantice la prestación efectiva del servicio de
mediación de una manera rápida, eficiente y gratuita.
En este sentido consideramos como el más adecuado para la implementación de
la mediación penal el sistema que se conoce como anexo a los tribunales 12, donde la
capacitación de los mediadores, la administración, monitoreo y evaluación del servicio
se realiza desde adentro de la administración de justicia, y la dependencia funcional de
los mediadores es con relación a algún órgano de esa administración.
Esto permite construir modelos y protocolos propios de intervención sobre la
base de las necesidades y particularidades que presentan los conflictos que puedan
llegar desde el ámbito jurisdiccional.
En cuanto a la dependencia del organismo que presta los servicios de mediación
en el ámbito penal se han diseñado varias formas, algunos servicios como el de la
Provincia de Buenos Aires están instrumentados en el ámbito del Ministerio Público. En
otros, como es el caso de varias de las provincias, dependen de los Tribunales
Superiores o, como el servicio de la Ciudad de Buenos Aires, depende del Consejo de la
Magistratura.13
Sobre el particular se ha dicho que uno de los aspectos centrales del proceso de
mediación es que quien lo conduce debe resguardar su imparcialidad frente a las partes.
Esto supone, de más esta decir, que el mediador no debe involucrarse con ninguna de las
partes intervinientes en el proceso, ni, tampoco, con ninguno de los actores
institucionales intervinientes. Por ello, debe preservarse de las decisiones de los
Ministerios Públicos, manteniendo su autonomía funcional 14, razones de imparcialidad y
de mantenimiento de la “igualdad de armas” así lo aconsejan.
En efecto, a nuestro entender, ni el Ministerio Público Fiscal ni el Ministerio
Público de la Defensa ni el Ministerio Público Tutelar podrían asumir ese rol, habida
cuenta que ellos, por su función propia, atienden intereses sólo de alguna de las partes
involucradas en el conflicto. El interés de los denunciantes coincide, en parte, con el de
los fiscales, pero se contrapone con el de los denunciados, que a su vez, si así lo
necesitaran o quisieran podrían requerir la asistencia de un defensor oficial, mientras
que el asesor de menores e incapaces atiende los intereses de estos menores e incapaces.
Como se señalara antes, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el servicio de
mediación penal depende del Consejo de la Magistratura.
La gran cantidad de causas derivadas a mediación que se atienden en este
servicio hace que el mismo presente una masividad importante. Así, durante el año 2010
se han gestionado 8243 audiencias de medición. El 60% de las derivaciones
corresponde a la materia penal y representa el 21% del total de ingresos al fuero Penal,

12
ALVAREZ, Gladys Stella, “La mediación y el Acceso a Justicia”, cit. , pág. 155
13
JUNTA FEDERAL DE CORTES Y SUPERIORES TRIBUNALES DE LAS PROVINCIAS
ARGENTINAS Y CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES –Ju.Fe.Jus-, “Mediación en el ámbito
judicial. Normas Implementadas para la mediación anexa, conectada o relacionada con los tribunales
argentinos”, 2da. Edición Actualizada, cit. http://www.csjn.gov.ar/. Mapa de Acceso a la Justicia
14
OTAMENDI, SANTIAGO, “La mediación desde el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos
Aires”, Reflexiones. A cinco años de la creación del Cuerpo de Mediadores del Poder Judicial de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, Consejo de la
Magistratura, Buenos Aires, 2011, pág. 12.
Contravencional y de Faltas, mientras que el restante 40% corresponde a la materia
contravencional y representa el 5% del total de ingresos contravencionales.15
Ahora bien, la característica señalada nos lleva a advertir respecto de un
problema que, en general, se presenta en las instituciones, la mecanización o
estandarización de las respuestas técnicas. Con esto queremos decir que tenemos que
estar atentos para que los servicios de mediación no sean del estilo “más de lo mismo”.
La experiencia indica que, en orden a la aplicación del instituto de la mediación en
contextos institucionales, se generan algunas tensiones que necesariamente deben
abordarse con el diseño de dispositivos adecuados a las particularidades que presenten
las distintas jurisdicciones. Para ello, el mediador tiene, entre sus obligaciones éticas, la
de capacitarse y estar permanentemente actualizado. Pero también la de reflexionar
sobre su práctica. En definitiva, cualquier servicio de mediación que se encare desde lo
institucional debe tener en cuenta estas cuestiones, lo cual implicará, en muchos casos,
emprender acciones instituyentes de ciertas prácticas que no son comunes en algunas
instituciones.
Otro aspecto muy importante para la prestación de este tipo de servicios es
contar con un adecuado sistema informático de gestión, que permita darle eficiencia a
la prestación, donde la participación de los distintos operadores esté al servicio del
encuentro de las partes y el mediador.

4. PARTICULARIDADES DE LA MEDIACIÓN PENAL


Hasta aquí hemos hablado acerca de la manera en que los métodos alternativos,
en general, y la mediación en particular, se han ido incorporando y desarrollando en
nuestra legislación como así también de qué manera se ha instaurado la mediación en el
ámbito penal.
Nos resta abordar el proceso de mediación penal propiamente dicho. En este
orden de ideas debemos resaltar que la mediación penal no difiere de las características
de la mediación en general, pero sí presenta particularidades que intentaremos poner de
resalto.

4.1 Voluntariedad y confidencialidad


La mediación es voluntaria y confidencial, he aquí dos principios o
características fundamentales del proceso, las cuales deben estar presentes para que
podamos hablar de mediación.
En virtud del principio de confidencialidad las partes, otros participantes y el
mediador no pueden develar las cuestiones escuchadas o dichas en las audiencias, salvo
que las propias partes autoricen a hacerlo o que el mediador tome conocimiento de un
delito o violencia contra un menor, en cuyo caso está obligado a ponerlo en
conocimiento de las autoridades correspondientes.
Asimismo, en virtud del principio de voluntariedad, las partes pueden dar por
concluido el proceso en el momento que así lo deseen sin necesidad de que queden ex-
presados los motivos por los cuales deciden hacerlo.
También el mediador, como director del proceso, puede darlo por concluido en
virtud de su propia decisión.
Como se ve, todos estos cursos de acción son derivaciones propias de los
principios antes indicados, que hacen del proceso de mediación un ámbito adecuado

15
RICCI, MILENA, “Gestión, resultados y proyecciones del sistema alternativo de solución de conflictos
penales y contravencionales del Poder Judicial de la C.A.B.A.”, Reflexiones. A cinco años de la creación
del Cuerpo de Mediadores del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, Poder Judicial de la Ciudad
de Buenos Aires, Consejo de la Magistratura, , Buenos Aires, 2011, pág. 15.
para que las partes puedan hablar con la garantía necesaria de que lo que comenten no
puede ser utilizado en ningún otro ámbito.
Ahora bien, cuando el mediador realiza su encuadre técnico, en primer lugar
verifica con las partes su voluntad de participar en el proceso; luego explica el principio
de confidencialidad y su alcance, debiendo comprometerse todos los participantes a
respetarlo como así también cuál será su rol; y finalmente las reglas para participar.
Sin embargo, este encuadre se complementa con la permanente verificación por
parte del mediador de que no existan en las partes limitaciones subjetivas para transitar
el proceso y eventualmente acordar. Estas limitaciones subjetivas se refieren a que las
partes no tengan impedimentos para dialogar y comunicarse en igualdad de condiciones.
Se trata de innumerables cuestiones que abren una casuística que se relaciona con la
intimidad y debe permanecer amparada por el principio de confidencialidad y su contra
partida para el mediador que es el deber de mantener el secreto profesional, salvo las
excepciones antes referenciadas.

4.2. Gratuidad
La mediación penal debe ser gratuita, en efecto teniendo en cuenta que el Estado
a través del Poder Judicial tiene el monopolio del ejercicio del poder punitivo, no puede
depositar ese ejercicio en manos de los particulares, por lo que los servicios de
mediación en el ámbito penal deben ser accesibles a todos los ciudadanos por igual,
para ello deberá garantizar su gratuidad.

4.3. Imparcialidad y neutralidad


Estas características se refieren a la persona del mediador, este no debe tomar
partido ni favorecer a ninguna de las partes, asimismo, debe estar en condiciones de
detectar y conocer sus preconceptos o prejuicios con el fin de evitar que los mismos
puedan condicionar su actuación.
Como director del proceso tiene la obligación de garantizar los principios de
voluntariedad y confidencialidad y actuar en todo momento de una manera neutral e
imparcial, tan es así que muchas normas éticas establecidas en las distintas legislaciones
obligan al mediador a excusarse o apartarse del caso si creen o perciben que su
imparcialidad se encuentra afectada, la obligación de excusación es continua y subsiste
durante todo el procedimiento de mediación.
Sin embargo parece ser que el mediador penal tuviera una carga extra ya que por
un lado tiene una parte que se presenta a primera vista como la más débil: la víctima.
Pero por el otro lado se encuentra el denunciado o imputado y su derecho de defensa.
Aquí juega un papel preponderante el concepto de equilibrio de poderes, donde el
mediador tendrá un rol importante. En este sentido no sólo deberá formarse en
cuestiones de género, violencia doméstica, sino también en cuestiones victimológicas, y
conocer el procedimiento legal vigente en cada una de las jurisdicciones donde se
desempeñe.

4.4. Interdisciplina
Finalmente, y en punto a las características, nos gustaría hacer una mención al
tema de la interdisciplina. Si bien algunos señalan que la mediación penal debe ser
interdisciplinaria y, de hecho, algunas legislaciones establecen como obligatorio la
intervención de equipos técnicos interdisciplinarios 16, esta es una característica que ha
despertado algunas discusiones que aún están vigentes y en proceso de desarrollo.

16
Art. 67 del Régimen Procesal Penal Juvenil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sin embargo es necesario señalar que frente a la cada vez más creciente
complejidad de los conflictos humanos resulta adecuado pensar que su abordaje
necesita de la mirada de varias disciplinas, es decir que los servicios de mediación
deben dar cuenta de ello, incorporando profesionales de otras ramas que puedan aportar
una mirada diferente.

5. ETAPAS DE LA MEDIACIÓN PENAL

5.1. Derivación
La derivación de los casos a mediación penal, según la legislación comparada
nacional, está a cargo de los fiscales o jueces, con consentimiento de los denunciantes o
víctimas; algunos entienden que también los defensores pueden solicitar la derivación a
un proceso de mediación, de hecho muchos jueces en el ámbito de la justicia de la
Ciudad de Buenos Aires derivan a mediación ante la solicitud de la defensa.

5.2. Reuniones preliminares


En lo que se refiere al procedimiento, la mediación penal comienza con la
realización de reuniones preliminares que se efectúan en forma separada con cada una
de las partes. En efecto, teniendo en cuenta las especiales características del conflicto
penal donde la víctima ha recuperado su protagonismo resulta necesario establecer las
pautas bajo las cuales las partes aceptarían someterse al proceso de mediación.
El mediador realiza una reunión con la persona denunciada (imputada u
ofensor), ésta debe asistir con su abogado de confianza o, en su defecto, se le nombrará
un defensor oficial a tal fin. La asistencia letrada es obligatoria, en función del precepto
constitucional (art. 18 de la Constitución Nacional) que garantiza la defensa en juicio.
En esta reunión el mediador recaba el consentimiento informado de la parte en cuanto a
la participación en el proceso, y realiza el encuadre de trabajo respectivo. Este encuadre
se refiere a informar adecuadamente los principios que caracterizan a la mediación,
como así también la modalidad de trabajo.
Asimismo, el mediador realiza una reunión con la persona denunciante
(querellante o víctima), a esa reunión la persona debe asistir con su abogado de
confianza o, en su defecto, el estado deberá suplir esta falencia a través de las oficinas
de Asistencia a la Víctima o los servicios de patrocinio letrado gratuito. En esta reunión
el mediador solicita que la parte preste consentimiento informado respecto de su
participación en el proceso y realiza el encuadre de trabajo respectivo, en los términos
antes indicados.
Estas reuniones preliminares pueden realizarse en días separados o el mismo día
de la audiencia de mediación. Durante estas entrevistas preliminares el mediador deberá
fomentar la posibilidad de una comunicación directa entre las partes, intentando que el
proceso de mediación se realice mediante sesiones conjuntas, salvo expresa oposición
de alguna de las partes en cuyo caso deberá trabajar sólo en sesiones privadas.

5.3. Exploración de intereses y necesidades


Luego de las reuniones preliminares el mediador comenzará con la exploración
de los intereses y necesidades de las partes, que por definición son aquellas cuestiones
que importan a las personas y no siempre se relacionan con temas de dinero, sino que
pueden referirse a necesidades de reconocimiento, respeto, prestigio, pertenencia etc.
Esta intervención puede realizarla en sesiones conjuntas o en sesiones privadas, según
lo haya pautado con las partes. En esta etapa el mediador utiliza técnicas o herramientas
comunicacionales diversas, siendo las más sobresalientes la pregunta y la escucha
activa.

5.4. Generación de opciones (posibles soluciones).


Una vez que las partes, con ayuda del mediador, han podido explorar sus
intereses y necesidades y, eventualmente, han podido entender (legitimar) los de la otra
parte, comienza la etapa llamada de generación de opciones, es decir posibles
soluciones que tengan en mira los intereses y necesidades que las partes han puesto de
manifiesto.

5.5 Propuesta y acuerdo


Luego el mediador ayudará a las partes a establecer cuál de esas opciones puede
ser viable y convertirse en una propuesta que, de ser aceptada por aquellas, se
transformará en un acuerdo. Dado los efectos que el acuerdo tiene con relación al
proceso penal (extinción de la acción o archivo de la causa), éste debe formalizarse por
escrito. Como señalaramos antes alguna legislación prevé la homologación por parte del
juez, y otras establecen la facultad del fiscal de archivar la causa.

5.6. Seguimiento.
En relación a este punto corresponde señalar que resulta muy importante realizar
el seguimiento del acuerdo, ya que su cumplimiento o incumplimiento puede acercarnos
un dato más cualitativo respecto del procedimiento. Pero además, en algunos casos,
resulta legalmente necesario tal como veremos en el siguiente punto.
Este seguimiento puede ser realizado por la misma oficina de mediación que
atendió los casos, por alguna oficina perteneciente a la jurisdicción o por oficinas
externas.
Con relación al nivel de cumplimiento de los acuerdos de los servicios de
mediación, podemos señalar que se encuentra en un 64 % promedio de los casos.17

5.7. Limitaciones a su aplicación:


En lo que se refiere a los casos mediables, podemos señalar que en la legislación
nacional comparada existen limitaciones en cuanto a los tipos de delitos que pueden
derivarse a mediación, y otras limitaciones temporales o relacionadas con el
incumplimiento de un acuerdo anterior.
En efecto, el art. 204 del Código Procesal Penal de la Ciudad de Buenos Aires,
ya citado, establece que no procederá la mediación cuando se trate de causas dolosas
relativas a los delitos contra la vida y contra la integridad sexual, y en los casos de las
lesiones establecidas en el artículo 91 del Código Penal, cuando se efectuaren en el
marco de la violencia doméstica. Tampoco se admitirá respecto de quien hubiese
incumplido un acuerdo en trámite anterior, o no haya transcurrido un mínimo de dos (2)
años de la firma de un acuerdo de resolución alternativa de conflicto penal en otra
investigación.
Además de estas limitaciones que podríamos llamar objetivas por cuanto surgen
de la ley, existe la posibilidad de que el mediador considere, una vez comenzado el

17
Estudio Exploratorio realizado por el Equipo Interdisciplinario de la Oficina de Acceso a la Justicia y
Métodos Alternativos de Solución de Conflictos del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos
Aires, sobre los acuerdos cerrados durante los meses de Mayo de 2010; Noviembre de 2010 y Junio de
2011.-
proceso, que el caso no es mediable tal como lo pusimos de manifiesto al tratar los
principios de voluntariedad y confidencialidad.

6. CONCLUSION
Finalizando este breve recorrido y a veinte años del dictado del decreto que
impulsó la institucionalización y desarrollo de la mediación, podemos decir que esto se
está logrando ampliamente. En efecto, actualmente, a excepción de las Provincias de La
Pampa, La Rioja y Santa Cruz, que no tienen Centros de Medición propios o
supervisados por el Poder Judicial, el resto ha implementado algún sistema de
mediación. Pero además de ello, creemos que el objetivo más importante es la
posibilidad de dar mejores respuestas al ciudadano democratizando la vida en sociedad,
propiciando el diálogo frente al conflicto y la cultura de la participación, como así
también complementando la actividad de los tribunales. Para ello, debemos estar atentos
en cuanto a la calidad de los servicios de mediación que se prestan.

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