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Es el comportamiento o infracciones las normas jurídicas, el Estado, los bienes materiales y las
personas. Es una violación a las normas establecidas, o sea ley, que puede hacerse de forma
voluntaria e involuntaria, aunque en la mayoría de los casos, las personas saben lo que están
haciendo, de lo contrario no se proveyeran de armas para defenderse, en caso de ser
sorprendido en acción. Cualquier acto cometido en contra de propiedad ajena, está
considerada como conducta delictiva.
Son actos en contra de la ley, tipificados por la ley y merecedores de castigo por la sociedad,
en diferentes grados. Cualquier acto cometido que vaya en contra de lo que establece la ley,
está categorizado como conducta delictiva. Las personas que lo comete tienen una conducta
delictiva y está en contra de la ley, pudiendo ser perseguido o castigada por la misma.
Se puede definir también como “una conducta por parte de una o varias personas que no
coinciden con las requeridas en una sociedad determinada, que atentas contra las leyes de
dicha sociedad. Debido a ello, la delincuencia puede diferir según el código penal de cada país.
Generalmente, se considera delincuente a quien comete un delito en reiteradas ocasiones,
llegando a ser considerado también, como un antisocial, recalcando el hecho que este tipo de
acciones atentan contra el normal funcionamiento de nuestra sociedad, poniendo en peligros
de diferente naturaleza a sus miembros.
Sin duda la conducta delictiva es uno de los temas que más preocupa a la sociedad actual,
debido principalmente al aumento del número de delincuentes y a que cada vez sean más los
adolescentes que cometen delitos. La delincuencia más común es la llamada delincuencia
adolescente, que normalmente es cometida por una persona o un grupo de personas de esta
edad. Los delitos cometidos pueden ser de carácter menor o también llegar a ser graves y
clasificados, pero no son de grandes proporciones, es decir, no son cometidas por grupos
organizados ni planeadas para afectar en gran manera a la sociedad. Se incluyen aquí delitos
como asaltos, Carter ismos, robos, fraudes, violaciones, vandalismo, grafitis y pinturas en
muros y monumentos, entre otros.
Pueden los adolescentes con conducta delictiva pueden cometer delitos de la delincuencia
menor pero por ser ejecutada por grupos organizados, a los distintos delitos se les llama
industria. Así, se podría hablar de industria del robo, industria del secuestro. Además de estar
aumentando la delincuencia, cada vez es más violenta. Anteriormente era más común que el
delincuente usara la fuerza sólo en caso de necesidad, pero hoy, la mayoría primero agrede y
luego comete el delito, como en el caso de los robos con violencia y a mano armada. Lo que
más preocupa es que los menores se están volviendo los protagonistas. En todo Latinoamérica
la edad promedio del primer delito ha pasado de los 17 años a los 13 años. En Estados Unidos,
1 de cada 9 adolescentes son llevados a tribunales. Otro caso en ascenso es el delito cometido
por mujeres.
2.2 Adolescencia.
Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes, cuya conducta no discurre por unas causas
sociales aceptadas ni sigue las mismas pautas de integración que la mayoría, no surgen
repetidamente, sino que forman parte de un proceso gradual de socialización desviada que
poco a poco se va agravando. Este proceso se manifiesta más agudamente en la adolescencia,
cuando el adolescente está más capacitado para realizar acciones por cuenta propia. Entre
estos no se puede considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que se observan
entre ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos
individuos de esta edad, la delincuencia es algo transitoria, utilizado para llamar la atención a
falta de autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de vida. Cuanto más joven
sea el delincuente, más probabilidades, hay de que reincida, y los reincidentes, a su vez son
quienes tienen más probabilidades de convertirse en delincuentes adultos.
En la actualidad, los actos delictivos cometido por los adolescentes es una de las noticias que
se comentan en las calles. Es común oír en los medios que comentan noticias, como los
adolescentes en edad de 13 a 17 años se involucran de manera permanente y activa en actos
delictivos. Es una situación deprimente para la familia enterarse que uno de sus miembros está
en actividades que deshonra a toda la generación.
Son diversos los tipos de actos delictivos que cometen los adolescentes en edad de 13 y 17
años. Muchos alegan que son manejados o asesorados por personas mayores, ya que como
son menores, el Código del Menor en República Dominicana, contempla una pena más baja
que si fueran adultos. Y esto tiene tanta veracidad, que se puede notar, que la pena máxima
para un menor sólo alcanza los 15 años de cárcel, mientras que en el adulto alcanza 30 años.
La mayoría de los adolescentes violentos no son sentenciados a esa pena.
Son muchos los actos violentos que cometen los jóvenes en edad de 13 y 17 año, y entre los
más comunes resalta:
· Violencia Física: Es ocasionar dolor y daño físico, corporal. Es cometida como forma de
venganza, por algún evento que tuvieran y que algo quedara pendiente, sea porque alguno de
los jóvenes anduviera solo o porque no pudo completar la tarea, quedando pendiente para un
próximo encuentro.
· Violencia Económica: Es lo mismo que robo. El delincuente sustrae por la fuerza algo
que no le corresponde.
· Violencia Religiosa: Es perjudicar a otros en razón del credo que profesa o porque no lo
hace. Estos casos han ido creciendo en países radicales, donde ciertos grupos religiosos
tienen el dominio de la población creyente.
· Violencia Sexual: Es perjudicar a otros en razón del sexo. Es tomar a una persona por la
fuerza o de forma involuntaria y practicarle sexo.
La violencia sexual tiene un alto porcentaje en la población juvenil menores de18 años, debido
a la etapa de la adolescencia que están viviendo. Esto indica que es común que jóvenes en
esta edad timen o intenten tomar por la fuerza a persona del sexo opuesto.
· Tránsito. Es uno de los más comunes, sobretodo en Latinoamérica, donde las personas
tienen poca costumbre del respeto a las leyes de tránsito. Los “jevitos” trabajan duro o hacen
malabares para comprar su passola.
· Suicidio. los jóvenes en edad de 13 a 18 años, pasan por una serie de situaciones propia
de su etapa. Cuando se habla de suicidio en esta edad, hay que ubicarse y mencionar los
diferentes factores por lo que un joven decide que cometer tal acto.
· Porte de Arma. Es muy común en los adolescentes en edad de 13 a 17 años, debido a
que esto representa para ellos seguridad. Lo hacen de todas formas hasta llegar a portar armas
ilegales.
· Violaciones. Se refiere a las violaciones por parte de los adolescentes, cuando se dan el
manoseo, actos obscenos o lascivos a un/a niño/a de menos de 18 años, coito oral, sodomía,
penetración o introducción de objetos extraños en el ano o genitales, violación, incesto y
explotación sexual.
Desde la familia se pueden dar dos situaciones: por un lado, puede ser fuente de bienestar,
satisfacción y aprendizaje para todos sus integrantes, pero por otro, también puede constituir
un factor de riesgo que predisponga al desarrollo de problemas de desajuste en sus miembros.
Un ambiente familiar positivo, caracterizado por la comunicación abierta y por la presencia de
afecto y apoyo entre padres e hijos es uno de los más importantes garantes de bienestar
psicosocial en la adolescencia, mientras que un ambiente familiar negativo con frecuentes
conflictos y tensiones, dificulta el buen desarrollo de los hijos y aumenta la probabilidad de que
surjan problemas de disciplina y conducta
· La Familia en la Adolescencia.
La importancia de la familia es indiscutible, puesto que se trata del grupo social en el que la
mayoría de las personas inician su desarrollo, permanecen durante largo tiempo y Conforman
un entramado de relaciones y significados que les acompañarán a lo largo de toda la vida.
Además, esta relevancia de la familia permanece vigente en todos los momentos vitales de la
persona, desde la niñez hasta la vejez, y la adolescencia no constituye una excepción. Así, el
grado de apoyo, de afecto y de comunicación que el adolescente percibe en este contexto es
un elemento que contribuye de modo significativo a su bienestar psicosocial, así como al del
resto de sus integrantes.
Aunque el adolescente incorpora nuevas relaciones en su red social como las amistades y
otros adultos significativos, la familia sigue constituyendo el eje central que organiza la vida de
éstos y continúa ofreciendo experiencias concretas de desarrollo que influyen en las
interacciones que los adolescentes establecen en otros contextos, como la escuela o la
comunidad más amplia. En este sentido, la familia tiene todavía el rol primordial de transmitir a
sus hijos una serie de creencias, valores y normas que les ayudarán a convivir en la sociedad
de la que forman parte, lo que se conoce como socialización.
Estévez, R. (2003), plantea que “dentro de la familia, existen factores que provocan y alimentan
el adolescentes la conducta violenta. Los diferentes estilos de crianza, será determinante en la
formación del tipo de conducta que tendrá el sujeto.es por eso, que los analistas de la
situación, culpan a la familia, porque dicen que estos vienen de un sistema familiar, que se
considera la primera escuela para ellos.
· El estilo de crianza.
· Comunicación en la dinámica
· Familia desintegrada
El estilo de crianza es el conjunto de conductas que son comunicadas al niño y que también
causan un clima emocional en el cual la conducta parental se expresa. Es la forma en la que ha
sido analizada la interacción entre padres e hijos. Estas incluyen tanto las conductas en las
cuales los padres representan sus prácticas parentales, así como las conductas no verbales
también como son: gestos, cambios en el tono de la voz, o las expresiones emocionales
espontaneas.
· Estilo Autoritario.
Que se caracteriza por el excesivo control y la restricción de la autonomía del hijo, así como por
el valor de la obediencia y el castigo. El estilo crianza de este tipo hace al sujeto violento.
Dúnker, J (2007) plantea que cuando el niño es víctima de maltrato, da como resultado un niño
miedoso. Este niño se hace joven con un sentimiento de miedo, provocando que siempre esté
listo para defenderse, respondiendo con violencia a todo evento y situación, ya que con sus
maltratadores ni puede hacerlo, lo pone en práctica en el ambiente en el que se desarrolla.
El individuo que ha sido maltado cuando pequeño, crece con la sensación que todo es
violencia, por lo que siempre está listo para defenderse. Cuando ha sido testigos de actos
violentos en la casa, en el barrio, en la escuela, se convierte esto en un estimulante productor
de violencia en el niño que será algún día joven y por ende adulto. Es por eso que se propone a
los padres no resolver ni discutir sus diferencias delante de los niños, porque esto puede traer
consecuencia en la conducta futura, lo que podría causar dolor de cabeza a los padres en el
futuro.
· Estilo Permisivo.
Que se caracteriza por la ausencia de control de los hijos y la concesión total de autonomía,
siempre que no se ponga en peligro la supervivencia del hijo. Esto provoca que el sujeto se crie
con un sentido poco valorativo de la vergüenza, sin importarle lo que digan los demás. En el
estilo permisivo, no se corrige ni se le advierte ciertos peligros, porque no importa tanto al
sistema.
De acuerdo a Dúnker, J. (2007), los hijos criado con este estilo, son persona que actúan sin
ninguna repugnancia por las cosas prohibida por la sociedad. En este estilo los padres son
tolerantes y aceptan los impulsos de los niños, usando un pequeño castigo como posible,
haciendo pocas o nulas restricciones en la conducta de los hijos, permitiendo un buen control
de la emociones para los niños y así tomar sus propias decisiones y regir actividades tanto
como sea posible, con bajas demandas de control de impulsos para su maduración.
Estos padres son poco exigentes al atender las necesidades de sus hijos tienen una actitud
tolerante a los impulsos de los hijos, no dirigen y usan muy poco el castigo como medida
disciplinaria, establecen pocas reglas de comportamiento y son afectuosos con sus hijos. Estos
padres no tratan de controlarlos mediante el ejercicio del poder que viene de su autoridad,
fuerza física. Posición o capacidad de conceder o limitar recompensas, sino que en ocasiones
apelan a la razón del niño, se sitúa en un punto intermedio entre los dos estilos anteriores, de
modo que los padres intentan controlar la conducta de sus hijos a través de la reflexión y el
diálogo, en lugar de la imposición, y conceden una autonomía supervisada a los hijos. Con este
estilo de crianza, el ordena y el resto obedece, el padre es el amo y señor de su casa, necesita
valorarse y que valoren sus acciones, saber que cuenta con él, el reconocimiento de los
demás, está muy orgulloso de lo bien que funciona todo.
El padre se siente Satisfecho por el orden, distanciado de los demás, atrapado porque en
algún momento le gustaría no tener que mandar, pero desconcertado por momento, cuando
entiende que lo que él llama respeto es que en realidad es miedo. El hijo se siente protegido
contra las agresiones externas, pero teme a su padre o madre, se torna vigilante y controlador,
teme toda manifestación de autoridad, tiene sentimientos de rebeldía cólera, frustración.
Los hijos que crecen en este tipo de familias tienen características como:
· Autoconfianza,
· Independencia.
· Estilo Democrático.
Estos padres respetan la individualidad del niño aunque hacen énfasis en los valores sociales.
Dirigen las actividades de sus hijos de un modo racional. Respetan los intereses, las opiniones
y la personalidad de sus hijos, aunque también los guían. Son cariñosos y respetan las
decisiones independientes de sus hijos, aunque se muestran firmes para mantener las normas
e imponen castigos limitados. Explican a los hijos los motivos de sus opiniones o de las normas
y favorecen el intercambio de opiniones.
En esta forma de crianza se busca que firmeza y la coherencia sean las bases en las que se
funde cualquier acto de crianza en el hogar y en el aula. En este ambiente el niño es tomado en
cuenta para el establecimiento de reglas e incluso en el momento de aplicar castigos; los
padres y maestros no son excesivamente responsables de la conducta de los hijos, sino que
buscan, a través de la aplicación de normas que ellos se regulen a sí mismos. Por supuesto
que este estilo de crianza provoca en el hijo o en el alumno sentimientos de adecuación y
confianza muy beneficiosos para su desarrollo integral.
Puede ser una derivación del estilo de crianza autoritario, en donde la imposición se basa en la
violencia; se busca educar al niño en base al uso de agresividad tanto física como psicológica.
Es común que en este ambiente el niño viva aterrorizado y que muy pronto, a manera de
defenderse de este ambiente tan hostil, él mismo aprenda a ser violento cuando se sienta
amenazado, de tal manera que se perpetué la cadena.
Puede ser una derivación del estilo de crianza permisivo. En esta forma de crianza los padres y
los profesores buscan que sus hijos y/o alumnos no pasen por los mismos problemas y
privaciones que ellos pasaron de chicos, protegiéndolos de todo lo que a su ver representa un
peligro o problema para el niño. Por supuesto que crean hijos dependientes e inseguros,
incapaces de desarrollarse en plenitud en su medio ambiente.
Algunas de estos es tipos son muy recientes, distingue cuatro estilos parentales de
socialización en función de dos dimensiones: implicación/aceptación y coerción/imposición. Los
padres con altos niveles de implicación/aceptación muestran afecto y cariño a su hijo cuando
se comporta adecuadamente y, en caso de que su conducta no sea la correcta, tratan de
dialogar y razonar con él acerca de lo poco adecuado de su comportamiento. Por el contrario,
los padres con bajos niveles de implicación/aceptación suelen mostrar indiferencia ante las
conductas adecuadas de sus hijos y, cuando la conducta es inadecuada, no razonan con ellos
ni les expresan sus opiniones o juicios, de modo que son padres muy poco implicados con sus
hijos, tanto si su comportamiento es correcto como si no lo es.
En las familias con hijos adolescentes, los padres se ven en la necesidad de modificar las
normas y reglas familiares utilizadas hasta ese momento. En esta etapa evolutiva resulta
mucho más adecuado, como negociar con el hijo el grado de supervisión y control ejercido por
los padres dentro de un marco de afecto y apoyo, que utilizar la autoridad unilateral. Estas son
precisamente algunas de las características de los hogares democráticos que han sido
consideradas por muchos profesionales como las fuentes más importantes de bienestar y
ajuste en la adolescencia, es decir, el balance entre el control y la autonomía del hijo, y la
negociación y los intercambios comunicativos entre padres e hijos con calidez y afecto.En la
infancia, la relación paterno-filial es mucho más asimétrica, de modo que los padres utilizan su
poder y autoridad para imponer sus estándares, el hijo reconoce esta autoridad en sus padres y
ajusta su conducta a lo que éstos consideran como correcto e incorrecto. Esto entonces lleva a
que, a medida que los hijos entran en la adolescencia, las relaciones familiares se transforman
y es necesario pasar de la autoridad unilateral paterna a la comunicación cooperativa con el
hijo. Debe haber entonces, mayor reciprocidad, menos diferencias de poder, y más
comunicación, como elementos clave para facilitar la formación y el desarrollo del hijo
adolescente.
Así pues, en numerosas ocasiones el conflicto entre padres e hijos no es más que una
consecuencia asociada a la búsqueda del adolescente de una mayor libertad para tomar sus
propias decisiones, junto con la percepción de que esta libertad está amenazada por los
padres. Además, la existencia de estos conflictos familiares debe considerarse como algo
natural que no necesariamente minará las relaciones entre padres e hijos, ya que su efecto
dependerá de la intimidad, el afecto y el grado de comunicación que exista entre los miembros
de la familia
Además, el conflicto resultará funcional dependiendo del contexto en el que surja, de los
comportamientos de ambas partes y de la forma en que sea solucionado. Cuando el conflicto
se resuelve de forma constructiva, puede ser una vía para que los hijos aprendan a escuchar, a
negociar, a tomar en consideración e integrar diversos puntos de vista y, en definitiva, a
solucionar los problemas interpersonales eficientemente; por el contrario, cuando el conflicto
familiar es destructivo, hostil, incoherente y con una escalada de intensidad, los hijos se sienten
abandonados, evitan la interacción con los padres y pueden surgir problemas de ajuste
emocional y comportamental importantes. En el siguiente apartado profundizamos,
precisamente, en la relación existente entre determinados elementos del sistema familiar y el
desarrollo de problemas graves de conducta en los hijos adolescentes, como la violencia y el
comportamiento delictivo.
2.6 Relación de los padres: Factores de Riesgo y Protección.
La relación funcional de los padres, favorece la conducta adecuada de los hijos. El padre y la
madre pueden desempeñar roles diferentes en relación con el comportamiento desviado del
hijo: se ha observado que los problemas de comunicación con la madre influyen negativamente
en la cantidad de apoyo que el adolescente percibe de su padre, y de este modo se incrementa
el nivel de riesgo para el desarrollo de conductas violentas y delictivas. También se ha
observado una relación bidireccional entre los problemas de comunicación familiar y los
problemas de conducta en los hijos, de modo que la comunicación negativa influye en el
desarrollo de conductas delictivas y violentas y estas conductas, a su vez, se convierten en un
estresor ante el cual los padres pueden reaccionar negativamente y aumentar de ser modo los
problemas de comunicación.
Para Álvarez, A. (2007), la escolaridad de los padres es uno de los principales factores en la
formación de conducta delictiva en los adolescentes. Se puede asumir que de los 13 años de
escolaridad, la inmensa mayoría de estos, a pena sabe leer y escribir, para no habiendo llegado
ni hasta 4to. grado de la educación Básica. Las consecuencias de analfabetismo son
profundas, ya que la familia es la primera institución donde el niño adquiere sus primeros
valores espirituales, sociales, éticos, costumbres, hábitos, tradiciones y orientación necesaria
que posibilite su desarrollo integral y a la vez la continua consolidando durante todo su
desarrollo; el nivel de escolaridad de los padres de familia juega un papel importante en la
educación del hijo y el desenvolvimiento en la sociedad.
Como son padre de baja escolaridad, sólo saben hacer el trabajo de la agricultura. El campo se
ha puesto difícil, ya que la agricultura nada más da para sobrevivir en lo personal, pero no
como para comercializar y vivir de eso. Esta situación lo obliga a mudarse en barrio de mala
reputación, porque el dinero no le da para comprar casa en otro lado, o en cambio, en esos
barrios los alquileres de casas son más barato.
Mudarse a un lugar de ambiente no sano, expone a los hijos que quieran asumir el mismo tipo
de comportamiento, como forma de estar en la onda, las niñas se relacionan con los jovencitos
con conducta delictiva, igual hacen los varones, van haciendo amigos con los jóvenes con
conducta delictiva, en poco tiempo andan con aretes, pelada a la moda, ropas, música y como
los padres no tienen suficiente ingresos para cubrirle toda las cosas que le exige el
modernismos, se unen a sus amigos, quienes los convierten en jóvenes delincuentes.
Los primeros síntomas de que los adolescentes quieren ir por camino de delictivo se nota en
que quieren parecerse a sus amigos en alhajas visibles”. Los aretes, tatuajes, pantalones
anchos o muy pegados, peladita calientes, son signos que los adolescentes ya quieren ser
como sus amigos. Como los padres no pueden cubrirle económicamente y el adolescente no
entiende que es pobre, recurre a los medios menos adecuado, convirtiéndose en un
delincuente juvenil.
2.8.1 Concepto
Toda familia en la que los padres ya no viven juntos o sea porque separación, se clasifica entre
las familia desintegradas. La sociedad dominicana presenta mucha situación de este tipo,
debido a que muchos de los cónyuges se ven obligados a salir de su tierra en busca de mejor
vida, dejando atrás la familia, la cual solo vuelve a ver cada fin de mes.
En cualquier matrimonio, incluso en aquellos que parecen más serenos y equilibrados, hay
momentos difíciles en su convivencia, Pequeñas crisis que son normales porque el hombre es
un ser que crece y madura constantemente y, con frecuencia, el propio crecimiento individual
tiende a provocar unos mecanismos de ajuste a veces realizados sin dejar traumas. Pero tales
crisis son normales y pueden transformarse en positivas. La familia queda más unida si sabe
establecer los mecanismos de ajuste.
Pero si bien es cierto la mayoría de las crisis pueden ser superadas, hay algunas que casi
fatalmente terminan en ruptura definitiva sin que nadie sea capaz de impedirlo, crisis que
debido a causas muy fuertes ninguno de los dos son capaces de controlar. Como lo afirma
Sánchez García, estas causas pueden ser:
a) El Alcoholismo
b) Prostitución
Es definida como el comercio sexual que una mujer hace, por lucro de su propio cuerpo este
comercio corporal es llevado a cabo por necesidades de gran variedad.
c) Económicas
Cuando la función del padre, se altera ocurriendo cambios que dan como resultado el
desamparo, abandono; ocurren períodos críticos durante los cuales la mujer se ve en la
apremiante necesidad de brindar ayuda a su familia teniendo que trabajar fuera del hogar.
d) Culturales
Por la escasa instrucción que poseen los padres en algunos hogares, dependiendo de su nivel
dentro de la sociedad; puede dar origen a la desintegración familiar ya que la capacidad de
resolver los problemas se verá limitada por la ignorancia.
e) Familiares
f) La falta de amor
Desde el amor así mismo, el amor entre dos personas, del amor a todo el género humano,
hasta el amor a Dios. Debido a que entendemos erradamente el término amor, el cual no se
resume en la atracción sexual, porque existen muchas formas de amor ajeno al sexo y en la
actualidad existen muchos casos de individuos que se atraen sexualmente, pero son totalmente
incapaces de vivir en armonía durante algún tiempo.
g) La falta de comunicación
Si existiera amor este mantendría unido a los esposos y por consiguiente existiría adhesión
emocional a otra persona como si fuera uno mismo, con la tendencia a procurarse bien óptimo
de ambos. Además se debe tener una complacencia del sentimiento y de la voluntad, que se
orientan, se abren a la posesión, al logro del bien apetecido.
Muchas familias que no logran mantener un equilibrio emocional en sus miembros provocan
diversas reacciones. Desafortunadamente, “muchos padres de familia piensan que sus hijos no
se dan cuenta de lo que sucede y, que por lo tanto no les afecta, cuando en realidad no sucede
así, ya que los niños van buscando la manera de decir que están ahí, que sienten y que
también importan, por lo general, dicha manera suele presentarse negativamente, con
conductas totalmente diferentes a las adecuadas”.
Los conflictos emocionales producen angustia y tensión, lo que a su vez es causa de todo
género de enfermedades mentales. Cuando el niño carece de autoridad y amor equilibrado de
parte de los padres se va revelando progresivamente, primero contra la autoridad paterna,
contra los maestros, las autoridades civiles, las religiosas y finalmente con la autoridad divina.
Cuando este niño sea hombre carecerá de la capacidad de amar, desde sí mismo hasta a Dios.
Los casos de agresividad por lo general tienen su origen en el seno familiar por diversas
razones, divorcio, abandono, maltrato, problemas familiares, problemas económicos. Si el niño
recibe por parte de sus padres agresiones o maltratos, se darán cambios en su relación con la
sociedad. Cuando no se atienden debidamente las necesidades de la familia, este se
desestabiliza al faltar comprensión y organización surgiendo entre los hijos el sentimiento de
culpa y la inseguridad en su actuar, al verse dañados en el aspecto emocional, afectivo y social.
Podría entonces resumirse, que entre las consecuencias más visibles de los hijos de la
desintegración se encuentra:
· Desequilibrio emocional
· Agresividad
· Problema de aprendizaje
· Delincuencia
· Rebeldía.
· Divorcio
· Baja autoestima
· Prostitución
· Alcoholismo
· Problemas psicológicos
· Depresión
· Fracasos escolares
Por los graves efectos que en el ámbito social produce la desintegración familiar, debe
aceptarse ya, que es un problema de salud pública, que pone a sus integrantes en indiscutibles
condiciones de vulnerabilidad. Es impostergable la atención que debe prestarse a la
problemática familiar desde un enfoque multidisciplinario sistemático y coherente. Las
asociaciones civiles multidisciplinarias especializadas en materia de familia deben participar
activamente en el auxilio a las instituciones públicas para atender y resolver la problemática
familiar, desde el ámbito de sus funciones educativas, formativas, consultivas y como peritos.
El comportamiento social de los padres, se convierte en un patrón de conducta para los hijos,
ya que lo ven como una ley de comportamiento, la que no violan, a no ser que hayan cambiado
de cultura. Puede hacerse énfasis en lo que plantea el Libro de los Proverbios, 22:6, “Instruye
al niño en el camino y cuando grande no se olvidará de él”. Indica esto, que lo que ellos lo vean
hacer durante su vida de infante, a eso aspirarán en el futuro.
Los padres delincuentes tienden a tener hijos delincuentes. Se puede destacar entonces, la
concentración de los delitos en un pequeño número de familias. Es que el hecho de tener al
padre, la madre o un hermano delincuente, lo impulsa a hacer lo mismo, a repetir la conducta.
Los padres tienen un comportamiento violento, mediante frecuentes y duros castigos físicos, in
motivo aparente o por verdaderas nimiedades, los niños aprenderán que remedio les queda, si
no han visto otro tipo de conducta.
Los padres son el ejemplo a seguir por los hijos. Es sabido de los individuos que vienen de una
familia intachable, son, generalmente de conducta intachable. Si vienen de una familia aislada,
adoptan una actitud de aislamiento en la sociedad. Es por eso que se sigue diciendo que los
padres son los primero maestros de los hijos, en la formación de su carácter y de su conducta.
Dependiendo del tipo de comportamiento que tengan los padres en la sociedad, será el
comportamiento de los hijos. Esto es así. Cuando los padres son personas que practican los
valores religiosos, que van a la iglesia, que viven involucrado en asuntos sociales, los hijos son
excelentes líderes comunitarios o religioso. En cambio, cuando los padres son de conducta
reprochable para la sociedad, los hijos tienen igual comportamiento.
Existe un tipo de familia que se puede llamar típicamente criminógena, la cual es la unidad
básica de las conductas antisociales, la cual formará la personalidad violenta y agresiva, así
como la manera incorrecta de relacionarse con el medio o la sociedad, agrediendo a los demás
por las causas de sus conflictos internos” En esta familia es casi imposible que los hijos no
lleguen a delinquir, ya que generalmente sus primeros delitos son dirigidos por los mismos
padres. Estas familias viven en un ambiente de absoluta promiscuidad, donde no es extraño el
incesto, donde impera la miseria y el hambre, donde los niños son mandados por los padres a
delinquir o a pedir limosna, y cuando son mayores a prostituirse.
Las conductas no adecuadas de los padres, que los hijos más suelen repetir son:
· Alcoholismo. Los padres que usan alcohol delante de sus hijos, o en el caso son
alcohólicos, exponen a los hijos a este tipo de vicio. Es una conducta que repiten, porque para
ellos es normal andar borracho en la calle. Si es el ejemplo que han visto de los padres, quién
le podrá decir lo contrario.
· Drogadicción. El uso de sustancia controlada es otra de las conductas que los hijos
repiten de sus padres.Es tan repetitiva, porque el padre lo manda a los puntos a buscarla, con
el propósito de protegerse de la ley. Las personas que usan drogas, labora en los oficios más
bajos y miserables como recoger basura, cargador, pepenador, es delincuente habitual y de
poca monta, ladrón; su inteligencia es escasa, es un sujeto instintivo y altamente agresivo.
La madre por lo común, está viviendo en unión libre, los hijos que tiene provienen de diversas
uniones, y en más de una ocasión no podría identificar ciertamente quién es el padre de sus
hijos. Estas familias habitan en barrios peligrosos y de altos riesgos, donde la policía no se
atreve a entrar. El menor que sale de estas familias es más difícil para tratamiento, pues tiene
en contra todo, herencia, familia, formación, ambiente. No toda la familia donde el padre es
delincuente es una escuela del crimen, pero estas excepciones no son muy comunes, y
dependen del contrapeso de la madre, del ocultamiento de las actividades del padre, o de otros
poderosos inhibidores.
Dentro de los actos violentos llevado a cabo por los adolescentes esta:
· Atracos. El cual ocurre ya para poder sobrevivir y conseguir dinero para los
vicios. De la violencia, surge el reforzamiento, porque según su padre, hombre no
come hombre, diciéndole que todo el mundo es inferior a ellos. El deseo de
atracar, es un instinto, que según la situación del momento, lo ayudaría a salir de
una situación. Su padre, en algún momento ha sido atracador, por eso para ellos
no es una conducta inadecuada, aunque si penado por la ley
. Robos. Los padres de estos hijos, han empeñado varias veces los ajuares
de la casa o han sido procesados en varias ocasiones por robos. Los hijos de
padres ladrones, son ladrones. Comienzan cosas insignificantes para ellos y se
convierten en ladrones profesionales. Aquí no solo lo hacen en su casa, sino
también en el vecindario y fuera de allí.