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Santiago, catorce de octubre del año dos mil diez.


Vistos:
Se eliminan los fundamentos undécimo, duodécimo, décimo sexto,
décimo séptimo y décimo octavo de la sentencia apelada.
Y se tiene en su lugar y además presente:
PRIMERO: Que para una adecuada resolución del asunto que ha sido
sometido a conocimiento de esta Corte, resulta conveniente consignar
que la normativa en análisis del Convenio N°169 sobre pueblos
indígenas viene a concretar el derecho fundamental de todos y cada
uno de los integrantes de la comunidad nacional a participar con
igualdad de oportunidades en su mayor realización espiritual y material
posible. En efecto, tal cuerpo normativo establece para un grupo con
una especificidad cultural que le es propia que pueda disponer de un
mecanismo de participación que asegure el ejercicio de ese derecho
esencial que nuestra Constitución Política consagra en su artículo
primero;
SEGUNDO: Que cabe destacar a su vez que la consulta a los
pueblos interesados que prevé el numeral 1° del artículo 6 del
Convenio tiene por finalidad arribar a un acuerdo acerca de las
medidas propuestas, pero jamás dicha forma de participación podría
const ituirse en una consulta popular vinculante ni afectar las
atribuciones privativas de las autoridades que la Carta Fundamental
determina. La soberanía, conforme lo dispuesto en el artículo 5°,
reside esencialmente en la Nación y se ejerce a través del plebiscito y
elecciones periódicas y por las autoridades que la propia Constitución
establece, y ?ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede
atribuirse su ejercicio?.
Lo anterior significa que los pueblos indígenas, al igual que el resto de
los habitantes de este país, están sometidos al ordenamiento
constitucional vigente, sin que se les hayan transferido potestades que
impliquen, en los hechos, un ejercicio de la soberanía. Sí se les
reconoce el goce de determinados derechos que quedan
comprendidos, como se ha dicho, dentro de los ámbitos que define
nuestro texto constitucional;
TERCERO: Que la conclusión expuesta aparece corroborada en el
N° 2 del artículo 8 del citado Convenio, cuando indica que ?Dichos
pueblos deberán tener el derecho de conservar sus costumbres e
instituciones propias, siempre que éstas no sean incompatibles con los
derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional ni
con los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Siempre
que sea necesario, deberán establecerse procedimientos para
solucionar los conflictos que puedan surgir en la aplicación de este
principio?.
Por su parte, el artículo 9 preceptúa que ?En la medida que ello sea
compatible con el sistema jurídico nacional y con los derechos
humanos internacionalmente reconocidos, deberán respetarse los
métodos a los que los pueblos interesados recurren tradicionalmente
para la represión de los delitos cometidos por sus miembros?.
Asimismo, el artículo 11 señala que ?La ley deberá prohibir y
sancionar la imposición a los miembros de los pueblos interesados de
servicios personales obligatorios de cualquier índole, remunerados o
no, excepto en los casos previstos por la ley para todos los
ciudadanos?;
CUARTO: Que las normas antes transcritas demuestran que la
participación consultiva contemplada en el Convenio no conlleva dotar
a los pueblos indígenas de poderes o potestades públicas, sino
consolidar el derecho que les asiste a ser consultad os en las materias
que les atañen;
QUINTO: Que en concordancia con lo antes descrito, el artículo 34
del Convenio N°169 contiene una norma que flexibiliza la incorporación
de dicho tratado internacional al derecho interno, disponiendo que ?La
naturaleza y el alcance de las medidas que se adopten para dar efecto
al presente Convenio deberán determinarse con flexibilidad, teniendo
en cuenta las condiciones propias de cada país?;
SEXTO: Que este principio de aplicación del tratado necesariamente
implica que para el cumplimiento de sus normas cada Esta
do deberá tomar en consideración las condiciones de cada cual y sus
propias regulaciones, tendiendo a la compatibilización de las normas
internas con los principios que inspiran el Convenio a fin de lograr la
adecuada materialización de éstos;
SEPTIMO: Que conforme a estos lineamientos, forzoso es concluir
que el deber general de consulta a los pueblos indígenas en lo
concerniente a los procedimientos de evaluación de impacto ambiental
estatuido en la Ley N° 19.300 y su Reglamento ya se encuentra
incorporado a dicha legislación ambiental a través del procedimiento
de participación ciudadana que los artículos 26 a 31 de la citada ley
establecen.
OCTAVO: Que específicamente el procedimiento de participación
ciudadana reconocido por la Ley N°19.300 comprende distintas
instancias de intervención para las personas naturales directamente
afectadas y las organizaciones ciudadanas con personalidad jurídica, a
saber:
a) Imponerse del contenido del Estudio de Impacto Ambiental y sus
documentos de manera previa a la decisión que lo aprueba o rechaza;

b) Formular observaciones ante el órgano correspondiente ?Comisión


Regional del Medio Ambiente o Comisión Nacional del Medio
Ambiente, según sea el caso- que del examen del Estudio de Impacto
Ambiental estimen pertinentes;
c) En la resolución de calificación ambiental que se pronuncie acerca
del proyecto o actividad en estudio, la autoridad ambiental deberá
ponderar las observaciones planteadas;
d) Interponer el recurso de reclamación ante la Dirección E jecutiva de
la CONAMA si se estimare que las observaciones no fueron
debidamente ponderadas;

NOVENO: Que, en la especie, la participación ciudadana en el


procedimiento de evaluación de impacto ambiental del proyecto
?Sistema de Conducción y Descarga al Mar de Efluentes Tratados de
Planta Valdivia?, cuyo titular es la empresa ?Celulosa Arauco y
Constitución S.A.?, cumplió con las exigencias y propósitos que el N°2
del artículo 6 del Convenio les otorga a las consultas, esto es, ?de
ejecutarse de buena fe y de una manera apropiada a las
circunstancias con la finalidad de llegar a un acuerdo acerca de las
medidas propuestas?;
DECIMO: Que, efectivamente, según consta de la Resolución
Exenta N°27 de 24 de febrero de 2010, que calificó favorablemente el
Estudio de Impacto Ambiental del mencionado proyecto, se realizaron
seis talleres de información ambiental, en la Junta de Vecinos Estación
Mariquina, Junta de Vecinos Mississippi y Comunidad Indígena
Luefumaco, Junta de Vecinos Sector Yeco, Junta de Vecinos Valle del
Río en Mehuín y en las Comunidades Indígenas Sector Maiquillahue.
También se realizaron tres casas abiertas o exposiciones en la sede
de la Junta de Vecinos Estación Mariquina, en la Escuela El Yeco y en
la sala de reunión del Cuerpo de Bomberos de Mehuín.
Adicionalmente se recepcionaron ciento ochenta observaciones
ciudadanas, de las cuales cincuenta y nueve cumplían los requisitos
legales y de las que se hizo cargo la Resolución de Calificación
Ambiental del proyecto.
Por último, según consta del acta de la Sesión N°04/2010 de la
Comisión Regional del Medio Ambiente de la Región de Los Ríos de
23 de febrero pasado, en la cual fue aprobado el proyecto en cuestión,
se escuchó a diversas organizaciones, entre éstas, indígenas;
UNDECIMO: Que como es posible apreciar, el procedimiento de
participación ciudadana en los proyectos sometidos a estudio de
impacto ambiental ?previsto en el artículo 26 de la Ley N°19.300- es el
mecanismo a través del cual se lleva a efecto el deber de consulta a
que obliga el Convenio N°169, cuyo texto y principios que lo i nforman
resultan plenamente compatibles y alcanzan eficacia con la normativa
ambiental vigente;
DUODECIMO: Que la integración armónica del Convenio
N°169 en nuestro ordenamiento jurídico interno a que deben
propender todos los órganos de la Administración del Estado en las
áreas de sus respectivas competencias ha sido claramente satisfecha
por la autoridad recurrida al cumplir con las exigencias jurídicas
aplicables conforme a la normativa sectorial que la rige, las cuales son
enteramente conciliables con los estándares que orientan el Convenio;

DECIMO TERCERO: Que, en consecuencia, y acorde a los


argumentos que se han venido expresando, no ha podido verificarse
una privación, perturbación o amenaza ilegítima de las garantías
constitucionales que los recurrentes estiman conculcadas.
De conformidad asimismo con lo que disponen el artículo 20 de la
Constitución Política de la República y el Auto Acordado de esta Corte
sobre la materia, se confirma la sentencia apelada de veintiséis de
mayo último, escrita a fojas 270.
Acordada con el voto en contra del Ministro Sr. Brito, quien fue de
parecer de revocar la sentencia impugnada y de hacer lugar al recurso
de protección, ordenando la repetición del proceso ambiental porque
en su criterio no obstante las formas, no se ejecutó el proceso de
consulta que previene el numeral 1° del artículo 6 del Convenio N°169
de la OIT, según se pasa a señalar:
1.- Todo proceso que pueda afectar alguna realidad de los pueblos
originarios o indígenas supone que sea ejecutado desde la
particularidad, esto es, considerando que la adecuación ha de hacerse
en dirección a ella, porque de obrarse de modo distinto no llegaría a
considerar los intereses de tales minorías. Ello ha de ser así porque es
claro que las medidas que se adopten deben orientarse a salvaguardar
las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el
medio ambiente de los pueblos interesados. Esto es, ha de tratarse de
resoluciones especiales, distintas de las que normalmente son
acordadas para ámbitos sociales marcadamente diferentes. Tal
característica de la medida, entonces, muy probablemente no será
lograda de no obrarse d e la manera referida;
2.- Para asegurar lo anterior, el artículo 4° del Convenio nombrado
previene la obligatoriedad de las consultas y la participación de
organizaciones representativas.
Tal modalidad no implica sujetar la decisión de estos asuntos sólo al
parecer de las minorías étnicas afectadas, ni menos limitar la potestad
de administrar a las autoridades públicas sino, únicamente, buscar un
procedimiento que otorgue posibilidades de entendimiento, de
acuerdos que integren y no excluyan.
Informar no constituye un acto de consulta, porque cuando sólo se
entregan antecedentes quien los recibe no tiene posibilidad de influir
en la decisión. Por ello es que este diálogo ha de tenerse de buena fe,
con la intención de alcanzar acuerdo, de abandonar posiciones propias
con el propósito de lograr otras, que surjan consensuadas.
Necesariamente debe hacerse a través de organismos representativos
y libremente;
3.- Tal proceder no es el que se reseña en el motivo décimo del fallo
de la mayoría, porque no se encuentran acreditadas las condiciones
que se acaban de indicar, toda vez que de los antecedentes recogidos
no deriva que el proceso ambiental haya considerado elementos de
análisis propios de la realidad por la que se reclama;
4.- Así las cosas, la decisión atacada incumple el deber general de
fundamentación de los actos administrativos, porque no es
consecuencia de un claro proceso de consulta en el que se hayan
tenido en cuenta aquellos elementos para el razonamiento y
justificación que esta particular autorización requiere.
Tal carencia torna arbitraria la decisión y lesiona la garantía de
igualdad ante la ley, porque al no aplicarse la consulta que el convenio
previene, niega trato de iguales a las comunidades indígenas
reclamantes, porque la omisión implica ?no igualar? para los efectos
de resolver.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.
Redacción de la decisión a cargo del Ministro Sr. Pierry, la disidencia
fue redactada por su autor.
Rol Nº 4078-2010. Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte
Suprema, Integrada por los Ministros Sr. Héctor Carreño, Sr. Pedro
Pierry, Sra. Sonia Arane
da, Sr. Haroldo Brito y Sr. Roberto Jacob. No firman, no obstante
haber est ado en la vista de la causa y acuerdo del fallo la Ministro
señora Araneda y el Ministro señor Brito por estar ambos en comisión
de servicios. Santiago, 14 de octubre de 2010.

Autorizada por la Secretaria subrogante de esta Corte Srta. Ruby


Vanessa Sáez Landaur.

En Santiago, a catorce de octubre de dos mil diez, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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