Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Contra todo lo que nos dice un mundo falsamente racionalista y dictatorialmente relativista,
la existencia de Dios puede ser probada
¿Se Los siglos XIX y XX tuvieron como penosa característica hacer de la cuestión de
puede
conocer la existencia de Dios una cosa eminentemente sentimental y emocional.
a Dios
por la
razón? Se eliminaba así la posibilidad de tratar el tema en aulas y academias ya que había
quedado relegado al campo de los sentimientos y por lo tanto, resultaba tonto e
inútil hablar de él.
Advertimos a nuestros lectores que el tema no es una cosa muy complicada, aunque sí
exige un poco de concentración, pero el esfuerzo es generosamente recompensado.
El Principio de No Contradicción
Si examinamos cuáles son las características de la realidad, comprobaremos ante todo que
cada ser es idéntico a sí mismo y opuesto a todo lo que no es él.
Es tan evidente esta oposición que no es sino la misma percepción del yo la que nos revela
opuesto al no-yo. De lo contrario quedaríamos confundidos en una masa inerte e informe
donde no habría una posibilidad de distinción entre el yo y el no-yo.
Este valor no se aplica sólo en casos puntuales o según nuestras características puntuales.
Se remonta hasta la esencia última del ser con el que el yo se nos muestra distinto de otras
realidades sino porque, simple y sencillamente el yo es una realidad, es un ser, y en tanto
en cuanto ser se impone este principio.
En otras palabras: este principio tiene que ver con el ser en cuanto tal y, por lo tanto, debe
objetivamente abarcar todos los seres.
Entre los muchos argumentos probatorios de la existencia de Dios dados por los
escolásticos y por el mismo Santo Tomás de Aquino son célebres las llamadas "cinco vías"
que el mismo ordenó en la Suma Teológica (Parte I, c. 2, a.4).
Es un hecho que en el mundo existe el movimiento, seres que se mueven, lo cual nos lo
testifica la experiencia
Todo lo que se mueve, recibe el movimiento de otro porque ningún ser puede moverse por
sí mismo
Pero no puede continuarse hasta lo infinito, porque en tal caso nunca llegaríamos a una
explicación del movimiento mismo
Por lo tanto es necesario que ascendiendo por la cadena de seres en movimiento lleguemos
hasta un ser que se mueve, pero no es movido por otro, sino que permanece inmóvil y es el
origen de todo el movimiento existente