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¿Se puede conocer a Dios por la razón?

Contra todo lo que nos dice un mundo falsamente racionalista y dictatorialmente relativista,
la existencia de Dios puede ser probada

¿Se Los siglos XIX y XX tuvieron como penosa característica hacer de la cuestión de
puede
conocer la existencia de Dios una cosa eminentemente sentimental y emocional.
a Dios
por la
razón? Se eliminaba así la posibilidad de tratar el tema en aulas y academias ya que había
quedado relegado al campo de los sentimientos y por lo tanto, resultaba tonto e
inútil hablar de él.

Se puede probar, de forma lógica y sencilla, la existencia de Dios a través de las


tradicionales "vías" de Santo Tomás de Aquino.

Advertimos a nuestros lectores que el tema no es una cosa muy complicada, aunque sí
exige un poco de concentración, pero el esfuerzo es generosamente recompensado.

El Principio de No Contradicción

El Principio de Contradicción, base de la teología y de la filosofía, asegura la identidad del


objeto, pues aquello que es, es; y aquello que no es, no es. Algo, en consecuencia, no
puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo punto de vista.

Si examinamos cuáles son las características de la realidad, comprobaremos ante todo que
cada ser es idéntico a sí mismo y opuesto a todo lo que no es él.

Es tan evidente esta oposición que no es sino la misma percepción del yo la que nos revela
opuesto al no-yo. De lo contrario quedaríamos confundidos en una masa inerte e informe
donde no habría una posibilidad de distinción entre el yo y el no-yo.

Esta característica es la comprobación del primer principio metafísico llamado de


identidad y no contradicción.

Este valor no se aplica sólo en casos puntuales o según nuestras características puntuales.
Se remonta hasta la esencia última del ser con el que el yo se nos muestra distinto de otras
realidades sino porque, simple y sencillamente el yo es una realidad, es un ser, y en tanto
en cuanto ser se impone este principio.

En otras palabras: este principio tiene que ver con el ser en cuanto tal y, por lo tanto, debe
objetivamente abarcar todos los seres.

Tan importante es este principio, que se le ha llamado “primer principio de metafísica”


porque sin él nuestros conocimientos, nuestra ciencia y toda la filosofía, en especial la
metafísica, serían, como es muy fácil de suponer, imposibles.
Gracias a él podemos declarar el valor de los demás principios y, en especial, de los que
necesitamos para una demostración objetiva de la existencia de Dios.

Las Cinco Vías del Doctor Angélico

Entre los muchos argumentos probatorios de la existencia de Dios dados por los
escolásticos y por el mismo Santo Tomás de Aquino son célebres las llamadas "cinco vías"
que el mismo ordenó en la Suma Teológica (Parte I, c. 2, a.4).

Constituyen, como realización filosófica, entre nuestra inteligencia y razón con la


divinidad. Debemos acercarnos a Dios, con aquellos medios de locomoción propios de
nuestra naturaleza, no podemos despojarnos de nuestra naturaleza humana esencialmente
intelectual y discursiva. Sobre este punto
ya tratamos ampliamente.

La primera y más evidente prueba es la que se deduce del movimiento

Abreviamos el encadenamiento de la prueba:

Es un hecho que en el mundo existe el movimiento, seres que se mueven, lo cual nos lo
testifica la experiencia

Todo lo que se mueve, recibe el movimiento de otro porque ningún ser puede moverse por
sí mismo

Si el que da el está el mismo en movimiento, es preciso que lo reciba de otro, y éste de


otro, y así sucesivamente

Pero no puede continuarse hasta lo infinito, porque en tal caso nunca llegaríamos a una
explicación del movimiento mismo

Por lo tanto es necesario que ascendiendo por la cadena de seres en movimiento lleguemos
hasta un ser que se mueve, pero no es movido por otro, sino que permanece inmóvil y es el
origen de todo el movimiento existente

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