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Exposición metafísica del concepto del espacio

Mediante el sentido externo nos representamos objetos exteriores a nosotros y como reunidos en
el espacio. En el espacio pues están determinados o son determinables la figura, tamaño y relaciones
de tales objetos. El sentido interno, por medio del cual el espíritu se contempla a sí mismo o sus
estados interiores, no nos da en verdad ninguna intuición del alma misma como objeto; pero es sin
embargo, una forma determinada bajo la que sólo es posible la intuición de su estado interno;de tal
modo que de todo lo que pertenece a determinaciones interiores es representado en relaciones de
tiempo.

Así como el tiempo no puede ser percibido exteriormente, tampoco el espacio es susceptible de ser
considerado como algo interior en nosotros. El espacio no es un concepto empírico derivado de
experiencia externas, porque para que ciertas sensaciones se refieran a alguna cosa fuera de
nosotros y para que uno pueda representarse las cosas como exteriores y por consiguiente no solo
diferentes sino también en diferentes lugares, debe existir ya en principio la representación del
espacio. De aquí se infiere que la representación del espacio no puede ser adquirida por la
experiencia de las relaciones de los fenómenos externos.2

Exposición metafísica del concepto del tiempo

El tiempo no es un concepto empírico derivado de experiencia alguna, porque la simultaneidad o la


sucesión no serían percibidas si la representación a priori del tiempo no les sirviera de fundamento
El tiempo es una representación necesaria que sirve de base a todas las intuiciones. No se puede
suprimir el tiempo en los fenómenos en general, aunque se puedan separar muy bien estos de él. El
tiempo está dado a priori, solo en él es posible toda realidad de los fenómenos. En esta necesidad a
priori se funda también la posibilidad de los principios Apodícticos de las relaciones o axiomas del
tiempo en general, tales como el tiempo más que una dimensión, los diferentes tiempos no son
simultáneos, sino sucesivos.

Estos principios no son deducidos de la experiencia porque esta no puede dar una universalidad ni
una certeza apodíctica. El tiempo no es ningún concepto discursivo o, como se dice, general sino
una forma pura de la intuición sensible; tiempos diferentes no son más que partes del mismo
tiempo. La naturaleza infinita del tiempo significa que toda cantidad determinada de tiempo es
solamente posible por las limitaciones de un único tiempo que les sirve de fundamento. Por lo tanto
la representación primitiva del tiempo debe ser dada como ilimitada. 3

Qué significa que el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad?

1. Que el espacio y el tiempo son formas significa que no son datos empíricos o impresiones
sensibles particulares (colores, sabores, sonidos, etc.), sino los modos como percibimos todas las
impresiones, tanto internas como externas. Son formas porque pertenecen a la estructura del
cognoscente y no a lo dado exteriormente.

2. A priori significa que son independientes de la experiencia. Son la condición previa a toda
experiencia posible. Esto implica que el espacio y el tiempo no son ni substancias, ni propiedades
reales de las cosas, sino leyes del propio sujeto que pertenecen y expresan su propia estructura.
El espacio es la forma a priori de la sensibilidad externa y el tiempo es la forma a priori de la
sensibilidad interna y externa. Ambas, espacio y tiempo, son intuiciones puras de la sensibilidad, es
decir, se aplican directamente a los datos sensibles unificándolos y sintetizándolos en una unidad
empírica.

Que es una intuición pura significa que es una representación en la que no se encuentra nada
perteneciente a la sensación. El espacio y el tiempo no son conceptos del entendimiento, pues es la
condición sin la cual no sería posible concepto alguno.

Todo ello nos lleva a negar la posibilidad de conocer la realidad en sí misma, sin que el sujeto la
haya ya sometido a sus propias leyes y estructuras.

A la cosa en sí, lo dado, lo denominó Kant noúmeno. Kant no negó su existencia, pero admitió la
imposibilidad de conocerlo. Nuestro conocimiento versa sobre fenómenos, esto es, los objetos tal
y como se nos aparecen a nuestra sensibilidad, es decir, lo nouménico sometido a las leyes del
propio cognoscente.

La pregunta sobre la posibilidad de los juicios sintéticos a priori en las matemáticas se fundamenta
en el espacio y el tiempo como intuiciones a priori de la sensibilidad.

Las matemáticas ordenan en el espacio y el tiempo cuanto hay. La geometría ordena las
dimensiones espaciales. Y la aritmética, por su sucesión (el 3 sigue al 2, el 2 al 1, etc.), ordena los
acontecimientos en el tiempo. La validez de las matemáticas es universal y necesaria y aplicable a
la experiencia.

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