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Se define a los recién nacidos prematuros como aquellos bebés que pesan
menos de 2.500 g y tienen una edad gestacional inferior a 37 semanas.
Evaluacion morfológica
La morfología general del recién nacido pretérmino presenta como rasgo distintivo
más característico el tamaño desproporcionado de la cabeza con respecto al resto
del cuerpo, que es más acentuado en los bebés con una edad gestacional menor.
Las suturas craneales están abiertas y por ellas se visualiza el llamado
craneotabes.
El pelo es corto, fino, adherido y escaso, confundiéndose con el lanugo.
El pabellón auricular es inmaduro, los cartílagos son flexibles y laxos.
La piel del recién nacido pretérmino suele estar cubierta de lanugo, sobre
todo en la frente, la espalda y los brazos. La vérnix suele ser abundante.
El tórax es pequeño en comparación con el abdomen, y las extremidades
son delgadas y pequeñas, debido al escaso desarrollo muscular.
El tejido celular subcutáneo es escaso y la piel es transparente,
apreciándose con facilidad los capilares.
Los genitales son inmaduros, en el varón los testículos no han descendido
a la bolsa escrotal, y en la hembra los labios mayores no cubren a los
menores. Estos bebés tienen con frecuencia hernias inguinales.
En el momento del nacimiento, el peso es inferior a 2.500 g, la pérdida
fisiológica es mayor del 10% Y su recuperación es más lenta. La talla del
recién nacido pretérmino es inferior a 48 cm y está relacionada muy
directamente con la edad gestacional. El perímetro cefálico del bebé
pretérmino mide menos de 34 cm y e! torácico, menos de 32cm.
Evaluación funcional
La inmadurez funcional afecta a todos los órganos y sistemas, especialmente al
aparato circulatorio y digestivo.
Sistema respiratorio
La respiración del neonato es rápida, más de 40 respiraciones por minuto,
irregular, superficial y presenta con frecuencia alteraciones (taquipnea, apnea y
respiración periódica), debidas a la inmadurez de los centros respiratorios.
El bebé prematuro tiene débil la pared del tórax y los músculos de la
respiración, lo que conduce, a veces, a una atelectasia primaria.
El reflejo de la tos es inmaduro, por lo que se facilita la neumonía por aspiración.
La mayoría de los prematuros necesitan oxígeno, con las posibles complicaciones
de una displasia broncopulmonar. Estos bebés suelen presentar, a menudo,
déficit de surfactante pulmonar, por lo que aparece la enfermedad de la
membrana hialina, que se debe a una inmadurez del epitelio pulmonar.
Sistema circulatorio
La inmadurez funcional afecta principalmente al aparato circulatorio, debido a la
fragilidad de las paredes de los vasos sanguíneos.
Ello explica la frecuencia de las hemorragias intracraneales y pulmonares. Los
recién nacidos pre término tienen una taquicardia fisiológica superior a 140
latidos por minuto. Son frecuentes los soplos y la persistencia del ductus
arterioso.
Metabolismo
El metabolismo del neonato pre término es deficitario, pues el almacenamiento de
calcio, hierro y glucosa no se efectúa adecuadamente, ya que estos elementos se
depositan al final de la gestación, por lo que es frecuente la hipoglucemia. El
control de la termorregulación no es el adecuado, debido a la poca grasa
subcutánea, una mayor superficie corporal y menor actividad física. A menudo se
dan hipotermias, lo que aumenta la necesidad de oxígeno. A estos bebés se le
debe mantener en un ambiente térmico neutro, de modo que el consumo de
oxígeno sea el menos posible.
Sistema nervioso
La inmadurez orgánica y funcional de! sistema nervioso central depende de la
edad gestacional. Cuando es inferior a 30 SG, los neonatos tienen una actividad
mínima, con un llanto débil y apagado, mueca facial, movimientos
incoordinados yasimétricos,somnolencia y están hipotónicos. Los reflejos de
náuseas,deglución y succión son débiles o nulos. Los reflejos arcaicos no
existen o se ven disminuidos. El reflejo de los puntos cardinales está presente
hacia las 28 semanas de gestación, e! reflejo de Moro hacia las 32, el reflejo de
prensión a las 35 y el de marcha automática a las 37 semanas.
Aguilar Cordero, M. J. (2012). TRATADO DE ENFERMERIA DEL NIÑO Y EL
ADOLESCENTE Cuidados pediátricos. Barcelona, España: Elsevier.