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Lección # 4.

Enlace Químico.

Sumario:
1- Enlace químico; Tipos principales de enlaces químicos.
2- Enlace iónico; características generales.
3- Energía de formación de un compuesto iónico. Factores que influyen en su
formación. Energía reticular. Ciclo energético de Born-Haber.
4- Estructura cristalina de los compuestos iónicos. Propiedades de los compuestos
iónicos. Efecto de un campo eléctrico sobre un ión. Polarización mutua de iones.

Introducción.
En la conferencia sobre Sistema Periódico de los Elementos se estudió la Ley Periódica y
la Tabla Periódica de los Elementos que se construye tomando como base dicha ley.
Analizamos una serie de propiedades de los elementos cono radio atómico, energía de
ionización, afinidad electrónica, electronegatividad, etc y sus variaciones en los grupos y
periodos de la tabla periódica.
El análisis de estas propiedades permite estudiar los tipos de enlaces que se establecen
entre diferentes elementos, vinculándose así con el tema que se comenzará a estudiar en
esta conferencia.
Es conocido que la Química es la ciencia que estudia las transformaciones de una
sustancia en otra. Ahora bien, una transformación de este tipo implica la destrucción de
una serie de uniones interatómicas y la aparición de otras nuevas. La Química también
estudia las propiedades de las sustancias, las cuales dependen en gran medida de las
características de las uniones de los átomos en la sustancia. Por todo esto, el estudio del
enlace químico tiene una gran importancia no solamente para el químico, sino también
para el ingeniero, el biólogo, el médico, etc.

Objetivos.
1- Conocer el concepto de enlace químico y la dependencia cualitativa del enlace
formado por dos elementos y sus posiciones en la tabla periódica.
2- Describir las características generales del enlace químico.
3- Conocer las variaciones energéticas que se verifican cuando se forma un
compuesto iónico a partir de las especies en su estado natural.
4- Conocer el efecto de un campo eléctrico sobre un ión deformable y las
correspondientes sobre el carácter iónico del enlace.

4.1 Enlace químico. Tipos de enlaces principales.

Se entiende por enlace químico el conjunto de fuerzas e interacciones que condicionan la


existencia de especies químicas bi y poli atómicas tales como moléculas, iones, cristales,
radicales, etc. Podemos decir que existe un enlace químico entre los átomos o grupos de
átomos cuando las fuerzas que actúan entre ellos son de una intensidad tal que se forma
un agregado con estabilidad suficiente para que pueda ser considerado por el químico
como una especie independiente.
El enlace químico es un fenómeno muy complejo, tanto cualitativa como
cuantitativamente y las limitaciones históricas de nuestros conocimientos nos permiten en
cada momento conocer solo parcialmente el fenómeno. Es por ello que actualmente no
existe una teoría única que permita explicar el enlace íntegramente.
Toda teoría del enlace químico tiene que ser capaz de explicar algunos aspectos
fundamentales del mismo. En primer lugar, las proporciones en que los átomos entran a
formar parte de la molécula y el número de estos. Además, la geometría y características
de la molécula formada y finalmente, la energía de las moléculas. Esta última
consideración es de suma importancia ya que en resumen una molécula contendrá unos
átomos en unas proporciones y con una geometría tal que la energía sea la mínima
posible. La formación de un enlace entre átomos disminuye la energía del sistema.
Existen tres modelos que explican el enlace químico con limitaciones y otros modelos
adicionales que sirven para eliminar en parte las limitaciones de los modelos originales.
Estos modelos facilitan y contribuyen al desarrollo de los conocimientos humanos
aunque tienen limitaciones ya que son menos ricos que la realidad objetiva y están
condicionados por el desarrollo histórico de nuestros conocimientos.
Debe destacarse que esto no significa que existan varios tipos de enlace químico
diferentes. El enlace químico es único, mientras que las teorías son varias.
Al comenzar a conocerse la estructura del átomo puede explicarse la formación de
compuestos a través de la envoltura electrónica de los mismos y con esto comienzan a
surgir diferentes teorías que tratan de explicar estos fenómenos. Una de las primeras fue
la teoría del enlace iónico o electrostático, la cual considera la formación del compuesto
mediante una transferencia de electrones entre dos átomos con la consiguiente formación
de iones, los cuales se unen por atracción electrostática. Esta teoría es limitada en cuanto
al número de compuestos a los que puede aplicarse.
La teoría del enlace covalente establecida para explicar las propiedades de muchos
compuestos que no podían ser explicados por la teoría del enlace iónico, plantea la
formación del enlace por compartimiento de electrones entre los átomos que lo forman.
(1916, Kossel; 1918 Lewis-Lagmuir)
En realidad, hay pocas situaciones en las que encontramos cualquiera de estos extremos.
La mayoría de las sustancias presentan propiedades intermedias aunque próximas a uno u
otro extremo. A causa de esto, se ha hecho necesario el desarrollo de algunas teorías
como polarización iónica, carga parcial, etc, que se usan como correcciones con el fin de
explicar muchas propiedades de los compuestos químicos.
Por último, la teoría del enlace metálico permite explicar la formación de los cristales
metálicos y sus propiedades, los cuales no se pueden explicar por las teorías anteriores.
En resumen, para explicar como, pueden unirse los átomos para formar compuestos y las
propiedades de estos, existen tres teorías generales que son:
- Teoría del enlace iónico.
- Teoría del enlace covalente.
- Teoría del enlace metálico.
Estas teorías se encuentran en continuo desarrollo según se amplían nuestros
conocimientos.
Dependencia de la naturaleza del enlace formado por los elementos de sus posiciones
respectivos en el sistema periódico.
Uno de los factores que más influyen sobre las características de un enlace entre dos
átomos es la naturaleza de los mismos. Esto nos permite relacionar las propiedades de
dicho enlace con la posición que ocupan estos átomos en el sistema periódico.
Como se sabe, en el extremo superior derecho del sistema periódico se encuentran
situados los elementos más electronegativos, mientras que en el extremo izquierdo
inferior se encuentran los elementos mas electropositivos. Por lo general, mientras mas
electronegativo sea uno de los elementos y mas electropositivo el otro, mas iónico será el
enlace que se forma entre ellos. A menor diferencia de electronegatividades, mas
covalente será el enlace.
Por tanto, partiendo de las posiciones de los elementos en la tabla periódica se pueden
establecer criterios cualitativos aproximados sobre las características del enlace. Además,
partiendo del valor de las electronegatividades de los elementos (reportadas en la
literatura) se pueden establecer criterios cuantitativos aproximados. Esto se puede
apreciar en la tabla que se muestra a continuación

Xa - Xb % iónico
0.0 0
0.2 1
0.4 3
0.6 7
0.8 12
1.0 18
1.2 25
1.4 32
1.6 40
1.8 47
2.0 54
2.2 61
2.4 68
2.6 75
2.8 80
3.0 85
3.2 90

La columna Xa – Xb representa la diferencia de electronegatividades entre los elementos


a y b que participan en la formación del enlace. Cuando la diferencia entre las
electronegatividades de los átomos que se enlazan es igual o mayor que 1,7, el enlace es
iónico; si la diferencia es inferior a 1,7, el enlace es covalente polar y si la diferencia es
cero, el enlace es covalente apolar. Este criterio aunque cuantitativo constituye solo una
aproximación por ser la electronegatividad una propiedad variable. Es de señalar además
que existen diferentes escalas de electronegatividades, siendo probablemente la mas
conocida la de Linus Pauling.
Xa – Xb ≥ 1,7 Iónico Ejemplo: NaCl
Xa – Xb ≤ 1,7 Covalente polar Ejemplo: H2O, HCl
Xa – Xb = 0 Covalente apolar Ejemplo: Cl2, Br2
A medida que los grupos están mas próximos, la diferencia entre las electronegatividades
es menor y el carácter iónico parcial del enlace disminuye hasta llegar a la formación de
compuestos de carácter covalente no polar. Si relacionamos varios compuestos de
elementos situados en el mismo periodo como por ejemplo: NaCl, MgCl2, AlCl3, Cl2,
podemos ver que el carácter iónico disminuye desde el NaCl (compuesto iónico) hasta el
Cl2 (covalente no polar). Por tanto, si se conocen las posiciones de los elementos en la
tabla periódica, se puede tener una idea aproximada del tipo de enlace de sus compuestos
binarios y de sus propiedades.

4.2 Enlace iónico. Características generales.

El estudio del enlace iónico es de mucha importancia ya que son muchos los compuestos
cuyas propiedades se pueden explicar por este modelo. Es un modelo sencillo que explica
la formación del enlace mediante la transferencia electrónica del elemento mas
electropositivo al mas electronegativo, con la formación de iones de cargas opuestas.
Ejemplo: Na (g) = Na+ (g) + e-
Cl (g) + e- = Cl- (g)
Estos iones se atraen electrost’aticamente formando asi el compuesto iónico:
Cl- (g) + Na+ (g) = NaCl (s)
El compuesto quedará formado por iones, lo que determina que el mismo presente una
serie de propiedades características: el compuesto no presentará moléculas discretas; cada
ión puede interaccionar con un número grande de otros iones, debe disolverse en
disolventes polares, etc. Es decir, las propiedades del compuesto dependen
considerablemente del carácter del enlace que presenta.
Los compuestos iónicos son muy estables, lo cual nos indica que su formación desde el
punto de vista energético es un proceso exotérmico. En resumen, el enlace iónico debe
ser capaz de explicar las características generales que presenten los compuestos iónicos,
tanto la posibilidad de su formación como las principales propiedades que presentan estos
compuestos.

4.3 Energía de Formación de un compuesto iónico. Factores que influyen en su


formación.

Con relación a la transferencia de electrones, el elemento electropositivo que origina al


catión debe tener una energía de ionización lo mas baja posible, ya que la ionización de
un elemento es siempre un proceso endotérmico y en el mismo se consume energía. Esta
energía debe ser mínima para que el proceso total sea exotérmico.
Por otro lado, el elemento electronegativo que origina al anión debe tener una afinidad
electrónica elevada, por lo que en el proceso debe desprenderse una gran cantidad de
energía. Debe señalarse que si se trata de la formación de un ión divalente negativo, debe
suministrarse energía para la formación de éste.
De ahí que mientras más electropositivo sea uno de los elementos y más electronegativo
el otro, mas iónico será el enlace que se forma y mas favorecido energéticamente será el
compuesto que se forma.
Otro aspecto a considerar es la energía relacionada con la interacción de los iones
formados anteriormente para dar lugar al compuesto. En la figura se observa la variación
de la energía potencial del compuesto en función de la distancia “r” entre los iones. Para
valores elevados de “r”, cuando las cargas no interaccionan prácticamente, la energía
potencial es aproximadamente igual a cero. Los iones se atraen uno al otro de acuerdo
con la ley de Coulomb y la energía potencial viene dada por:

V=-
( Z + Z −) e2 e2
=-
r r
Donde Z+, Z-: carga de los iones.
e : carga del electrón.
r : distancia entre los iones.

Interacción entre dos iones de carga opuesta.


Cuando dos iones de carga opuesta se acercan desde el infinito, ocurre una disminución
gradual de la energía potencial del sistema. Sin embargo, esa disminución tiene un límite
a partir del cual la energía potencial comienza a aumentar de forma muy rápida, como
resultado de la repulsión ínter nuclear y de las envolturas electrónicas.
La primera parte de la curva está determinada por el trabajo que realiza el sistema durante
el acercamiento de dos cargas opuestas, siendo este proceso exotérmico. La segunda parte
está determinada por la repulsión que aparece entre las envolturas electrónicas de los dos
iones y de los núcleos, debido a que ambos tienen la misma carga. En este caso, para
provocar un mejor acercamiento es necesario realizar un trabajo sobre el sistema por lo
que el proceso será endotérmico, es decir, el acercamiento de dos iones cargados puede
ocurrir sólo hasta una distancia óptima de enlace a la cual se compensan las fuerzas de
atracción y repulsión que aparecen entre las mismas. Estas distancias determinan los
radios iónicos efectivos.
Ciclo energético en la formación de un cristal iónico. (Ciclo de Born-Haber).
Energía reticular.
El ciclo de Born – Haber permite comprender el proceso complejo de formación de un
compuesto iónico. Es un ciclo dinámico, basado en la ley de conservación y
transformación de la energía, la cual expresa que”siempre que desaparece una
determinada cantidad de energía, aparece en otra forma, una cantidad equivalente a la
primera”. Este ciclo nos permite determinar algunos parámetros de gran importancia cono
son la afinidad electrónica de un elemento y la energía reticular de un compuesto, aunque
éste puede determinarse también por otras vías.
Ejemplo: Formación del NaCl sólido, cuya reacción de formación es:
Na (s) + ½ Cl2 (g) = NaCl (s)
Este proceso puede descomponerse de la forma siguiente:
½ Cl2 (g) = Cl (g) ½ D = 119,6 kJ/mol
Cl (g) + e- = Cl- (g) A = -350 kJ/mol
Na (s) = Na (g) S = 108,7 kJ/mol
Na (g) = Na+ (g) + e- I = 490 kJ/mol
- +
Cl (g) + Na (g) = NaCl (s) U = -770,7 kJ/mol

Y sumando estas ecuaciones:

Na (s) + ½ Cl2 (g) = NaCl s) ΔH = -402,3 kJ/mol

El valor de ΔH representa la entalpía de formación del cloruro de sodio. Así, la formación


del cloruro de sodio sólido puede descomponerse en: disociación del cloro gaseoso;
ionización de los átomos de cloro gaseoso; sublimación del sodio; ionización del sodio
gaseoso; formación del compuesto sólido a partir de los iones en estado gaseoso.
En la práctica, el valor de U (energía reticular) y los valores de D, S, I se obtienen
experimentalmente con una adecuada aproximación, pero el valor de A (afinidad
electrónica) se determina por este ciclo, considerando conocida la entalpía de formación
del compuesto.
El ciclo de Born-Haber puede considerarse un ciclo cerrado si se tiene en cuenta que la
variación de entalpía equivalente al calor liberado para formar el NaCl (s) a partir de
cloro gaseoso y sodio sólido es igual al calor absorbido para descomponer el NaCl (s) en
cloro gaseoso y sodio sólido, siguiendo al inverso los pasos señalados:

U
NaCl (s) ←Na+ (g) + Cl- (g)
-∆H ↑ ↓ +∆H I↑ ↑A
Na(s) + ½ Cl2 (g) → Na (g) + Cl (g)
S+½D

Siendo ∆H = ½ D + S + A + I + U

Es evidente que el valor elevado de la energía reticular y de la afinidad electrónica son


factores determinantes de la estabilidad de los compuestos iónicos, pues estos dos
procesos están asociados con la pérdida de energía por el sistema, lo cual favorece su
formación.
Este ciclo se ha aplicado en la formación de los compuestos iónicos de los elementos de
los grupos I y II con los elementos de los grupos VI y VII y ha dado resultados
satisfactorios en cuanto a la determinación de la afinidad electrónica y la energía
reticular, además, es de gran valor teórico en el análisis de la estabilidad de compuestos
iónicos y en el conocimiento de la proporción de carácter iónico o covalente de los
enlaces.
Analizando el ciclo de Born-Haber podemos comprobar la importancia que tiene la
energía reticular en los compuestos iónicos. Como hemos visto, la mayor parte de los
procesos que intervienen en la formación de un compuesto iónico son endotérmicos,
excepto lo relacionado con la energía reticular y en algunos casos, la afinidad electrónica.
La energía reticular se define como la energía liberada por mol del compuesto cristalino
formado cuando se acercan gran número de cationes y aniones equivalentes, desde una
fase gaseosa definida en la que las distancias entre los iones son muy grandes, hasta el
sólido cristalino en el que la distancia entre los iones es pequeña y las interacciones muy
fuertes. Podemos definir también la energía reticular como la energía liberada cuando los
iones positivos y negativos que forman la sustancia iónica se acercan desde una distancia
infinita para formar un mol del sólido iónico.
Esta energía es propia de las sustancias iónicas y es una medida de la estabilidad de las
sustancias en el estado sólido. No debe confundirse con la energía de sublimación para
estas sustancias ya que cuando los sólidos iónicos funden o subliman, no llegan a
separarse en iones.
La energía reticular se determina a partir de una ecuación deducida por consideraciones
teóricas (Born y Mayer) en 1932, que se basa fundamentalmente en considerar que el
sólido presenta enlace iónico en un 100%, es decir, los iones están perfectamente
definidos y no existe superposición de orbitales entre ellos comportándose como esferas
duras y dispuestas en los vértices de poliedros perfectamente delimitados. De esta manera
se llega a la expresión:

Ne 2α 2 M  1 
U=- * 1 − 
r0  n

Donde:
U: Energía reticular.
e: Carga del electrón.
α : Máximo factor común de los números de oxidación de los dos iones.
N: Número de Avogadro.
M:Constante de Madelung. Factor de corrección geométrico cuya magnitud viene
determinada por el tipo de red cristalina.
ro: Distancia ínter iónica.
N: exponente de Born. Exponente de repulsión vinculado a las fuerzas repulsivas que
surgen como consecuencia de las nubes electrónicas.
N, e y M son constantes para una red cristalina; el término 1/n no contribuye
notablemente, pues depende de los iones mas cercanos de la red. De acuerdo con esto:
Ne 2α 2 M
U=-
r0
La energía reticular generalmente se determina experimentalmente a partir de datos
termodinámicos, aplicando el ciclo de Born-Haber. En los compuestos típicamente
iónicos tales como los haluros del grupo I, concuerdan los valores de energía reticular
obtenidos experimentalmente con los deducidos teóricamente. Sin embargo, los valores
para las sales de cationes que pertenecen al tipo de 18 electrones presentan a veces
discrepancias; esto se ha atribuido a la polarización que ejercen los cationes pequeños
sobre los aniones muy voluminosos quedando deformada la densidad de carga de estos
por el elevado campo eléctrico de los cationes.
Como la energía reticular está directamente relacionada con la disminución de energía
potencial que sufre el sistema como consecuencia de la aproximación de los iones
cargados desde el infinito hasta la distancia de equilibrio de enlace, podemos analizarla
en función de la fórmula que expresa esta energía. De acuerdo con esto, la energía
reticular será directamente proporcional a las cargas de los iones que forman al
compuesto e inversamente proporcionales a los radios iónicos de dichos iones. Además,
la energía reticular de dichos iones depende también de la estructura cristalina del
compuesto que se forma puesto que este depende del número de coordinación que se
presenta en dichas estructuras.
En resumen, la energía reticular depende de:
- la carga de los iones.
- la distancia de enlace en la red cristalina.
- el tipo de red cristalina.
Por eso, la energía reticular de un compuesto iónico será mayor mientras mas elevada
sean las cargas de los iones y mayor sea el número de coordinación de su estructura
cristalina.

4.4 Estructura cristalina de los compuestos iónicos.

Por estructura cristalina se entiende el ordenamiento de los átomos e iones en el cristal.


Las sustancias iónicas están formadas por iones unidos por atracción electrostática; estas
fuerzas no son direccionales por lo que la estructura cristalina de estas sustancias deben
estar determinadas por los tamaños relativos de los iones y la disposición final que adopte
el sólido iónico cristalino será la que corresponde a un mínimo de energía.
El número de iones de una clase que rodea a cada ión de signo opuesto se llama número
de coordinación del ión y está determinado por la relación del radio del ión menor y el
radio del ión mayor. Puesto que el radio del catión rc es generalmente menor que el radio
del anión ra, la relación de radios se escribe rc/ra. Hay un valor límite de esta relación para
cada tipo de estructura iónica que la conforma.
La estructura de las sustancias iónicas está determinada por el hecho de que cada ión se
comporta como una pequeña partícula cargada eléctricamente que crea a su alrededor un
campo electrostático en todas las direcciones del espacio y cuya intensidad varía
regularmente y de igual forma en todas direcciones (simetría esférica). Esto trae como
consecuencia que cada ión atrae en todas las direcciones a su alrededor un número
determinado de iones de signo contrario; dicho número estará solo limitado por la forma
y tamaño de los iones.
Considerando que los iones son esferas perfectas y a partir de consideraciones
geométricas, podemos establecer una relación directa entre el tamaño de los iones y la
estructura cristalina de la sustancia. Por ejemplo, se puede determinar fácilmente el valor
mínimo posible de rc/ra = 0,155
A medida que aumenta la relación R, el catión es mayor y por tanto el número de
coordinación crece. En la tabla podemos apreciar los resultados que se obtienen para
copmpuestos del tipo 1:1.

Número de Distribución geométrica Relación de radios


Coordinación en el cristal rc/ra
2 Lineal 0.155
3 Triangular 0.15-0.22
4 Tetraédrico 0.22-0.41
6 Octaédrico 0.41-0.73
8 Cúbica 0.73

Como se observa, existe una relación estrecha entre el tamaño relativo de los iones y la
estructura de la sustancia que forman. Se acostumbra nombrar cada red cristalina de
acuerdo con un compuesto que tenga ese tipo de estructura. Por ejemplo, para el NaCl
que cristaliza con estructura octaédrica, los compuestos que tengan la estructura con
número de coordinación 6 se les denomina estructura tipo NaCl. Debemos señalar que la
relación de radios de los iones de un compuesto lo podemos usar como criterio
aproximado para determinar la estructura cristalina del mismo puesto que para establecer
esta relación se parte de que los iones son esferas perfectas y no deformables y esto es
solo una aproximación.

Propiedades de los compuestos iónicos.

Las propiedades de los compuestos iónicos pueden presentarse más o menos acentuadas
de acuerdo con el mayor o menor grado del carácter iónico del enlace. Las propiedades
típicas de los compuestos iónicos son:
1- Conductividad eléctrica.
2- Temperaturas de fusión y ebullición elevadas.
3- Solubilidad en disolventes polares.
Conductividad eléctrica. Los sólidos iónicos no conducen la corriente eléctrica y esto se
debe a que los iones son capaces de mantener en niveles de energía definidos y completos
a los electrones y las diferencias de energía entre distintos niveles posibles en el sólido
iónico son elevadas. Los electrones no pueden actuar como transportadores de carga. Si el
cristal iónico se funde, los iones adquieren movilidad y conducen la corriente eléctrica.
En esta situación los iones actúan como transportadores de carga. Las sustancias iónicas
pueden conducir la corriente en disolución acuosa, siendo esto una consecuencia de la
movilidad de los iones en disolución.
Temperaturas de fusión y ebullición. Estas propiedades son también consecuencia de
las fuerzas de atracción elevadas entre los iones y debido a ello, los cambios de estado
progresivo se realizan con absorción de gran cantidad de calor y a elevadas temperaturas.
Solubilidad en disolventes polares. Los compuestos iónicos se disuelven casi siempre
en los disolventes polares como el agua, a pesar de que presentan redes cristalinas muy
estables en virtud de las fuerzas electrostáticas elevadas que se ejercen entre los iones y
con valores elevados de la energía reticular, tanto mas elevados cuanto mayor es el
carácter iónico del enlace. La explicación radica en la estructura del disolvente, al tratarse
de un disolvente polar como el agua, las moléculas del disolvente se comportan como
dipolos eléctricos y son capaces de atraer energéticamente a los iones. Como
consecuencia de esto se libera gran cantidad de energía, que compensa el elevado valor
de la energía reticular, y el sólido se disuelve.

Efectos de un campo eléctrico sobre un ión.


En primer lugar debe señalarse que cada ión es deformable porque la unión entre el
núcleo y la envoltura no es mecánica, rígida, sino que se mantiene por campos de fuerzas
eléctricas que pueden perturbarse por otros campos eléctricos externos. Cada ión puede
ser deformado por los campos eléctricos de los iones vecinos y este efecto es reciproco.
En la figura 3 A podemos apreciar la situación de un ión en condiciones normales. En
este caso, sus orbitales tienen simetría esférica con respecto al núcleo y no se observa
deformación.

Si sobre este ión actúa un campo eléctrico originado por cargas positivas, Figura 3 B, la
envoltura del ión (negativa) es atraída por el campo eléctrico, mientras el núcleo
(positivo) es repelido por el campo. En este caso, el ión no presenta simetría esférica, no
coincidiendo los centros de carga. Como consecuencia de lo planteado, en el ión aparece
un dipolo producto de la deformación. El momento dipolar del mismo mide la
deformación que presenta el ión. Así, µ = q.d es el momento bipolar inducido donde “q”
representa el valor de las cargas y “d” la distancia entre los dos centros de carga.
En el caso de que el campo fuese originado por cargas negativas, el fenómeno sería
semejante, lo que en este caso es atraído el núcleo y repelida la envoltura. El ión se
deforma originándose un dipolo como en el caso anterior.
La deformación no es igual para todas las capas electrónicas. La última capa, producto de
su apantallamiento por las internas, sufre más intensamente la acción del campo externo y
se deforma más. Las capas interiores están más fuertemente atraídas por el núcleo y se
deforman menos. Como consecuencia de esto, al considerar la deformación de un ión
podemos limitarnos a la acción del campo externo sobre la última capa.
En resumen, debido a la acción de un campo eléctrico todo ión se deforma. Esta
deformación ocurre fundamentalmente sobre la última capa del ión y provoca la aparición
de un dipolo cuyo momento dipolar mide la intensidad de la deformación.

Polarización mutua de los iones.


Como podemos apreciar en la figura, cuando los iones se encuentran a la distancia de
enlace, sus campos eléctricos interaccionan mutuamente provocando la deformación de
estos iones. Mientras mas deformables y mas polarizantes sean los iones, mayores serán
las interacciones de polarización que se originan.

Figura 5

.Si el efecto de polarización es grande, puede producirse el intercambio de electrones y


algún grado de compartición de electrones entre los dos átomos, lo que comunica cierto
carácter covalente al enlace iónico.
El carácter covalente de un enlace iónico aumenta cuando en el enlace intervienen:
- Iones positivos de pequeño radio.
- Iones negativos de radio apreciable.
- Iones positivos y negativos de cargas elevadas.
Los aniones generalmente tienen radios grandes, cargas negativas pequeñas y solo 8
electrones en la última capa. Los cationes generalmente tienen radios pequeños, cargas
positivas ocasionalmente grandes y pueden presentar hasta 18 electrones en su última
capa. Por tanto, los cationes serán muy poco deformables y bastante polarizantes.
En resumen, cuando el anión y el catión se encuentran a la distancia de enlace, ocurre
entre ambos interacciones de polarización. No obstante, por las características de la
polarización de ambos, se considera al catión como agente polarizante y al anión como la
especie que sufre las deformaciones.
Al interactuar dos iones de carga contraria, cada uno de ellos es deformado por el otro,
pero a los efectos prácticos puede considerarse que los cationes deben deformarse poco
por la acción polarizante de los aniones ya que esta es bastante pequeña, debido a su gran
tamaño y pequeña carga que presentan. Por esto en la mayoría de los casos, suele tenerse
en cuenta solo la acción polarizante de los cationes sobre los aniones.

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