Humberto Santelices Narducci

TEMAS DE

DERECHO
REGISTRAL

II EDITORIAL

' •• etropolitana
Derechos Reservados. Prohibida la reproducción toral o parcial de esta obra por cualquier medio. PREFACIO
especialmente Fotocopia. La infracción se encuentra sancionada como delito contra la propiedad
intelectual por la Ley N° 17.336.

sta pequeña publicación reúne tres trabajos, cuál más breve,

E relacionados al derecho registral, ¿Existe un derecho registral?

Es la pregunta que algunos se formulan, respondida a veces
negativamente y las menos en forma positiva. Dejando de lado la cuestión
de la decodificación, parece ser que la circunstancia de tratarse de una
TRES TEMAS DE DERECHO REGISTRAL
© Humberto Santelices Narducci disciplina accesoria, menor y. particularmente en Chile, de corta doctrina
ymás corto tratamiento legislativo,la excluye de integrar el olimpojurídico
ni aún en segunda fila. Fueyo Laneri prefiere hablar de una temía ... de los
registros. No me detendré en ello y sólo diré, en abono de lo que el lector
prefiera, que existe una temática registral que toca directamente a la
garan tía constitucional del derecho de propiedad: registros hayincontables,
registros legales muchos, pero registros garantísticos, pocos; al régimen
Sociedad Editora Metropolitana Ltda. jurídico de estos últimos apunta dicha temática y la denominaremos
San Antonio 418 Oficina 1002 F: 638 76 20 Santiago de Chile como nos plazca pero debemos darle algún nombre porque, de existir,
www.editorialmetropolirana.cl
existe y es de la mayor relevancia: la certeza y la seguridad jurídicas de
correo@editorialmctropolilana.d
Edíror responsable Milton Pérez Opazo los derechos patrimoniales sobre innumerables bienes descansa en dicho
régimen, convirtiéndolo en auxiliar indispensable de la respectiva garantía
Registro de propiedad intelectual N° 179. 482
constitucional. Yola continuaré aquí llamando derecho registral.
I.S.B.N. 978 - 956 - 286 - 097- O

Diseño y Produccion:
Bello, habiendo desechado la unicidad francesa y optado por la más
Gráfica Metropolitana purista distinción título/modo, establece para los bienes raíces el práctico
sistema prusiano del registro de la propiedad. Para ello, trascendiendo el
Se terminó de imprimir esta obra en el mes de mayo de 2009
formalismo del titulo abstracto, asienta la institución sobre sólidas bases
romanas: la inscripción será el modo. Pero su sensata intuición (romana
sin duda) señala que la inscripción será también posesión, camino a
Impreso en Chile/Prinred in Chile
la usucapio. Esta genial construcción ha cumplido sus fines por más de
ciento cincuenta años y ha sido replicada en muy similares términos

5
 HUMBERTO SANTELICE$ NARDUCCI

para la protección garantística de la concesron minera y del derecho

de aprovechamiento de aguas, entre otros bienes. La legislación que la
regula no es extensa y tal vez por ello no ha habido mayor desarrollo
doctrinal a su respecto, lo cual presumiblemente, además, se deba a
que su simpleza no ha presentado mayores dificultades interpretativas
o de aplicación. No existe estadística sobre la juelicialización ele las
inscripciones conservatorias, pero en general la percepción de ella es
que prácticamente es marginal. Lo anterior no implica que no existan
interrogantes de diversa índole, las que conviene resolver.

Este pequeño volumen reúne tres trabajos atinentes a aquello que

hemos denominado derecho registral, que pretenden simplemente una
LA REFORMA DE 2005 AL CÓDIGO DE AGUAS DE 1981.
exposición de ciertos temas y en ocasiones alguna reflexión sobre los
mismos. El primero no es más que el resumen de una ponencia presentada SU INCIDENCIA EN LA FUNCIÓN NOTARIAL Y REGISTRAL
en noviembre de 2006 en una Jornada de Estudios de la Asociación de
Notarios, Conservadores y ArchiverosJudiciales de Chile celebrada a poco
de haberse modificado el Código de Aguas de 1981, con la reforma que
tocó temas registrales. El segundo también tiene que ver con el derecho de
aguas; fue escrito originalmente antes de la reforma aludida y modificado
después de ella pues el texto legal cambió drásticamente y tocaba aspectos
centrales del tema desarrollado; se refiere a una peculiar institución cual es
la regularización del derecho de aprovechamiento de aguas, pero enfocado
solamente en una clase de regularización, que en mi opinión contiene
dos especies, de contenido marcadamente registral. El tercer trabajo es
de reciente data y consiste en una monografía elaborada en el marco del
Diplomado en Derecho Inmobiliario de la Facultad de Derecho de la
Universidad Internacional SEK,versión 2008. Trata un tópico de ordinaria
ocurrencia en la práctica registral pero de escaso tratamiento legal y casi
nula referencia de los autores al mismo: la reinscripción conservatoria;
este tema presenta hoy ciertas complejidades no resueltas, respecto de
las cuales sugiero caminos de solución. Así, sólo aspiro a aportar a la
comunidad letrada usuaria de los servicios registrales, mi personal punto
de vista sobre los temas tratados, que tal vez interesen a algunos.

6
 1. INTRODUCCIÓN

La ley N°20.0 17, publicada en el Diario Oficial de 16 de junio de 2005,

modificó diversas disposiciones del Código de Aguas de 1981. En
esta ponencia se expone someramente los contenidos de la señalada
reforma y se analiza cuatro de ellos que tienen especial incidencia en las
funciones de los notarios y/o de los conservadores de bienes raíces.

An tes de en trar en el tema, se considera de interés hacer una

breve referencia, a modo de síntesis, al concepto de "derecho de
aprovechamiento" consagrado por el cuerpo legal en comentario, para
apuntar sobre él las modificaciones más significativas de la reforma
aludida:

En el Código de 1981 el "derecho de aprovechamiento" como concepto

específico frente al ambiguo "derechos sobre las aguas", adquiere una
naturaleza especial, la de "derecho real administrativo", ello a la luz del
contexto del cuerpo legal y pese a la falta de una declaración expresa
en tal sentido (como aq uella con tenida, por ejemplo, en la ley Na 16.640
sobre Reforma Agraria, y en el Código de 1967 a que ella dio origen).
Aparece claro además que este derecho configura una de aquellas
"cosas incorporales" a que se refieren los artículos 565, 576 Y 583 (y
otros, naturalmente) del Código Civil, aún cuando esto tampoco se
exprese textualmente en el cuerpo normativo hídrico de 1981, que sí
señala, al menos, que consiste en un derecho real; el cual es susceptible
de dominio pleno y de otros derechos reales, como la hipoteca. De los
dos fenómenos recién apuntados resulta el definitivo desaparecimiento

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 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCl
de toda concepción "feudal" respecto de los derechos sobre las aguas
(como aquella que en algunos títulos se expresan en "partes de río"),
lo que queda de manifiesto, por ejemplo, en la supresión ele las antes
denominadas "aguas privadas", reemplazadas por el derecho de
aprovechamiento especialísimo del artículo 20, inciso segundo, del
Código de 1981.
Seguidamente, puede señalarse que el "derecho de aprovechamiento"
(el genérico, no el especialísimo antes aludido) aparece dotado de
los siguientes atributos, entre otros: libre adquisición (sólo limitada
por la disponibilidad del recurso), amparada a mayor abundamiento
por la garantía del artículo 19 número 23 de la Constitución Política;
libre uso (o no uso) del recurso obtenido en ejercicio del derecho;
intangibilidad o no afectación, garantizada por las normas del artículo
19 número 24 de la Constitución aludida; perpetuidad o no caducidad,
resultado casi necesario de lo anterior; y libre transferibilidad, limitada
sólo a las condiciones técnicas que la permitan.
Finalmente, es destacable que este "derecho de aprovechamiento"
aparece dotado en forma taxativa e ineludible, de siete "notas
tipifican tes", recogidas en gran medida del Código de 1951: Naturaleza
del recurso (superficial o subterránea), ubicación de la fuente, punto
y modo de captación, destino genérico (consuntividad positiva o
negativa), prelación de captación (permanencia o eventualidad),
temporalidad de captación (continuidad, discontinuidad o alternancia)
y caudal. Estas notas tipificantes juegan además el papel ele elementos
distintivos a efectos de una clasificación del referido derecho, y sirven
para configurar, en su caso, el contenido esencial de un derecho de
aprovechamiento especíifico.
Los aspectos anteriormente expresados son sólo algunos de los varios
que reviste el cuerpo legal en comentario, pero suficientes paragraficar
sobre ellos Jos puntos más importantes de la reforma de 2005.
lI. LA REFORMA Y SUS PRINCIPALES CONTENIDOS
En mi opinión, esta reforma nace a partir, por un lado, de un imperativo
ideológico-político, consistente en la necesidad de afirmar el principio
aparentemente perdido de la "publicidad de las aguas", haciendo
distancia de los postulados "neo-liberales" que habrían inspirado el
Código de 1981. De otro lado, nace de la incompleta formulación del
mismo, cuya suplementación debió hacerse en base a disposiciones
administrativas de rango normativo inferior el legal (por ejemplo, en
materia de aguas subterráneas y de catastro), de vacíos diversos y de
algunas inconsistencias internas. Nace además de la necesidad de dar
salida a una situación de manifiesta injusticia, para algunos motivo de
escándalo, consistente en el acaparamiento de derechos gratuitamente
adquiridos por parte de empresas con vistas a futuros hipotéticos
proyectos, con grave menoscabo de la fluiclez del mercado de las
aguas (paradojalmente uno de los objetivos del Código) y del efectivo
libre acceso al recurso a los verdaderos actuales interesados, para no
mencionar el eventual perjuicio fiscal por las implicancias tributarias
que en materia de depreciación de activospudieran derivar. Finalmente,
nace de la necesidad de dotar al ente administrativo hídrico (Dirección
General de Aguas), de las facultades que en el curso de vida de este
Código fueron apareciendo como necesarias y para las que se requería
mandato legal.
Vistasasí las cosas,la reforma aparecía dificil, como efectivamente lo fue.
De un lado, era interés del Gobierno ysu relativamayoría parlamentaria "el
rescate de las aguas y su recuperación como bien nacional de uso público
11
 HUMBERTO SANTEllCES NARDUCCJ LA REFORMA DE 2005 AL CÓDIGO DE AGUAS DE 1981.

para beneficio de todos los chilenos" (las comillas son mías) y apartar este
emblemático cuerpo legal de su tesitura neo-liberal que le convertía en
rara avis en el ámbito mundial. Del mismo lado, un legítimo interés en
solucionar los vacíos e inconsistencias a que antes se aludió y de resolver el
problema del acaparamiento que, para muchos, clamaba al cielo justicia.
Por su parte, desde la óptica de la oposición y su minoría parlamentaria
relativa, la reforma aparecía afectando derechos legalmente adquiridos,
en abierta contradicción con normas de rango constitucional, lo que
alentaba los fantasmas de un pasado (el de la reforma agraria y la cultura
político-económica que fue su entorno) que se creía superado por la
modernidad. En un esfuerzo de mutuo convencimiento y entendimiento,
nace la reforma de 2005. El tiempo mostrará sus virtudes y falencias. Por
ahora, me permito apuntar algunos de sus contenidos y, en ciertos casos,
emitir mi opinión acerca de si en verdad resultaron afectados algunos de
los principios involucrados en el asunto.
La reforma de junio 2005 mantuvo en general los principios básicos
que señalé anteriormente o que se coligen de los puntos que destaqué
respecto de] derecho de aprovechamiento. Hace excepción a lo anterior,
la introducción de ciertas limitaciones a la libre adquisición de dicho
derecho y al libre no uso del recurso, como se verá. Además, en virtud
de la citada reforma se entregan mayores atribuciones a la Dirección
General de Aguas, se elevan al correcto rango, esto es el legal, normas
que la autoridad administrativa había dictado para la regulación de las
aguas subterráneas y en materia de catastro. Se introduce además en el
Código mejoras formales a su texto a fin de evitar errores ele referencia.
Como toda obra humana. no es perfecta, pues deja cuestiones
pendien tes cuyo momento de resolver era ese (como la aplicación
del artículo 309 y otras). Finalmente, en mi personal opinión afecta
o parece afectar derechos adquiridos, claramente en la introducción
de la patente por uso y aparentemente en la modificación del artículo
primero transitorio del Código de 1981.
Sin la pretensión de referirme exhaustivamente a todas las modificaciones
materia de la reforma, me permito apuntar someramente las siguientes:
1) Crea figura de la "renuncia" al derecho de aprovechamiento.
2) Afina el principio de "unidad de cuenca",
3) Regimenta a nivel tegallas aguas subterráneas.
4) Reconoce a las comunidades de agua personalidad jurídica.
5) Agrega a la nómina vigente, otros actos que "deben inscribirse" en
los registros conservatorios de aguas.
6) Respecto del catastro público de las aguas,
crea dos "Registros Públicos de Derechos de Aprovechamiento" (inscritos y
no inscritos); y reproduce, ahora con rango legal, algunas normas del
reglamento del catastro referido.
7) Agrega un Título sobre protección de aguas y cauces.
8) Agrega un Título sobre "patente por no uso".
9) Aumenta tos requisitos de publicidad de las solicitudes de derechos
de aprovechamiento.
10) Mejora el procedimiento de reclamos ante las Corte Apelaciones.
11) Agrega a los requisitos para solicitar y otorgar derechos de
aprovechamiento por sobre ciertos caudales, la necesidad de justificar
la necesidad del recurso. Esta referencia a la "necesidad" (explicitada
en el reemplazo del término "desea" por "necesita", en el artículo 140
número 2) es no solo emblemática, sino que se erige en un principio
rector de racionalidad.
 HUMBERTO SANTELICES NARDUCC!
12) Modifica el régimen de oposiciones.
13) Mejora las facultades de la Dirección General de Aguas para los
casos de inexistencia deJunta de Vigilancia, y de declaración de "zona
de escasez".
14) Modifica el artículo 1o transitorio del Código relativo a una clase (dos,
en mi opinión) de regularización del derecho de aprovechamiento ..
15) Mejora o rectifica expresiones o referencias. Por ejemplo, la
referencia al artículo 12 que hace el artículo 13 transitorio, que
corresponde en verdad al 112.
16) Dentro de sus disposiciones transitorias destaca el artículo 4
transitorio, que configura implícitamente una nueva especie de
regularización innominada.
lLÍ
111. ASPECTOS ATINENTES A LA FUNCIÓN NOTARIAL y
REGISTRAL
Me refiero a continuación a cuatro puntos de la reforma que atañen a
la función notarial y/o a la función registral:
0
A. LA RENUNCIA AL DERECHO DE APROVECHAMIENTO
La reforma que estamos analizando introduce una nueva institución
en la normativa hidrica cual es la figura de la renuncia al derecho de
aprovechamiento. A tal respecto, establece que dicha renuncia debe
constar por escritura pública y no puede otorgarse en perjuicio de
terceros; que debe inscribirse en el Registro de Propiedad de Aguas
del conservador respectivo, y que éste queda obligado a comunicar
dicha circunstancia a la Dirección General de Aguas para los efectos
del catastro.
B. NUEVOS ACTOS Q.UE "DEBEN" INSCRIBIRSE
En la misma línea de las normas del Reglamento del Registro Conservatorio
de Bienes Raíces (artículos 52 y 52), replicada respecto del derecho de
aprovechamiento en el Código de Aguas, la reforma traslada algunos
actos que eran de aquellos que "podían" inscribirse, a la categoría de
inscripción forzosa, esto es, que "deben" inscribirse, como asimismo
15
 HUMBERTO SANTELlCES NARDVCCI
establece tal obligatoriedad para otros que no estaban considerados en
dichas categorías. Ellos son:
l. En el Registro de Propiedad de Aguas:
a) La renuncia al derecho de aprovechamiento; b) los derechos de
cada comunero o de cada miembro de una Asociación de Canalistas
que consten en los títulos constitutivos de dichas organizaciones o en
los acuerdos o resoluciones judiciales que determinan los derechos de
cada comunero, a que se refieren los números 1 y 2 del artículo 114
del Código.
A este respecto, cabe comentar que la práctica que aquí se introduce
como obligatoria, había sido consagrada por la costumbre registra! en
la mayoría de las oficios conservatorios. Me permito agregar que la
referida práctica envuelve el peligro de la duplicidad de inscripciones:
por un lado, el derecho de aprovechamiento propiamente tal del
miembro de la organización, y por el otro, sus "derechos" como
miembro (teóricamente la cantidad de acciones) que tiene en la
organización. Sólo la primera de las inscripciones aludidas es la que
configura posesión inscrita, pero en la práctica ella es dejada en
el olvido y se opera exclusivamente con la segunda, con riesgo de
las incertezas que puede producirse a causa de ello. Esta situación
que hoyes real, no fue prevista por el legislador. Cabe preguntarse
si el Conservador, requerido de la inscripción de transferencia de
"derechos" en la organización (normalmente acciones), se encuentra
facultado para denegarla si no va acompañada del título traslaticio
del respectivo derecho de aprovechamiento, que es el que -cuando
existe- es la causa de la pertenencia a la organización de usuarios. Este
asunto excede en todo caso el propósito de la presente exposición, y su
necesaria profundización debería inquietarnos en una futura Jornada
de Estudios.
1/)
LA REFOII.MA DE 2005 AL CÓDIGO DE AGUAS DE 1981.
2. En los Registros de Hipotecas y Gravámenes y de lnterdicciones y
Prohibiciones de Enajenar de Aguas:
"Las condiciones suspensivas o resolutorias del dominio de los
derechos de aprovechamiento o de otros derechos reales constituidos
sobre ellos, así como todo impedimento o prohibición referente a
derechos de aprovechamiento, sea convencional, legal o judicial que
embarace o limite, de cualquier modo, el libre ejercicio de la facultad
de enajenarlos". Las materias recién indicadas, antes de la reforma,
eran de aquellos que "podían" inscribirse, señalados en los números 2
y 4 del artículo 116, y que fueron derogados.
C. CREACiÓN DE LOS REGISTROS PÚBLICOS
DE DERECHOS DE APROVECHAMIENTO DE AGUAS
La reforma crea dos registros especiales que denomina "Registro Público
de Derechos de Aprovechamiento de Aguas inscritos" y "Registro
Público de Derechos de Aprovechamiento de Aguas no inscritos",
amnos de carácter nacional, a cargo de la Dirección General de Aguas,
que se formarán en base a la información que notarios, conservadores y
organizaciones de usuarios deberán proporcionar, Establece asimismo
la obligación de notarios y conservadores en tal semi do.
El primero de los aludidos registros ha de formarse, según el nuevo texto
legal, con la información que deben remitir los Notarios, Conservadores de
Bienes Raíces y Organizaciones de Usuarios, En lo que a nosotros respecta,
se establece las siguientes obligaciones: a) Los notarios deben remitir a la
Dirección General de Aguas copia íntegra de toda escritura pública que
contenga la transferencia de un derecho de aprovechamiento, dentro de
los 30 días siguientes a su otorgarniento. Una interpretación armónica
y racional de la norma hace partir como día inicial de la cuenta, el día
17
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
que la escritura es autorizada por el notario. b) Los Conservadores deben
remitir a la Dirección General de Aguas copia íntegra de toda inscripción
de dominio de un derecho de aprovechamiento que practiquen en el
correspondiente registro. A diferencia de las escrituras, la fecha a partir de
laquesecuentalos30díaseslafechade la inscripción. e) LosConservadores
deben remitir además toda información que requiera la Dirección General
de Aguas; la ley señala que estas últimas actuaciones no son gratuitas.
Aquí necesariamente surge la ref1exión acerca de la ligereza con que el
legislador, desde antiguo y pese a la existencia de normas constitucionales
clarísima') sobre las cargas públicas y sobre el principio de igualdad, grava
permanentemente a notarlos y conservadores de obligaciones gratuitas;
pero ello no es materia de este trabajo y sólo me limito a apuntarlo.
El inciso final agregado al artículo 122de! Código, señala en forma expresa
la diferencia de propósito y de naturaleza entre los registros del Catastro
y los Registros Conservatorios. Sin embargo, hay una inquietante alusión
a los registros que "lleva" (hoy) la Dirección General de Aguas, alusión
que debió ser hecha a los registros que "debe llevar". Esto haría concluir
que, el menos en la intención última del legislador, los nuevos Registros
Públicos que en 'Virtud del Código (y no del Reglamento del Catastro)
llevará en lo futuro la señalada Dirección, bien podrían acreditar dominio.
Este tema, inserto en la vieja cuestión de "catastro versus registro", excede
el propósito de este trabajo y no puedo abundar en él.
D. MODIFICACiÓN DEL ARTÍCULO
PRIMERO TRANSITORIO DEL CÓDIGO DE AGUAS
El texto original del artículo modificado era el siguiente:
(Inciso primero:) "Los derechos de aprovechamiento inscritos en el
Registro de Aguas respectivo y que en posteriores transferencias o
18
LA REFORMA DE 2005 AL CÓDIGO DE AGUAS DE 1981.
rransrmsiones no lo hubieren sido, podrán regularizarse mediante la
inscripción de los títulos correspondientes desde su actual dueño hasta
llegar a la inscripción de la cual proceden".
(Inciso segundo:) "Si no pudiere aplicarse lo establecido en el inciso
anterior, el Juez ordenará la inscripción y deberá, en todo caso, tener
a la vista copia autorizada de la inscripción de dominio del inmueble
en que se aprovechen las aguas, con certificado de vigencias de no más
de 30 días de expedido; comprobante tales como recibos de pago de
cuotas de la respectiva asociación de canalistas o comunidades de agua;
copia de la escritura pública a que se redujo e! acta de la sesión del
directorio o de la asamblea, de la asociación, sociedad o comunidad
en la cual conste la calidad de socio o comunero del interesado y otros
documentos útiles">
La reforma modificó solamente el inciso segundo, el que quedó como
sigue:
(Inciso segundo:) "Si el Conservador de Bienes Raíces donde exista la
inscripción se rehusare a practicar las nuevas inscripciones solicitadas,
e! interesado podrá ocurrir ante el juez de letras competente para
que, si lo estima procedente. ordene al Conservador practicar tales
inscripciones" .
A continuación me refiero al inciso primero, cuyo análisis resulta
indispensable para entender el sentido no sólo de la reforma del inciso
segundo, sino que de su texto original:
La norma del inciso primero aparece como una "facultad" (nos viene
a la memoria aquello de que "la leyes una expresión de la voluntad
soberana que, manifestada en la forma rescrita por la Constitución,
manda prohibe o permite.") que se concede por.el legislador al titular
no inscrito para, en el evento de disponer de una inscripción original
19
 HUM8EIUO SANTELlCES NAROUCCI
anterior a la entrada en vigencia del Código de 1981, Y de títulos
suficientes para completar la necesaria cadena de inscripciones hasta
llegar al aludido titular, pueda éste obtener una inscripción terminal a
su nombre.
Lo primero que llama la atención es que, en el evento recién señalado,
no era necesaria "autorización" alguna ni nueva "facultad", toda vez
que el titular en comentario estaba en situación de obtener lo deseado
por simple aplicación de las normas registrales. En virtud de éstas el
Conservador, con el mérito de la inscripción vigente y de los títulos
presentados, ejerciendo su facultad de "calificación registral", estaría
en condiciones de acceder a lo solicitado sin necesidad de una nueva
"autorización" dada por el Código, naturalmente guardando el
orden natural que configura el "tracto sucesivo". Lo anterior queda
perfectamente claro frente al tenor de lo dispuesto en el artículo 13
del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces, norma
de rango de ley (según reiterada jurisprudencia) no derogada por el
Código de Aguas de 1981.
Pudiera pensarse que, habiéndose declarado la caducidad de las
inscripciones conservatorias en virtud del artículo 238 del Código de
Aguas de 1967/1969, resultado de la ley sobre Reforma Agraria, la
"autorización" en comentario aparecía indispensable. Pero lo cierto
es que la mentada caducidad nunca se consumó, pues jamás se dictó
el reglamento sobre el Registro Público de las Aguas que en virtud del
mismo citado código (artículo 9° transitorio) produciría tal consumación.
y para que no cupiera duda, el propio Código de 1981 dejó c1aramen te
establecida la supervivencia de las inscripciones anteriores, en su artículo
13° transitorio: "El actual Registro de Aguas que llevan los Conservadores
de Bienes Raíces constituirá el Registro de Aguas establecido por el
artículo 12 del presente Código. No será necesario reinscribir los
derechos de agua que estuvieren vigentes" (el subrayado es mío).
20
LA REFORMA DE 2005 Al CÓDlCO DE ACUAS DE 1981.
En consecuencia, no existiendo tal caducidad, los titulares se encontraban
desde la partida en posición de requerir las inscripciones pertinentes a
objeto de obtener la cadena de las mismas y la inscripción final a su favor,
por el solo hecho de contar con la sucesión de títulos válidos. Todo ello
por simple aplicación, como se dijo, de las normas registrales generales.
De modo que debe entenderse que el artículo primero transitorio, en
su inciso primero, no hizo sino reconocer un derecho preexistente, sin
añadir nada a su respecto.
Distinto era el caso de que el titular interesado no dispusiese de títulos
inscribibles necesarios para configurar el tracto sucesivo, por defectos
insalvables en algunos de ellos. Para estos casos se establecía la solución
del inciso segundo, sujeta ahora a la condición de ser además titular
del dominio del suelo.
Pero si el titular disponía de títulos bastantes (registralmente
entendidos corno tal), aún con defectos en la medida de que no
fueren insalvables, la negativa del Conservador era reclamable al
amparo de la norma del artículo 18 del Reglamento antes aludido,
en relación al artículo 13 del mismo, que expresan: Art. 13. "El
Conservador no podrá rehusar ni retardar las ins-cripciones; deberá,
no obstante, negarse, si la inscripción es en algún sentido legalmente
inadmisible; por ejemplo, si no es auténtica o no está en el papel
competente la copia que se le presenta; si no está situada en el
departamento o no es inmueble la cosa a que se refiere; si no se ha
dado al público el aviso prescrito en el artículo 58; si es visible en
el título algún vicio o defecto que lo anule absolutamente, o si no
contiene las designaciones legales para la inscripción". Art. 18: "La
parte perjudicada con la negativa del Conservador, ocurrirá aljuez de
primera instancia del departamento, quien en vista de esta solicitud
y de los motivos expuestos por el Conservador, resolverá por escrito y
sin más trámite lo que corresponda">
21
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI LA REfORMA DE 2005 AL CÓUIGO DE AGUAS DE 1981.

Aquí debo referirme brevemente a lo que la Dirección General de contradicción a las normas del artículo 19 números 24 y 26 de la
Aguas estableció como "opinión oficial del servicio": Ella entendía que Constitución Política.
para requerir la actuación judicial establecida en el inciso segundo,
debía previamente requerirse las inscripciones en el Conservador Demás está decir que tal indeseada consecuencia, si deviene de una
respectivo. Esta interpretación a mijuicio errónea, reñida al menos con negativa injustificada que configure una negligencia o ignorancia
el principio de economía procesal, rúe vaciada a la reforma del inciso inexcusable del funcionario, puede conducir a la reclamación de
segundo configurándose un fenómeno de voluntarismo administrativo las responsabilidades pertinentes y subsecuentes demandas de
de perniciosas consecuencias. indemnización.

Lo que hizo la reforma del inciso segundo del artículo primero transitorio Sólo una interpretación amplia, en el contexto de los derechos
del Código de Aguas fue equiparar la negativa injustificada del Conservador fundamentales garantizados por la Constitución, permite entender que
(aquella que habilita el recurso al articulo 18 del Reglamento), con la en estos casos el principio de especialidad que antes se mencionaba,
negativa justificada (basada por ejemplo en la ausencia parcial de títulos debe ceder al principio de no afectación de los derechos y que, en
en la cadena de los mismos y/o defectos insalvables en alguno de ellos). consecuencia, el recurso al artículo 18 del Reglamento permanece
Dicha equiparación conduce a que la aplicabilidad del artículo 18 del vigente.
Reglamento queda desplazada por el procedimiento del inciso segundo
del artículo primero transitorio del Código, sujeto ahora a una exigencia
adicional: acreditar ser dueño del predio en que se usan las aguas
respectivas. Lo anterior en virtud del principio de especialidad conforme
al cual la norma específica para el caso de negativa del Conservador en
materia de ah711as(contenida en el inciso segundo elel artículo primero
transitorio del Código de Aguas), prefiere a la norma genérica del artículo
18 del Reglamento tanta veces aludido.

En virtud de la reforma aparece entonces que, por causa de la exigencia

adicional a que antes se hacía referencia, una porción ele titulares en
perfectas condiciones de inscribir sus derechos en virtud de títulos
adecuados, queda sujeto, en el caso de no ser duefios del suelo, al
riesgo de no lograr su inscripción por el solo hecho de la negativa
injustificada del Conservador.

Dicho resultado significa simplemente que los derechos de tales

interesados han resultados afectados en su contenido esencial, en

22 23
LAS REGUIARIZACIONES DEL ARTÍCULO

10 TRANSITORIO DEL CÓDIGO DE AGUAS

 1. INTRODUCCIÓN

El régimen registral de los "derechosde losparticulares sobre las aguas" (para

usar el lenguaje del artículo 19 N° 24 de la c.P. de 1981), aparece en
nuestra legislación con la Ley N° 2.139 sobre Asociaciones de Canalistas
de 1908. Antes de esa fecha el derecho de aprovechamiento (o "merced"
como se denominaba), no estaba sujeto a inscripción conservatoria.
Aún así, en rigor, la ley de 1908 más que consagrar propiamente
un sistema de inscripción de la merced, estableció solamente un
sistema de registro conservatorio de los derechos respectivos en las
organizaciones de usuarios (asociaciones de canalistass, Apegándonos
a la nomenclatura actual del derecho de aguas, metodológicamente
consagrada por el profesor Luis Simón Figueroa del Río (Asignación y
distribución de las aguas terrestres. Universidad Gabriela Mistral, Santiago,
1995, págs. 22 y 99) Yque distingue las instituciones de la "asignación "y
de la "distribución ", podemos decir que la inscripción de la ley N° 2.139
no era de índole "asignacional" sino exclusivamente "distribucional",

En el C.A. de 1951 se establece la inscripción conservatoria de los

derechos concedidos a partir de su vigencia. A contar de ese momento,
entonces, comienzan a subsistir en el sistema registral de las aguas dos
clases de inscripciones: las de los derechos en las organizaciones de
usuarios (que también a partir de esa fecha son tres: juntas de vigilancia,
comu nidades de aguas y asociaciones de amatistas) , de índole distríbucional,
y las de los nuevos derechos a otorgarse por la autoridad en lo sucesivo,
de índole asignacional.

27
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
Naturalmente, también a partir de 1908 y, en su caso, a partir de 1951,
aparecen como fenómeno registral las inscripciones de transferencias
o transmisiones de derechos originariamente inscritos conforme a uno
ti otro régimen, así como la constitución de hipoteca sobre los mismos.
Igualmente a partir del CA. de 1951 puede observarse el aparecimiento
de inscripciones de resoluciones judiciales que reconozcan la existencia
de algún derecho, correspondientes en algunos casos a una declaración
de prescripción adquisitiva del mismo.
Las funciones del conservador de bienes raíces relacionadas con los
"derechos de los particulares sobre las aguas" comienzan en ton ces en 1908 y
se diversifican a partir del c.A. de 1951.
En 1967, la ley N° 16.640 sobre Reforma Agraria anuncia el término
de las funciones de los conservadores de bienes raíces en la materia.
Por dicha ley, con soporte en la reforma constitucional contenida en la
ley N° 16.615 del mismo arlo 1967, se expropian todas las aguas, y los
derechos que los particulares tenían sobre las mismas son reducidos
a una cierta precariedad, disponiéndose la creación de un Registro
Público de Ag1las que sería llevado por un ente del estado, a partir de
cuya instalación los registros conservatorios perderían toda validez. El
decreto supremo del que dependía la instalación del citado registro
nunca se dictó.
En el arlo 1979, la reforma constitucional contenida en la modificación
del acta constitucional N° 3 por el decreto ley 2.603, declaró un cierto
reconocimiento de la existencia de derechos de los particulares sobre las
aguas, a los que otorgó amparo constitucional, consagrando el principio
de la intangibilidad del dominio sobre tales derechos, el que luego será
replicado en la nueva Constitución que se aprobó en 1981.
En el mismo año 1981 se dictó un nuevo código de aguas por medio de
un D.F.L. generado en ejercicio de potestades con base en el decreto
LAs REGliLARlZACIONES DEL ARTícULO 1" TRANSITORIO DEL CÓDIGODE AGUAS
ley antes citado. Este C.A. de 1981 volvió a consagrar un sistema
conservatorio para los derechos y al efecto dispuso la continuidad de
los registros existentes antes de la reforma de 1967. Para los nuevos
derechos a otorgarse a partir de su vigencia (que denominó "derecho de
aprovechamiento" al igual que el C.A. de 1951), estableció un completo
procedimiento que prácticamente rige hasta hoy, fundado en diversos
principios elelos cuales debe destacarse el de libre accesov su contrapartida
la disponibilidad, la publicidad, el respeto de los derechos previamente existentes
y (con ciertos defectos) el debido proceso.
Sin duda la reforma agraria ele 1967 afectó radicalmente el sistema
dominical y el uso ele las aguas. La declaración del dominio público
sobre todas las aguas del territorio nacional y su paralela expropiación
por ley, así como la supresión de los registros conservatorios (no
afinada), como asimismo la clara imposibilidad de adquirir derechos
por prescripción (sea cual fuese la clase de "posesión" que se invocase)
constituyeron un fenómeno al que el legislador de 1979 y 1981 debió
enfrentarse para establecer su nuevo sistema basado en el respeto al
derecho de propiedad y a la libre adquisición de los bienes y en la
consideración del mercado como eficiente asignador de recursos.
El sistema iniciado en 1979 y perfeccionado en 1981 partió por el
reconocimiento de la existencia de "derechos de los particulares sobre
las aguas" y su protección dominical. Sin embargo, enfrentado el
nuevo legislador al fenómeno duro de que -gustase o no- existió en
1967 una expropiación general, en lugar de optar por una simple
restauración o "desexpropiación" de los derechos, prefirió un camino
más complejo pero en armonía tanto con el estado de cosas como
con el fin perseguido: mal que mal, la ley de reforma agraria había
dejado en poder de los titulares expropiados (me atrevo a decir que
no en su patrimonio) unas ciertas facultades en relación al recurso,
disminuidas, cuasi precarias pem no por ello indeterminadas. A esas
29
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
facultades el legislador de 1979 las eleva a la categoría de derechos
patrimoniales, similares a los de antes de 1967. Digo similares, no
iguales, porque entre unos y otros derechos se observa una distinta
entidad: hay un contrapunto en el nuevo derecho de aprovechamiento
de 1981 respecto de aquel anterior a la reforma agraria, con trapunto
que a veces no se advierte porque una de sus extremos difumina el otro:
de un parte, desaparecen todas las precariedades y condicionamientos
que existían ya an tes de 1967, elevándose el derecho a una categoría de
bien patrimonial intangible, no caducable ni sujeto a plazo o condición,
y cuya adquisición originaria ya no depende de un acto discrecional
y/o condicionado de la autoridad concedente; pero de otra parte, se
consagra el principio de "uso efectivo del agua" ya en el D.L. 2.603 de
1979, principio que recoge con toda crudeza ("caudal legítimamente
aprooechado"¡ el artículo 309 del Código de 1981, no obstante las
imperfecciones que pueda reconocerse tanto en su interpretación
cuanto en su aplicación, y que adicionalmente, constituye exigencia
fundamental ("uso ininterrumpído"¡ de la regularización consagrada en
el artículo 2° transitorio del CA. de 1981.
El fenómeno de la reforma agraria produjo una incertidumbre en
relación a la validez de la posesión inscrita basada en los registros
anteriores a ella y en los efectuados durante su vigencia. El legislador
de 1981 la zanjó declarando válidos tales registros y restituyéndoles su
virtud posesoria y, para los eventos en que no se hubiesen practicado
inscripciones en el tiempo intermedio, resolvió este vacío instaurando
el sistema de la regularización. Asimismo, para los eventos de usos de
hecho del recurso, el legislador de 1981, reafirmando el principio
reconocido en el decreto ley 2.603 de 1979, estableció un procedimiento
que permitía transformar dichos usos en posesión inscrita, haciendo
extensivo también a ellos el mencionado sistema de la regularización.
Respecto de los derechos concedidos e inscritos durante el período
en comentario, que los hubo, así como de sus posteriores mutaciones
30
LAs RECUlARJZACIONES DEL ARTícULO 10 TRANSITORIO DEL CÓOIGOOE AGUAS
en la titularidad de los mismos, también inscritas, nada dijo el nuevo
código, de modo que la declaración de subsistencia de los registros
contenida en su artículo 13°transitorio también les es aplicable a ellos
sin excepción. Regularizar un derecho, en el sistema del C.A. de 1981
es, a fin de cuentas, dar vida registral a un derecho reconocido como
existente, pero no inscrito o -en ciertos casos- inscrito a nombre de
otro. Aparece claro entonces que, si el titular actual de un derecho de
aprovechamien to gozaba a la -fecha de entrada en vigencia del c.A.
de 1981 de la pertinente inscripción a su nombre en el conservador
correspondiente, no requeriría de regularización alguna toda vez que
el objetivo de ésta se encontraba ya cumplido.
No debe confundirse la institución de la regularizacum (consagrada en los
artículos 1°,2° y 5° transitorios del C.A.de 1981) con la otra denominada
perfeccionamiento, establecida en el decreto reglamentario del Catastro
Público de las Aguas. Ambos términos tienen una significación precisa
y un fundamento legal distinto, pero a veces pueden asimilarse pues
en algunos casos de regularización el derecho queda completamente
formulado, "apto para perfeccionarse" pero en otros no, como veremos.
El punto es que para considerar "completamente formulado" un derecho,
se requiere que esté expresado con todos los atributos, menciones o
notas tipificantes que, a partir del c.A. de 1981, son imprescindibles en
la expresión del mismo, al punto de que una resolución concesoria que
omita alguno adolecerá de ilegalidad. Estas menciones o notas tipifican tes
(así llamadas porque confieren identidad a cada derecho permitiendo
distinguirlo de otro) describen el contenido particular de cada uno yson:
la naturaleza de las aguas sobre las que versa, la fuente de la extracción,
el punto de captación, la forma de captación, el caudal o dotación, la
temporalidad de extracción, la prelación de extracción; la consuntividad
positiva o negativa y el punto de restitución (sólo para el caso de los
derechos "no consuntiuos"), Ahora bien, un derecho inscrito a nombre
de una persona distinta del actual pretendido titular, se inscribirá a
31
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
nombre de este último por la vía de la regularización, pero en esta nueva
inscripción no siempre aparecerá "completamente formulado" porque
en ciertos casos no resultará descrito con todas las notas tipifican tes
antes mencionadas, como veremos. Aún cuando no constituye objeto
del presente trabajo, cabe agregar a modo de mera información que
los requisitos del perfeccionamiento son tres: regularización (esto es en
definitiva inscripción), completa formulación, e inclusión en el catastro
público de las aguas.
Tampoco debe confundirse la regularización con otros procedimientos
que también conducen a la inscripción de derechos sobre las aguas,
como son aquellas que se refieren a la constitución o reconocimiento
de organizaciones de usuarios y que concluyen precisamente con el
registro conservatorio de tales organizaciones y el posterior registro
de los derechos de sus miembros en ellas. Estas inscripciones, pese a
su carácter netamente registral garantístico, no configuran posesión
inscrita, al menos en teoría, pero el análisis de ello excede también el
propósito del presente trabajo.
Retornando al análisis de la institución de la regularización,demos anotar
que ella se encuentra consagrada en los artículos 1°,2" Y5° transitorios
del c.A. de 1981, los cuales establecen diversos procedimientos para
obtener el mencionado beneficio de inscripción, según la clase de
titularidad de que se encuentre revestido el interesado en acceder a
él. Por su parte, la institución del perfeccionamiento se establece en los
artículos 44 y siguientes del D.S. MOP N° 21.220 de 1998, Reglamento
del Catastro Público de Aguas y tiene por objeto, según declaración de
la propia norma, hacer claridad respecto de las caracteristicas esenciales
de identifiración ele los derechos de aprovechamien to por falta de
determinación o indefinición de algunas de ellas.
En el caso de la regularización del artículo 10 transitorio, la titularidad
requerida ha de ser de carácter documental y susceptible de relacionarse
32
LAs RECUlARJZACIONES DEL ARTÍCULO 1u TRANSITORIO DEL CÓOIGODE AGUAS
documentalmente con una inscripción registral preexistente, aún
cuando en ciertos casos la titularidad documental requiera ser reforzada
con una de carácter fáctico. En el caso del artículo 2° transitorio, la
titularidad que se requiere es derechamente de naturaleza fáctica; esta
última disposición legal consagra dos clases distintas de regularización:
a) la que se fundamenta en una titularidad fáctica coexistente con otra
titularidad documental (específicamente registral) a nombre de otro,
sobre la que aquella prevalecerá (art. 2° transitorio, primera parte), y la
que se fundamenta en una mera titularidad fáctica sin la (co)existencia
de una titularidad inscrita (art. 2° transitorio, inciso final). Este carácter
fáctico de la regularización del artículo 2° transitorio prescinde en
definitiva de títulos documentales preexistentes y privilegia el uso
que el interesado hubiere hecho del agua en la forma que la norma
lo establece. Requiere ele una resolución de la autoridad hídrica (la
Dirección General de Aguas) dictada en el marco de un procedimiento
público, cuyo tenor debe contener la completa formulación del
derecho, con todas sus notas tipifican tes. Así, al derecho regularizado
sólo le resta su inclusión en el catastro público para que opere a su
respecto el perfeccionamiento. No sucede lo mismo con la regularización
del artículo 1° transitorio.
En el caso del artículo 5° transitorio, se requiere una titularidad
documental relacionada a un previo acto administrativo de un órgano
del Estado (Servicio Agrícola y Ganadero).
Finalmente, no puede dejar de reconocerse que la reforma introducida
al c.A. de 1981 por la ley N° 20.017 de 2005, consagra también una forma
de regularización, muy acotada, de derechos sobre aguas subterráneas,
pero este no es el caso que ahora nos ocupa.
Cabe referirse brevemente en esta parte al tema de la prescripción
del derecho de aprovechamiento, relacionada sin duda con la
inscripción del mismo en cuanto ésta configura posesión de él. En
33
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI

mi opinión, a partir del C.A. de 1981 la posesión para los efectos de 11.OBJETO DEL PRESENTE TRABAJO: LAS REGUlARIZACIONES
la prescripción del derecho de aprovechamiento queda circunscrita DEL DERECHO DE APROVECHAMIENTO DEL ARTÍCULO 10
a los términos de la posesión inscrita en idéntica forma que para la TRANSITORIO DEL C.A. DE 1981
propiedad raíz, esto es, sin inscripción no hay posesión y sin ésta no
hay prescripción. Dicho de otro modo, para ellegíslaclor de 1981 no
existe la posesión de hecho (con independencia de la opinión que se
tenga sobre la posibilidad de tal posesión). Las {micas circunstancias
en las que pudiera divisarse un atisbo de posesión fáctica son algunas
de las que configuran situaciones de regularización, particularmente
las del artículo 2° transitorio, pero tales "posesiones" no dan origen
a prescripción alguna mientras no se transformen, por la vía de la
regularización, en posesión inscrita. A. LA NORMA

El objeto de este trabajo es muy modesto: sólo versa sobre las

regularizaciones del derecho de aprovechamiento a que se refiere el
artículo 10 transi torio del CA. de 1981. No comprende los demás casos
de regularización, tampoco el tema del perfeccionamiento ni mucho
menos las cuestiones de la posesión o prescripción del derecho de
aprovechamiento. Entro entonces en materia, tomándome la licencia
de reproducir la norma antes aludida:

Artículo 10 transitorio: (Inciso primero:)

"Los derechos de aprovechamiento inscritos en el Registro de Aguas respectivo

y que en posteriores transferencias o transmisiones no lo h ubieren sido, podrán
regularizarse mediante la inscripcion de los titulas correspondientes desde su
actual dueño hasta llegar a la inscnbcion de la cual proceden ",

(Inciso segundo:)

a) Texto original: "Si no pudiere aplicarse lo establecido en el inciso anterior,

el Juez ordenará la inscripción y deberá, en todo caso, tener a la vista copia

34 35
 HUMBERTO SANTELICES NARDUCCI
autorizada de la inscripción de dominio del inmueble en que se aprovechen las
aguas, con certificado de vigencias de no más de JO días de expedido; comprobante
tales como recibos de pago de cuotas de la respectioa asociación de canalistas o
comunidades de agua; copia de la escritura pública a que se redujo el acta de la
sesión del directorio o de la asamblea, de la asociación, sociedad o comunidad en
la cual conste la calidad de socio o comunero del interesado y otros documentos
útiles. "
b) Texto modificado por el artículo 39 de la ley N°20.0 17 de junio de
2005: "Si el Conservador de Bienes raíces donde exista la inscripcum se rehusare
a practicar las nuevas inscripciones solicitadas, el interesado podrá ocurrir ante el
juez de letras competente para que, si lo estima [nocedente, ordene al Conseruador
practicar tales inscripciones. - Para resolver sobre la solicitud, el juez solicitará
informe al Conservador de Bienes Raíces quP se haya ¡mm u nciado npgativamente
y a la Dirección General de Aguas y tendrá, además, a la vista copia autorizada
de la inscripción de dominio a nombre del interesado del inmueble en el cual
se aprovechen las aguas; certificado de vigencia del mismo J' certificado de la
respectiva orgimizacion de usuarios en que conste la calidad del solicitante como
miembro activo de ella, cuando corresponda n.
Contempla entonces el artículo 10 transitorio dos situaciones distintas:
la de su inciso primero, de corte puramente registral, y la de su inciso
segundo, de naturalezajudicial-registraL
B. ELEMENTOS DE LAS REGULARIZACIONES
DEL ARTÍCULO 1 e TRANSITORIO
Sin pretender una sistematización, puedo señalar los siguientes:
i) La existencia de un interesado que invoca la condición de
verdadero titular actual de un derecho de aprovechamiento.
36
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTíCULO l° TRANSITORIO OEL CÓ01GODE AGUAS
ii) La existencia registra! del derecho de aprovechamiento
pretendido, bajo el nombre de otro titular distinto del
solicitante.
iii) La existencia de títulos documentales suficientes para
inferir de ellos una o más transferencias o transmisiones
del dominio del derecho en cuestión, hasta llegar al
interesado.
iv) La intervención del órgano registral (conservador de bienes
raíces) que procede a practicar la o las inscripciones del
caso previo análisis de la procedencia legal de las mismas
mediante la actividad denominada "calificación registrai',
v) La intervención judicial en caso de imposibilidad (en el
texto original) o de negativa (en el texto reformado) del
conservador.
Se advierte entonces la ausencia de un elemento característico de
los procedimientos atinentes al derecho de aprovechamiento: la
publicidad. Me refiero a la publicidad entendida en el sentido estricto
del sistema del Código de Aguas de 1981, esto es, aquella consistente
en la publicación de la solicitud en el Diario Ofiéial y otros medios de
comunicación social, que podríamos denominar "publicidad hidrica"
para diferenciarla de aquella otra "publicidad registrar inherente a
la inscripción conservatoria, la cual se produce en todo caso con
posterioridad a la consolidación del procedimiento. Se advierte
además en el caso del inciso primero (yen ambos incisos antes de la
reforma de 2005) la ausencia de otro elemento también característico
de los procedimientos hídrico-Iegales: la actuación del órgano público
técnico del ramo, cual es la Dirección General de Aguas, aún cuando,
para los casos del inciso segundo, la Corte Suprema había estimado
que debía ser oído dicho organismo, como veré más adelante. Estas dos
37
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
"ausencias" en el texto legal permitían concluir que el CA. de 1981, en
este tema, a efectos de atribuir titularidad, adoptó originalmente una
postura conservadora, formalística, privilegiando la fe pública registral
por sobre otros elementos de convicción, en perfecta arm~~ía .con I.os
principios generales que plasman el régimen de la poseslOn ~nSC~l,ta
en el ordenamiento jurídico nacional. A la inversa, la regulanzaClon
'*" del artículo 2° transitorio exige precisamente los dos elementos
mencionados, esto es la "publicidad hídrica" y ya no la intervención
sino derechamente la actuación de la Dirección General de Aguas, no
sólo como organismo técnico sino como autoridad generadora.
c. PROCEDIMIENTOS APLICABLES A ESTA
CLASE DE REGULARIZACiÓN
La norma del artículo 10 transitorio establecía dos procedimientos
distintos, reglados respectivamente en sus incisos prir~ero y segundo~
Con ocasión de la reforma del CA. de 1981 contenida en la ley N
20.017 de junio de 2005, la citada disposición transitoria sufrió en
su inciso segundo una modificación que cambió sustancialment~
el sentido de toda la norma. Para explicar adecuadamente en que
consistió el cambio, he preferido el camino largo de analizar cómo era
el sistema antes de la reforma, para luego exponer en qué devino el
procedimiento aplicable, así como sus irnplicancias.
l. Procedimiento anterior a la reforma de junio de 2005
Debo primero indicar que, en mi opinión, el artículo 10 transitorio
del Código de Aguas contemplaba dos procedimientos distintos, y no
uno. Por ello me refiero en adelante a "los procedimientos" y a "las
regularizaciones", en plural. Asimismo, hago la advertencia de que
38
LAs REGUlARJZACIONES DEL ARTÍCULO lo TRANSITORIO DEl CÓDIGO DE AGUAS
por razones de economía las referencias y análisis podrán en algunas
ocasiones estar efectuados en tiempo presente, como si el texto se
encontrase aún vigente:
a) Procedimiento del inciso primero:
El interesado deberá presentar al conservador de bienes raíces a cargo
del registro de propiedad de aguas en que se encuentra inscrito el
derecho de aprovechamiento de que se trate (éste es -en principio-
el conservador "correspondiente" a que me referí en la Introducción),
el o los títulos traslaticios de dominio que permitan practicar la o las
inscripciones necesarias hasta llegar al último titular. Debo señalar
aquí que el último titular no necesariamente debe ser el interesado
en la diligencia: en efecto, puede darse el caso, por ejemplo, de un
heredero que requiera completar la "cadena de inscripciones" hasta
llegar al causante como último titular, y no hasta sí mismo, debido a
que por ahora carece del auto de posesión efectiva. El conservador
anotará el o los títulos en el Libro Repertorio, procederá a su examen
o calificación y finalmente a su inscripción. En el evento de ser más de
uno los títulos a inscribirse, se practicará tantas inscripciones cuantos
títulos se presente, o una sola, dependiendo esto de la solicitud del
requirente y de la postura del conservador para estos casos, o sea si
estima o no procedente aplicar la técnica del "tracto sucesivo abreviado".
No haré referencia aquí a las motivaciones de orden pecuniario que
pudieran inclinar la preferencia por una II otra postura, POI- no revestir
interés académico.
Estamos aquí entonces ante un tema que no es exclusivo del derecho
de aguas: estamos también ante un tema "registra!', donde es posible
observar que la norma en comentario no es más que una reafirmación del
llamado "principio de tracto sucesivo" aplicado en materia de inscripciones de
aguas, principio plasmado en el artículo 80 del Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes raíces. Surge entonces una pregunta: ¿por qué el
39
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
legislador de 1981 estimó necesario normar a través de una institución (la
"regularización" del art. 10 transitorio c.A., inciso primero) una cuestión que
era susceptible de solucionarse aplicando las normas registrales vigentes?
Veamos el asunto: Se trata de un derecho inscrito antes de 1981 a favor de
un determinado titular, distinto del actual, y entonces "se permite" que éste,
completando la "cadena de títulos" (inscribibles) intermedios, obtenga una
inscripción terminal a su propio favor; para esto, en apariencia, basta con
la aplicación de las normas registrales generales y no se divisa la utilidad o
interés en establecer un derecho al efecto ni tampoco en regularlo, visto
que la regulación para este caso no difiere en nada de las aludidas normas
generales. Luego volveré sobre esto.
b) Procedimiento del inciso segundo:
"Si no pudiere aplicarse lo establecido en el inciso anterior', el interesado debe
efectuar una presentación ante el juez competente, acompañando los
siguientes antecedentes: a) Copia de la inscripción de dominio del
derecho de aprovechamiento de que se trate, con certificación de su
vigencia. Este requisito no está expresamente señalado en la ley, pero lo
estimo indispensable para acreditar que existe la inscripción base que
es presupuesto necesario de la regularización establecida en el artículo
1° transitorio. b) Copia autorizada de la inscripción de dominio del
inmueble en que se aprovechen las aguas correspondientes al derecho
de aprovechamiento cuya regularización se solicita, con certificado
de vigencia de no más de 30 días de antigüedad. Este requisito sí está
expresamente señalado en la ley. e) Otros documentos útiles que
permitan vincular intelectualmente el derecho de aprovechamiento
a que se refiere la inscripción, con el inmueble de que se trate y,
consecuencialrnente, con el titular del dominio ele dicho inmueble. El
carácter de estos documentos puede ser de diversa índole, y al efecto la
enunciación que de ellos hace el inciso segundo es meramente ejemplar,
como se deduce de su propio tenor. El juez que conozca del asunto deberá
40
LAs IUGUlARlZACIONES DEL ARTÍCULO 1° TRANSITOruO DEL CÓDIGODE AGUAS
siempre obrar con conocimiento de causa, apreciar prudencialmente el mérito de
lasjustificaciones y pruebas de cualquier clase que seproduzcan, decretar de oficio
las diligencias informativas que estime convenientes y mantener los procesos que
se [orinen, archivados en el tribunul; además, deberá oir a LaDireccum General
de Aguas antes de resolver la solicitud de regularización. (C.S., sentencia de
7 de septiembre de 1995, autos rol N°6.818). Finalmente eljuez, si lo
estima procedente, ordenará la inscripción a favor del nuevo titular.
Los dos procedimientos antes reseñados son aplicables a situaciones
distintas y por consiguiente son absolutamente independientes uno
del otro, no siendo posible entre ambos conexión procesal alguna.
Sin embargo, la práctica y cierta doctrina instaurada por la Dirección
General de Aguas (Oficio Ord. N°626 de 18 de agosto de 1995), a
mi parecer errónea, estableció como pre-requisito para aplicar la
regularización normada en el inciso segundo, el que previamente se
hubiese intentado -sin éxito, naturalmente- el procedimiento del inciso
primero. He señalado que esta práctica y la doctrina que la sustenta son
erróneas, lo cual intentaré demostrar. Presentaré dos casos hipotéticos
a los cuales aplicar tal doctrina:
Primer caso: Trátase de un sujeto que adquirió un derecho de
aprovechamiento inscrito, por compra contenida en escritura pública
en la cual se expresa que el derecho se encuentra aún inscrito a
nombre del antecesor del vendedor, bajo la foja y número que en
la misma escritura se cita. En ambas se facultó al portador de copia
amarizada para requerir la competente inscripción. Es obvio que en
este caso se dan en apariencia plenamente los requisitos para proceder
derechamente a practicar las inscripciones pertinentes, en aplicación
del principio de "tracto sucesivo"; pero sucede que el conservador, en el
proceso de "calificación registra!', estimó que los términos empleados
en la segunda escritura no se corresponden con los empleados en la
inscripción vigente por cuando ésta habla de "merced' y aquélla de
41
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
"derecho de aprooechamienta', y rechazó la inscripción solicitada por
estimarla legalmente inadmisible. ¿Aparecería aquí entonces una situación
de "imposibilidad" de practicar la inscripción, que obligaría a invocar
la regularización del inciso segundo, concurriendo aljuez competente?
La "imposibilidad" de practicar la inscripción no es tal, pues radica en
una inadecuada apreciación de los antecedentes por el conservador,
susceptible de ser enmendada por el procedimiento judicial abreviado
especialísimo establecido en la ley registral, contenido en los artículos
18 y siguientes del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces, cuerpo normativo que tiene el carácter de decreto con fuerza
de ley según reiterada jurisprudencia. De modo que no se ve aquí la
necesidad, ni menos la procedencia, de gravar al peticionario con las
cargas y probanzas adicionales exigidas por el inciso segundo.
Segundo caso: Trátase del mismo sujeto y de las mismas circunstancias
del primer caso, con la sola diferencia que una de sus compras fue
hecha por instrumento privado autorizado por notario y no por
escritura pública. Presentados al conservador los documentos del
caso, éste deniega la inscripción por ser legalmente inadmisible el título
contenido en el instrumento privado. Aparece claramente aquí una
situación de "imposibilidad" que conducirá sin más a la necesidad
de recurrir a la regularización del inciso segundo. Es tan evidente
en este caso la inadmisibilidad de un instrumento privado como
título traslaticio del dominio del derecho de aprovechamiento, que
su presentación al conservador resulta improcedente y ociosa, no
sólo por razones de economía procesal sino de simple racionalidad.
En este caso aparece de manifiesto, sin necesidad de una artificiosa
negativa del registrador, la "imposibilidad" de completar la cadena
de inscripciones, encontrándose entonces el interesado, desde el
inicio, habilitado para invocar la regularización del inciso segundo
concurriendo directamente al tribunal con las probanzas respectivas.
Este segundo caso analizado permite además una reflexión colateral:
42
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTÍCULO 1o TRANSITORIO DEL CÓDIGODE AGUAS
aquí el interesado, por no contar con una serie de títulos inscribibles ,
debe en cierta medida rendir tributo al principio del "uso", acreditando
ser dueño del inmueble en que se aprovechan las aguas.
He presentado dos hipótesis similares, diferentes en un solo detalle, en
los que -en mi opinión- aparece clara la aplicabilidad autónoma de los
dos tipos de regularización a que se refiere el artículo 10 transitorio del
Código de Aguas de 1981, uno para cada caso. Hay muchas situaciones
en que puede surgir dudas acerca de la aplicabilidad de las normas de
los incisos primero o segundo, por no aparecer tan palmariamente la
solución. Aún así, ello no amerita descartar la autonomía de ambos
procedimientos. Por lo demás, lo anterior no significa que, fracasado
un intento de regularización por la vía del inciso primero, no pueda
intentarse luego la del inciso segundo; tampoco significa que en este
último caso no pueda presentarse como antecedente (uno más entre
varios) lo obrado en el anterior- procedimiento. Lo que pretendo decir
aquí es que se trata de procedimientos indepéndientes, fundados en
circunstancias distintas.
Sin pretender una sistematización, la cual resultaría muy compleja para
el modesto propósito de este trabajo, anoto aquí algunas situaciones
en que puede encontrarse un derecho de aprovechamiento inscrito
susceptible de regularizarse conforme las normas del artículo 10
transitorio; el análisis atento de sus peculiaridades debería permitir la
opción por uno u otro procedimiento:
i) Inscripción original en un conservador actualmente
incompetente por mutación de los límites jurisdiccionales:
la regularización del artículo 1 transitorio es de carácter
D
forrnalistico: privilegia la fe pública registral por sobre
el uso efectivo; es sólo el primer paso en el camino al
perfeccionamiento del del-echo de aprovechamiento, no
incide ni menos exige los demás elementos; la cuestión del
43
 HUMBERTO SANTELICES NARDUCCI
"competenteconseruador le es ajena, aún cuando el interesado
podría formalizar la cadena solicitando previamente
la reinscripcum del título original. En definitiva, es una
regularización documental de emergencia, estatuida para
reparar los ambiguos efectos registrales que produjo la ley
N°16.640sobre Reforma Agraria ysu posterior derogación.
El procedimiento a aplicar es el del inciso primero.
ii) Inscripción original parcialmente vigente: Si los títulos
posteriores sólo se refieren a "la parte no transferida",
no existe inconveniente registra!. La regularización del
inciso primero no es más que el reconocimiento explícito
de las normas registrales generales. El procedi míen to a
aplicar es el del inciso primero.
iii) Inscripción original ininteligible: Si los títulos posteriores
reproducen literalmente sus términos, no podrá el
conservador denegar la inscripción. El procedimiento a
aplicar es el del inciso primero.
iv) Inscripción original relacionada a otras inscripciones
(caso de las asociaciones de canalistas que tienen
inscripciones de "derechos" en el lugar de la bocatoma y de
"acciones" en el domicilio de la organización): reitero lo
antes señalado en orden a que la regularización del inciso
primero es formalística. Si se solicita la regularización
(inscripción) en función de una de varias inscripciones
originales, y si la cadena de títulos se ajusta a ella, debe
procederse a la inscripción. El procedimiento a aplicar
es el del inciso primero.
v) Imperfección en algunos de los títulos de la cadena
invocada. Dependiendo de la imperfección, será aplicable
44
US RECULARlZACIONES DEL ARTíCULO lo TRANSITORlO DEl CÓD1GODE AGUAS
uno u otro procedimiento. La regla básica es preguntarse
si el asunto es solucionable recurriendo solamente a las
normas (ya la práctica) registrales; en caso afirmativo, es
aplicable el procedimiento del inciso primero. Si ello no
es posible (como sería el caso, por ejemplo, de faltar la
cláusula "sefaculta '), deberá aplicarse el procedimiento
del inciso segundo o, en caso extremo, el del artículo 2°
transi torio.
vi) Interrupción en la cadena de títulos: Si alguno de los
tradentes o trasmiten tes intermedios carece de título, la
situación se vuelve extrema: no es posible construir el
tracto sucesivo sino violentando las normas registrales,
por lo que no puede aplicarse el inciso primero; a mi
juicio tampoco puede aplicarse el inciso segundo pues
documentalmente no hay conexión entre la inscripción-
base y la persona del interesado; el caso sólo es
solucionable a través de la regularización del artículo 2°
transi torio.
vii) Inconsistencias en la cadena de títulos. Denomino
inconsistencias las varianzas sustanciales en la
singularización del derecho de aprovechamiento (no las
varianzas meramente terminológicas como podría ser
reemplazar la palabra "merced' por su sinónimo "derecho
de aprovechamiento"): por ejemplo, si el primer título
habla de "acciones" y el segundo habla de" acciones o litros
por segundo", o si las características del derecho (ej.: punto
de captación, predio beneficiado, etc.) son distintas en
un título respecto de otro. La regla es la misma señalada
en "vi)" precedente, sólo que en este caso la solución
puramente registral puede ser más compleja, al punto de
45
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
volverse imposible. Aquí surgiría entonces la necesidad
de, fracasada la gestión con arreglo al inciso primero,
deberá intentarse al amparo del inciso segundo, pero ello
no significa que no pueda utilizarse directamente esta
segunda opción, o que deba recurrirse -en un extremo- a
la regularización del artículo 2° transitorio.
viii ) Inconsistencia entre los términos de la inscripción
original y los términos de la inscripción solicitada: estamos
aquí frente a un caso distinto del anterior; no existe
inconsistencia entre la inscripción original y los títulos
posteriores; lo que ha sucedido es que el peticionario,
con el ánimo de "aclarar" (no quiero decir "mejorar")
su derecho, solicita al conservador que formule la
nueva inscripción en términos distintos a los originales,
presentándole al efecto una minuta. Este caso es de
ordinaria frecuencia y tiene su causa en la falta de claridad
acerca de los alcances y propósito de la regularización
del artículo 10 transitorio del Código ele Aguas ele 1981.
Debe recordarse que el propósito básico es la inscripción,
no la reformulación o el perfeccionamiento, y que al
amparo del sistema del artículo 10 transitorio no cabe
apartarse una sílaba de la expresión original del derecho
plasmada en la inscripción base. De modo que, en el
caso del inciso primero, toda pretensión en tal sentido
conduce sin más trámite a la negativa de inscripción.
Excepcionalmente, en el caso del inciso segundo, podría
admitirse una variación no sustancial de texto.
c) Discernimiento de la clase de regularización
Para discernir la aplicabilidad de las normas del inciso primero o del
inciso segundo, debe primero analizarse el caso desde una óptica
46
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTíCULO 10 TRANSITORIO DEL CÓLHGODE AGUAS
exclusivamente registra!. Al efecto, el ejercicio es el siguiente: Con el
conjunto de elementos documentales de que se disponga (está claro
que se requiere ineludiblemente una inscripción conservatoria. que
he denominado "base"), debe formularse la siguiente pregunta: si
no se hubiese dictado la ley N°16.64ü sobre Reforma Agraria (y por
consiguiente el legislador de 1981 hubiese estimado innecesaria la
regularización del art. 10 transitorio), ¿son tales elementos suficien tes
para obtener la inscripción del último título a nombre de su beneficiario?
En otras palabras, si (a)existe una inscripción vigente, (b)su titular
transfirió el derecho por un título válido a favor de un segundo titular;
(c)éste no practicó la inscripción y (d)transfirió el derecho por un
título válido a un tercer titular, ¿puede este último de acuerdo a la
ley general, a la ley registral (Reglamento del Registro Conservatorio
de Bienes raíces), inscribir su título? Si la respuesta es afirmativa, el
procedimiento aplicable es el del inciso primero. La solución de cada
caso pasa por la actividad del conservador conocida como "calificación
registral"; es éste funcionario quien, por aplicación de la normativa
contenida en el Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces, en la que se encuentran implicitos los denominados principios
registra/es, quien debe practicar o denegar, en su caso, la inscripción
solicitada.
Cabe preguntarse cuáles son esos principios registrales a que se hizo
referencia. Al respecto, la doctrina ha reconocido los siguientes, que en
general podemos encontrar implícita o explícitamente consagrados en
nuestra legislación: A) Principios fundantes: (l)publicidad, (2) legalidad,
del cual deriva necesariamen te el de calificación registral, (3) prioridad,
(4) causalidad, (5) inoponibilidad, (6) certeza juridica, (7) seguridad j uridica,
(8) derecho a acceder al registro y su contrapartida la inexcusabilulad del
registrador. B) Principios funcionales: (9) uoluruariedad de la inscripcum,
(10) rogación, (11) identidad, especialidad o determinación, ( 12) tracto
sucestuo, (13) inscripción, (14) consentimiento del titular registral. C)
47
 HUMBERTO SANTEllCES NAIUJUCCI
Principios consecuenciales: (15) legitimación, (16)Je [niblica registral; (17)
buena fe v (18) "modalixacion de la usucapián", que en nuestra legislación
podríamos denominar "requisito, prueba y garantía de la posesión ".
De los mencionados principios, debemos destacar particularmente
tres que tienen especial incidencia en e) tema que nos ocupa: el de
inexcusabilidad del registrador, el de tracto sucesivo y el de identidad,
especialidad o determinación. En virtud de} primero, el conservador
ha de ser muy cuidadoso al momento de decidir si practica o no la
inscripción o inscripciones solicitadas, toda vez que una negativa
injustificada podría causar insospechadas consecuencias de perjuicio
para el requirente y las consiguientes responsabilidades civiles y
disciplinarias del funcionario aludido. En virtud del segundo, el
conservador debe analizar si existe correspondencia entre e} titular
de la inscripción actualmente vigente y los sucesivos títulos válidos y
suficientes que se le acompañen. hasta concluir con el solicitante de
la diligencia, de modo tal que la cadena de todos ellos esté formada
por una sucesión de tradentes (o transmitentes) y adquirentes entre
los cuales haya siempre una relación sin solución de continuidad. En
virtud del tercer principio, el de identidad, e} funcionario debe velar
porque el contenido formal y sustancial de cada nuevo título presentado
guarde perfecta correspondencia con el que le antecede, hasta llegar
-hacia atrás- a la última inscripción vigente. Veamos un ejemplo de
cómo opera lo expresado: Diego solicita se inscriba a su nombre una
merced que aparece inscrita a nombre de su abuelo Pedro. y presenta
al efecto copias autorizadas de la inscripción de posesión efectiva de
los bienes de su abuelo a favor de su padre Juan y de la inscripción
de posesión efectiva de los bienes de su padre recién nombrado, a
favor del aludido solicitante Diego, acompañando naturalmente los
correspondien tes inven tarios protocolizados y la certi ficación fehacien te
de haberse cumplido los preceptos sobre impuesto a las herencias.
Con estos antecedentes es posible lograr una cadena continua y no
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTícULO lo TRANSITORIO DEL CÓDIGO DE AGUAS
interrumpida de inscripciones a nombre de Pedro (la existente), de
Juan (las intermedias de posesión efectiva y especial de herencia) y de
Diego (las finales de posesión efectiva y especial de herencia). Veamos
cómo opera el principio de identidad: Diego solicita como en e} primer
caso la inscripción a su nombre de los derechos de su abuelo, pero
las menciones del último inventario y de la minuta de solicitud (en
caso de haber estimado necesario presentarla), no se corresponden
con la inscripción a nombre de su abuelo: en efecto, la inscripción a
nombre de Pedro dice que éste es dueño de "una merced de agua para
el riego de cien hectáreas del fundo Tal", y el inventario agrega a dicha
mención, por ejemplo, la frase " ... y que corresponden a un derecho
de aprovechamiento de cincuenta litros por segundo de ejercicio
permanente y continuo ... ", lo cual es reproducido en la minuta de
solicitud o "explicativa". Por la sola aplicación del principio de identidad
y sin necesidad de recurrir a la normativa hídrica (la que tampoco lo
permite como veremos más adelante) el conservador debe rechazar la
inscripción solicitada, porque el título a inscribir no se corresponde con
el título inscrito. En consecuencia, no es procedente la inscripción en la
forma solicitada y no es por ende aplicable el procedimiento del inciso
primero, salvo que el solicitante se allanare a mantener los términos
originales. Si esto no sucede, estimamos que tampoco es procedente la
regularización del inciso segundo pues el propósito perseguido por el
solicitante excede el ámbito de la regularización y debe buscarse por la
vía del perfeccionamiento.
Podrá entonces preguntarse qué sentido tiene la regularización del inciso
primero si basta con la ley registral. La duda es válida y ya la insinué
anteriormente. Intentaré resolverla, recurriendo a dos elementos que
se aprecian' al respecto: una cuestión teórica y otra práctica. La cuestión
teórica es precisamente la expropiación general de las aguas de 1967,
conjugada con el principio registral de identidad: debe tenerse presente
que las inscripciones de derechos practicadas antes de la entrada en
49
 HUM8ERTO SANTElICES NARDUCCI
vigencia de CA. de 1981 se refieren solamente a una clase de "derechos de
los particulares sobre las aguas": aquel feble derecho real administrativo que
antes califiqué de cuasi-precario y caducable, constreñido además a un
uso específico en un lugar determinado, no transferible, despojado casi
de atributos, nacido a la vida registral antes de la expropiación de 1967
y tocado de muerte por ella, o nacido moribundo después de ella. De
acuerdo al yaen unciado "principio deidentidad' ,la entidad de tales derechos
ya no tiene sustento, no es la misma que la del "nuevo" que se solicita
inscribir; se está ante derechos "distintos"; además, tales inscripciones, de
haberse formalizado cabalmente el proceso expropiatorio, debieron ser
canceladas y si no se procedió a su cancelación fue por motivos prácticos:
como ya dije, la reforma de 1967 derogó las normas que establecían el
sistema registral de las aguas, reemplazando los registros conservatorios
por un Registro Público de Aguas que debía llevar la Dirección General de
Aguas (C.A. de 1969, art. 238); sin embargo, mientras no se determinase
por decreto supremo la fecha en que entraría en vigencia tal Registro
Público (C.A. de 1969, art. 9 transitorio), subsistirían los registros
0
conservatorios primitivos. Dicho decreto supremo nunca se dictó,
subsistiendo las inscripciones conservatorias en una especie de limbo,
al punto tal que el decreto ley N°2.603 de 1979 debió pronunciarse
sobre la validez de los derechos de los particulares sobre las aguas. De
allí que, frente al riesgo de que una interpretación rigurosa declarase
caducadas las inscripciones, el Código de Aguas de 1981 afinó el sistema
de reconocimiento de los anteriores derechos y, para las inscripciones
"pendientes", "permitió" (en el art. 10 transitorio) que ellas se
practicaran, reconociendo tácitamente la supervivencia de las vigentes;
ello sin perjuicio de que el artículo 13 transitorio declaró subsistentes
los Registros de Aguas que llevaban la conservadores de bienes raíces y
declaró que no sería necesario "reinscribir los derechos de aguas que estuvieren
vigentes ". No puedo concluir estas observaciones sin dejar constancia de
que todas estas inscripciones se encuentran, por aplicación del propio
Código de Aguas de 1981 y de las normas del Reglamento del Catastro
50
l.AS REGULARIZACIONES DEL ARTíCULO lo TRANSITORIO DEL CÓDIGODE AGUAS
Público de las Aguas, en una situación ambigua, toda vez que ellas están
afectas al imperativo de perfeccionamiento a que he hecho tantas veces
referencia; así, encontramos en el artículo 309 del citado código uno
de varios ejemplos de la posibilidad de que en un cierto momento, por
ahora indeterminado, el contenido de una inscripción anterior a la
entrada en vigencia del Código pueda verse modificado. Con esto doy
por terminada la referencia a la cuestión doctrinaria a que aludí en el
párrafo que an tecede.
Aludí también a una cuestión práctica, a la que ahora me refiero. El
legislador de 1981 puso especial empeño en el reconocimiento de los
derechos de los particulares sobre las aguas, aún cuando tal reconocimiento
no implicó -corno antes señalé- una "restauración" de los mismos. En el
universo de derechos "susceptibles de reconoci mien to" estaban aquellos
inscritos a nombre de un antecesor del actual aparenre titular y, dentro
de ellos, los "inscribibles" a nombre de este último. Para éstos se dictó el
artículo 1 transitorio, tal vez innecesariamente. Sin embargo, defectos
0
en los títulos, omisiones registrales insalvables (por ejemplo, omisión
de la cláusula "se faculta", omisión de una partición incumpliendo los
artículos 54 y 55 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
raíces) u otras circunstancias, pudiesen haber impedido la inscripción
a nombre del titular final, pese a existir elementos documentales i
i
suficientes para producir convicción acerca de la existencia de la
cadena de transferencias o transmisiones; el artículo 1 transitorio debió 0
entonces, para resolver estos casos, ser "complementado" o "accesado"
con las normas del inciso segundo. Visto así, lo "accesorio" justifica la
existencia de lo principal y el conjunto proporciona un modelo práctico
I
para resolver la cuestión de las inscripciones pendientes.
d) A utonomia de ambos procedimientos entre sí '1
Antes de la reforma del C.A. de 1981 por la ley N° 20.017 de 2005,
existió una postura -a mi juicio errónea- de la Dirección General de
51
 HUMBERTO SANTEUCES NARDUCCI
Aguas (calificada por ella misma como "opinián oficial del Seruicid'¡ en
el sentido de que para acogerse a la regularización establecida en el
inciso segundo del artículo 1o transitorio, era imprescindible requerir
previamente del conservador respectivo la regularización al tenor de lo
preceptuado en el inciso primero. De este modo, se consideraba que
era la negativa del conservador la que configuraba la "imposibilidad"
a que se refería el inciso segundo. La postura se extremó al punto de
afirmar que la concurrencia al conservador y su negativa constituían
"circunstancias habilitarues de la actuación judicial' establecida en el inciso
segundo. Se fundamentó esto último en que, siendo el procedimiento
establecido en el inciso segundo un procedimiento no contencioso,
era necesaria "que una ley expresa requiera su intervención", y se señaló
como tal ley el Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes raíces
apuntando (en todo caso correctamente) que dicho reglamento tiene
rango de ley.
No es materia del presente trabajo incursionar en el análisis de la
obligatoriedad y/o validez de esta "opinum oficial del Servicio" u otras.
Sólo me limitaré a exponer mi postura acerca de su contenido, el cual
-como antes señalé- considero erróneo.
Efectivamente el Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces (aplicable directa o supletoriamente al asunto en cuestión,
da igual), establece en su artículo 18 un procedimiento especial,
no contencioso, diría que perteneciente al ámbito "económico" de la
potestad judicial, cuyo objeto es conocer y resolver acerca de la negativa
del conservador a la inscripción de un título. Dicho procedimiento
configura una institución que precede en mucho más de cien años a las
disposiciones del artículo 1 transitorio del Código de Aguas de 1981, Y
Q
su aplicabilidad está implícita en el sistema del inciso primero de dicha
norma, no en el sistema del inciso segundo. Así, presentados los títulos
al conservador para que éste practique las inscripciones necesarias a
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTícULO lo TRANSITORIO DEL CÓDIGODE AGUAS
fin de completar la cadena de títulos inscritos hasta llegar al actual
titular, dicho conservador deberá proceder a la pertinente calificación
registral y, si a su juicio la inscripción "es en algún sentido legalmente
inadmisible" (art. 13 del Reglamento), deberá negarse a practicarlas.
La parte perjudicada con la negativa (esto es el interesado) ocurrirá al
juez quien, vista su solicitud y los motivos expuestos por el conservador,
resolverá por escrito y si más trámite lo que corresponda. Este es casi el
tenor literal de la disposición, y data de 1857. No requiere más elementos
de convicción que el título o títulos presentados al conservador, la
negativa de éste, la presentación del presunto perjudicado y el informe
del registrador. Este procedimiento no admite probanzas, ni que se
acredite ser dueño de un accesorio del derecho real cuya inscripción se
pretende, ni que se acredite posesión o uso, ni menos que informe una
autoridad administrativa. Es un procedimiento netamente económico
como indiqué, que resuelve con objetividad documental la admisibilidad
del registro solicitado o la justificación de la negativa del conservador.
Doctrinariamente se sustenta en que la calificación registral, en caso
de requerir interpretación legal, debe quedar supeditada al orden
jurisdiccional, cuyo ejercicio es privativo de la judicatura. En términos
prácticos, puede decirse que este procedimiento tiene por objeto
corregir el exceso de celo o la inadecuada interpretación legal del
conservador, amén de su ignorancia o arbitrariedad, en cuyo caso
habrá lugar -adernás- al ejercicio de las facultades disciplinarias.
De acuerdo a lo expuesto, si un interesado estima procedente
regularizar su derecho de aprovechamiento al amparo del inciso
primero, acompañará los títulos respectivos. Si éstos son admisibles, el
conservador deberá inscribirlos. Si injustificadamente se niega, eljuez
ordenará la inscripción sin más trámite, con arreglo a lo dispuesto en
el artículo 18 del Reglamente del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces. Si el interesado no dispone de todos los títulos necesarios para
configurar la cadena de inscripciones, o si alguno de éstos es "legalmente
53
 HUMBER.TO SANTELlCES NAlUJUCCI
inadmisible" (como el caso de una compraven ta hecha por instrumen to
privado), deberá abstenerse de solicitar su inscripción al conservador;
para este caso están las normas del inciso segundo. Queda fuera de
un análisis como el que aquí se aborda, la recomendación de intentar
primero "por si acaso" recurrir al procedimiento del inciso primero y
luego, "si falla" intentar el del inciso segundo. En definitiva, se trata
de algo simple: si registralrnente es procedente la aplicación del inciso
primero, así se hará por el conservador, al solo requerimiento del
interesado o previo decreto del juez dictado en conformidad al artículo
18 del Reglamento de 1857.
Por su parte, el procedimiento del inciso segundo del artículo 10
transitorio, sólo era aplicable "si no fuere posihie" la aplicación del
inciso primero. La apreciación de la posibilidad o imposibilidad
es una actividad intelectual que debe ser abordada por un letrado,
preferentemente abogado habilitado para el ejercicio de la profesión,
quien una vez hecho su análisis tomará la decisión que la sensatez
indique. Si estima que "no es posible", no le quedará otro camino
que recurrir al procedimien to del inciso segundo. Demás está decir
que una adecuada ponderación de los elementos documentales
disponibles podría inclinar la balanza incluso por recurrir a la más
fatigosa regularización del artículo 2° transitorio, como claramente
sería el caso de que no exista una inscripción o que la existente no
tuviera conexión documental alguna con el interesado.
Para acogerse al sistema de regularización del inciso segundo, deberán
acompañarse los elementos que se señalan en la norma en comentario,
la cual ya reproduje anteriormente. También anteriormente señalé que,
pese a no exigirlo la norma, era evidente la necesidad de acreditar la
inscripción actual del derecho de aprovechamiento, supuesto básico de
todas las regularizaciones del artículo 10 transitorio. Ella se acreditará
con copia de la misma y su respectivo certificado de vigencia, cuya
S4
LAs REGULARIZACIONES DEl ARTícULO }o TR.AI"SITORJO DEL CÓDJGODE AGUAS
antigüedad estimo debería no ser superior a 30 días, homologando lo
establecido para el certificado de vigencia del dominio del inmueble
a que se refiere la disposición que aquí se analiza. A riesgo de ser
redundante, agrego que no era requisito habilitante el haber intentado
previamente la vía del inciso primero, de modo que no se requería
informe alguno del conservador respectivo. Naturalmente que si se
había intentado dicha vía sin éxito (ya por una inadecuada ponderación
de los antecedentes, ya por una errónea calificación registral) podía
pedirse al juez tener a la vista los antecedentes pertinentes. Puede
aquí darse una aparente paradoja: si el solicitante invocó el inciso
primero y el conservador denegó la actuación, si luego recurrió al juez
por aplicación del artículo 18 del Reglamento de 1857 y si finalmente
la Corte de Apelaciones respectiva confirmó la negativa, puede el
interesado intentar la regularización del inciso segundo, recurriendo
nuevamente al juez. A mi entender aquí no existiría "cosa juzgada",
pues la cosa pedida, la causa de pedir y la norma legal invocada serían
distintas: la regularización del inciso primero no es la misma del inciso
segundo, pues son de naturaleza distinta; la causa de pedir en el primer
caso es la existencia de títulos válidos ininterrumpidos, y en la segunda,
la existencia de títulos documentales "suficientes" acompañada del
dominio del inmueble en que se aprovechan las aguas.
Cabe ahora preguntarse acerca del tipo de procedimiento establecido
en el inciso segundo a que nos hemos estado refiriendo. Antes dijimos
que el procedimiento del artículo 18 del Reglamento de 1857 era
un procedimiento judicial abreviado especialísimo, enmarcado en el
ejercicio de las facultades econámicas de la judicatura. Antes también
aludimos a la opinión de que el procedimiento del inciso segundo era
de naturaleza "no contencioso"; y que se identificaba (según la "opinión
oficial del Servicio" de la DGA) con el del artículo 18 del Reglamento de
1857, afirmación esta última que estimo errada, se esté O no de acuerdo
con la tesis de la DGA del "requisito habilitante', Calificar una gestión
55
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
ante los tribunales de justicia de "acto no contencioso" es sencillo: todo
aquello en que no hay contienda, es "no contencioso"; sabemos entonces
lo que "no es", pero no sabemos lo que "es". Concedo que es un "acto
judicial no contencioso', pero no concedo que es el mismo del artículo 18
del Reglamento de 1857. Me inclino a pensar que el procedimiento del
inciso segundo es simplemente un procedimiento nuevo para el que se
ha regulado -al menos- el tema probatorio y para el que, en lo demás,
cabe preguntarse si corresponde o no aplicar la norma del artículo 177
del Código eleAguas esto es, considerarlo "una cuestión relacionada con la
constitución, ejercicio o pérdida de los derechos de aprooechamiento que no tiene
señalado procedimiento especial'; en otras palabras, si corresponde aplicar
las normas del juicio sumario. Estimo que la respuesta a esta última
pregun ta es negativa, por tres razones: (l) no es en rigor una cuestión
relacionada con la constitución, ejercicio o pérdida del derecho de
aprovechamiento, (2)sí tiene señalado un procedimiento especial,
escueto, es cierto, distinto pero no más simple que el del artículo 18
del Reglamento de 1857, y (3) no existe en el orden procesal el juicio
sumario para conocer de los asuntos no contenciosos, a menos que se
simule una contienda v se demande erga
I e
omnes °
a un contradictor
también simulado (caso éste no infrecuente a efectos de invocar la
presunción del art. 309).
2. Procedimiento a partir de la reforma de junio de 2005
El artículo 39 de la ley N°20.017 de junio de 2005, modificó el texto
del inciso segundo del artículo 10 transitorio del Código de Aguas. De
ello podría deducirse que resultó modificado sólo el procedimiento
establecido en dicho inciso. Sin embargo, un adecuado análisis de la
norma reformada permitiría concluir que ella afecta también al inciso
primero y consecuencialmente al conjunto de los sistemas del artículo
10 transitorio, los que habrían quedado reducidos a un procedimiento
56
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTÍCULO lo TRANSITORIO DEL CÓDIGODE AGUAS
único, en dos etapas. En efecto, el actual texto del inciso 2 del artículo 0
10 transitorio dispone: "Si el Conservador de Bienes raíces donde exista la
inscripción se rehusare a practicar las nuevas inscripciones solicitadas, el
interesado podrá ocurrir ante el juez de letras competente para que, si lo estima
procedente, ordene al Conservador practicar tales inscripciones. - Para resolver
sobre la solicitud, eljuez solicitará informe al Conservador de Bienes Raíces que
se haya pronunciado negativamente ya la Dirección General de Aguas y tendrá,
además, a la vista copia autorizada de la inscripción de dominio a nombre del
interesado del inmueble en el cual se aprovechen las aguas; certificado de vigencia
del mismo y certificado de la respectiva organizacion de usuarios en que conste
la calidad del solicitante como miembro activo de ella, cuando corresponda" (el
destacado es mío).
Ya no se trata, entonces, de que "no se pueda aplicar lo dispuesto en el
inciso primero", sino de que, requerida la inscripción o inscripciones
"regulatorias" conforme al inciso primero, si ellas fueren denegadas
-injustificadamente o no- por el conservador, debe recurrirse al juez
de letras.
Lo primero que se advierte es que no habiéndose discriminado en la
clase de rechazo del conservador, todo rechazo conduciría a la aplicación
del procedimiento del inciso segundo, de modo que -en virtud del
principio de especialidad- ya no sería más admisible el procedimiento del
artículo 18 del Reglamento Conservatorio de Bienes Raíces a que antes
nos referíamos.
Resultaría entonces que quien tiene en su poder un título perfectamente
válido (por ejemplo, una sentencia de posesión efectiva inscrita)
y requiere la inscripción en virtud de ese título de un derecho de
aprovechamiento a su nombre, corre el riesgo de que sí el conservador
-por exceso de celo, ignorancia o cualquier motivo injustificado- rehusa
la inscripción pese a que en el hecho ésta no es "en algún sentido Legalmente
inadmisible", deberá necesariamente someterse al procedimiento
57
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
establecido en el inciso segundo. Ello significa que este beneficiario
de un título perfecto, si no es dueño del predio en que se ocupan
las aguas, no podrá en caso alguno obtener la inscripción del título a
su nombre, toda vez que no podrá acompañar certificado de dominio
vigente del respectivo predio.
Esta situación permite observar que la reforma del inciso segundo del
artículo primero transitorio no consistiría solamente en un cambio de
sistema procesal sino que es también de fondo: ya no basta la titularidad
perfecta que requería el inciso primero, ahora además se requieren
todas las exigencias del inciso segundo. y lo que es más grave, esto se
hace depender directamente de la discrecionalidad de un funcionario
que no tiene ni facultades jurisdiccionales ni potestades de gol?ierno:
el conservador de bienes raíces. Bastaría una negativa arbitraria para
que el interesado deba acreditar aljuez ya no sólo la perfección de su
título sino además otros hechos y circunstancias que antes no le eran
exigibles. En todo caso, el preguntarse acerca de la constitucionalidad
de esta modificación legal excede absolutamente la modesta pretensión
de estas líneas.
Lo segundo que se advierte es la incorporación de un nuevo requisito
no establecido en el antiguo texto del inciso segundo: el informe de
la Dirección General de Aguas. Sin embargo, debe reconocerse que la
Corte Suprema ya había señalado la necesidad de este trámite según
antes se anotó.
En tercer lugar, resulta eviden te que el legislador aparece consagrando
la tesis ( "opinion ofiríal') de la Dirección General de Aguas plasmada en
su Ord. N°626 de 18 de agosto de 1995 antes aludido, en el sentido de
que para proceder a la aplicación del inciso segundo debía previamente
iniciarse el camino con arreglo al inciso primero. Antes expuse mi
opinión contraria a la señalada tesis y la sigo sosteniendo, y ahora puedo
allegar como argumento el que ha sido necesario efectuar una reforma
58
LAs REGULA~IZAClONES DEL ARTíCULO lo TRANSITORlODEL CÓDIGODE AGUAS
legal para lograr (al menos en apariencia) el objetivo, casi tesitura, de
la mentada "opinum oficial".
Asimismo, puede observarse que los requisitos exigibles al interesado
en los casos del inciso segundo (y, eventualmente, a las víctimas
del conservador inexperto en el caso del inciso primero), se han
notablemente endurecido. En efecto, el antiguo texto, en adición al
imprescindible certificado de dominio vigente del inmueble, establecía
los demás elementos que el juez podía (y debía) tener a la vista en un
contexto abierto, en términos no taxativos: "... comprobante tales como
recibos de pago de cuotas de la respectiva asociación de canalistas o comunidades
de agua; copia de la escritura pública a que se redujo el acta de la sesión del
directorio o de la asamblea, de la asociación, sociedad o comunidad en la
cual conste la calidad de socio o comunero del interesado y otros documentos
útiles". (El subrayado es mío). Hoy la norma establece, además de la
acreditación del dominio del inmueble en que se ocupan las aguas,
un requisito único, que a la vez es una única forma de comprobar la
condición de usuario, cual es el "certificado de la respectiva oiganizacion
de usuarios en que conste la calidad del solicitante como miembro activo de ella,
cuando corresponda". Queda así reducido el espectro de anteceden tes
con que el interesado podrá acreditar su condición de legítimo titular.
Ahora bien, yendo directamente al análisis del procedimiento del
artículo 1o transitorio modificado, puede señalarse que se trata en
apariencia de un procedimiento único en dos fases: una fase registral
y otra, para el caso de negativa del conservador por cualquier causa,
de naturaleza judicial. Hablar de naturaleza judicial resulta ambiguo,
debiendo en realidad estimarse que se trata de un procedimiento más
bien administrativo en sede judicial, toda vez que no existe contienda
entre partes que deba ser conocida y dirimida jurisdiccionalmente, a
menos que se entienda como un conflicto entre el peticionario y el
conservador, que no lo es.
59
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
Puede asimismo señalarse que se trata de un procedimiento de
carácter "no contencioso", distinto del abreviado que se consagra en
el artículo 18 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
raíces. En efecto, se está en presencia de un procedimiento bastante
más normado, con exigencias particulares, en el que se habrá de
conocer y resolver no sólo aquellas cuestiones derivadas de la negativa
injustificada del conservador (luego veremos que en este caso no
procedería), sino además otras, la mayoría, en que el conservador ha
negado justificadamente la inscripción por no ser ella procedente al
amparo de las normas registrales y que sólo pueden resolverse en el
marco del beneficio de la regularización.
La norma señala los antecedentes que el juez habrá de considerar:
informe del conservador (antes requerido sólo por aplicación
de la doctrina de la Dirección General de Aguas); informe de la
Dirección General de Aguas (antes requerida sólo por doctrina de la
Corte Suprema): copia autorizada de la inscripción de dominio del
interesado del inmueble en el cual se aprovechen las aguas; certificado
de vigencia del mismo y certificado de la respectiva organización de
usuarios en que conste la calidad del solicitante como miembro activo
de ella, cuando corresponda. Se advierte aquí, respecto del antiguo
texto del inciso 2°, un criterio restrictivo, pues aquél permitía una
más amplia gama de elementos de convicción, los que se establecían
en términos no taxativos: "comprobante tales como recibos de llago de cuotas
de la respectiva asociación de canalistas o comunidades de agua; copia de
la escritura [niblica a que se redujo el acta de la sesión del directorio o de la
asamblea, de la asociación, sociedad o comunidad en la cu al conste la calidad
de socio o comunero del interesado y otros documentos útiles". Por otra parte,
también aquí, al igual que en antiguo texto del inciso segundo, se
advierte la omisión de un requisito a mi juicio indispensable para el
adecuado conocimiento del asunto por el juez: la presentación de
una copia de la inscripción base, con certificado de vigencia, toda
60
LAs REGUlARlZACIONES DEL ARTícULO )0 TRANSITORIO DEL CÓDlGODE AGUAS
vez que es la existencia de dicha inscripción base, no cancelada, la
que habilita para continuar el tracto sucesivo inherente a esta clase
de regularización; naturalmente todo solicitante diligente habrá de
acompañar a su petición tal documento.
Para terminar mis observaciones al sistema de regularización al amparo
del artículo primero transitorio después de su reforma de junio-2005,
debo referirme a la anomalía que señalaba algunos párrafos atrás
en el sentido de que la sola negligencia o impericia del conservador
produciría un cambio sustancial en la situación del peticionario. En
efecto esto es objetivamente así, por mucha perplejidad que pueda
causar, y creo tiene su causa en que la ley de alguna manera quiso forzar
la aplicación de la "opinum oficial"de la Dirección General de Aguas que
en su momento expuse. Afortunadamente, una reflexión más profunda
sobre el tema, y partiendo de la premisa de que el Derecho no funciona
(o no puede funcionar) así, debiera permitirnos concluir en una salida
interpretativa distinta, y que es la que esbozo a continuación.
El procedimiento de reclamo establecido en el inciso segundo, en mi
opinión, no excluye de plano la aplicación de aquel establecido en el
artículo 18 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces
en el caso de que la negativa del conservador fuese injustificada. Así,
en el evento de que el interesado cuente con toda la documentación
suficiente para proceder a cerrar la cadena de inscripciones, esto es
títulos formalmente válidos, en armonía con la inscripción base, debe
colegirse que le asiste el derecho de obtener la regularización con
arreglo a 10 establecido en el inciso primero, del mismo modo que
al titular legítimo de un título de cualquier otro derecho real distinro
del derecho de aprovechamiento le asiste el derecho a su inscripción.
Esto en aplicación del principio de igualdad y de aquel otro principio
relativo a las actuaciones de los órganos del Estado conforme al cual los
errores de éstos no pueden lesionar los derechos de los particulares:
61
 HUMBERTO SAl'ITELlCES NARDUCCJ
el error del conservador al rechazar indebidamente una inscripción
(regulatoria o no), no puede dar origen a una exigencia o carga mayor
de la que inicialmente afectaba al interesado. De este modo, la única
forma en que el órgano estatal superior corrija la actuación errónea
o inadecuada del conservador, es mediante la aplicación del artículo
18 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes raíces, tantas
veces citado, pues es el único procedimiento que el sistema jurídico
registral establece para casos de esta naturaleza. Veríamos así que el
principio de especialidad a que an tes me referí cedería en beneficio de otros
principios de orden superior, en cuyo mérito debe quedar subsistente,
para estos casos, la aplicación del artículo 18 ya mencionado.
De acuerdo a lo recién expresado, la aplicación del procedimiento del
inciso segundo del artículo 1 transitorio queda reservada a los casos
0
de negativas justificadas del conservador, de los cuales en el cuerpo
de este trabajo he señalado algunos a vía ejemplar. En estos eventos
naturalmente resultan aplicables todas las exigencias del nuevo texto
del aludido inciso segundo, respecto de cuya aplicación -para esos
casos y sólo para esos- nada puede objetarse pues armonizan con el
sistema general del Código ele 1981 y los principios maestros que, antes
y ahora, le inspiran, sin perjuicio de la falta de "publicidad hídrica'' de
que adolece en esta materia.
62
III. DOS ASUNTOS RELACIONADOS
Finalmente, me referiré a dos cuestiones sobre las que estimo necesaria
alguna reflexión:
A. EL ASUNTO DEL CONSERVADOR "CORRESPONDIENTE"
Sabemos que es requisito esencial de las regularizaciones del artículo
1 transitorio la existencia de una inscripción. Sabemos también que
0
esta inscripción no es cualquiera, sino una específica: Una inscripción
de "derechos de aP rouet:hamten
. t""
o, merced"" .
es, concesiones ""
, regad.ores" u
otra fórmula expresiva de un "derecho sobre las aguas" (que no sea el
antiguo "dominio privado" a que se refería el inciso 2 del artículo 10 del
0
Código de Aguas de 1951, hoy regladas en el inciso 2° del artículo 20
del Código de Aguas de 1981), practicada en un registro especial que
llevan los conservadores ele bienes raíces: el "Registro de Aguas" a que
se refería el artículo 236 del Código de Aguas de 1951 (o, en su caso,
el "Registro de Regadores de Agua" establecido en el artículo 5° de la ley
N°2.139, de 1908, sobre asociaciones de cana listas, al que el artículo 302
del C.A. de 1951 otorgó supervivencia y denominó "Registro Especial de
Aguas'), y no en otro como podría ser el "Registro de Propiedad" para los
bienes inmuebles. Es frecuente encontrar inscripciones de dominio de
bienes raíces que contienen referencias a las aguas con que se riegan;
estas referencias, por precisas o completas que sean, no configuran la
"inscripcum" exigida por el artículo 1 transitorio. Debo agregar como
0
63
 HUM8ERTO SANTELlCES NARDUCCI
requisito esencial el que la pertinente inscripción se encuentre vigente;
antes la he denominado "inscripción-base". A partir de ella es que
habrá de practicarse la O las nuevas inscripciones hasta llegar al actual
titular.
Pues bien, la "inscripción-base" debe estar practicada en el Registro
de Aguas ya mencionado, del conservador de bienes raíces
"correspondiente". Pero, ¿cuál es éste? Aquel que era competente al
practicarse la inscripción, esto es -antes (C.A. de 1951) como ahora
(C.A. de 1981)- el correspondiente al territorio jurisdiccional en el que
se encontraba" ubicada la bocatoma del canal matriz en el cauce natural' (GA.
de 1951 art. 241; c.A. de 1981 art. 118). Sin em bargo, tal "competencia"
territorial pudiera haber sufrido mutaciones: pudo haberse trasladado
la bocatoma, haberse dividido un territorio jurisdiccional o haberse
modificado los límites territoriales respectivos. En todos estos casos el
conservador "competente" ya no lo es, es otro. Cabe hacerse entonces
dos preguntas: (1) esta inscripción-base practicada en un conservador-
ya-no-competente ¿habilita para la regularización del artículo 10
. transitorio? y (2)la nueva o nuevas inscripciones ¿en qué conservador
han de solicitarse? o ¿ante qué juez habrá de recurrirse para invocar la
regularización del inciso segundo?
La respuesta a la primer pregunta es categóricamente sí. Porque un
cambio jurisdiccional no puede producir un menoscabo registral,
existiendo normas y prácticas consagradas desde antiguo, tales como el
trámite de la "reinscripcién", que cautelan adecuadamente la fe pública
registral sin dejar en desamparo a los titulares inscritos, y no existe
razón para discriminar a los beneficiarios de títulos inscribibles.
La respuesta a la segunda pregunta es más compleja, al menos en
teoría: puede estimarse que con arreglo a las normas y prácticas
registrales ordinarias corresponde que la regularización sea
requerida al conservador actualmente competente, a quien deberá
64
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTíCULO lo TRANSITORIO DEL CÓDIGODE AGUAS
presentársele, además ele los títulos ele rigor, una copia autorizada
con certificación de vigencia de la inscripción-base existente en el
conservador-ya-no-competente (quien dejará una nota marginal
a efectos de "congelarla"), para que proceda primeramente a su
reinscripción y luego continúe con las inscripciones sucesivas.
Esta solución, resuelta y consolidada en la práctica registral
de los bienes raíces, y en general no aceptada para el caso de la
propiedad minera, no ha sido suficientemente debatida y sólo
ha quedado definitivamente descartada para estos casos por la
reforma de junio-2005 en cuya virtud el texto del inciso segundo
del artículo 10 transitorio se refiere expresamente al "Conservador de
Bienes Raíces donde exista la inscripcion". Así las cosas, claramente la
regularización, esto es la cadena de inscripciones, debe practicarse
en el conservador sede de la inscripción-base. Al margen del
texto legal, se puede argumentar en el mismo sentido señalando
lo siguiente: (a)esa es la forma más simple de mantener el tracto
sucesivo, base esencial del sistema registral, habida consideración de
que es precisamente lo registral aquello que el artículo 10 transitorio
quiere salvaguardar); y (b) la regularización del artículo 10 transitorio
es una regularización de emergencia que pretende "poner al día"
lo que la ley sobre Reforma Agraria y el Código de Aguas de 1969
desarticularon, y sólo eso; no pretende "refor inular" los derechos
del interesado adecuándolos a los estándares actualmente exigibles
del derecho de aprovechamiento, estándares dentro de los cuales
está sin duda el tema de la "competencia" del conservador. Para
esa adecuación el Código provee otras herramientas. Una tercera
postura, que definitivamente no comparto, sostiene que en este caso
no es aplicable la regularización del artículo 1o transitorio, debiendo
recurrirse a la del 2° transitorio; estimo que tal postura se aparta
del sentido práctico de la institución establecida en el artículo 10
transitorio y, además, vulnera el principio de igualdad.
65
 HUMBEIHO SANTEllCES NARDUCCI
B. LAS MENCIONES DE LA INSCRIPCIÓN FINAL
Yadijimos que el objeto de toda clase de regularización es la inscripción
del derecho a nombre de su actual pretendido titular. A este respecto
existen ciertas disposiciones en el C.A. de 1981 que, por su relación
con el tema, pudieran inducir a confusiones, lo que es preciso aclarar.
La primera disposición es aquella del artículo 119 que a la letra dice:
"Art. 119. Las inscripciones originarias contendrán los siguientes dalas: 1. El
nombre del dueño del derecho de aprooechamiento; 2. La individualización del
canal por donde se extraen las aguas de la corriente natural y la ubicación de
su bocatoma o la individualización de la captación de aguas subterráneas )'
la ubicación de su dispositivo; 3. La individualización de la fuente de la que
proceden las aguas; 4. Las indicaciones referentes a los títulos de la comunidad II
organización de usuarios a que estén sometidos los derechos de agua, y 5. La forma
en que estos derechos se dividen entre los usuarios de la obra, si fueren varios. Si
el titular de la inscripcionfuere uno, deberá indicarse la cuota que le corresponde
en lafuente. "(el subrayado es mío). Al tenor de esta disposición, y frente
a la interrogante de si la inscripción producto de una regularización
puede calificarse como "originaria", cabría pregun tarse si ella debe o no
contener las menciones del ya aludido artículo 119.
Respondo de inmediato que no, por cuanto la inscripción producto
de la regularización del artículo 10 transitorio es solamente la
continuadora del tracto sucesivo de una inscripción anterior, nada
tiene de originaria, primitiva o primigenia. No obstante lo señalado,
debo efectuar una precisión respecto del artículo 119 antes aludido:
éste tiene que ver fundamentalmente con aspectos distribucionales
del derecho de aprovechamiento más que con aspectos o contenidos
asignacionales; estos últimos están regulados en el artículo 149 que
establece las menciones que debe contener la resolución que otorgue
un derecho de aprovechamiento.
O,,
..!
66
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTíCULO 10 TRANSITORIO DEL CÓOIGOOE AGlIAS
Cabe pregul1tarse qué significa entonces "inscripcion originaria". En mi
opinión esta expresión tiene su origen en el antiguo artículo 2° del
Reglamento para la inscripción de los actos y contratos traslaticios de dominio
de regadores de agua, complementario de la ley N° 2.139 de 1908 sobre
Asociaciones de Canalistas, contenido en el Decreto 1.666 de 8 de
agosto de 1910, y que tenía sentido en el contexto de las instituciones
originales de la mencionada ley. Aquí lo reproduzco: "Articulo 2°.
La inscripción on'ginaria prescrita en el número 1 del articulo anterior debe
contener: 1. Los nombres de los dueños de regadores, el nombre del canal de que
se extraen y el delfundo o establecimiento industrial a que estén respectivamente
destinados; 2° El nombre de la Asociación a que están sometidos los regadores,
la fecha de la escritura constitutiva de ésta, el nombre del notario ante quien
se otorgó y la fecha del decreto aprobatorio del Presidente de la República; 3° El
derecho de agua que corresponda en la comente nacional de uso público al canal
de que proceden los regadores y la forma en que aparece dividido ese derecho en
los estatutos, según la prescn'pción del artículo 4 de la ley. " (el subrayado es
Q
mío).
Como se ve, ambas disposiciones antes transcritas regulan cuestiones
distribucionales relacionadas con la organización de usuarios respectiva.
Si se piensa en un derecho de aprovechamiento nuevo otorgado sobre
aguas subterráneas, o sobre aguas superficiales no adscritas a una
organización de usuarios, ni la resolución concesoria ni la inscripción
(que prefiero llamar "primigenia") de ésta pueden é~ustarse a las
menciones del artículo 119. ¿Qué sentido tiene entonces la subsistencia
de este artículo? Lo cierto es que se trata de un texto que ha transitado,
con diferencias de matiz, desde su origen en el reglamento de 1910 ya
citado, pasando por el artículo 242 del CA. de 1951,luego por el artículo
9° transitorio del C.A. de 1969, para arribar finalmente al artículo 119
del CA. de 1981 en una inadvertida desarmonía con las disposiciones
de sus artículos 140, 149 Y 150. Pese a lo recién señalado, nadie había
reparado hasta ahora en la gratuidad del aludido artículo 119. Sin
67
 H!JMBERTO SANTELlCES NARD!JCCI
embargo, cuando reviso estas líneas, me entero de la existencia de una
moción parlamentaria de los señores senadores Mathei y Pérez Varela
a la que se ha adicionado indicaciones de los señores senadores Freí,
Horvath , Sabag y Vásquez, a efectos de "homologarlo" con los citados
artículos 140 y 149. Habría sido preferible simplemente eliminarlo por
innecesario pero el proyecto va más allá, proponiendo ciertos cambios
que por un lado mejoran el sistema del perfeccionamiento en función del
principio de publicidad, pero por el otro menoscaban algunos derechos
adquiridos y además conducen inadvertidamente a la supresión del
sistema conservatorio y la protección registral que de él deriva, en una
tendencia que se advertía ya en la reforma de junio de 2005 y que evoca
el Registro Público de Aguas de la ley sobre la reforma agraria de 1967,
temas todos éstos a los que no me referiré por exceder el modesto
propósito de estas líneas.
Otras disposiciones del C.A de 1981 que inducen a ciertas confusiones
en relación con las regularizaciones del artículo 10 transitorio
son precisamente los ya citados artículos 140 y 149, que se refieren
respectivamente a los requisitos de la solicitud del derecho de
aprovechamiento y a los de la resolución que lo concede, como
asimismo la norma del artículo 7° que establece que tales derechos
deben expresarse "en volumen por unidad de tiempo". Al tenor de estas
disposiciones cabe preguntarse si la inscripción a que de origen la
regularización del artículo 10 transitorio debe llevar las menciones en
ellas establecidas o al menos la expresión del derecho en volumen por
tiempo. La respuesta en mi opinión es negativa, como veremos.
Lasregularizacionesdel artículo 1o transitorio requieren un procedimiento
registral o judicial-registral, en su caso. Este procedimiento se inicia con
la actividad del interesado consistente en la respectiva solicitud.
En el caso del inciso primero, dicha solicitud no difiere en nada
del requerimiento normal de una inscripción cualquiera, ya que en
68
LAs REGULARIZACIONES DEl ARTÍCULO 10 TRANSITORIO DEl CÓmGODE AGUAS
definitiva 10 que el interesado pide es la inscripción de una serie de
títulos inscribibles. A estos efectos, en los oficios conservatorios se
provee normalmente de un formulario de solicitud denominado
"carátula', en el cual el portador debidamente facultado del título o
títulos simplemente expresa que requiere su inscripción; si son más de
una las inscripciones a efectuar, es usual expresar el orden en que han
de practicarse. Nada obsta a que el interesado, además, presente una
minuta explicativa o, incluso, un escrito de solicitud en el que indique
los términos literales en que requiere la inscripción, lo cual no es más
que una forma de ejercicio de la facultad de petición garantizada por la
Constitución. Pero el conservador, en aplicación del principio registral
"de identidad', podrá denegar la inscripción si los términos literales
exigidos se apartan de las menciones de la inscripción actualmente
vigente, o podrá practicar aquélla ateniéndose a los términos de ésta,
con prescindencia de la solicitud si no fuere categórica. Ahora bien, en
el caso de requerirse las inscripciones que configuran la regularización
del inciso primero, posiblemente el interesado haga presente o
derechamente señale que está solicitando dicha regularización.
También en este caso vale la advertencia anterior: la solicitud debe
extenderse pura y simplemente y no corresponde pedir alteraciones
al texto de la inscripción-base; no estando permitido al conservador
practicar una inscripción que contenga dichas alteraciones, como sería
incorporar las menciones de los artículos 7°, 140 ó 149 cuando ellas
faltaren. Así lo declaró expresamente una sentencia de 27 de abril
de 1995 de la Corte Suprema (Noemí Gómez Montecinos con Viña
Concha y Toro S.A., con Sociedad Agrícola Lourdes Limitada y con
Conservador de Bienes Raíces de Talca) conociendo de un recurso de
protección relacionado a una regularización del artículo 10 transitorio.
Esta opinión, que suscribimos, no es compartida por algunos autores,
habiéndose sostenido, por ejemplo por el profesor Andrés Parada
Barrera (El derecho de aprovechamiento de aguas. Ediciones La Ley,Santiago,
2000, págs. 533 a 535), que la inscripción "deberá cumplir con los requisitos
69
 HUMBERTO SANTELICES NARDUCCI
del CA romo son determinar el caudal que corresponda al derecho, su fuente
natural de extraccum, punto de captacién, caudal o volumen de extracción )',
deberá cumplir expresamente con lo dispuesto en el arto 7°, al señalarse que el
derecho de aprooechamiento se expresará en volumen Ijar unidad de tiempo ",
postura que no suscribo.
En el caso del inciso segundo, la solicitud reviste la formalidad propia
de las actuaciones judiciales. En relación a la reforma de junio-2005
debe tenerse presente lo siguiente: antes de ella, la solicitud debía
indicar la cosa pedida, describiendo la inscripción que se requería y
los fundamentos de la "imposibilidad" de recurrir al procedimiento del
inciso primero. Después de la reforma, la cosa pedida es solamente
una: que se ordene al conservador practicar la inscripción solicitada
conforme al inciso primero y que fue denegada. En el procedimiento
autónomo del inciso segundo vigente antes de la reforma, debía
expresarse los términos específicos de la inscripción regularizatoria
solicitada. La imprescindible necesidad de estos términos queda de
manifiesto en el caso en que uno de los impedimentos para utilizar
la vía del inciso primero fuese precisamente una inconsistencia literal
(pero no sustancial) entre la inscripción-base y una o más de las
piezas documentales que fundan la pretensión. En estos casos, toda
mutación de los términos originales de la inscripción base debe tener
sólido fundamento documental (por ejemplo, títulos que acrediten un
cambio de punto de captación u otra nota tipificante del derecho),
pero jamás puede revestir un "plus" respecto del título original.
Tampoco podría especificarse en mejor forma el derecho a regularizar
señalando, por ejemplo, su carácter" consuntivo" o "continuo" en base
a algunas de las presunciones establecidas en el mismo Código, ni
menos podría una sentencia dictada en este procedimiento señalar
una expresión de caudal o dotación distinta a la del título original,
por muy arcaica o ininteligible que ésta fuese, ni aún a pretexto de
dar cumplimiento al artículo 70 del Código de Aguas ("Artículo 7°. El
70
LAs REGULARIZACIONES DEL ARTíCULO 1 o TRANSITORIO DEL CÓOIGODE AGUAS
derecho de ajJTovechmniento se exinesará en volumen por unidad de tiempo. '),
pues los asuntos relacionados con la expresión de caudal o dotación
tienen, para los derechos de aprovechamiento inscritos, un régimen
de solución específico establecido en la presunción del artículo 309,
materia dejuicio contencioso sumario inaplicable a los procedimientos
de regularización del artículo la transitorio. Ya vimos la opinión en
contrario del profesor Parada Barrera.
Respecto del procedimiento del inciso segundo a partir de la reforma,
caben dos posibilidades, las que se analiza a continuación.
Una primera postura permite sostener que en este procedimiento
del inciso segundo a partir de la reforma de 2005, no hay capacidad
de maniobra alguna: lo que pedirá el interesado es que se ordene al
conservador inscribir aquello que rechazó. En otras palabras, el juez
ordenará la inscripción sólo si ella no "es en algún sentido legalmente
inadmisible", de modo que si la negativa del conservador ha sido legítima
(con arreglo a las normas registrales,) como en el caso, por ejemplo, de
que faltare en alguno de los títulos presentados la cláusula "se faculta",
el juez no estaría facultado para ordenar la inscripción ni aún si se
le acompañara satisfactoriamente toda la documentación que exige la
norma. Lo anterior no es sino la conclusión lógica a que debe arribarse
si se piensa que el procedimiento del artículo 10 transitorio del c.A. de
1981, ha desplazado en virtud del principio de especialidad al artículo 18
del Reglamento Conservatorio de Bienes Raíces.
Si se está por la interpretación antes enunciada, deberá concluirse
además que la reforma legal modificó la sustancia del aludido artículo
10 transitorio: ahora el interesado deberá reunir siempre todos los
requisitos del inciso primero de dicha disposición para acogerse a
la norma del inciso segundo. Dicho de otro modo (para emplear las
palabras del texto original) "si no es posible" la inscripción solicitada al
conservador con arreglo al inciso primero, tampoco lo es con arreglo
71
 HUMBERTO SANTEUCES NARDUCCI
al inciso segundo si el rechazo del conservador fue legítimo. De
esto resulta que, en los casos en que "no es posible" la inscripción,
deberá recurrirse ya no al procedimiento del inciso segundo, sino
derechamente a la regularización del artículo segundo transitorio, con
sus fases de publicaciones, eventuales oposiciones y demás requisitos,
lo que por lo demás resulta perfectamente adecuado al sistema general
del Código y a sus bases conceptuales. Sin embargo, en mi opinión, de
estarse a esta interpretación, debe concluirse que la reforma de 2005
ha menoscabado ciertos derechos que revestían la potencialidad de
inscribirse y en cierto modo los ha afectado en su esencia, no pudiendo
decirse que sólo se trataba de "meras expectativas", puesto que desde el
instante mismo que la ley (y la Constitución) los califican de "derechos",
ya están bajo el amparo de la garantía de la propiedad.
Una segunda postura sostendría que, aún en el caso de negativajustificada
del conservador, eljuez se encon traría facul tado para ordenar la inscripción
si de los antecedentes acompañados a la petición y del informe de la
Dirección General de Aguas cabe colegir la titularidad que fundamenta
la petición. Esta interpretación puede sostenerse en el hecho de que el
sentido del sistema del artículo 1° transitorio es precisamente facilitar la
inscripción en los casos que, existiendo una inscripción anterior, existe
también una clara e inin terrumpida conexión documen talen tre ella y laq ue
se solicita, aún cuando sea formalmente imperfecta. Esta imperfección es
precisamente la que impide aplicar sin más las normas registrales conforme
al inciso primero, pero aquella conexión documental a que recién me
referí, clara e ininterrumpida (aunque formalmente imperfecta) es la
que habilita para acogerse al beneficio de la regularización en el ámbito
del inciso segundo del artículo 10 transitorio. Sólo en los casos extremos
de no existir inscripción-base o de no existir conexión documental clara
e ininterrumpida, se vuelve necesario recurrir al sistema del artículo 2°
transitorio; en efecto, la falta de inscripción base es la premisa de la segunda
parte de éste ('yJersonas que... soliciten inscribir derechos de aprovechamiento
72
LAs REGUlARJZ:ACIONES DEl ARTÍCULO lo TRANSITORJO DEL CÓDIGODE AGUAS
no inscritos"), y la falta de conexión es la premisa de la primera parte del
mismo ( "derechosde aprovechamiento inscritos que estén siendo usados por-personas
distintas de sus titulares'). La interpretación que se contiene en este párrafo
aparece más coherente en el contexto de los sistemas de regularización
de los artículos transitados del c.A. de 1981 y se ajusta estrictamente a la
garantía constitucional que protege "los derechos de los particulares sobre las
aguas". Sin embargo, sostener la validez de esta postura no significa en
modo alguno entender que las facultades del juez en la aplicación del
artículo 10 transitorio son ilimitadas, ni aún en caso de informe favorable
de la Dirección de Aguas: en efecto, el juez no se encuentra facultado
para atribuir al derecho cuya inscripción se solicita más atributos que los
que formalmente devienen de la documentación acompañada. Así, no se
encuentra facultado para modificar, aclarar, complementar, modular ni
homologar la expresión de dotación de! derecho: si en la inscripción base
el derecho está expresado en "legadores", en regadores ha de quedar, lo
mismo si en "tejas de agua ", "lineas inglesas ", "cantidad suficiente para el riego de
equis hectáreas "u otra cualquiera; esta materia tiene un régimen particular
establecido en el artículo 309 del c.A. de 1981 y requiere un juicio en
el cual exista controversia para aplicar la presunción de caudal que el
mismo artículo 309 contiene. Tampoco se encontraría facultado para
atribuir al derecho alguna nota tipifican te que falte en la inscripción base,
aplicando la presunción de prelación ( "derechosde ejerciciopermanente') o la
de consuntividad ("derechos consuntiuos"¡ establecidas respectivamente en
los artículos 312 y 313 del c.A. de 1981,11otras, pues todas estas materias
sólo pueden resolverse con arreglo al sistema de perfeccionamiento a que
antes me he referido, o derechamente en e! marco de la regularización del
artículo 2° transitorio, en el que la ley ha instaurado e! principio depublicidad
en protección de los derechos de los terceros.
Aún cuando no es materia del presente trabajo, no quisiera concluir
estas líneas sin efectuar algunas consideraciones en relación a los
procedimientos del artículo 309 y del artículo 2° transitorio del C.A.
73
 HUMRERTO SANTELlCES NARDUCCI LAs REGULARJZAC10NES DEL ARTíCULO I u TRANSITORJO DEL CÓOIGODE AGUAS

de 1981, como asimismo al del sistema de perfeccionamiento establecido (como sí lo hace para los casos de la regularización del inciso segundo
en el Reglamento del Catastro Público de las Aguas, todos los cuales he del artículo 10 transi torio) cual es la respectiva organización de usuarios.
mencionado en los párrafos que anteceden aljustificar la improcedencia Pienso que sin una instancia formal de traslado y notificación personal
de utilizar la regularización del artículo 10 transitorio a efectos de a la correspondiente organización no se salvaguardan los principios
"mejorar" o complementar menciones de un determinado derecho de inspiradores del sistema del c.A. de 1981 y que este asunto debería ser
aprovechamien too abordado por cualquier modificación legal que se quisiere emprender.
Aún más, en mi opinión, una reforma en estos temas debiera radicar los
Tanto en la norma del articulo 309 cuanto en el sistema del cauces de solución en un procedimiento judicial amplio, con audiencia
perfeccionamienio, está claro que el asunto respectivo debe ser conocido de todas las organizaciones de usuarios de la cuenca y de sus miembros,
y resuelto en un juicio sumario, obviamente contencioso (no existe de la Dirección General de Aguas y del respectivo organismo de cuenca,
el juicio sumario de jurisdicción volun taria), pero nada se expresa en ente cuya creación legal considero impostergable.-
ellos acerca de quién debe ser la contraparte en tal juicio. Frente a este
silencio y a modo de lograr el objetivo, la costumbre ha consagrado
la práctica de demandar a la Dirección General de Aguas, cuestión
que no resulta armónica con los principios inspiradores de nuestra
legislación hídrica. En efecto, hay ciertos atributos del derecho de
aprovechamiento (dotación, prelación, temporalidad y consuntividad)
cuya "especificación" potencialmente afectará a terceros, y la práctica
antes aludida en modo alguno resguarda los legítimos derechos de tales
terceros quienes no tienen posibilidad de hacerlos valer, resultando
vulnerados los principios de no afectación de derechos de terceros, puhlicidad
y debido proceso.

Respecto del sistema del articulo 2° transitorio, con sus exigencias

de publicación y emisión radiofónica y la posibilidad ele oposición y
consecuentejudicialización del asunto, puede decirse que en verdad en
él los principios anotados se encontrarían adecuadamente satisfechos.
Sin embargo, en mi opinión, los mecanismos de publicidad de este
sistema admiten un sustancial afinamiento que estimo indispensable
efectuar. En efecto, y esto vale también y con mayor razón para los
casos anotados en el párrafo que antecede, existe en estos asuntos un
importantísimo e ineludible interlocutor al cual la ley no ha considerado

74 75
 TEORÍA Y PRAXIS DE

lA REINSCRIPCIÓN CONSERVATORIA
 · )

I. INTRODUCCION

1. EL FENÓMENO DE LA REINSCRIPCIÓN

En la praxis registral chilena podemos observar la existencia de un

fenómeno que denominamos "reinscripción". Aparece básicamente en
dos eventos:por modificaciones territoriales que afectan la "competencia"
de un conservador o con ocasión del registro de un inmueble hereditario
en un conservador distinto de aquel en que se practicó la inscripción
del auto de posesión efectiva. En el primer caso consiste -en general-
en la práctica de un nuevo registro en el conservador actualmente
"competente" en base a copias y certificados otorgados por aquel que
perdió la competencia. En el segundo caso, consiste en la transcripción
de una copia de la inscripción de posesión efectiva en un conservador
distinto, a efectos de practicar en éste, acto seguido, las especiales de
herencia que procedieren; esto opera cuando existen inmuebles
hereditarios ubicados en otro territorio o bienes sujetos a inscripción en
registros de aguas o en los de un conservador de minas, sea del mismo
territorio o de uno distinto. Adicionalmente, debo apuntar que también
se denomina "reinscripción" aquella ocasional práctica consistente en
agrupar varias inscripciones vigentes en una sola nueva, en los casos
de fusiones de inmuebles y, a la inversa, en fraccionar una inscripción
vigente en varias nuevas, en casos de subdivisiones de inmuebles de un
mismo propietario, casos ambos que presentan interrogantes de gran
interés pero que no constituyen objeto principal de esta líneas.

79
 ..~
.
HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
El presente trabajo quiere específicamente referirse al primer caso de
reinscripciones aludido, esto es aquellas que derivan de modificaciones
territoriales, describiendo las prácticas aplicadas en los diversos
conservadores y buscando el fundamento normativo en que se
sustentan.
En el aspecto normativo, como veremos, las disposiciones sobre el tema
son mínimas: en primer lugar, la Resolución de 2 dejunio de 1959 de la
Corte Suprema, contenida en el Oficio N° 500, de 1959, que se refiere
explícitamente a las "reinscripciories'' y, en otro ámbito, los sucesivos
decretos supremos del Ministerio de Justicia que fijan el arancel del
conservador de bienes raíces y de comercio (de los cuales el último es
de fecha 3 de diciembre de 1998 y lleva el número 588) que se refieren
al asunto.
2. DEPARTAMENTO, TERRITORIO JURIDICCIONAL y "TERRITORIO
REGISTRAL"
El concepto de lo que aquí denomino "territorio registral" deriva de dos
categorías de normas de las cuales las primeras podríamos denominar
orgánicas y las segundas, funcionales. Orgánicamente, encontramos
establecido el terri torio registral en dos cuerpos normativos: en los
artículos 446 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales y en los
artículos 1 a 20 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes
Raíces de 24 de julio de 1857 (al que en lo sucesivo me referiré como
"el Reglamento"). Desde un punto de vista funcional, básicamente
hacen referencia al territorio registral las normas del artículo 687 del
Código Civil y del artículo 54 del ya citado Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces. Todo lo anterior sin perjuicio de las
remisiones a dicho territorio contenidas en variadas disposiciones del
ordenamiento jurídico.
80
TEORÍA y PRAX.IS DE LA REINSCRII'C¡ÓN CONSERVATORIA
a) El territorio registral en la normativa orgánica
Inicialmente, y hasta las reformas al Código Orgánico de Tribunales y al
Código Civil introducidas por la Ley N° 18.776, publicada en el Diado
Oficial de 18 de enero de 1989, el concepto de "territorio registra]",
salvo excepciones, se subsumía en el de "departamento". Hasta 1974,
el departamento consistía en una de las unidades geográficas de la
división territorial del país para los efectos administrativos, formando
la agrupación de ellos la provincia como unidad principal. Por su parte,
la división de la competencia territorial de los tribunales de justicia se
correspondía exactamente -salvo contadas y puntuales excepciones-
con la división administrativa, de modo que cada departamento era
territorio jurisdiccional de un juzgado de letras, de un notario y de un
conservador de bienes raíces, o de varios juzgados o notarios, según
la importancia poblacional del respectivo departamento. Con ocasión
de la dictación en 1974 del decreto ley N° 573 que consagró las bases
de la nueva división administrativa del país ("Regionalización"), y del
decreto ley N° 575 que estableció específicamente las nuevas unidades
geográficas, el concepto de" departamento" desapareció normativamente
en el ámbito de la administración del Estado pero subsistió en lojudicial,
generándose, al menos en las apariencias, una cierta ambigüedad
conceptual que sólo vino a ser resuelta en 1989, esto es 15 años después,
con la reforma de la Ley N° 18.776 antes aludida. Esta ley dispuso la
forma en que las normas de regionalización del país serían aplicables
al Poder Judicial y, a ese respecto señaló textualmente en su artículo 2°:
"En loscasosque las leyes,reglamentosodecretosse refieranal Departamento como
territoriojurisdiccional de un tribunal o de los auxiliares de la administración
de justicia, dicha referenciase entenderá hecha a la comuna o agrupación de
comunas que constituyan el respectivo territoriojurisdiccional". Asimismo,
la señalada ley fijó la nómina de tribunales del país asignando a cada
uno de ellos la comuna o agrupación de comunas que constituiría
su territorio jurisdiccional, sin perjuicio de una multiplicidad de
81

HUMBERTO SANTElICES NARDUCCI
otras normas atinentes a la organicidad del Poder Judicial. Quedó así
consagrado un nuevo concepto de división territorial para los efectos
de la competencia de los tribunales en dicho ámbito, concepto que la
propia ley definió como "territorio jurisdiccional", disponiendo que por
él debía ser entendida toda referencia al "Departamento" contenida en
leyes, reglamentos o decretos.
Hoy, el que he denominado "territorio registra!" consiste entonces en el
mismo territoriojwisdiccionaló comuna o agrupación decomunas que constituyen el
respectioo territoriojurisdiccional (de un juzgado de letras, debemos en tender)
a que se refiere la Ley N° 18.776. Esto sin perjuicio de que el Presidente de
la República, en ejercicio de la facultad que le confiere el inciso segundo
del artículo 450 del Código Orgánico de Tribunales, hubiere dispuesto
la división del cargo de conservador en unidades geográfica s (una o más
comunas) inferiores al territorio jurisdiccional, y sin perjuicio asimismo de
las especiales excepciones que el propio Código Orgánico de Tribunales
ha hecho respecto del conservador de Santiago. Hasta aquí la cuestión del
"territorio registral' visto desde el punto de vista.orgánico.
b) El territorio registraI en la normativa funcional
Desde un punto de vista funcional, las referencias al territorio
registral aparecen básicamente, como antes mencioné, en el artículo
687 del Código Civil y en el artículo 54 del Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, sin perjuicio de otras remisiones
contenidas en variadas disposiciones del ordenamiento jurídico.
Conforme lo establecido en las normas recién citadas, las inscripciones
conservatorias de los inmuebles deben practicarse en los registros
respectivos del conservador correspondiente al territorio en que se
encuentre ubicado el bien raíz del caso. En el evento de encontrarse en
más de un territorio, tales inscripciones deben practicarse en los oficios
conservatorios correspondientes a cada uno de dichos territorios.
82
TEoRÍA y PRAXIS DE LA REINSCRIPCIÓN CONSERVATORIA
3. MODIFICACIONES AL TERRITORIO REGISTRAL
Suele suceder que un inmueble que actualmente se encuentre en un
determinado territorio registral deje de pertenecer a éste y comience
a pertenecer a otro distinto. Son varias las circunstancias en que ello
puede ocurrir. Veamos algunos casos:
a) Creación de un nuevo territorio jurisdiccional: en estos casos,
resulta dividido un territorio jurisdiccional y a consecuencia de ello
los inmuebles ubicados en el territorio recién creado comenzarán
a pertenecer a éste y, eventualmente, a un también nuevo territorio
registral. Pero para que esto último ocurre es menester que previamente
se cree un nuevo oficio conservatorio correspondiente al nuevo territorio
jurisdiccional. A modo de ejemplo, tenemos el caso del conservador
de Quintero: en el año 1994 se creó el territorio jurisdiccional para las
comunas de Quintero y Puchuncaví, pero sólo en 2006 se creó el oficio
conservatorio, manteniéndose en el intertanto los inmuebles en una
dualidad geográfica que puede ilustrarse anecdóticamente: entre 1994 y
2006 las inscripciones conservatorias de Quintero y Puchuncaví debían
efectuarse en el conservador de bienes raíces de Quillota, la negativa del
conservador a practicarlas debía ser conocida y resuelta por eljuez letrado
de Quillota, pero las acciones civiles sobre dichos inmuebles debían
interponerse ente el juez letrado de Quintero. Lo mismo sucede hasta
hoy respecto de los inmuebles ubicados en la provincia de Chacabuco:
en 1996 se creó el territorio jurisdiccional de esa provincia ("agrupación
de comunas de Colina, Lampa y Ttltil"), pero hasta hoy no se ha creado el
oficio conservatorio respectivo. El caso paradigmático de creación de
un nuevo territorio jurisdiccional lo constituyó el establecimiento del
Departamento Pedro Aguirre Cerda en la década de los 50. que incluyó no
sólo la justicia de primera instancia sino la de segunda.
b) Modificación de límites comunales: en algunas ocasiones la ley
modifica el límite entre dos comunas, de donde resulta que, si tales
83
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
comunas pertenecían a dos territorios registrales diversos, los inmuebles
comprendidos en las porciones afectadas por el cambio de límites
dejarán de pertenecer a un territorio y comenzarán a pertenecer
al otro. Sólo a vía de ejemplo, puede señalarse el cambio de límites
entre las comunas de La Serena y Coquimbo (que afectó a un sector
del balneario de Peñuelas), y de Coquimbo y Ovalle (que afectó a la
localidad de Tongoy), respectivamente, en la década de los 80.
e) Segregación de una o más comunas para efectos conservatorios:
en ejercicio de la facultad contenida en el artículo 450 del Código
Orgánico de Tribunales, la autoridad puede disponer la creación de
un nuevo oficio registral en una comuna o agrupación de comunas, sin
que ello signifique la creación de un nuevo territorio jurisdiccional. Es
lo que ocurrió respecto de Viña del Mar / Concón y Temuco/ Padre Las
Casas: hoy el territorio jurisdiccional de Viña del Mar (que comprende
las comunas de Viña del Mar y Concón) es uno solo, pero en él hay dos
oficios conservatorios: el de Viña del Mar, para la comuna del mismo
nombre, y el de Concón, para esta comuna; el territorio jurisdiccional
de Temuco (que comprende las comunas de Temuco, Vilcún, Padre
Las Casas, Melipeuco, Freire y Cuneo) es uno solo, pero en él hay dos
oficios conservatorios: el de Temuco, para la comuna de Temuco, y
el de Padre Las Casas, para las comunas de Vilcún, Padre Las Casas,
Melipeuco, Freire y Cuneo,
Las situaciones antes referidas no son infrecuentes. Son muchos los
territorios nuevos creados en las últimas décadas y que no he mencionado
porque en general se ajustan a uno u otro de los parámetros arriba
anotados. Todos esos casos no deben ser confundidos con situaciones
de excepción de ciertas comunas que configuran un territorio dual en la
cual los territorios administrativos yjurisdiccionales no coinciden. Es el
caso, por ejemplo, de Curacaví, que administrativamente corresponde
a la provincia de Talagante ubicada en la Región Metropolitana, pero
84
TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCRJPC¡ÓN CONSERVATORJA
jurisdiccionalmente al territorio cuya sede es Casablanca, dependiente
de la Corte de Apelaciones de Valparaíso ubicada en la Quinta Región;
en estos casos el tema de la jurisdicción registral queda supeditada a la
jurisdicción 'Jurisdiccional" (si se me permite el pleonasmo), lo cual a
veces no ha sido entendido correctamente: precisamente la creación
de una notaría en Curacaví, ubicada en el territorio jurisdiccional
de Casablanca, se efectuó en un procedimiento en que la Corte de
Apelaciones consultada por el ministerio del ramo no fue la competente
(la de Valparaíso) sino la de San Miguel. Pero el tema de las comunas
duales no incide en el análisis que estamos efectuando, en la medida de
que se mantenga claridad sobre la pertenencia de los oficios registrales
al ámbito jurisdiccional y no administrativo.
Con ocasión de las modificaciones territoriales precedentemente
referidas resultará que algunos inmuebles quedarán inscritos en un
conservador que no les corresponde. En estos casos, surgen in terrogan tes
acerca de dos cuestiones. La primera, es si acaso tales inmuebles deben
necesariamente ser nuevamente inscritos en el nuevo territorio a
efectos de la validez de su registro. La segunda pregunta que plantea
el cambio territorial es si con ocasión de él pierde toda competencia el
conservador del territorio en que se encuentra actualmente inscrito el
inmueble afectado por dicho cambio.
85
 Il. CUESTIONES PREVIAS

Para analizar los asuntos precedentemente planteados debe recurrirse

a diversos elementos, los cuales a mi entender son la cuestión del
folio real, el tema de la matriculación, la norma del artículo 54 del
Reglamento, los principios registrales, la cuestión de la "vigencia", la
práctica registral y la normativa económico-judicial, dentro de la cual
es pieza clave el acuerdo de la Corte Suprema contenido en el Oficio
N° 500, de 1957.

1. LA CUESTIÓN DEL FOLIO REAL

Mucho se ha dicho y escrito que el sistema inscriptorio chileno es "de

folio personal", en oposición a una supuesta antítesis que sería aquella
del "folio real". No es el propósito de este trabajo el análisis de ese tema,
que excede en mucho lo que aquí pretendo. Sólo quiero apuntar que,
contra lo que se sostiene, nuestro sistema no es propiamente de folio
personal sino más bien de folio real imperfecto. Veamos: se dice que el
sistema de folio real implica la existencia de una inscripción base para
cada inmueble, el que se identifica con un número único e invariable, a
la que se van agregando las sucesivas mu taciones en el dominio así como
los gravámenes y otras cargas a medida que ellos se van constituyendo.
Esto es efectivo: en el sistema español, por ejemplo, se destina a cada
nuevo inmueble un cuadernillo de cinco folios, de modo tal que los
registros contienen innumerables folios en blanco, que se llenan a

87
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
medida de las sucesivas mutacionesjurídicas del inmueble, hasta agotar
el cuadernillo y en este caso se abre un nuevo cuadernillo, obviamente
en otro tomo, y se pone al final del primero una nota de referencia
al nu.evo, en el cual se continuará operando hasta agotarlo y luego
repetir el proceso. Pues bien, imaginemos que nuestro "cuadernillo",
en el sistema chileno, tiene una sola foja y se agota con la primera
inscripción, debiendo abrirse un segundo "cuadernillo" cuando se
requiera practicar una nueva inscripción, tomándose en el primero
la correspondiente nota de referencia. Si el proceso se practica con
orden y rigor, hasta aquí la diferencia radica solamente en la cantidad
de fojas de cada "cuadernillo". Sin duda el tema es más complejo:
los gravámenes y prohibiciones, en nuestro sistema, no se inscriben
en el folio del inmueble sino en un folio distinto correspondiente
otro registro (Hipotecas y Gravámenes, o Prohibiciones e Iruerdiccionesi v.
no siendo obligatoria la nota de referencia, para conocer el estado de
tales gravámenes o prohibiciones deberá recurrirse a los índices por
los apellidos de los sucesivos titulares en el dominio. Estamos a medio
camino entre el folio real y el personal pero hoy, con las posibilidades
que brindan los sistemas computacionales, nada impide perfeccionarlo
mediante el establecimiento de un "folio real electrónico" (como el
que voluntariamente llevan hoy algunos conservadores) dispuesto por
la Corte Suprema en ejercicio de sus facultades económicas; pero este
es ya otro tema.
Un~ particularidad del sistema de folio real español es que los registros
estan normalmente parcial izados por "secciones" en base a la división
territorial del casco, sea urbano o rural y, entonces. sucede que cuando
se d~vide un territorio se tiene en general el cuidado de hacerlo por
sec~lOn~s, de modo que el nuevo funcionario ( "registrador"¡ a cargo del
terntono segregado toma bajo su cuidado los registros de la sección o
secciones segregadas. Lo mismo es posible en el sistema argentino (al
menos en el de la Provincia de Buenos Aires), en el cual cada inmueble
88
TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCRII'CIÓN CONSERVATORIA
tiene ya no un cuadern ilIo sino una ficha o tarjeta separada, debidamente
custodiada sin duda, de modo que en caso hipotético de una división
territorial, tal ficha y todas sus "vecinas" se trasladarán físicamen te
a su nuevo destino; debemos agregar que las fichas o tarjetas están
siendo reemplazadas por folios reales electrónicos en una tendencia
que conduce al reemplazo del folio papel por el electrónico, pero con
auxilio de registros adicionales de actos, en papel. En definitiva, caminos
distintos para llegar a lo mismo: folio real electrónico y registros de
actos (transferencias, gravámenes, prohibiciones) en papel.
Pues bien, no siendo en nuestro sistema trasladables físicamente
de un conservador a otro las inscripciones (por no tener secciones
territoriales), ha debido reemplazarse dicho traslado físico por algún
a
sistema que denominaremos "traslado virtual", cuyo exponente más
adecuado y común lo constituye la reinscripcián, materia del presente
trabajo.
No puedo dejar de anotar que la reinscripción también existe en el
sistema español, sólo que se denomina traslado, y se encuentra regulada
en los artículos 484 y siguientes de la Ley Hipotecaria de 8 de febrero
de 1946, a propósito de las alteraciones de la circunscripción territorial de los
Registros, para los casos en que no es posible la entrega física de libros
del antiguo registrador al nuevo.
2. EL TEMA DE LA MATRICULACIÓN
Inherente a todo sistema de folio real (corno el nuestro, que -aunque
imperfecto-loes) ,apareceel procedimientode malriculaóóno inmatriculacioti
como lo denominan respectivamente la legislación argentina y española.
Es lo que en nuestro sistema conocemos como la "primera inscripción" y
que está regulado en el artículo 58 del Reglamento.
89
 HUM8ERTO SANTELlCES NARDUCCI
En efecto, para nacer a la "ida registral todo inmueble ha de ser inscrito
una primera vez. Las sencillas reglas de nuestro ordenamiento no
alcanzan la complejidad ni la ocasional perfección de otros sistemas:
en efecto, echamos de menos entre nosotros la existencia de un número
único e invariable de matrícula (el que en caso de subdivisiones u
horizontalidad es reemplazado por varios nuevos números, uno para
cada nueva unidad, en las otras legislaciones). Cierta tendencia tiende
a identificar el número de matrícula con el número de catastro (aquel
que a efectos tributarios, estadísticos y de gestión económica asigna el
estado a la propiedad territorial), haciendo depender aquella de éste,
pero tal dependencia sólo es posible si el catastro precede en el tiempo
a la matrícula, lo que no siempre ocurre.
Ahora bien, la matrícula o nuestra "primera inscripción", resulta ser
la página número uno del folio real, a partir del cual se practicarán
las sucesivas inscripciones. Podría pensarse entonces que un inmueble
que muda de territorio requiere de una nueva matrícula. La respuesta
es negativa, al menos en nuestro sistema, y tampoco en el argentino y
en el español, en los que no se contempla esa posibilidad y, a la inversa,
se postula la inmutabilidad del número de matrícula.
Particularmente en nuestro caso, en que no existe traslado físico de
inscripciones yen que ni siquiera se encuentra legalmente establecida
la reinscripción, basta en teoría que se practique la inscripción de un
nuevo título en el conservador competente del territorio segregado.
Los efectos de esta verdadera anomalía que vulnera severamente
el principio de publicidad han sido neutralizados por la práctica
conservatoria de antaño y de hoy, con variadas soluciones de las cuales
la principal, no reglada a nivel de ley, como ya señalé, la constituye la
tan ta veces aludida reinscripción.
90
TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCRlPC¡ÓN CONSERVATORIA
3. LA NORMA DEL ARTÍCULO 54 DEL REGLAMENTO
Me permito la licencia de reproducirla: Artículo 54. La inscripción del título
de dominio y de cualquiera otro de los derechos reales mencionados en el articulo
52, números 10 y 2°, se hará en el Registro Conservatorio del departamento
en que esté situado el inmueble, y si éste por su situación pertenece a varios
departamentos, deberá hace/se la inscripción en la oficina de cada uno de ellos.-
Si el título es relativo a dos u más inmuebles, deberá inscribirse en los Registros
de todos los departamentos a que por su situación pertenecen los inmuebles- Si
par un acto de partición se adjudican a varias personas los inmuebles oparte de
los inmuebles que antes se poseían proindiuiso, el acto de partición, en lo relativo
a cada inmueble o cada parte adjudicable, se inscribirá en el departamento o
departamentos a que PUf su sitIlación correspon da dicho inmueble o parte.-
Conforme la norma recién transcrita, sólo los' títulos traslativos del
dominio, usufructo, uso, habitación, censo, hipoteca y fideicomisos
sobre bienes inmuebles, y sentencias de prescripción, deben practicarse
en los registros del conservador correspondiente al territorio en
que se encuentre el inmueble. A contrario sensu, puede sostenerse
que la inscripción de los actos a que se refiere el artículo 52 N° 3 Y
el artículo 53 del Reglamento, vale decir, la renuncia a un derecho
real, las servidumbres, los arrendamientos, las prohibiciones legales,
voluntarias y judiciales, entre otros, no estarían afectos al imperativo
territorial y, respecto de ellos, las inscripciones, en caso de hacerse,
deberían practicarse en el conservador en el cual se encuentre
actualmente inscrito el inmueble, bastando que dicha inscripción se
encuentre "vigente" (luego me referiré al tema de la "vigencia").
Extremando la interpretación antes esbozada, puede llegarse a
afirmar que no siendo exigible la nueva matriculación ni tampoco
(hipotéticamente) la reinscripción, una hipoteca sobre un inmueble
que mudó de territorio puede (y debe) practicarse en el nuevo sin
que sea necesario que el dominio se encuentre en éste. En apoyo de
91
 ..-"

HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI TEORíA V PRAXIS DE LA REINSCRII'CIÓN CONSERVATORIA

e~ta, t:sis podemos recordar que el Registro de Hipotecas precede que tales principios, desarrollados doctrinariarnente para el ámbito
históricamente al sistema conservatorio y que, además, dentro de los registral (que la doctrina española denomina principios hipotecarios)
requisitos de la inscripción de la hipoteca señalados en el artículo 81 han adquirido una cierta entidad autónoma, pudiendo reconocerse
del Reglamento no se contiene la indicación de la foja y número que le entre ellos los siguientes: publicidad, legalidad, prioridad, causalidad,
corresponde en el Registro de Propiedad. inopombilidad, certeza jurídica, seguridad jurídica, derecho a acceder al registro
y su contrapartida la inexcusabilidad del registrador; voluntariedad de la
inscripción, rogacion, identidad, especialidad o determinación, tracto sucesivo,
4. Los PRINCIPIOS REGISTRALES
inscripción, consentimiento del titular registral, legitimación, fe pública registral
y buena fe.
No obstante lo concluído en el párrafo que precede, y en oposición a
Uno de los principios registrales citados es aquel de la publicidad,
ello, debemos señalar lo siguiente: la actividad registral se encuentra
entendida ésta en su forma sustantiva. Adjetivamente, ya sabemos que
legalmente normada en nuestro país de modo muy somero. Tal falta
la actividad conservatoria en nuestro país, y en general la actividad
:le no~m.as expresas para solucionar las cuestiones ele detalle y para
registral en los países que han establecido formalmente el registro
impedir Inconsistencias o situaciones paradojales en desmedro de los
de la propiedad raíz, es una actividad "pública" en el sentido en que
fines perseguidos por el legislador (expresamen te anunciados en el
lo entiende el derecho administrativo. La publicidad sustantiva a que
Mensaje del Código Civil) obliga a extremar la prudencia al momento
me quiero referir y que ahora nos interesa, es otra. Nada mejor para
de interpretar y aplicar la escasa legislación positiva, va recurrir a los
expresarla que recurrir a las propias palabras de Bello en su Mensaje:
~rincipio~ que inspiran la actividad registra1 de acue;do a la doctrina
"... la propiedad territorial de toda la República a la vista de lodos, en un cuadro
IIn.pe~·a~lteen aquellos países de mayor desarrollo de la disciplina. Estos
que representaria, por decirlo así, instantáneamente sus mutaciones, cargas
prinCIpIOS se encuentran en todo caso en perfecta armonía con los
y divisiones sucesivas ... ". Otro principio registral de primer orden, no
principios generales del derecho subyacentes en nuestro ordenamiento
siempre recordado, es el denominado "consentimiento del titular registml",
jurídico, a cuyo respecto estimo oportuno citar las palabras de Cea
cuya formulación lo dice todo: no puedo alterar el reflejo registral de
Egañ~:. "En el fondo de las normas [uridicas positiuas hay siempre latente un
la condición jurídica de un bien inmueble (corporal; o incorporal,
[mncipio de derecho que, una vez descubierto, tiene en sí un impulso suficiente
como sería una hipoteca) sin que lo acepte el titular de tal bien, o el
para cobrar rango igual al de la ley misma" (Cea Egaña, José Luis, La
juez, en su caso; este principio tiene directa relación con la garantía
Constitución económica de Chile, Boletín de informaciones de la facultad
constitucional del derecho de propiedad. Finalmente, menciono el
de de.r~:ho de la Universidad Católica de Chile, año X, N°50, pág. 40),
"principio de calificación registral" (que para algunos es más bien una
permitiéndome concluir que, en este sentido, el "derecho vigente" está
técnica instrumental al "principio de legalidad'), conforme al cual el
compuesto no sólo por las fuentes o manifestaciones formales de la
registrador debe revisar la legalidad formal y (en cienos casos) sustancial
potestad jurídica (constitución, leyes, reglamentos, autos acordados,
del título presentado al registro, así como su correspondencia con las
n~rm.at~va administrativa de carácter general) sino también por los
inscripciones actualmente vigentes, para dejar a salvo precisamente
pnnClplOs que les informan y les confieren armonía. Debo agregar

92 93
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
el anterior principio del "consentimiento ... " y otros más, como el "de
prioridad" y "de tracto sucesioo ".
Recurriendo a estos principios a que hemos aludido podemos despejar
algunas de las dudas que nos asaltaban cuando concluíamos asombrados,
líneas antes, en el caso de mutación territorial que analizábamos al tenor
del artículo 54del Reglamento, que sería posible (yobligatorio) inscribir
una hipoteca en un conservador distinto a aquel en que se encontrase
inscrito el dominio de un inmueble. En efecto, tal interpretación
mecanicista de la disposición legal conduciría a dificultar severamente
la calificación registral, con grave riesgo de los demás principios aludidos,
quedando sujeta la institución conservatoria al riesgo de convertirse
en mero trámite y no en el pilar que pensaba el autor del Código
Civil cuando señalaba en el Mensaje aquello de "la hipoteca cimentada
sobre base sólida; el crédito territorial vigorizado y susceptible de movilizarse ".
y pues bien, aplicando los mentados principios registrales debemos
concluir que las conclusiones extremas, teóricamente correctas, a que
arribábamos párrafos arriba, deben ser desechadas.
Para concluir, una reflexión acerca del principio de buena fe, también
comprendido dentro de los principios hipotecarios: se dice entre
nosotros que la inscripción conservatoria en nuestro sistema es "no
constitutiva ", afirmación que no comparto pero de la cual no puedo
aquí hacerme cargo; sobre esto diría más bien que nuestra inscripción
no consagra el principio registral de legitimación, principio que en
realidad es una mera aspiración de la doctrina registral, ya que ni en
el afiatado sistema español y otros similares, ni tampoco en el nuestro,
la inscripción configura una presunción de dominio iuris el de iure .
Teniendo presente esto, debemos entender la institución registral
como una herramienta de publicidad y no como un sello sagrado de
verdad: la tensión entre el principio de legitimación y del de buena fe
debe resolverse a favor de este último.
94
TEORíA y PRAXIS DE LA REINSCRlI'C¡ÓN CONSERVATORlA
5. INSCRIPCiÓN "VIGENTE" E INSCRIPCiÓN "NO VIGENTE"
Quiero referirme brevemente al concepto de "inscripción vigente",
sobre el que se debe tener claridad en el análisis de la competencia
territorial. Se trata más bien de consensuar el uso del término: sabemos
que la cancelación de una inscripción es un evento excepcional en
nuestro sistema, y que la regla general consiste en que con ocasión
de transferencias o transmisiones, las inscripciones de dominio se
suceden unas a otras sin que el conservador cancele la precedente, la
cual permanece "válida", sin perjuicio de la nota marginal que ha de
ponérsele; pues bien, esta inscripción "no cancelada" pero "válida", la
calificamos ele "no vigente". A la inversa, una inscripción de dominio
también "no cancelada" y "válida", que no ha sido afectada por otra
nueva, la calificamos de "vigente".
Cuando habremos de referirnos a la reinscripcion, la calificación de "no
vigente" la aplicaremos también a aquellas que hayan sido objeto de
traslado al nuevo conservador, según veremos.
6. LA PRÁCTICA REGISTRAL y LA NORMATIVA ECONÓMIC0:JUDICIAL
Si bien la costumbre no constituye derecho, como reza el aforismo que todos
conocemos, lo cierto es que en vista de los vacíos o ambigüedades
normativos, la práctica registral ha consagrado diversas "formas de
hacer las cosas" que en algunos casos se han consensuado como las
más recomendables. Lejos estamos en nuestro medio de la creación de
doctrina registral producto de congresos o convenciones, aún cuando la
existencia de una Corporación de Estudios de Derecho Registral augura
que en un futuro no lejano arribaremos a ello. Desde ya, los trabajos
de este verdadero instituto han ido formando un acervo interesante, al
cual numerosos conservadores más de una vez han debido recurrir.
95
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
Por su parte, los tribunales de justicia y particularmente la Corte
ele Apelaciones de Santiago y la Corte Suprema, en ocasionales
circunstancias han ejercido sus facultades económicas, resolviendo
asuntos en casos específicos como también elaborando normas
de obligatoriedad general para un más adecuado ejercicio de la
función conservatoria. Como ejemplos de esto último podernos citar
el ya mencionado oficio N° 500 del año 1959, y el más reciente Auto
Acordado sobre uso de firma electrónica por notarios, conservadores y
archiveros, de 2006.
En este punto, debernos detenernos a fin de analizar el recién aludido
oficio N° 500, pieza central yen apariencia modesta, de la institución
que analizamos y cuyo texto reproduzco a continuación.
OFICIO N° 500.- 03/06/1959.-
TitulQ: INSTRUYE 11 CON')ER ~í\l)OHES RESl'ECTO 1\ REINSCRlPC/ONE.S EN C\SO m: CREACIÓN
DE NUEVOS DEPiI/"lTAAlf,NTOS.-
Para losfines correspondientes, trascribo a LtS. l. la siguiente resolucián dictada
t-» esta Corte, en los antecedentes R-4-59 sobre consulta del Conservador de
Bienes Raíces de San Bernardo:
Santiago, 2 deJunio de J 959. Con lo expuesto porel Conservador de Bienes Raíces
de San Bernardo y lo dictaminado por el Sr. Fiscal y teniendo presente que la Ley no
consulta la.forma de proceder cuando la creación de 11n departamento hace necesario
reinscribir en el nuevo Conservador de Bienes Raíces los inmuebles incorporados al
antiguo, y que es contrario al proposito de la institución qup subsistan respecto de
una misma propiedad dos inscripciones vigentes en departamentos distintos, visto
además, lo dispuesto en el arto ;O d~lC. o. de T, se dispone:
1a. - El Conservador de Bienes Raíces de un departamento nueoo que reinscnba
en su Registro de Propiedades inmuebles inscritos anteriormente, lo comunicará
TEORÍA y PRAXIS DE LA RE,NSCRlPC'ÓN CONSERVATORIA
al Conservador de Bienes Raíces del Departamento antiguo al término del
bimestre en que las inscripciones se efectúen;
2a. - El Conservador del oficio antiguo tomará nota de inmediato de las nuevas
inscripciones de dominio al margen de las existentes en su registro.
Comuníquese a las Cortes de Apelaciones para el conocimiento de los jueces y
conservadores de su jurisdiccion.
1v1. Aylwin G., Pedro Silva F., Manuel Montero., J. Espinosa. Ciro Salazar.
Ramiro Méndez. Domingo J. Godoy. Eduardo VaTas. Emilio Poblete. A1.
González. iVI. Barros. A. Muñoz A., Secretario.
Dios guarde a US.I.
Fdo. Miguel Aylwin, Presidente, Anibal Minioz A., Secreta-no
A LAS CORTES DE APELACJON.t"'S DE LA R..t"PUBLICA.
Ignoro si el citado Oficio 500 corresponde a la transcripción de un
auto acordado propiamente talo de una simple resolución de la Corte
Suprema, pero ello resulta irrelevante. Lo esencial es que el máximo
tribunal ha ejercido, respecto de ciertos funcionarios del escalafón
secundario sometidos a su superintendencia, esto es los conservadores
de bienes raíces, facultades de aquellas denominadas económicas, las
que tienen por objeto propender al mejor arreglo del servicio. Lo ~a
hecho además de modo general, para todos los conservadores de pals,
lo que queda claro al propio tenor del acuerdo y para que no queda
duda, se colige del hecho de haber sido transcrita a todas las Cortes de
Apelaciones.
El acuerdo del Oficio 500 reglamen ta la forma en que los conservadores
han de actuar en relación al proceso de reinscripción. A su respecto,
advertimos que da por entendida la existencia de la institución, como
97
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI TEORíA y PRAXIS DE LA REINSCRIPCIÓN CONSERVATORIA

algo de suyo natural, sin citar disposición legal alguna. Queda claro el caso de actos susceptibles de aplicación pecuniaria ("milaje") sólo
que la Corte Suprema ha subentendido que su fuente jurídica excede afectan a la nueva inscripción, pero no a la reinscripción que debe
la meramente legal y que su fundamento se encuentra en la base de antecederle. Pese a no usar explícitamente el término "reinscripción",
la institución registral, en los principios que la inspiran y de los que no cabe duda que se refiere a ella, pues de otra forma no sabríamos
da cuenta el propósito del legislador de 1855 (Código Civil) y de 1857 de qué esta hablando. Henos aquí frente a un reconocimiento de
(Reglamento), magistralmente plasmado en el Mensaje del Código la institución contenido en una disposición reglamentaria positiva y
Civil. Intuyó la Corte Suprema la existencia de principios registrales vigente. Nótese además la expresa referencia a los títulos del artículo
sin los cuales el constructo de Bello habría carecido de sustancia y 53 del Reglamento.
entonces, ~qué duda cabe de aquello que "en el fondo de las normas
jurídicas jJositivas hay siempre latente un principio de derecho que, una vez
descubierto, tiene en sí un impulso suficiente para cobrar rango igual al de la
ley misma '? Del mismo modo, la Corte Suprema reconoció, recogió y
consagró una práctica ya existente, sin aparente fuente legal, creando
reglas que mandan (para usar el lenguaje del artículo 10 del Código
Civil), imperativas, de obligatorio y permanente cumplimiento,
reglas que complementaron más en detalle el imperativo de la
reinscripción.

Finalmente, dentro de la escasa normativa formal sobre el tema

encontramos una referencia a las reinscripciones en el decreto
supremo N° 588 de 3 de diciembre de 1998 que fija el arancel de los
conservadores de bienes raíces el cual, pese al lenguaje elíptico de su
redacción, da clara evidencia del reconocimiento de la institución.
Me permito reproducir su parte pertinente: "Articulo 4°._En los casos
de creación de un nuevo oficio Conservatorio, éste cobrará los derechos y
recargos contemplados en el artículo 1 o del presente decreto, sólo cuando se
trate de una nueva inscripción. Tratándose de una inscripción preexistente,
los respectivos Conservadores cobrarán estos derechos, sin los recargos
correspondientes, cuando la nueva solicitud se origine en un título referido a
aquélla y que sea de los señalados en los articulas 52 ó 53 del Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces". Lo que el texto antes transcrito
dispone es que los recargos aplicables a los derechos arancelarios en

98 99
 III. INCIDENCIA DEL CAMBIO TERRITORIAL EN lAS
INSCRIPCIONES Y EN lAS COMPETENCIAS CONSERVATORIAS

Vistas las seis cuestiones referidas en el capítulo precedente, estaríamos

en condiciones de reflexionar un poco más fundadamente acerca
de las dos preguntas que formulábamos al inicio, la primera de ellas
referida a si acaso los inmuebles actualmente inscritos cuyo territorio ha
mudado deben necesariamente ser nuevamente inscritos en el nuevo
territorio a efectos de la validez de su registro. y la segunda, acerca
de si con ocasión del cambio territorial pierde toda competencia el
antiguo conservador o, más, complejamente enunciada, hasta dónde
se prolonga su competencia en relación al inmueble del caso.

1. ¿UNA NUEVA INMATRICULACIÓN?

La primera pregunta debe ser respondida negativamente. Debe

tenerse presente que aquello que la ley dispone no es la inscripción
del inmueble sino la inscripción del título del dominio y de otros
ciertos y específicos derechos reales sobre el inmueble a efectos de la
tradición o transmisión de los mismos, tradición °
transmisión que ya
se encuentra consumada con la primitiva inscripción. De acuerdo a
esto, la obligatoriedad de inscripción en el nuevo conservador sólo
aparecerá con motivo de un nuevo título cuya inscripción se pretenda,
sea éste a efectos de producir la tradición del dominio mismo, o la de
otro derecho real sobre el inmueble, o asimismo si lo que se pretende

10 I
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCC!
es practicar las inscripciones especiales a que se refiere el N° 3 del artículo
688 del Código Civil o inscribir el acto de partición relativo a un
inmueble (adjudicación) o los decretos de interdicción u otros que
señala el artículo 56 del Reglamento.
Entonces, en nuestra opinión, por el solo hecho del cambio territorial
no es exigible un nueva inscripción. De ser así, ella configuraría una
especie de "primera inscripción" O "matriculación", como si el inmueble
fuese "una finca que no ha sido antes inscrita ", in terpretando el artículo 58
del Reglamento citado en el sentido de que no ha sido antes inscrita, lo
que a toda 'vista es erróneo.
Pero luego, establecida la necesidad de inscribir sobre el inmueble
un nuevo título en el nuevo conservador, surge la cuestión de la
calificación registral y la del tracto sucesivo y entones, ¿cómo podrá el
nuevo conservador calificar la procedencia de lo solicitado si no tiene
a la vista la situación registral actual del inmueble? Claramente no
podría apersonarse al antiguo oficio a examinar los registros, no sólo
por no constituir una actuación legalmente dispuesta (recordemos que
los actos públicos -en el sentido adjetivo- deben estar expresamente
contemplados en la ley) sino además porque dicha conducta infringiría
una prohibición legal explícita.
Aquí es donde la práctica registral chilena, asistida por la de otras
latitudes, sustentada en los principios registrales a que antes nos
referíamos y refrendada a partir-de 1957 por la Corte Suprema, instaura
la institución que nos ocupa: la reinscripción. Ésta no es más que la
transcripción en el Registro de Propiedad del nuevo conservador,
de una copia autorizada, con certificado de vigencia, de la última
inscripción de dominio existente en el conservador que ya no es el
competente. Con el mérito de esta transcripción, que operará como
inscripción cabecera en el nuevo conservador, habrá de practicarse la
calificación del nuevo título a inscribir y a partir de ella podrá cumplirse
102
TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCRIPCtÓN CONSERVATORIA
a cabalidad la exigencia del tracto sucesivo. 'Es la misma actuación que
la ley hipotecaria española denomina traslado y que tiene lugar cuando
no es posible la entrega material del tomo completo por un registrador
al nuevo; este traslado, naturalmente, va acompañado de una anotación
especial en el antiguo tomo dando cuenta de aquél. y también en
nuestra práctica se debe asentar, al margen de la antigua inscripción,
una nota en el sentido de haberse practicado la correspondiente
reinscripción, tal como lo señala el ya citado Oficio 500, de 1957, como
veremos más adelante.
2. LAS COMPETENCIAS TERRITORIALES
La segunda pregunta que nos hacíamos, referida él la competencia del
antiguo conservador, no es de fácil respuesta. A la luz de la legislación
vigente, principios registrales, prácticas, doctrina y demás elementos
que analizarnos precedentemente, debernos distinguir en el quehacer
conservatorio dos categorías de actuación: unas, las que denominaría (a
falta de una mejor definición) como primarias o creadoras de derechos,
y las otras, derivadas o meramente informativas. Funciones primarias
serían aquellas en cuyo ejercicio se crea un asiento conservatorio o
se introduce una alteración en la calidad o en el contenido de un
asiento conservatorio ya existente, y cuyo ejercicio se encuentra, en
general, estrictamente sometido al principio hipotecario denominado
"consentimiento del titular registral"; tal sería el caso de una inscripción de
un nuevo título sobre el mismo inmueble que conllevaría la pérdida
del dominio para su actual titular o al menos la constitución de un
gravamen, cuya contrapartida será un derecho a favor de un nuevo
titular registral activo. Funciones derivadas serían aq uellas cuyo ejercicio
no altera el contenido o calidad de un asiento y que en consecuencia
no requiere (salvo las excepciones derivadas de la protección de la
intimidad, que aparentemente nuestra legislación registral desconoce)
103
 .'~
.,>
HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
el consentimiento del titular registral; tal sería el caso de otorgamiento
de copias y certificados a partir de tales asientos. Veamos ambos casos,
partiendo por el más simple.
a) El caso de las funciones derivadas o meramente informativas
Parece claro qlle las funciones derivadas o meramente informativas,
como las denominé, pueden y deben seguir siendo ejercidas por el
conservador que tiene a su cargo los asientos registrales respectivos,
por simple aplicación del principio de publicidad. De hecho,
para posibilitar el trámite de la reinscripción, es imperativo que el
conservador primitivo otorgue copia autorizada del asiento respectivo
y además certifique acerca de su vigencia. De otra parte, nada impide y
por el contrario no puede ser objeto de negativa, que un conservador
otorgue todas las copias y certificados que le fueren requeridos
sobre cualquier asiento registral a su cargo (no en vano su cargo se
denomina "conservador", es decir, custodio de los documentos a su
cargo con potestad fedataria respecto de ellos) cuando el inmueble
ya no se encuentre en el territorio de su competencia y aún cuando
respecto del mismo ya se hubiere practicado una reinscripción en el
nuevo conservador. Esto en el entendido de que la copia o certificación
a expedirse refleje estrictamente el estado del asiento conservatorio
correspondiente, debiendo contener las copias, por ejemplo, todas
sus notas marginales, sin excepción alguna, )' debiendo extremarse
el cuidado a efectos de no certificar como "vigen te", una inscripción
no cancelada pero que aparezca con nota de reinscripción. De este
modo, para los casos referidos, el antiguo conservador sigue siendo
competente toda vez que su actuación no implica alteraciones en las
titularidades sobre el inmueble sino simplemente el cumplimiento de
otro principio registral cual es el de "publicidad", y no tendría sentido la
existencia de asientos registrales respecto de los cuales su "conservador",
104
TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCRIPCIÓN CONSERVATORIA
esto es el funcionario encargado de conservarlos, no pudiese certificar
cosa alguna, produciéndose un vacío de competencia que repugna a
la racionalidad del ordenamiento, con graves consecuencias para la
certeza jurídica.
b) El caso de las funciones primarias
Distinto es el caso del ejercicio de las funciones primarias: éste queda
reservado para el conservador territorialrnente competente, siendo
vedado al primitivo funcionado ejercerlas en relación a un inmueble
que ya no se encuentra, ni siquiera parcialmente, dentro de los
límites de su territorio. A este respecto es claro, al simple tenor del
artículo 54 del Reglamento, que ni un título traslativo del dominio o
de una hipoteca puedan efectuarse en el primitivo conservador. Pero
asimismo, con el mérito de lo que antes sostuvimos en relación a los
principios y prácticas registrales, resulta claro también que todas las
demás actuaciones creadoras ele derechos (o alteradoras de derechos
de un titular registral), como sería el caso de un arrendamiento (no
considerado en el artículo 54 mencionado), han quedado vedadas al
conservador que perdió competencia. En todos estos casos, habrá de
practicarse primeramente la reinscripción pertinente y luego efectuarse
los asientos requeridos, en la medida que el título presentado no sea en
algún sentido legalmente inadmisible (en palabras del Reglamen ro), como
sería el caso de no corresponder al inmueble reinscrito o a la persona de
su titular, eventos en que el principio de identidad resultaría violentado.
Con la obligatoriedad de la reinscripción para todos los casos, antes
sostenida, quedan fuera de lugar las conclusiones preocupantes a que
llegábamos muchos párrafos atrás en el sentido de que era posible
inscribir una servidumbre en el conservador incompetente si no existía
todavía reinscripción o, peor aún, en que la hipoteca debía ser inscrita
en el nuevo conservador sin necesidad de practicar previamente la
105
 HUMBERTO SANTElICES Nxnouccr
reinscripción del dominio. De este modo. armonizada la legislación
formal con los principios registrales de [niblicidad, identidad, calificación,
tracto sucesivo y otros, la reinscripción resulta imprescindible para el
correcto funcionamiento de la institución conservatoria y la satisfacción
de sus propósitos explícitos.
e) Dos casos especiales
Sin perjuicio de todo lo señalado, existen dos situaciones específicas en
las cuales podrían aparecer dudas sobre la competencia del conservador
y que serían por una parte los casos de prohibición judicial y por la otra
los casos de alzamientos de hipotecas y prohibiciones.
i: Las prob ibidones judiciales: respecto de las prohi bicion esjudiciales,
podríamos remitirnos a lo dicho respecto del artículo 54 del Reglamente
en el sentido de que ellas no están incluidos en dicha norma sino en los
casos del artículo 53. Pero, aplicando el mismo criterio anteriormente
sostenido, por tratarse de una función de las que denominaba
"primarias", creadora de derechos (para el litigante beneficiario de la
prohibición), podríamos a la inversa sostener que previamente debe
requerirse la reinscripción y luego el registro de ella en el conservador
sede de esta última, como claramente procedería respecto de, por
ejemplo, una prohibición voluntaria. Si embargo, estimamos que
en el caso de una resolución judicial adecuadamente notificada al
conservador, que ordene practicar la inscripción de una prohibición,
dicho funcionario se encuen tra obligado a la actuación ordenada. Esto
es válido incluso en el caso de que la inscripción de dominio no se
encontrare vigente por haber sido trasladada al nuevo conservador, sin
perjuicio de la eventual ineficacia (por inoponibilidad) de la diligencia y
sin perjuicio de la facultad (y obligación, añadiríamos) del conservador
de hacer presente al tribunal tales circunstancias.
106
TEORíA y PRAXIS DE LA REINSCR.lPCIÓN CONSERVATORIA
ii: Los alzamientos: respecto de los alzamientos, podemos sostener que
la actuación del conservador sería de aquellas que denominábamos
"primarias", toda vez que afectará al contenido del derecho del
titular registral, en este caso el dueño del derecho real de hipoteca o
el beneficiario de la prohibición voluntaria. En estos eventos, de ser
consecuentes con lo que hemos venido sosteniendo, sería necesario
exigir previamente la reinscripción de dominio y las de hipoteca y
prohibición. en su caso, para luego practicar el respectivo alzamien tooSin
embargo, son también los ya tan mentados principios registrales (yotros
vigentes en nuestra realidad jurídica, como sería aquel de la economia
procesal), los que acuden a la solución del problema: si la publicidad y su
efecto, la oponibilidad, quedan a salvo, si no se afecta el harto sucesivo, si
nada obstaculiza al conservador aplicar la calificación del documento a
registrar, si no se ha condicionado el alzamien to (como ocasionalmen te
sucede) a la inscripción de un nuevo derecho real, no se divisa utilidad
ni fundamento algunos para exigir las previas reinscripciones, habida
consideración por último del principio de voluntariedad que también
infunde nuestro sistema. Huelga decir, pero prefiero hacerlo, que en
el caso de haberse ya practicado las reinscripciones y sus consecuentes
notas "de traslado", el antiguo conservador habrá perdido toda
competencia y no le estará ya permitido efectuar actuación "primaria"
alguna, salvo los casos de orden judicial y sin perjuicio de la eficacia a
que antes nos referíamos.
107
 IV. LA REGULACIÓN VIGENTE

A la luz del ya varias veces mentado Oficio 500 y de sus fundamentos,

veamos cuál es en definitiva la regulación de la institución .. Pero no se
nos diga que no está en la ley, pues sobre ello ya hemos abundado.

1. EL IMPERATIVO TERRITORIAL

Los títulos sobre bienes inmuebles, traslaticios del dominio o relativos

a otro derecho real sobre ellos, deben ser inscritos en el conservador
correspondiente al actual territorio del inmueble, tanto se trate de los
títulos que "deben ser inscritos" (artículos 52/54) como aquellos que
'pueden" serlo (artículo 53).

2. EL TRASLADO

En caso de no encontrarse inscrito el dominio en el actual territorio,

debe procederse primeramente a "reinscribirlo" en éste.

3. COMUNICACIÓN ENTRE CONSERVADORES

El conservador que practique la reinscripción debe comunicar tal

circunstancia al precedente conservador al término del bimestre en que

109
 HUMBERTO SANTEllCES NARDUCC¡' TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCIUI'CIÓN CONSERVATORIA

ella se efectúe, Aplicando por analogía las normas del sistema notarial,
por "bimestre" debe entenderse cada uno de los seis pares de meses
del año; esto significa, por ejemplo, que las reinscripciones practicadas
entre el2 de enero)' el28 de febrero, deben ser comunicadas el primero
de marzo.
4. INMEDIATA PUBLICIDAD DEL TRASLADO
El conservador precedente, recibida la comunicación, debe tomar nota
de la misma al margen de las que están a su cargo, de inmediato.
(piénsese en las notas de rectificación a que se refiere el artículo 88 del
Reglamento) de modo que sólo una copia íntegra (artículos 427 y 452
del Código Orgánico de Tribunales; artículo 51 del Reglamento) de
ella permitirá una adecuada reinscripción. Yla forma de ésta no puede
ser otra que su transcripción íntegra, aunque se nos diga que con esto
se vulnera el principio de inscripcion: La verdad es que este principio
evita las largas, fatigosas y a veces banales transcripciones, en vigencia
en otros sistemas, como el francés, pero lo cierto es que la primitiva
inscripción ya tiene (asumamos que fue practicada por un conservador
diligente) todo aquello que requiere para ser tal y no le sobra nada que
empañe su pureza registral, de modo que su "transcripción", más que
tal, es "re-inscripción". Y, ¡oh sorpresal, así se denomina.

5. PÉRDIDA DE VIGENCIA

Las inscripciones afectas a la nota antes referida ya no pueden ser

consideradas "vigentes" para los efectos de otorgar certificados sobre
las mismas.

6. REQ.UISITOS

El texto del Oficio 500 no se refiere a la forma de practicar las

reinscripciones ni a los requisitos que debe exigir el nuevo conservador,
pero el simple sentido común nos da algunas pistas: es claro que una
copia autorizada por el an terior conservador, con certi ficado de vigencia,
contiene todos los elementos para volver a inscribir el inmueble.
Podría decírsenos que por qué no bastaría una nueva copia autorizada
del título (por ejemplo, la escritura de compra), con certificado de
encontrarse inscrito, adicionado de un simple certificado de vigencia,
pero creemos que no sería suficiente: al margen de la inscripción
vigente pueden existir notas que alteren el contenido de la misma

110 111
 v. IAPRAXIS

1. LAS PRIMERAS PRÁCTICAS

Veamos ahora cómo el conservador chileno ha entendido y aplicado

la institución en comentario. Debemos partir reconociendo que
en 1957, a la fecha del ya tantas veces aludido Oficio 500, no todos
los conservadores practicaban la reinscripción como la hemos aquí
entendido. Si analizamos las primeras inscripciones de un conservador
"nuevo", como por el ejemplo el de San Miguel, observamos que éste,
al inscribir un título traslaticio de dominio de un inmueble inscrito en
el departamento de Santiago, no procedía a practicar previamente la
reinscripción sino que archivaba al final de su Registro de Propiedad la
copia autorizada con certificados de vigencia, de hipotecas y gravámenes
y de prohibiciones e interdicciones, otorgados por el conservador de
Santiago, y al practicar la primera inscripción en su registro, hacía
expresa referencia a estos documentos archivados denomin,indolos
"carteles". Presumo que la denominación de "cartel" haya sido tomada
del artículo 58 del Reglamento, tal vez por entenderse que se estaba
en una situación similar (pero naturalmente no idéntica) a la de la
"primera inscripción" de dicha disposición legal, que haría las veces (h:
inscripción inmatriculatoria.

113
 HUMBERTO SANTELICES NARDUCCI
2. NACE EL TRASLADO FORMAL
Ya antes de 1957 existían otros conservadores "nuevos" que practicaban
la reinscripción, lo que puede observarse visitando los oficios respectivos.
y precisamente esas prácticas fueron las que tuvo a la vista la Corte
Suprema para regimentar la institución. La modesta pretensión de este
trabajo no incluye investigaciones sistemáticas de campo al respecto; el
conocimiento que tengo de tales prácticas lo he recogido del análisis
de documentos que he debido examinar en mis 36 años de actividad
profesional como notario.
3. LA PRÁCTICA HOY
La práctica de la reinscripción que es posible observar hoy en la casi
generalidad de los oficios conservatorios es la siguiente:
a) La práctica misma
i: El interesado solicita al conservador sede de la inscripción de
dominio vigente, una copia autorizada de la misma, con un certificado
de encontrarse vigente, adicionada (la mayor parte de las veces)
de certificados de hipotecas y gravámenes y de prohibiciones e
interdicciones, y ocasionalmente de un "certificado de litigios" (fósil
registral actualmente inútil; pero esto es tema de otra conversación)
y, a veces (en los últimos años) de una certificación de no existir
anotaciones de solicitud o de declaración de bien familiar.
ii: Obtenidos los documentos anteriormente aludidos, se presentan al
nuevo conservador requiriendo la reinscripción.
iii: El nuevo conservador inicia un asiento en su Registro de Propiedad
(asiento que tiene el rango de "inscripcion ", no de "subinscripcion"
114
TEORÍA y PRAXIS DE LA R.E.INSCRII'CIÓN CONSERVATORIA
ni menos de "anotación ') y señala que se le ha presentado para su
reinscripción la copia autorizada de inscripción de dominio que a
continuación transcribirá, lo que efectúa. Concluye dando fe de que la
transcripción es fiel a la aludida copia y que ella y los documentos que
le acompañan quedan agregados ("archivados') en ese acto al final del
Registro de Propiedad (o del archivo anexo que algunos denominan
"registro de documentos", "cuaderno de documentos" o de otra forma),
agregación o archivo que efectivamente hace asignando (a veces)
al legajo de documentos un número correlativo. En algunos oficios
denominan "cartel" a estos documentos. Además de todo lo anterior,
algunos conservadores llevan un registro especial, no dispuesto por la
ley y que no forma parte de los libros del oficio, en el que anotan los
inmuebles que han sido objeto de reinscripción a efectos de impedir
que, por inadvertencia, se practique dos veces dicho asiento respecto
de un mismo bien ra íz, situación que daría origen a una inscripción
doble o incluso múltiple, con grave daño para la seguridad jurídica.
Esta práctica no es obligatoria pero todo conservador acucioso y
prudente debería adoptarla; así, la calificación del título a reinscribir
comenzaría por la verificación de que el inmueble no sido antes objeto
de la reinscripción solicitada, Como medida de prevención adicional,
algunos conservadores exigen que la documentación a reinscribir no
tenga una antigüedad superior a treinta días.
iv: Practicada la reinscripción, el nuevo conservador comunica al
antiguo la circunstancia de haberse ella practicado. Esta comunicación
debe remitirse vencido que sea el bimestre respectivo. Esto de los
bimestres es clásico en materia notarial y, por extensión, se aplica al
quehacer conservatorio. Normalmente los notarios dividen el protoco_lo
de instrumentos públicos en seis, uno para cada bimestre del ano
(enero/febrero, marzo/abril, mayo/junio, julio/agosto, septiembre/
octubre y noviembre/diciembre) habiendo adquirido la unidad
"bimestre" una entidad tal que se utiliza para diversos asuntos, tales
115
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
como la apertura y el "cierre" de cada protocolo, la práctica de visitas a
los oficios y otros. De allí probablemente la resolución del Oficio 500
que establece seis ocasiones al año para emitir las comunicaciones: al
término de cada bimestre, esto es, el primer día hábil de enero, marzo,
mayo.julio, septiembre y noviembre de cada año. No obstante el plazo
fijado por la Corte Suprema, los conservadores más sensatos expiden
las comunicaciones de rigor de inmediato, normalmente por correo
electrónico, a fin de evitar dilaciones que pudieren generar situaciones
indeseadas.
v: Recibida la comunicación, el antiguo conservador toma de
inmediato una nota al margen de la inscripción que ha sido objeto de
la reinscripción comunicada. A partir de dicha nota, la inscripción ya
no ha de considerarse "vigente".
vi: Por su parte, el nuevo conservador habrá practicado,siadicionalmente
se le hubiese solicitado, la inscripción del nuevo título.
Hasta aquí una situación simple. Pero sucede frecuentemente que algunos
de los certificados adjuntos a la copia de la inscripción de dominio dan
cuenta de la existencia de un gravamen o prohibición, inscritos en el
respectivo registro. En esta situación las prácticas comienzan a diferir:
en unos casos el nuevo conservador exige que el legajo se complete con
copias autorizadas de esas otras inscripciones, y procede a reinscribirlas
en el registro que les corresponda; en otros casos, nada pide y se limita a
la reinscripción del dominio y al archivo del legajo.
Nada encontramos en la ley misma ni tampoco en el Oficio 599 que
indique el camino procedente, aún cuando la referencia que el artículo
40 del Arancel de los Conservadores de Bienes Raíces hace a los títulos
de hipotecas, gravámenes y prohibiciones referidos en los artículos 52
y 53 del Reglamento, induce a pensar que todo debe reinscribirse. Sin
embargo, atendido el principio de consentimiento del titular registralv al de
116
TEORÍA y PRAXIS DE LA REINSCRJPC¡ÓN CON5ERVATORJA
voluntariedad del registro (c!aramen te contenido en el artículo 53), pudies-
pensarse lo contrario. No contribuye a resolver la duda la opinión d.
que la práctica de las reinscripciones completas se funda en el interé
pecuniario del conservador, opinión deslizada de tanto en tanto y sobn
cuya seriedad e intencionalidad prefiero no pronunciarme.
b) Los asientos precedentes o anexos
Sucede que en los casos de subdivisiones y en los de copropiedac
inmobiliaria (también denominada a veces horizontalidad), exister
planos y otros documentos (certificados, autorizaciones municipales.
etc.) archivados en el conservador respectivo y que han servido de base
con entidad registral de tales subdivisiones o copropiedad inmobiliaria:
constituyendo elemento esencial previo para practicar las inscripciones
de los títulos correspondientes a las enajenaciones de parcelas, lotes
o unidades vendibles. En tales eventos, se suele solicitar el archivo
en el nuevo conservador de una copia autorizada de tales planos
documentos a efectos de mantener la historia de la propiedad raíz de
modo más completo. Queda entendido que, en relación a la historia
de un inmueble que se reinscribe, sólo pueden archivarse (diríamos
"rearchivarse") copias autorizadas dadas por el antiguo conservador, no
siendo admisibles documentos originales emitidos por las instituciones
pertinentes (municipalidades, Servicio Agrícola y ganadero, Servicio de
Impuestos Internos, etc.) por muy auténticos que fueren; esto debido
a que sólo puede ingresar al registro documentación proveniente del
antiguo conservador, a efectos de dejar a salvo los principios de tract
sucesiuo e identidad. No está demás decir que en estos casos, como en
todos los demás de archivo de documentos, la agregación a los libros
respectivos debe hacerse mediante un asiento en el registro de propiedad,
con referencia al inmueble de que se trate, previa calificación.
117

HUMBERTO $ANTELICES NARDUCCI
c) Actuaciones post-traslado
Continuando con la práctica registral, ahora referida a las situaciones
posteriores a la reinscripción, podemos observar lo siguiente:
i: En materia de copias y certificados: debemos subdistinguir entre
las actuaciones del antiguo y del nuevo conservador. El primero, ya lo
dijimos, no pierde su competencia respecto de los asientos practicados
en su oficio, para los efectos de certificar o dar copia de los mismos según
el mérito de su estado actual. Sin duda si da copia de una inscripción
que tiene nota de tralado, no podrá certificar la vigencia de la misma. El
nuevo conservador, por su parte, se encuentra facultado para certificar
todo aquello que conste en sus registros: puede dar copia autorizada
de la inscripción, con certificado de vigencia si fuere el caso, y puede
otorgar certificados de gravámenes y de prohibiciones respecto de los
inmuebles que tuviere inscritos. Debo detenerme en este punto, con
el objeto de hacer algunas precisiones: los certificados que emitirá el
nuevo conservador deben indicar la fecha a partir de la cual se efectuó
la revisión, como cualquier otro conservador, no pudiendo obviamente
referirse a los últimos treinta años como es lo habitual, salvo que la
reinscripción se hubiere practicado en una pretérita época, hace más
de treinta años; en su caso, de existir gravámenes o prohibiciones,
si estos fueron reinscritos certificará lo pertinente con el mérito de
las respectivas reinscripciones. Sin perjuicio de lo anterior, la certeza
jurídica (y la publicidad registralque le asiste) requieren que se certifique
también por el tiempo transcurrido en los últimos (al menos) treinta
años y allí surge la pregunta acerca de quién es el encargado de otorgar
la certificación. Nada impide que el antiguo conservador certifique
lo suyo y el nuevo lo propio, y ordinariamente así sucede; en estos
casos el usuario interesado debe ocurrir ante dos oficios distintos, con
los consiguientes desplazamientos, demoras y gastos. Sin embargo,
algunos conservadores complementan sus certificados de hipotecas
118
',:;,"'
.~~
' ' :1' TEORÍA y PRAXIS DE LA RLINSCRIPCIÓN CONSERVATORJA
y gravámenes con un atestado adicional relativo al mérito de los
documentos archivados, extendiendo su certificación sobre el estado
jurídico del inmueble hasta la fecha en que el anterior conse:vador
inició su revisión; de este modo, en un solo documento se certifica el
estado de los gravámenes, o de las prohibiciones. Otros conservadores
no complementan sus certificados sino que agregan a ellos copias
autorizadas de los documentos que se archivaron al practicar la
reinscripción, dejando que el usuario letrado final saque por sí
mismo sus conclusiones. Finalmente, otros conservadores "nuevos" se
limitan a dar los certificados respectivos por el período que a su oficio
corresponde, dejando al arbitrio del interesado la investigación de los
gravámenes y prohibiciones anteriores a la reinscripción.
ii: En materia de alzamientos: me refiero primeramente a aquellos
casos en que el nuevo conservador ha reinscrito -además del dominio-
los gravámenes y prohibiciones que se encontraban vigentes ~n el
conservador anterior. En estos casos, el nuevo conservador practica el
alzamiento requerido sin más trámite (naturalmente a condición de que
su calificación haya sido positiva). Por su parte, el antiguo conservador,
como sus inscripciones de gravámenes y prohibiciones se encontrarán
trasladadas y consecuencialmente "no vigentes" (circunstancia de que
da cuen ta la anotación marginal que ha debido practicar}, se abstendrá
de toda actuación. Esto se observa también para el caso de otro tipo de
intervenciones, tales como subinscripciones o notas de modificación,
aclaración y otras. Sin perjuicio de lo dicho, ocasionalmente se observa
que es el antiguo conservador quien practica tales actuaciones cuando
ello se le solicita al amparo del artículo 88 del Reglamento. Respecto
de los casos en que las inscripciones de gravámenes y de prohibiciones
no han sido trasladadas junto con el dominio, se observa que el nuevo
conservador, a efectos de practicar la actuación solicitada, exige que
ellos previamente se reinscriban. Cuando las notas o subinscripci~nes
de alzamiento, rectificación o aclaración se solicitan al antiguo
119
 HUMBERTO SANTElICES NARDUCCl
conservador, se observa en general que la única actuación a que se
allana es a Jos alzamientos y ciertos casos relacionados con el artículo 88
del Reglamento, declarando para los demás carecer de competencia.
La Corporación de Estudios de Derecho Registral, en tina reciente
publicación (Rojas García, Edrnundo y otros. Manual de práctica registra!
chilena, Editorial Biblioteca Americana, Santiago, 2007), tiene sobre los
temas precedentemente enunciados una opinión que en cierto sentido
refleja la práctica de algunos oficios. Me permito reproducirla: "1. Las
cancelaciones y alzamientos sepractican en el Conservador en que se encuentran
vigentes las inscripciones respecto de las cuales proceden dicha cancelaciones
)' alzamientos. 2. En caso de embargos, medidas precautorias, hipotecas, etc.,
cu)'a inscripción se requiereal Conservador que tiene nueva competencia, debe
anotarse en el repertorio, pero para practicar la inscripcián debe cumplirse con
lo dicho en el número 1 " Al respecto, me sobreviene cierta duda sobre si
la recién transcrita opinión entiende como "vigente" una inscripción
de hipoteca o prohibición que ha sido trasladada por reinscripción a
un nuevo conservador. Por otra parte, me pregunto cómo se concilia
una anotación repertorial practicada en un conservador (el nuevo)
respecto de una diligencia que habría de practicar otro (el antiguo) y
hasta qué punto aquella es vinculante para éste.
Vemos entonces que la práctica registral, hasta nuestros días, dista
mucho de ajustarse a criterios uniformes y oscila entre los variados
extremos que hemos anotado.
120
VI. LA REINSCRIPCIÓN EN MATERIA DE AGUAS Y MINAS
La protecclOn registral que nuestra ley otorga a los bienes raíces
también beneficia a los titulares de dominio y otros derechos reales
sobre los derechos de aprovechamiento de aguas, así como sobre las
concesiones mineras y las acciones de sociedades legales mineras. En
todos los casos el régimen registral es parecido y en general para las
aguas, minas y acciones de sociedades legales mineras rige también el
sistema de "posesión inscrita" del Código Civil.
Sin embargo, ni la legislación hídrica ni la minera contemplan la
institución de la reinscripción. En el caso de las aguas el fenómeno de
la reinscripción es de ordinaria frecuencia y en general no se observa
controversia acerca de su procedencia, salvo en el caso de una expresa
excepción legal que se mencionará. En el caso de las minas, en cambio,
la situación fáctica es contradictoria, aún cuando los escasos autores
que se refieren al tema coinciden en la obligatorieclad de la misma,
según veremos a continuación.
l. LA REINSCRIPCJÓN DEL DERECHO DE APROVECHAMIENTO
El derecho de aprovechamiento de aguas otorgado por acto de la
autoridad pertinente (resolución de la Dirección General de Aguas)
debe ser inscrito en el registro de aguas que lleva el conservador de bienes
raíces. Es competente el conservador correspondiente al territorio
121
 HUMBERTQ SANTELlCES NARDUCCI
jurisdiccional de "la comuna en que se encuentre ubicada la bocatoma del
canal matriz en el cauce natural", conforme lo dispone el artículo 118 del
Código de Aguas. Aquí apreciamos que la inscripción originaria de la
resolución (al igual que aquella otra insaipcion originaria del artículo
119 del Código de Aguas con la que no debemos confundirla, tema en
todo caso que escapa del ámbito del presente trabajo) hace las veces de
inscripción inmatriculatoria; a partir de allí se continuarán haciendo las
inscripciones sucesivas correspondientes a gravámenes, prohibiciones,
transferencias o transmisiones. Sin entrar en mayores complejidades,
diré que existen otras variadas formas de ingresar al registro, tales como
por una sentencia que declara la existencia del derecho, por alguno
de los casos de regularización contemplados en la ley o, en algunas
situaciones, por la vía de la organización de una comunidad de aguas,
actuación está última que da origen a inscripciones que en opinión de
algunos autores no configuran posesion inscrita.
Una vez nacido a la vida registral un derecho de aprovechamiento,
también como en el caso de los bienes raíces puede producirse una
mutación de territorio registral ypor las mismas razones que anotábamos
al inicio del presente trabajo: creación de un nuevo territorio
jurisdiccional, modificación de límites comunales o segregación ele
una () más comunas para efectos conservatorios. A estos casos debemos
agregar otros propios del derecho de aguas: el cambio de fuente de
abastecimiento y el traslado del ejercicio del derecho de aprovechamiento.
La legislación nada indica sobre la materia y la praxis registral se ha
desarrollado del mismo modo que en el caso de los bienes raíces.
También aquí existen matices de actuación tal como los vimos antes,
y asimismo existen "grados de profundidad" en la reinscripción: hay
quienes solicitan sólo la reinscripción del título de dominio vigente,
otros exigen además la de las inscripciones anexas (gravámenes, etc.) y
finalmente, los menos, requieren conjuntamente el archivo del legajo
122
TEORÍA y PRAXIS OE LA REINS'cRJI'CIÓN CONSERVATORIA
completo ele la historia registra! en el anterior conservador, a partir de
la inscripción originaria.
Sin perjuicio de lo anterior, existe un caso en el que, siendo procedente
en teoría la reinscripción por haber mudado el respectivo territorio
registral, es la propia leyla que indica el camino con u-ario: la regularizacion
deLderecho de aprovechamiento normada en el artículo primero transitorio
del Código de Aguas (que no es más que la formación de la cadena
registral omitida antes de la entrada en vigencia del Código del ramo
de 1981) da origen a una inscripción en el conservador asiento de la
última, aun cuando hubiere cambiado el territorio registral; esto en
virtud de la reforma introducida al Código de Aguas por la ley N°
20.017 , de 2005. Vemos aquí un único caso en que la ley ha regulado
(tácitamente) la institución de la reinscripción, pero para excluirla.
2. LA RE INSCRIPCIÓN DE LA CONCESiÓN MINERA
También la concesión minera está sujeta al régimen de inscripción
conservatoria. La competencia territorial en esros casos está dada por
la ubicación del punto medio o del punto de interés, en su caso, a que se
refiere el artículo 232 del Código de Minería. Por supuesto también
en esta materia se producen las mutaciones ele territorio registral, por
las circunstancia que antes referíamos: creación de un nuevo territorio
jurisdiccional, modificación de límites comunales o segregación de una
o más comunas para efectos conservatorios. La praxis ele la reinscripción,
sin embargo, no es general; en efecto, podemos decir que si en materia
de bienes raíces o de aguas no existe conservador alguno que practique
nuevas inscripciones respecto de bienes respecto de los cuales hubiese
perdido competencia territorial, no sucede lo mismo en materia minera.
A falta de una investigación de campo sobre el tema, me atrevo a
conjeturar que ello se produce debido a que la redacción del artículo 232
123
 HUMOERTO SANTEUCES NARDUCCI
del Código de Minería, que me permito transcribir, admite una doble
interpretación: Inciso primero: El jJulúnento)' la manifestación se inscribirán
en el Registro de Descubrimientos del Conservador de Afinas en cuyo territorio está
ubicado el punto medio o el punto de interés, respectiuamente , Inciso segundo:
En el mismo Conservador se practicarán todas las otras inscripciones y las demás
actuaciones que en cualquiera forma se relacionen con el pedimento y la concesión
de explotacián que de él derive, y con la manifestación y la pertenencia respectiva.
En efecto, la referencia al "mismo Conservador" con que se inicia el inciso
segundo puede en tenderse hecha al "Conservador de Minas en cuyo territorio
está ubicado el punto medio o el punto de interés ... " a que se refiere el inciso
primero, pero también puede entenderse hecha al mismo Conservador
donde se practicaron las inscripciones a que se alude en dicha inciso
primero. De estarse a esta última interpretación, habría que concluir
que la competencia ha quedado radicada en el conservador original, por
expreso mandato legal.
Autores como Ossa Bulries (Tratado de derecho de minería, EditorialJurídica
de Chile, Santiago, 2007, pág. 644) sostienen sin vacilación la primera
postura. El referido profesor expresa textualmente: "La referencia al
"mismo Conservador" debe entenderse hecha a aquel en ruyo territorio se halle
ubicado al momento de la nueva inscripción, el punto medio que se indicó en
ei pedimeruo o el punto de interés que se señaló en la manifestación. Esta es
la única interpretación acorde con el principio general de la territorialidad,
que en el derecho común (art. 54 del Reglamento del Registro Conservatorio de
Bienes Raíces) gobiern.a la competencia de los distintos registros conservatorios
de la propiedad inmueble; no hay razón para prescindir aquí de dicho principio
general, sobre todo a la luz del arto 99 inciso terrero de nuestro Código. Por lo
tanto, a guisa de ejemplo, cabe aclarar que si la inscripcion de una manifestacion
se ¡Jracticó en. un Conservador determinado y poco después el punto de interés
pasa a quedar ubicado en el territorio de un Conservador diferente, la inscripción
de la sentencia constitutiva de la pertenencia habrá de hacerse en este último,
previo traslado de la inscripción de la manifestación ".
124
TEORiA y PRAXIS DE LA IUINSCRJPCIÓN CONSERVATORJA
Otro autor (Méridez Fernández, Juana, Manual sobre inscripciones en
conservador de minas, Editorial [uridica de Chile, San tiago, 1966, pág. 66
da por sentado la exigíbilidad de la reinscripción y al efecto propone
un modelo de reinscripción en el Conservador de Minas de Santiag
de un acta de mensura de pertenencias ubicadas en Curacaví inscrit
originalmente en Casablanca, modelo que por su interés me permito
reproducir (Debemos tener presente que la comuna de Curacav
segregada de Casablanca en 1962, pertenece hoy nuevamente a dich
territorio jurisdiccional): "En Santiago de Chile, el trece de agosto de m
novecientos sesenta y dos, a petición de don Luis Alejandro Contreras Parada
minero, de este domicilio y en conformidad a ley número catorce mil seisciento
ochenta y tres de fecha ueinticuturo de octubre de mil novecientos sesen
y tmo procedo a reinscribir el acta de mensura de las pertenencias minera
denominadas "Abundancia Uno a Treinta ", manifestadas y mensuradas po
don Luis Alejandro Contreras Parada, ubicadas en la Comuna de Curacau
de este departamento, e inscrita anteriormente en el Registro de Propieda
del Conservador de Minas de Casablanca a fojas quince número tres el añ
mil novecientos sesenta, inscripción que en copia autorizada el Conseruado
infrascrito ha tenido a la vista y que es del tenor siguiente: "(transcribi
íntegramente la inscripción) ".- Se procede a esta reinscripcion por estar ubicada
las pertenencias mineras materia de ella en la jurisdicción de este Conservado
de acuerdo con la li1)'citada, por haberse acreditado con certificado de dominu
vigente, y de gravámenes y prohibiciones, la vigencia de la inscripción y el hech
de no existir prohibiciones que impidan esta inscripción, certificados que [unt.
con una CO'Pia del Plano de mensura agrego alfinal de este registro, con estafecha
bajo el número veintisiete.- Se deja constancia que la manifestación se reinscribi
a fojas noventa y uno número veintisiete del Registro de Descubrimientos del añ
en curso de este Conseruador. - El requirente no firmó por no estimarlo necesaric
(Firma del Conservador) ".-
Podemos observar que ambos autores coinciden en la obligatoriedai
de la reinscripción. El caso a que se refiere el primero es el de un
125
 HUM8ERTO SANTElICES NARDUCCI

manifestación cuyo punto de interés muda de territorio antes de

l
,

VII. EL CASO DE lAS SOCIEDADES EN

inscribirse el acta de mensura. La segunda presenta la situación EL REGISTRO DE COMERCIO
de un acta de mensura inscrita en el primer territorio y que debe
ser reinscrita en el segundo (debemos entender que es para poder
practicar a su respecto alguna inscripción traslaticia posterior). Pero la
mayor parte de casos de eventual reinscripción ocurre bastante después
de la inscripción de mensura, cuando han ocurrido mutaciones en
la titularidad, se han formado sociedades legales mineras, se han
transmitido y/o transferido acciones, etcétera.
También en el ámbito del registro mercantil se observa ocasionalmente
No he encontrado autores que se inclinen por lasegunda interpretación, la práctica de la reinscripción. Ello ocurre cuando una sociedad
pero la porfiada praxis parece indicar que el tema no es pacífico. modifica el estatuto social y cambia su domicilio de un territorio a otro.
En tales casos, el extracto de la escritura respectiva se inscribe en ambos
Cuando se practica en un conservador de minas una reinscripción, conservadores de comercio y, ocasionalmente, el nuevo conservador
suele transcribirse la totalidad de la historia registral de la concesión, transcribe además en su registro copias de las inscripciones precedentes
al menos a partir de su inscripción de mensura. Puede parecer excesivo o al menos de la inscripción constitutiva, o se limita a archivar dichas
transcribir toda la cadena de mutaciones en el dominio, pero al copias autorizadas.
menos una copia de la inscripción de mensura con sus anotaciones
resulta imprescindible, pues debe recordarse que toda transferencia o
transmisión debe anotarse no sólo al margen del último titulo inscrito
sino que -siernpre- al margen de la inscripción de mensura. Respecto
de las sociedades legales mineras, las alternativas son variadas: desde la
transcripción de la historia completa (puede significar un fárrago de
documentos y dificultades para colegir de ellos la situación actual de
la propiedad accionaria ) , hasta la mera transcripción de copia de la
inscripción original (con sus notas), más un "certificado de acciones"
emitido porel conservador ya no competente, que parece lo más sensato.
En cualquier caso, el nuevo conservador jamás debe olvidar que no es
un mero transcriptor y debe honrar el princif)io de inscripcion.

126 127
 VIII. DUDAS, TAREAS PENDIENTES, CONCLUSIONES

l. LAS CUESTIONES DEL CONSE\T1M1ENTO

DEL TITUL4R REGISTRAL y DE LA PROTECCIÓN DE D,'l TOS

Uno de los principios básicos de todo sistema registral garantlStlCO,

como lo es el nuestro, lo constituye aquel del consentimiento del titular
registral, en cuya virtud no es lícito afectar, alterar ni menos suprimir un
asiento conservatorio sin la intervención de la voluntad de aquel cuyos
derechos se encuentran apoyados en tal asiento. Por otra parte, cobra
fuerza en la legislación europea el tema de la protección de los datos
de las personas o de la priuacidad, cuestión que incide directamente
en el sistema registral y colisiona con el principio de publicidad a que
nos hemos referido en este trabajo; la solución, al menos en el caso
español, ha sido de naturaleza práctica, aunque meramente formalista,
y no ha requerido mayores acomodos a causa de que tempranamente
el sistema español consagra el principio del "interés legítimo ", consistente
en que la expedición de certificados ("notas informativas') y copias
está reservada para los requerimientos del titular registral, del juez,
de la administración y de ciertos terceros que demuestren (realmente,
meramente invoquen) un "interés lé¡.:ritimo", como sería un acreedor, un
investigador histórico, un potencial litigante, etcétera, pero en la práctica
el principio de protección de datos no se encuentra debidamente
resguardado como algunos lo considerarían deseable. En nuestro país,
probablemente por nuestra cultura liberal-republicana (en el sentido

129
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
"ohigginiano" de la misma), el principio de protección de datos
en materia registral es prácticamente inexistente, aun cuando para
expresarlo de modo menos drástico prefiero decir que se encuentra
claramente subordinado al principio de publicidad.
En el tema de la reinscripción, entonces, es del caso que el verdadero
conflicto de principios, al menos en nuestro sistema, se da entre el
de publicidad y aquel del consentimiento del titular registral. El conflicto
surge cuando un tercero ajeno a la inscripción, sin interés legítimo
ninguno (distinto al caso, por ejemplo, del heredero o el titular de
de un derecho real aún no inscrito), requiere una reinscripción. Y lo
cierto que es ni la legislación ni la jurisprudencia ni la academia se
han ocupado del asunto, el que ha quedado simplemente en manos
de los conservadores, a cuyo respecto observamos que no han existido
reparos y que cualquier interesado puede requerir la inscripción,
presurniéndose su interés (y su buena fe, cómo no) por el solo hecho
del requerimiento. Lo cierto es que no se divisa inconveniente alguno
para ello, toda vez que la reinscrípción -adecuadamente hecha, sin
duda- en nada altera la sustancia de los derechos del respectivo titular,
cuestión que en definitiva es la que importa si trascendemos el mero
formalismo del sistema conservatorio y lo consideramos en su función
garantística.
2. ALGUNOS ASUNTOS PENDIENTES
Puntualmente, observamos en nuestro tema ciertas situaciones donde
se echa de menos una normativa más asertiva a efectos de hacer el
sistema registral chileno funcional a los fines de la misma institución.
Ellas radican fundamentalmente en la cuestión de las competencias
que hemos visto a lo largo del presente trabajo y cuya importancia no
es menor. En efecto, la aspiración a la legitimación registral, así como el
130
TEORíA y PRAXIS DE LA REINSCRIPCIÓN CONSERVATORJA
perfeccionamiento del principio de publicidad y su interacción con el
de buena fe, requieren reglas formales claras y coherentes. Esto desde
el punto de vista del usuario final. Pero no olvidemos al conservador,
uno de los pilares del sistema: una delgada línea separa la denegación
de funciones y la usurpación de las mismas, y la falta de certezas a su
respecto no es de justicia.
En otros aspectos, el sistema merece cienos perfeccionamientos, por
ejemplo en aquellos que dicen relación con dos de los casos a que
aludíamos al inicio de nuestro trabajo: las fusiones y las subdi visiones;
agregaría también la cuestión de la copropiedad inmobiliaria. Ellos
tienen que ver con la profundización del proceso de inmatriculación,
requisito indispensable en un sistema moderno de registro y de folio
real, al que aspiramos. De gran utilidad sería establecer la obligatoriedad
de ella para los casos anotados, con la consiguiente claridad de los
títulos y economía en las citas de los mismos; piénsese en las frecuentes
fatigosas relaciones de deslindes de los predios donde se asienta un
edificio acogido a copropiedad inmobiliaria. No puedo dejar de
referirme en este punto al proyecto de sustitución del sistema notarial
y registral contenido en el Mensaje remitido a la Cámara de Diputados
(N°1234-355) con fecha marzo de 2008; dicho proyecto (que -dicho sea
de paso- en sus 305 artículos para nada se refiere a las reinscripciones)
instituye en su artículo 24 el "folioreara todo evento; sin embargo, nada
dice del proceso de matriculación ni del número único de matrícula,
que son cuestiones imprescindibles y previas a la apertura del folio
real, ni tampoco regula la apertura de nuevo folio para los casos de
fusiones, subdivisiones y copropiedad inmobiliaria, de modo tal que
la breve e imperfecta norma no pasa de ser una especie de "saludo"
a la institución, pero no conlleva una mejora cualitativa del sistema.
Creemos que por la vía del ejercicio de las facultades económicas de la
Corte Suprema puede establecerse progresivamente el sistema de folio
real electrónico, primero para los casos an tes anotados de copropiedad
131
 HUMBERTO SANTELICES NARDUCCI

inmobiliaria, subdivisiones v fusiones v también para los casos

¡ ,
de BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
reinscripciones, para finalmente hacerlo extensivo a la totalidad de
la propiedad territorial. No es el objeto de este trabajo ahondar en
tales temas, pero no puedo abstenerme de apuntar someramente mi
oplmon.

3. PARA FINALIZAR

El fenómeno de la reinscripción existe y es visible, las normasjurídicas en FUENTES DOCUMENTALES:

que se sustenta también existen aún cuando a veces parecen difuminarse.
Pero la registración garantÍstica y publicitaria de la propiedad inmueble Constitución Política de la República de Chile (1925; 1980).
no es una institución del derecho común; es un constructo, una
creación artificiosa de la modernidad, de la voluntad humana, que Código Civil
lleva más de siglo y medio dapdo sus frutos. No desconocemos que el Acta Constitucional N° 3, de 1976.
edificio de Bello fue construido sobre los principios romanos y que allí
radica su genialidad: en la armoniosa fusión de lo clásico y lo ilustrado. Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces, 1857
Pero siendo la registración creación humana, es también la voluntad
humana la llamada a perfeccionarla. La comunidad letrada nacional Ley Hipotecaria española, 1946
tiene mucho que aportar y gran parte de las ambigüedades e incertezas
que el sistema de la reinscripción plantea pueden ser resueltas con Código de Minería
el concurso inteligente de la academia y de los registradores mismos. Oficio N°500 Excma. Corte Suprema, 1957
Sin embargo, pieza fundamental en ausencia del legislador, como
quedó demostrado en 1957, la constituye la facultad económica de la Código de Aguas (1951; 1969; 1981).
AutoridadJudicial a la que en nuestro sistema se encuentra supeditado
el quehacer registra!. Ley N° 16.640 sobre Reforma Agraria, 1967.

D.L. 2.603, de 1979.

Ley N° 20.017,2005

Ley N° 2.139,1908.

132 133
 HUMBERTO SANTELlCES NARDUCCI
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SEPÚLVEDAlARROUCAU, MARCO A., Estudio de títulosde inmuebles,

Ediciones Metropolitana, Santiago, 2002.- PREFACIO 5

TEMA 1
LA REFORMA DE 2005 AL CÓDIGO DE AGUAS DE 1981
Su incidencia en la función notarial y registral

I. INTRODUCCIÓN 9

11. LA REFORMA y SUS PRINCIPALES CONTENIDOS 11

III. ASPECTOS ATINENTES A

LA FUNCIÓN NOTARIAL y REGISTRAL. 15

A. La ren uncia al derecho de aprovechamiento 15

B. Nuevos actos que "d e b en ".mscn '1»rse

. . 15

1. En el Registro de Propiedad de Aguas 16

2. En los Registros de Hipotecas y Gravámenes y de
Interdicciones y Prohibiciones de Enajenar de Aguas 17

C. Creación de los Registros Públicos de

Derechos de Aprovechamiento de Aguas 17

136 137
 1
I

HUMBERTO SANTEllCES NARDUCCI TRES TEMAS DE DERECHO REClSTRAL

D. Modificación del artículo primero A. El asunto del conservador "correspondiente" 63

transitorio del Código de Aguas 18
B. Las menciones de la inscripción final 66

TEMA 2 TEMA 3
LAS REGULARIZACIONES DEL ARTÍCULO l° TEORÍA Y PRAXIS DE lA REINSCRlPCIÓN
TRANSITORIO DEL CÓDIGO DE AGUAS CONSERVATORIA

I. INTRODUCCIÓN 27 l. INTRODUCCION 79

11. OBJETO DEL PRESENTETRABAJO 35 1. El fenómeno de la reinscripción 79

A. La norma 35 2. Departamento, territorio

juridiccional y "territorio registra!" 80
a) Texto original 35
b) Texto modificado por el a) El territorio registral en la normativa orgánica 81
artículo 39 de la ley N°20.017 36 b) El territorio registral en la normativa funcional.. 82
B. Elementos de las regularizaciones 3. Modificaciones al territorio registra! 83
del artículo I" transitorio 36
a) Creación de un nuevo territorio jurisdiccional 83
C. Procedimientos aplicables
b) Modificación de límites comunales 83
a esta clase de regularización 38
c) Segregación de una o más
1. Procedimiento anterior a la reforma de junio de 2005 38 comunas para efectos conservatorios 84
a) Procedimiento del inciso primero 39
b) Procedimiento del inciso segundo 40 11. CUESTIONES PREVIAS 87

e) Discernimiento de la clase de regularización 46 1. La cuestión del folio real 87

d) Autonomía de ambos procedimientos entre sí. 51
2. El tema de la matriculación 89
2. Procedimiento a partir de la reforma de junio de 2005 .56
3. La norma del artículo 54 del Reglamento 91
III. Dos ASUNTOS RELACIONADOS , 63
4. Los principios registrales 92

138 l39
 HUMBERTO SANTEUCES NARDUCCI TRES TEMAS DE DERECHO REGISTRAL

5. Inscripción "vigente" e inscripción "no vigente" 95 2. Nace el traslado formal.. 114

6. La práctica registral y la normativa económico-judicial 95 3. La práctica hoy 114

a) La práctica misma 114
111. INCIDENCIA DEL CAMBIO TERRITORIAL EN LAS
b) Los asientos precedentes o anexos 117
INSCRIPCIONES Y EN LAS COMPETENCIAS CONSERVATORIAS 101
c) Actuaciones post-traslado 118
1. ¿Una nueva inrnatriculación? 101
i. En materia de copias y certificados 118
2. Las competencias territoriales 103 ii. En materia de alzarnien tos 119

a) El caso de las funciones

VI. LA REINSCRIPCIÓN EN MATERIA DE AGUAS Y MINAS 121
derivadas o meramente informativas 104
b) El caso de las funciones primarias 105 1. La reinscripción del derecho de aprovechamiento 121
e) Dos casos especiales 106 2. La reinscripción de la concesión minera 123
í. Las prohibiciones judiciales 106
ii. Los alzamientos 107 VII. EL CASO DE LAS
SOCIEDADES EN EL REGISTRO DE COMERCIO 127
IV. LA REGULACIÓN VIGENTE 109

l. El imperativo territorial 109 VIII. DUDAS, TAREAS PENDIENTES, CONCLUSIONES 129

2. El traslado 109 1. Las cuestiones del consentimiento del

titular registral y de la protección de datos 129
3. Comunicación entre conservadores 109
2. Algunos asuntos pendientes 130
4. Inmediata publicidad del traslado 110
3. Para finalizar 132
5. Pérdida de vigencia 110
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 133
6. Requisitos 110
INDICE GENERAL 137
V. LA PRAXIS 113

l. Las primeras prácticas : 113

140 141