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Posmodernidad y la crisis de la escuela.

Para desarrollar tal tema debemos de centrarnos en el origen del posmodernismo que dio
lugar durante el siglo XX identificándose a principio de los años 1970.
Podemos decir que dicho termino ha sido utilizado para designar amplios movimientos
artísticos, culturales, filosóficos y literarios.
No debemos de términos como modernidad con modernismo; la modernidad refiere
estrictamente a un periodo histórico con características políticas, sociales, económicas, etc., mientras
que el modernismo refiere una corriente estética que emergió en la literatura, las artes y la
arquitectura.
Para comenzar a desarrollar el tema no podemos afirmar que lo moderno haya desaparecido,
sino que constantemente este actúa con competencia con los avances tecnológicos y una sociedad
inmersa en cambios más vertiginoso, fluidos y el propio mundo globalizado.
En tal sentido, podemos decir que existen cambios significantes desde el punto de vista
filosófico que lleva a una nueva visión del mundo, un cambio de conducta económica que lleva al
consumismo y en lo que nos enfocaremos más: la escuela y el aprendizaje.
Desde el punto de vista filosófico ya no se acepta algo como verdad absoluta, sino que
existen otras verdades propias de grupos sociales específicos por la proliferación de leguajes, puntos
de vistas, estilos culturales, etc.
Es a partir de este aspecto donde ya no importa algo como la verdad coherente, sino más
bien la opinión que se construye basada en la diversidad de experiencias obviamente influenciadas
por el propio medio y el saber transpuesto de determinada cultura.
Mientras que la modernidad se por su rigidez en el disciplinamiento de “razón”, en esta
instancia la opinión no tiene su fundamento en el pensamiento abstracto, sino en la previa
construcción inducida por el propio medio en el imaginario colectivo como lo inmediato, es por eso
que, si el conocimiento ya importa menos, los intelectuales también, llevando a un decaimiento en el
rol como tales.
También desde lo económico surgen aspectos de consumismo impuestos por los avances
tecnológicos fundamentalmente audiovisuales; es en estas instancias que se busca la inmediatez para
la obtención de dichos productos y la aceptación social en grupos
Ocupándonos directamente en lo que refiere a lo académico y la propia escuela esta no ha
sabido estar a la altura de los desarrollos científicos más actualizados, no adaptando su propio
curriculum, por lo que si se quiere sostener en la posmodernidad habría que readecuarla.
Aunque socialmente muchas veces se necesite una acreditación académica para la obtención
de un trabajo u otros aspectos, ya la escuela como espacio para la transmisión de aprendizajes ya
perdido casi su exclusividad.
El individuo construye su concomiendo en un aula, no pensemos en un aula como un espacio
físico y cerrado, sino que por el contrario el aula es determinada por el propio triangulo didáctico
(Saberes o Contenidos curriculares – Estudiante – Docente)
En tal sentido debemos de dejar de lado como centro el docente centralización del docente
como cuasi como único poseedor de conocimiento que se transmite, para también dar lugar al sujeto
estudiante y su necesidad ya que cuando el estudiante posee la pulsión por aprender, aporta la
actividad metal constructiva que se aplica a saberes culturales generadores de significados y sentidos.
Pensemos como la pedagogía en su estudio de las nuevas didácticas ha llegado a una
didáctica de tercera generación o llamada Didáctica de una nueva dimensión donde se elaboran
nuevas estrategias de aprendizaje.
En el modelo normativo el centro está en el curriculum, haciendo de la pedagogía un arte de
comunicar o “hacer pasar” un saber; el alumno luego de aprender imita, entrena, se ejercita y al final
aplica.
Mientras que, en un modelo iniciativo centrado en el alumno, el docente escucha los intereses
de los alumnos, buscando así su propia motivación y la de su entorno; el saber este ligado a las
necesidades de vida.
Como sabemos ningún docente utiliza exclusivamente un modelo determinado, pero lo
importante sería estar abierto a aplicar modelos mixtos y que el propio curriculum lo permita y no
nos induzca a utilizar uno u otro.
No debemos olvidar que el propio curriculum sigue pautas muchas veces tradicionales,
repetitivas, influenciadas por gobiernos y no muy permiten con facilidad su adecuación a proposición
del propio colectivo docente que son los verdaderos obreros para que dicho curriculum se cumpla.
A pesar de todo actualmente co-existe instituciones privadas que han comenzado a aplicar
educaciones alternativas como por ejemplo la basada en la filosofía Reggio Emilia, que surge como
una experiencia educativa en el norte de Italia en 1945 reconocida mundialmente como una de las
mejores propuestas educativas para primera infancia y otras.
En la misma existen pilares fundamentales:
El niño es visto como protagonista: los niños y las niñas son fuertes, ricos, capaces e
interesados por establecer relaciones. Todos los infantes tienen preparación, potencial, curiosidad e
interés en construir su aprendizaje y negociar en su ambiente.
Docente competente, colaborador, investigador y guía: los docentes acompañan a los
niños en la exploración de temas, proyectos, investigaciones y construcción de aprendizaje.
Espacio como tercer maestro: el diseño y el uso del espacio promueve relaciones,
comunicaciones y encuentros (Gandini, 1993). Hay un orden y belleza implícito en el diseño y
organización del espacio, equipo y materiales en una escuela (Lewin, 1995). Cada esquina de cada
espacio tiene su identidad y propósito, y es valorado por niños y adultos.
Las familias como aliadas: la participación de las familias es vital y toma distintas formas.
Los padres tienen un rol activo en las experiencias de aprendizaje de los niños y ayudan a asegurar el
bienestar de los niños en la escuela.
La documentación pedagógica: se utiliza como forma de hacer visibles a los niños y
adultos como co-constructores de cultura y conocimiento. La documentación tiene muchos objetivos:
hace a los padres conscientes de las experiencias de sus hijos; permite a los docentes entender mejor
a los niños, evaluar su propio trabajo y compartir con los colegas.
Reflexión: “Aprender y enseñar son dos verbos que tienden a conjugarse juntos. Aunque no
siempre es así. Si bien la extensión de una nueva cultura del aprendizaje requiere una intervención
instruccional decidida, el aprendizaje sin enseñanza es una actividad usual en nuestras vidas y, lo que
es peor también lo es la enseñanza sin aprendizaje,” POZO, Ignacio(1998=

Bibliografía: FOLLARI , Roberto– El Ocaso en la escuela (1996)


Instituto de Profesores Artigas – Didáctica Practica.
DE CAMILLONI, Alicia – Corrientes Didácticas Contemporáneas (1998)
LITWIN, Edith – En el campo de la didáctica: la búsqueda de una nueva agenda.
BARDOLI, Eloísa – La didáctica y lo didáctico. Del sujeto epistemológico al sujeto del
deseo
POZO, Ignacio – Del conocimiento cotidiano al conocimiento científico. (1998)
Web grafía: http://bellellieducacion.com/filosofa-de-reggio-emilia/
http://cadenaser.com/ser/2016/12/16/sociedad/1481887887_887255.html

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