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a) Vivimos en un mundo lleno de tantos prejuicios e ideas de “lo que debe de ser”,

que llega un momento en que nos es difícil o hasta imposible, distinguir la realidad.

Y dentro de toda esa maraña de ideas, posiblemente la vejez sea la etapa de la


vida sobre la que más prejuicios tenemos. Pero en la mayoría de los casos, esa
necesidad de cambiar se presenta como un sentimiento más profundo, como una
incomodidad que no conseguimos identificar o como una voz en nuestro interior
que nos susurra que no estamos en el lugar que nos corresponde.

El problema es que cuanto más mayores nos hacemos más miedo nos da
escuchar esa voz interior e intentamos apagarla por todos los medios. Nos
convencemos de que “ya es demasiado tarde” y nos conformamos.

Nunca es demasiado tarde para replantearse las cosas, ni comenzar a arreglarse,


siempre se puede cambiar. “Nunca eres demasiado viejo para fijar otra meta o
soñar un nuevo sueño.”

b) La sexualidad y la genitalidad no son lo mismo, sin embargo, se entrelazan en


una dimensión relacional donde la analogía es la función básica de la sexualidad y
requiere, exige, no solo el deseo sino la apertura y la atención hacia el otro a
través del afecto, la comunicación y la duración.

La genitalidad hace referencia al aspecto más corporal de la sexualidad,


centrándose en los genitales (masculinos y femeninos). Es un concepto parcial del
sexo del individuo y de su conducta sexual, reduciendo ambos conceptos al
aspecto anatómico fisiológico de los órganos genitales o reproductores.

Es por esto que la sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas,


fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan cada sexo, es decir, el
conjunto de fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el sexo, que
marcan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo. Es
un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo,
las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la
reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de
pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas,
prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas
estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan
siempre, porque la sexualidad está influida por la interacción de factores
biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales,
históricos, religiosos y espirituales.
c)
d) Uno de los principales logros que se pudo alcanzar dentro de los grupos de
adultos mayores fue romper con esos parámetros tan exigentes ligados a la
juventud, y permitirles movilizar el deseo interior hacia los demás miembros, ¿Qué
alcance tiene ese deseo interior? Un alcance muy profundo, porque les permite
superar eso que afirman los (psicoanalistas) lacanianos, de que para poder desear
debe uno sentirse objeto de deseo.

En otras palabras, los Adultos, a la edad que sea, pueden seguir sintiendo
“mariposas en la panza” cuando se acercan a alguien que les gusta.

e)

En resumen para derribar estos mitos de la sexualidad en adultos mayores, es que


se entiende que en la edad avanzada ya no pueden hacer nada, pero cuando los
hijos ya son independientes, se dispone de más tiempo, hay mayor
autoconocimiento de los deseos y necesidades propios y de los demás, hay más
experiencia, es una de las épocas con mayor potencialidad para una sexualidad
satisfactoria, se dejan en el pasado los temores de embarazo, de inexperiencia, de
vergüenza y se da paso a una sexualidad más madura, más plena, con más
cariño.

f) El envejecimiento normal trae cambios físicos tanto en los hombres como en las
mujeres. Estos cambios a veces afectan la capacidad de tener y disfrutar de las
relaciones sexuales.
Una mujer puede notar cambios en su vagina. A medida que las mujeres
envejecen, la vagina puede acortarse y estrecharse.
A medida que los hombres envejecen, la impotencia sexual (también llamada
disfunción eréctil o DE) se vuelve más común. DE es la pérdida de la capacidad
de lograr y mantener una erección.
Enfermedades comunes en la edad avanzada:
 Artritis
 Dolor crónico
 Demencia
 Diabetes
 Incontinencia
(Alguna cirugía, medicamentos,etc)

g) El viejismo y su imaginario social representan:

 Una actitud discriminatoria y de prejuicios infundados hacia los viejos.

 La imposibilidad de colocarse uno mismo, en proyección, como viejo.

 Desconocer la vejez como realidad y como etapa vital.

 Confundir vejez y enfermedad.

 Confundir vejez con demencia senil.

 Expectativas fantasiosas y tratamientos no probados para detener el paso del


tiempo y tratar de conseguir “la eterna juventud”.

 Irracional biomedicalización del proceso de envejecimiento basado en


el paradigma médico.

 Participación de los propios profesionales de la salud, sin formación gerontológica,


en los criterios del viejismo.

 Inconsciente colectivo de la sociedad que suele ser gerontofóbica y tanatofóbica.

Elegimos desde el deseo , el psicoanálisis y su concepto de deseo nos da la


posibilidad de “elegir” el viejo que queremos ser. Creemos que ni la felicidad ni la
alegría son atributos de los jóvenes, así como tampoco la falta de deseo es propia
de los mayores. Estos son prejuicios implantados desde hace siglos y que llevan a
que los mayores se nieguen a sí mismos cuando sienten deseos, pasiones,
emociones que supuestamente “ya no son para su edad”.

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