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¿Qué se entiende por régimen presidencialista autoritario?

Para poder entender el concepto primero debemos hablar de lo que es y se entiende


por presidencialismo. El presidencialismo lo podemos entender como el sistema
político en el que una persona vista como la figura del presidente que representa el
poder ejecutivo de una república de manera constitucional. Se puede caracterizar por
ser un poder unipersonal, aunque se auxilie de organismo para ayudarle a cumplir
sus diversas funciones. El presidencialismo tiene muchas características entre ellas
podemos mencionar que en el sistema presidencial existe el derecho del veto del
presidente como jefe del poder ejecutivo y el apoyo que recibe del congreso para
poder cumplir las funciones de gobierno y administración pública.
Cuando empezamos a hablar de presidencialismo autoritario podemos decir que es
cuando el representante del ejecutivo monopoliza las funciones del Estado y las
orienta en beneficio de la clase hegemónica, transgrediendo el orden constitucional y
disciplinando a legisladores, jueces y opositores con manipulaciones policiales,
militares e intermediación de autoridades extranjeras y corporaciones financieras de
gran influencia. El presidencialismo autoritario supone la purgación de las normas
jurídicas que constituyen al Estado, un grave conflicto entre Estado y su propio
gobierno y un intento de amparar su ilegitimidad en las legitimidades jurídicas. Es
claro que los actos del presidencialismo autoritario son nulos de pleno derecho por
provenir de autoridades incompetentes por su contra constitucionalidad.
Hay claros ejemplos en México de los cuales podemos hablar. Podemos empezar
como el surgimiento de sistema de partidos de partido hegemónico ( Partido
Revolucionario Institucional PRI). Podemos observar que a pesar de la alternancia
política, el régimen presidencial es el que menos configuraciones ha obtenido. Desde
sus orígenes mediante el partido único (PRI) se buscó mantener una mayoría en las
instituciones de gobierno y en el congreso. Cuando hablamos de ejemplos claros de
presidencialismo podemos tomar como referencias a algunas figuras representantes
de este sistema.
Cuando Antonio López de Santa Anna poco a poco empezó a quitar la Constitución
de 1824 e implantado el presidencialismo centralista, autoritario y militar en 1836-46
conociéndosele como Alteza Serenísima; después cediéndolo al poder en 1853
entregando parte del poder a los americanos utilizando la excusa de que
necesitábamos impulsar el desarrollo del país pero después fue expulsado del país
1911. Proporciono a la independencia de Texas a cambio de la libertad que le otorgó
Sam Houston, y ya en la guerra yanqui (1846-1848) propició la derrota del ejército
mexicano y el triunfo estadunidense.
Porfirio Díaz se sustentó en la ideología del hombre fuerte con el pretexto de encauzar
el paso del militarismo al civilismo, de acuerdo con el positivismo de Herbert Spencer,
equilibrando intereses latifundistas con el capitalismo nacional y extranjero. Díaz burló
la Constitución de 1857 para entregar el país a los imperialismos estadunidense e
inglés, justificándose en que era el único camino para impulsar el desarrollo; Díaz
escapó a París cuando el pueblo lo echó en 1911.
Miguel Alemán (1946-1952) y la titulada familia revolucionaria, fue el siguiente
presidencialismo autoritario, este se dedicó a cultivar la figura de un presidente al que
acataban diputados, jueces, gobernadores, presidentes municipales y las más
señaladas corporaciones civiles de trabajadores y patrones; disciplinando esta
totalitaria autoridad presidencial a la política estadunidense con el pretexto de
imperativos prácticos de estabilidad colectiva y estímulo a la economía nacional. La
titulada familia revolucionaria que acunó Calles al fundar el PNR en 1929, y concluyó
en 1988, año en que ascendió al poder Carlos Salinas de Gortari. Sin la brusquedad
Obregón-Calles, la nueva ideología del presidencialismo autoritario civilista cultivó la
figura de un presidente al que acataban diputados, jueces, gobernadores, presidentes
municipales y las más señaladas corporaciones civiles de trabajadores y patrones,
aunque disciplinando esta totalitaria autoridad presidencial a la política estadunidense
con el pretexto de imperativos prácticos de estabilidad colectiva y estímulo a la
economía nacional, en el sentido limantouriano.
Podemos resumir y concluir que el PRI ha sido históricamente el partido más
importante del siglo XX en México, nos hemos dado cuenta que su institucionalidad
en la vida política mexicana con un poder máximo en torno al presidente; gobierno
durante 70 años de forma interrumpida desde 1929 hasta el 2000 . En el sistema
político mexicano se ha modificado de un régimen presidencialista único a un
presidencialismo multipartidista en minoría. Las transformaciones vividas han hecho
poco funcional.

Definir las características del régimen político que se forma en la


posrevolución
La revolución mexicana tuvo como consecuencias innumerables cambios sociales,
económicos y políticos para el país. En 1910, bajo el mando de Francisco I. Madero,
en diferentes puntos de la República se levantaron en las armas al grito de “sufragio
efectivo, no reelección” exigiendo la renuncia del General Porfirio Díaz y su mandato
por 30 años. Si bien, la nación demandaba, además de estos derechos civiles y
políticos, los principios democráticos y sociales esenciales como: la igualdad, la
justicia, la equidad y la libertad. La Revolución Mexicana sentó así las bases para la
construcción de una nación socialmente democrática.
En su calidad de candidato a la Presidencia de la República, Francisco Madero realizó
una nueva gira política por diversos sitios, despertando no escaso de entusiasmo a
favor de sus planteamientos de oposición al régimen de Porfirio Díaz, enfocados a
lograrlo no por la violencia, sino por la participación de los ciudadanos el día de las
elecciones. De esta manera empezando con uno de los principios de la democracia.
En el México posrevolucionario, el Estado, al convertirse en rector de la economía,
buscó dinamizar y diversificar la estructura productiva con el objetivo de crear las
bases para que ocurriera el crecimiento. Sin embargo, la inversión en la industria
encontró una población con baja escolaridad, un sistema de educación técnica a nivel
artesanal y un sistema profesional con oferta escasa y centrado en profesiones
liberales, que en el campo de la ingeniería se dirigía a la formación de agrónomos. El
acelerado desarrollo de la técnica, los descubrimientos en el campo de la ciencia, así
como el auge que las nociones de articulación entre la ciencia y el Estado tuvieron en
los países avanzados condujo a los primeros intentos de una política orientada a
impulsar el desarrollo científico por medio del mejoramiento de las condiciones de
infraestructura y de formación de recursos humanos para la investigación. Se puede
decir que si bien los líderes del movimiento revolucionario tenían muy claras las metas
que tenían que seguir para mejorar la situación del país y transformarlo en una nación
nueva, estos cambios apenas se implementaron y se lograron aplicar, incluso algunos
apenas y se asentaron. Quizá esta situación se dio debido a la persistencia de parte
de la población mexicana a continuar con las viejas estructuras del país y de la
incapacidad de algunos líderes revolucionarios para aplicar modelos de acuerdo a la
situación que se vivía en México.
Pero sin duda la característica principal para el inicio de la democracia fue la creación
de la constitución de 1917. Hay que recordar que en 1914 Venustiano Carranza se
dirigió a la Ciudad de México en unión a Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles así
provocando la huida de Victoriano Huerta. En abril de 1916 en su gobierno restaura
el orden público en la Ciudad de México convocando a una asamblea constituyente;
esta asamblea elaboró una constitución similar a la constitución de 1857. En esta
nueva constitución se vio implementada la gran influencia del presidencialismo y
surgió la ley de anti-reelección. La constitución fue presentada el 5 de febrero de 1917
en la ciudad de Querétaro.

¿Qué es el cambio de sistema en la línea completa de democracia incompleta?


La vida política en México se caracterizó por la emergencia de una dinámica de
democratización que, en definitiva, significa el fin del sistema de partido único, PRI y
de su omnipresente y fuerte presidente de la República. En 1989, un gobernador de
oposición perteneciente al Partido de Acción Nacional (PAN) gana la elección en el
estado de Baja California. Posteriormente, en 1997, el PRI pierde la mayoría en la
cámara de diputados, experiencia jamás vivida en la era posrevolucionaria. Por
primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados Federal no es la misma que la
mayoría electoral que eligió al Presidente.
Posteriormente, en las elecciones presidenciales de 2000 y 2006, el PRI pierde la
presidencia de la República. Asimismo, las presidencias panistas encuentran
mayorías opositoras en la Cámara de Diputados y el mapa electoral revela un país
políticamente competitivo. A pesar de haber perdido en dos ocasiones consecutivas
la presidencia de la República, el PRI, en la actualidad (2008), resulta ser la primera
fuerza electoral a nivel nacional. Así que México deja definitivamente de ser el modelo
de sistema de partido único ejemplar. Los procesos electorales en México rebasaron
el umbral del autoritarismo, sobre todo e inicialmente con la implantación de Instituto
Federal Electoral (IFE) [actualmente el Instituto Nacional Electoral (INE)] y su
ciudadanización y, después, con la emergencia de una ciudadanía capaz de participar
con su voto en las elecciones. La democracia encuentra sus límites, por un lado, a
partir de las instituciones políticas que resultan parte esencial de los engranajes del
sistema político mexicano y los partidos políticos como principales motores de la
democracia. Estos dos componentes esenciales de la vida política mexicana generan
en la actualidad una evidente desconfianza que desincentiva la participación
ciudadana en las elecciones en distintas regiones del país.
Otro de sus límites en los propios resultados que los gobiernos generan. En términos
de desempeño gubernamental, la gran mayoría de demandas ciudadanas de base no
son cubiertas de forma efectiva ni eficiente. Además, con el paso del tiempo, las
necesidades sociales se han incrementado, mientras que las soluciones se han
reducido. El número de problemas nacionales aumenta por la propia dinámica
demográfica haciendo evidente la incapacidad de los gobiernos tanto locales como
federal.
Los pendientes sociales que caracterizaron los años 80 y 90 (e incrementaron en
nuestros días) , como el desempleo, la seguridad social y la educación, que, en
principio, con la llegada de la democracia se podían contrarrestar o atender, no son
aún resueltos, parece que en México con la llegada de la democracia se han venido
agudizando los problemas nacionales.
Algunos autores hablan de que la óptica del modelo de análisis de las transiciones a
la democracia, el cambio político significó la culminación y conclusión de la transición
mexicana. Con la evolución a nivel presidencial del 2000, y después de varias
décadas de liberalización del régimen autoritario marcadas por la coexistencia del
régimen con elementos de apertura democrática, parecía terminarse la ambigüedad
y hacerse evidente que en México ya había democracia. Claramente era consciente
de que esta tenía aún muchas limitaciones. Estas últimas se debían a la conservación
de herencias autoritarias, dentro del marco de la joven democracia mexicana, y fueron
interpretadas como un producto de la dinámica de transformación progresiva y
pactada del régimen político durante la transición. La transición y la consolidación
democrática son por definición procesos ambiguos, en los cuales cohabitan
elementos de autoritarismo y democracia, debidos a la naturaleza gradual del cambio,
no producto de una ruptura brutal.

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