Вы находитесь на странице: 1из 25

077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 77

GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

Prevención de los trastornos de salud mental


desde la atención primaria
J.L. Tizón García, F. Buitrago Ramírez, R. Ciurana Misol (Coordinador del grupo), L. Chocrón Bentata, C. Fernández
Alonso, J. García Campayo, C. Montón Franco y M.J. Redondo Granado

Grupo de Trabajo de Prevención de los Trastornos de la Salud Mental del PAPPS.

A continuación se publican los dos nuevos subprogramas La OMS diferencia 3 tipos de violencia: la autoviolencia,
aprobados por el grupo, correspondientes a la población de que incluye el suicidio y la autoagresión; la violencia inter-
adultos-ancianos: violencia doméstica y maltratos a los an- personal, que incluye la violencia familiar y de pareja (entre
cianos. Estas propuestas deben incluirse a las ya existentes convivientes) y la violencia comunitaria, y que consiste en
del Programa de Prevención en Salud Mental del PAPPS. la agresión por extraños al medio familiar, y la violencia co-
Asimismo, y debido a la imposibilidad de publicar el pro- lectiva, que puede ser social, económica o política.
grama completo, por limitaciones de espacio, se incluye, al La expresión violencia de género hace referencia a la violen-
final de estos dos textos, un resumen con las recomenda- cia específica contra las mujeres, utilizada como instrumen-
ciones más relevantes del programa. to para mantener la discriminación, la desigualdad y las re-
Para la consulta del material completo actualizado se reco- laciones de poder de los varones sobre las mujeres.
mienda visitar la dirección de internet: http://www. Comprende la violencia física, sexual y psicológica, inclui-
papps.org/recomendaciones/menu.htm das las amenazas, la coacción o la privación arbitraria de li-
bertad, que ocurre en la vida pública o privada, y cuyo prin-
cipal factor de riesgo lo constituye el hecho de ser mujer.
La violencia doméstica es considerada un problema de sa-
Violencia doméstica lud pública de primer orden por organizaciones interna-
cionales y gobiernos. Así, la ONU, en 1995, establece en-
Violencia en la pareja tre sus objetivos estratégicos la lucha contra la violencia
contra las mujeres. La OMS, en 1998, declaró a la violen-
Concepto cia doméstica como una prioridad internacional para los
La OMS define la violencia como «el uso intencional de la servicios de salud; ese mismo año, en España se reconoció
fuerza física o el poder contra uno mismo, hacia otra per- de forma explícita que la violencia doméstica era un pro-
sona, grupos o comunidades y que tiene como consecuen- blema de Estado, y así se recogió en el Plan de Acción
cias probables lesiones físicas, daños psicológicos, altera- contra la Violencia Doméstica.
ciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte». La La violencia doméstica comporta graves riesgos para la sa-
OMS incluye la intencionalidad de producir daño en la lud de las víctimas tanto física como psicológicamente, y el
comisión de estos actos1. impacto emocional que genera esta situación es un factor
Violencia familiar se define como los maltratos o agresio- de desequilibrio para la salud mental tanto de las víctimas
nes físicas, psicológicas, sexuales o de otra índole infligidas como de los convivientes2-5.
por personas del medio familiar y dirigidos generalmente Los profesionales sanitarios no pueden permanecer ajenos
a los miembros más vulnerables de ésta: niños, mujeres y a este importante asunto de salud pública y, por tanto, es
ancianos. necesaria su intervención en la prevención, la detección, el
Violencia en la pareja se define como aquellas agresiones tratamiento y la orientación del problema, en el que es im-
que se producen en el ámbito privado en el que el agresor, prescindible un abordaje integral y coordinado con otros
generalmente varón, tiene una relación de pareja con la profesionales e instituciones.
víctima. Dos elementos deben tenerse en cuenta en la de-
finición: la reiteración o habitualidad de los actos violentos Formas de violencia
y la situación de dominio del agresor que utiliza la violen- – Física. Lesiones corporales infligidas de forma intencio-
cia para el sometimiento y el control de la víctima. nal: golpes, quemaduras, agresiones con armas, etc.
Este término con frecuencia se equipara en la bibliografía – Psicológica. Humillaciones, desvalorizaciones, críticas
con violencia doméstica y violencia conyugal. En nuestro exageradas y públicas, lenguaje soez y humillante, insultos,
texto utilizaremos indistintamente el término violencia amenazas, culpabilizaciones, aislamiento social, control del
doméstica o violencia en la pareja. dinero, no permitir tomar decisiones.

89 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 77


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 78

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

– Sexual. Actos que atentan contra la libertad sexual de la Quizá estas causas están en el trasfondo del problema, pe-
persona y lesionan su dignidad: relaciones sexuales forza- ro hay factores de riesgo y situaciones de especial vulnera-
das, abuso, violación. bilidad que explicarían por qué en ocasiones en contextos
similares se producen las situaciones de violencia y en otras
Causas no.
La etiología de la violencia doméstica es compleja y mul-
tifactorial: las actitudes socioculturales (desigualdades de Epidemiología
género), condiciones sociales, relaciones conyugales, con- La incidencia real de este problema es desconocida, aun-
flictos familiares, trastornos psicopatológicos, abuso de al- que sí se conocen cifras del número de denuncias presen-
cohol y drogas, y los aspectos biográficos, como la perso- tadas en España por esta causa y el de mujeres que han
nalidad y la historia de abusos y de violencia en la familia muerto a manos de su cónyuge o pareja (tabla 1). Se esti-
de origen, se han relacionado con la aparición de violencia ma que estas cifras sólo representan entre el 5 y el 10% de
doméstica. Algunas situaciones ancladas en la tradición y los casos que se producen. Los motivos de denuncia son,
la cultura de muchas sociedades durante siglos se han rela- en primer lugar, por maltratos físicos y psíquicos; en se-
cionado con la violencia específica contra la mujer: las re- gundo lugar, los psíquicos solamente, y en tercer lugar, los
laciones de sumisión y dependencia de la mujer respecto al únicamente físicos. El incremento de las denuncias en los
varón, la justificación de la violencia masculina y su tole- últimos 5 años puede no corresponder a un aumento real
rancia por parte de la sociedad e incluso de la mujer, los es- de maltratos; posiblemente se denuncian más casos porque
tereotipos sexuales y el rol limitado asignado a la mujer a la mujer está mejor informada, es más consciente de sus
escala social; todos estos factores explican en parte esta derechos, se dispone de más dispositivos de apoyo social a
violencia. La violencia ha sido y es utilizada como un ins- la mujer maltratada, hay una mayor sensibilidad social an-
trumento de poder y dominio del fuerte frente al débil, del te el problema y porque los cambios legislativos que han
adulto frente al niño, del varón frente a la mujer a través de tenido lugar en España respecto a los maltratos facilitan
los tiempos. Jewkes6 considera que los 2 factores epide- que se denuncien los hechos.
miológicos más importantes para la aparición de la violen- La diferencia en los datos de mujeres fallecidas entre los
cia doméstica son la relación de desigual posición de la presentados por el Ministerio del Interior y la Asociación
mujer en las relaciones tanto personales como sociales y la de Mujeres Juristas Themis se debe a que en el Ministerio
existencia de una «cultura de la violencia», que supone la del Interior sólo se registran aquellos en los que se sabe de
aceptación de la violencia en la resolución de conflictos. forma inmediata la identidad del agresor como autor de los
Los cambios sociales de las últimas décadas respecto al pa- hechos y cuando la muerte se produce el mismo día en que
pel de la mujer en el ámbito tanto privado (pareja, familia), se registran los hechos. Sin embargo, en la Asociación The-
como público (laboral, social), hacia una relación más mis se hace seguimiento de los casos, incluyendo falleci-
igualitaria entre varón y mujer, han hecho posible que el mientos diferidos, pero como consecuencia de la agresión7.
problema de la violencia doméstica haya salido a la luz, de- Por comunidades autónomas las que presentan una mayor
bido en parte a una mayor conciencia de la mujer respecto tasa de denuncias por maltrato por millón de habitantes
a sus derechos y a su papel en la pareja, en la familia y en (año 2000), según fuentes del Ministerio del Interior, son
la sociedad, y también a una mayor sensibilidad social res- Ceuta y Melilla (5.200), Canarias (2.170) Madrid (1.490)
pecto al problema. Por otro lado, la no aceptación de estos y Andalucía (1.310), siendo Navarra (500) y Aragón (670)
cambios por parte del varón y ver peligrar lo que para al- las que presentan tasas más bajas7.
gunos era vivido como privilegio en ocasiones han podido En una macroencuesta realizada por el Instituto de la Mu-
favorecer la aparición de violencia. jer8 (2000), con una muestra de 20.552 mujeres mayores

TABLA Denuncias presentadas y número de mujeres y varones fallecidos en los últimos años por violencia doméstica según fuentes
1 del Ministerio del Interior y Asociación Themis
Número de muertos a manos de su pareja

Mujeres Varones

Años N.º denuncias mujeres Fuente: Ministerio del Interior Asociación Themis Fuente: Ministerio del Interior

1996 16.378 97
1997 18.882 75
1998 19.621 35 64
1999 21.778 47 68
2000 22.397 42 77 7
2001 24.158 42 69 3

78 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 90


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 79

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

de 18 años, se ha encontrado que el 12,4% de las mujeres TABLA Causas de la demora en la denuncia
está en «situación objetiva» de violencia en el entorno fa- 2 de la violencia
miliar (según los criterios de maltrato utilizados a través de
Esperanza en que la situación cambie
indicadores). Estos datos, proyectados a la población espa-
Miedo a represalias en ellas o en sus hijos
ñola, significan que 2.090.767 mujeres están en situación Vergüenza ante la sensación de fracaso o culpa
objetiva de violencia familiar. En 1.551.214 casos el mal- Tolerancia a los comportamientos violentos
trato se produce por parte de la pareja. Sin embargo, llama Dependencia de la mujer respecto a su pareja: psicológica y económica
la atención el hecho de que tras preguntar a las mujeres so- Situación psicológica de la mujer
bre si habían sufrido maltratos en el último año, sólo la ter- Sentimientos de ambivalencia o inseguridad
cera parte de ellas se consideraba a sí misma víctima de Miedo al aparato judicial
maltrato. Estas diferencias entre los casos detectados a tra- No saber a quién dirigirse o a qué servicios acudir
vés de indicadores y la percepción subjetiva de violencia Falta de apoyo familiar, social o económico

doméstica refleja la «tolerancia» ante las situaciones de


maltrato por parte de la mujer en las relaciones de pareja.
En una reciente encuesta realizada en Francia (ENVEF- Sin embargo, la variabilidad es grande; así, en algunos pa-
2000)9, de la que se conocen los resultados preliminares, se íses con bajo nivel de desarrollo y en otros en los que la dis-
encontró que un 10% de las mujeres encuestadas sufría en criminación de la mujer y las conductas objetivamente
ese momento violencia doméstica. maltratantes son aceptadas culturalmente tienen índices
En Estados Unidos los estudios de prevalencia de violencia más altos de maltrato.
doméstica varían dependiendo de la fuente de los datos y la En España no conocemos estudios de prevalencia de vio-
definición de violencia10-12. En una revisión de estudios rea- lencia doméstica en estadísticas clínicas; en Estados Unidos
lizados en Canadá y Estados Unidos (1985-1998), median- la prevalencia en las estadísticas clínicas es alta. Un 15-30%
te encuesta con base poblacional, encuentran una prevalencia de las mujeres que visitan los servicios de urgencias18,19 y
de 25-30% de violencia por parte de la pareja. Según una en- un 12-13% de las que visitan el departamento de asistencia
cuesta nacional en 50.000 hogares, llevada a cabo durante los familiar20,21 revelaron haber sufrido abusos físicos o ame-
años 1992-1993, se estimó que el 9,3/1.000 de mujeres y el nazas por parte de su compañero durante el último año. El
1,4/1.000 de varones son víctimas cada año de violencia per- 75% de las mujeres maltratadas que habían pasado por cen-
petrada por su esposo/a, ex esposo/a o compañero/a íntimo. tros sanitarios siguió sufriendo agresiones.
Estas estimaciones pueden ser bastante conservadoras debi-
do a la baja tasa de denuncias. En otro estudio sobre violen- Retraso en la denuncia
cia familiar a través de entrevistas efectuadas sobre un total La violencia doméstica tiende a ser repetitiva, con una me-
de 8.145 familias entre 1975 y 1985, el 16% de las parejas re- dia de 6 incidentes por año. En casi la mitad de los casos
veló casos de violencia en el año previo. En otros sondeos el primer episodio ocurre en el primer año de matrimonio
más recientes, el 2-3% de las mujeres manifestó haber sufri- y en muchos de ellos en el primer embarazo. Para la ma-
do agresiones por su compañero en el año anterior. Más del yoría de mujeres pasan entre 5 y 10 años desde el inicio del
50% de las mujeres que mueren asesinadas en Estados Uni- maltrato hasta que se denuncia el hecho.
dos lo hacen a manos de sus maridos o compañeros senti- ¿Por qué las víctimas no denuncian el maltrato?. En la ta-
mentales y un 8% de los varones asesinados lo hacen a ma- bla 2 exponemos algunas de las razones.
nos de su mujer. En otra publicación13 se revisan 34 estudios
de diferentes países y se concluye que entre el 25 y el 50% de Consecuencias de la violencia
las esposas sufre maltrato a lo largo de su vida por parte de doméstica2,5,11,22-25
su compañero o marido. La gravedad de sus consecuencias físicas y psicológicas, tan-
McCauley et al14 encuentra que el 32,7% de las mujeres to para la víctima como para la familia, hacen de la violen-
sufre violencia doméstica en algún momento de su vida. cia doméstica un importante problema de salud con intensa
En Canadá se estima que una de cada 7 mujeres sufre mal- repercusión social. En las tablas 3-5 se exponen las conse-
trato y en el 40% de las víctimas éste se inicia durante el cuencias del maltrato para la mujer, los hijos y el agresor.
primer embarazo.
En estudios realizados en países de Latinoamérica (Chile,
Factores de riesgo y vulnerabilidad26,27
Colombia, Nicaragua, Costa Rica y México), las cifras de
prevalencia de violencia doméstica oscilan del 30 al 60%15. Factores de riesgo y vulnerabilidad de ser mujer
Recientes publicaciones de estudios realizados en el Reino maltratada
Unido16 y en Irlanda17 por médicos generales encuentran La violencia doméstica se produce en parejas de cualquier
prevalencias del 41 y del 39% de mujeres que habían expe- clase social, en todas las culturas y en cualquier grupo de
rimentado violencia física, y cifras aún más altas para la edad, pero parece que el perfil de mayor riesgo de mujeres
violencia psicológica. maltratadas es el que posee alguna de las características

91 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 79


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 80

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

TABLA TABLA Factores de riesgo de ser varón


Consecuencias del maltrato
3 para la mujer 7 maltratador

Físicamente: lesiones de todo tipo, traumatismos heridas, quemaduras, Experiencia de violencia en su familia de origen*
relaciones sexuales forzadas, enfermedades de transmisión sexual, Alcoholismo*
embarazos de riesgo y abortos, muerte Desempleo o empleo intermitente*
Pobreza, dificultades económicas
Psicológicamente: Varones violentos, controladores y posesivos
Trastornos por estrés postraumático Baja autoestima
Ansiedad
Concepción rígida y estereotipada del papel del varón y la mujer
Depresión
Aislamiento social (sin amigos ni confidentes)
Intentos de suicidio
Abuso del alcohol, las drogas y los psicofármacos Vida centrada exclusivamente en la familia
Trastornos por somatización Varones que arreglan sus dificultades con violencia y culpan a otros
Disfunciones sexuales de la pérdida de control
Uso de la violencia con sus propios hijos Trastornos psicopatológicos

*Estos tres factores son los más claramente relacionados con conductas
Socialmente: aislamiento social
maltratantes en algunos estudios.

que se exponen en la tabla 6. Sin embargo, no hay que ol-


TABLA Consecuencias sobre los hijos como testigos de violencia vidar que, dado el bajo índice de detección, probablemen-
4 doméstica
te muchas mujeres que no responden a ese perfil son tam-
Riesgo de alteración de su desarrollo integral bién víctimas de maltrato. Una revisión de 52 estudios27
Sentimientos de amenaza (su equilibrio emocional y su salud física en peligro encontró que de un total de 97 factores potenciales de ries-
ante la vivencia de escenas de violencia y tensión) go estudiados, haber sido testigo de violencia familiar en la
Dificultades de aprendizaje
niñez o en la adolescencia era el más claramente relaciona-
Dificultades en la socialización
do con ser una esposa maltratada. En otro estudio26 se ha
Adopción de comportamientos violentos con los compañeros
Mayor frecuencia de enfermedades psicosomáticas y trastornos
encontrado que los problemas con el alcohol y las drogas,
psicopatológicos secundarios el desempleo o tener un empleo intermitente, y el bajo ni-
Con frecuencia son víctimas de maltrato por el padre o la madre vel socioeconómico son más comunes entre los maridos
agresores.
A más largo plazo:
Las mujeres embarazadas tienen más riesgo de sufrir vio-
Violencia transgeneracional: se ha establecido relación entre los niños
maltratados y la violencia familiar en el futuro
lencia doméstica, ya que hay varones que viven el embara-
Alta tolerancia a situaciones de violencia zo como una amenaza para su dominio. Algunos estu-
dios25 han encontrado una asociación entre la violencia y
problemas durante el embarazo, como retraso en la asis-
TABLA tencia, mayor número de abortos, partos prematuros y
Consecuencias para el agresor
5 riesgo de recién nacidos con bajo peso.

Incapacidad para vivir una intimidad gratificante con su pareja


Factores de riesgo de ser varón maltratador
Riesgo de pérdida de esposa e hijos
Puede darse en cualquier contexto, clase social o nivel cul-
Riesgo de detención y condena
Aislamiento y pérdida de reconocimiento social
tural, pero algunos factores o situaciones se han relaciona-
Sentimientos de fracaso, frustración y resentimiento do con ser varón maltratador26 (tabla 7).
Rechazo familiar y social
Dificultad para pedir ayuda psicológica o psiquiátrica Repercusión sobre la salud mental
Gomel (1998) hace una amplia revisión de los estudios que
relacionan violencia doméstica con salud mental11. Varios
TABLA Factores de riesgo de ser mujer estudios con base poblacional23,28 encuentran asociación
6 maltratada positiva entre la experiencia de maltratos y problemas de
Vivencia de violencia doméstica en su familia de origen
salud mental, como depresión, ansiedad, síndrome de es-
Bajo nivel cultural trés postraumático, insomnio y quejas somáticas, aunque
Bajo nivel socioeconómico no hay estudios concluyentes sobre psicopatología previa y
Aislamiento psicológico y social posterior a la vivencia de violencia en la pareja.
Baja autoestima En estudios realizados con mujeres maltratadas29-33, en los
Sumisión y dependencia que se han utilizado diferentes métodos y escalas de valo-
Embarazo ración, se ha encontrado que las mujeres que han sido víc-
Desequilibrio de poder en la pareja timas de maltratos tienen una mayor prevalencia de sín-
Consumo de alcohol o drogas
drome de estrés postraumático, crisis de ansiedad, fobias,

80 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 92


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 81

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

abuso de sustancias, trastornos por somatización, dolor – En el 39%, identificación con los pacientes.
crónico, depresión y riesgo de suicidio. – Algunos profesionales sanitarios plantean problemas de
En la aparición de los trastornos de salud mental en las credibilidad a la mujer.
víctimas de maltrato y en la gravedad de éstos influyen di- – A veces la mujer no quiere comunicar su caso por des-
versos factores. Disponer de soportes sociales y de expe- confianza hacia los servicios sanitarios.
riencias positivas ante las crisis vitales son factores de pro-
tección y se asocian con valores más bajos de síndrome de Los médicos advierten la necesidad de formación en el te-
estrés postraumático; las situaciones estresantes durante la ma. En otros estudios posteriores se han aducido razones
infancia y las experiencias negativas frente a crisis vitales se similares, que se manifiesta la relevancia del problema pe-
asocian con una mayor frecuencia de trastornos psicológi- ro se percibe la existencia de un infradiagnóstico por parte
cos31,32. Sólo algunas víctimas de maltrato presentan tras- de los médicos generales40.
tornos psicopatológicos bien definidos. En muchos casos,
los motivos de consulta pueden ser síntomas físicos y psi- Estudios en otros ámbitos
cológicos poco específicos y trastornos por somatización, En un estudio realizado en Argentina mediante encuesta a
que pueden ser la carta de presentación de una situación de médicos internistas de 12 centros del país (175) sobre co-
maltrato. El reconocimiento de estos síntomas puede lle- nocimientos y detección de violencia doméstica, se conclu-
varnos a la identificación y el tratamiento tempranos del yó que los médicos sólo interrogaban sobre la posibilidad
maltrato y quizá a prevenir la aparición de problemas fu- de maltrato al 0,8% de las pacientes, llegando al diagnós-
turos. tico en el 66% de las preguntadas. En este trabajo se po-
nen de manifiesto las carencias formativas en este campo y
Identificación de maltrato por el médico el interés de los médicos en recibir entrenamiento y for-
general mación al respecto41.
Hay estudios20,34,35 que han investigado la frecuencia con Otro estudio realizado en México42 sobre conocimientos y
que las víctimas de abusos consultan al médico de familia actitudes de médicos de hospital y de consultorios ha pues-
y cuándo el médico identifica el maltrato. Sólo en un 28% to de manifiesto la infradetección, la ausencia de protoco-
de los casos en un estudio35 y en un 40% en otro20 se iden- los, las carencias formativas, los prejuicios sobre la mujer y
tificó el abuso. las barreras institucionales (sobrecarga de trabajo, falta de
En otro estudio36 se encuentra que los médicos de familia tiempo e infrarregistro de los casos detectados). La mayo-
sólo llevan a cabo cribado al 10% de las mujeres en la pri- ría manifestó su necesidad de formación en este campo.
mera consulta, los ginecólogos al 17% y los internistas al La actitud de los profesionales de la salud tiene mucho que
6%. La falta de tiempo, no llevar a cabo un abordaje psi- ver con su «capacidad de detección». En una reciente pu-
cosocial y el temor a invadir la esfera privada de la mujer blicación, Rodríguez Vega y Fernández Liría reconocen la
son algunas de las razones de ello. Los autores plantean la escasa sensibilidad de la comunidad científica psiquiátrica
implicación de las enfermeras en la identificación y el hacia el problema de los maltratos, quizá porque es más fá-
abordaje de la violencia37. cil considerar que debe ajustarse a «moldes psicopatológi-
Por otro lado, se conoce que casi la totalidad de las vícti- cos» establecidos, en lugar de preguntarse por «lo que que-
mas visitó a su médico general en el año siguiente a la da oculto», siguiendo su reflexión. Concluyen expresando
agresión y, además, se produjo un incremento de la fre- la necesidad de entrenamiento a futuros profesionales de la
cuentación a la consulta del médico38. salud mental mediante programas formativos43.
La atribución errónea de los síntomas a problemas físicos
¿Por qué no se detectan los maltratos? o psicopatológicos, los prejuicios hacia la mujer maltratada
En un estudio realizado en la Universidad de Seattle39 se y la «falta de sensibilidad» hacia el problema son barreras
entrevistó a médicos de familia, investigando el porqué del que actúan dificultando no sólo la detección sino también
miedo a «abrir la caja de Pandora» al preguntar por la exis- el abordaje profesional adecuado ante una situación de
tencia de violencia doméstica. Entre las causas más fre- maltrato.
cuentes se encontraron:
Prevención de la violencia doméstica
– En el 20%, miedo a lo imprevisible, a la pérdida de con-
trol del médico al preguntar sobre violencia en el hogar. Evidencia sobre la eficacia y la efectividad
– En el 50%, limitaciones de tiempo, falta de preparación de las intervenciones preventivas en nuestro medio
sobre el tema, miedo a ofender a la paciente, sensación de No conocemos estudios de intervención en España que
incapacidad y frustración al tratar el tema, no saber cómo hayan sido evaluados y que hayan demostrado o negado su
abordarlo o cómo preguntar. efectividad en la prevención primaria o secundaria de los
– En el 42%, frustración por no poder controlar el com- maltratos a la mujer. Existen numerosos programas dirigi-
portamiento de la víctima. dos a la atención de la mujer víctima de maltratos, promo-

93 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 81


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 82

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

vidos por las áreas de servicios sociales de ayuntamientos, e incluir algunas preguntas acerca del maltrato como par-
comunidades autónomas, asociaciones etc., pero tienen un te de la historia rutinaria en pacientes adultos.
objetivo fundamentalmente asistencial y no están pensa- Las otras razones que aduce la US Task Force son: la alta
dos como estudios de investigación para la evaluación de prevalencia de maltrato no detectado en mujeres, el valor
efectividad de determinadas intervenciones preventivas. potencial de esta información en la atención al paciente, el
Hay estudios a escala internacional que han evaluado la bajo coste y el poco riesgo de daño de este cribado.
detección rutinaria, pero los resultados todavía no han de- Otra organización, la Family Violence Preventing Fund,
mostrado de forma clara los beneficios de su utilización. recomienda el cribado sistemático en mujeres mayores de
Ramsay et al44 llevaron a cabo una revisión sistemática de 14 años que acudan a las consultas de atención primaria,
20 estudios que reunían criterios de inclusión tras la revi- servicios de urgencias, consultas de obstetricia y ginecolo-
sión de los estudios publicados en 3 bases de datos (Med- gía, ingresos hospitalarios o entornos de salud mental50.
line, Embase y CINAHL), analizando la aceptabilidad y la
efectividad del cribado para la violencia doméstica; Mc- Intervención del médico de familia
Nutt et al45 hicieron un estudio prospectivo de cohortes en ¿Qué puede hacer el médico de familia desde el punto de
las que estudiaron un grupo de intervención (documento vista de la prevención, en el contexto de nuestra actividad
de cribado, información, documentación), frente a un gru- ordinaria en la consulta? ¿Cuál es su papel en los distintos
po control, y encontraron un incremento de la detección tipos de prevención, primaria, secundaria y terciaria? En
para mujeres víctimas de abusos graves, pero fue poco sen- primer lugar, es necesaria la sensibilización por parte de los
sible en el caso de abusos moderados y leves. Dos estu- profesionales: la violencia doméstica es un problema de sa-
dios46,47 realizados con personal de enfermería demostra- lud y como tal nos atañe.
ron que la tasa autocomunicada de maltrato como causa de
lesiones en servicios de urgencias es escasa (7,5%) y que és- Prevención primaria
ta mejora (30%) cuando la mujer es preguntada directa- Si nos referimos a influir en las causas de la violencia do-
mente por enfermeras previamente entrenadas. méstica, el papel de los sanitarios en la prevención pri-
Aunque las evidencias no sean aún muy sólidas, la impor- maria es limitado, ya que fundamentalmente se trata de
tancia del problema de la violencia doméstica apoya la ne- actuaciones educativas orientadas al respeto, la igualdad,
cesidad de que el médico de familia y los profesionales de la tolerancia y la no violencia en el seno de la familia, y a
atención primaria en general deban comprometerse en la la promoción de una cultura más igualitaria entre sexos y
detección de la violencia domestica por su alta prevalencia, clases. La escuela y la sociedad deben desempeñar un pa-
por su carácter repetitivo, por las dramáticas repercusiones pel orientado a crear un clima de no tolerancia hacia los
en la víctima y en los distintos miembros de la familia, y agresores, a mejorar el estatus de la mujer en la sociedad
por el alto coste sanitario y social. y a exigir cambios en las normas sociales. Podemos con-
tribuir a través de la educación para la salud respecto a las
Recomendaciones de organizaciones internacionales10. La relaciones interpersonales, la comunicación y la convi-
American College of Obstetricians and Gynecologists vencia.
(ACOG), el American College of Physicians y la Ameri- Otras actividades de prevención primaria que el profesio-
can Academy of Family Physicians (AAFP) recomiendan nal sanitario puede llevar a cabo son:
a los médicos permanecer alerta ante la posibilidad de vio- 1. Identificar a personas con mayor riesgo de sufrir violen-
lencia doméstica como factor causal de enfermedades y le- cia doméstica:
siones.
Un grupo de expertos convocado por el National Council – Mujeres con perfil de riesgo de sufrir maltrato (depen-
y el Institute of Medicine de Washington, para evaluar las dencia, baja autoestima, aislamiento, historia de maltrato
intervenciones sobre violencia familiar, publicó sus conclu- en la familia de origen…).
siones en 1996 y, junto a otras organizaciones como la He- – Varones con perfil de riesgo de maltratadores (varones
althy People 2000 y la Joint Commision on Accreditation violentos y controladores, con bajo control de impulsos,
of Health Care Organizations, recomienda a todos los ser- con historia de maltratos en la familia de origen).
vicios de urgencias el empleo de protocolos para detectar y Con estas personas el profesional debe intervenir cuando
tratar a las víctimas de la violencia doméstica48. sea posible y, en todo caso, debe estar alerta para llevar a
La Canadian Task Force on Preventive Health Care49 y la cabo una detección precoz.
US Preventive Services Task Force10 establecen una reco- 2. Identificar situaciones de riesgo o mayor vulnerabilidad:
mendación tipo C al no haber suficientes evidencias a fa- abuso de alcohol, pérdida de empleo, consumo de drogas,
vor o en contra del empleo de instrumentos específicos de embarazo, conflictos, pérdidas o fracasos, separación, dis-
cribado para la detección de la violencia doméstica. No función familiar.
obstante, manifiestan que se puede recomendar a los mé- Intervenir en estas situaciones mediante medidas de apo-
dicos permanecer alerta en busca de síntomas de maltrato yo psicosocial y sanitario, y reforzar la red social, los gru-

82 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 94


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 83

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

pos de ayuda mutua y las asociaciones no profesionales. Las mujeres que consultan por una agresión física son só-
Actuando en este nivel de prevención rompemos también lo una pequeña parte de las que sufren violencia. Muchas
el círculo de la violencia trasgeneracional. acudirán a la consulta quizá con síntomas inespecíficos,
consultarán reiteradamente por motivos banales, quejas
Prevención secundaria somáticas o trastornos psicológicos poco específicos, y qui-
Existe una preocupación unánime respecto a la baja detec- zá no lleguemos ni a atisbar el mensaje oculto de esas visi-
ción de la violencia doméstica y el retraso en el diagnósti- tas, que pueden ser la carta de presentación, la llamada de
co, con las consecuencias que estos hechos conllevan. Se atención, ante un problema que la mujer no se atreve a re-
vive la necesidad de encontrar mecanismos para su detec- velar directamente, pero que a la vez suponen una deman-
ción, «para romper el silencio, ayudar a las víctimas y pre- da de ayuda. A veces la mujer explorará nuestra actitud,
venir que se perpetúe o agrave la situación»7. En este sen- nuestra receptividad, y en función de nuestra respuesta ex-
tido, los servicios médicos pueden ser instrumentos muy pondrá o no su problema.
importantes de detección51-54.
Diferentes profesionales sanitarios deben implicarse en la Cuestionarios estandarizados para la detección de la violencia
detección, pero los médicos de familia tienen un papel cla- doméstica. Numerosos estudios han utilizado diferentes
ve por su accesibilidad y por la alta frecuentación de la po- cuestionarios estructurados para la detección de los mal-
blación en la consulta, por la continuidad en la atención, tratos, en consultas prenatales56,57, servicios de urgencias58
por el carácter longitudinal de la asistencia que prestan y o de salud mental59, etc., y varias publicaciones han pre-
porque a menudo gozan de la confianza de las pacientes, sentado estudios de revisiones sistemáticas de diferentes
lo que hace que ocupen un lugar de privilegio para la de- herramientas de cribado utilizadas en distintos ámbi-
tección precoz del maltrato, y eso mismo les confiere una tos44,53,60, analizando sensibilidad, especificidad, validez,
responsabilidad respecto a su papel en este importante factibilidad y aceptabilidad.
problema de salud, que hasta el momento no han asumido La aplicación de los cuestionarios utilizados en consultas
plenamente como colectivo. prenatales (Domestic Abuse Assessment Questionary, de
Se han esgrimido varios argumentos para justificar esta si- Canterino et al, y el Abuse Assessment Screen, de Wiist y
tuación: la sobrecarga asistencial de los médicos de aten- McFarlane), así como en servicios de urgencias, incremen-
ción primaria dificulta que se disponga del tiempo que exi- tó el grado de detección. Sin embargo, las revisiones siste-
ge una entrevista ante una sospecha de maltrato; la falta de máticas y los estudios de series realizados recientemente
formación de los médicos en este campo (la total ausencia por Fogarty et al60, Ramsay et al44, Waalen et al61 y Carl-
de temas de violencia doméstica en los currículos de pre- son Gielen et al62 han encontrado una gran variabilidad de
grado y en los programas formativos de posgrado son bas- resultados. Así, tanto Ramsay et al como otros autores53
tante elocuentes) dificulta el establecimiento del diagnós- concluyen que la implementación de programas específi-
tico y saber cómo abordarlo. cos de cribado no está justificada, porque aún no hay sufi-
La AMA55, en su guía para el diagnóstico y el tratamien- cientes evidencias del beneficio y la ausencia de efectos in-
to de la violencia doméstica, dice: «El médico puede ser la deseados.
única persona fuera de la familia a la que una mujer pida Aunque no existe consenso respecto a la utilización siste-
ayuda; estos profesionales tienen una oportunidad única y mática de cuestionarios específicos para el cribado de la
la responsabilidad de intervenir». Además, el profesional violencia doméstica en la población general, sí se aconseja
del primer nivel tiene la oportunidad de conocer la «evo- incluir preguntas sobre la existencia de maltrato en el curso
lución natural» de la violencia doméstica en las distintas de la entrevista clínica, que pueden ayudar a la detección.
fases. Sólo se ha estudiado la punta del iceberg, ese 10% de
la mujeres víctimas de maltrato que se llega a conocer; pe- ¿Cómo ha de ser la entrevista en estos casos? Algunas normas
ro, ¿que pasa con el 90% restante? ¿Cómo podemos llegar pueden facilitarnos la realización de la entrevista clínica
a ellas y ayudarlas a romper su silencio? (tabla 8).

Cribado. Aunque por el momento no hay suficientes evi- Investigar síntomas de maltrato. Los signos y síntomas que
dencias científicas que permitan aconsejar el cribado sis- nos alertarán de la existencia de maltrato se muestran en la
temático a la población general para detectar el maltrato, tabla 9. Cuando la paciente sufra un trastorno por ansie-
se aconseja al médico de familia que esté alerta ante si- dad o depresión debemos abordar este problema, pero a la
tuaciones de riesgo, indicios o síntomas de violencia do- vez tenemos que ser muy cautos a la hora de prescribir psi-
méstica. La identificación de víctimas de maltrato es una cofármacos como tratamiento exclusivo, sobre todo por
tarea difícil, pues la mujer con frecuencia no está dispues- períodos prolongados, ya que a veces pueden mermar la
ta a dar voluntariamente información sobre el abuso; por capacidad de reacción o de autodefensa que le permita sa-
ello, el médico y la enfermera deben estar atentos a los lir de la situación. Aquí no se trata de adaptarse a la situa-
signos de alerta. ción de violencia; otra razón para ser cautos es el mayor

95 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 83


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 84

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

TABLA vez maltratada?; ¿se siente segura?; ¿ha sentido miedo?; ¿ha
Normas para la entrevista clínica a la mujer
8 ante sospecha de maltrato sido violentada o agredida físicamente, sexualmente?;
¿controla sus salidas?; ¿le controla el dinero?; ¿le ha ame-
Ver a la mujer sola, asegurando la confidencialidad
nazado alguna vez?; ¿tiene armas en casa?; ¿ha contado su
Utilizar el tiempo necesario para la entrevista
problema a algún familiar o amigo?
Observar las actitudes y el estado emocional (a través del lenguaje verbal
y no verbal)
Facilitar la expresión de sentimientos Prevención terciaria
Mantener una actitud empática, facilitadora de la comunicación, Si se llega al diagnóstico, es decir, al conocimiento de la
con una escucha activa existencia de una situación de maltrato, es preciso hacer
Hacerle sentir que no es culpable de la violencia sufrida una valoración inicial de la situación de riesgo inmediato:
Expresar claramente que nunca está justificada la violencia en las relaciones
riesgo vital por las lesiones, riesgo potencial de homicidio
humanas
Abordar directamente el tema de la violencia, con intervenciones facilitadoras
o de nuevas agresiones y riesgo de suicidio. Se debe valo-
Creer a la mujer, tomarla en serio, sin poner en duda su interpretación rar si se trata de una situación aguda o crónica y establecer
de los hechos, sin emitir juicios, intentando quitar el miedo a la revelación un plan de actuación (teniendo en cuenta la opinión de la
del abuso mujer, la situación de los hijos y los apoyos con los que
Alertar a la mujer sobre los riesgos que corre cuenta), para lo cual hoy día disponemos de recursos, que
Respetar a la mujer y aceptar su ritmo y su elección
en general el trabajador social puede poner en marcha di-
Ayudarle a pensar, a ordenar sus ideas y a tomar decisiones
rectamente o a través del teléfono permanente de atención
Registrar estos hechos con precisión en las historias
a mujeres maltratadas en distintas instituciones: centros de
emergencia, SAM (Servicio de Atención a la Mujer de la
Policía Nacional), EMUMES (Equipo de Mujer y Meno-
TABLA Signos y señales de alerta res de la Comandancia de la Guardia Civil), hot line del
9 de maltrato
Instituto de la Mujer, Asociación de Asistencia a Víctimas
Físicos: heridas, huellas de golpes, hematomas, discrepancia entre de Agresiones Sexuales y Maltrato, etc.
características y descripción del accidente, localización, demora en la Si se ha detectado maltrato en la mujer y ésta tiene hijos,
solicitud de atención
debemos contactar con el pediatra e informarle, por el ries-
Psíquicos: ansiedad, depresión, confusión, agitación, síndrome de estrés go potencial de los hijos, tanto por ser testigo de la violen-
postraumático, intentos de suicidio cia como por la posibilidad de que éstos también sean víc-
Actitudes y estado emocional: timas. Debe haber una buena coordinación entre pediatra
Actitudes de la víctima: temor, nerviosismo, ausencia de contacto visual, y médico de familia, ya que en muchas ocasiones a través
inquietud, sobresalto al menor ruido, miradas inquietas a la puerta,
del pediatra podemos detectar maltratos no sólo en el ni-
pasividad, ensimismamiento, tendencia a culpabilizarse y a exculpar a su
pareja, reticencia a responder preguntas o a dejarse explorar, incapacidad ño sino también en la mujer. El maltrato debe sospechar-
para tomar decisiones se cuando se observe negligencia, abandono o lesiones en
Estado emocional: tristeza, miedo a morir, ideas suicidas, ansiedad el niño y conductas inapropiadas hacia la madre (sobre-
extrema. Si acude el cónyuge debemos explorar también su actitud: protección o agresividad).
excesiva preocupación y control o bien excesivo desapego y
despreocupación, intentando banalizar los hechos; debe entrevistarse
Las actuaciones que se deben realizar están basadas en su
a los elementos de la pareja por separado mayoría en el Protocolo Sanitario del Servicio Interterri-
Otros síntomas: quejas crónicas de mala salud, insomnio cefaleas,
torial para la actuación ante los maltratos, así como en
abdominalgias, disfunciones sexuales, consumo abusivo de otras guías de actuación ante la violencia doméstica63-66,
medicamentos, hiperfrecuentación, absentismo laboral, abortos que se resumen en la figura 1 (algoritmo de actuación).
provocados o espontáneos, etc.
Los trastornos por somatización son una posible consecuencia de la violencia
Actuación con los niños. La entrevista debe realizarla el pro-
mantenida
fesional que mejor conozca el niño y en quien tenga más
confianza (generalmente el pediatra). Se deben observar
las siguientes normas de actuación, procurando, en la me-
riesgo de adicción a sustancias, en las que puede ver una dida de lo posible, crear una atmósfera de confianza y se-
ayuda para sobrellevar situaciones límite. Los psicofárma- guridad:
cos, sobre todo las benzodiacepinas, pueden favorecer un
enmascaramiento del problema. – Ayudar a verbalizar las emociones del niño: miedo, cul-
Ante estos signos o síntomas podemos formular preguntas pabilidad, cólera, tristeza ambivalencia.
facilitadoras, que han de ser graduales y, en función de la – Decirle que él no es culpable de los problemas fami-
respuesta, continuar. liares.
Preguntas facilitadoras: le veo preocupada, ¿cómo van las – Evaluar el grado de aislamiento del niño y su red social.
cosas en su familia?; ¿tiene algún problema con su esposo – Enseñarle a poner en práctica mecanismos de autopro-
o con sus hijos? Esperar respuesta. ¿Se ha sentido alguna tección (identificar situación de riesgo de agresión, ins-

84 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 96


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 85

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

Prevención primaria
Mujer que acude a consulta de atención primaria por cualquier motivo Prevención secundaria
Prevención terciaria

Factores de riesgo Educación para la igualdad


de género
Mujer Familia
Antecedentes de violencia doméstica Servicios educativos
en la familia de origen Identificación de factores de riesgo o situaciones Medios de comunicación
Sumisión y dependencia de mayor vulnerabilidad para la violencia Servicios sanitarios
Baja autoestima doméstica en la paciente
Bajo nivel económico y cultural Control de factores de riesgo
Embarazo
Consumo de alcohol/drogas

Varón maltratador
Violencia doméstica en la familia No
de origen
Alcoholismo y desempleo Ante la observación de signos de alerta
Cultura de violencia de violencia doméstica en la exploración
Anotar en la
historia rutinaria


Signos de alerta
Físicos
Heridas, huellas de golpes

Psíquicos No
Ansiedad, síndrome por estrés Estar alerta y hacer seguimiento
Preguntar si es víctima de violencia doméstica de la situación
postraumático, depresión,
somatizaciones, insomnio

Actitudes de la mujer
Temor, nerviosismo, negativa a dejarse
explorar, quejas crónicas, abuso de
fármacos, disfunciones sexuales, Sí
hiperfrecuentación Valoración integral
Informar a la paciente
Hacer un parte judicial
Comunicar al trabajador social
No Ofrecer servicios de apoyo social
Valorar riesgo inmediato (grupos de ayuda a las víctimas,
abogados, casa de acogida, etc.)
Informar al pediatra si tiene hijos
Remitir a servicios especializados
si precisa
Buscar estrategia de protección
y plan de salida ante riesgo de
Sí nuevas agresiones
Plan de seguimiento
Anotar en la historia
Físico Psíquico Social (amenaza para
(gravedad de lesiones) (riesgo autolítico) la vida de mujer/hijos)

Remisión a servicios de Remisión a urgencias Comunicación inmediata


urgencias del hospital psiquiátricas del hospital al juzgado

Pasada la situación aguda, proseguir las actuaciones de coordinación y seguimiento en atención primaria

Agresión sexual Con independencia del riesgo vital, debe remitirse siempre al hospital
para valoración ginecológica y forense

FIGURA Algoritmo de actuación ante la violencia doméstica.


1

97 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 85


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 86

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

truirle sobre cómo actuar, enseñarle a qué teléfono tiene las experiencias que se conocen, tanto en Europa (13 de
que llamar o a quién debe pedir ayuda y cuándo etc.). los 15 países miembros tiene algún programa de rehabili-
– Comprobar si el niño tiene comportamientos autodes- tación) como en Estados Unidos, no son muy alentadoras,
tructivos. pero hemos de tener en cuenta que estas intervencio-
– Si hay sospecha de agresión al niño, se debe actuar según nes(terapias cognitivoconductuales) se hacen casi siempre
el protocolo de maltrato infantil. en varones generalmente convictos de delitos graves, por
– Siempre se debe informar al pediatra para su seguimien- orden judicial (no de forma voluntaria) y con un alto ín-
to en el programa del niño en situación de riesgo, deter- dice de abandonos de la terapia67-69.
minando si es preciso aumentar la frecuencia de las visitas
de seguimiento en el programa del niño o si se requiere la Actuación del profesional de atención
intervención de otros profesionales (psicólogos) o institu- primaria ante la violencia doméstica (fig. 1)
ciones (equipos psicopedagógicos). – Identificar situaciones de riesgo o especial vulnerabili-
dad.
Actuación con el agresor. Con frecuencia el agresor compar- – Descifrar signos de maltratos a través de indicios.
te médico con la víctima y, como médicos, no debemos – Establecer un diagnóstico lo más pronto posible, con un
eludir la actuación con el agresor. La entrevista con el mal- examen físico y una valoración psicológica.
tratador no es fácil para ningún profesional de la salud, pe- – Identificar trastornos psicopatológicos de la víctima y el
ro las recomendaciones que siguen pueden servir de orien- agresor.
tación y ayuda. Normas de actuación: – Identificar las lesiones corporales.
– Evaluar la magnitud del maltrato, valorando la gravedad
– Hablar con un tono calmado y seguro, sin juzgar. de las lesiones, el riesgo autolítico y el grado de peligrosi-
– Identificar comportamientos inaceptables y no dejarse dad o riesgos de nueva agresión.
intimidar. – Establecer un plan de actuación integral y coordinado.
– Abordar el problema hablando francamente. – Enviar a la víctima, si fuera preciso, a los servicios espe-
– Permitirle reconocer sus comportamientos violentos y cializados.
hacerse responsable de sus actos. – Hacer parte de lesiones y remitir al juez.
– Ofrecer tratamiento si tiene problemas de alcoholismo. – Contactar con el trabajador social y los servicios sociales.
– Si tiene problemas psicológicos, toxicomanías o proble- – Informar de los pasos legales cuando se haya de forma-
mas psiquiátricos, ofertar servicios especializados. lizar una denuncia.
– No presumir una rehabilitación espontánea (aunque se – Buscar una estrategia de protección y un plan de salida,
confiese avergonzado y arrepentido). cuando exista riesgo físico, e informar de ellos a la víctima.
– No dar nunca la dirección de la casa de acogida de su es- – Registrar los hechos en la historia clínica.
posa.
Puede ser necesaria la intervención de atención especiali-
El tratamiento global de la violencia doméstica debe in- zada así como del forense, dependiendo del tipo y grave-
cluir la atención, además de a la víctima, a los hijos y a la dad de las lesiones. En todas las agresiones sexuales debe-
pareja o esposo maltratador. Se sabe que un 30% de las mos enviar a la víctima al hospital para una valoración
mujeres maltratadas continúa viviendo con su agresor, por ginecológica y forense; en otros tipos de maltrato se envia-
lo que tratar sólo a la víctima no sería suficiente. Tratar y rá a la paciente cuando la situación clínica lo aconseje.
hacer un seguimiento al maltratador puede ayudar a rom- Nuestra actuación ante los casos de hecho está más clara y
per el ciclo de la violencia en la familia. En muchos casos de alguna forma supone poner en práctica el protocolo de
la mujer se separará del marido violento, pero con frecuen- actuación aprobado por el Consejo Interterritorial63 u
cia éste formará una nueva pareja en la que con mucha otros similares que ya tienen en marcha varias comunida-
probabilidad se reproducirá la situación anterior. Las in- des autónomas, así como algunas guías publicadas en otros
tervenciones con el agresor se orientarán, por un lado, ha- países64-66.
cia el repudio social a la conductas maltratantes y al cum- Recientemente se ha decretado en España la Ley de Mo-
plimiento de las medidas punitivas establecidas por la ley, dificación del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamien-
y por otro, hacia las intervenciones psicosociales orientadas to Criminal, que contempla el castigo de la violencia físi-
a la rehabilitación y la reinserción social; los programas de ca y psíquica con algunas medidas importantes, como la
rehabilitación de los agresores intentan conseguir que és- separación física del agresor de la mujer cuando hay ries-
tos asuman su responsabilidad y el cambio de conducta, y go y la prohibición de aproximación a la víctima, la actua-
serán complementarios pero nunca sustitutivos de las me- ción pericial de los médicos forenses y la emisión de un
didas penales. informe que recoja la valoración de daños físicos y psíqui-
Existe controversia y gran escepticismo respecto a las po- cos, así como la tipificación como delito de la violencia
sibilidades rehabilitadoras de los varones maltratadores, y psíquica70.

86 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 98


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 87

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

coordinación con los muchos profesionales e instituciones


Recomendaciones básicas para los que tienen un papel importante en el problema. Tampoco
profesionales de atención primaria podemos olvidar que la prevención debe asentarse en el
desarrollo comunitario que favorezca los cambios en acti-
– Estar alerta ante la posibilidad de maltrato. tudes, valores y comportamientos respecto al lugar iguali-
– Identificar a las personas en riesgo. tario de mujeres y varones en la sociedad; somos conscien-
– Identificar situaciones de riesgo y mayor vulnerabilidad. tes de que esto supone un largo camino por recorrer.
– Estar alerta ante demandas que pueden ser una petición Muchas experiencias en todo el mundo están en marcha.
de ayuda no expresa. En las últimas 2 décadas, se ha despertado la «conciencia
– Una vez diagnosticado el maltrato, poner en marcha de problema», se han marcado líneas de actuación y se han
estrategias de actuación con la víctima, los hijos y el dado pasos inimaginables hace tan sólo unos pocos años;
agresor. todo ello nos permite albergar esperanza de igualdad para
– Identificación de trastornos psicopatológicos en la las mujeres de generaciones futuras.
víctima y el agresor.
– Coordinar nuestra actuación con el trabajador social, los
servicios especializados y el pediatra, si fuera preciso, e
informar sobre la red social disponible.
– Realizar el informe médico legal si procede.
Bibliografía
– Registrar los hechos en la historia y en la hoja de 1. Krug EG, et al, editors. World report on violence and health.
problemas. Geneva: World Health Organization, 2002.
2. AAFP Home Study Self Assessment. La violencia en la familia.
Barcelona: Española, 1996; p. 13-46.
Recomendaciones para la administración 3. Stringham P. Domestic violence. Primary Care 1999;26:373-84.
sanitaria 4. Sassetti MR. Domestic violence. Primary Care 1993;20:289-305.
5. Campbell J, Snow Jones A, Dienemann J, et al. Intimate partner
– Facilitar actividades de formación a los profesionales, violence and physical health consequeces. Arch Intern Med
para mejorar el abordaje profesional de la violencia 2002;162:1157-63.
doméstica. 6. Jewkes R. Intimate partner violence: causes and prevention.
– Garantizar las condiciones estructurales y organizativas Lancet 2002;359:1423-9.
7. Alberdi I, Matas N. La violencia doméstica. Informe sobre los
(tiempo, número de pacientes, confidencialidad, etc.) malos tratos a mujeres en España. Cap. VI. La violencia domés-
que faciliten el abordaje del problema a través de la tica en cifras. Estudios La Caixa [edición electrónica] 2002; p.
entrevista. 115-55. Disponible en: www.estudios.lacaixa.es
– Incluir en los currículos de pregrado y en los programas 8. Instituto de la Mujer. Encuesta: la violencia contra las mujeres.
posgrado de los profesionales sanitarios la enseñanza de Madrid: Instituto de la Mujer, 2000.
9. Enquête national sur les violences envers les femmes en France. Pa-
la violencia doméstica como problema de salud. ris: ENVEFF, 2000. Jaspard M, et al. Service de droit des femmes.
– Implantar un sistema de registro de casos de violencia 10. US Preventive Services Task Force. Violencia familiar. En: Guía
doméstica en los servicios sanitarios. de medicina clínica preventiva (ed. esp.). Barcelona: Williams
and Wilkins, 1998; p. 441-51.
11. Gomel MK. Domestic violence - An issue for primary health ca-
re professionals. Preventing mental ilness: mental health promo-
Somos conscientes de que hablar de prevención «global» tion in primary care. Ed. R. Jenkins, 1998; p. 440-55.
de la violencia doméstica pueda parecer pretencioso, por 12. Watts C, Zimmerman C. Violence against women: global scope
las dificultades objetivas que entraña, ya que, como hemos and magnitude. Lancet 2002;359:1232-7.
apuntado, para prevenirla hay que afrontar las causas es- 13. Heise LL, Pitanguy J, Germain A. Violence against women. The
hidden health burden. Washington: World Bank Discussion Pa-
tructurales y sociales que sustentan las desigualdades de pers, 1994.
sexo, sociales, económicas y políticas, ancladas en la es- 14. McCauley J, Kern DE, Kolodner K, et al. The battering syndro-
tructura de nuestra sociedad, pero no por ello inamovibles. me: prevalence and clinical characteristics of domestic violence
En este contexto, los sanitarios sólo somos un pequeño es- in primary care internal medicine practices. Ann Fam Med
labón de la gran cadena necesaria para abordar de forma 1995;123:737-46.
15. Venguer T, Rawcett G, Vernon R, Pick S. Violencia doméstica:
eficaz el problema de la violencia doméstica, pero eso no un marco conceptual para la capacitación del personal de salud.
nos exime de la parte de responsabilidad que nos concier- Population Council/INOPAL III 1998. Disponible en:
ne como sanitarios, siendo sensibles al problema y asu- www.popcouncil.org
miendo nuestro papel en la detección, el tratamiento y el 16. Richardson J, Coid J, Petruckevitch A, Chung W, Moorey S, Fe-
apoyo a las víctimas. der G. Identifying domestic violence: cross sectional study in pri-
mary care. BMJ 2002;324:274. Disponible en: http://bmj.com
En el abordaje de la violencia doméstica es especialmente 17. Bradley F, Smith M, Long J, O’Dowd T. Reported frecuency of
importante saber que es un problema multidimensional, y domestic violence: cross sectional survey of woman attending ge-
que nuestra actuación sólo será efectiva si trabajamos en neral practice. BMJ 2002;324:271. Disponible en: http://bmj.com

99 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 87


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 88

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

18. Abbott J, Johnson R, Koziol-McLain, et al. Domestic violence 42. Fawcett G, Venguer T, Vernon R, Pick S. Detección y manejo de
against women: incidence and prevalence in an emergency de- mujeres víctimas de violencia doméstica: desarrollo y evaluación
partment population. JAMA 1995;273:1763-7. de un programa dirigido al personal de salud. Population Coun-
19. McLear S, Anwar R. Identification of abuse in emergency de- cil/INOPAL III, 1998. Disponible en: www.popcouncil.org
partament. Am J Public Health 1998;79:65-6. 43. Rodríguez Vega B, Fernández Liría A. La consideración psi-
20. Hamberger LK, Saunders DG, Hovey M. Prevalence of domes- quiátrica del maltrato a la mujer. Arch Psiquiatr 2002;65:1-3.
tic violence in community practice and rate of physsician inquiry. 44. Ramsay J, Richardson J, Carter YH, Davidson LL, Feder G.
Fam Med 1992;24:382-7. Should health professionals screen wome for domestic violence?
21. Elliot BA, Johnson MM. Domestic violence in a primary care Systematic review. BMJ 2002;325:314. Disponible en:
setting. Arch Fam Med 1995;4:113-9. http://bmj.com/cgi/content/full/325/7359/314
22. Work Group of Domestic Violence. Institute for Clinical Systems 45. McNutt LA, Carlson B, Rose I, Robinson A. Partner violence
Improvement. Mayo Clinic Health Care Guideline Domestic intervention in the busy primary care environement. Am J Prev
Violence, 2000. Disponible en: www.icsi.org/guide/DV.pdf Med 2002;22:84-91.
23. Mullen EP, Roman-Clarkson SE, Walton VA, Herbison EP. 46. McLeer SV, Anwar RA, Herman S, et al. Eduaction is not
Impact of sexual and physical abuse on women mental health. enough: a system failure in protecting battered women. Ann
Lancet 1988;842-5. Emerg Med 1989;18:651-3.
24. Coker A, Smith PH, Bethea L, et al. Physical Health Conse- 47. McFarlane J, Christoffel K, Bateman L, et al. Assessing for abu-
quences of Psychological Intimate Partner Violence. Arch Fam se: self-report versus nurse interview. Public Health Nurs 1991;
Med 2000;9:451-7. 8:245-50.
25. McFarlane J, et al. Abuse during pregnancy. JAMA 1992;267: 48. Scott CJ, Matricciani MR. Joint commission on accreditation of
3176-8. healthcare organizations standards to improve care for victims of
26. Kyriacou DN, Anglin D, et al. Risk factors for injury to women abuse. MMJ 1994;43:891-8.
from domestic violence. N Engl J Med 1999;341:1892-8. 49. Canadian Task Force the Periodic Health Examination. Cana-
27. Hotaling GT, Sugarman DB. An analysis of risk markers in hus- dian guide to clinical preventive health care. Otawa: Canada Co-
band to wife violence: the current state of knowledge. Violence munication Group, 1994; p. 320-2.
Vict 1986;1:101-24. 50. Preventing Domestic Violence. Clinical guidelines on routine
28. Ratner PA. The incidence of wife abuse and mental health sta- screening. San Francisco: Family Violence Prevention Fund, 1999.
tus in abused wives in Edmonton, Alberta. Can J Publ Health 51. Anónimo. Domestic violence against women [editorial]. BMJ
1993;84:246-9. 1995;311:964-5.
29. Koss MP. Violence against women. Am Psychol 1990;45:374-80. 52. Anónimo. Preventing domestic violence [editorial]. BMJ
30. Gleason WJ. Menthal disorders in battered women: an empiri- 2002;324:253-4.
cal study. Violence Vict 1993;8:53-68. 53. Garcia Moreno C. Dilemmas and opportunities for an appro-
31. Astin MC, Lawrencw KJ, Foy DW. Postraumatic stress disorder piate health-service reponse to violence against women. Lancet
among battered women: risk and resiliency factors. Violence 2002;359:1509-14.
Vict 1993;8:17-28. 54. Little K. Detección precoz de la violencia doméstica. Identificar,
32. Echeburúa E, De Corral P, Amor PJ, Sarasua B, Zubizarreta I. asistir, dotar de recursos a las víctimas. Postgrad Med 2002;
Repercusiones psicopatológicas de la violencia doméstica en la 5:105-4.
mujer: un estudio descriptivo. Rev Psicopatol Psicol Clin 55. American Medical Association. Diagnostic and treatment gui-
1997;2:7-19. delines on domestic violence. Arch Fam Med 1992;1:39-47.
33. Campbell L. Health consequences of intimate partner violence. 56. Canterino et al. Domestic abuse in pregnancy: a comparison of
Lancet 2002;359:1331-6. a sef-completed domestic abuse questionnaire with a directed
34. Ferris LE. Canadian family physicians and general practitioners, interview. Am J Obstet Ginecol 1999;181:1149-51.
perceptions of their effectiveness in identifying and treating wi- 57. Wiist WH, McFarlane J. The effectiveness of abuse assessement
fe abuse. Med Care 1994;32:1163-72. protocol in public health prenatal clinics. Am J Public Health
35. Gin NE, Rucker L, Frayne S, et al. Prevalence of domestic vio- 1999;89:1217-21.
lence among patiens in three ambulatory care internal medicine 58. McLear D, Anwar R. The role of the emergency physician in the
clinics. J Gen Int Med 1991;6:317-22. prevention of domestic violence. Ann Emerg Med 1987;16:107-13.
36. Rodríguez MA, Bauer HM, McLoughlin E, Grumbach K. 59. Polo Usaola C. Maltrato a la mujer en la relación de pareja: fac-
Screening and intervention for intimate partner abuse: practi- tores relacionales implicados [tesis doctoral]. Madrid: Universi-
ces and attitudes of primary care physicians. JAMA 1999;282: dad Alcalá de Henares, 2001.
468-74. 60. Fogarty CT, Beurge S, McCord C. Communicating with pa-
37. Griffin MP, Koss MP. Clinical screening and intervention in ca- tients about intimate partner violence screening and intervie-
ses of partner violence. Online Journal of Issues in Nursing [re- wing approaches. Fam Med 2002;34:369-75.
vista electrónica] 2002;7(1) Manuscript 2. Disponible en: 61. Waalen J, Goodwin M, Spiz A, et al. Screening for intimate vio-
www.nursingworld.org/ojin/topic17/tpc17_2.htm lence by health care providers. Am J Prev Med 2000;19:230-7.
38. Koss MP, Koss PG, Woodruff WJ. Deleterious effects of crimi- 62. Carlson Gielen A, O’Campo PJ, Campbell JC, et al. Women’s
nal victimization of women’s health and utilization. Arch Intern opinions about domestic violence scrrening and mandatory re-
Med 1991;151:342-7. porting. Am J Prev Med 2000;19:279-85.
39. Sugg NK, Inui T. Primary care physicians reponse to domestic 63. Consejo Interterritorial. Sistema Nacional de Salud. Protocolo
violence. Opening Pandora’s box. JAMA 1992;267:3157-60. sanitario ante los malos tratos domésticos. Madrid: Ministerio
40. Council on Scientific Affairs, American Medical Association. de Sanidad, 2000.
Violence against women. Relevance for medical practitioners. 64. Álvarez A. Guía para mujeres maltratadas. Madrid: Consejo de
JAMA 1992;267:3184-9. la Mujer de la Comunidad de Madrid, 1998.
41. Mejía R, Alemán M, Fernández A, Pérez Stable EJ. Conoci- 65. Nogueira B, Arechederra A, Bonino L. Atención sociosanitaria
mientos y detección de violencia doméstica por los médicos clí- ante la violencia contra las mujeres. Madrid: Instituto de la Mu-
nicos. Medicina (Buenos Aires) 2000;60:591-4. jer, 2001.

88 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 100


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 89

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

66. Regroupement des CLSC du Montreal. Guide de depistage de 3. Maltrato psicológico: manipulación, intimidación, ame-
la Violence Conjugale. Montreal, 1993.
nazas, humillaciones, chantajes, desprecio, violación de los
67. Díaz-Aguado Jalon MJ, Martínez Arias R. Documento. Estudio
sobre las medidas adoptadas por los Estados miembros de la derechos que impidan tomar decisiones.
Unión Europea para luchar contra la violencia hacia las mujeres. 4. Abuso económico: impedir el uso y control del dinero,
Madrid: Instituto de la Mujer, 2002; p. 53-7. Disponible en: chantaje económico.
www.ue2002.es 5. Abuso sexual: cualquier tipo de relación sexual no con-
68. Echeburúa E, Fernández Montalvo J. Tratamiento cognitivo-
sentida o cuando la persona no es capaz de dar su consen-
conductual de hombres violentos en el hogar. Un estudio piloto.
Análisis y Modificación de la Conducta 1997;23:354-84. timiento.
69. Fernández Montalvo J, Echeburúa E. Variables psicopatológicas El estudio del maltrato al anciano es relativamente recien-
y distorsiones cognitivas de los maltratadores en el hogar: un te en España.
análisis descriptivo. Análisis y Modificación de la Conducta
1997;23:150-78.
70. Arroyo Fernández A. Mujer maltratada: intervención médico-
Causas de maltrato
forense y nueva legislación. Aten Primaria 2000;26:255-60. Se han citado varias, entre las que se encuentran el cam-
bio de valores en la sociedad actual, en la que la juventud,
la productividad y la salud son valores en alza. En esta so-
ciedad el anciano, enfermo, con frecuencia dependiente e
improductivo, es infravalorado y a veces resulta una «mo-
lestia» para familias nucleares con dificultades para cui-
darlo. Sin duda están implicados factores sociales y cultu-
Maltratos a los ancianos rales, pero también otros familiares e individuales. Se han
identificado factores asociados con maltrato, como el es-
El maltrato al anciano emerge como problema social hace trés del cuidador, problemas socioeconómicos, anteceden-
pocos años y no porque antes no existiera, sino porque tes de violencia familiar, etc., pero éstos se consideran fac-
siempre ha sido un problema «oculto». A veces los ancia- tores de riesgo más que propiamente causales, ya que su
nos no quieren reconocerse como víctimas de maltratos existencia no siempre condiciona la aparición del proble-
por temor a represalias o al confinamiento en institucio- ma, sino que sólo aumenta la probabilidad de que éste
nes, o simplemente porque prefieren negar una realidad aparezca.
que les resulta insoportable; por otra parte, los familiares o
los cuidadores no darán facilidades en la detección por ra- Consecuencias
zones obvias. Tampoco ha habido mucha sensibilidad por Lesiones físicas. Lesiones por traumatismos, desnutrición,
parte de los profesionales sanitarios en este sentido, y los deshidratación, fracturas por caídas, úlceras por decúbito
recursos sociales para dar una solución al problema, una por negligencia, abandono o falta de cuidados, heridas por
vez detectado, son escasos a pesar de afectar a un grupo de ataduras, abrasiones, quemaduras e intoxicaciones.
población que crece exponencialmente. Consecuencias psicológicas. Tristeza, trastornos emocionales,
sufrimiento, depresión, ansiedad, ideación suicida, inhibi-
Definición ción, somatizaciones y seudodemencias.
En la Primera Conferencia de Consenso1 sobre el anciano Consecuencias sociales. Aislamiento físico, psicológico o social.
maltratado, celebrada en España en 1995, se acuerda defi- Se estima que los maltratos tienen una importante reper-
nir maltrato al anciano como «cualquier acto u omisión cusión en la utilización de servicios sanitarios (aumento de
que produzca daño, intencionado o no, practicado sobre la frecuentación y las hospitalizaciones), condicionada por
personas de 65 y más años, que ocurra en el medio fami- la morbilidad asociada con síntomas de la negligencia, el
liar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en abandono o la violencia física.
peligro la integridad física, psíquica, así como el principio
de autonomía o el resto de los derechos fundamentales del Epidemiología
individuo, constatable objetivamente o percibido subjeti- Carecemos de datos fiables en nuestro medio para estimar
vamente». la magnitud de este problema en España. Existen algunos
trabajos2-5 que han intentado aproximarse al estudio del
Formas de maltrato abuso o maltrato en el anciano tanto desde el punto de vis-
Las más frecuentes en el anciano son: ta epidemiológico como mediante la búsqueda de herra-
1. Negligencia: a) física: no satisfacer las necesidades bási- mientas diagnósticas del maltrato al anciano, así como a la
cas: negación de alimentos, cuidados higiénicos, vivienda, investigación de factores de riesgo en nuestro medio. No
seguridad y tratamientos médicos, y b) emocional: nega- obstante, ninguno de estos estudios está realizado con una
ción de afecto, desprecio, aislamiento e incomunicación. base poblacional, por lo que sus resultados no son extrapo-
2. Maltrato físico: golpes, quemaduras, fracturas, adminis- lables a la población general y tampoco las escalas o bare-
tración abusiva de fármacos o tóxicos. mos utilizados están validados.

101 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 89


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 90

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

Las cifras más altas corresponden a ancianos atendidos por tres categorías: los que se refieren al anciano como víctima,
los servicios sociales (35%)6 y hospitalizados (8,5%)2. En los que afectan al agresor (cuidador) y los factores situa-
un reciente estudio sobre prevalencia de sospecha de mal- cionales o del entorno que confieren una mayor vulnerabi-
tratos a ancianos5 se obtienen prevalencias altas (11,9%), lidad. Es importante identificarlos para poder llevar a ca-
pero se trata de sospecha sin confirmación del abuso. No bo prevención primaria y secundaria (tabla 1).
conocemos estudios en España en que se hayan investiga-
do intervenciones preventivas en el campo del anciano Prevención de los maltratos
maltratado.
Las conclusiones de la Primera Conferencia de Consenso Evidencia sobre la eficacia y la efectividad
sobre el anciano maltratado resumen así la situación actual de las intervenciones preventivas
del problema en España: Prevención primaria. La complejidad de las causas hace di-
1. Desconocemos la prevalencia. fícil las intervenciones en prevención primaria. Se trataría
2. El maltrato no es privativo de clase social desfavorecida. de incidir sobre las causas sociales y culturales del proble-
Puede darse en la familia o en instituciones, y los princi- ma, que es una tarea educativa de la familia, la escuela, los
pales implicados son los familiares y cuidadores. medios de comunicación y la sociedad, fomentando el re-
3. El desconocimiento y la negación del problema dificul- conocimiento de las personas mayores y discapacitadas y el
tan la prevención y la intervención. respeto a ellas. Ante la incorporación de la mujer al traba-
4. No disponemos de una legislación específica de protec- jo, en muchas familias se ha generado un problema para el
ción de las personas ancianas frente a los abusos, pero se cuidado de ancianos, niños y enfermos.
deben notificar los casos de sospecha.
5. Todo profesional en relación con el anciano debe estar Otras acciones preventivas serían:
alerta respecto a signos y síntomas de maltrato. – El desarrollo de programas de ayuda social a los ancia-
6. Los propios ancianos deben conocer el problema del nos y a las familias por parte de las instituciones públicas y
maltrato y los recursos sociales existentes para evitar rein- una mayor dedicación de medios para los cuidados psico-
cidencias o secuelas. sociales de la familia.
7. Determinados factores de riesgo aumentan la probabili- – Cambios en la normativa laboral, facilitando la limita-
dad de maltrato. ción de jornada en condiciones económicas dignas cuando
8. Se necesita realizar más esfuerzo en investigación sobre se está a cargo de discapacitados ancianos. La mujer que
el maltrato al anciano. trabaja fuera del hogar se ve sometida a situaciones de es-
trés cuando al trabajo habitual en la casa se añade el cui-
Situación del problema en otros países dado de ancianos o enfermos.
Estudios realizados en Estados Unios7, Canadá8 y Reino
Unido9, llevados a cabo mediante encuestas, encontraron Los profesionales sanitarios intervienen en la práctica en
que entre el 3 y el 6% de las personas mayores de 65 años prevención primaria mediante las siguientes acciones:
son víctimas de maltrato físico, psíquico o abandono de – Detectar los factores de riesgo del anciano y del cuida-
forma continuada. Es muy difícil realizar estimaciones, pe- dor, y las situaciones de mayor vulnerabilidad para que se
ro se cree que se denuncia menos de uno de cada 5 casos, produzca el maltrato.
debido a la ocultación o minimización del problema por la – Canalizar las intervenciones para modificar los factores
víctima, por el agresor o por los profesionales de la salud. de riesgo.
No se conoce la incidencia de los malos tratos de los an- – Apoyar a los cuidadores: vigilar y actuar ante situaciones
cianos en instituciones. Por otro lado, un informe10 sobre de estrés y sobrecarga emocional, que pueden constituir el
las enfermeras de asistencia a domicilio puso de manifies- desencadenante de la violencia.
to que más del 36% había sido testigo de abusos físicos y
el 81%, de maltratos psicológicos. Prevención secundaria. Detección temprana del maltrato. Cri-
El 66% de los causantes de maltratos eran los propios cón- bado. Instrumentos para la detección. Uno de los trabajos re-
yuges, y el resto, los hijos mayores. En otro estudio11, se alizados en España sobre maltrato en anciano, ya mencio-
observó que el 45% de los cuidadores domésticos admitía nado2, es un estudio epidemiológico de casos y controles
haber tenido conductas consideradas como maltratantes, realizado sobre una muestra de ancianos hospitalizados.
que sin embargo no eran consideradas como tales por mu- Para la selección de casos se aplicó un «baremo» o escala
chas de las víctimas. (SMA), en que se valoran y puntúan signos o síntomas su-
gerentes de negligencia, actitud del cuidador y cumpli-
Factores de riesgo miento terapéutico, y que se utiliza como instrumento
En distintos estudios12-15 se ha observado una asociación diagnóstico del llamado síndrome del anciano maltratado.
estadística entre maltrato y algunos factores de riesgo y si- No se ha validado la utilidad clínica del cuestionario pro-
tuaciones de mayor vulnerabilidad, y se han clasificado en puesto. Se investigaron factores de riesgo asociados, y se

90 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 102


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 91

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

TABLA Recomendaciones de organizaciones internacionales. La Aso-


Factores de riesgo y vulnerabilidad de ser víctima
1 de maltratos12-15 ciación Médica Americana (AMA) recomienda que los
médicos interroguen de forma sistemática a los ancianos,
Para el anciano
con preguntas directas acerca del maltrato20.
Edad avanzada
Deficiente estado de salud La USTF21 (US Preventive Services Task Force) y la CTF22
Incontinencia (Canadian Task Force on Preventive Health Care) estable-
Deterioro cognitivo y alteraciones de conducta cen una recomendación tipo C respecto a la utilización sis-
Dependencia física y emocional del cuidador
Aislamiento social
temática de instrumentos de cribado para la detección de
Antecedentes de maltratos maltrato en ancianos; consideran que no hay evidencias
científicas suficientes en el momento actual que permitan
Para el agresor (cuando es el cuidador) aconsejar o rechazar la utilidad de cuestionarios para el cri-
Sobrecarga física o emocional (situaciones de estrés, crisis vitales)
Padecer trastornos psicopatológicos
bado sistemático de maltrato en el anciano; no obstante,
Abuso de alcohol u otras toxicomanías aconsejan estar alerta ante signos y síntomas clínicos y de
Experiencia familiar de maltrato a ancianos o violencia familiar previa conducta relacionados con maltrato y negligencia, y sugie-
Incapacidad del cuidador para soportar emocionalmente los cuidados ren incluir preguntas en el curso de la consulta ordinaria pa-
Situaciones de especial vulnerabilidad
ra detectar riesgos o signos de maltrato, tratando de identi-
Vivienda compartida ficarlos precozmente a través de la entrevista y la
Malas relaciones entre la víctima y el agresor exploración23-25, dando prioridad a las personas con facto-
Falta de apoyo familiar, social y financiero res de riesgo o situaciones de mayor vulnerabilidad (tabla 1).
Dependencia económica o de vivienda del anciano

Pautas de actuación23-27
encontró asociación estadística de los maltratos con el de- Entrevista clínica al anciano por el médico de familia
terioro cognitivo del anciano y el hecho de haber sido o es- Debe realizarse en un marco de tranquilidad y sin prisas.
tar institucionalizado. Algunas normas para facilitar el desarrollo de la entrevista
No conocemos estudios en España que hayan investigado se enumeran en la tabla 2. En el curso de la entrevista se
intervenciones preventivas en el campo del anciano mal- preguntará por factores de riesgo y se investigarán signos
tratado. de alerta o indicios que hagan pensar en la posibilidad de
En una publicación de Wolf16 se expone una valoración maltrato, por sus actitudes, comportamientos o síntomas.
de instrumentos de cribado para la detección del riesgo
de abuso mediante la identificación de factores de riesgo, Explorar cuidadosamente signos físicos
y se valoran los instrumentos para la detección. En ella se Se deben buscar lesiones o hematomas y detectar incon-
analizan 90 artículos en lengua inglesa que tratan sobre gruencias entre las lesiones y las explicaciones sobre cómo
factores de riesgo de abuso en ancianos, de los que 18 uti- se produjeron, desnutrición sin motivo aparente, deshidra-
lizan herramientas de cribado. Uno de ellos es el H-
S/EAST (Hwalek-Sengstock Elder Abuse Screening TABLA Pautas de entrevista con el anciano
Test)17, con 15 ítems, del que recientemente se ha pro- 2 maltratado
puesto una modificación. Este instrumento tiene limita-
Algunas normas para facilitar la entrevista:
ciones en su validez y tiene una alta tasa de falsos nega- – Entrevistar al paciente solo y con el cuidador
tivos. Otro instrumento es el Indicators of Abuse – Analizar la relación y cambios de actitud en su presencia
Screen18, que consta de 29 ítems agrupados en tres cate- – Dar confianza y facilitar la expresión de sentimientos
gorías. Debe ser administrado por profesionales y se in- – Garantizar la confidencialidad
– Hablar con lenguaje claro y sencillo
vierten unos 20 min en su realización. Este instrumento – Hacer algunas preguntas para facilitar que el paciente cuente su problema
ha demostrado su validez, aunque tiene limitaciones pa- – Preguntar por factores de riesgo
ra su uso sistemático debido a su extensión. Otro instru-
La American Medical Association sugiere 5 preguntas:
mento de valoración de riesgo (riesgos futuros) se utilizó 1. ¿Alguien le ha hecho daño en casa?
en el programa APS19; consta de 33 ítems agrupados en 2. ¿Tiene miedo de alguna de las personas que viven con usted?
5 categorías (referidas al anciano, el entorno, servicios de 3. ¿Le han amenazado?
4. ¿Le han obligado a firmar documentos que no entiende?
soporte, antecedentes familiares de abuso y el agresor), y 5. ¿Alguien le ha puesto dificultades para que usted pueda valerse
a su vez clasifica la situación del anciano como de riesgo por sí mismo?
bajo, moderado o alto.
La Canadian Task Force sugiere añadir otras 4 preguntas:
Tras el análisis de distintos instrumentos de cribado, se 6. ¿Alguien le ha tocado sin su consentimiento?
considera que aún no se dispone de uno capaz de cuantifi- 7. ¿Alguien le ha obligado a hacer cosas en contra de su voluntad?
car y estandarizar la valoración del riesgo y que debe seguir 8. ¿Alguien toma cosas que le pertenecen sin su permiso?
9. ¿Está solo a menudo?
la investigación en este campo.

103 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 91


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 92

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

tación, caídas reiteradas, demora en la solicitud de aten- si siempre el agresor es un miembro de la propia familia.
ción, visitas frecuentes a urgencias por motivos cambiantes Esta situación plantea con frecuencia un conflicto ético
o contradicciones en el relato de lo sucedido entre el pa- para el profesional con el paciente y con la familia. Una vez
ciente y el agresor. valorado el riesgo inmediato para el anciano, las causas, la
voluntad del paciente y las posibilidades de intervención,
Explorar actitudes y estado emocional: miedo, el profesional deberá tomar la decisión. En los casos de
inquietud, pasividad riesgo inmediato para la vida siempre habrá que remitir al
Se deben explorar síntomas psíquicos, como alteración del paciente al hospital. Si la causa puede ser la sobrecarga del
estado de ánimo, depresión, ansiedad, confusión etc. Si cuidador o un trastorno psicopatológico abordable (depre-
diagnosticamos un trastorno depresivo o por ansiedad, in- sión, ansiedad, etc.), se pueden valorar las posibilidades de
somnio, etc. se debe tener especial cautela en la indicación intervención con un seguimiento estrecho por parte de los
de psicofármacos. Hay que valorar siempre el riesgo de profesionales sanitarios y el trabajador social, poniendo en
suicidio, el acceso a los medicamentos y la vigilancia de las marcha las medidas de apoyo sociales y médicas que fue-
tomas. Se deben investigar las señales de alerta a través de ran precisas. En todo caso, la prudencia, el conocimiento
indicios, actitudes, signos clínicos o síntomas de maltratos del contexto y tener en cuenta la voluntad del paciente
(tabla 3). (cuando conserva sus facultades) son factores importantes
en la toma de decisiones.
Diagnóstico
Si se llega al conocimiento de la existencia de una situación Actuación del profesional de atención primaria
de maltrato, es preciso hacer una valoración inicial de la si- La pauta de actuación que debe seguir el médico defami-
tuación de riesgo, investigar si es una situación aguda o lia en la consulta es la siguiente:
crónica, valorar el riesgo potencial de las lesiones y si éste – Entrevista con el paciente y el cuidador.
es inmediato (físico, psíquico o social), y establecer un plan – Identificar factores de riesgo o vulnerabilidad.
de actuación integral, que contemple la situación física, – Investigar señales de alerta a través de indicios o signos
psicológica y social del anciano, abordando cada uno de los tempranos de malos tratos. Para establecer el diagnóstico,
aspectos. Contactaremos con un trabajador social y con hacer un examen físico y una valoración psicológica y so-
servicios especializados, si fuera preciso, y en algunos casos cial. Se evaluará la magnitud del maltrato, valorando la
puede ser necesaria la hospitalización del anciano. Tras una gravedad inmediata de las lesiones, el estado psicológico
exploración y una valoración, si procede, se debe hacer un (valorar el riesgo autolítico, la inhibición) y el riesgo social
parte de lesiones y remitirlo al juez. (situación de dependencia, abandono y peligro de una nue-
El médico debe informar al anciano de la situación y de la va agresión).
posible evolución del problema, así como de las posibilida- – Establecer un plan de actuación integral y coordinado,
des de actuación y los recursos; también debe ofrecerle la contactando con el trabajador social y los servicios sociales
información necesaria por si desea formular una denuncia. y con los servicios especializados, si fuera preciso. En los
Con frecuencia nos encontraremos con que el anciano víc- casos de riesgo inmediato de cualquier tipo debe remitirse
tima de maltrato rechaza formular la denuncia, ya que ca- siempre a los servicios especializados y/o sociales. En el
resto, se procederá en función de la valoración realizada,
con la opción acordada por el profesional y el paciente, res-
TABLA Señales de alerta y signos precoces petando, siempre que sea posible, los deseos de este último.
3 de maltrato – Informar al paciente de la tendencia y consecuencias del
Explicaciones poco coherentes respecto al mecanismo de producción
maltrato y buscar una estrategia de protección y un plan de
de las lesiones seguridad (dar teléfonos por escrito de urgencias, policía,
Retraso en solicitar la asistencia concertar un sistema de teleasistencia, etc.), explicar al pa-
Visitas reiteradas a servicios de urgencia y hospitales por motivos cambiantes ciente las posibles alternativas y escuchar cuáles son sus
Administración involuntaria de medicamentos deseos y siempre hacer un seguimiento de la situación.
Ausencia de respuesta ante tratamientos adecuados – Si el anciano no está capacitado, poner la situación en
Mala evolución de las lesiones (úlceras) tras aplicación de las medidas conocimiento de los servicios sociales y de protección al
adecuadas
Desnutrición sin motivo aparente
adulto.
Deshidratación – Hacer parte de lesiones, si procede, y comunicarlo al
Caídas reiteradas juez.
Contradicciones en el relato de lo sucedido entre paciente y maltratador – Informar de los pasos legales para formalizar la denuncia.
Actitud de miedo, inquietud o pasividad – Registrarlo en la historia.
Estado emocional: alteración del estado de ánimo, depresión, ansiedad
o confusión El conjunto de actuaciones se resume gráficamente en la
Negativa del cuidador a dejar solo al anciano
figura 1.

92 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 104


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 93

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

Anciano que acude a consulta de atención primaria por


Fomento del reconocimiento y
Prevención primaria el respeto a la persona anciana
mediante acciones educativas
Prevención secundaria
en:
Prevención terciaria Familia
Servicios educativos
Factores de riesgo de maltratos
a ancianos Medios de comunicación
Identificación de factores de riesgo o situaciones Servicios sanitarios
Para el anciano: de mayor vulnerabilidad para el maltrato en el Control de factores de riesgo
Edad avanzada anciano Programas de ayuda social
Mala salud a los ancianos y a su familia
Incontinencia
Deterioro cognitivo
Dependencia física/emocional No
Aislamiento social

Para el agresor:
Trastornos psicopatológicos Ante la observación de signos de alerta
Anotar en la de maltratos a ancianos en la exploración
Sobrecarga física y emocional sistemática
Dependencia económica historia
Experiencia familiar de maltratos

Situaciones de alta vulnerabilidad Sí


Vivienda compartida
Malas relaciones entre la víctima
y el agresor
Falta de apoyo familiar, social
y financiero
Dependencia económica o de
vivienda del anciano Preguntar si es víctima de maltratos No Estar alerta y hacer seguimiento
(introducir preguntas dirigidas a la detección de la situación
de maltratos)
Signos de alerta
Retraso en solicitar la asistencia
Hiperfrecuentación al servicio de Sí
urgencias
Administración involuntaria de Valoración y coordinación de la
actuación por el médico de familia:
medicamentos Plan de actuación integral y coordinado Valoración integral
Falta de respuesta a tratamientos Informar al paciente
Mala evolución de las lesiones (úlcera) Hacer parte de lesiones
Desnutrición sin motivo aparente No
Valorar riesgo inmediato Comunicar al trabajador social
Deshidratación Ofrecer servicios de apoyo social
Caídas reiteradas (instituciones, servicios de atención
Contradicciones en el relato del paciente a domicilio, centros de día)
Remitir a servicios especializados,
si es preciso
Buscar estrategias de protección
Sí si hay riesgo de nuevas agresiones
Hacer un plan de seguimiento
Control de factores de riesgo vulnerables
Apoyo al cuidador
Físico Psíquico Social (amenaza para Tratamiento psicopatológico del
(gravedad de lesiones) (riesgo autolítico) la vida o abandono) cuidador si precisa
Anotar en la historia
Hacer parte
de lesiones

Remisión al servicio de Remisión al servicio de urgencias Comunicación inmediata


urgencias del hospital psiquiátricas del hospital al juzgado

Pasada la situación aguda, proseguir las actuaciones de coordinación y seguimiento en atención primaria

Agresiones sexuales Remitirse siempre al hospital para valoración ginecológica y forense

FIGURA Algoritmo de la prevención de los maltratos a los ancianos.


1

105 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 93


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 94

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

Estrategias e intervenciones de ayuda al anciano Bibliografía


maltratado24,28
1. Kessel Sardinas H, et al. Primera Conferencia Nacional de Con-
Orientadas al anciano. Evitar el aislamiento social mediante: senso sobre el Anciano Maltratado. Rev Esp Geriatr Gerontol
– Servicios de atención a domicilio. 1996;31:367-72.
– Centros de día. 2. Marin N, Delgado JL, et al. Síndrome de maltrato y abuso en el
anciano. Rev Esp Geriatr y Gerontol 1991;26:40-6.
– Tutela por parte de los servicios sociales. 3. Cantero Hinojosa J, Rodríguez MA, et al. Síndrome de abuso en
– Organizar la atención clínica del paciente facilitando el anciano. Implicaciones de enfermería. Enfermería Científica
medios y simplificando la medicación. 1966;(166-167):39-42.
– Evaluar la adecuación de la vivienda a las limitaciones 4. Larrión ZJL, De Paul Ochotorena J. El síndrome del anciano
maltratado. Med Clin (Barc) 1994;102:216-9.
del anciano. 5. Ruiz Sanmartín A, Altet Torner J, Porta Martí N, et al. Violen-
– Valorar la necesidad de institucionalizar al anciano si la cia doméstica: prevalencia de sospecha de maltrato en ancianos.
familia no puede garantizar su atención. Aten Primaria 2001;27:331-4.
6. Maltractementes i abusos. Activitats preventives de la gent gran.
Barcelona: Generalitat de Catalunya, 1999; p. 303-9.
Orientadas a la persona que maltrata, cuando ésta es el cuida- 7. Pillemer K, Finkelhor D. The Prevalence of elder abuse: a ran-
dor o un familiar. Intervención en los casos señalados en la dom sample survey. Gerontologist 1988;28:51-7.
tabla 2, cuando esa persona es cuidador/a de ancianos. Re- 8. Podnieks E. National survey on abuse of the elderly in Canada. J
ducir el estrés de la familia o del cuidador a través de me- Elder Abuse Neglect 1992;4:5-58.
9. Ogg J, Bennet G. Elder abuse in Britain. BMJ 1992;305:998-9.
didas como: 10. Pillemer K, Moore DW. Abuse of patients in nursing homes: fin-
– Compartir el cuidado con otros miembros de la familia dings from a survey of staff. Gerontologist 1989;29:314-20.
o facilitar, si fuera preciso, cambios al domicilio de otro fa- 11. Homer A, Gilleard C. Abuse of elderly people by their careers.
miliar más capacitado. BMJ 1990;301:1359-62.
12. Kosberg J. Preventing elder abuse. Identification of high risk fac-
– Contactar con grupos de apoyo (voluntariado, asociacio-
tors prior to placement decisions. Gerontologist 1988;28:43-50.
nes de enfermos o de familiares de enfermos, etc.). 13. Muñoz F, Burgos ML, Rogero P, et al. Detección de factores pre-
– Garantizar períodos de descanso al cuidador (facilitando dictores de abandono de pacientes incapacitados en la zona bási-
personas de apoyo de atención a domicilio de servicios so- ca de salud. Aten Primaria 1995;15:21-8.
ciales o voluntarios, estancias en centros de día o centros 14. Jones JS, Holstege C, Holstege H. Elder abuse and neglect: un-
derstanding the causes and potential risk factors. Am J Emerg
de corta estancia). Med 1997;15:579-83.
– Dar apoyo técnico y emocional al cuidador. 15. Lachs M, Williams C, O’Brien S, et al. Risk factors for reported
– Si el cuidador padece un problema psiquiátrico o de con- elder abuse and neglect: a nine year observational cohort study.
sumo de alcohol o drogas, debe realizarse entrevista inten- Gerontologist 1997;37:469-74.
16. Wolf R. Risk Assessement Instruments. Special Research Review
tado conocer el estado emocional de la persona, y facilitar Section. National Center on Elder Abuse Newletter, 2000. Dis-
apoyo y tratamiento de problemas psiquiátricos o toxico- ponible en: www.elderabusecenter.org/research/risk.html
manías, si las hubiere. 17. Neale AV, Hwalek MA, Scott RO, et al. Validation of the Hwa-
– Valorar la capacidad de la familia para garantizar los cui- lek-Sengstock elder abuse screening test. J Appl Gerontol
1991;10:406-18.
dados. 18. Reis M, Nahmiash D. Validation of the indicators (IOA) screen.
Gerontologist 38:471-480.
19. Goodrich CS. Results of a national survey of state protective ser-
Recomendaciones básicas para los vices programs: assessing risk and defining victim outcomes. J El-
der Abuse Neglect 1997;9:69-86.
profesionales de atención primaria 20. American Medical Association. Diagnostic and treatment guide-
– Estar alerta ante la posibilidad de maltrato en los lines on elder abuse and neglect. Chicago: American Medical As-
sociation, 1994; p. 4-24.
ancianos. 21. Thompson CF, Atkins D, Patterson C, et al. Violencia familiar.
– Identificar personas en riesgo: factores de riesgo y En: US Preventive Services Task Force. Guía de medicina clíni-
vulnerabilidad. ca preventiva (ed. esp.). Barcelona, 1998;3: p. 441-51.
– Investigar señales de alerta. 22. Patterson C. Prevention secondaire des mauvais traitements infligés
– Intervenir modificando factores de riesgo, cuando sea aux personnes âgées. Med Clin Prev Can Task Force 1994; 1040-9.
23. Marshall CE, Benton D, Brazier J. Abuso del anciano. Cómo
posible. identificarlo. Modern Geriatrics 2000;12:190-6.
– Una vez diagnosticado el maltrato, poner en marcha 24. Kruger RM, Moon CH. ¿Puede descubrir los signos de maltrato
estrategias de actuación con la víctima y el agresor (con de ancianos? Postgrad Med 2000;4:65-73.
frecuencia el cuidador) y hacer el seguimiento del 25. Barker NJ, Mersy DJ. La violencia en la familia. AAFP. Home
problema. Study Self Assesement (ed. esp.) 1996; p. 33-46.
26. Lachs MS, Pillemer K. Reconognizing elder abuse and neglect.
– Coordinar nuestra actuación con el trabajador social y Clin Geriatr Med 1993;9:665-8.
los servicios especializados. 27. Lachs MS, Pillemer K. Abuse and neglect of elderly persons. N
– Registrarlo en la historia. Engl J Med 1995;332:437-43.
28. Costa AJ. Elder abuse. Primary Care 1993;20:375-89.

94 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 106


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 95

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

Infancia y adolescencia

Atención de la mujer y el niño Prevención de los problemas


durante el embarazo y el puerperio de salud mental del embarazo
en la adolescencia
Recomendaciones

Durante el embarazo Recomendaciones generales


– Siempre que sea posible: intervención del equipo – El consejo anticonceptivo debe hacerse en todos los
pediátrico en los programas del embarazo y del adolescentes.
puerperio. – Favorecer la relación de los adolescentes con los
profesionales de atención primaria de salud, sin resultar
Dentro de las actividades de atención a la mujer embara- agresivos o repetitivos con ese tema.
zada – Informar al menos de la posibilidad de embarazo y de
– Ofrecer una atención adecuada a las necesidades los métodos anticonceptivos a su alcance.
individuales. – Recomendar el uso del preservativo en las relaciones
– Facilitar la expresión y ayudar a la «normalización» de sexuales esporádicas e informar de los factores de riesgo
los temores maternos. de adquirir una enfermedad de transmisión sexual.
– Promocionar una lactancia satisfactoria. – Mostrar un especial respeto hacia las opciones de las
minorías étnicas, a cuyos miembros, sin embargo, se les
Se debería realizar la interconsulta inmediata con los proporcionará también la información adecuada.
equipos de salud mental: Maternización de la futura madre
1. Si en cualquiera de los padres se establece un – Explorar y ayudar a explorar los deseos o temores de
diagnóstico de trastorno psiquiátrico grave. interrupción voluntaria del embarazo.
2. Si aparecen más de 2 factores de riesgo de cualquier – Favorecer el apoyo familiar en las entrevistas
tipo. familiares.
3. Si existe un trastorno mental en la madre. – Favorecer el apoyo social: si hay carencias
importantes, poner a la familia en relación con los
Después del parto servicios sociales a través del trabajador social del
– Promoción del contacto físico de la madre con el hijo centro.
en las primeras 3 h de vida del niño. – Si hay cesión del bebé, colaborar en que se defina
– Entrevista dirigida a detectar la adaptación a la nueva claramente, desde el punto de vista tanto afectivo como
situación de la mujer y el entorno familiar, valorar el legal.
estado emocional y la eventual existencia de depresión – Ayudar a la definición de la diada: en caso de que la
o psicosis posparto, y exploración de la relación madre- madre no se haga cargo del bebé, pero éste queda en la
hijo. Detección precoz de problemas en el cuidado del familia, apoyar que exista una figura de vinculación para
niño. el niño suficientemente estable y afectivamente cercana.
– Detección precoz de los trastornos psicopatológicos – El EAP debería, en las entrevistas clínicas, dirigirse
del puerperio. fundamentalmente a la madre.
– Si existen antecedentes previos de índole psicosocial: – Si el apoyo a la madre no es suficiente o claro, ponerla
valorar visita domiciliaria. en contacto con las organizaciones “profanas” y
semiprofesionales de este ámbito.
Se debería realizar la interconsulta inmediata con los – Considerar que el embarazo es de riesgo en todos los
equipos de salud mental: ámbitos y, desde luego, psicológica y psicosocialmente.
1. Si en cualquiera de los padres se presenta un – Prestar especial atención a los programas de ayuda al
trastorno psiquiátrico grave. embarazo y el puerperio (y a sus componentes
2. Si aparecen más de dos factores de riesgo de psicosociales).
cualquier tipo. – Colaborar en la búsqueda de una figura de apoyo
3. Si existe un trastorno mental en la madre. continuado para la madre.
4. Si se observa una señal de alerta en el bebé.

107 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 95


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 96

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

Constitución de una triangulación originaria Recomendaciones a pacientes y familiares


– Colaborar en la búsqueda de una figura de apoyo con- 1. Entrevista familiar para explicar la importancia del
tinuado para la madre, orientando sobre su importan- rol masculino y femenino en el desarrollo del niño, así
cia. como para facilitar o recomendar la búsqueda de una
– En caso de que el padre no tenga un contacto figura de apoyo para el progenitor solo y/o figura de
«cotidiano, afectivo y lúdico» con la madre y el niño, identificación para el niño.
recomendar la importancia de la relación del niño con 2. Seguimiento del embarazo de la adolescente que
varones (p. ej., familiares) y orientar sobre ella durante puede terminar en familia monoparental.
su desarrollo. – Promover una buena relación entre ella y sus propios
– Atender al resto de las recomendaciones del padres, especialmente su madre, parece protector y fa-
subprograma «Hijos de familias monoparentales». vorecedor de las capacidades personales de la adoles-
cente.
Asegurar las aportaciones familiares – Asegurar la existencia de una figura de apoyo conti-
y sociales para esa diada o triángulo nuado para la joven madre. En el caso de no existir pa-
primitivos dre que conviva con ella ha de recomendarse la relación
– Entrevistas familiares periódicas para explorarlo y continuada del niño con varones durante su desarrollo,
facilitarlo. pues la falta absoluta de modelo paterno puede ser trau-
– Revisión en ellas de la situación no sólo familiar sino mática para muchos niños.
también social. 3. Las mujeres, en mayor medida que los varones, tienden
– Si es necesario, poner en contacto a la familia con el a configurar familias monoparentales después del divorcio
trabajador social del centro, los servicios sociales y/o las o después de la viudedad. En el primer caso porque quedan
organizaciones profesionales y no profesionales sobre el con los hijos, y en el segundo porque se casan menos en
tema. segundas nupcias. Una segunda pareja satisfactoria puede
mejorar la calidad de vida de adultos y niños.
Atención al bebé y al niño por considerarlos Recomendaciones dirigidas al equipo de atención
de riesgo biopsicosocial primaria
– Especial atención al Programa del Niño Sano, 1. La pertenencia a una familia monoparental, sobre
reenfocándolo según las medidas propuestas de: «Hijos todo cuando exista riesgo alto de descompensación
de familias monoparentales». (Véase más adelante.) biopsicosocial, deberá señalarse de forma clara en la
– Propuesta de programación de las visitas: mensual- historia clínica, por lo menos en la lista de
mente, hasta los 2 años, cada 6 meses, hasta los 6 años, «condicionantes y problemas» o su equivalente.
y anualmente, hasta la adolescencia. 2. Se recomienda asegurar la existencia de algún sistema
– Prestar especial atención a las relaciones padres-hijo de registro en los centros, informatizado o no, para
durante toda la infancia y adolescencia del niño. poder localizar a las familias monoparentales, con el fin
– Especial atención al estado afectivo y las relaciones de de facilitar la periodicidad de las visitas de seguimiento
la madre. y la evaluación del programa preventivo.

Hijos de familias monoparentales Antecedentes de enfermedad


psiquiátrica en los padres
Recomendaciones

Recomendaciones generales Recomendaciones


– El objetivo básico de este programa es lograr el desa- 1. La existencia de trastornos mentales graves (de los
rrollo psicológico saludable de los hijos y unas relacio- padres o los hijos) debería señalarse de forma clara en la
nes familiares positivas. historia clínica de los hijos, por lo menos en la lista de
– Se insiste en la importancia de la presencia de un «condicionantes y problemas» o su equivalente.
varón y una mujer (sean o no padres biológicos) cerca 2. Se recomienda asegurar la existencia de algún siste-
del niño en las diferentes etapas de su evolución. ma de registro en los centros, informatizado o no, para

96 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 108


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 97

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

poder localizar estos casos, con el fin de facilitar la pe- Trastornos en el desarrollo
riodicidad de las visitas.
3. En el grupo de población definido, hay que realizar
del lenguaje
un seguimiento especialmente cuidadoso y prudente del
programa del niño sano (vacunaciones, revisiones, visi-
tas periódicas…), procurando anotar claramente las ci- Recomendaciones
tas en el carné o tarjeta de visitas, y cuidando especial-
mente la periodicidad de éstas. Prevención primaria
4. Realizar «sobre la marcha» una entrevista con los fa- Información anticipada, hacia los 2-2,5 años, sobre la
miliares o, si es preciso, concertar al menos una. El mo- posible aparición de la disfemia fisiológica del tercer
tivo directo puede ser precisamente el desarrollo del ci- año, así como los riesgos de una actuación incorrecta
tado programa del niño sano. Objetivo: atención sobre el habla (hipoestimulación verbal, correcciones
cuidadosa, aunque si es posible no explícita o directa, intempestivas, lenguaje infantiloide en adultos, etc.).
acerca de los cuidados cotidianos recibidos por el niño;
atención a lo que los padres expresan acerca de él. Prevención secundaria
5. En caso de surgir señales de alarma en el niño, con- – Realizar sistemáticamente una valoración del desarro-
tactar, si es necesario, con el médico de adultos, el tra- llo psicomotor y del lenguaje en todos los controles de
bajador social del centro, los servicios psicopedagógicos niño sano hasta los 6 años, utilizando pruebas de criba-
o los de salud mental, y asimismo contactar con el pe- do validadas.
diatra cuando se detecten trastornos psiquiátricos en los – Ante un niño con incapacidad para expresarse o en-
padres. tender el lenguaje debemos determinar ciertos los ítems
de forma sistemática.
– En caso de dudas, hacer interconsulta, consulta con-
junta y/o derivación para exploración al equipo de salud
mental infantojuvenil, centro de atención precoz, equi-
po psicopedagógico…
Retraso escolar
Prevención terciaria
Se derivarán los niños de alto riesgo cuando se observe
en ellos un retraso de aprendizaje o trastornos de con-
Recomendaciones ducta. En general, hay que partir de la necesidad de di-
1. Evaluación periódica del desarrollo psicomotor y psi- ferenciar los trastornos del lenguaje y los retrasos esco-
cosocial, con apreciación de los aprendizajes (psicomo- lares en graves y leves. Los primeros, los graves, son los
tricidad, lenguaje, sociabilidad) dentro de los controles susceptibles de interconsulta, consulta conjunta y/o de-
habituales del Programa del Niño Sano). rivación.
2. Conceder importancia psicosocial al retraso escolar,
sobre todo si se acompaña de fracaso escolar. Como po-
co, es una señal de alerta y un factor de riesgo, por lo que
cuando aparezca se debe evaluar, y con más motivo si los
padres se quejan de su existencia o consultan por ello.
3. Ante la duda, el profesional de atención primaria de- Adultos y ancianos
be consultar el libro escolar o los informes trimestrales
del centro escolar y/o solicitar la interconsulta con el
equipo psicopedagógico, directamente o a través del Pérdida de un familiar o allegado
equipo de salud mental infantil o del de atención precoz.

Dentro de ese marco complejo, la prevención desde la Recomendaciones


atención primaria de salud puede concretarse en dos ti-
pos de situaciones diferenciadas: 1. Determinar en qué persona o personas, dentro del
1. Una estrategia de detección durante el examen perió- círculo de familia y allegados, la pérdida puede
dico de salud. desempeñar un papel desequilibrante psicológica,
2. Otra para hacer prevención en el niño con dificulta- biológica o socialmente (familiar/es de atención prefe-
des escolares manifiestas. rente).

109 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 97


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 98

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

2. Buena parte de estas informaciones han podido miembros, etc.) y el grado de dependencia que la pérdi-
transmitirse ya por el cuidador de enlace, si existe: es tal da puede suponer.
vez la fuente de información fundamental para detectar 4. Promover medidas de cuidados y autocuidados inte-
al/los familiar/es más susceptibles de deterioro o que grales con el objeto de favorecer la autonomía del pa-
presentan factores de riesgo de duelo patológico. Esta ciente, en la medida de lo posible, y de mejorar la auto-
información puede haberse adquirido previamente en el estima.
proceso asistencial anterior. 5. Asegurar la continuidad y la estabilidad de la perso-
3. La existencia de la circunstancia o problema debería na/equipo (profesionales) de referencia.
señalarse de forma clara en la historia clínica, por lo 6. Apoyar los cambios que el paciente ha de realizar en
menos en la lista de «condicionantes y problemas» o su su escala de valores, pasando a valorar más lo relacional
equivalente. que lo físico, lo interno que lo externo, lo conservado
4. Se recomienda asegurar la existencia de algún siste- sobre lo perdido…
ma de registro en los centros, informatizado o no, para 7. Monitorizar el desarrollo de la elaboración de la
poder localizar estos casos, con el fin de facilitar la pe- pérdida.
riodicidad de las visitas y la evaluación del programa 8. Programar objetivos alcanzables y bien delimitados
preventivo. para poderlos supervisar o evaluar con posterioridad.
5. Respetar la intimidad necesaria de las primeras se- 9. Favorecer el contacto con las redes de apoyo mutuo y
manas tras la pérdida y no intervenir si no se solicita el contacto con la red asistencial «profana» –no
ayuda de forma expresa. En ausencia de factores de ries- profesionalizada– (p. ej., grupos deportivos, recreativos,
go de duelo patológico, ofrecer la posibilidad de ver culturales, etc.).
al/los familiar/es en un período de 2-3 meses «para ver 10. Favorecer el contacto con las asociaciones especiali-
cómo siguen las cosas». zadas: de esclerosis múltiple, de parkinsonianos, de alco-
6. Citar dentro de los primeros 2 meses en las siguien- hólicos o familiares de éstos, de familiares de paralíticos
tes circunstancias: cerebrales, de familiares de enfermos de Alzheimer, de
– Cuando previamente han existido duelos complicados. familiares de autistas, etc.
– En presencia de psicopatología previa diagnosticada.
Recomendaciones dirigidas a los familiares
– En presencia de los factores de riesgo de duelo pato-
1. Poner en contacto a la familia con el trabajador social
lógico.
del centro, integrando a éste en el subprograma e
incluyéndolo en la toma de decisiones.
2. Facilitar información de la situación en una entrevis-
ta familiar o con los miembros de la familia que vayan a
tener que soportar el peso fundamental de la situación,
valorando las repercusiones de la pérdida y el proceso de
Pérdida de funciones psicofísicas. duelo, y explicando qué se puede lograr.
3. Favorecer la existencia de un tiempo de descanso y
Atención al paciente disfrute adecuado para el familiar de apoyo.
y sus familiares 4. Explicar las repercusiones psicológicas de las enfer-
medades crónicas, asesorando en los cuidados cotidia-
nos del paciente.
Recomendaciones
Recomendaciones dirigidas a los pacientes
1. Priorizar los casos recientes, por ser más detectables
y más susceptibles a iniciativas de prevención primaria.
2. Implicar al paciente en el plan de los cuidados globa-
Cuidado del paciente terminal
les, participando y comprometiéndose en su propio cui- y de su familia
dado.
3. Facilitar información sobre la situación, las repercu-
siones de la pérdida y el proceso de duelo, explicando
qué se puede lograr. Deben valorarse los cambios previ- Recomendaciones
sibles en la situación laboral (baja temporal o invalidez), Recomendaciones generales
familiar (cambio del rol, modificaciones transitorias o 1. La existencia de la circunstancia o problema que
permanentes en el estilo de vida, dependencia de otros define el subprograma debería señalarse de forma clara

98 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 110


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 99

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

en la historia clínica, por lo menos en la lista de Jubilación (preparación de la red


«condicionantes y problemas» o su equivalente.
2. Se recomienda asegurar la existencia de algún sistema social tras la jubilación)
de registro en los centros, informatizado o no, para
poder localizar estos casos, con el fin de facilitar la
periodicidad de las visitas y la evaluación del programa
preventivo. Recomendaciones
3. Identificar o designar un cuidador. Pueden existir el
Recomendaciones generales
cuidador familiar (que cuida directamente al enfermo) y
El objetivo básico del programa es lograr la preparación
el cuidador de enlace (que actúa de intermediario con
de toda la red social (formal e informal) para la
los profesionales con la aceptación de éstos). Una
jubilación, a fin de lograr que ésta sea vivida como un
misma persona puede realizar ambos papeles.
proceso natural que conlleve los máximos beneficios
5. Transmitir la información y comunicación a través
psicofísicos.
del cuidador de enlace.
6. Incluir al paciente en los cuidados globales.
Recomendaciones dirigidas
a los pacientes
Recomendaciones específicas
1. Atención previa, a través de una entrevista individual
de cara al paciente
o familiar, a ser posible en el año anterior a la jubilación,
1. No dejar de visitarlo hasta el último momento. La
con los siguientes objetivos:
continuidad de los cuidados favorece el valor
– Advertir de la importancia de mantener una vida
psicobiológico de la relación.
mental, física y social activa.
2. Promover la atención que asegure el máximo
– Orientar hacia el reforzamiento de las actividades de
bienestar y calidad de vida.
relaciones sociales, culturales, de ocio, lúdicas e
3. Explorar cuidadosamente qué sabe de la naturaleza
incluso físicas y deportivas posteriores a la jubilación.
de su enfermedad.
– Detección, en esta visita, de los riesgos psicosociales
4. «Decirlo o no decirlo»:
previsibles al jubilarse: aislamiento social,
– Evitar apriorismos ideológicos.
sentimientos de soledad, aumento de la pasividad y la
– Atender los deseos del enfermo (lo que sabe, lo que
dependencia, síntomas depresivos, etc.
quiere saber, cómo y cuándo lo quiere saber).
2. Situar al individuo en el grupo de riesgo alto o bajo
– Procurar la corresponsabilización de la familia.
respecto a las probabilidades de descompensación con
la jubilación y realizar controles más o menos frecuentes
Recomendaciones específicas en función de este dato.
de cara a la familia
1. Valorar el nivel de conocimientos que tiene la familia
Recomendaciones dirigidas
sobre el diagnóstico y los sentimientos asociados a la
a los familiares
pérdida de un ser querido.
Realizar una entrevista familiar (al menos con la esposa
2. Considerar el nivel de funcionamiento familiar y el
e hijos, si los hubiere) en el año previo a la jubilación.
impacto –positivo o negativo– de esta dinámica sobre el
En esta entrevista se hará hincapié en lo siguiente:
paciente.
– Explicar la jubilación como un proceso natural de
3. Observar la relación que la familia establece con el
transición psicosocial, que tiene repercusiones
equipo de atención primaria y las demandas explícitas o
relevantes en la mayoría de los aspectos de la vida y
implícitas que realiza.
que puede originar desajustes personales en el
jubilado y en el seno familiar.
Recomendaciones específicas – Solicitar de la familia el apoyo que precise el jubilado
de cara al equipo de atención primaria según la valoración de grupo de riesgo (alto o bajo)
Es conveniente que los profesionales realicen un que le corresponda.
ejercicio de reflexión sobre la atención que se presta – Reforzar psicológicamente la red familiar.
al paciente terminal y a su familia, valorando los – Prevenir posibles desajustes en el núcleo familiar.
sentimientos que generan la muerte y su proceso, – Implicar a todos los miembros de la familia en la
tanto en el propio profesional como en el conjunto resolución de los conflictos y trastornos adaptativos
del equipo. de la jubilación.

111 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 99


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 100

Tizón García JL, et al.


GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria

Ancianos con frecuentes Programas comunes


cambios de domicilio a ambos grupos

Recomendaciones Detección precoz de trastornos


Recomendaciones al anciano de ansiedad y depresión
– Conservar sus relaciones sociales. Animarle también a
iniciar actividades de ocio dentro y fuera del domicilio
(centros de día, hogar del jubilado, actividades de
voluntariado, talleres…). Recomendaciones
– Mantener una actividad física y mental.
– Llevar consigo en cada cambio de domicilio sus 1. Registrar en la historia clínica el motivo de inclusión.
objetos personales o de valor sentimental. 2. Adecuar el modelo de entrevista de atención primaria
– Respetar las costumbres de los miembros de la familia. de salud, en especial si se sospecha de la posibilidad de
– Guardar por separado la medicación crónica y la una depresión o de un trastorno por ansiedad.
aguda, para evitar errores. 3. Valorar los «factores de vulnerabilidad para la
– Recordarle que es importante que comunique al depresión» más comunes y reconocibles, así como la
equipo asistencial los cambios físicos y psíquicos. «población diana».
4. Utilizar la entrevista como herramienta diagnóstica
Recomendaciones a la familia
fundamental, aunque, a criterio del profesional, puede
– Facilitar, siempre que sea posible, que el anciano
usarse como guía de ésta la escala de ansiedad y
disponga de un espacio físico propio, donde pueda tener
depresión de Goldberg (EADG).
sus objetos personales o de valor sentimental.
5. Población diana: pacientes con síntomas y conductas
– Insistir a la familia para que fomenten las relaciones
sugerentes de psicopatología y/o en transiciones
sociales del anciano y que faciliten las visitas a los amigos.
psicosociales con factores que dificultan su elaboración.
– Contando con su aprobación, se asignará algunas
6. En los pacientes en los que la EADG resulte
tareas al anciano para favorecer su integración familiar.
positiva, se recomienda realizar una entrevista
– Comunicar al EAP los cambios tanto físicos como
diagnóstica más exhaustiva, teniendo en cuenta el
psíquicos del anciano.
componente biológico, la problemática y el soporte
– Separar la medicación crónica y aguda para evitar
social así como los aspectos emocionales. Debería
confusiones.
confirmarse el diagnóstico ajustándose a los criterios
– Se respetarán las costumbres y actitudes del anciano,
diagnósticos CIE 10, DSM-III-R o DSM IV.
así como sus horarios y descansos.
7. Mientras persista el motivo de inclusión se valorará
– En la medida de las posibilidades, se deberá intentar
al paciente cada 2 años. No obstante, queda a criterio
que las variaciones no deseadas sean las mínimas y las
del profesional adelantar o retrasar esta periodicidad en
estancias sean superiores a 3 meses siempre que no
función de cada caso.
suponga una dificultad importante para la familia.
– Recomendaciones específicas para el cuidador principal:
• Buscar un espacio propio de ocio y actividades lúdicas.
• Contactar con grupos de ayuda y otros cuidadores.
• Informarle sobre la enfermedad, su evolución y
complicaciones previsibles. Prevención del suicidio
• Educar sobre las posturas y la movilización correcta de
los ancianos.
• Informar sobre los recursos sanitarios y no sanitarios
disponibles. Recomendaciones
Recomendaciones a los profesionales
1. Sería conveniente que en el centro de salud donde – Prestar atención especial a la posibilidad de suicidio
acuda el anciano, éste siempre sea atendido por el en pacientes con un diagnóstico positivo de depresión y
mismo médico y enfermera, preferiblemente el médico de determinados casos de ansiedad y cuando existan
que trata a la familia residente en la zona. otros factores de riesgo.
2. Elaboración de un informe clínico del anciano cuan- – Realizar entrevistas tranquilas y abiertas, procurando
do deba desplazarse a otro domicilio. establecer una relación empática con el paciente.

100 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 112


077-101 Expertos 11/11/03 11:20 Página 101

Tizón García JL, et al.


Prevención de los trastornos de salud mental desde la atención primaria GRUPOS DE EXPERTOS DEL PAPPS

– Si se sospecha potencial suicida no dejar de aclarar el En caso de detectarse una idea de suicidio seria y
tema. Atender a la ideación suicida o interrogar sobre suficientemente elaborada debería derivarse al paciente
ésta no pone esas ideas en la mente de estos pacientes; a los servicios de salud mental para su tratamiento y
las tiene de antemano. No se deben banalizar ni eventual hospitalización. Con permiso de éste, y a ser
despreciar las amenazas suicidas. posible en una entrevista conjunta, se recomienda
– Interrogar al paciente que admite ideación suicida informar a los familiares de la gravedad de la situación,
sobre la intención y la planificación (modo, medios…). así como de la necesidad de vigilancia.

Nota:
Una versión completa del programa de salud mental se puede encontrar en
http://www.papps.org/recomendaciones/2003/saludmental.pdf

113 | Aten Primaria 2003;32(Supl 2):77-101 | 101

Вам также может понравиться