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Juan Manuel Cáceres, comprometido con la revolución del 16 de julio, había logrado
escapar evitando así ser ejecutado por Goyeneche. Era mestizo y escribano y conocía muy
bien la zona norte. Él había estado en comunicación con Titicocha que se levantó en Oruro;
este cacique junto con Carlos Colque y el cura Jiménez Manco Capac habían elaborado un
programa revolucionario de 12 puntos, el cual consideraba la supresión del tributo indígena,
de la mita y de los cacicazgos, así mismo proponía el reparto entre los naturales de las
tierras pertenecientes a los españoles.
En La Paz se esperaba la ayuda de Goyeneche que tenía que venir del Desaguadero; al fin
llegó un contingente comandado por José de Santa Cruz y Villavicencio, padre de Andrés
de Santa Cruz. Cáceres se replegó a Larecaja, intentando poco después un nuevo sitio a La
Paz. La situación en el altiplano era tan difícil que las autoridades del virreinato peruano
decidieron pedir ayuda al cacique de Chincheros (Cuzco) Mateo Pumacahua para que haga
frente a las tropas de Cáceres. Pumacahua, que había ayudado a los realistas en contra de
Túpac Amaru, se alió con el cacique Manuel Choquehuanca, también colaborador de los
realistas, y entre ambos entraron en La Paz. La atemorizada ciudad que conocía la penuria
de dos cercos tuvo que soportar saqueos y represalias.
Cáceres no pudo llevar adelante su proyecto que incluía la reconstitución del incario y su
figura se desvanece sin dejar rastro. El tambor mayor Vargas nos dice que todavía estaba
activando la guerrilla de Sicasica en 1814- Nada más sabemos de él.
Las tropas realistas trataban de controlar el altiplano pese a los constantes ataques de los
guerrilleros. En 1814 La Paz fue ocupada por tropas independentistas venidas del Cuzco
donde se había levantado, proclamando la independencia, el cacique Mateo Pumacahua
otrora aliado de los realistas. Su actitud fue de adhesión a los hermanos Ángulo de Cuzco
que se rebelaron apoyándose en el elemento indígena; rebelión que según el historiador
peruano Vargas Ugarte, tenía mucha similitud con el levantamiento de Túpac Amaru en
1781. Como el movimiento indígena de 1814, pretendía extenderse al Alto Perú se envía un
contingente a La Paz, encabezado por Juan Manuel Pinelo y por el cura Ildefonso de Las
Muñecas, canónigo de la catedral de Cuzco. Pumacahua, entre tanto, fue a Arequipa junto
con Vicente Ángulo pero, perseguido por las tropas realistas, fue apresado y ahorcado en
Sicuani el año de 1815.
La figura de este cacique es una de las más controvertidas de la historia andina, muestra
las indecisiones y angustias de quienes tuvieron que vivir el paso de la sociedad virreinal a
la sociedad republicana.
Pinelo y Muñecas, bajaron con sus tropas por Azángaro y Carabaya donde se les plegaron
millares de indios; llegaron a Puno y de allí se dirigieron a La Paz. Era intendente de la
ciudad el marqués de Valdehoyos que se preparó para resistir. Los asaltantes tomaron la
ciudad y apresaron al intendente. Cuatro días después de la entrada de los cuzqueños
explotó el cuartel donde éstos estaban alojados, se culpó del desastre a Valdehoyos y los
otros realistas que estaban en la ciudad, y empezó una matanza en la que perecieron José
de Santa Cruz y Jorge Ballivián, padres respectivamente de Andrés de Santa Cruz y José
Ballivián quienes serían posteriormente presidentes de la república de Bolivia. Para
controlar la rebelión vino a La Paz el general Ramírez, entonces Pinelo y Muñecas huyeron
a Larecaja. En La Paz algunos revolucionarios resistieron, entre ellos estaban dos mujeres:
Vicenta Juaristi de Eguino y Simona Manzaneda. El general Ramírez entró en la ciudad en
noviembre de 1814, encarcelando y fusilando a todos los comprometidos con los rebeldes.
Fue nombrado intendente de la ciudad Mariano Ricafort.
Tupac Amaru y Tupac Katari son dos indígenas de la Colonia que se rebelaron contra la
dominación española, el primero de ellos en las cercanías del Cuzco (Perú) y el segundo en
el Alto Perú (actual Bolivia).
Las tensiones sociales aumentaron cuando en 1779 comenzó la guerra anglo española que
se extendería hasta 1783, y que para América hispana significaría un aumento en los
impuestos para poder financiar la guerra al otro lado del Atlántico.
Tupac Amaru II
Túpac Katari
Julián Apaza Nina, más conocido como Túpac Catari, Katari o Qatari (Ayo Ayo, provincia de
Sica Sica, 1750 – La Paz, 15 de noviembre de 1781) fue indígena aimara que lideró un
levantamiento contra las autoridades coloniales en el Alto Perú, junto a su esposa Bartolina
Sisa.
Adoptó el nombre Túpac Katari tomando partes de los nombres de dos líderes originarios
contemporáneos: por un lado, a Túpac Amaru; y por otro, a Tomás Catari, cacique de
Chayanta.
Como parte del levantamiento, Túpac Katari formó un ejército de 40.000 hombres y cercó a
la ciudad de Chuquiago (actualmente La Paz), dos veces en 1781, pero las tropas
coloniales consiguieron romper el primer cerco.
Posteriormente Andrés Túpac Amaru se unió a Túpac Katari en un segundo cerco a La Paz,
pero maniobras políticas y militares, así como líderes originarios contrarios al levantamiento
acabaron con el mismo. Los cabecillas fueron apresados y ejecutados.
Sin que se haya conocido antes de su existencia, Julián Apaza, autonombrado virrey Tupac
Katari, emergerá en el escenario de Charcas aymara para lanzar su grito de rebelión que
pondría en vilo a la ciudad de La Paz.
Sin embargo, “a ningún historiador actual le cabe duda de que (los sucesos) de 1780 y 81
constituyen un proceso diferente a las demás rebeliones. Las anteriores constituyeron, por
lo general, movimientos breves muy localizados y obedecieron ordinariamente a motivos
concretos de protesta ante alzas de contribuciones, abusos de corregidores en los repartos,
malquerencias o descontento frente al proceder de determinados funcionarios o
instituciones”. Pero, “no implicaron planes políticas independentistas y fracasaron siempre
porque frente a ellos existía un Estado vigoroso que reaccionaba enérgicamente”.
En cambio, el de Amaru y Katari —que tienen una conexión, si bien no una articulación que
haga pensar en objetivos y estrategias comunes— tienen características especiales; “a los
elementos anteriores se suman ahora la extensión y amplitud, la intensidad, la duración, el
arraigo y la aparición de grandes caudillos”.
Además, “se ve desaparecer la antigua docilidad, paciencia y sumisión de los nativos, para
ser reemplazada por una áspera violencia, crueldad y enardecimiento”. Si antes “los
indígenas habían manifestado una verdadera incapacidad para mantener y asegurar sus
derechos, ahora, en cambio, reaccionaban con actos de violencia sanguinaria, saqueos, y,
sobre todo, con un odio implacable”.
Según Del Valle de Siles, “lo más seguro es que los primeros pasos del caudillo aymara se
iniciaron en febrero de 1781 en la región de Pacajes, Yungas, Sicasica, corregimientos
vecinos al de La Paz. En pocos días fue levantando con gran violencia las ciudades y
pequeños pueblos vecinos de Ayoayo, Calamarca, Luribay, Araca, Yaco, Caracato,
Sapaaqui, Laja y Viacha”. La acción continuará hasta que, el 14 de marzo de 1781, la
ciudad de La Paz es cercada. “En todo este periodo, el caudillo atacó y dirigió
personalmente su actuación; sin embargo, es tan oscuro su origen y tan misteriosa su
aparición que los españoles creían que quien maniobraba era el propio Tupac Amaru”.