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El Fondo Hipotecario de Promoción de la Vivienda - Fondo MIVIVIENDA, se creó en el año 1998, mediante
la Ley N° 26912, convirtiéndose en Sociedad Anónima (S.A.) el 01 de enero del 2006, en virtud de la Ley
de Conversión, Ley N° 28579, y según lo señalado en el Decreto Supremo N° 024-2005-VIVIENDA.
De acuerdo a la Ley N° 28579, el Fondo MIVIVIENDA S.A. se convierte en una empresa estatal de derecho
privado, comprendido bajo el ámbito del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del
Estado - FONAFE y adscrito al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento.
Asimismo, mediante el Decreto Legislativo Nº 1037, publicado el 25 de junio del 2008, se estableció que en
el ejercicio de su objeto social y a efectos de incrementar la oferta de viviendas de interés social, el Fondo
MIVIVIENDA S.A. podrá promover la oferta de financiamiento para las inversiones en habilitación urbana,
pudiendo a su vez financiar las mismas.
La historia del derecho, como tal, en la Antigua Grecia, no fueron postulados que de
forma "orgánica" fueron acogidos por los "códigos romanos" o imperiales sino que fueron
sus criterios de análisis los cuales fueron traspasados desde la originaria política, ejercida
en la polis (la ciudad), hacia el ejercicio jurisprudencial e imperial Romano, el cual se nutrió
del sincretismo cultural y a su vez estos últimos al legado de occidente.
El Derecho surgió completamente ligado al ideal de formación del individuo en tanto era
parte de la polis, y donde el ethos cobró más importancia que el logos, esto es, resultó de
mayor importancia la formación del individuo en cuanto tal, y de su orientación hacia el
"buen camino" traducido en la diké, y más tarde en la diakaiosyne, siendo el derecho no un
sistema puramente organizador sino realizador del más alto ideal de hombre, la vida en
sociedad, la areté. Esta fue la verdadera misión histórica que podría contrastarse con una
visión del mundo contemporáneo, que ha olvidado en cierto modo al hacer omiso de estas
fuentes vinculante y supletorias el verdadero Génesis y propósito de éste como Derecho.
Así es menester hoy recoger estas fuentes del legado griego.
Aristóteles describe la fusión de ambos elementos en su famoso pasaje: "La justicia es una
necesidad social, porque el derecho es la regla de vida para la asociación política, y la
decisión de lo justo es lo que constituye el Derecho" (Aristóteles,Política), cuya
consecuencia inmediata es que los griegos no concibieron jamás la dualidad moderna
planteada por el positivismo jurídico del llamado "derecho injusto".
Los griegos plantearon su preocupación por cuestiones jurídicas y su forma de
estructurarlas en las sociedad, así vislumbraron un nuevo camino que ellos mismos
trazaron cuidadosamente, como también ayudó la senda de discusiones que iniciaron, y
que repercuten en los ideales modernos, que si bien se alejan de las reflexiones y el modo
de pensar griego, yacen sus raíces en éste como algo que es imposible prescindir al
momento de concebir una verdadera formación del concepto de derecho
La omisión del Derecho en la obra de Platón sea una muestra clara y una distinción
interesante de cómo incluso la esfera del Derecho y de lo justo influyó en las profundas
cavilaciones de Platón al punto de reemplazar éste por la virtud del rey filósofo rechazando
el antiguo ideal antes establecido de la ciudad-estado.
Y cuya reivindicación sería tardía por parte de Platón, intentando dar en una obra posterior
(Leyes) el lugar que siempre le correspondió y enfatizando la importancia moral del
Derecho).4 Aristóteles criticaría duramente a Platón al decir que ni siquiera el gobernante
más sabio puede prescindir de la ley, pues la ley es la razón desprovista de pasión.5
Se presenta a modo de ejemplo una fuente del idealismo griego en el Derecho, contenida
en la legislación de Licurgo. Pues es la legislación de Licurgo algo contrario de lo que los
griegos entendían por legislación. No es una codificación habitual de leyes particulares y
públicas, sino el nomos, en el sentido de una tradición oral, dotada de validez, de la cual
sólo unas cuantas leyes fundamentales y solemnes fueron fijadas de forma escrita.6
Así Licurgo otorgó mayor importancia a la fuerza de la educación y a la formación de la
consciencia ciudadana que a las prescripciones jurídicas, esto es, prefirió la tradición
consuetudinaria a la manía legisladora de la democracia del siglo IV. Otorgando mayor
énfasis a la formación de los hombres de acuerdo con las normas obligatorias de la
comunidad, alejándolo del individualismo, cuya veracidad se comprueba en el siguiente
pasaje: "La educación se extendía hasta los adultos. Ninguno era libre ni podía vivir como
quería. En la ciudad, como en un campamento, cada cual tenía reglamentadas sus
ocupaciones y su género de vida en relación con las necesidades del estado y todos eran
conscientes de que no se pertenecían a sí mismos, sino a la patria".7
Tal cual se observa, el Derecho aquí se entiende como sinónimo de orden de la
comunidad, como elemento organizador y no tanto de dar a cada uno lo que le
corresponde, sino ordenar a cada uno lo que es debido. Estas dos visiones de Derecho (la
primera propia de la democracia, la segunda propia de la autarquía) repercuten en las
visiones modernas sobre el Derecho, que una vez más hace temblar los cimientos de las
definiciones clásicas y de su vinculación con la justicia.