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Innovador sistema constructivo muy útil en obras de gran volumen, debido a que se
adapta muy bien a toda tipología estructural y a otros sistemas de encofrado.
Los encofrados para columnas gracias a su composición química, mantienen una condición
adecuada para almacenarse al aire libre, sin degradación ambiental. Además, no absorben
agua durante el proceso de fraguado, mejorando la resistencia del hormigón en menor
tiempo, la adherencia al concreto es mínima y el acabado del hormigón es liso. No
requiere enlucido.
Los encofrados flexibles tienen la capacidad de fundir formas rectas y curvas, con efecto
de “memoria”. Destacan también por:
Diseñado para los llamados puentes de técnicas de construcción acelerada (ACB, por sus
siglas en inglés), la técnica de Pantelides actúa sobre la base de las columnas afectadas.
Esta zona, junto a la parte superior, es la que más daño recibe durante un temblor.
La función de esta rosquilla es trasladar la zona de flexión (la que recibe la fuerza durante
un temblor y que puede romperse) desde la parte afectada hasta la zona inmediatamente
superior que no ha sufrido daños. De este modo, asegura el equipo, el puente reparado
podría seguir cumpliendo su función con prestaciones iguales o muy cercanas a la
resistencia original de la estructura. “Otros sistemas requieren retirar parte del hormigón,
reemplazar parte del corrugado y encofrar”, explica el responsable de la investigación,
Chris Pantelides. “No hace falta decir que eso requiere tiempo y trabajo… necesitas crear
el encofrado y luego retirarlo”, añade. El responsable defiende que con su técnica “la
estructura de fibra de carbono también actúa como encofrado”.
Pantelides asegura que se necesitarían tres días para reparar cada columna afectada,
menos que con otros sistemas. Preguntado por cuánto tiempo aguantaría el puente tras
su reparación, Pantelides garantiza que duraría “tanto como las columnas originales”. El
experto explica: “El método de reparación demuestra que las columnas rinden tan bien
como las originales. Esto significa que, una vez reparado, puede seguir funcionando como
antes hasta el próximo terremoto, incluso entonces lo hará tan bien como en el primero”.
“Al ser un material relativamente caro y con algunos inconvenientes no está muy
extendida. Hay bastantes aplicaciones, pero su uso no es del todo común”, explica Oller.
La profesora detalla: “Se tiende seguir con las técnicas tradicionales porque son más
baratas”. Para Aparicio, “esto es un círculo vicioso”. Pero en su opinión, “ahora que
probablemente en Europa haya más mercado de reparación y rehabilitación,
probablemente el precio de estos materiales bajará. Si se usan bien, los resultados son
fiables”.
Los últimos avances para proteger los puentes no se limitan a recubrir las estructuras con
fibra sino que aspiran a protegerlas con herramientas que permitan disipar la energía
cinética en caso de temblor. “Restituir la respuesta estructural hasta un cierto nivel con
fibra de carbono y proteger la estructura mediante amortiguadores o conectadores podría
ser una estrategia interesante”, explica Aparicio. “Es un buen matrimonio para reparar
una estructura”, añade.
CONCLUSIONES