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SÍNTESIS DE LA ENCÍCLICA "PACEM IN TERRIS"

CARTA ENCÍCLICA
“PACEM IN TERRIS”.

LA PAZ EN LA TIERRA, promulgada el día jueves santo, 11 de abril del año 1963,
por su santidad JUAN XXIII.

El motivo del documento “pacem in terris” es un llamado del papa a construir la paz
entre todos los pueblos instaurados sobre la verdad, la justicia, el amor y la
libertad.

PARTES DEL DOCUMENTO.

Parte I: El orden entre los seres humanos.


Parte II: Relaciones entre los hombres y los poderes públicos en el seno de las
distintas comunidades políticas.
Parte III: Relaciones entre comunidades políticas.
Parte IV: Relaciones entre los individuos, las familias, las asociaciones y
comunidades políticas por una parte y la comunidad mundial por otra.

SÍNTESIS DEL DOCUMENTO.

El papa en esta carta encíclica enseña la importancia de vivir en paz en todos los
pueblos, respetando los derechos y cumpliendo los deberes en un orden social,
político y económico. Además, hace un llamado a todos los hombres para que,
como seres sociales por naturaleza, participen en el desarrollo eficaz de los
pueblos, en sus políticas y proyectos, especificando que se necesita un origen
divino de la autoridad y que la razón de ser de los poderes públicos es el bien
común en todo sentido.

Nos dice el papa que en todo momento se debe mantener las buenas relaciones
políticas, buscando el bien de todos los pueblos, construyendo la paz, no con
armas, sino con el desarme de los corazones de los hombres y por consiguiente de
las naciones, manteniendo el diálogo y el amor de hermanos que los lleva a una
unión múltiple de intereses y espíritus. Se necesita una solidaridad eficiente de los
pueblos más desarrollados para con los pueblos menos desarrollados. Es deber de
todos los hombres construir la paz a ejemplo de Cristo, príncipe de la paz,
practicando la justicia el amor y la verdad; contribuyendo al desarrollo integral del
ser humano y las buenas relaciones con todos los hombres. En las familias es
donde se deben sembrar las primeras semillas de paz. Debemos, pues nosotros
mostrarnos como hombres de paz, que viven y celebran la liturgia y que
reconocemos al Jesús del Evangelio que se presenta en medio de nosotros y nos da
su paz.

Nos invita el papa a orar por este don maravilloso de la paz que nos trajo Jesucristo
y que se ha perdido a causa de los hombres por ganas de poder, olvidando que lo
más importante es el bien común de todas las naciones.

LUIS IGNACIO SÁNCHEZ QUICENO.

Publicado por LUIS IGNACIO SANCHEZ QUICENO en 19:23:00

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Pacem in Terris, para entender y


reflexionar la Encíclica
Pacem in Terris, para entender y reflexionar la Encíclica

Hablar de la Pacem in Terris es hablar de los Derechos del Hombre.


Como antecedente podemos mencionar que el 26 de agosto de 1789
la Revolución Francesa condujo a la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano.

Por: P. Manuel Loza Macías | Fuente: www.usem.org.mx

PACEM IN TERRIS
Encíclica Pacem in Terris, Juan XXIII.
Carta Encíclica promulgada por el Juan XXIII el 11 de abril de 1963.
La paz ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor, la libertad.

Si deseas leer la Encíclica Pacem in Terris, completa da un click aquí

CONTEXTO.
Hablar de la Pacem in Terris es hablar de los Derechos del Hombre. Como antecedente podemos
mencionar que el 26 de agosto de 1789 la Revolución Francesa condujo a la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano. Se inspiraba en la declaración norteamericana, que encarnaba en el siglo
XIX los ideales liberales de la sociedad. Pío XII se preocupó durante la Segunda Guerra Mundial de la
reconstrucción y desarrollo de los pueblos. 1963 era el año en que se celebraba el Concilio Vaticano II.
Las Naciones Unidas, la UNESCO, la Liga de los derechos del hombre y otros organismos se habían
consagrado a la búsqueda de una defensa de la paz, en beneficio de todos los seres humanos sin
distinciones discriminatorias. SS. Juan XXIII escribe este documento que pudiera servir a todos los
hombres de buena voluntad en la constitución orgánica de los Estados y de sus relaciones
internacionales.

CONTENIDO.
Apoyándose en la razón y la ley natural, SS. Juan XXIII esboza una lista de derechos y deberes que
deben observar tanto los individuos como las autoridades públicas, los gobiernos nacionales y la
comunidad mundial. La paz exige la observancia del orden querido por Dios. Este orden ha de reconocer
ante todo las leyes que impone la naturaleza del hombre en las que se descubren los planes de Dios. El
punto de partida y fundamento de toda ley humana, arranca de la personalidad natural y dignidad natural
del hombre, dotado de derechos y de deberes. Dignidad acrecentada por la luz de la Revelación Cristiana.

Así pues, la encíclica habla de las relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos y de las
relaciones que deben de existir entre los Estados. La encíclica se dirige a todos los hombres de buena
voluntad. Afirma que la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de
cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí mismo el orden establecido por Dios. Esta
verdad es la que obliga a todos los seres humanos a respetar a sus semejantes, además de dignificar el
mundo de trabajo, a poner especial atención en la actuación de la mujer en la vida pública.

Considera que las relaciones internacionales son consideradas bajo la misma óptica de la persona, es
decir, deberán regirse por la ley moral, por la verdad, la justicia y el respeto. El Papa exhorta a todos a
luchar por reconstruir todas las formas de convivencia en la tierra. Conjuntar amor y libertad, es tarea
ardua pero nobilísima, pero vale la pena por el bien de todos. A esta labor se llama a todos los hombre de
buena voluntad.

ACTUALIDAD.
¿Qué ofrece Pacem in Terris a los hombres de hoy?, Y como empresario, ¿Qué me aporta? Aceptar a
Dios que asegura el fundamento, el fin y la garantía de todo orden en el mundo y entre los hombres. Por
tanto, también en la empresa. El respeto a la vida humana incipiente y terminal, la relación solidaria y
subsidiaria entre naciones, la construcción de una sociedad a la medida de la persona, siguen teniendo la
misma vigencia que 1963.¿No se habrá aumentado la urgencia hoy que algunos Estados intervienen en
otros estados de una manera letal?

Pacem in Terris nos sugiere criterios de acción y dirección a todos, incluso a los no cristianos. Es una
clara exhortación a vivir bajo el amparo de la paz. La actualidad de vivir este concepto se ve en los
escándalos políticos de nuestro país en que se ven implicados algunos empresarios. En la empresa y en su
entorno hay conflictos que no siempre se resuelven en paz. Y no habrá paz y justicia, sino hay paz en las
familias y en la empresa. Estás son las células de la vida económica y de la vida social de un país y del
mundo.

CAPITULO 3: Resumen de la Encíclica


La encíclica viene a ser una síntesis de la doctrina católica sobre la dignidad y los
derechos de la persona y sobre la moral política, tanto dentro de los estados, como en las
relaciones internacionales.
Primera Parte
En la Encíclica, el Papa Juan XXIII, hace referencia a los derechos humanos,
considerando básicamente que todo ser humano es ante todo una PERSONA, es decir un
ser dotado de inteligencia y libertad y por esta misma razón, tiene derechos y deberes que
al ser universales e inviolables, son absolutamente inalienables.
Así pues, desglosando los derechos analizados por él y relacionándolos con la
“Declaración Universal de los Derechos Humanos”(DUDH), tenemos lo siguiente:
DERECHO A LA EXISTENCIA Y A UN NIVEL DE VIDA DIGNO. Juan XXIII, habla en este
punto de los derechos que tienen los seres humanos a la existencia, a la integridad física y
a los medios que necesita un individuo para alcanzar un nivel de vida digno. A esto se
refieren los artículos 3, 4 y 25(*).
DERECHOS REFERENTES A LOS VALORES MORALES Y CULTURALES. Se refiere a
que todo ser humano tiene el derecho natural a ser respetado como persona, a la buena
reputación, a la libertad para buscar la verdad, para defender sus ideas, para cultivar
cualquier arte y para estar informado de todo lo que sucede, siempre dentro de los límites
de lo que es moral y del bien común. También afirma que el ser humano tiene derecho a la
enseñanza y desarrollarse profesionalmente, ocupado cada vez puestos de mayor
jerarquía de acuerdo a los méritos alcanzados, a sus aptitudes y capacidades, las cuales
deberán ser reconocidas. En la DUDH, esto se plantea en los Artículos 19, 26 y 27(*).
DERECHO A HONRAR A DIOS. Tal y como se ha dicho, toda persona tiene el derecho a
honrar a Dios, según lo dicte su recta conciencia y profesar su religión tanto pública como
privadamente. En la DUDH, este derecho se manifiesta en el Art. 18(*).
DERECHO A LA ELECCION DEL PROPIO ESTADO. En la encíclica, este punto abarca
varios aspectos. Por una parte se habla de la libertad que tiene una persona a elegir su
propio estado, refiriéndose a estado civil, pero solo plantea dos opciones: formar una
familia con paridad de derechos y de deberes entre hombres y mujeres o seguir la
vocación sacerdotal o vida religiosa. Habla sobre la familia como núcleo primario y natural
de la sociedad, lo cual se manifiesta en el Art. 16 de la DUDH (*).
Por otro lado, el Papa Juan XXIII, expresa que las personas tienen derecho no solo a la
libre iniciativa en el campo económico, sino al trabajo y a la retribución del mismo con
criterios de justicia y equidad (Art. 23)(*).
Adicionalmente en la DUDH existen otros artículos que de una u otra forma complementan
este punto de la Encíclica ya que ponen en evidencia la dignidad de la persona humana, el
respeto a sus necesidades y valores, así como la obligación que tienen los padres por
velar que sus hijos tengan un mínimo de necesidades cubiertas que le permitan vivir
dignamente (Art. 24, 25, 26)(*)
DERECHO DE ASOCIACIÓN. El Papa dice que de la intrínseca sociabilidad de los seres
humanos, se desprende este derecho de reunión o asociación. Derecho a libertad para
crear dentro de estas asociaciones, la estructura que se juzgue conveniente para alcanzar
los objetivos deseados, con responsabilidad y libre movilidad dentro de ellas. Este
derecho, se indica en el Art. 20 (*)
DERECHO DE EMIGRACION E INMIGRACIÓN. Todo hombre tiene derecho a la libertad
de movimiento y residencia dentro de la Comunidad política de la que es ciudadano y
también tiene derecho a emigrar y a establecerse en otras comunidades políticas cuando
sea necesario (Artículo 13)(*).
DERECHOS POLÍTICOS. Provienen de la dignidad de la persona. Uno de ellos consiste
en tomar parte activa en la vida pública y contribuir a la consecución del bien común. Éste
está reflejado en el Artículo 21 de la DUDH(*).
Por otra parte, dentro de los derechos políticos que se mencionan en la encíclica,
encontramos que el derecho fundamental de la persona humana es también la defensa
jurídica de sus propios derechos: defensa eficaz, imparcial y regida por los principios
objetivos de la justicia. Este derecho lo encontramos concretamente en los artículos 10 y
11 de la DUDH(*)
Con relación a los deberes a los cuales hace referencia la Encíclica, tenemos:
INSEPARABLE CORRELACIÓN ENTRE DERECHOS Y DEBERES. Lo que implica que
cada derecho tiene unido de forma inseparable un deber qué cumplir, por ejemplo el
derecho de todo hombre a la existencia, está relacionado al deber de conservar la vida.
RECIPROCIDAD DE DERECHOS Y DEBERES ENTRE PERSONAS DISTINTAS. Es el
deber de respetar los derechos ajenos. En la sociedad humana, a un determinado derecho
natural de cada hombre le corresponde el deber de reconocerlo y respetarlo.
MUTUA COLABORACIÓN. El deber de colaborar con los demás. Explica que al ser los
hombres de naturaleza sociable, deben convivir unos con otros de la mejor forma posible y
procurar cada uno el bien de los demás.
ACTITUD D RESPONSABILIDAD. El hombre debe actuar con responsabilidad. Dice que la
dignidad del ser humano requiere que pueda actuar por libre iniciativa y libremente, lo que
implica que al vivir en una sociedad debe respetar los derechos de los demás, cumplir sus
obligaciones y luchar por el bien común por propia iniciativa y conciencia, con
convencimiento y responsabilidad sin que exista coacción o movido por la presión de las
mayorías.
CONVIVENCIA EN LA VERDAD, LA JUSTICIA, EL AMOR, LA LIBERTAD. Dice que la
convivencia de los seres humanos será fructífera y digna siempre que esté fundamentada
en la verdad. Debe respetar los derechos de los ciudadanos y deben cumplirse las
respectivas obligaciones que unidos por el amor, puedan sentir como propias las
necesidades ajenas y hagan a los demás partícipes de los bienes propios. La convivencia
debe realizarse en libertad, como una realidad espiritual donde se tengan presente los
valores espirituales de cada uno.
FUNDAMENTO OBJETIVO DEL ORDEN MORAL. Este fundamento es el verdadero Dos,
personal y trascendente. Dice la encíclica que debe ser el guía para una convivencia
ordenada y fecunda que se corresponda con la dignidad de las personas humanas.
SIGNOS DE LOS TIEMPOS. Destaca Juan XXIII que existen tres signos importantes de la
época moderna. Estos son: el avance obtenido por la clase trabajadora al exigir cada
vez más el ser tratados como personas en todos los sectores de la sociedad(libres y
dignos), el ingreso de la mujer en la vida pública, especialmente en los pueblos que
profesan la fe cristiana, exigiendo ser considerada como persona y no como instrumento y
exigiendo paridad en sus derechos y deberes con el hombre, tanto en el ámbito de la vida
doméstica como en el de la vida pública. El tercer signo lo constituye la familia
humana cuya configuración social y política se ha transformado en los últimos
tiempos. Todos los pueblos quieren ser libres y si ya no lo son, luchan por serlo. No
quieren estar atados a doctrinas que los colocan en situación de inferioridad ni a razones
políticas o raciales que los discriminan. Se dan cuenta de que todos los hombres son
iguales y por esta razón exigen el respeto a sus derechos.
Segunda Parte
La segunda parte (RELACIÓNES ENTRE LOS HOMBRES Y LOS PODERES PÚBLICOS),
nos dice que no puede existir una convivencia ordenada sin que haya una autoridad. Ésta
debe mandar según la razón, y está postulada por el orden moral y deriva de Dios. Esto no
quiere decir que los hombres no tengan libertad de elegir las personas que gobernaran así
como determinar las formas de gobierno y los métodos según los cuales se ha de ejercitar.
En esta parte se desarrolla el tema actual de las relaciones políticas dentro de los estados.
Se trata de buscar el bien común para todas las personas dando apertura a fórmulas
democráticas de organización del estado, pero siempre dentro del orden moral querido por
Dios.
Tercera Parte
La tercera parte, de importancia capital, aborda las relaciones internacionales. Postula
clara y decididamente la necesidad de una autoridad política mundial, sobre la base de la
igualdad entre los estados soberanos. Sostiene con fundamento que las relaciones
internacionales deben regirse por la verdad, la justicia, la libertad y el amor. En esta parte
se abordan también algunas cuestiones de gran actualidad internacional: minorías étnicas,
exiliados políticos, carrera de armamentos y desarme.

La posición de la encíclica -luego confirmada por el Concilio Vaticano II y actualizada por


los papas de la primera mitad del siglo XX- es que la guerra ha dejado de ser un medio
apto para resolver las violaciones del derecho en el ámbito internacional y de los conflictos
que pueden surgir entre pueblos y naciones. Propugna asimismo un desarme simultáneo y
arbitrado, con medidas de control mutuas y eficaces. Y por supuesto considera ilícito el
uso del armamento atómico.
Cuarta Parte
Esta parte trata con sentido positivo del ordenamiento de las relaciones internacionales,
sobre la base del reconocimiento de la interdependencia real entre los pueblos, reiterando
la exigencia de una autoridad mundial, mediante un acuerdo entre los estados en pie de
igualdad, que funcione con arreglo al principio de subsidiaridad, el cual exige el respeto de
la competencia propia de la autoridad de cada estado. En esta parte se hace una
expresiva alusión a la ONU y a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Quinta Parte
Trata de las normas que deben guiar la acción temporal de los católicos. Tiene un carácter
marcadamente pastoral, de una apertura que preludia la actitud del Vaticano II, no sólo
hacia los fieles de otras iglesias cristianas, sino también hacia todos los hombres de buena
voluntad, colaborando en las acciones buenas o que puedan llevar al bien, con recto
sentido de la moral natural. Indica la necesidad de distinguir entre el error y la persona que
yerra, que no pierde en ningún caso su dignidad. Expone también una distinción lúcida,
con experiencia de la historia, entre teorías filosóficas falsas sobre la naturaleza, origen y
fin del hombre y las corrientes o movimientos de carácter económico, social, cultural o
político inspirados en dichos idearios, que pueden evolucionar a lo largo de la historia. De
esto puede deducirse que la postura de los católicos ante las ideologías puede ser distinta
de la que adopten ante los movimientos que inicialmente se inspiran en ellas, pero que en
el curso de la historia han ido modificando parcialmente sus posiciones.

CAPITULO 4: Comentario personal


La encíclica en mi opinión trata de resaltar todos los derechos humanos así como los
deberes destacando la importancia que tiene el considerar al ser humano como una
persona digna capaz de convivir en la sociedad respetando los derechos de los demás
cumpliendo con los deberes que le proporcionen a él y a los demás un mejor nivel de vida
También toma en cuenta las relaciones del individuo con el estado y menciona cómo este
último debe valorar su dignidad humana.
Una de las cosas que más me llamó la atención es que está dirigida “a todas las personas
de buena voluntad” sin necesidad de que sean cristianos, se refiere a todas las personas
sin distinción de raza, credo o situación económica.
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