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CIVILIZACIÓN AZTECA

Los rituales eran muy importantes por la civilización Azteca. La religión era
omnipresente en la vida de los Aztecas porque creían que eran el pueblo elegido
y que tenían que cumplir con una misión para construir un mundo ideal. Así, cada
mes comportaba una o varias fiestas.

Prácticas rituales

La conducta social y religiosa entre los aztecas estaba concebida para


conservar la existencia humana y asegurar el bienestar del hombre. De ahí que
para alcanzar tales fines ofrendaban el más preciado de todos los dones, la vida
humana. Pensaban que para que el hombre sobreviviera, los dioses que
permitían su existencia debían también vivir y fortalecerse. Estos dioses, sin
embargo, recibían su mejor alimentación de los corazones sangrantes de un
hombre o hasta de un niño. De este modo, entre los aztecas, los sacrificios
humanos ofrecidos a las deidades alcanzaron proporciones aterradoras.
El sacrificio
por

precipitación se celebraba en Ochpaniztli a honra de la diosa Toci. Consistía en


subir a la víctima a lo alto de un poste para luego arrojarla al vacío, y una vez
abajo, recién muerta o aún agonizante se le degollaba. Otro tipo de sacrificio,
la muerte por decapitación, fue el segundo más común en Mesoamérica y se
encontraba principalmente asociado al juego de pelota y a la fertilidad. En la
sociedad mexica, éste podía realizarse antes o después de
la cardioectomía (muerte por extracción del corazón).
Los prisioneros de guerra eran la ofrenda más estimada, tanto más si los
cautivos habían demostrado bravura en los combates o si eran parte de sus más
elevadas jerarquías. El derramamiento de la propia sangre era otro procedimiento
para procurar el favor divino. El pueblo ejecutaba horribles penitencias frente a
las estatuas e imágenes de sus dioses, tales como mutilarse con cuchillos o pa-
sar por su lengua un hilo con espinas de maguey ensartadas. Entonces, la
sangre de los que realizaban estos actos corría sobre las propias estatuas o se
agolpaba a sus pies.

CIVILIZACIÓN MAYA

Los sacrificios humanos eran parte plena en los ritos religiosos, el


desangramiento formaba parte del intercambio de fluidos sagrados, los seres
humanos daban su sangre para el sostenimiento de sus dioses, estos les
recompensaban con el agua necesaria para la vida. La creencia en varios dioses
también hacia parte de su dogma así como la vida después de la muerte.

El ritual era el medio por el cual el hombre religioso expresaba de manera


tangible su riqueza espiritual y entraba en contacto con el inquietante mundo
sagrado, con los dioses y con aquello considerado sobrenatural; se buscaba,
dada la naturaleza veleidosa de las deidades, granjearse su voluntad en beneficio
de los seres humanos, y a su vez el rito se encaminaba a conocer cuáles eran los
designios divinos sobre el mundo.

• Conformación de un microcosmos: elección de un lugar sagrado y su


delimitación.

• Elección del día y de la hora propicia por medio de adivinación y cálculos


adivinatorios.
• Purificación de los participantes (enlace con ritos purificatorios).
• Utilización de objetos
nuevos confeccionados
ex profeso o su
purificación.

Los rituales se
celebraban en espacios
sagrados como templos,
pirámides, patios, plazas
y juegos de pelota que
las más de las veces
simbolizaban un
microcosmos. También
se celebraban en un
espacio sagrado que el
sacerdote adivino llamado chilam determinaba a través del cálculo de los ciclos
temporales y del movimiento de los astros, el espacio y el momento en que se
celebrará la ceremonia que constituía una irrupción en el tiempo sagrado, en el
de los orígenes.
El contacto con lo sagrado implicaba peligro, de ahí la necesidad de asumir
medidas protectoras, que se centraban en la purificación de todo aquello que
fuera a estar en contacto con el ritual.

Los dioses mesoamericanos, no eran omnipotentes, necesitaban de la


ofrenda de los humanos para subsistir, y ésa fue la razón primordial de la
creación. Los mayas extraían su sangre de diferentes partes del cuerpo: de la
lengua, los molledos de los brazos, o bien del miembro viril, que era la que
contenía mayor energía fertilizante; luego se ungía a la imagen del dios o bien se
derramaba en papeles que se quemaban, para que el humo pudiera llegar a los
seres incorpóreos.

CIVILIZACIÓN INCA

En las artes y escultura poseen una visión tradicional y geométrica, simple en


sus formas pero con un carácter más práctico. La adoración al dios sol era la
base de su religión, todo se centraba en la divinidad de él, las artes decorativas
también tenían relación puesto que los objetos decorativos y rituales fabricados
con oro, un material muy explotado y apetecido por los altos funcionarios eran
símbolo del dios sol. Los rituales religiosos se basaban en sacrificios, consultas
del oráculo y ofrendas.
Los sacrificios incas

Sacrificios humanos en la cultura inca

Debido a su escaso número por muchos años se creyó que los incas no
hacían sacrificios humanos, siendo recién en la última década del siglo XX que se
encuentran restos de este tipo. «Capac cocha» era la regular ceremonia inca de
ofrendas, y dentro de ésta en alguna ocasión ocurría el sacrificio humano,
generalmente de niños de la nobleza que eran sedados en el ritual. Estos
sacrificios no tenían cortes corporales y tras el ritual los cuerpos sin vida eran
momificados.

Los sacrificios se hacían en o después de eventos importantes, como la


muerte del Sapa Inca o durante una hambruna. Se escogía a los niños para
ofrecérselos al gobernante Inca para esta ocasión. Se cree que los niños usados
tenían que ser físicamente perfectos: lo mejor que se le podía ofrecer a los
dioses. Los niños eran adornados con ropa fina y joyería, para ser escoltados
a Cusco a fin de reunirse con el emperador, donde se realizaría un banquete en
honor de los niños. Entonces, el sumo sacerdote llevaría a las víctimas a la
cumbre de la alta montaña, donde los sacrificaría ya sea por estrangulación o por
golpe
El Inti-Raymi

El Inti-Raymi o Gran Fiesta del Sol, lo celebraban los incas de Cuzco en el


solsticio de invierno. Los adoradores viajaban hacia el Este para encontrarse en
su camino con los funcionarios o sacrificadores incas. En las principales cimas
entre Cuzco y Huillcanuta, en la ruta hacia la roca de Titicaca, se ofrecían llamas,
coca y maíz en la fiesta de bienvenida al joven Sol, procedente de su antiguo
lugar de nacimiento.
Citoc-Raymi

La más pintoresca de las fiestas del Sol, era la de Citoc Raymi (incremento
gradual del Sol), que se celebraba en junio, dedicándole nueve días al
ceremonial. En los tres días previos al evento se celebraba un riguroso fasto
durante los cuales no se podía encender ningún fuego. El cuarto día, el Inca,
acompañado por la masa del pueblo, se dirigía desde la gran plaza de Cuzco a
aclamar al Sol naciente, al que esperaban en silencio. Cuando aparecía, ellos le
saludaban con un alegre tumulto, y en procesión se dirigían al Templo dorado del
sol, donde sacrificaban llamas y se encendía un nuevo fuego.
CAPAC RAYMI o Celebración españolizada

Se celebraba en el mes Diciembre cuando se iniciaban las lluvias en la


Sierra. En estos rituales religiosos, los Incas ofrecían una diversidad de ofrendas
de alimentos tesoros, etc. y sacrificios de animales como la llama, alpacas, etc. y
en algunos casos humanos. Sobre los sacrificios humanos, han sido discutidos
por los historiadores, pero según últimos hallazgos, parecen ser afirmativas las
versiones. Así también había la COYA RAYMI, que se celebraba en el mes de
Octubre, era una fiesta femenina dedicada a la diosa Quilla o Luna, la cual era
para la fertilidad femenina
El ritual de capacocha

El rito de Capacocha buscaba mantener "el orden cósmico" en circunstancias


difíciles para los incas, como la muerte del emperador, la cercanía de las
siembras y cosechas o un desastre natural. La ceremonia abarcaba los
adoratorios o huacas que se localizaban en toda la extensión del Tawantinsuyu, y
servía para unir el espacio sagrado con el tiempo ancestral.

De las cuatro direcciones del estado Inca algunos poblados enviaban uno o
más niños al Cuzco, los que eran elegidos por su excepcional belleza y
perfección física libre de todo defecto, por lo general hijos de caciques y con el fin
de realizar alianzas en estos ritos. Los niños eran símbolos de pureza ante los
dioses, y a las nenas se las criaba en la Casa de las Vírgenes del Sol, donde
vivían desde los ochos años de edad hasta el momento del sacrificio.

Transitaban por los sólidos caminos construidos por el vasto imperio,


acompañadas de las huacas (ídolos o dioses adorados) más importantes de su
tierra natal, integraban además la cohorte los curacas y representantes más
notables (políticos y religiosos) de las provincias conquistadas. “...llevaban por
delante en hombros los sacrificios y los bultos de oro y plata y carneros y otras
cosas que se habían de sacrificar; las criaturas que podían ir a pie, por su pie, y
las que no las llevaban las madres…” (Molina, 1575).
Una vez en el Cuzco, adoraban al Sol, al Rayo y a las momias de la dinastía
real que eran los principales dioses. Algunos eran sacrificados allí.

Luego de esta celebración, los niños, sacerdotes y acompañantes


regresaban a su lugar de origen, pero no lo hacían por el camino real, sino en
línea recta, debiendo salvar todo tipo de obstáculos del terreno. La peregrinación
podía durar semanas o meses según la distancia; al llegar, eran recibidos y
aclamados con gran regocijo.

Después el séquito iba a la montaña (adorada, pero también fuente de temor)


donde realizarían la ofrenda entonando canciones rítmicas. Los elegidos para el
sacrificio subían lentamente al santuario de alta montaña y había una última
noche en sitios de ceremonial construidos en piedra, a distintas de alturas.

La criatura era vestida con la mejor ropa, le daban de beber chicha (alcohol
de maíz), y una vez dormida era depositada en un pozo bajo la tierra, junto a un
rico ajuar.

Según la creencia Inca, los niños ofrendados no morían, sino que se reunían
con sus antepasados, quienes observaban las aldeas desde las cumbres de las
altas montañas. Las ofrendas humanas se realizaban solo en las huacas o
adoratorios más importantes del Tawantinsuyu.

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