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LA GENÉTICA CRIMINAL: SU HIPÓTESIS Y METODOLOGÍA

La genética o herencia criminal—desde los estudios de Gregorio Mendel—establece que la


herencia se transmite directa o indirectamente. La herencia indirecta es el salto de una generación
de la aparición de rasgos heredados, por ejemplo si se cruza una rata blanca con uno negro, sólo
en la segunda generación aparecerán ratas blancas. Esto se debe a que el determinante es el
negro. Muchos estudiosos de la Criminología llegan a establecer algunas hipótesis en cuanto a la
génesis de la criminalidad, pero dejan aclarado que la criminalidad no se hereda, lo que se hereda
es la predisposición al delito. Las corrientes teóricas en la búsqueda de la herencia criminal dan
tres métodos: Genealogía de la delincuencia. Estadística criminal Las malformaciones
cromosómicas y anomalías genéticas.

TEORIAS DE LA DELINCUENCIA CONSTITUCIONAL DE BENIGNO DI TULIO

Di Tulio, criminólogo italiano, es un continuador de las tesis lombrosianas que resalto la


importancia del examen clínico, psico-fisiologico del delincuente como base para captar la
dinámica motivacional del comportamiento delictivo.

Sostiene el autor, que las causas del delito se deben a la correlación individual somato-psíquica y
carácter (constitución morfológica individual) y de factores sociológicos del mundo circundante
(ambiente social y natural donde vive el hombre).

Explica el criminólogo que los delincuentes constitucionales son: “sujetos que, por su particular
estructura somática y funcional bio-psíquica, presentan una predisposición mayor al delito, que la
que se encuentra en el hombre medio normal conformista.

La inferencia nos enseña, que el concepto de la delincuencia constitucional morfológica, no debe


entenderse como un estado patológico, pero si como una predisposición a realizar actos delictivos
como consecuencia de una “perversidad instintiva constitucional”, de la cual se derivan
manifestaciones más graves y persistentes de maldad, depravación o degeneración psicológica y
moral, que se manifiesta en brutalidad y predisposición por la delincuencia general.

Factores Causales de la Constitución Delincuencial

Para Di Tulio, la herencia no transmite la criminalidad, sino solo la predisposición criminal, la cual
requiere de otros factores criminológicos.

El criminólogo Benigno Di Tulio considera cuatro factores concurrentes:

FACTORES HEREDITARIOS.

Di Tulio sostiene que el proceso de herencia puede ser afectado por elementos tóxicos e
infecciosos que provocan lesiones o perturbaciones en las células germinales, las mismas que
pueden alterar gravemente el desarrollo físico y psíquico de la persona.

Dentro de este marco hipotético incluye lo que denomina factores morbosos, submorbosos y
degenerativos, que van determinando las tendencias o predisposiciones, en conexión con el
mundo circundante social, lo que sería la personalidad moral o amoral y enferma, así como la
predisposición al delito y peligro social.

Admite Di Tulio, que el fenómeno de la herencia puede efectuar o perturbar el patrimonio


cromosómico y genético, por procesos tóxicos o infecciosos, que causan lesiones en la estructura
funcional y bioquímica en las células germinales (blastoftoria). También puede afectar el proceso
de desarrollo del embrión y del feto, ciertos procesos negativos de carácter toxico e infeccioso
(embrioftoria). Ambas perturbaciones químicas y microbianas pueden afectar gravemente el
desarrollo físico y neuropsiquico de la persona.

En atención a la tesis anterior, el científico italiano divide a la población humana en tres categorías
genéticas:

Primera clase: conjunto de personas con afortunada combinación de “genidios”, los que
predominan sobre los defectuosos y tarados, siendo compensados por los morales genéticamente.

Segunda clase: conjunto de personas con “genidios” mediocres, que conforman cerca del 90% de
la población.

Tercera clase: conjunto de personas indeseables genéticamente. Por ser producto de una
combinación defectuosa de “genidios”, con insuficiente compensación, entre los que se
encuentran los delincuentes y criminales, con predisposición al crimen. Omite la influencia
negativa del medio social.

2.2 CARACTERES MORFOLOGICOS

Aquí Di Tulio se aparta de la tesis de Lombroso pues considera que solo existen anomalías
morfológicas pero que estas anomalías como factor constitucional del delincuente son todavía
imprecisos.

La concepción constitucional morfológica del delincuente, explica Benigno Di Tulio, del siguiente
modo: “en la moderna antropología criminal, se está en efecto de acuerdo en sostener que el
estudio del delincuente debe ser siempre hecho desde todo punto de vista: morfológico, funcional
y psicológico, según el método que, por lo restante ha estado perfeccionando, siguiendo el
desarrollo alcanzado por las ciencias biológicas y psicológicas y especialmente por la ciencia de la
constitución individual y de la biotipología y ontogénesis humana”.

Existe notoria frecuencia de caracteres morfológicos anormales en los delincuentes, pero es


preciso y necesario diferenciar aquellos que son a su vez expresión de fenómenos degenerativos
en general y particularmente variaciones individuales. Anomalías de tipo de reacción y de
adaptación y alteraciones biotipologías que son propias de las razas fundamentales: blanca, negra,
mongólica, modelada por el nivel de vida material, social y cultural.

Luego postulan las indagaciones étnico-raciales, basadas en medidas antropométricas que deben
practicarse para el examen morfológicos del delincuente, con mediciones de estatura, el diámetro
vertical o el largo de los miembros superiores o inferiores; el diámetro antero-posterior
hipocondriaco; el diámetro transversal de la pelvis.
En el examen morfológico-constitucional de los delincuentes tienen relevancia, estima Di Tullio, el
estudio de los tatuajes, que estaría demostrando una escasa sensibilidad al dolor, además podría
revelar sus inclinaciones vivenciales, sus tendencias instintivas y otras formas de conducta
delincuencial y socialmente peligrosas.

Sobre esta materia concluye el criminólogo italiano: “Esto está establecido, podemos terminar
afirmando que el examen morfológico es siempre de gran importancia para el estudio del
delincuente, porque permite el relevamiento de la regularidad o ausencia del desarrollo orgánico
general, y la eventual presencia de desarmonías o perturbaciones en el crecimiento a los que se
acompaña generalmente también anomalías funcionales, neurológicas que pueden influir más o
menos intensamente sobre el desarrollo de los caracteres psíquicos”.

FACTORES FUNCIONALES

Dentro de este factor se ubica básicamente los trastornos bioquímicos que alteran el
temperamento.

Concurrente con el examen morfológico-constitucional del hombre delincuente, el científico


otorga gran importancia al examen de varios caracteres funcionales o fisiológicos, que constituyen
la base de toda la vida bio-quimica, humoral y psíquica individual, sostén del propio
temperamento del cual se origina en parte el carácter individual y el conjunto de condiciones o
factores bio-psiquicas y sociales que pueden originar varias tendencias o actitudes delincuenciales.

Al delincuente como ser biológico necesita practicársele el examen funcional riguroso con criterio
de la “semiótica moderna” y con el auxilio de todos aquellos medios científico-técnicos disponibles
de carácter clínico, físico, químico, psicológico y sociológico, que permitan sondear las más intimas
y delicadas funciones individuales del organismo y sistemas fisiológicos, que admitan explicar las
relaciones entre funciones vegetativas, de relación y psíquicas, entre temperamento y carácter y
entre las funciones endocrinas, neuronales y psicológicas y las disposiciones morales que se
traducen en conductas antisociales que podrían convertirse en conductas delictivas.

El examen funcional de la personalidad del delincuente, estima Di Tulio, se debe practicar según
las normas semiológicas a través de las exploraciones: “del aparato cardio-vascular, del aparato
respiratorio, del aparato digestivo, del aparato genitourinario y del sistema nervioso central,
especialmente del encéfalo, el de la vida de relación y el periférico, así como el vegetativo
simpático y parasimpático, sin excluir el sistema de las glándulas de secreción interna”, que
regulan, coordinan, dirigen y controlan las funciones biológicas y psíquicas del hombre normal,
anormal y criminal. Se explica que los trastornos funcionales o disfunciones y anomalías de un
órgano o sistema funcional, específicamente el sistema endocrino y el nervioso, central y el
encéfalo, pueden predisponer a la delincuencia, si existe una fuerte excitación o estimulo de los
factores sociales del mundo circundante y las malas condiciones de vida material y social que
rodean al individuo.

La finalidad del examen funcional, consiste en: “buscar la eventual existencia en el delincuente, de
señales de inmadurez, debilidad vital hereditario o disminución de la resistencia constitucional, o
de síndrome de crecimiento, entre los cuales, como especial importancia, se presentan las
neuropatías y psicopatías durante el proceso de crecimiento y los síndromes neuro-vegetativos,
bien a tipo simpático caduco, bien a tipo prevalentemente vago caduco, bien a tipo mixto y
alternado. Es necesario examinar todas las eventuales manifestaciones de hipoevolutismo, de
infantilismo, de precocidad submorbosa, etc., por la influencia de tales fenómenos puede asumir
en las relaciones del desarrollo de la propia criminalidad”. Tampoco se pueden descuidar las
condiciones o factores de la vida social y material o económica que circundan al individuo.

Así, el estudio y examen de la personalidad del delincuente desde el punto de vista funcional,
comprenden el examen del sistema nervioso central con el cerebro y el de relación, así como el
vegetativo, en relación con el sistema endocrino hormonal de las glándulas de secreción interna y
de mas sistemas y aparatos del cuerpo humano, conjuntamente con las funciones cerebrales y
psíquicas , como los caracteres morales de la conducta del hombre, en conexión o correlación con
los factores económico, sociales, políticos y culturales, que es el medio necesario de la vida social
del hombre honorable y del delincuente.

FACTORES PSIQUICOS

Practicado el examen morfológico de la persona del autor del delito, debe seguir el examen
psicológico del delincuente y del agente socialmente peligroso, que permita la apreciación o
valoración de la capacidad para delinquir y de la dinámica del delito en cada caso concreto, de la
individualidad personal del delincuente y del sujeto peligroso. Con tal objeto, se puede utilizar
cualquier método que la biotipología, la psicopatología y la psicología señalen como útiles para el
estudio de la personalidad humana.

En la medida que el examen morfológico y funcional son minuciosos, también el examen psíquico
del delincuente y del sujeto socialmente peligroso, debe practicarse con atención, como
recomienda Di Tulio: “Esto quiere decir que también el examen psíquico del delincuente debe ser
lo más completo posible, y deben servirse de todas y las variadas directivas semiológicas
científicas modernas, dado que cada una de ellas, si bien en diversa medida, pueden siempre
contribuir a rendir más eficaz el sondeo de la sique del criminal, y la valoración e interpretación de
las variadas situaciones psíquicas que concurren al desarrollo de la común actividad criminosa”.

El examen psicológico de la personalidad del delincuente, comprende el pensamiento, la


inteligencia, los sentimientos, las voliciones, las tendencias instintivas, el temperamento y el
carácter, como los factores afectivos y la esfera intelectiva, así como la volitiva. Se debe examinar
la conciencia, la atención, la memoria, la ideación, el contenido de las ideas, la capacidad del juicio
y de la crítica, el humor, las formas reactivas, las disposiciones fundamentales de ánimo, las
disposiciones instintivas originarias y afectivas, la excitabilidad, los factores emocionales, la
reactividad general y la voluntad en sus varios elementos constitutivos, así como la avaricia,
ambición, codicia, y tendencias al mal, además la peligrosidad social.

La esfera efectivo-emotiva y reactiva, como la sentimental revelan una importancia muy grande en
el estudio del delincuente, por cuanto las anomalías más frecuentes se encuentran en la base del
desarrollo de las actividades y fenómenos psicológicos. Sobre la base de estos conceptos y
nociones, se debe practicar el examen psíquico del delincuente, iniciándose la búsqueda y la
valoración de los elementos instintivos y afectivos que primero aparecen en el desarrollo del
individuo, para pasar luego a la valoración de los caracteres intelectuales y volitivos, estima el
criminólogo italiano.
El examen de la inteligencia debe fundamentarse teniendo en cuenta lo que se entiende por la
inteligencia media de la población o grupo o clase social, al cual pertenece el delincuente. Después
de evaluar esta esfera superior de la personalidad humana, se puede comenzar por el examen de
la conciencia que en los delincuentes asume particular importancia cuantitativa y cualitativa,
dentro de las variables del comportamiento delictuoso, que permite entender y tener
conocimiento de sus propios actos y del mundo externo circundante, mediante el cual percibe lo
licito, e ilícito o injusto y la criminalidad de sus pensamientos, sentimientos y determinaciones que
le permiten seguir el curso de los acontecimientos de su conducta y de los fenómenos del mundo
exterior, que posibilitan el control del comportamiento y valoración de los actos, como legítimos o
ilegítimos y de determinarse según esta apreciación.

Esto presupone el examen integral de la personalidad del delincuente , que comprende: examen
morfológico funcional o fisiológico, examen psíquico en sus esferas: de la inteligencia, de la
afectividad, de la voluntad, y examen anamnésico- biográfico de la individualidad personal, en el
aspecto normal o anormal ( de naturaleza psicopática y neurótica), patológica o
psicopatológica(enfermedades mentales o psicosis); y el examen moral y sociológico de la
personalidad del sujeto del delito.

FORMAS DE LA CONSTITUCION DELINCUENCIAL

La concepción de la constitución delincuencial, reviste cuatro orientaciones fundamentales:

 Forma hipoevlutiva

 Forma neuropsicopatica

 Forma psicopatía

 Forma mixta

Esto significa que los criminales constitucionales pueden exhibir características ligadas a un estado
de inferioridad psicobiológica o de hipoevolución, o trastornos funcionales neuro-psiquicos;
anomalías psíquicas de la personalidad y una forma de mixtura de los tres procedentes.

3.1 DELINCUENTE CONSTITUCIONAL CON ORIENTACIÓN HIPOEVOLUTIVA

Esta forma de delincuencia constitucional, revela manifestaciones sintomatológicas en que


prevalecen caracteres degenerativos psicobiologicos y anomalias con prevalente expresión en un
estado supuesto de inferioridad biológica que la ciencia no admite y de un estado particular
hipoevolutivo de carácter psíquico. Di Tulio estima que esta forma de delincuencia representa al
hombre primitivo, al hombre salvaje y de la barbarie prehistóricos de la Comunidad Primitiva
genética, de cazadores, recolectores y pescadores, que por su modo de sentir y actuar, haría
recordar al hombre de las cavernas, trashumante o nómade, incapaz del todo de asimilar los
productos sociales, las normas sociales de convivencia, de las costumbres y formas de vida e la
civilización burguesa o socialista actual, por eso no puede adaptarse fácilmente y es propenso a
manifestar la impulsividad e inadaptabilidad al trabajo metódico, a las normas sociales y a las
leyes; se comporta al estilo del hombre salvaje incivilizado, culturalmente condicionado.
Los individuos de constitución hipoevolutiva manifiestan una detención en el desarrollo
ontogénico con caracteres morfo-fisio-psíquico, que son de naturaleza inferior hipoevolutiva en
relación del grado de evolución media de los individuos del mismo país y del mismo tipo de
sociedad y civilización. Estos delincuentes registran caracteres morfológicos, funcionales y
psíquicos degenerativos y hasta perversos, si son privados intelectual y éticamente, por influencia
del medio social criminógeno, pero no por inferioridad biosiquica como afirma Di Tulio.

3.1.1 CARACTERES MORFOLOGICOS

Se encuentra una leve prevalencia de notas macrosomicas que recuerdan la constitución atlética
muscular e hiperpituitarica, de Kretschmer, siendo de mayor importancia las anomalías de tipo
cráneo-facial, que pueden interpretarse como manifestaciones de disgenopatias por
dispituitarismo de endocrinopatías.

Prevalecen entre estas anomalías las siguientes: la frente baja y descendente; sobresalen las
arcadas orbitales, las orejas en asa, el prognatismo, el exagerado desarrollo de los cigomas, de las
mandíbulas y de los ángulos mandibulares, así como la prevalencia de la sección facial sobre la
craneana; de los brazos sobre la estructura. Esta tesis de Di Tulio, nos hace recordar al concepto
de naturaleza atávica y el delincuente nato de Lombroso y Ferri, en su clasificación de los
delincuentes. El criminólogo describe los caracteres morfológicos: “En el examen morfológico de
tales delincuentes constitucionales con orientación hipoevolutiva, ante la frecuencia con que se
encuentran, son de particular interés las cicatrices y tatuajes que presentan en el cuerpo con
seguro significado degenerativo”. No está comprobada totalmente esta teoría de la degeneración
morfológica como causa de la criminalidad. No todos los que exhiben tatuajes y estas anomalías
físicas son delincuentes. La delincuencia principalmente es de causas económico-sociales, políticas
y culturales.

3.1.2 CARACTERES FUNCIONALES

Los más frecuentes son el zurdismo, la reflexividad exagerada sobre los actos delictivos; la
irregularidad de los reflejos neuro-vaso-motrices que son escasos y lentos; además, estos
delincuentes constitucionales revelan anomalías sensoriales, como la agudeza superior a lo
normal, obtusidad de la sensibilidad dolorosa, por las estrechas relaciones que presenta con el
carácter de la ausencia del sentido moral (la locura moral o locura insanity), que se caracteriza por
la falta de sensibilidad, compasión y escrúpulos. El sujeto no tiene sentimientos humanitarios de
solidaridad y fraternidad.

3.1.3 CARACTERES PSIQUICOS

Los delincuentes constitucionales hipoevolutivos, presentan caracteres psíquicos bien definidos,


como limitada capacidad intelectual, por el escaso desarrollo de todos los atributos intelectuales,
como los factores superiores de la personalidad: razonamiento lógico. Ideación superior,
pensamiento, voluntad y la facultad crítica de la conciencia moral, que da la nota de una grave y
persistente imprevisión en la comisión de los actos delictivos.

La escasa capacidad intelectual, está vinculada estrechamente al desarrollo fisio- psíquico general
defectuoso, que no alcanza al mayor grado y dignidad evolutiva, el cual radica en los lóbulos
frontales del sistema nervioso encefálico, en donde toman origen los procesos psíquicos
superiores de la personalidad humana, somato-psíquica. Estos caracteres se exhiben según Di
Tulio: “como constantes, numerosos y variadísimos; en vez de los tatuajes, son inspirados por lo
menos al odio, a la venganza, a la avaricia, a la vanidad, a la obscenidad, etc., y que siempre son
expresión de graves imprevisiones y escasa sensibilidad al dolor, además de fuerte bajeza moral.
Estos caracteres psicológicos, manifiestan también a los delincuentes de capacidad intelectual
superior como los narcotraficantes, criminales de guerra, genocidas, contrabandistas, terroristas
de Estado: militar o policial y subversivos, violadores de derechos humanos, asesinos múltiples, los
delincuentes de “cuello blanco” y corbata y los “business-men crime”, delincuentes de los altos
negocios y finanzas, homicidas y asesino políticos, etc.; estas conductas criminales y antisociales
no son privativas de los delincuentes hipoevolutivos psicológicos, de la “baja preyé”, como
estiman los criminólogos franceses.

3.2 DELINCUENTE CONSTITUCIONAL CON ORIENTACION NEURO-PSICOPATICA

Di Tulio concibe, que esta forma de delincuencia constitucional es mas frecuente que otras de
distinta etiología causal. Bajo esta denominación de delincuencia neuro-psicopatica expone las
formas: epileptiforme, neurasteniforme y la histeriforme, Con fundamento escribe: en ella, la
predisposición al delito, más que por anomalías de carácter hipo-evolutivo, está sostenida por
anomalías neuro-psíquicas del carácter y del temperamento y más precisamente detenidamente
la personalidad del delincuente empleando todos los métodos científicos y técnicos adecuados,
psicológicos, psicopatológicos y clínicos.

3.2.1 FORMA CONSTITUCIONAL EPILEPTIFORME

Cuando en el examen parcial criminológico de un delincuente se establece que ha sufrido o sufre


crisis convulsivas e epileptiformes y de trastornos neuro-psiquicos en general, debe precisarse si
se trata de un neuro-psicopático común, con episodios de criminalidad de tipo ocasional o de un
tipo criminal con trastornos del sistema nervioso y con aquellos tipos que sufren ciertos
fenómenos convulsividad que se encuentran en los delincuentes constitucionales con orientación
neuro-psíquica epileptiforme, diferencia que se precisa para el diagnostico, el pronóstico y
tratamiento criminológico.

El delincuente constitucional epileptiforme, manifiesta caracteres propios de inquietud,


agresividad, impulsividad. Esto es, estos sujetos no están carentes por completo de altruismo,
pero cuando se abandonan a hechos violentos, se marginan del derecho y de la ética y se
convierten en antisociales y delincuentes. Exhiben una conducta de inmoralidad exuberante,
desde la niñez, con precocidad del instinto sexual, ananismo, amor al riesgo temerario: se dedica a
ejercicios violentos; se torna prepotente, insolente y con espíritu de rebelión; se dedica a la
vagancia y a la búsqueda de aventuras antisociales e inmorales: comete estafas, robos y
agresiones a sus semejantes, cuando se interponen en su camino egoísta o designios delictivos y
antisociales, por eso cometen:” actos de verdadera hostilidad, violencia, agresividad y maldad en
el actuar que llega a la brutalidad y a la ferocidad”.

El delincuente constitucional epileptiforme, registra caracteres morfológicos, funcionales y


psíquicos, como el tipo longilibleneo o microspláncnico, con caracteres de asimetría morfológico-
anatómica, en los que destaca la asimetría facial y craneana o toráxica, según el caso.
 Los caracteres funcionales o fisiológicos se manifiestan en convulsiones psíquicas,
alteraciones funcionales del sistema nervioso y en la reflexión motivada; estas anomalías
psíquicas pueden estar vinculadas a disfunciones hipo o hiper fisiológicas de las glándulas
de secreción interna, específicamente de la tiroides, de la paratiroides y suprarrenales,
además, de los trastornos de taquicardia y cefaleas.

Para los caracteres psíquicos de estos individuos ya hemos considerado algunas notas, pero es
necesario resaltas aquellas anomalías cualitativas y cuantitativas que afectan las disposiciones
instintivas, como el de la defensa-ofensa, ataque, irritabilidad, intranquilidad psicomotora que
pueden inducir a cometer actos de violencia criminal. Su responsabilidad por estos hechos
delictivos está en relación directa al grado de conciencia y conocimiento de sus actos lesivos, que
se justifican cuando concurren circunstancias de inimputabilidad (art. 20° Inc 1) C.P., por trastorno
psicótico; cuando el acto delictivo es materia de imputabilidad disminuida (art. 21° C.P.), el
tratamiento será de penalidad atenuada.

3.2.2. FORMA CONSTITUCIONAL NEURASTENIFORMA

El delincuente constitucional neurasteniforme es menos frecuente en la vida social, pero el


trastorno neurasténico es concurrente con cierta predisposición por el delito, por tener un
componente en la personalidad, particulares síndromes neurasténicos.

Los individuos que exhiban esta forma de constitución delincuencial, acusan fácilmente el sentido
de fatiga y el agotamiento físico y psíquico: “presenta prevalentes caracteres de relevante
agotamiento neuro - muscular, de escasa resistencia a las fatigas, que afecta a los sentimientos,
también en las ocupaciones habituales propias. Prevalece también en estos individuos el erotismo
con tensión nerviosa, o la depresión con hipoestesia. Están predispuestos a una vida de
parasitismo, de vagancia y a la criminalidad en general, estima Di Tulio.

El destacado criminólogo recomienda la necesidad de diferenciar al neurasténico común, que


ocasionalmente puede hacerse delincuente constitucional con orientación neurasténica. En la
primera categoría aparecen caracteres como el estado habitual de debilidad irritante, por la
tendencia del individuo a caer más o menos fácilmente en el estado de excitación nerviosa y de
reactividad anormal, acentuándose bajo influencia de estímulos emotivos o tóxicos de naturaleza
exógenos que provocan disturbios neuro - vegetativos, provocados por estados más o menos
graves de tensión nerviosa que generan fenómenos de ansía y angustia que los predispone en un
estado de hiperexcitabilidad que puede conducir al sujeto a reacciones de violencia, afirma Di
Tulio.

En la segunda categoría clasificatoria que propone el autor, tenemos los delincuentes


constitucionales con orientación neurasténica, en los cuales se encuentran algunas modificaciones
del síndrome espasmódico, que surge en el estado amoral - delincuencial, que actúa favoreciendo
el desarrollo de las tendencias particulares al delito de lesiones, homicidio y contra el honor. De
este modo, el estado neurasteniforme en especial, acentúa la tendencia a la comisión de delitos,
que encuentra su origen en aberraciones genéticas, en la constitución delincuencial, bajo
influencia del medio ambiente social. Debe anotarse además, estos delincuentes constitucionales
con orientación epileptoide, con el cual no se debe confundir. La etiología del trastorno los
diferencia, el primero es de origen neuro-vegetativo general, el segundo es neuro-psíquico-
electro-cerebral.

El sujeto con trastornos constitucionales neurasténicos, además de ser proclive y avezado al delito,
es socialmente peligroso, en tal sentido precisa adoptar medidas de seguridad para prevenir las
tendencias al delito, como previene Di Tulio. Es de anotar, además que, por razones
antropológicas, económicas y sociales, el estado de debilidad moral se viene a acentuar entonces
en estos delincuentes, que se les reprocha de ociosos y vagabundos, se transforman fácilmente en
parásitos sociales, capaces de cumplir acciones inmorales de todo género, haciéndose muy
frecuentemente sujetos altamente peligrosos, cuando la propia criminalidad, en relación con la
justicia penal, entran en colisión violenta.

Numerosos sujetos son sometidos a medidas de policía, solamente porque son culpables de
persistentes tendencias al ocio, a la vagancia y al parasitismo social que, por haber cometido
escasos y leves delitos, se presentan por otra parte fuertemente peligrosos, en cuanto son
culpables de toda suerte de depravaciones sexuales, de continuos actos de perversidad social y
moral, como de formas más infamantes de lenocinio y rufianismo; cuando son avarientos,
amantes del lujo y del dinero, se inclinan por el hurto, robo y estafas.

Se debe, por tanto, sostener que, por cuanto el lenón, el rufián y los vagabundos pueden
encontrarse en toda otra categoría de delincuentes, no hay ninguna duda que estos antisociales y
sujetos peligrosos provengan de la ociosidad y el parasitismo.

Individuos socialmente peligrosos con formas de criminalidad que se desarrollan prevalentemente


en aquellos sujetos que presentan una constitución delincuencial con orientación neurasténica
depresiva, que son estimulados por las condiciones sociales de existencia material y carencias
culturales y de conducta amoral, “trastornos que pueden inducir a cometer delitos contra la
propiedad y las buenas costumbres. Estos individuos están prevalentemente predispuestos al ocio,
a la vagancia, al parasitismo, y a volverse, más o menos fuertemente peligrosos, según también
por las condiciones ambientales de carencias sociales en que viven”.

Esta forma de delincuencia constitucional neurasténica, puede ser presa fácil de los factores
sociales del mundo circundante, que aportan los estímulos y excitaciones nocivos, que provocan
en esa personalidad anormal, las tendencias o predisposiciones del estado peligroso que inclinan a
la delincuencia en todas sus formas delictivas.

3.2.3. FORMA CONSTITUCIONAL HISTERIFORME

La delincuencia constitucional con orientación histeriforme es frecuente, sobre todo en el campo


de la criminalidad femenina, afirma Di Tulio, apreciaciones fundadas en estudios y observaciones
practicadas por el investigador, y confirmada por otros autores. Previene, que no se debe
confundir la orientación histérica de la delincuencia constitucional, materia del análisis
criminológico, con el carácter histérico común, que no tiene habitualmente tendencia ni relación
con la criminalidad; por ser de naturaleza ocasional, esta apreciación científica se basa en el
hecho, que la constitución histeriforme es siempre de naturaleza prevalentemente de tipo
degenerativo neuro-psíquico, siendo la constitución delincuencial sólo una expresión sintomática
del trastorno neuro-somático-funcional.
Los delincuentes constitucionales, con orientación histeriforme, presentan características variables
de sintomatología, consistentes en anomalías instintivas y afectivas propias de todo delincuente
constitucional, así como perturbaciones variadas del sistema nervioso central y encefálico de
relación y del vegetativo, con particulares caracteres psíquicos, siendo más relevante en la
constitución histeriforme, que en el histerismo común, por el contenido y componente inmoral y
antisocial relevante. Estos individuos tienen capacidad imaginativa pronunciada, excitada hasta la
fantasía, por eso están predispuestos a inventivas extrañas, a la mentira, a las farsas, las
calumnias, difamaciones e injurias, resalta la ambición exagerada hasta la vanidad; son propensos
a la variación humoral, la lujuria desenfrenada, así como fuerte emotividad, sugestionabilidad y
debilidad evolutiva.

Di Tulio estima que las personas histeriformes, especialmente la femenina, como las mujeres
delincuentes y prostitutas profesionales, las drogadictas y otras antisociales, son de constitución
histérica.

El autor, comenta la obra clásica de César Lombroso: “La donna delinquente”, donde encuentra la
diferencia del tipo de mujer delincuente, de carácter de perversidad instintiva y de inmoralidad
constitucional agravada, por disfunciones neuro-psíquicas de tipo histeriforme, perversiones y
depravaciones sociales y éticas, con síntomas de convulsibilidad, que rodean a la mujer
delincuente pasional y de aquella manifiestamente psicopática.

Caracterizan a los delincuentes constitucionales con orientación histeriforme, frecuentes crisis


convulsivas, motrices y psíquicas, episodios de violencia contra las personas que le rodean,
fenómenos que se desarrollan bajo influjo de estímulos tóxicos (alcohol y drogas) y emotivos;
hábitos nocivos que les predispone a una vida desordenada de contrastes y fantasmagóricas, de
vanidad, de lujuria, de fraudes y de violencia que inducen a cometer toda clase de delitos, aún los
más graves. Este comportamiento es estimulado e incitado por estímulos exógenos del mundo
circundante social, que provoca reacciones criminales y antisociales en estos tipos constitucionales
y en los demás delincuentes.

Cuando los caracteres histeriformes se acentúan hasta alcanzar los límites morbosos y psicóticos,
entonces estos individuos se pueden transformar en criminales constitucionales, en delincuentes
locos o enfermos psíquicos, jurídicamente inimputables, en la esfera del Derecho Penal (Art. 20°
Inc. 1) C.P.).

3.3. DELINCUENTE CONSTITUCIONAL CON ORIENTACIÓN PSICOPÁTICA

La tercera tesis de Benigno Di Tulio, se refiere a la delincuencia constitucional de carácter


psicopática, anomalía de la personalidad bastante frecuente, afirma el investigador criminólogo.
La predisposición y tendencia al delito está determinado por particulares anomalías psíquicas que
comprometen el carácter, el temperamento, los afectos, los sentimientos y las tendencias
instintivas; también afectan la voluntad y la esfera crítica moral de la conducta.

La psicopatía como causa de la criminalidad y de la conducta antisocial, es materia de atenciones


de los criminólogos, por la importancia que reviste. Muchos investigadores identifican la
delincuencia con la psicopatía, conclusiones que estimamos exagerada. No todos los delincuentes
son psicópatas, tampoco todos los psicópatas son delincuentes en potencia o actos, sino
determinados anormales, empero esta anomalía caracteriológica de la personalidad puede
predisponer al delito, si los estímulos e incitaciones del ambiente social favorecen y precipitan la
reacción criminosa. Otros científicos consideran un alto porcentaje, como del 40% de delincuentes
que manifiestan trastornos psicopáticos.

En la constitución delincuencial psicopática. Di Tulio estudia las diversas orientaciones como la


deficitaria, obsesiva, paranoide, esquizoide, cicloide e inestable.

3.3.1. ORIENTACIÓN DEFICITARIA

En la orientación psicopática deficitaria prevalecen las notas distintivas de un deficiente desarrollo


intelectual y de una mentalidad de tipo mongoloide que linda con las oligofrenias o deficiencias
mentales. No cabe duda que existen sujetos con predisposiciones constitucionales al delito y de
conducta peligrosa, cuya etiología surge de desviaciones instintivas y de una debilidad moral
constitucional, consecuencia de un escaso desarrollo de los caracteres superiores de la esfera
intelectual y de alteraciones corticales del cerebro.

DI Tulio resalta, que los delincuentes constitucionales deficitarios están marcados por el complejo
intelectual deficitario que revelan fallas en la personalidad, con trastornos de carácter y del
temperamento. Por estos factores, estos individuos están destinados a la contribución de la
criminalidad general, por exhibir trastornos funcionales delicados del raciocinio por inferioridad
bio-psicológica. Estos factores preparan el terreno para que estos sujetos se conviertan en
ladrones, estafadores (incentivados por la pobreza, desocupación y alimentación deficitaria),
incendiarios, violentos y aún homicidas, con mayor frecuencia cuando se encuentran bajo la
influencia de sugestiones malsanas y estímulos criminógenos del mundo circundante social nocivo,
que fácilmente los puede autosugestionar, estimular, condicionar y predisponer a la criminalidad.

3.3.2. ORIENTACIÓN OBSESIVA

Esta forma de orientación psicopática constitucional, es más frecuente e importante y persistente,


como manifestación obsesiva que refuerza la predisposición al delito y al estado peligroso, afirma
el investigador italiano, y a continuación dice: “El delincuente constitucional, con orientación
psicopática obsesiva está por lo tanto, caracterizado por el hecho que, en su personalidad, junto a
las otras anomalías, existe aquella particular condición fisio-psíquica, que viene recordando bajo el
nombre de temperamento obsesivo o diátesis obsesiva, lo mismo diátesis de incoercibilidad
psíquica (Tanzi), y que parece estar determinada por un estado de hiperestesia afectiva (Tanzi), o
de hipotensión psicológica (Sauret), o debilidad de voluntad (Ribot).

En estos sujetos toda idea delictuosa tiende a desarrollarse con particular frecuencia en
insistencia, si es que el medio social lo favorece, pero una vez desarrollada, polariza la conciencia y
conducta, de leve obsesión, facilita intensamente su actuación en el campo del delito o de la
antisocialidad. La idea obsesiva se materializa por una situación a una actuación lícita o ilícita en el
potencial delincuente con personalidad psíquica constitucional anormal; puede ser de naturaleza
degenerativa con tendencia patológica, pero también como expresión psicopática de carácter
anormal en su forma de reacción dominante con fenómenos de angustia, o con sentido de
satisfacción y placer, en otros casos, la reacción anormal, se presenta en forma de impulsión más o
menos morbosa, que puede ser la expresión sintomática de otras enfermedades neuro-psíquicas.
El fenómeno criminoso aparece en el delincuente constitucional obsesivo, como reiterante en el
delito, porque la conducta anormal, está prácticamente dominada por la impulsibilidad, por
cometer un hecho ilícito; por impulso obsesivo anormal, el individuo puede convertirse en un
cleptómano (impulso incontenible a robar) o por impulsos criminosos de piromanía (tendencia a la
provocación de incendios) en homicida o delincuente sexual y otros actos delictivos leves o graves;
según el impulso obsesivo. En estas personalidades anormales, falla la voluntad y la facultad de
autocrítica de los actos morales. La voluntad y la inhibición están debilitados por el trastorno
psíquico obsesivo, que estimulado por el ambiente social y las malas condiciones de vida material,
social y cultural, desarrolla una potencia criminal, efectiva y poderosa.

3.3.3. ORIENTACIÓN PARANOIDE

La delincuencia constitucional psicopática paranoide se desarrolla entre otras anomalías bio-


psíquicas, que alteran y trastornan la conducta del agente, reforzando de este modo la
predisposición al delito y al estado peligroso. Los caracteres paranoides, han estado puestos de
relieve, especialmente en algunas categorías de delincuentes políticos burgueses de extrema
derecha tradicional, representantes de las fuerzas belicosas y criminales del capitalismo
imperialista y de la burguesía nativa; casos históricos son los dictadores sanguinarios nazifascistas:
Adolfo Hitler de Alemania; Benito Mussolini en Italia; Francisco Franco de España; Anastasio
Somoza de Nicaragua; Alfredo Stroessner de Paraguay; Rafael Trujillo de Santo Domingo; Duvalier
de Haití; gobiernos de “gorilas” militares en Guatemala y El Salvador; Augusto Pinochet de Chile;
Rafael Videla de Argentina y otros déspotas asesinos, autores de crímenes contra la humanidad,
como de genocidio, terrorismo de Estado, crímenes de guerra y violación de Derechos humanos,
no obstante, que se autoproclaman demócratas, liberales, socialdemócratas, demócrata-
cristianos, etc.

Ciertos estafadores habituales y peligrosos, revelan trastornos paranoides de carácter psicopático.


Esta forma de delincuencia constitucional, también se manifiesta en otras categorías de
delincuentes comunes, que desarrollan su actividad criminosa. La anomalía paranoide también ha
sido denominada con otros nombres, como “semidementes”, “destornillados”, “degenerados
superiores”, “psico-degenerados”. El psicópata constitucional paranoide, dice Di Tulio:”revela su
anomalía desde la infancia, demostrándose, además, egoísta, orgulloso, desconfiado, testarudo,
intensamente proclive a la rebelión, y a la política agitada, a los cuartelazos y a la revolución social,
a las riñas y a la indisciplina, haciéndose así fácilmente antisociales y delincuentes comunes”.

El psicópata constitucional paranoia, a causa de su anomalía psíquica, fácilmente interpreta


erróneamente sus propios derechos, intereses, ideas, y deseos, como con facilidad se consideran
“Victimas” y marginados, descuidados, maltratados, ofendidos y hasta “perseguidos frente a
cualquier desilusión y fracaso en sus actividades”. La autovaloración de su personalidad los
impulsa a cometer acciones ilícitas, dañosas o delictivas con finalidad reividicativas, que los
convierte fácilmente en difamadores, y con mayor frecuencia en perseguidos-perseguidores o
querellantes infatigables, no gratos, hasta por hechos o cosas nimias, con mínimo o sin valor e
importancia, en la escala de intereses y derechos materiales, económicos, sociales, políticos,
personales, ideológicos.

Los políticos psicópatas paranoides, con mentalidad anormal pueden determinar, una criminalidad
grave y de grandes proporciones en agravio del pueblo y de sus opositores en las lides políticas, en
beneficio del capital financiero monopolitico imperialista, o del capital nativo de la oligarquía
financiera antinacional, que representan los intereses mezquinos y egoístas de la clase capitalista y
terratenientes antinacionales en la sociedad burguesa, las clases dominantes, saben explotar la
criminalidad política, altamente peligrosa de políticos desequilibrados y degenerados social y
éticamente que pueden ser fácilmente fanatizados y sectorizados, propensos a las proclamas
líricas y demagógicas, “del memoriado”, según los políticos tradicionales.

Los instructores del pentágono y de la CIA, se aprovechan y se utilizan a oficiales y desequilibrados


y anormales de las fuerzas armadas y de las fuerzas políticas, que tienen rasgos de psicopatía
paranoide, estos sujetos provienen de los países subdesarrollados de América latina, el caribe,
África y Asia, que los van transformando mediante procesos de aprendizaje y adoctrinamiento de
ideologías criminales de prevención moral, en escuelas policiales y militares en los EEUU, como en
Fort Gulick, Fort Benning, Fort Braga y otros Forts, hasta que los convierte en psicópatas asesinos y
en brutales criminales de guerra de gran peligrosidad social, que agraden a su propio pueblo. Los
instructores del ejercito norteamericano y del CIA previamente los depravan, pervierten y
degeneran la conciencia moral y de la autocrítica, oficiales desequilibrados psíquicos y éticos y
luego inculcan doctrinas militares y púdicas, nefastas y criminales denominadas “seguridad
nacional”, de “defensa continental”, de defensa del “mundo occidental y cristiano”, de las
“fronteras ideológicas internas”. Los entrenan en planes genocidas de exterminio aniquilamiento
de la población civil, de los guerrilleros revolucionarios del movimiento de liberación nacional, y de
los campesinos que habitan en zonas del conflicto armado.

Una vez que esos oficiales militares o policiales embrutecidos y bestializados, los entrenan en
metodologías, tácticas y estrategias contrasubversivas de la “guerra sucia” (matanzas,
discriminales, genocidas de la población civil) cuyo aprendizaje se manifiesta en atrocidades que
perpetraran contra las poblaciones pacificas e inermes, generalmente campesinas. Así tenemos los
tristemente celebres”carniceros” y “hienas asesinas”, accomara, pukayacu, soccos, cayara y de
otras aldeas o comarcas campesinas de Ayacuchos, Apurimac, Huancavelica, y de los penales de
lurigancho, el frontón, y santa bárbara, de lima y callao.

Los delincuentes constitucionales con orientación psicopático-paranoide, civiles, militares o


policiales o paramilitares asesinos están generalmente predispuestos a toda actividad criminosa
en el campo político-social y militar o policial donde los fanatiza, los embrutece y bestializa, por
eso se convierten en perseguidores, perseguidos, creyantes, reformadores o defensores del orden
social con fanatismo increíble; son obstinados en el uso de la violencia y el crimen, en las estafas,
fraudes y raterías, estos sujetos desequilibrados fácilmente pueden convertirse en rebeldes,
vengativos y sanguinarios, sin escrúpulo alguno, por tanto registran alta taza de peligrosita social y
criminalidad.

3.3.4 ORIENTACION EZQUIZOIDE

En esta forma de delincuencia constitucional con orientación psicopática esquizoide, a diferencia


del paranoide, el individuo presenta una relevante tendencia a la interiorización de la vida
afectivo-emotiva, y a la realización ególatra de sus propios deseos, personales, egoístas, con
escasa participación de la vida social. En estos desequilibrados de psicopatía esquizoide o
esquizotimia, su pensamiento va dirigido prevalentemente a una vida de fantasmagoría y tienden
a alejarse de la realidad y a perder su sentido real y valor pragmático de la vida social.
Los psicópatas esquizoides se caracterizan por ser individuos introvertidos y egocéntricos,
ególatras, con mentalidad psíquica obtusa; al encerarse en sí mismos en su interiorización en que
aparentemente falta una normal resonancia emocional a los estímulos exteriores del mundo
circundante social, hecho que no permitirá establecer las condiciones necesarias para una
armónica relación entre el Yo intimo y el Yo social. Esta forma de conducta muchas veces son
perturbadas por actos irracionales, insensatos, absurdos, de violencia criminal imprevista de
delitos aparentemente sin intención, debido al grave desorden que afecta a los procesos psíquicos
superiores de la personalidad como la inteligencia, la voluntad, el pensamiento y la reflexión
critica y ética de los actos, que se exteriorizan en conductas y comportamientos antisociales, que
facilitan el afloramiento y la realización de varias tendencias delictuosas, hechos que surgen de la
diátesis amoral-delincuencial que están en la base de su propia personalidad. Este es el reflejo de
preexistente-predisposición al delito y formas de peligrosidad social.

“Por tales razones. -dice Di Tulio- los delincuentes constitucionales con orientación esquizoide
muy frecuentemente son extraños, bizarros, inquietos, poco sociables, egoístas obsunadamente
indisciplinados, simuladores, violentos, etc., y pueden considerarse fuertemente predispuestos a
delitos de todo genero”

El carácter esquizoide puede evolucionar fácilmente hacia la demencia precoz y esquizofrenia; de


igual modo, la orientación esquizoide de la delincuencia constitucional también puede
transformarse en una psicosis esquizofrénica, de lo que se infiere, que en todo delito grave de
sangre hay que pensar, que la causa de desarrolla especialmente estos trastornos psíquicos, sobre
todo si aparecen, motivos fútiles y generalmente absurdos e inadecuados, debe hacer reflexionar,
que el comportamiento del culpable que revela cinismo persistente y hasta repugnante, estaría
demostrando la existencia de la psicosis esquizofrénica, la mas grave y la verdadera locura que
solo el diagnostico medico-legal psiquiátrico podría revelar las verdaderas dimensiones de la
mente esquizoide o esquizofrénica criminal, que puede ser de naturaleza constitucional, de
carácter patológico, en el primer caso el delito será la expresión del criminal loco. Y el segundo, el
reflejo del loco criminal.

3.3.5 ORIENTACION CICLOIDE

En el grupo de delincuentes constitucionales con orientación psicopática, aparece el psicópata


constitucional cicloide, con notas distímicas, o carácter de periodicidad de exaltación de la vida
afectiva y emocional con periodos de estados de depresión psíquica. La anomalía psicopática
realza el fenómeno psíquico o de periodicidad que asiste en alternarse las fases del leve o grave
excitación psicomotriz, con fases de leve depresión.

Los sujetos que están en la fase depresiva, presentan un estado asténico general, con indiferencias
más o menos acentuadas hacia las personas, el ambiente, los negocios y sus propios intereses
personales. Tienen tendencias a retirarse o alejarse del trabajo y de las propias ocupaciones y caen
en un estado de ocio, holgazanería y parasitismo social y familiar. En la fase de excitación presenta
un estado de hiperactividad, con exuberancia de energía y movimiento, hasta irracional e
irreflexivo.

Los delincuentes constitucionales psicopáticos de orientación distímica o cicloide, pueden


desarrollar sus tendencias criminosas, debido al influjo del medio ambiente social y las fases
distímicas que alteran su mente y carácter o conducta. La fase depresiva provoca un prevalerte
desarrollo de actividades antisociales y delictivas, orientadas la ociosidad y a toda la forma de
aprovechamiento ilícito y de parasitismo social. La fase de excitación es motivo de dedicación a
negocios ilógicos e inmorales, es decir, en delitos contra la propiedad privada o personal, y en
estafas de modo especial, o bien en actos de violencia más o menos graves, según tenga por
objetivo, el logro de la representación de los resultados lícitos o ilícitos.

Los estados de crisis distímicos, que se desarrollan el los delincuentes constitucionales cicloides,
no deben confundirse con las psicosis distímicas verdaderas y propias, denominadas también,
psicosis maniaco-depresivas o circulares. Estas psicosis pueden determinar las causas etiológicas
de fenómenos delictuosos; son delitos que por su dinámica, se diferencian de los que por su
etiología son de naturaleza netamente patológica o psicopatológica. Finalmente, como afirma
Benigno Di Tulio, los delincuentes constitucionales psicopáticos de orientación cicloide, presentan
graves y persistentes tendencias a la fuga, el vagabundaje, el robo y otros delitos en general,
debido a la predisposición constitucional anómala de los factores psíquicos constitucionales
psicopáticos, que los expone a una variedad criminógena y a conductas antisociales, por la
anomalía distímica: movimientos psicomotrices y estados depresivos enfermizos de la
personalidad.

3.4 DELINCUENTE CONSTICUIONAL CON ORIENTACION MIXTA O INESTABLE

Benigno Di tulio, afirma que existen delincuentes constitucionales con orientación psicopática
mixta, es decir caracterizados porque se encuentran concentrados en común denominador, los
caracteres y anomalías constitucionales y trastornos psicopáticos estudiados.

El criminólogo sostiene: “sin ninguna duda los delincuentes constitucionales con orientación
mixta, no solamente son los mas numerosos, sino también, habitualmente los mas peligrosos. Los
que constituye una importante confirmación de lo que ha estado muchas veces repetido, es decir,
que el carácter de la gravedad del fenómeno criminoso es, en general, directamente proporcional
a la multiplicidad y complejidad de sus factores causales”. Cuando se examina con la óptica
criminológica, la personalidad de un criminal, culpable de graves y numerosos delitos y faltas,
puede suceder que se constate clínicamente que el sujeto antisocial, revela que su constitución
delincuencial es diferenciada y calificada por la pericia criminológica, como de orientación
sintomatológica mixta. Este fenómeno bio-psíquico se puede explicar fácilmente, debido al hecho
de las combinaciones de anomalías psicopáticas, pertenecientes a diversas orientaciones bio-
constitucionales que rindan tendencias delictuosas más dinámicas y vigorosas, por consiguiente
más graves y peligrosas por las variadas actividades criminosas.

Por ejemplo, cuando se juntan y combinan las anomalías de orientación hipo-evolutiva con
aquellas de orientación neuro-psicopática, desarrollan actividades criminosas, orientadas a la
determinada perversidad y a la violencia, que los convierten en sujetos desalmados y hasta
sanguinarios, embrutecidos y bestializados, depravación que puede ser de naturaleza bio-
constitucional o adquirida por adoctrinamiento por teorías criminales militares, como el de
“seguridad nacional”. Casos reales de psicópatas asesinos y sanguinarios, terroristas militares,
policiales, paramilitares y determinados subversivos genocidas, criminales de guerra, violadores de
derechos humanos, grupo de enemigos de la humanidad.
En las demás orientaciones psicopáticas constitucionales, se pueden juntar y combinar en un solo
delincuente, los caracteres de diferentes orientaciones como aquellos que pertenecen a varias
formas de trastornos bio-constitucionales y de anomalías psicopáticas. Es posible, que en el mismo
sujeto confluyan caracteres epileptoides e histeroides, que son de la misma orientación neuro-
psicopática o caracteres deficitarios obsesivos y paranoides, o de caracteres deficitarios,
esquizoide, cicloides, etc., que pertenecen a la misma orientación psicopática. Estos individuos
revisten gran interés clínico, médico-legal y criminológico, debido al hecho que, la dinámica de
cada delito, complica el diagnostico criminológico, por la complejidad de la actividad criminógena
que revelan mayor gravedad, por su frecuencia habitual y sus formas de peligrosidad social.

 Psicología del delincuente: características biológicas o congénitas

Un enfoque que considere las conductas antisociales como comportamiento con evidente base
evolucionista y una visión antropológica que considere que la sociedad ha reaccionado contra las
conductas que la amenazan y subvierten, favoreciendo las actitudes altruista y castigando las
tácticas desintegradoras, necesariamente conducirá a admitir que el crimen tiene
primordialmente una base genética.

Adrián Raine resume en los siguientes puntos las consideraciones que enturbian el análisis de la
influencia de la genética de la conducta Antisocial:

1. ¿Un gen es responsable de la conducta criminal? Los genes codifican proteínas y enzimas e
influencian los procesos fisiológicos cerebrales que podrían predisponer biológicamente para
determinar conductas criminales.

2. ¿La influencia de la herencia entraña que todos los crímenes son genéticamente determinados?
La conducta criminal es el producto de los genes y del ambiente.

Por otro lado, los genetistas de la conducta no tienen una posición radical; ellos no excluyen la
importancia del ambiente, aunque obviamente privilegian las bases biológicas de la violencia.

3. ¿La investigación genética puede explicar por qué algunos individuos específicos comenten
crímenes? Una heredabilidad de los 50% para el crimen no puede extrapolarse para inferir la
conducta antisocial de un individuo en particular.

4. ¿Si el crimen es genéticamente determinado entonces es irremediable? Obviamente no hay un


destino ineluctable. Admitimos que se trata de una predisposición constitucional influenciable por
los parámetros sociales.

5. ¿Son los estudios genéticos más orientados hacia la herencia que hacia el entorno? En rigor los
estudios en gemelos y en adopción, si bien están presididos por la genética informan al mismo
tiempo, que esta no explica todo.

6. ¿Los factores genéticos que subyacen en el crimen no pueden invocarse en un proceso legal?
No puede heredarse algo que es un constructo social y legal y cuya definición está abierta a
debate; sin embargo, esto valdría para muchas enfermedades mentales.
7. ¿Las bases genéticas excluirán a los cientistas sociales? Obviamente nunca sucederá esto. Hay
razones incontrovertibles para sostener que los factores socioculturales son claves en el
desarrollo del crimen y todo señala que la genética actuará en un vacío si no considerara el medio
ambiente.

 Familias criminales y estadística criminal

Los estudios sobre “familias criminales”, suelen hacer seguimiento de la descendencia de una sola
línea, dejando sin considerar el influjo hereditario de los demás descendientes. Son familias en las
que puede existir una mayor proclividad a la delincuencia, en los parientes en línea directa hay
mayor probabilidad a heredar esa tendencia criminal, sin que ello signifique que la degeneración,
transmitida por vía hereditaria, sea la causa de la criminalidad: los altos índices de esta apreciados
en algunos grupos familiares o clanes se explica fácilmente por distintas razones.

Pensando en la herencia criminal, varios investigadores (Geill, JLund, Dugdale, Despine, Maxwell,
Goring, etc.) orientaron sus esfuerzos al estudio de familias criminales, realizando una verdadera
“genealogía criminal”, encontrando concordancias notables, y demostrando que existen familias
célebres en las que la mayoría (por no decir la totalidad) de los componentes son criminales.

Un ejemplo clásico es la familia Juke, seguida durante 200 años por Dugdale, en que se probó que
el fundador de esta familia, un mal viviente alcohólico, tuvo 709 descendientes, de los cuales 77
delincuentes, 202 prostitutas y 142 vagos y malvivientes. Estabrook amplió las investigaciones,
hasta localizar 3.000 descendientes, de los cuales la mitad son deficientes mentales, y un tercio
vagos, mendigos, prostitutas y delincuentes. Hurwitz hace ver cómo el número de delincuentes va
decreciendo con el tiempo.
LA MODERNA SOCIOBIOLOGÍA Y LA BIOQUÍMICA
JEFFERY
es creador de la Sociobiología. Dice que o solamente existen causas biológicas
que puedan conducir al delito., sino también la formación y el ambiente del
individuo dentro la sociedad, la familia y la escuela, además de la predisposición
heredada.

Su teoría establece que:

Afirma que –en cuanto a la personalidad criminal—existe una especia de raíz


cuadrada que conduce a la conducta criminal.

La predisposición criminal está en determinados genes.

La causa de la criminalidad es dos:

1. la predisposición genética

2. el medio ambiente
Lo que expresa en la siguiente fórmula:
Código genético + medio = conducta
El código cerebral el que trasmite la predisposición al delito, aunque no dice de
donde y como se transmite.

Según el autor si una persona con predisposición genética por ejemplo al alcohol,
será un sujeto alcohólico si el medio donde crece este individuo esta
contaminado. Es decir rodeado de otros alcohólicos, vagos, maleantes, etc. Por
tanto la combinación del código genético y el medio ambiente dan como
resultado una conducta.

De la misma forma si una persona tiene una predisposición genética hacia la


criminalidad y está rodeado de un ambiente negativo su conducta tenderá hacia
la comisión de los delitos.

Esto se puede ver fácilmente en las cárceles, donde el índice de criminalidad es


alto. Pero si un individuo sin predisposición criminal dentro estas cárceles, no
siempre se convertirá en un delincuente, aún cuando se presente un medio
ambiente contaminado de criminalidad.

Por otro lado, si individuo con predisposición al crimen, pero que vive dentro un
medio ambiente sano, por más que exista predisposición genética. La conducta
no será criminal al menos que el individuo tenga alguna disfunción cerebral.

Esta teoría sociobiológica se lleva a cabo en los EUA en cuanto al estudio de la


personalidad criminal de los jóvenes delincuentes, de los alcohólicos, drogadictos
y antisociales. El estudio del cerebro es fundamental para establecer el
alcoholismo y la drogadicción.

LA HIPERGLUSEMIA
En cuanto a los estudios de Bioquímica podemos mencionar: La hiperglusemia
como causa de delito. La hiperglusemia causa irritabilidad que lleva a la
agresividad que a su vez predispone a la comisión de delitos.

Cuando existe un factor de hiperglusemia este se atribuye al excesivo


funcionamiento del páncreas que hace que suba el nivel de azúcar en la sangre y
esto causa irritabilidad.

Este fenómeno se presenta en los estados post operatorios, sube el azúcar por el
“stress” que se tiene que se tiene y a la hiperglusemia, que es una especie de
defensa para el cerebro. Es por eso que se contrarresta con suero fisiológico (sal)
que con suero glucósido (azúcar) que haría mas irritable al paciente.
Conclusiones:

Para finalizar es importante mencionar que gracias a la genética mendeliana se


explica la transmisión de la herencia. Es decir, se explica las reglas básicas sobre
la transmisión por herencia de las características de los padres a sus hijos. La
valoración de las leyes de Mendel está en que, gracias a los estudios de este
científico se pudo llegar a la conclusión de que la herencia depende de la
información almacenada en unos factores discretos llamados genes y que estos se
transmiten de generación en generación a través de unos vehículos llamados
cromosomas formando parejas que proporcionan la base de la herencia
biparental.

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