Calidad.

En todos los países que desarrollan procesos de reformas educacionales e innovaciones en el ámbito
escolar, una de las preocupaciones centrales, en la agenda pública y privada, es el tema de la “calidad
de la educación”. Al respecto, han adquirido mayor relevancia enfoques que promueven un concepto
de calidad vinculado a variables diversas, cuyo referente final y principal es el aprendizaje.

El profesorado, está claro, juega un papel fundamental en la ejecución de cualquier reforma, es uno
de los actores principales, no sólo en su diseño, sino también en cómo se aplica, así que se debe
contar con los docentes por la relación directa que tiene con los estuadiantes.

Una variable en la calidad de la educación se encuentra relacionada con el tipo de liderazgo que se
desempeña en los establecimientos educacionales, como se menciona en la investigación de Thieme
aludida por Horn y Marfán (2010) muestra que la calidad de la educación es significativamente
mayor cuando los líderes son mejor evaluados, que cuando obtienen baja puntuación en la encuesta.

Como se menciona en el párrafo anterior el factor liderazgo es determinante en la creación de

culturas de calidad, se hace evidente que tanto directivos como profesores son responsables en
entregar una educación de calidad. Para ambos, el logro de asumir el desafío con un buen
desempeño, depende de un alto grado de competencias y habilidades profesionales que será
necesario desarrollen.

Los líderes educacionales deben esforzarse por dirigir e incrementar su calidad; pero teniendo en
cuenta, que se trata de calidad para todos y no como privilegio reservado a unos pocos. Esta
concepción de la calidad no tiene porqué repercutir negativamente en la igualdad pues se trata de
homogeneizar la calidad de la educación

Sin embargo esta disyuntiva se agudiza una vez que se asocia a las condiciones de trabajo: alta
cantidad de alumnos por curso, poco tiempo para la planificación conjunta, falta de herramientas
para atender la diversidad, la presión por pasar todos los contenidos y no bajar los resultados del
Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE). Muñoz, López y Assaél (2015)

Otra variable es la evaluación es una herramienta para mejorar la calidad educativa que depende de
insumos complementarios asociados a práctica pedagógica, contribuciones profesionales, medidas de
trabajo colaborativo y el aprendizaje de los estudiantes.

La prueba SIMCE se transformó en competencia cuando se empezó a comparar entre regiones,

comunas, colegios etc. La idea principal de esta evaluación es evaluar además la calidad y ver en qué
estado se encuentran los establecimientos educacionales, para que los directores tomen las medidas
correspondiente para mejorar los procesos y lograr los resultados deseables.

Sería bueno, cambiar la perspectiva de los resultados valora las fortalezas, es decir, ver aquello que
se hizo bien , como menciona Casanova (2012) en fin, que es preciso abordar con valentía los
cambios en evaluación para disponer de las virtualidades que esta posee y que deben ponerse al
servicio de una educación de calidad.

En síntesis la calidad de la educación hay que abordarla desde una perspectiva multidimensional, en
los materiales educativos, la calidad de los profesores, el liderazgo, evaluación, entre otros factores,
entendiéndola como la posibilidad de ofrecer una educación de excelencia.
MARFÁN, A. H. (2010). RELACIÓN ENTRE LIDERAZGO EDUCATIVO Y DESEMPEÑO ESCOLAR:.
PSICOPERSSPECTIVA, 102.

María Loreto Muñoz, M. L. (2015). Concepciones docentes para responder a la diversidad: ¿Barreras o
recursos para la. PSICOPERPECTIVA , 74.