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Y nLscIone DI VJMJ.

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Con ozco an cerazon y creo quo £1 inc perdona como, sin
duda, me ha perdonado ya Dios, porque 61 sabe cuánto me
cuesta to que hago."
Al siguiente dia no más me separé pam siempre de aque-
lbs funestos lugaros on que no podia vivir. De ent6nces para
acá he estado esperando la muerte, que ya tarda demasiado
en liegar."
Haste, aquf ci manuscrito de mi tio.
e
Como usted ye, él abunda en recursos pan explotar algu-
nas de las mds dramáticas situaciones del corazon humano.
Pueda scr que haya escritores a quienes Ilame Ia atencion
el describirlos y formar con ells twa narracion ficticia y atrac-
tiva bajo mit conceptos.
ENBIQUE CORTES.

DOS VECES MUERTO!'---

Al cuistinguido escritor sefior D. Enrique Cortez.

A fines del siglo pasado y principios de éste, ci Vireynato


dc Nueva Granada parecia hacer un esfuerzo come pan recibir
la Reptiblica venidera, y cada dia brotaban do suseno nuevas
figuras notables en el fore, en la literatura, en las ciencias y en
las armas.
Qué hombres aquellos! y nacidos en Ins tinieblas de latin-
na! y educados bajo las doctrinas y ci método absurdo del Pc-
ripato! ;Y sin mSs libros que Ins bibliotecas delos conventos, 6
los pocos quo furtivameote les traian los comerciantes, coal rico
tesoro, cual contrahando glorioso, entre to rods oculto de sus far-
dos de mercanclas!
En tc,do ese tiempo bubo varios circulos literarios, 6. donde
concurrian los hombres mAs interesantes, pra leer stis escritos,
y acabar de formarse unos 6, otros, y delcitarse en el estudio de
las ciencias y tie ins letras.
Tat era ci circubo que en su propia casa sostenia el General
120 CIJSDAOSDI

Narino, y a qua concurrian Zea, L los Ricaurte, Tobar, Ca-


macho, Iriarte..
E,dstia tanibicu la tertulia I it.ropClica, qqe frecuentahan,
entre otros, Valdez, Rodriguez, ( ruesso, y de pie era alma y
sosten el insignocuhano, D. Matiw del Socorro Rodriguez, para
nosotros de imperceedora rnernori
Venia, por áltimo, La "Tertu a del Buen gusto," qua tenfa
per teatró Ia casa de Dona Manue t Santamarla de Manriue.
Was hallamos ya rnuy cerca d 1 glonioso 1810.
Es una nocho nublada y sin estreilas, oseura per demas,
come estas (IC qua gozarnos todavii no embargarite uno qua otro
fanal de Ins principnles cafles, y lo picos de gas quo brotan como
estrellas encerradas an los tubes y quo tan pronto comb brillan,
se yen desaparecer, tat vez para q ic vearnos pie estos tiempos
no son menus caliginosos pm aqu lbs do principios del siglo.
Was hailamos co on gran saloi A donde no penetran los mi-
dos de afuera, merced ñ. la pesada aainpara tie cuero qua defien-
de la puerta.
Dona Lianuela esta sentada iliciosamente an un sillun de
iuero, y iii lado do sus dos hijos, 'ann Turuasa, do más talento
qua la- madro, y D. Jose Angel, (in jovencith, ya mnalicioso y
avispado, y que despues l)rqo ci ye .ido ecicsiástico conservó su
humor chistoso y su satIrica lengi • autor quo tné de varios epi-
gramas notables, coma lamhicu c los terribles cantos titulados
I,
"La Tocairnada" y " La Tunjana
Rodeaban ci siflon de Dona anuela, at abogado Montalvo,
e6lebre irnprovisador, partente d fabulista espafiol Iriarte, D.
Jose II. Salazar, traduct.or fcjiz il Arte Poética de Boileau y
aittor de inuy interesantos escrito P. Jose Fernández Madrid,
ci cantor apacible de ]as "Rosas" m&hco distinguido, qua a la
sazon era casi tin nine; ci doctoi Custudio Rovira, Ilamado ci
Estudiante, qua nsf profundizaba fl los estuclios de In jurispru-
dencia, como so cxt.e.ndia en los: nba niás delicados de In lite-
ratura; an fin, D. Manuel RodrIgi :z Torices, apellidado el fld-
sofo, qua tanto brilló despucs en •s dias herOicos do Cartagena
su patria.
Paieábanse an ci corredor, I nando sendos tabacos, tres
popayaheses ilustres, D. Fruneisci A. do Ulbon, sabio discipulo
(IC Tenorio, de Restrepo, tie Tór s, do Muitis y de Cáldas; D.
Miguel de Pombo, edlebre jóveit bogado, euya cabeliera habict
blanqucatlo literalmeute con Jos C idios incesantes y profundos;
y par iiltimo, D. Camilo do Ton una de las primeits figuras
del Vircynato, y lugo do la Revo Men, jurisconsuito do primer
T BILACIONII DI T1AJ•. 121
órden, especie de D' Aguessean, sepultado en Ion desiertos do
America, crudito literato y oraclur clocuente.
—Y qué tenemos de nuevo! prcguntó Salazar It Dona Maria.
—Eso os queria preguntar yo, doctor.
—Todo, está tranquilo, y no hay novedad, que yo sepa, y
vuestro herbarie, y ci gabinete do historia natural!
—Alt! si supiéseis! doctor, interrurnpió dona Tohiasa, toilo
esoestá abandonado, y un monillo quo nos ban traido del Mug-
dalena, por poco Ia destruye.
—Hubieran sido de ver Ins aspavientos do madre! continuó
D. Angel.
—En verdad, dijo Montalvo, para esta noche estA anunciada
Ia presentacion del doctor 31ontalvo!
—Justamente, contestó la litorata y naturalista Dona Ma-
nuela. Y sabeis quo ya tardan!
—Deseo mucho conocer al doctor G-utiérrez, dijo eon entu-
siasmo Dona Tomasa. Si fueso como so hermano, B. Frdtos
Joaquin
—Ay! hija mia, exclarnó Torices, muy pocas veces se yen
dos genios en una cola farnilia, y todos his düts vemos nacer do
hombres ilustres los mu desgraciados tontos. Feiizmente aquf
thila la regla general, y no os pesarL conocer al doctor GutiCrrez,
tan notable en talentos y curficter comb Sn ilustre hermano.
—Permitidrne, doctor, interrurnpiô con maliciosa sonrisa y
marcado acento de burla D. Angel, no es esa segun me ban dicho,
la opinion de sus condiscfpulos.
—Efectivamente, repiic6 ci filósofo, su catheter ardiente,
quo Ic ha merecido' ci 'nombre defogoso, le hacia algun tanto do-
sapacible en su juventud; pero asi son los milagro8 delestudio;
boy ha cambiado completarnente, y 10 quo Antes parecia defecto
do so catheter, se ha cotivertido en so principal cuaiidad.
—AsI es la verdad, dijo Salazar. Hoy "es on jóven do figu-
ra noble, do aire marcial, ojos briiiantcs quo descubren el fuego
do suespfritu, talento extraordinario y observador, rasgos do un
gran carácter, valor do moinentos,.muclia eanstancia en el trabajo,
luces gcneralcs, estilo ileno de fuego y briliantcz, imaginacion
desarreglada y juicio para reprimiria; mucho amor A. vida, pero
grandes sentimientos do honor; pasiones exaltadas, pero ado miss
exaltado patriotismo ." (Salazar, Memoria Biográfica).
—No on bake lo distingue tanto el Senor Virey, quo 1€ ha
escogido entre tantos para oidor do Ia Real Audiencia.
Aquf ilegaba la conversacion, cuando sonaron tres fuertes
aldabonazos en ci porton. Dona Maria tocó una campanilla, y al
122 - CUAnDS DI

punto se present6 una negrita,4 quien órden de abrir Is puerta,


no sin recornendarle preguntase Lntei len golpeaba.
La escaicra y Los corredores ci an como boca de lobo;
pero bien podemos distinguir dos b a que suben is escalora,
inerced & un farolillo que trae uno ells, para no abrirse la
crisma a to mejor del tiempo.
Son los. dos hermanos Gutiérre2 bien envueltos en an lar-
gas capita de pafto de San Fernando, on anchos sombreros afo-
trados en hale color de tomate quitefi • y cada cuál con su enor-
me paraguas de color de naranja 3 mu las del tiempo, pie como
el tiempo, se escapan!
D. José Maria arrojó an caps, so un canapé del cxarredor,
con ci mistho garbo con que manej l& toga. D. Früt.os Joa-
quin Is colocé mae apaciblemente, ap el farolillo y árnbos en-
traron, seguidos de los tree popayan 4 que a Is saxon ocupa-
ban ci extretno del corredor.
Una vez en Is sala, y despues Ia presentacion, todo fui6
cordialidad y expansion. La liegada d nuevo soclo, flid saludada
como un Ihusto acontecirniento.
Leyéronse entOnces buenas poi Ias y trozos ac memorias
cientificas, todo in cual fud comentad fraternalmente y como en
la mu unida familia.
—Ahora, dijo ci ilustre Salazar, justo que olgamba at doc-
tot Gutiérrez. Sin cluda nos habci€ traido algo? bien que sois
tan parco en dat circulacion a Jo que scribfs!
Apoyó Is pioposiciou el doctor r6rree, y sacando Gutid-
rrez un medio pliego de papel florete spanol, tan grande y recio
quc parecia pergarnino, pidió perm ;o at respetable auditorio
para leer unsoneto que Ic habia cost io no pocas noches de tra-
bajo i de lima.
Todos esperaban con knsin, y a voz exciamaron:
—Empezad, empezad. doctor.
Desenrroll6 ent6nces an papelon el fogoso Gutiérrez, y con
acento enteramente espanol y con fuu go que justificaha su nom-
bre, ley6 un admirable soneto, titulac

EL &BORTO.

Oh tt, infeliz qua sizi nacer moriste,


Confusa union del sér y d Ia nada,
Infausto aborto, prole mal formada,
üe del set y no sér fui8te!
T IflACIOflS DI VIAlS. 123
Ti, quo de un crimen Vida recibiste,
S Y de otro crimen muerte aceleradà,
Do arnor obra funesta y desdichada,
Y victims, de honor infausta y triste.
Deja ci horror calmar qt me intimida,
Bastjá ml corazon compadecerte,
Sin quo oprimas ml pecho fihicida.
Des tirano3juzgaron de tu suerte:
Amor, contra el honor, to dio Is Vida;
Honor, contra ci amor, te dio Ia muerte.
Acab6 Gutié,rrez de leer aquella ohm admirable, y ent6nce
no fueron elogios, no fueron felicitaciones; sino que todos se al-
zaron de sds asiéntos, y le rodearon con jábilo y le apretaron las
manos y le estrecharok en sus brazos.
flora bien, ese sorieto era ohm original del doctor Gutiér-
rez t Ese punto no se ha decidido aün. Opinan algunos que
fué. escrito primitivamente en frances y dedicado at la senorita do
Guerchy, dame, de Ia corte do Luis XIV. Otros ereen que el
original es latino. El hecho es quo el soneto existe magistral-
monte escrito en los dos idiomas citados, como tambien on ingis
y on italiano. Si ci original autor es Gutiérrez, y ate punto so
decide algun dia, gram gloria tocarat at su patria. Si a solo una
traduccion, bastaria para honrar la mpmoria do Gutidrrez, como
poeta, ya quo Bus otras obras yacen perdidas y pans siempre hun-
didas en el olvido.
III

Estamos en 1817. Cuatotos y cuán grandes acontecimientos


han t.enklo lugar! Do oriente at occidente y de norte A sur, la
tierra sagrada de lo que vii aS. hacer Colombia, so halla empapada
en sangre.
La Republica casi ha expirado, y Morillo COB SUB seides es-
puree por donde quiera el tprror, y en banquillos y campos do
batalla los Angeles dç Granada, eargados de verdes guirnaldas,
bajan A Ilevar en sue alas las almas do mil mArtires.
Ay! aquellos sabios pacificos, dignos do sentarse en el Are6-
pago, y quo los bArbaros do Atila habrian respetado, ban ido des-
filando con la tünica blanea ensangreutada, despedazados por las
balas del inhumano espafiol.
De los Gutkrrez, el clebre Frátos Joaquin, que fu Ilevado
A Casanare, fu alcanzado on Pore y flisilado el 25 do octubre
do 1816.

124 CUADROS Dt COSTUICBRU

El doctor Josd MarIa, hermano, hahia cambiado bien


pronto In toga pot las charre ras de coronet de ingenieros, y
como tat, habia hecho una larg y trabajosa campana en ci Cauca.
Epoca luctuosa, dpocade iartirio! La capital gemia bajo Ia
planta del feroz Morillo. Madric rodeado de rnthios dc mil hombres
que comandabd ci general Cal LI, aizaba aán ci pabellon tricolor;
peru in uno ni otro quisieron ;eguir cargando con tan enorme
responsnlnlidad. Itenunciaror pLies, ante una junta nombrada
por el Congreso y que marc iba con et pequeno ejrcito de
hroes.
En su lugar se encarg6 la presidencia et general Custo-
dio'Rovira, y del mando del é tito ci arrogante Liborio Mejfa.
Pero Morillo desde Qogo y MOntes desde Quito, se habian
encargado de devastar et Can( y siete ejdrcitos rodeaban Ia pe-
quena division republicana, cc andados pot Tolrá, Waricta, Ba-
yet y varios otros.
La situacion era tan a ia, que Mejia resotv)6 jugar Ia
suede de la Repáblica, y triur 6 niorir gtoriosamente pot ella.
LlegO ci 29 de ,junio de .7. Sámano, et viejo tigre, ecu-
paba la Cuchilla del Tambo, nando de artilterl a las posicio-
nes, forrnidabics de suyo. Del estaba emboscada is caballerla
de patianos.
Inátil fud ci valor de 1 republicanos. Sucumbierongb-
riosament.e, dejando en el can: 250 muertos y cubierta de luto
a la patria.
Et Coronet Gutirrez esi ba en ese ejdrcito, convertido or
1* suede de las armas en un banda da fligitivos desamparados.
Los derrotadas siguicrol 46 juntarse en La Plata con un

batalton del Socorro que mat aba Garcia Rovira. Atac6tes con
fuerzas superiores ci espanol 'olrá, y nuevamente sucumbieron
Ins republicanos, quedando p ;ioneros Rovira yMejia, pie fue-
ron enviados a Bogota y c iducidos ludgo at patfbuio, como
traidores 6. Ia patria.
Los prisioncros fueron qt ntados, y la suerte senai6 6. varios
atriotas notables, coma Jose Hilario López. ilustre despues en
r historia, y Alejo Strain; as cuates marchaban ya at pati-
bulo serenos y risuellos, cua do tiegé un ohciat de Móntes, y
publicando indutto, hizo Bus ender la marcha de hi funebre
comitiva.
Otros de los derrotado lograron escaparse. Eritre eltos
into, a! parecer de alta gradu ion, notable por su belleza mar-
cial, quien apoderándose de i brioso bridon caucao, partió
0
I LILACIONIB DE VIAJK. - 125
veloz como el rayo, cruz6 Ilanuras y selvas y entré a Cali sano
y salvo.
Este fugitivo, eubierto asi de polvo y sudor, con los vestj-
dos desgarrados, se presentó en ci convento de aquellos frailes
franciscanos, que tan Slebres ban sido pot sus virtudes y red-
petabilidad.
Pronto bajó el Guardian; habló con 61 en secreto pocas pala-
bras ci fugitivo, y despues de esto subiO a una pobre y aseada
celda, en tanto que ci [ego portero desensillaba ci robusto bri-
don y lo conducia relinchando it lacuadra del convento.
Es de calcularse lo tirante de Ia situacion en el Cauca des-
pues de la victoria quc obtuvieron Jos espanoles.
En Popayan 108 sujetos más distinguidos cnn apaleados
basta quedar exáiaimcs; A las clamas les ponian grubs y cade-
nas; los ciudadanos nabs bonorables trahajaban en los carninos
pábiicos, a la internperic, como peones de tiltima clase.
Como de orditiarin sucede, cuando Ia tiranla se encruelece,
todo se espla y todo flega' a oidos del mandatario. Unos por
iniedo, otros pot desco de congraciarse con ci tirano y algunos
pot verdadera inalignidad, adoptan ci triste papel de denun-
ciantes.
En Call no faitó alguna alma caritativa que dijese a Warleta:
—Senor, en ci couvento de San Francisco está oculto un
insurgente de noti
El espanol no se atrevi6 A violar el convento; pero liamó
al padre Guardian y Ic dijo:
—S que teneis oculto A un insurgente. Si no quereis pa-
sar por traidor, entregadlo al punto.
El que 10 oculthba era ci padre Alomla, y esto dió valor al
pobre fraile para contestar:
—General, yo no tengo oculto A nirigun insurgente.
—Pues entOnces, dáos preso.
Y ci pobre sacerdote fué conducido al calabozo.
El asilado, que tenia an alma purificada, con los sacramen-
tos de la Iglesia, que veja Ia situacion de Ia patria y no podia
tenet ilusiones acerca de six porvenir, ludgo que 8111)0 la prision
del Guardian, salió A In calie en la mitad del dia, se presentó en
la oljcjna de Warleta y le dijo resueltamente:
—Senor General, yo soy ci Coronel de ingenieros Jos6
Maria Guti6rrez; fusiladme y dejad Jibre a! Guardian.
—Que me place! gritó ci senor General; id 4 ocupat
vuestro puesto. PreparAos pan seguir A Popayan; a111 serci
fusilado.
126 CflflQft Dl

El padre Alomfa quiso acompa: ne en el triste viaje; quo


Ia caridad cristiana no busca los sa es del poderoso, sino et
dolor fisico y morn], donde quicra qu esté, para derramar sobre
61 511 bIlsamo celeste. I
Cuatro soldados y tin cabo acor. Laron a los dos viajeros
hasta Popayan, en donde Be diô ón dc fusilar el 19 de se-
tiembre a! Coronel.
En dicho dia Be le ilev6 reves do de Ia espantosa tünica,
con mm sop at cuello y los brazos sdos a Ia espalda, acompa-
fiado del buen sacerdote, qua le iba recitando lea preces do los
agonizantes, y hablAndole del cielo, próximo a abrirse pam 61.
Atado a! banquillo en Ia plaza p tblica, le vendaron los ojos;
log soldados Be le pusieron al frente on los fusiles, apuntándole
at pecho; el oficial trazó con Ia e pada tin semicfrculó en el
aire poi sobre Ia boa de los fusilc i, y al instante sonaron los
gatillos; en seguida trazó otro Bern, frcUlo en sentido inversO,
y en el acto cuatro detonaciones Be yeron y cuatro balas salie-
ron contra el pecho del ajusticiado, uyos mieinhros palpitantes
cayeron at suelo.
Et padre Alomfa miró ci cadk r, j en ménos tiempo del
que Be necesita pan referirlo, Sc qu 6 an capa azul celeste y se
l.a arroj6 encima. Lutgo Be voivió.a] oficial y le rogó que no lo
hiciese arrojar a Is fosa comun, ante bien Ic concediese ilevarlo
at convento pam hacerle unas honrai funerales y darle sepultura
en Ia sacristla. Nada podia ser mis rato al oficial qua echarle
el muerto aFotro, y concedid gustosi Ia. licencia que so Ic podia.
El padre, por entre los varios nosos que habian asistido
átan dramática escena, ad acercó cadaver, lo envolvió bien,
Be lo echó L cuestas, .y sacando the zas de flaqueza, lo condujo
at convento, dejando true sI tin regu( o de sangre.

III.

Cuando et Virey Messla do Ia rdL por 6rden de Ckrlos


III expulsó de America a los jesuil lasS inisiones y casas qua
estos tenian quedaron dirigidas por erdotes de otras órdenes.
Uno de estos curas recibió cierto d en 1831, aviso de queen
un bath lejano deseaba cqnfesarse i moribundo. Partió a Ito-
varle Ins consuelos de l.a religion, y into Be ha116 an una choza,
quo tanto Be hacia notar per so pobi a como por so aseo. lqada
habia alli de 10 qua hace agradable vida civilizada; unos tos-
cos tiles de mesa y una endeble bar oa. Tendido en ella estuba
Y flLACIOflS hi VISa. 127
on bombre, cuyas facciones no alcanzó a descubrir, pot ballarse
cerrada Ia ventanilla que dabs, a los potreros. El enfermo hizo
an confesion y en seguida dijo al padre:
—Ahdra, sefior, que hemos concluido, y debo partir al gran
viaje, habladme de la patria.
Conferenciaron largamente los dos, y de repente, no pudien-
do contenerse ya el sacerdote, le dijo;
—Vos no sois tan labriego, ni un hombre comun, aunque es-
tais ignorante de to que pass en Colombia. Decidme, quin sois 1
—Os lo dire, padre mio. Yo soy el antigue Coronel de
ingenieros, don José Maria GutiCrrez, fusilado en Popayan en
1817. La descarga, sea por inhabilidad de Is escolta, sea pot
mpasion de los soldados, apénas alcanzO a herirme en un
brazo. El padre Alotnia conoció que yo estaha vivo y me llevô
CO
A su convento, en donde permaneci largo tiempo.
Pero ml vida estaba despedazada y yo no pertenecia ya £
eate mundo.
Apénas pude, abandoné el Cauca y me vine a estos Llanos,
donde reposaba el cadAver de ml hermano Frütos Joaquin.
Aqul he vivido tantos aflos, olvidado de los hombres, medi-
tando sóto en Dios y en Is eternidad.
Sd ya que Colombia es libre y puedo morir clamando; Viva
la RepiThilca! Bien por Colombia!
Siguiôse on largo silencio. El padre tocó at enfermo y le
halló Mo, su respiracion habia cesado, y su pulso se habia ex-
tinguido.
Abrió Ia ventanilla: el sol de fuego derramó en Ia pequefia
alcoba bus olas de ardiente luz, mezcldas de brisas vivificantes
Y puras.
Sobre Ia barbacoa se veia tendido un auciano de barba
blanca y escasos cabellos, con las maims cruzadas sobre el pecho.
Tenia aáun los ojos.abiertos, y de ellos parecia brotar fuego. La
posicion de su cuerpo era tan marcial, que parecia corno at oyeEe
AS cornetas de los libres y tratase de alzarse pam volar al corn-
bate.
Era en la anuerte, como lo habia sido en Is vida, Guti6rrez
ci £00080.

Jose JoAQunc BORDS.

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